lunes, 29 de julio de 2024

Gracias a ChatGPT cualquiera puede escribir un artículo científico

Publicado en blog La Ciencia de la Mula Francis
https://francis.naukas.com/2024/07/28/gracias-a-chatgpt-cualquiera-puede-escribir-un-articulo-cientifico/



Gracias a ChatGPT cualquiera puede escribir un artículo científico 

Por Francisco R. Villatoro

28 julio, 2024



ChatGPT ha revolucionado la escritura de artículos científicos, hasta tal punto que cualquiera puede escribir un paper. No solo científicos que ya publicaban muchos artículos, como el famoso químico Rafael Luque Álvarez de Sotomayor (Universidad Rey Saúd, Riad, Arabia Saudita), que presume de publicar mucho más gracias a ChatGPT (ya tiene 48 artículos en 2024 y publicó 128 artículos en 2023, según Google Scholar). También personas con más cara que espalda que publican artículos escritos por ChatGPT, con pequeñas modificaciones de su propia mano. Un buen ejemplo es el Dr. Som Biswas (Universidad de Ciencias de la Salud de Tennessee (UTHSC), EEUU), que ha publicado 30 artículos sobre el uso de ChatGPT en diferentes áreas de la ciencia, todos ellos escritos por ChatGPT, todos. No lo digo yo, lo dice el propio autor en los agradecimientos («The author acknowledges this article was generated by ChatGPT. Editing was performed by the author» o algo similar). Me he enterado gracias a «Can anybody now write a scientific paper?» Publishing with Integrity, 27 Jun 2024 (recomiendo seguir la cuenta de Publishing with Integrity en X, @fake_journals); como no podía ser de otra forma, el autor anónimo de esta pieza afirma haber usado ChatGPT. Por cierto, Biswas eliminó su perfil de Google Scholar para que no se le vieran las vergüenzas (la figura es de la Wayback Machine), por algo será.

Como es obvio, la mayoría de las referencias citadas en estos artículos son producto de las alucinaciones de su autor, la inteligencia artificial ChatGPT. ¿Cómo han podido superar la revisión por pares? ¿Han pasado estos artículos por revisión por pares? ¿Cómo se han podido colar estos artículos en revistas de gran prestigio? Permíteme destacar algunos de los artículos de ChatGPT que firma este radiólogo especializado en pediatría. Ya tiene 446 citas (según Google Scholar) el artículo de Som Biswas, «ChatGPT and the Future of Medical Writing,» Radiology 307: e223312 (02 Feb 2023), doi: https://doi.org/10.1148/radiol.223312; la revista Radiology tiene un índice de impacto de 12.1 en el JCR 2023, siendo Q1 (2/204) en su categoría. El artículo más citado (480 citas) es Som S. Biswas, «Role of chat gpt in public health,» Annals of Biomedical Engineering 51: 868-869 (15 Mar 2023), doi: https://doi.org/10.1007/s10439-023-03172-7; dado el éxito en esta revista, que tiene un índice de impacto de 3.0 (JCR 2023), siendo Q3 (62/122), también ha publicado otros artículos, como Som S. Biswas, «Potential Use of Chat GPT in Global Warming,» Annals of Biomedical Engineering 51: 1126-1127 (01 Mar 2023), doi: https://doi.org/10.1007/s10439-023-03171-8, con 255 citas (por cierto, ¿qué tendrá que ver el cambio climático con la ingeniería biomédica?) y Som Biswas, «Passing is Great: Can ChatGPT Conduct USMLE Exams?» Annals of Biomedical Engineering 51: 1885-1886 (08 May 2023), doi: https://doi.org/10.1007/s10439-023-03224-y, con 11 citas. Y no te aburro más (si quieres hacerlo puedes bucear en más artículos).

Un caradura ha publicado basura que debería ser retirada (retractada). Y yo me pregunto ¿qué cara se le queda a los científicos que han publicado en dichas revistas científicas tras muchísimo esfuerzo? Por supuesto, me dirás que estos artículos de Som Biswas no son papers fetén, son comentarios y notas dirigidas al editor, que pasan por una revisión por pares laxa. Pero para la revista son artículos citables, que cuentan para su índice de impacto. Artículos que decoran el currículum vitae de Biswas (y el de ChatGPT), que podrían permitirle progresar en su carrera científica (aunque ChatGPT no necesita progresar mucho más, ya hay 5258 artículos con ChatGPT en su título según Scopus). ¿Conocerán los compañeros de Biswas y su director de departamento los artículos de ChatGPT que está publicando?

BRASIL: revistas depredadoras y ciencia de bajo impacto: cortar el problema de raíz

Publicado en Jornal da USP
https://jornal.usp.br/artigos/revistas-predatorias-e-ciencia-de-baixo-impacto-cortando-o-mal-pela-raiz/?fbclid=IwAR1jLp0MSw-3cUHTK7TWWmrDkveXM8IZJpz_tqEYhtEI3jTfwjx0Y4H4HzE  


Revistas depredadoras y ciencia de bajo impacto: cortar el problema de raíz


Por Nícolas Carlos Hoch, profesor del Instituto de Química de la USP, y Carlos Frederico Martins Menck, profesor del Instituto de Ciencias Biomédicas de la USP


https://jornal.usp.br/?p=733107


Publicado: 12/03/2024


El mundo académico está experimentando una revolución sin precedentes. Atrás quedaron los tiempos en que los investigadores enviaban gratuitamente un artículo científico a una revista científica y los editores de ésta seleccionaban cuidadosamente sólo el material que consideraban de mayor calidad para su publicación, ya que la revista corría con los gastos de producción e impresión. En este antiguo modelo, la calidad del material publicado y la "tradición" de la revista eran esenciales para que los editores pudieran vender suscripciones y recuperar su inversión en la producción del material publicado. El efecto secundario negativo de este sistema es que restringe el acceso a los artículos científicos (y, por tanto, al conocimiento) a quienes pagan las suscripciones, ya sean los propios investigadores o las bibliotecas universitarias. En Brasil, Capes paga cada año a grandes editoriales científicas para que las instituciones académicas del país puedan acceder a las publicaciones científicas a través del portal Periódicos Capes.


Hoy en día, con el loable avance del modelo de acceso abierto, se ha eliminado la necesidad de suscripciones y una proporción cada vez mayor de artículos científicos está disponible gratuitamente en Internet para que cualquiera pueda leerlos. Sin embargo, las revistas siguen incurriendo en costes por la producción y difusión de artículos científicos, y este coste ha pasado ahora del lector al autor del artículo. Científicos de todo el mundo pagan cantidades que pueden alcanzar la astronómica cifra de 10.000 dólares por cada artículo que publican, en concepto de los llamados Article Processing Charges (APCs). Sin embargo, pagar APCs por publicar artículos tiene efectos secundarios perjudiciales, que se subestimaron por completo en el diseño de este nuevo sistema. Uno de estos efectos es que cada artículo rechazado por la revista es una oportunidad perdida de cobrar APCs a los autores y cada artículo aceptado es un beneficio para el editor, independientemente de cuánta gente esté interesada en leer el material posteriormente. Como resultado, la revista científica tiene ahora menos responsabilidad por la calidad del material que publica, y el mercado de publicaciones científicas se ha disparado en todo el mundo. 


Algunos editores menos escrupulosos no tardaron en identificar el potencial económico de este cambio y aceleraron la producción de nuevas revistas científicas, claramente con intereses comerciales. Se crearon infraestructuras digitales para facilitar y acelerar los procedimientos de envío, revisión y aceptación de artículos, prescindiendo parcial o totalmente de la crucial etapa de revisión por pares. Por ejemplo, algunas revistas científicas (incluso en editoriales tradicionales) han creado la capacidad de publicar más de 10.000 artículos científicos de acceso abierto al año, generando fantásticos beneficios para los editores. Con prácticas editoriales poco éticas y el objetivo de lucrarse publicando artículos científicos en cantidad, estas editoriales y revistas, conocidas con el término "depredadoras", descalifican todo el sistema de publicaciones científicas. Cabe señalar que este beneficio se genera a expensas de los editores y revisores, que por lo general no reciben remuneración, y que a menudo se instrumentaliza a los investigadores para que recluten nuevos artículos para las revistas en forma de editores invitados para números especiales sobre un tema específico. Aunque las ediciones especiales legítimas tienen un importante valor académico, su reciente exceso de oferta demuestra el éxito comercial de esta estrategia.  


Pero entonces, ¿por qué los científicos se someten a pagar APC cada vez más caros, generando beneficios astronómicos para los editores y contaminando la literatura científica con artículos de menor calidad? Y aquí llegamos por fin al meollo del problema: porque tienen que hacerlo. El editor no es el único que "se beneficia" de la publicación de un artículo más, sino que el científico autor del artículo (y que paga el APC) necesita publicaciones para su progreso profesional. Cada artículo publicado ayuda al científico a progresar en su carrera, alcanzar un nuevo nivel de prestigio o conseguir financiación para un nuevo proyecto. Un elevado número de artículos publicados también interesa a las instituciones de investigación que se consideran prestigiosas.


Desgraciadamente, esto se debe a que es la métrica que los propios científicos utilizan para comparar la productividad entre investigadores e instituciones, determinando quién merece un ascenso o más financiación para su investigación. Como resultado, algunos autores no sólo no se preocupan de dónde publican sus trabajos, sino que además publican trabajos repetitivos, limitados en su originalidad, en los que lo que más importa es ser autor o coautor de un elevado número de artículos científicos, aunque su participación haya sido muy pequeña. En otras palabras, este interés mutuo por publicar artículos a cambio del pago de APCs, especialmente en un sistema indiscriminado de "publicado/pagado", puede constituir un grave problema ético que se está extendiendo por todo el mundo.  


Un síntoma cada vez más frecuente de esta presión descontrolada por las publicaciones es la existencia en algunos países de fábricas de artículos, que son empresas contratadas expresamente por científicos para falsificar artículos científicos utilizando datos totalmente inventados y publicar estos artículos falsos en revistas científicas por cuenta del contratante. Uno de los principales incentivos para este tipo de comportamiento es una política adoptada por el sistema sanitario chino, en la que la progresión profesional de los médicos está directamente vinculada a la publicación de artículos científicos.

Una vez hecho este diagnóstico de la situación, ¿qué podemos hacer para cambiar este escenario, especialmente aquí en Brasil? No hay una solución fácil. En nuestra opinión, las iniciativas para identificar y eliminar de la literatura científica los artículos con escasa o nula contribución científica, o para identificar las revistas depredadoras y disuadir a los científicos de enviar artículos a estas revistas, son intervenciones necesarias, pero sólo combaten el síntoma y no la raíz del problema. Mientras se incentive a los científicos a publicar cantidades cada vez mayores de artículos, habrá personas y servicios que encuentren la manera de "saciar" este deseo. 


Como tal, creemos que el foco debe estar en cambios en los procesos de evaluación de proyectos individuales (comparando investigadores) o instituciones (como universidades o programas de postgrado), de modo que la publicación de artículos de baja calidad en revistas con prácticas editoriales cuestionables deje de ser una ventaja. Los cambios en esta dirección ya están en marcha, con varias agencias de financiación científica (incluyendo Fapesp, Capes y CNPq) mejorando sus procedimientos de evaluación para promover algún tipo de distinción de un grupo selecto de los mejores trabajos que ese científico (o institución) ha producido, en detrimento de las métricas cuantitativas que sólo consideran el número total de artículos publicados. En la práctica, sin embargo, una evaluación cuidadosa de la calidad de estos "destacados" puede ser un proceso subjetivo y difícil de llevar a cabo a gran escala, y todavía no ha provocado un cambio significativo en la cultura de la comunidad científica, que sigue valorando los currículos con una producción más voluminosa en los procesos de evaluación. 


Nuestra propuesta es que los procesos de evaluación de las agencias de financiación (incluyendo CNPq, Capes y FAPs) eliminen o reduzcan significativamente las métricas que incentivan la cantidad de publicaciones. Esto se aplicaría a las evaluaciones de becas y subvenciones científicas, incluidas las becas de productividad del CNPq, y de instituciones, como las evaluaciones cuatrienales de los programas de posgrado de la Capes. Como reconocemos que la producción científica es la base de la difusión del conocimiento, la idea sería considerar sólo un número máximo de publicaciones por año por investigador evaluado, ignorando completamente cualquier excedente de producción. Por ejemplo, para la concesión de las ayudas a la productividad de la investigación del CNPq, la evaluación sólo tendría en cuenta un máximo de tres a cinco mejores artículos por año en los últimos diez años (para investigadores consolidados) o de uno a tres mejores trabajos por año en los últimos cinco años (para investigadores jóvenes). Del mismo modo, en la evaluación cuatrienal de los programas de postgrado por Capes, sólo se podría tener en cuenta un máximo de tres a cinco mejores artículos anuales por profesor. Naturalmente, cada comité de evaluación podría definir un límite anual de publicaciones más adecuado a la práctica de su área de conocimiento e incluso elegir qué parámetro se utilizará para determinar la calidad del artículo, como el número total de citas que ha recibido cada artículo, o el factor de impacto o Qualis de la revista en la que se ha publicado. En cualquier caso, la evaluación siempre tendría en cuenta únicamente un número predefinido (y limitado) de publicaciones por solicitante. 


Esperamos que este cambio en la forma de evaluar a los investigadores les disuada de producir un número muy elevado de artículos (¡algunos incluso publican una media de más de un artículo a la semana!) y puedan centrarse en sus proyectos de investigación para mejorar la calidad de sus publicaciones. De este modo, dejará de existir uno de los mayores estímulos para la producción de artículos de baja calidad, publicados a cuentagotas en revistas depredadoras.

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(Las opiniones expresadas en los artículos publicados en el Jornal da USP son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no reflejan las opiniones del periódico ni las posiciones institucionales de la Universidad de São Paulo. Acceda aquí a nuestros parámetros editoriales para artículos de opinión).


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Revistas predatórias e ciência de baixo impacto: cortando o mal pela raiz

Por Nícolas Carlos Hoch, professor do Instituto de Química da USP, e Carlos Frederico Martins Menck, professor do Instituto de Ciências Biomédicas da USP

  Publicado: 12/03/2024


O mundo acadêmico está vivendo uma revolução sem precedentes. Foi-se o tempo em que pesquisadores submetiam um artigo científico para uma revista científica de forma gratuita, e os editores da revista cuidadosamente selecionavam apenas o material que julgassem ser de maior qualidade para publicação, já que a revista arcaria com custos de produção e impressão. Nesse modelo antigo, a qualidade do material publicado e a “tradição” da revista eram essenciais para que editoras pudessem vender assinaturas e recuperar seu investimento na produção do material publicado. O efeito colateral negativo desse sistema é que ele restringe o acesso aos artigos científicos (e, portanto, ao conhecimento) para aqueles que pagam as assinaturas, sejam eles os próprios pesquisadores ou as bibliotecas das universidades. No Brasil, a Capes paga anualmente às grandes editoras científicas para que as instituições acadêmicas do País possam acessar publicações científicas pelo portal Periódicos Capes.  


Hoje, com o elogiável avanço do modelo open access (acesso aberto), a necessidade de assinatura foi removida e uma parcela cada vez maior dos artigos científicos está gratuitamente disponível na internet para qualquer pessoa ler. No entanto, revistas ainda incorrem em custos pela produção e disseminação de artigos científicos, e esse custo hoje migrou do leitor para o autor do artigo. Cientistas ao redor do mundo pagam valores que podem chegar a astronômicos US$ 10 mil para cada artigo que publicam, nos chamados Article Processing Charges (APCs). Entretanto, o pagamento de APCs para publicação de artigos tem efeitos colaterais nefastos, que foram completamente subdimensionados na concepção desse novo sistema. Um desses efeitos é que cada artigo rejeitado pela revista é uma oportunidade perdida de recolher APC dos autores e cada artigo aceito é lucro para a editora, independente de quantas pessoas se interessam por ler esse material posteriormente. Portanto, a revista científica passou a ter menor responsabilidade pela qualidade do material que publica, disparando o mercado de publicações científicas no mundo todo.   

Algumas editoras menos escrupulosas foram rápidas em identificar o potencial econômico dessa mudança e turbinaram a produção de novas revistas científicas, claramente com interesses comerciais. Infraestruturas digitais foram criadas para facilitar e acelerar os procedimentos de submissão, revisão e aceite de artigos, desprezando parcial ou totalmente a crucial etapa de revisão por pares. Por exemplo, algumas revistas científicas (mesmo em editoras tradicionais) criaram capacidade para publicar mais de 10 mil artigos científicos de acesso aberto por ano, gerando lucros fantásticos para as editoras. Com práticas editoriais pouco éticas e visando ao lucro pela publicação de artigos científicos em quantidade, essas editoras e revistas, conhecidas pelo termo “predatórias”, desqualificam todo o sistema de publicações científicas. Vale ressaltar que esse lucro é gerado às custas de editores e revisores geralmente não remunerados, e que pesquisadores muitas vezes são instrumentalizados para recrutar novos artigos para as revistas na forma de editores convidados para edições especiais sobre um tema específico. Apesar de edições especiais legítimas terem um valor acadêmico importante, seu superdimensionamento recente demonstra o sucesso comercial dessa estratégia.   

Mas então por que os cientistas se sujeitam a pagar APCs cada vez mais caros, gerando lucros astronômicos para as editoras e poluindo a literatura científica com artigos de mais baixa qualidade? E aqui nós finalmente chegamos ao cerne do problema: porque eles precisam. A editora não é a única que “lucra” com a publicação de mais um artigo, mas o cientista autor do artigo (e pagador do APC) necessita de publicações para sua progressão profissional. Cada artigo publicado ajuda o cientista a progredir na carreira, a alcançar um novo nível de prestígio ou a assegurar financiamento para um novo projeto. Um número alto de artigos publicados também interessa às instituições de pesquisa que se julgam prestigiadas com isso.

Infelizmente, isso ocorre porque essa é a métrica que os próprios cientistas usam para comparar a produtividade entre os pesquisadores e instituições, determinando quem merece uma promoção ou mais financiamento para suas pesquisas. Como resultado disso, alguns autores não só não se preocupam onde publicam seus trabalhos, como atuam de forma a publicar trabalhos repetitivos, limitados na sua originalidade, onde o que mais importa é ser autor ou coautor de um alto número de artigos científicos, mesmo que sua participação de fato tenha sido muito pequena. Ou seja, esse interesse mútuo na publicação de artigos em troca do pagamento de APCs, especialmente em um sistema “publicou/pagou” indiscriminado, pode constituir um problema ético grave, que vem se alastrando mundialmente.  

Um sintoma cada vez mais prevalente dessa pressão descontrolada por publicações é a existência, em alguns países, de paper mills (ou “usinas de artigos”), que são empresas contratadas por cientistas expressamente para forjar artigos científicos, usando dados completamente fabricados e publicar esses artigos falsos em revistas científicas em nome do contratante. Um dos principais incentivos a esse tipo de comportamento é uma política adotada pelo sistema de saúde chinês, em que a progressão de carreira de médicos é vinculada diretamente à publicação de artigos científicos.

Feito esse diagnóstico da situação, o que podemos fazer para mudar esse cenário, especialmente aqui no Brasil? Não existe solução fácil. Na nossa visão, iniciativas para identificar e remover da literatura científica aqueles artigos com pouca ou nenhuma contribuição científica, ou então identificar revistas predatórias e desencorajar cientistas a submeter artigos para esses periódicos, são intervenções necessárias, mas combatem apenas o sintoma e não a causa-raiz do problema. Enquanto houver incentivo ao cientista para publicar quantidades cada vez maiores de artigos, haverá pessoas e serviços encontrando formas de “saciar” esse desejo.    

Sendo assim, entendemos que o foco deve ser em mudanças nos processos de avaliação de projetos individuais (comparando pesquisadores) ou de instituições (como universidades ou programas de pós-graduação), de forma que a publicação de artigos de baixa qualidade em revistas com práticas editoriais questionáveis deixe de ser uma vantagem. Mudanças nesse sentido já estão em curso, com várias agências de fomento científico (incluindo Fapesp, Capes e CNPq) aperfeiçoando seus procedimentos de avaliação para promover algum tipo de destaque a um seleto grupo dos melhores trabalhos que aquele cientista (ou instituição) produziu, em detrimento de métricas quantitativas que consideram apenas os números totais de artigos publicados. Na prática, entretanto, uma avaliação criteriosa da qualidade desses “destaques” pode ser um processo subjetivo e difícil de ser realizado em escala, e ainda não trouxe uma mudança significativa na cultura da comunidade científica, que continua a valorizar currículos com produção mais volumosa em processos de avaliação. 

Nossa proposta é que os processos de avaliação das agências de fomento (incluindo CNPq, Capes e FAPs) eliminem ou reduzam significativamente as métricas que estimulam quantidade de publicações. Isso valeria para avaliações de auxílios científicos e bolsas, incluindo bolsas de produtividade CNPq, e instituições, como as avaliações quadrienais de programas de pós-graduação Capes. Como reconhecemos que produção científica é a base para divulgação do conhecimento, a ideia seria que se considere apenas um número máximo de publicações por ano por pesquisador avaliado, ignorando totalmente qualquer produção excedente. Por exemplo, para concessão de bolsas de produtividade em pesquisa CNPq, a avaliação ocorreria considerando apenas um máximo de três a cinco melhores artigos por ano nos últimos dez anos (para pesquisadores estabelecidos) ou de um a três melhores trabalhos por ano nos últimos cinco anos (para jovens pesquisadores). Da mesma forma, na avaliação quadrienal dos programas de pós-graduação pela Capes, poderiam ser considerados apenas um máximo de três a cinco melhores artigos por ano por docente. Naturalmente, cada comitê de avaliação poderia definir um limite anual de publicações mais adequado à prática de sua área do conhecimento e inclusive escolher qual parâmetro será utilizado para determinar a qualidade do artigo, como o número total de citações que cada artigo recebeu, ou o fator de impacto ou Qualis da revista em que foi publicado. De todo modo, a avaliação seria feita sempre considerando apenas um número predefinido (e limitado) de publicações por proponente.   

Esperamos que como resultado dessa mudança na forma com que pesquisadores são avaliados, estes serão desestimulados a produzir um número muito alto de artigos (alguns chegam a publicar uma média superior a um artigo por semana!), podendo se voltar a aprofundar seus projetos de pesquisa em busca de uma melhor qualidade de suas publicações. Como resultado, um dos maiores estímulos para a produção de artigos de baixa qualidade, publicados a toque-de-caixa em revistas predatórias, deixará de existir.

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(As opiniões expressas nos artigos publicados no Jornal da USP são de inteira responsabilidade de seus autores e não refletem opiniões do veículo nem posições institucionais da Universidade de São Paulo. Acesse aqui nossos parâmetros editoriais para artigos de opinião.)




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viernes, 26 de julio de 2024

PLOS: un nuevo indicador de Ciencia Abierta: medición del registro de estudios

Publicado en blog Universo Abierto
https://universoabierto.org/2024/07/02/un-nuevo-indicador-de-ciencia-abierta-medicion-del-registro-de-estudios/




Un nuevo indicador de Ciencia Abierta: medición del registro de estudios

PLOS. (2024, julio 1). A new Open Science Indicator: Measuring study registration. The Official PLOS Bloghttps://theplosblog.plos.org/2024/07/a-new-open-science-indicator-measuring-study-registration/

El 1 de julio de 2024, PLOS lanzó un nuevo indicador de registro de estudios, mostrando un crecimiento lento pero constante en su adopción. El conjunto de datos incluye prácticas de Ciencia Abierta como la compartición de datos y códigos, y la publicación de preprints. Se solicita retroalimentación para mejorar el indicador y asegurar su utilidad.


Con el último lanzamiento de los resultados de los Indicadores de Ciencia Abierta (OSI) de PLOS, estamos introduciendo un nuevo indicador para el registro de estudios, también conocido como preregistro. Los resultados de esta versión preliminar del indicador muestran que la adopción es menor en comparación con otros indicadores, pero está creciendo, aunque lentamente. Con el tiempo, más investigadores pueden descubrir cómo registrar y compartir públicamente el diseño de un estudio antes de conocer los resultados puede aumentar la confianza en su trabajo.

Este lanzamiento también proporciona un primer vistazo a las prácticas de Ciencia Abierta para artículos publicados en 2024, actualizando los resultados de compartición de datos, compartición de código y publicación de preprints hasta el primer trimestre de este año. El conjunto de datos completo, que se remonta a 2018 y ahora comprende 135.214 artículos, está siempre disponible de forma gratuita para acceso y reutilización.


Desarrollo del nuevo indicador

El registro de estudios ha sido identificado como una práctica prioritaria de Ciencia Abierta para monitorear en la investigación biomédica. También es un indicador de interés para los pilotos organizados por la Red de Reproducibilidad del Reino Unido, en los cuales PLOS y DataSeer están participando. Para los fines de OSI, definiendo el registro de estudios como “el plan para un estudio de investigación, incluyendo preguntas/hipótesis de investigación, detalles sobre el diseño de la investigación y/o planes para el análisis de datos, que se ha puesto a disposición para compartir públicamente con el fin de asegurar un resultado imparcial y apoyar la diferenciación de direcciones de investigación planificadas y no planificadas”.

Desde ahí, se trabaja para desarrollar un enfoque para medir el registro de estudios en la literatura científica publicada. Inicialmente se enfoca en detectar referencias a registros que recogen información estructurada sobre el diseño de un estudio, incluyendo registros de ensayos clínicos, registros de revisiones sistemáticas, registros de estudios en animales y otros registros de propósito general como Open Science Framework. Posteriormente, se emparejan identificadores persistentes y otros enlaces con los registros correspondientes.

Este enfoque—que cubre más de 30 registros—es el más completo que se ha desarrollado e implementado a escala. Pero, debido a que se basa en una lista permitida predefinida de registros (ver la declaración de métodos del indicador de registro de estudios para más información), es posible que haya registros que se pasen por alto.


¿Qué tan común es el registro de estudios?

En los últimos cinco años, las tasas de registro de estudios en PLOS han aumentado lenta pero constantemente, del 5% de los artículos en 2018 al 7% en 2023. La misma tendencia general se puede observar en el corpus comparador, con tasas que aumentan del 6% en 2018 al 7% en 2023.

El registro más utilizado por los autores de PLOS es Clinicaltrials.gov, seguido por el registro de revisiones sistemáticas PROSPERO. Pero también se puede observar por primera vez con este nuevo indicador la prevalencia de registros usando el Open Science Framework y otros registros, que cubren una amplia variedad de diseños de estudio. Los datos que se están publicando actualmente no están optimizados para segmentar por disciplina, aunque una versión anterior del conjunto de datos de OSI incluye campos de investigación para la mayoría de los artículos relevantes y planeamos compartir un análisis de los datos de registro de estudios por campo más adelante este año. Otras características que estamos considerando para este indicador incluyen detectar registros en el texto de archivos suplementarios y capturar las fechas en que se registraron y compartieron los registros.


Otros resultados y refinamientos

Los principales archivos de datos en el último conjunto de datos de OSI incluyen todos los 112,229 artículos de investigación de PLOS publicados entre el 1 de enero de 2018 y el 31 de marzo de 2024, así como un corpus comparador más pequeño. Para los artículos de PLOS, los últimos resultados muestran:

  • 31% de todos los artículos de investigación compartieron datos de investigación en un repositorio en el primer trimestre de 2024 (sin cambios desde el cuarto trimestre de 2023).
  • 17% de todos los artículos de investigación compartieron código en el primer trimestre de 2024 (un 1% más que en el cuarto trimestre de 2023).
  • 22% de todos los artículos de investigación estuvieron asociados con un preprint en el primer trimestre de 2024 (un 2% menos que en el cuarto trimestre de 2023).

La tasa de adopción de preprints en los comparadores ha sido mayor que en PLOS desde 2023, impulsada por editores con servidores de preprints internos, pero esta tasa también disminuyó en los comparadores en el primer trimestre de 2024, lo que sugiere una tendencia más amplia. Mientras tanto, se han aplicado mejoras al indicador de preprints y se han aplicado retroactivamente a todo el corpus. Se ha eliminado una fuente menor de falsos positivos y, de manera más significativa, se han eliminado los preprints publicados después de que se publicó el artículo de investigación asociado (también conocidos como “postprints”). Este cambio afecta desproporcionadamente a los artículos más antiguos, que han tenido más tiempo para acumular un postprint.

También se ha actualizado el enfoque de emparejamiento de artículos comparadores. Para esta última versión, los términos de encabezados de materias médicas (MeSH) para el nuevo trimestre de datos se han actualizado según la distribución de términos MeSH para los artículos de PLOS publicados entre el 1 de enero de 2022 y el 31 de diciembre de 2023. Se espera actualizar la distribución de términos MeSH anualmente para asegurar que la comparativa siga siendo comparable a la composición cambiante de los artículos de PLOS.


jueves, 25 de julio de 2024

Algunos investigadores ‘sorprendidos’ de que Taylor & Francis haya vendido el acceso a sus investigaciones a Microsoft AI

Publicado en blog Universo Abierto
https://universoabierto.org/2024/07/23/algunos-investigadores-sorprendidos-de-que-taylor-francis-vende-el-acceso-a-sus-investigaciones-a-microsoft-ai/



Algunos investigadores ‘sorprendidos’ de que Taylor & Francis haya vendido el acceso a sus investigaciones a Microsoft AI

Battersby, Matilda. «Academic Authors “shocked” after Taylor & Francis Sells Access to Their Research to Microsoft AI». The Bookseller. Accedido 23 de julio de 2024. https://www.thebookseller.com/news/academic-authors-shocked-after-taylor–francis-sells-access-to-their-research-to-microsoft-ai.

Autores académicos han expresado su sorpresa al enterarse de que la editorial Taylor & Francis, propietaria de Routledge, vendió acceso a las investigaciones de sus autores como parte de una colaboración con Microsoft en inteligencia artificial (IA), en un acuerdo valorado en casi 8 millones de libras (10 millones de $) en su primer año. La sociedad de autores ha mostrado preocupación por esta situación y destacó la falta de consulta con los autores antes de firmar el acuerdo.

La Dra. Ruth Alison Clemens, una académica publicada por Taylor & Francis y Routledge, dijo que los autores no fueron informados sobre el acuerdo de IA y no tuvieron la oportunidad de optar por no participar. Clemens se enteró del trato por casualidad y expresó su sorpresa por la falta de comunicación al respecto.

Un portavoz de Taylor & Francis confirmó el acuerdo, indicando que proporciona a Microsoft acceso no exclusivo a contenido avanzado y datos para mejorar los sistemas de IA. El acuerdo, detallado por Informa, la empresa matriz de Taylor & Francis, en una actualización comercial en mayo, estipula un pago inicial de $10 millones por acceso a los datos, con pagos recurrentes no especificados en los tres años siguientes.

Taylor & Francis afirmó que protege la integridad del trabajo de los autores y los derechos de recibir pagos de regalías conforme a los contratos de autor. Sin embargo, no quedó claro si existe una política de exclusión para los autores en este acuerdo.

La comunidad académica ha mostrado una fuerte preocupación, destacando la necesidad de considerar cuestiones de derechos de autor, derechos morales y protección de datos. The Society of Authors (SoA) instó a los autores que descubran que su trabajo ha sido utilizado sin su consentimiento a contactarlos para recibir orientación.

Barbara Hayes, directora ejecutiva de ALCS, enfatizó la importancia de representar plenamente los intereses y derechos de los autores en estas negociaciones, una etapa que a menudo falta en los acuerdos actuales.

A principios de esta semana, el Copyright Clearance Centre anunció la disponibilidad de los derechos de reutilización de la IA dentro de su  Annual Copyright License (ACL), que, según afirma, es «la primera solución colectiva de concesión de licencias para el uso interno de materiales protegidos por derechos de autor en sistemas de IA». La licencia proporcionará a los titulares derechos y remuneración por los nuevos usos de sus contenidos.

lunes, 22 de julio de 2024

El 89 % de las revistas científicas han los APCs más que la inflación entre 2019 y 2023

Publicado en blog La Ciencia de la Mula Francis
https://francis.naukas.com/2024/07/10/el-89-de-las-revistas-cientificas-han-subido-el-precio-por-publicar-en-abierto-mas-que-la-inflacion-entre-2019-y-2023/

El 89 % de las revistas científicas han subido el precio por publicar en abierto

más que la inflación entre 2019 y 2023

Por Francisco R. Villatoro, el 10 julio, 2024

El lobby de las grandes editoriales de revistas científicos ha fomentado la vía dorada
de la publicación de artículos en abierto (open access). En ella los autores pagamos por
publicar (APCs, o Article Processing Charges) para que los lectores puedan leer gratis.
Como autor prefiero la vía diamante o, en su defecto, la vía verde.
Pero el lobby prefiere los beneficios crecientes de la vía dorada. Se publica en arXiv 
(vía verde) un estudio del cambio del precio por publicar en 5842 revistas entre 2019 y 2023.

No sorprenderá a nadie que el 89 % de las revistas con APCs (5192) han subido su precio
 por publicar, 2323 por encima de la inflación (un 19 %) y 2877 ajustadas a la inflación;
solo 462 revistas han bajado su precio y 180 lo han mantenido constante.
¿Cuándo los gobiernos fomentarán la vía diamante en contra del lobby editorial?
Quizás sea una utopía, pero el esfuerzo colectivo de la comunidad científica podría
convertir dicha utopía en realidad.

El ánimo de lucro de las editoriales queda muy claro cuando más del 39 % de las revistas
han subido las APCs por encima de la inflación; entre ellas todas las de MDPI (menos una),
un 57 % de las de Elsevier, un 52 % de las de Frontiers, un 35 % de las de Wiley
y un 23 % de las de Springer Nature.

 
Y el 49 % de las revistas han subido las APCs ajustadas a la inflación,
que ha sido del 19 %; entre ellas el 71 % de las de Springer Nature y de las de PLOS,
el 58 % de las de Wiley y el 48 % de las de Frontiers.
La editorial que en mayor porcentaje ha bajado las APCs ha sido Elsevier,
aunque solo lo ha hecho en el 14 % de las revistas.


Como siempre, las estadísticas son solo eso estadísticas, pero nos ofrecen dan datos
para reflexionar.

 
El artículo es Leigh-Ann Butler, Madelaine Hare, …, Stefanie Haustein,
«An open dataset of article processing charges from six large scholarly publishers
(2019-2023),» arXiv:2406.08356 [cs.DL] (12 Jun 2024),
doi: https://doi.org/10.48550/arXiv.2406.08356 (hay una herramienta interactiva 
para visualizar los datos).

Quizás algunas personas lectoras de este blog no sepan de qué precios estamos hablando.
Esta figura muestra los precios medios para revistas de diferentes editoriales en revistas
en las vías híbrida y dorada. Como se puede ver son superiores a 1000 dólares
alcanzando hasta 3500 dólares. Por la vía alta, destacan revistas híbridas como Nature,
cuyas APCs para la vía dorada alcanzan en 2024 hasta los 12 290 dólares (10 290 euros)
[Nature APCs]. Por cierto, la vía verde (green route) consiste en depositar los artículos
en repositorios de acceso abierto (como arXiv o bioRxiv que no tienen revisión por pares,
o con algún tipo de revisión por pares comunitaria); la vía dorada (gold route) consiste
en pagar por publicar en revistas científicas con revisión por pares (peer review)
que luego son de acceso gratuito para los lectores; y la vía diamante o platino
(diamond route) consiste en publicar de forma gratuita en revistas con revisión
por pares que luego no cobran a los lectores por leer dichos artículos.
Estas últimas revistas suelen estar
financiadas por instituciones gubernamentales o por sociedades científicas,
aunque son muy excepcionales.

"¡Quemadlo con fuego!" - El uso de ChatGPT «polariza» a los revisores

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/corrupting-chatgpt-use-polarises-peer-reviewers   Quemadlo...