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viernes, 7 de octubre de 2022

El futuro de Internet se dirime en una votación clave entre Occidente y la alianza ruso-china

Publicado en elDiario.es
https://www.eldiario.es/tecnologia/futuro-internet-dirime-votacion-clave-occidente-alianza-ruso-china_1_9572412.html?s=08


El futuro de Internet se dirime en una votación clave entre Occidente y la alianza ruso-china

Carlos del Castillo

27 de septiembre de 2022 23:23h
Actualizado el 28/09/2022 12:53h

Internet se encuentra ante una bifurcación histórica. Uno de los caminos mantiene el ecosistema digital actual: una red de redes global y sin fronteras, operada por agentes privados sometidos a supervisión pública. En la otra ruta, Internet se balcaniza en una infraestructura que replica el mundo físico. Tiene muros infranqueables que separan las parcelas estatales, cada una con sus propias normas y fuerzas del orden que las hacen cumplir.

Uno de los organismos donde se decide el rumbo que toma la Red es la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), dependiente de la ONU. Este jueves hay elecciones para elegir a su presidente y los candidatos que se han presentado muestran la importancia de capitanearlo en los próximos años. La votación será entre una representante de EEUU, que no aspiraba a dirigir la UIT desde 1959; y un exministro de Rusia, que nunca la ha comandado.

Los dos candidatos representan a ambas cosmovisiones sobre lo que debería ser el futuro de la Red. Los dos bloques han hecho movimientos muy claros en los últimos meses para marcar su política digital y quiénes son sus aliados. La guerra de Ucrania no ha hecho sino intensificar la ruptura entre ambos modelos.

Por un lado, EEUU promovió en abril una “Declaración para el Futuro de Internet” que fue ratificada por España y otros 58 países. Es un tratado internacional entre “todos los socios que apoyan activamente que sea abierto, libre, global, interoperable, fiable y seguro”.

Los firmantes se comprometen a “proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales de todas las personas”, “una Internet global que fomente la libre circulación de la información” y un “enfoque de gobernanza de múltiples partes interesadas que mantiene a Internet en funcionamiento en beneficio de todos”.

La Declaración no cita a Rusia ni a China. No obstante, supone una oposición directa al modelo de Internet que defienden estos países. Según explicó la Casa Blanca, el tratado llega en respuesta al “aumento del autoritarismo digital en la que algunos Estados actúan reprimiendo la libertad de expresión, censurando sitios de noticias independientes, interfiriendo en las elecciones, promoviendo la desinformación y negando a sus ciudadanos otros derechos humanos”.

Soberanía para violar derechos humanos

Moscú y Pekín también han firmado tratados en estos años para buscar una gobernanza alternativa de Internet. En el último, de 2021, Vladímir Putin y Xi Jinping se comprometieron a “preservar el derecho soberano de los Estados a regular el segmento nacional de Internet”.

Ambos países ya han levantado murallas para escindir sus redes de la infraestructura global. De puertas adentro, sus regulaciones nacionales se han traducido en censura y violaciones de los derechos humanos. Sus empresas digitales están sometidas a un férreo control gubernamental. Cualquier actor que no se ciña al guion, ya sea un influencer o el desarrollador de una nueva aplicación, puede desaparecer o verse obligado a exiliarse del país.

Pero Putin y Xi Jinping no solo rubricaron “su unidad en las cuestiones relacionadas con la gobernanza de Internet”, sino que se comprometieron a extenderla y aumentar su control sobre la Red global. “Rusia y China insisten en la necesidad de potenciar el papel de la Unión Internacional de Telecomunicaciones y reforzar la representación de ambos países en sus órganos de gobierno”, reza su tratado. Dicho y hecho.

El candidato ruso, al ataque

Rashid Ismailov, ex ministro de Comunicaciones y Medios de Masas del Kremlin, se ha presentado a dirigir la UIT. Su discurso contrasta con el de su rival, Doreen Bogdan-Martin, una funcionaria que ha hecho casi toda su carrera en el organismo. Mientras que la estadounidense se centra en los problemas clásicos de Internet (brecha digital, brecha digital de género, conectividad en países subdesarrollados), el ruso lanza cargas de profundidad contra el diseño de la Red actual.

“Imaginemos que un día nos encontramos con las aplicaciones desactivadas, el almacenamiento en la nube cerrado, nuestro acceso restringido. Toda nuestra infraestructura habrá desaparecido junto con todos nuestros datos. Y eso solo es la punta del iceberg”, ha denunciado Ismailov. “No podemos acceder a nuestra identidad, incluido nuestro avatar en el universo digital, porque alguna corporación nos bloquea”, dijo.

Para reforzar este discurso y en un movimiento que seguramente tenga muy poco de casual, Putin ha decidido conceder la ciudadanía rusa a Edward Snowden justo este lunes. El exanalista de la NSA reveló una trama de espionaje político y económico coordinado entre la Casa Blanca y las principales multinacionales de Silicon Valley, que dejaron agujeros en sus sistemas para que los espías de EEUU se colaran por ellos. Snowden es la figura que más daño ha hecho a la cosmovisión de Internet “libre” que defiende EEUU.

“La UIT debe proporcionar estrategia, orientación y visión, no una burocracia inscrita en un mundo unipolar”, dice Ismailov.

Puesto clave

La Unión Internacional de Telecomunicaciones no es un organismo de Naciones Unidas más. Es mucho más antiguo que la propia ONU (fue fundada 80 años antes, en 1865) y no es solo una representación de países, sino que además de los 193 representantes estatales tiene otros 900 miembros entre empresas, universidades y ONG.

Es un ente prácticamente desconocido para el gran público porque hasta ahora su misión principal ha sido que no se note su presencia. Se encarga de armonizar los estándares de comunicación. Su primera misión fue que el alfabeto morse fuera universal. Hoy trabaja para que todas las tecnologías digitales hablen en los mismos códigos, lo que la convierte en uno de los organismos regulatorios más importantes para Internet.

Un presidente que pretendiera facilitar que Internet se balcanizara podría hacerlo permitiendo que surgieran varios sistemas alternativos que, en la práctica, complicarían la interoperabilidad. También promoviendo estándares que permitieran el seguimiento de los ciudadanos por parte de los gobiernos.

La votación entre Bogdan-Martin e Ismailov tendrá lugar este jueves en Bucarest (Rumanía), donde la UIT lleva a cabo su “Conferencia de Plenipotenciarios” desde este lunes hasta el próximo 14 de octubre. El organismo renovará también a toda su cúpula y elegirá a los 48 miembros de su Consejo. En las salas del mastodóntico Palacio del Parlamento de Bucarest, levantado por orden del dictador Nicolae Ceaușescu, la organización elegirá también sus líneas estratégicas para el período 2024-2027, que podrían resultar claves para el futuro de Internet.


martes, 8 de marzo de 2022

[Ciencia y geopolítica] RUSIA: efectos de las represalias económicas y políticas en las revistas científicas

Publicado en The Scholarly Kitchen
https://scholarlykitchen.sspnet.org/2022/03/02/decoupling-from-russia/



Desvinculación de Rusia

Por LISA JANICKE HINCHLIFFE, ROGER C. SCHONFELD

2 DE MARZO DE 2022


La semana pasada fue testigo de una repentina y grave desvinculación de Occidente con Rusia como resultado de la invasión rusa de Ucrania. En múltiples sectores -político, financiero, técnico y comercial- se tomaron medidas rápidas para poner fin a las asociaciones con organizaciones rusas y cesar los proyectos de colaboración. La ruptura de los vínculos se acompañó de duras declaraciones de reproche, sin que se sugiriera la posibilidad de un compromiso. Una nueva atmósfera de Guerra Fría se apoderó de Europa con sorprendente brusquedad, acompañada de la esperanza de que el conflicto militar no se extienda más. Hoy debatimos esta disociación en los contextos de la colaboración en la investigación, el intercambio científico y la comunicación académica. 


Ciencia global y poder blando 


Hasta hace muy poco, la política científica por defecto de muchas democracias del mundo ha sido de apertura científica y cooperación global. Si bien esto ha sido puesto a prueba por los acontecimientos de los últimos años, la apertura ha seguido siendo el principio básico, como uno de nosotros (Roger) escribió recientemente (openness has continued to be the basic principle, as one of us (Roger) wrote about recently). 


Las asociaciones, los programas compartidos, los intercambios de expertos y similares se consideran herramientas de "poder blando" de la diplomacia y la política exterior. Los enfoques de poder blando tratan de influir y persuadir a través de la búsqueda de intereses mutuos y oportunidades de intercambio social, cultural y político. Los enfoques de poder blando se contraponen a menudo a los enfoques de "poder duro", que tratan de coaccionar mediante la fuerza, las amenazas y las sanciones.


En los últimos años ha surgido cierta presión contra la apertura científica, sobre todo como resultado de la preocupación de las democracias por la falta de reciprocidad de China. Estas preocupaciones se aceleraron durante la pandemia, acompañadas de esfuerzos para abordar la interdependencia económica mediante una mayor resistencia de la cadena de suministro y otras medidas. Pero la política de base por defecto ha seguido caracterizándose por las asociaciones internacionales, la apertura científica y la comunicación académica global (But the default baseline policy has remained one characterized by international partnerships, scientific openness, and global scholarly communication). 


Desvinculación científica


A la luz de los precedentes históricos, la rapidez con la que ha surgido la desvinculación científica de Rusia es notable y sorprendente. Por supuesto, esto se produce en el contexto de las sanciones contra los líderes y las élites rusas, los esfuerzos para cerrar el sistema bancario mundial a Rusia, las restricciones a las aerolíneas rusas y la prestación de ayuda letal a Ucrania, entre otras acciones. Los primeros indicadores sugieren que al menos algunos países occidentales, en particular Alemania, se están moviendo rápidamente para la desvinculación científica también.


El día en que Rusia invadió Ucrania, el gobierno alemán ordenó a las universidades que congelaran las relaciones científicas con Rusia (German government directed universities to freeze scientific relations with Russia). Al día siguiente, la Allianz der Wissenschaftsorganisationen (Alianza de Organizaciones Científicas) emitió una declaración de apoyo a la directiva gubernamental (statement of support for the government directive), afirmando que "se recomienda congelar con efecto inmediato la cooperación científica con instituciones estatales y empresas comerciales de Rusia hasta nuevo aviso, que los fondos de investigación alemanes dejen de beneficiar a Rusia y que no se celebren actos conjuntos de política científica y de investigación. Por el momento no deberían iniciarse nuevos proyectos de cooperación" (Traducción al inglés por DeepL). La Deutsche Forschungsgemeinschaft (DFG, Fundación Alemana de Investigación), que mantiene una larga relación con Rusia, incluido un programa de colaboración con la Fundación Científica Rusa (a collaborative program with the Russian Science Foundation) y una oficina en Moscú (an office in Moscow), es miembro de la alianza. Ayer, el Ministerio de Educación e Investigación de Dinamarca emitió una recomendación similar para poner fin a las colaboraciones de investigación tanto con Rusia como con Bielorrusia (Denmark’s Ministry of Education and Research has issued a similar recommendation to end research collaborations with both Russia and Belarus).


Otro ámbito de colaboración que corre el riesgo de resquebrajarse es la cartera de investigación de las naciones árticas y las implicaciones de la investigación sobre el cambio climático. En una entrevista con la CBC, Robert Huebert, profesor asociado de la Universidad de Calgary, explicó (explained): "Gran parte de nuestra comprensión del cambio climático procede del intercambio cooperativo de información y ciencia con los rusos en el contexto del Consejo Ártico". Además, continuó Huebert, "tenemos tratados de búsqueda y rescate. Tenemos toda una serie de medidas muy significativas. Me temo que todos ellos van a quedar congelados o a ser irrelevantes".  Consecuencias para la comunicación académica La congelación de las colaboraciones científicas y de investigación con Rusia tendrá consecuencias para la comunicación académica. La publicación científica se ha globalizado sustancialmente en las últimas décadas, producto natural de los principios subyacentes de apertura científica en combinación con las tecnologías digitales y de red para la distribución de información. Los mayores actores operan con corporaciones multinacionales distribuidas. No obstante, es difícil ver una estabilidad a largo plazo en la idea de que un manuscrito académico producido en una parte del mundo pueda ser leído -y a menudo libremente- por académicos de naciones adversas, por no hablar de los que trabajan en campos militares o de doble uso. Ya se han presentado propuestas de geowalling para abordar la falta de reciprocidad en la apertura y podrían adquirir un nuevo atractivo en el tipo de clima de Guerra Fría que ha surgido. Si la desvinculación se consolida, las repercusiones en el sistema de comunicación académica son inevitables (Geowalling proposals have been floated before to address lack of reciprocity in openness). En esta época de rápidas renuncias a sistemas de valores y principios que parecían perdurables, estamos siguiendo una serie de cuestiones de importancia estratégica para la comunicación académica y la edición: - ¿Cederán las editoriales y los proveedores de servicios occidentales a las presiones para que los académicos rusos se desprendan de sus publicaciones (pressure to de-platform Russian scholar)? - ¿Se destituirá a los editores y miembros del consejo de redacción rusos? - ¿Retendrán los académicos occidentales sus manuscritos y su trabajo de las publicaciones rusas? - ¿Atenderán los investigadores individuales el llamamiento directo de la Fundación Nacional de Investigación de Ucrania para que "rompan inmediatamente todos sus vínculos con las estructuras científicas rusas" (“immediate severance of all your ties with Russian scientific structures”)? - ¿Continuarán las publicaciones occidentales, especialmente sobre temas sensibles y de doble uso, estando ampliamente disponibles en línea, incluso a través del acceso abierto? - ¿Se mantendrán las asociaciones industriales entre editores occidentales y rusas, como la colaboración entre la editorial Pléyades y Springer Nature, cuya sede corporativa está en Berlín (collaboration between Pleiades Publishing and Springer Nature)? - ¿Se ajustarán las clasificaciones y otros sistemas de reconocimiento y recompensa para quitarle prioridad o eliminar a las instituciones y los académicos rusos? - ¿Cómo se efectuarán los pagos de las universidades rusas a las editoriales en concepto de suscripciones y/o APCs a la luz de la desvinculación financiera que se ha producido, incluyendo, por ejemplo, la retirada de Rusia de SWIFT? - Si las instituciones rusas no pueden pagar por los recursos y servicios, ¿dejarán las editoriales de facilitar el acceso a los contenidos y de rechazar los manuscritos por falta de APC, o elegirán facilitar el acceso a las publicaciones y a los servicios editoriales sin coste alguno? - ¿Y cómo afectarán las sanciones económicas y gubernamentales a las decisiones que puedan tomar las editoriales? En los casos anteriores de sanciones de EE.UU. contra Irán, Elsevier estableció directrices sobre quién podía manejar ciertos manuscritos (Elsevier put in place guidance about who could handle certain manuscripts) y PLOS (PLOS wrote off unpaid invoices) canceló las facturas impagadas. Por último, observamos que muchas de estas cuestiones se responderán no sólo con la política de los editores, sino también, en algunos casos, con la aplicación por parte de los editores y los consejos de redacción de sus propias prácticas para revistas específicas. Esto ya ha ocurrido con el Journal of Molecular Structure de Elsevier (already happened with Elsevier’s Journal of Molecular Structure), donde el editor jefe explicó el rechazo de un manuscrito con un autor de una institución rusa diciendo (saying) que "no es una política general de Elsevier". Un representante de Elsevier confirmó que "en este momento, no tenemos restricciones para aceptar envíos de artículos que incluyan autores rusos." Se podrían plantear preguntas similares sobre las bibliotecas y cómo abordarán las publicaciones rusas. ¿Optarán las bibliotecas occidentales por seguir coleccionando material ruso y suscribirse a revistas rusas? ¿Les permitirán Rusia y/o las potencias occidentales hacerlo? ¿Continuarán los intercambios de personal y las colaboraciones organizativas existentes? Y, ¿qué pasa con los pagos de APC o la inclusión de revistas rusas en acuerdos de transformación a la luz de las barreras que existen ahora para hacer pagos a los editores rusos? Por último, ¿podría la desvinculación ejercer una mayor presión sobre Sci-Hub, que está domiciliada en Rusia? Existen escenarios en los que se establecen mayores controles en Internet, con el consiguiente impacto en Sci-Hub, pero hasta ahora hay pocas pruebas que sugieran que esto vaya a ocurrir. Además, cabe preguntarse si habrá mayores reparos individuales a la hora de utilizar un servicio del que se dice que tiene conexiones con los servicios de inteligencia rusos (a service that has been said to have connections with Russian intelligence services). Cuestionar la disociación Como ya se ha dicho, el desacoplamiento científico que estamos viendo actualmente es notable y algo sorprendente. También es motivo de cierta preocupación. La diplomacia científica es un elemento de poder blando de la política exterior desde hace mucho tiempo. Incluso en épocas de conflicto significativo, el intercambio científico ha continuado a buen ritmo, una especie de canal de retorno silencioso impulsado por el compromiso con la búsqueda del conocimiento y el bien común, que facilita el restablecimiento de las relaciones tras el conflicto. Algunos cuestionan públicamente la estrategia de cortar las relaciones científicas con investigadores e instituciones. Por ejemplo, se cita a Kurt Deketelaere, secretario general de la Liga de Universidades Europeas de Investigación, quien afirma que no tiene "ni idea de por qué castigar a universidades y académicos inocentes por los actos estúpidos de su gobierno". Muchos se hacen eco de este sentimiento de preocupación por el daño a los investigadores individuales y a las instituciones académicas, y se menciona como un impacto previsto incluso por aquellos que están cortando lazos. El propio Ehler reconoce que la decisión de desvincularse es grave. Concluye su petición de que la Unión Europea rompa los lazos con la afirmación de que "cortar todos los lazos científicos y de investigación debería ser el último recurso en un conflicto internacional". Perspectivas futuras de la diplomacia científica La esperanza de estos desacoplamientos es, presumiblemente, que estas acciones tengan un efecto en el curso inmediato de los acontecimientos, lo que podría permitir el retorno a unas relaciones más colegiadas en el futuro. Pero también existe, lamentablemente, la posibilidad de que el desacoplamiento continúe y se profundice a largo plazo. El comportamiento de Rusia ha superado las previsiones. Y, ciertamente, está fuera de nuestra competencia pronosticar completamente lo que pueden traer los próximos días y semanas. En cualquier caso, es muy probable que las relaciones entre Rusia y Occidente tarden años, si no décadas, en recuperarse. Algunos observadores hablan de una espera para un cambio de régimen en Rusia, que podría ser muy larga. En el escenario, quizá menos probable, de que Rusia se reforme rápidamente, el restablecimiento de la confianza, las asociaciones y las inversiones es un camino más largo. Hasta ahora, los académicos se han sentido relativamente seguros de que la apertura científica prevalecería incluso en tiempos de gran conflicto y que las relaciones de colaboración serían valoradas de tal manera que serían recompensadas por crearlas y mantenerlas. La voluntad de los investigadores individuales de invertir tiempo y esfuerzo en futuras colaboraciones puede verse limitada por haberlas visto trastocadas por esta desvinculación actual que ha perturbado su trabajo o incluso lo ha paralizado por completo. Del mismo modo, hasta ahora los editores han invertido con la expectativa de tener un alcance global y unos beneficios acordes. La adquisición de Hindawi por parte de Wiley sorprendió a algunos observadores precisamente por la considerable dependencia de los ingresos de Hindawi con respecto a China. Viendo la rapidez con la que puede empezar a caer una congelación sobre la ciencia mundial, cabe preguntarse si las valoraciones de tales inversiones se descontarán por el riesgo geopolítico de forma diferente en el futuro. Y, de hecho, la desvinculación de Rusia planteará preguntas sobre otras posibles desvinculaciones. Aunque Deketelaere observó (observed) que "no dejamos de cooperar con China cuando, en contra de todas las normas y acuerdos, reintegraron Hong Kong, o cuando siguen violando el espacio aéreo de Taiwán", no es difícil imaginar que -ahora que la marea ha cambiado respecto a la práctica pasada de mantener la apertura científica- la desvinculación científica podría convertirse en una estrategia más común. Lisa Janicke Hinchliffe @LISALIBRARIAN
Lisa Janicke Hinchliffe es profesora/coordinadora de los servicios de alfabetización informativa e instrucción en la Biblioteca Universitaria y profesora afiliada en la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. lisahinchliffe.com Roger C. Schonfeld @RSCHON
Roger C. Schonfeld es director de Bibliotecas, Comunicación Académica y Museos de Ithaka S+R. Roger dirige un equipo de expertos y analistas temáticos y metodológicos que llevan a cabo investigaciones y prestan servicios de asesoramiento para impulsar la innovación basada en pruebas y el liderazgo entre bibliotecas, editoriales y museos para fomentar la investigación, el aprendizaje y la conservación. Es miembro de la Junta Directiva del Center for Research Libraries. Anteriormente, Roger fue investigador asociado en la Fundación Andrew W. Mellon.

lunes, 27 de diciembre de 2021

ESPAÑA: Reducir las Humanidades es un deliberado plan del Gobierno para borrar la historia de Occidente

Publicado en La Razón
https://www.larazon.es/cultura/20211227/ceamm6bzwfbnzf7j2lzv47uh3q.html


Reducir las Humanidades es un deliberado plan del Gobierno para borrar la historia de Occidente

Un alumno sin conocimientos históricos es más fácilmente manipulable por los que hacen de las identidades su campo de batalla ideológico

  • Manuel Alejandro Rodríguez de la Peña
Creada 26-12-2021 |

Son legión los historiadores que están criticando la eliminación de contenidos previos a 1812 en la enseñanza de Historia de España en 2º de Bachillerato tal y como aparece en el nuevo decreto ley que va a regular los nuevos currículos en desarrollo y aplicación de la llamada LOMLOE. Resulta curioso constatar cómo en este coro de voces indignadas coinciden grandes historiadores de todos los signos y tendencias, sobre todo, especialistas en historia antigua, medieval y moderna, cuyas materias se ven eliminadas de un plumazo de «la memoria democrática» oficial. Simplemente han dejado de ser relevantes.

Todos coincidimos, en efecto, en el riesgo que entraña este borrado de la memoria: un alumno sin conocimientos históricos es más fácilmente manipulable por los que hacen de las identidades (para negarlas, deformarlas o para absolutizarlas) su campo de batalla ideológico. Ahora bien, son muchos menos los que vinculan esta estrategia legislativa de supresión de la memoria española previa a 1812 con las «políticas de cancelación» de la cultura occidental propias de este Gobierno y de una parte de la izquierda europea y anglosajona. La mayoría de los que están protestando se limitan a expresar su preocupación académica por la eliminación de contenidos clave para la correcta formación humanística de los alumnos sin querer entrar en disquisiciones filosóficas sobre el marco mental del legislador al que ello obedece.

Los hay que apuntan a las consecuencias que para la transmisión de la identidad española y la memoria común puede tener el eliminar el pasado previo a 1812 del currículo de Bachillerato. A pesar de que uno de los objetivos declarados en el borrador del Real Decreto es «identificar el origen de la idea de España y de otras identidades territoriales a través de los textos, desde sus primeras formulaciones y su evolución en el tiempo» (Competencias específicas de Historia de España, nº 2), lo cierto es que esto es imposible llevarlo a cabo si uno elimina de los contenidos la herencia fundadora romano-cristiana, los reinos medievales, Al-Andalus y la Reconquista, la Conquista de América y el Imperio Español. Lo romano, lo cristiano, lo andalusí, lo sefardí, la Hispanidad… todo borrado de un plumazo.

Se insiste una y otra vez en el borrador del decreto en que el alumno de Bachillerato debe saber «identificar la diversidad identitaria de nuestro país». No veo cómo va a poder comprender esa rica diversidad lingüística y cultural si se elimina del currículo el pasado medieval, que es el momento de su nacimiento. Salvo que se deje en otras manos el explicar cómo y cuándo nacieron, con el consiguiente riesgo de fomentar esencialismos nacionalistas. Sabiendo como sabemos de qué modo esencialista se enseña la historia en algunas comunidades autónomas, resulta extraordinariamente preocupante. Y es que, por supuesto, con este marco curricular, tampoco comprenderá cabalmente el alumno las raíces de la identidad española común, forjada en los siglos que van de la romanización y cristianización de la Península Ibérica a la Hispanidad ultramarina de la Edad Moderna. Un sedimento histórico de siglos que nos hermana con los pueblos de Iberoamérica. ¿Cómo comprenderán los alumnos, si no, la bella formulación de la Constitución de Cádiz de 1812 que habla de que «la Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios»?

Marco filosófico

Dicho esto, no podemos concluir este artículo sin plantear que, a nuestro juicio, limitarse a señalar la amenaza que esta reforma del currículo supone para una transmisión matizada y rigurosa de la memoria de España sin también indagar en el marco filosófico en la que ésta se enmarca peca de reduccionismo y de cierta miopía. En efecto, si no analizamos esta reforma en el marco de un contexto interpretativo más amplio se nos escapará el fin último que persigue. Ese contexto en mi opinión no es otro que el de la llamada «cultura de la cancelación», esa mentalidad woke nacida en las universidades norteamericanas y difundida urbi et orbe por los poderosos «mass media» anglosajones. Pensar que es solo la identidad española la que está amenazada resulta miope, pues es el conjunto de la memoria occidental, de su civilización, lo que está siendo puesto en cuestión. Este «Año Cero» cultural pasa por el olvido de la tradición occidental, un «reseteado» de la memoria histórica milenaria que incluye no solo el Medievo cristiano o la Hispanidad de los dos hemisferios, sino también la cultura grecorromana en aquello que pueda estorbar a la creación postmoderna de las nuevas identidades. En uno de sus sagaces escolios el pensador colombiano Nicolás Gómez Dávila afirmaba que «cada generación solo entiende unos pocos libros de la biblioteca que hereda». Si los «canceladores» se salen con la suya me temo que no entenderán ninguno, salvo quizá «1984», de Georges Orwell.

Manuel Alejandro Rodríguez de la Peña es catedrático de Historia Medieval, Universidad CEU San Pablo  

Plan 2.0 para el acceso abierto: ¿un plan o una nueva ambigüedad?

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...