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lunes, 13 de marzo de 2023

ChatGPT vs Google: ¿El fin de la barra de búsqueda?

Publicado en Letras Libres
https://letraslibres.com/ciencia-y-tecnologia/future-tense-futuro-barra-busqueda-chatgpt/



¿El fin de la barra de búsqueda?

Industrias enteras dependen de la manera en que Google gestiona las búsquedas y la publicidad en línea. Chatbots como Chat GPT podrían cambiar eso, y alterar de paso el modo en que estructuramos el conocimiento humano.


Por Ed Finn
10 marzo 2023

Como buen niño de los 80, puedo dividir claramente mi vida en Antes de Google y Después de Google. Con el inicio del milenio, internet dejó de ser una maraña de listas incompletas de cosas extrañas para convertirse en una muy útil base de datos de investigación. Desde entonces, buscar en Google ha sido una de las únicas constantes tecnológicas de mi vida adulta, que ha persistido a pesar del auge de los teléfonos inteligentes, las redes sociales, los servicios de streaming, e incluso la entrega de burritos con drones (por cierto, ¿qué pasó con eso?).

En todo este tiempo, nadie ha sido capaz de desafiar el papel de Google como guardián de la abundancia digital. Más de 90% de los usuarios de internet de todo el mundo utilizan Google para comprar, navegar y satisfacer su curiosidad sobre prácticamente todo. Los anuncios que Google a partir de esta actividad (y en otros sitios web) han alimentado una máquina de dinero que generó más de un cuarto de billón de dólares en ventas el año pasado.

Google empezó como una especie de creador de mapas de internet, pero gracias a su éxito se convirtió gradualmente en el arquitecto de la World Wide Web. Hoy, industrias enteras, desde el comercio minorista hasta los seguros de automóvil, dependen de la manera en que Google gestiona los resultados de las búsquedas y la publicidad en línea. La frontera electrónica se hizo cada vez más corporativa, organizada de acuerdo con la tiranía del clic: ¿cuántos usuarios hacen clic en tu anuncio, en tu titular, en tu video? Esa cifra determina cuánto dinero se puede ganar en internet (y explica la alucinante cantidad de artículos escritos con el propósito específico de aparecer cuando tecleas, por ejemplo, “¿A qué hora empiezan los Oscares?”)

La economía basada en los clics ha hecho que el mundo sea más eficiente en algunos aspectos, pero ha convertido esta milagrosa base de datos de información global en una frenética subasta en la que todos los sitios web buscan subir a lo más alto en los resultados de búsqueda, conseguir el mayor número de clics y retener el mayor número de ojos. Cada página web que cargas es un poco más lenta gracias a las subastas para determinar qué anuncios se verán. Un sinfín de periodistas profesionales libraron batallas perdidas contra las mezquinas métricas de clics y porcentajes de descarga de páginas, y luego se adaptaron a ellas, convirtiendo la “optimización de motores de búsqueda” en una de las habilidades periodísticas más preciadas. YouTube y las redes sociales persiguen los clics con tal empeño que, sin darse cuenta, crean algoritmos que enganchan a los usuarios con contenidos cada vez más lascivos y radicales. Google ha construido un internet en el que ganan los que más clics hacen, y Google desempeña un papel clave en el recuento de esos clics.

¿Y si todo esto cambia?

La llegada de ChatGPT de OpenAI a finales de 2022 hizo temblar las salas de juntas de las grandes empresas de tecnología. Microsoft, rival de Google, no tardó en utilizar su participación en OpenAI para crear una versión beta de algo nuevo: un agente conectado a Bing, el motor de búsqueda de Microsoft, que puede conversar. Google conectó su propio chatbot de nueva generación, Bard, a su principal producto de búsqueda. Estamos en los primeros tiempos de todo eso, y se nota: la nueva y parlanchina Bing de Microsoft hace poco asustó a un periodista del New York Times con su megalomanía y sus insinuaciones amorosas. Bard, por su parte, cometió un error fáctico en su demo de lanzamiento, haciendo que las acciones de la empresa matriz Alphabet cayeran en picada.

La rapidez con la que Google ha introducido una herramienta de inteligencia artificial a medio cocer en su mayor fuente de ingresos, a pesar de la amenaza que Bard podría representar para el modelo de negocio, indica la seriedad con la que nuestro guardián de toda la información del mundo se está tomando el momento. (Tras la publicación de este artículo, un portavoz de Google se puso en contacto para aclarar que la empresa no tiene intención de sustituir Search por Bard y que Bard, como chat, es distinta de otras grandes herramientas de inteligencia artificial basadas en modelos lingüísticos que se presentaron al mismo tiempo, incluida una que funciona con Search para extraer información de toda la web. El portavoz dijo que Bard no estaba “cambiando la dirección” de Search y reiteró que ninguna de las dos herramientas se ha lanzado públicamente).

¿Qué podría significar sustituir la economía del clic y su piedra angular, la barra de búsqueda, por algo parecido a una conversación? Esto es lo que ofrecen Bard y  Bing con ChatGPT: la posibilidad de hacer preguntas más humanas (¿cuál es el mejor sitio para comer un burrito por aquí y qué drones recomendarías para transportarlo?), y mantener conversaciones con un sistema que retiene el contexto. (Aunque cabe destacar que, en un intento por frenar algunos de los comportamientos más precipitados de su chatbot, Microsoft limitó recientemente a los usuarios a hacer cinco preguntas por sesión). En lugar de ofrecerte un menú de enlaces (y anuncios), tu interlocutor/mayordomo informativo va al grano, quizás ofreciendo algunas notas a pie de página para que sigas leyendo. Si se lo pides, hasta te ofrecerá sus respuestas con voz de pirata o en rimas.

Antes de que apareciera Google Search y devorara la industria del acceso a la información digital, este tipo de síntesis era lo que todo el mundo pensaba que sería nuestro futuro digital. Los primeros visionarios, como Vannevar Bush, previeron el océano de información en el que nadamos e imaginaron sistemas que nos permitirían seguir a “pioneros” y sintetizadores. Los escritores de ciencia ficción de los años 80 y 90 imaginaron obras de inteligencia artificial que actuaban como bibliotecarios (y a veces se les llamaba así), como el educado subsistema de Snow Crash, del autor Neal Stephenson, capaz de resumir libros, correlacionar información y mantener largas conversaciones con humanos. DARPA, el ala de investigación del ejército estadounidense, invirtió millones en un proyecto llamado Personal Assistant that Learns-PAL (Asistente Personal que Aprende) para construir algo similar en la vida real para los mandos militares. Con el tiempo, esa investigación dio lugar a Siri y, con ella, al sueño de una computadora con la que se pudiera hablar de verdad.

Una interfaz basada en conversación supondría un cambio radical respecto a la forma en que hemos aprendido a trabajar en sistemas basados en palabras clave, como Google. Cuando tengo una pregunta complicada que hacer en internet, a menudo tengo que hacer cierto tipo de esfuerzo en mi consulta, tratando de imaginar posibles escenarios en los que alguien podría haberla respondido y que podrían ser muy diferentes de mi contexto. La lista de resultados de búsqueda que aparece, con enlaces patrocinados en la parte superior, me ofrece opciones sobre qué pista seguir o a qué autoridad creer. Todo internauta aprende rápidamente a evaluar la credibilidad y utilidad de un enlace en función de su URL y de cómo aparece en la búsqueda de Google.

Sustituir esa consulta por una conversación representa una transformación a lo que Google lleva tiempo llamando la “búsqueda del conocimiento” de sus usuarios. La clásica barra de búsqueda se esfuerza por ser omnipresente, esencial y casi invisible. Pero estos nuevos chatbots no se apartan del camino. Se adelantan, dan la mano, presentan personalidad y afecto en sus interacciones con los usuarios. Ofrecen síntesis, extrapolación y refinamiento repetido, mediante preguntas de seguimiento y diálogo. Ofrecen la ilusión de un criterio.

En lugar de una lista de posibles fuentes, tenemos una sola voz. Cuando los usuarios interactúan con Bing (R.I.P. Sydney) o Bard, los sitios subyacentes se esconden como notas a pie de página o se ocultan por completo. No muestran sus cálculos. Es tentador para todos los que alguna vez hemos murmurado con frustración “dime ya la respuesta” cuando la búsqueda de Google no da resultados. Pero también es preocupante. Dejando a un lado problemas bien documentados que tienen estos sistemas, como equivocarse, inventar cosas y asustar a la gente, la ilusión de una respuesta única y coherente puede ser peligrosa cuando la naturaleza de la verdad es complicada y controvertida.

La diferencia entre una pregunta y una consulta a una base de datos tiene enormes implicaciones para la forma en que nos relacionamos con el extenso universo del conocimiento humano y entre nosotros mismos. Una lista de resultados de búsqueda, por muy elaborada y manipulada que esté, sigue recordándonos que puede haber respuestas contradictorias a nuestra pregunta. Una interfaz conversacional con una inteligencia artificial encantadora y simplista oculta toda esa confusión. Estos sistemas podrían convertirse en otra capa de ofuscación entre nosotros y la fuente del conocimiento humano. Otra caja negra, pero que habla, cuenta chistes y puede escribir un soneto si se lo ordenan. Irónicamente, OpenAI está intentando resolver el persistente problema de que estos sistemas “alucinen” con información falsa enseñándoles a validar sus resultados mediante un motor de búsqueda.

Pero va a ser mucho más difícil vender clics desde un bot. ¿Qué ocurrirá con la economía del clic si una inteligencia artificial se convierte en un extraño mutante de un portavoz y una bola mágica, o algo así como un avatar de la suma total del conocimiento humano? Recursos ricos en información, como periódicos y foros de debate, podrían encontrarse con que estos sistemas recojan su material y lo reformulen de forma tan elocuente que nadie se moleste en navegar hasta la página original. Parece una invitación para deslizarse aún más en el sospechoso camino en el que los creadores de contenidos dependen de los gigantes tecnológicos para que les ofrezcan una parte de los ingresos, sin que haya forma de verificar sus cifras de manera independiente.

La cuestión de cuál podría ser el modelo de negocio para estos nuevos guardianes, y más aún para los proveedores repentinamente invisibles de esa información a través de internet, nos lleva a una cuestión más profunda: estamos hablando de poner a un nuevo arquitecto a cargo de Internet.

Los motores de búsqueda se basan en los hipervínculos, esas conexiones explícitas entre palabras y páginas que son legibles y programables por los humanos. Desde los albores de la enciclopedia moderna, se podría argumentar que toda la estructura del conocimiento humano empírico se construye a partir de las piezas clave de las notas a pie de página y las referencias cruzadas.

Esto contrasta con grandes modelos lingüísticos como ChatGPT: sistemas de aprendizaje automático que, por su diseño, identifican relaciones complejas entre palabras y frasesm basándose en probabilidades, lo que lleva a que algunas personas los llamen “loros estocásticos“. Ningún ser humano, ni siquiera los ingenieros que los construyeron, puede entender cómo funcionan esas asociaciones entre miles o millones de variables ni, lo que es más importante, por qué hacen determinadas asociaciones. Y eso dificulta mucho la corrección de errores o la prevención de daños sin recurrir a filtros y censuras torpes. Pasar de los vínculos a las relaciones probabilísticas es como pasar de la física newtoniana a la rareza cuántica, o de la verdad a algo que solo suena verdadero. ¿Cómo lo sabes? Porque te lo dijo el chatbot. ~



Este artículo es publicado gracias a una colaboración de Letras Libres con Future Tense, un proyecto de Slate, New America, y Arizona State University.

jueves, 9 de febrero de 2023

Google y Microsoft se declaran la guerra por el dominio de la inteligencia artificial

Publicado en eldiario.es
https://www.eldiario.es/tecnologia/google-microsoft-declaran-guerra-dominio-inteligencia-artificial_1_9934069.html?mc_cid=31d606b6d0&mc_eid=a59fced014



Google y Microsoft se declaran la guerra por el dominio de la inteligencia artificial
8 de febrero de 2023 22:39h
Actualizado el 09/02/2023 09:12h

Las guerras por el dominio de la inteligencia artificial han comenzado. Su primer capítulo será una carrera tecnológica entre dos corporaciones gigantescas, cuyo resultado no determinará solo cuál de ellas genera cantidades más inconcebibles de beneficios. También tendrá impacto directo en cualquier persona que se conecte regularmente a internet, puesto que en el primer campo de batalla van algunas de las herramientas básicas de la vida digital: los buscadores de información, los navegadores web y las aplicaciones de mapas.     

 Es un mercado que Google había copado casi sin oposición durante una década, lo que la ayudó a convertirse en la tercera compañía más valiosa del mundo. Pero su posición ha sufrido un súbito asalto frontal desde el flanco más inesperado: Microsoft, la más veterana de las multinacionales tecnológicas estadounidenses y que por momentos pareció a punto de caer del grupo de gigantes digitales tras perderse la revolución del Internet móvil, quiere volver al centro de la pista y ha retado abiertamente a Google. “Espero que con nuestra innovación les entren ganas de salir y demostrar que saben bailar. Quiero que la gente sepa que les hemos hecho bailar”, presume Satya Nadella, su presidente.     

Microsoft anunció este martes que ha integrado en tiempo récord una versión mejorada de ChatGPT en su buscador Bing. Quiere superar a Google en todas esas búsquedas que el usuario resuelve a través de las respuestas automatizadas, sin profundizar en otras webs. “Es un nuevo paradigma para las búsquedas. Va a llegar una rápida innovación. La carrera empieza hoy”, declaraba Nadella.

El nuevo Bing está aún en pruebas y se irá abriendo a nuevos usuarios poco a poco. Microsoft espera que sea más “inspirador” que su competencia, al poder dar consejos al usuario, realizar comparaciones personalizadas basadas en los resultados de búsqueda o contestar a preguntas sobre aspectos concretos de la actualidad. Esto último, además, siendo transparente en cuanto a las fuentes que usa para montar sus respuestas, algo que ChatGPT no puede hacer.  

En una presentación junto al CEO de OpenAI, Sam Altman, Microsoft explicó cómo integrará ChatGPT con su navegador Edge, algo que ocurrirá en “las próximas semanas”. A partir de ese momento Edge contará con un asistente que además de contestar a las preguntas del usuario podrá ofrecer formas de terminar sus textos, o de hacer un resumen de lo que se muestra en una página web. “Esta tecnología cambiará prácticamente todas las categorías de software que conocemos”, avanza Nadella, que en el último año ha metido a Microsoft en todas las fiestas, con un acuerdo sin precedentes con Meta para impulsar el metaverso o la compra del estudio de videojuegos Activision Blizzard por 69.000 millones de euros, la mayor adquisición tecnológica de la historia.

La multinacional interpreta el momento actual como un punto de inflexión para la industria tecnológica. Ganar la carrera de la IA podría ser la carrera tecnológica de la década. Quiere la delantera desde ya y lo demuestra con iniciativas como intentar captar usuarios para su ecosistema ofreciendo saltarse parte de la cola para probar el nuevo Bing si se configura Edge como navegador predeterminado y bajando la app móvil de Bing.

Google baila

Google no se esperaba este movimiento de Microsoft y ha activado el modo crisis para impedir que su competidor le adelante por la derecha. Si Microsoft quiere bailar, Google está dispuesta a hacerlo. Incluso a tirar alguna zancadilla si hace falta.

Una prueba de ello es que la compañía dirigida por Sundar Pichai, al enterarse de que Nadella y Altman preparaban una presentación por todo lo alto para este martes, les contraprogramó anunciando Bard el lunes. El bardo de Google es una nueva función que incluirá un cuadro para interactuar con una inteligencia artificial generadora de texto en su buscador, su respuesta a la integración de ChatGPT en Bing. Está basada en LaMDA, una IA que dio la vuelta al mundo después de que uno de los ingenieros que la probaba fuera despedido tras alertar que la máquina había desarrollado consciencia de sí misma y ya era “un ser sintiente”.

Google no tenía planeado anunciar Bard el lunes y de hecho, ni siquiera sabe cuándo estará disponible. “En las próximas semanas”, ha dicho Pichai. A sus empleados fuera de Silicon Valley también les pilló por sorpresa y se enteraron de los planes de la empresa pocas horas antes. Se puede decir incluso que Google se contraprogramó a sí misma, puesto que la compañía llevaba semanas preparando un acto para este miércoles para dar a conocer el mayor paquete de novedades que su buscador ha tenido en años.

Todas las mejoras que Google incluirá en su buscador tienen que ver con la inteligencia artificial, pero no con la generación de textos, lo que las ha relegado a un segundo plano. El problema es que Google ha querido bailar demasiado rápido y ha patinado. Las acciones de su matriz, Alphabet, han caído un 8% tras los errores que se pudieron apreciar en la demostración este miércoles ante periodistas de la inteligencia artificial que está desarrollando.

Los errores tuvieron que ver con una respuesta de Bard, que aseguró que el telescopio James Webb “tomó las primeras imágenes de un planeta fuera de nuestro propio sistema solar”, lo que no es correcto. El fallo desvela uno de los mayores peligros de estos modelos de lenguaje natural: que den una información falsa y el usuario la asuma como correcta al estar proporcionada por una IA. Durante la presentación de este miércoles elDiario.es ha preguntado a una de las vicepresidentas de Google si Bard incluirá las fuentes de la información que usa en cada momento para escribir sus comentarios, quien ha afirmado que no dispone por el momento de esa información.

“Búsqueda mixta”

Lo que Google ha presentado este miércoles ante periodistas de varios países es una revolución de su buscador basada en la imagen. Lo llama “búsqueda mixta” y se compone de un paquete de herramientas que permite tomar una foto y utilizar inteligencia artificial para detectar lo que hay en la imagen y hacer consultas avanzadas a partir de ella. El mensaje es “si puedes verlo, puedes buscarlo”, ha explicado Prabhakar Raghavan, vicepresidente de Google.

Con las nuevas funciones se podrá, por ejemplo, sacar una foto a un texto y pedir al traductor de Google que lo traduzca sobre la propia imagen. También que lo lea, que lo copie a un documento o que lo busque en su buscador tradicional.

No obstante, el gran potencial de las nuevas herramientas es revolucionar el comercio electrónico. A través de una fotografía se puede buscar un producto en la red, pidiendo a la IA que modifique sus características. Que busque un sillón lo más similar posible pero en otro color, que busque los mismos zapatos pero con tacón, que busque un complemento a juego con cualquier prenda que se le muestre. Se trata de una tecnología que puede tener un gran impacto también sobre las tiendas físicas, puesto que sacando una fotografía de cualquier producto Google podrá encontrar uno igual y señalar si se puede conseguir más barato en Internet.

Por último, Google también ha presentado novedades para Maps centradas en la imagen. El sistema será capaz de reconocer los comercios y lugares de interés directamente desde la cámara. “Utiliza IA combinada con realidad aumentada para ayudarte a encontrar visualmente cosas cercanas, como cajeros automáticos, restaurantes y puntos de tránsito con solo levantar el teléfono. Recientemente hemos lanzado la Búsqueda con Live View en varias ciudades, incluida París. En los próximos meses, empezaremos a expandirnos a más lugares como Barcelona, Dublín y Madrid”, ha adelantado Chris Phillips, otro de los vicepresidentes de la multinacional.

Apuesta con riesgo

La nueva carrera entre Google y Microsoft conllevará riesgos para ambas. Por un lado Microsoft ha hecho una apuesta muy fuerte por la tecnología de OpenAI, pagando 10.000 millones en efectivo por tener acceso a ella más los recursos que está empleando en integrarla en sus productos. Google, con su respuesta, va a aumentar exponencialmente sus costes operativos al introducir IA en sus búsquedas.

Los sistemas de procesamiento de lenguaje natural como ChatGPT o Bard consumen muchos más recursos computacionales y energéticos que una búsqueda tradicional. “Los modelos lingüísticos más potentes son más caros que los que no lo son”, explica a elDiario.es Elisebeth Reid, la tercera vicepresidenta de Google presente en la presentación de sus nuevas herramientas. “Pero estamos empezando a ver que el avance en la IA inicialmente necesitaba modelos muy, muy potentes y ahora puedes seguir teniendo modelos de lenguaje grandes, pero sustancialmente menos pesados mientras mantienes una calidad increíble. Es el modelo que vamos a utilizar con Bard: creemos que ofrece el mismo nivel de calidad, pero también es mejor desde el punto de vista de la sostenibilidad del coste computacional”, ha añadido.

Para Microsoft, si logra romper el dominio de Google, la apuesta habrá merecido la pena. “Google domina este mercado por un margen significativo. Esperamos que este movimiento ponga sobre la mesa otros motores de búsqueda, no solo a nosotros”, confía su presidente: “Todo esto ayudará a que todos los editores obtengan tráfico de múltiples fuentes. Y de paso, a que los anunciantes tengan mejores precios. Y a que los editores ganen más dinero. Los usuarios tendrán una gran innovación. Quiero decir, piensa en el gran día que será cuando eso ocurra”, ha declarado en una entrevista con el medio especializado en tecnología The Verge.     

miércoles, 8 de febrero de 2023

Microsoft saca toda la artillería contra Google: renueva Bing con un chatbot de IA y un nuevo motor de búsqueda

Publicado en Xataka
https://www.xataka.com/robotica-e-ia/microsoft-saca-toda-artilleria-google-renueva-bing-chatbot-ia-nuevo-motor-busqueda



Microsoft saca toda la artillería contra Google: renueva Bing con un chatbot de IA y un nuevo motor de búsqueda

Microsoft abraza la inteligencia artificial. Los de Redmond acaban de anunciar el punto de partida de una estrategia que pone como eje el desarrollo de productos basados en esta tecnología. Veremos a un Bing completamente renovado con un chatbot conversacional que se alimentará de la IA. Además, el buscador tendrá un nuevo motor para arrojar resultados más precisos y relevantes.

Y, por si  lo mencionado fuera poco, la compañía también renovará su navegador Edge de la mano de la IA. “Creemos que esta tecnología transformará todas las categorías del software” ha dicho hoy el CEO de Microsoft, Satya Nadella, en su evento junto a Sam Altman, uno de los cofundadores y el máximo responsable de la compañía de inteligencia artificial detrás de ChatGPT, OpenAI.


Microsoft vitamina su buscador con IA

Los de Redmond han querido dejar la cosas claras. No se conformarán con ser meros espectadores en la revolución de la IA que se avecina. Nadella dice que una carrera ha comenzado y que harán todo lo posible para conseguir posicionarse primeros. Ahora bien, escalar posiciones en una industria con actores de peso como Google, que curiosamente acaba de lanzar un competidor para ChatGPT llamado Bard, no será una tarea fácil.

Entonces, ¿cómo se materializará todo esto? Microsoft habla de una experiencia unificada de búsqueda, navegación y chat. Como decimos arriba, a nivel de funcionamiento, el nuevo motor de búsqueda de Bing promete brindar mejores resultados (una de sus grandes falencias frente a Google). A nivel de diseño estrena una nueva barra lateral y una pestaña superior llamada 'Chat'. 

Como era de esperarse, Nadella ha presentado una “experiencia de chat” en el buscador. Previsiblemente se trata de una respuesta a los comentarios de la gente con la llegada de ChatGPT. En este caso, el nuevo chat interactivo servirá para "ofrecer resultados de búsquedas complejas". Entre los ejemplos mencionan desde planificar un itinerario de viaje hasta investigar qué televisor comprar.

Esta nueva mecánica se centra en en dar respuestas y conversar con el usuario, pero además ofrece la capacidad de ayudar al usuario a crear mejores “prompts”, esto es, a hacer las preguntas de la mejor forma posible para obtener lo que busca. La nueva caja de búsqueda permite introducir hasta 1.000 caracteres, y al hacer cualquier búsqueda aparecen dos grandes bloques.


En primer lugar, una lista de resultados en el bloque de la izquierda. En segundo, una respuesta con enlaces en el bloque de la derecha. Como podemos ver, la propuesta de Bing parece tratar de mezclar las búsquedas tradicionales con ese formato conversacional, de forma que el usuario pueda tener acceso a ambos formatos desde la misma búsqueda.

Puede que te preguntes, entonces, cuál es el funcionamiento interno de esto. Veamos. Bing funciona con un LLM (Large Language Model) de nueva generación desarrollado por OpenAI y personalizado especialmente para el ámbito de las búsquedas. Este sistema es aún más potente que el usado en ChatGPT. Además, cuenta con una nueva forma de trabajo con OpenAI llamada “modelo Prometeus” que mejora en la relevancia de las respuestas, las anota, las actualiza y más.

El índice central de la búsqueda se mejora aplicando el modelo de inteligencia artificial al núcleo del algoritmo de búsqueda, lo que según Microsoft ofrece el mayor salto en relevancia de resultados jamás logrado en un motor de búsqueda. En este sentido, aporta además una nueva experiencia de usuario a las búsquedas, algo que es “tan importante como la plataforma técnica que hay por debajo”.

Otro producto beneficiado con el nuevo rumbo que está tomando la compañía dirigida por Nadella es Edge. La nueva versión del navegador cuenta con esquinas redondeadas que se adoptan de forma más completa el lenguaje de diseño Fluent UI. Eso permitirá que se integre mejor que nunca con Windows 11, y en él encontramos otra novedad lógica: una mayor integración de Bing.

De hecho, la misma interfaz conversacional que está disponible en Bing estará disponible como una barra lateral en Edge, lo que permite acceder a esa capacidad sin necesidad de navegar a Bing. Entre las opciones estarán las que ya se vieron en ChatGPT a la hora de dar un resumen de cualquier documento. Durante la demostración cargaron un PDF en Microsoft Edge con los resultados financieros trimestrales de la empresa Gap.

Con un solo click era posible abrir esa barra lateral y usar el chat para que el motor de IA ofreciese un resumen de la página en la que estamos. En este caso, del PDF, que resume en varios puntos. En esa demostración hubo otro momento singular: uno en el que el chatbot integrado en Edge (y en Bing) se encargó de escribir un post en LinkedIn —plataforma que pertenece a Microsoft— para que luego podamos revisarlo y publicarlo en apenas unos instantes.

En Microsoft también explicaron cómo esta integración lleva años en marcha. La empresa sabía que había riesgos como el de los sesgos, pero también el de que alguien lo modificara —como ha sucedido con ChatGPT— para que diera respuestas inapropiadas. Lo curioso es que en este nuevo chatbot conversacional Microsoft y OpenAI han aplicado un singular método para evitar esa posibilidad: usar el propio modelo para reaccionar a los cambios en el mundo y a intentos de que el sistema de inteligencia artificial dijera algo inapropiado. Es como si el propio sistema se estuviera continuamente probando a sí mismo para no dar respuestas inadecuadas o responder en temas tóxicos y delicados.

Una de las limitaciones de ChatGPT era depender de un conjunto de datos que databa de 2021 y que por tanto no era especialmente reciente. En el nuevo Bing el motor conversacional parece haber resuelto este problema, porque según los directivos de Microsoft, quedaremos “impresionados” por lo reciente de la información del modelo.

La precisión es otra de las cuestiones clave, y en Microsoft admitieron que “no siempre vamos a dar la respuesta corriente. Siempre estamos aprendiendo. La clave aquí es cómo aprovechamos esa información” ya que al alimentar al motor con más datos se va incrementando esa precisión en las respuestas.

Y, la pregunta del millón: ¿cuándo podremos empezar a utilizar el nuevo Bing? La compañía dice que la versión de escritorio está disponible en versión preliminar limitada. "Cualquier usuario podrá probar con un número limitado de preguntas y también registrarse a partir de hoy para lograr acceso completo a estas funciones". En cuanto a la versión móvil, han dicho que llegará "en las próximas semanas".

jueves, 5 de enero de 2023

Microsoft desafiará a Google al integrar ChatGPT con Bing Search

Publicado en blog Universo abierto
https://universoabierto.org/2023/01/05/microsoft-desafiara-a-google-al-integrar-chatgpt-con-bing-search/


Microsoft desafiará a Google al integrar ChatGPT con Bing Search

Microsoft to challenge Google by integrating ChatGPT with Bing search.
By Tom Warren / @tomwarren, Jan 4, 2023, 11:31 AM GMT+1

Fuente original: The Verge https://www.theverge.com/2023/1/4/23538552/microsoft-bing-chatgpt-search-google-competition

Ver

Según se informa, Microsoft planea lanzar una versión de Bing que usa ChatGPT para responder consultas de búsqueda. The Information  informa que Microsoft espera lanzar la nueva función antes de finales de marzo en un intento por hacer que Bing sea más competitivo con Google.

Al usar la tecnología ChatGPT, creada por la empresa de inteligencia artificial OpenAI, Bing podría proporcionar respuestas más humanas a las preguntas en lugar de solo enlaces a información.

Microsoft tiene una estrecha relación con OpenAI, una de las empresas de IA líderes en el mundo. El gigante tecnológico con sede en Redmond está agregando un  modelo de texto a imagen de IA  a Bing impulsado por DALL-E 2 de OpenAI; invirtió mil millones de dólares en OpenAI  en 2019; y tiene una  licencia exclusiva para usar su generador de texto AI GPT-3 . Aún no está claro cómo este último acuerdo puede ayudar a la rumoreada integración de Bing de ChatGPT.

La compañía con sede en Redmond, Washington, puede implementar la función adicional en los próximos meses, pero aún está sopesando la precisión del chatbot y la rapidez con la que se puede incluir en el motor de búsqueda. El lanzamiento inicial puede ser una prueba limitada para un grupo reducido de usuarios, agregó la persona.

viernes, 7 de octubre de 2022

LinkedIn hizo experimentos con millones de sus usuarios, sin avisarles

Publicado en The New York Times en español
https://www.nytimes.com/es/2022/09/28/espanol/linkedin-experimento-social.html?campaign_id=42&emc=edit_bn_20220930&instance_id=73290&nl=el-times&regi_id=84791720&segment_id=108523&te=1&user_id=f8de94556199c222487f9ed6b135dc23



LinkedIn hizo experimentos con millones de sus usuarios, sin avisarles

Un estudio que analizó esas pruebas descubrió que las conexiones sociales relativamente débiles eran más útiles para encontrar trabajo que los vínculos sociales más fuertes.

Por Natasha Singer

Natasha Singer, reportera de negocios de The New York Times, imparte un curso de periodismo de responsabilidad tecnológica en el programa de verano del Times para estudiantes de secundaria.

28 de septiembre de 2022

LinkedIn hizo experimentos con más de 20 millones de usuarios durante cinco años que, aunque se efectuaron con la intención de mejorar cómo funciona la plataforma para los miembros, podrían haber afectado los ingresos de algunas personas, según un nuevo estudio.

En experimentos realizados en todo el mundo de 2015 a 2019, LinkedIn varió al azar la proporción de contactos débiles y fuertes que sugirió su algoritmo “Gente que podrías conocer” (el sistema automatizado de la compañía para recomendar conexiones nuevas a sus usuarios). Se detallaron las pruebas en un estudio publicado este mes en la revista Science cuyos coautores son investigadores de LinkedIn, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés), la Universidad de Stanford y la Facultad de Negocios de la Universidad de Harvard.

Los experimentos algorítmicos de LinkedIn podrían sorprender a millones de personas porque la compañía no le notificó a los usuarios sobre las pruebas.

Las grandes empresas tecnológicas como LinkedIn, la red de contactos profesionales más grande del mundo, hacen experimentos a gran escala de manera rutinaria en los que prueban versiones de las funciones de la aplicación, de los diseños web y de los algoritmos en distintas personas. La práctica de larga data, llamada test A/B, tiene el objetivo de mejorar las experiencias del consumidor y mantenerlos involucrados, lo que ayuda a las compañías a hacer dinero a través de cuotas de membresías prémium o publicidad. A menudo, los usuarios no tienen idea de que las compañías hacen pruebas con ellos. (The New York Times usa esas pruebas para evaluar la redacción de los titulares y tomar decisiones sobre los productos y artículos que la empresa lanza al mercado).

No obstante, los cambios hechos por LinkedIn indican cómo esas modificaciones a algoritmos muy usados pueden convertirse en experimentos de ingeniería social con consecuencias que pueden alterar la vida de muchas personas. Expertos que estudian los efectos de la computación en la sociedad afirmaron que realizar experimentos prolongados y a larga escala en las personas que podrían afectar sus perspectivas laborales, de maneras invisibles para ellas, generaba cuestionamientos sobre la transparencia de la industria y la supervisión de la investigación.

Michael Zimmer, profesor asociado de Informática y director del Centro de Datos, Ética y Sociedad en la Universidad Marquette, comentó: “Los hallazgos indican que algunos usuarios tuvieron mejor acceso a oportunidades de empleo o una diferencia significativa en el acceso a oportunidades de trabajo. Este es el tipo de consecuencias a largo plazo que se necesita contemplar cuando pensamos en la ética de participar en esta clase de investigación de inteligencia de datos”.

El estudio en Science examinó una teoría influyente en sociología llamada “la fortaleza de los lazos débiles”, la cual indica que es más probable que las personas obtengan empleo y acceso a otras oportunidades a través de conocidos no tan cercanos que a través de amigos íntimos.

Los investigadores analizaron cómo los cambios al algoritmo de LinkedIn habían afectado la movilidad laboral de los usuarios. Descubrieron que los lazos sociales relativamente débiles en LinkedIn probaron tener el doble de efectividad para asegurar un empleo que los lazos sociales más fuertes.

En un comunicado, LinkedIn dio a conocer que durante el estudio había “actuado de conformidad” con las condiciones de uso y la política de privacidad de la compañía, así como con la configuración del usuario. La política de privacidad señala que LinkedIn usa los datos personales de los miembros con fines de investigación. El comunicado agregó que la empresa utilizó las técnicas de sociología más recientes y “no invasivas” para responder preguntas de investigación importantes “sin ninguna experimentación con los miembros”.

LinkedIn, que es propiedad de Microsoft, no respondió de manera directa a una pregunta sobre cómo había calculado la compañía las consecuencias potenciales a largo plazo de sus experimentos en el empleo y el estatus económico de los usuarios. Sin embargo, la empresa aseguró que la investigación no había dado una ventaja desproporcionada a algunos usuarios.

Karthik Rajkumar, un científico de investigación aplicada en LinkedIn que fue uno de los coautores del estudio, explicó que la meta de la investigación era “ayudar a las personas a escala. No se puso a nadie en desventaja para encontrar empleo”.

Sinan Aral, un profesor de administración y ciencia de datos en el MIT y autor principal del estudio, comentó que los experimentos de LinkedIn fueron una iniciativa para garantizar que los usuarios tuvieran igualdad de acceso a las oportunidades de empleo.

Aral precisó: “Hacer un experimento con 20 millones de personas y después implementar un algoritmo más adecuado para mejorar las perspectivas de empleo de todos como resultado de los conocimientos que adquiriste con eso es lo que ellos intentan hacer, no otorgar movilidad social a algunas personas y a otras no”. (Aral ha realizado análisis de datos para The New York Times y recibió una beca de investigación de Microsoft en 2010).

Los experimentos que involucran a los usuarios hechos por grandes empresas de internet tienen un historial irregular. Hace ocho años, se publicó un estudio de Facebook que describía cómo la red social había manipulado en secreto qué publicaciones aparecían en la sección de noticias de los usuarios para analizar la propagación de las emociones negativas y positivas en su plataforma. El experimento de una semana, llevado a cabo con 689.003 usuarios, de inmediato generó reacciones negativas.

El estudio de Facebook, cuyos autores incluían a un investigador de la empresa y a un profesor de Cornell, sostenía que las personas habían consentido implícitamente el experimento de manipulación de emociones cuando se habían registrado en Facebook. “Todos los usuarios están de acuerdo antes de crear una cuenta en Facebook”, decía el estudio, “lo que constituye un consentimiento informado para esta investigación”.


miércoles, 29 de septiembre de 2021

Estados Unidos pone coto al comercio opaco de datos de las aplicaciones de salud

Publicado en El País
https://elpais.com/tecnologia/2021-09-23/estados-unidos-pone-la-lupa-sobre-las-aplicaciones-de-salud.html



Estados Unidos pone coto al comercio opaco de datos de las aplicaciones de salud

El organismo regulador amenaza con cuantiosas multas a las grandes tecnológicas si utilizan o comparten con terceros información médica sin permiso de los usuarios

Madrid - 22 sept 2021

Los datos médicos son demasiado sensibles como para que las empresas los puedan intercambiar a la ligera. El regulador de Estados Unidos, la Comisión Federal de Comercio (FTC en sus siglas inglesas), acaba de poner bajo aviso a las compañías que gestionan aplicaciones relacionadas con la salud de que cualquier movimiento relacionado con ese tipo de información deberá realizarse con el consentimiento del usuario al que le afecte. De no ser así, la empresa responsable se enfrentará a multas de hasta 43.792 dólares por violación y día. El movimiento cobra especial relevancia porque la mayoría de las grandes tecnológicas (Amazon, Google, Microsoft o Apple) se han lanzado en los últimos tiempos al asalto del mercado sanitario.

La normativa estadounidense ha sido tradicionalmente laxa en lo tocante a la protección de la privacidad. Con una importante excepción: los datos sanitarios. La Ley de Transferencia y Responsabilidad de Seguro Médico (HIPAA, en sus siglas inglesas) fijó en 1996 los estándares. Quedó prohibido facilitar datos médicos a nadie que no sea el propio paciente, a menos que se cuente con su consentimiento. Una norma de 2009, la Health Breach Notification Rule, extendió esas responsabilidades al entorno digital: las empresas sujetas al HIPAA deben mantener la misma confidencialidad en el ciberespacio.

La nueva orden de la FTC amplía todavía más el foco de la normativa: las empresas cuya actividad principal no sea la salud pero que aun así gestionen datos médicos deberán cumplir también con las mismas garantías. Aunque no las menciona, el regulador se refiere a empresas como Google, Apple, Amazon o Microsoft, que llevan tiempo recogiendo este tipo de datos de varias fuentes, como dispositivos conectados o aplicaciones.

“La Comisión se ha dado cuenta de que las aplicaciones de salud, que pueden rastrear desde los niveles de glucosa en sangre de los diabéticos hasta parámetros relacionados con la fertilidad o las horas de sueño, cada vez recopilan más datos sensibles y personales de los consumidores”, destaca el comunicado de la FTC. “Estas aplicaciones tienen la responsabilidad de asegurarse de que mantienen a buen recaudo los datos que recogen, lo que incluye prevenir el acceso no autorizado a esa información”.

Las aplicaciones vinculadas a la salud y otros dispositivos conectados, señala la FTC, no solo son ampliamente usadas por la población, más si cabe tras la pandemia, sino que son objetivos codiciados para los ciberdelincuentes. “Y aún así, hay pocas protecciones para su privacidad”, se indica en el informe.

https://www.ftc.gov/news-events/events-calendar/open-commission-meeting-september-15-2021

Open Commission Meeting – September 15, 2021 Sep 15, 2021

“Aunque [la normativa de 2009] impone algunas medidas para que las tecnológicas que hacen mal uso de nuestra información rindan cuentas, existe el problema de que se mercantilice la información médica sensible de la gente. Las empresas pueden usar esa información para alimentar su publicidad dirigida o sus herramientas analíticas”, dijo la comisaria Lina M. Khan en un comunicado. “Dada la prevalencia de la publicidad dirigida, la Comisión debería supervisar qué datos se recogen y si los modelos de negocio que se desarrollan a su alrededor crean incentivos que ponen en riesgo la seguridad de esos datos”, añadió.

En la Unión Europea, si una empresa quiere compartir los datos personales de sus clientes con otras compañías debe ponerlo en conocimiento del usuario. Así lo establece el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), una de las normas más garantistas del mundo en este sentido. La regulación estadounidense siempre ha sido más permisiva en términos de privacidad que en Europa. “Existen normativas que defienden la privacidad de los usuarios, como la del Estado de California, pero todavía no hay una norma federal. Por lo general son menos estrictos, aunque la tendencia es que poco a poco vayan convergiendo con nosotros”, explica Borja Adsuara, experto en derecho digital.

“En Estados Unidos, la normativa no suele poner tanto énfasis en la protección de los individuos, pero las empresas saben que si se saltan la ley serán perseguidas de forma implacable”, apunta por su parte Frederic Llordachs, cofundador de Doctoralia, un portal de recomendación de facultativos que él define como “el Booking de médicos” y buen conocedor de la normativa aplicable al sector.

El asalto tecnológico de la salud

La orden de la FTC es un claro aviso a las grandes tecnológicas de que el regulador va a estar pendiente de cómo tratan los datos médicos. El sector sanitario es, de hecho, uno de los que más atracción ejercen en la actualidad sobre las GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft). Quizás la apuesta más ambiciosa en este sentido es Amazon Care, un programa ya disponible en algunas ciudades de Estados Unidos que combina la telemedicina a través de una aplicación propia con las visitas a domicilio de facultativos.

Microsoft, por su parte, desembolsó en abril unos 16.500 millones de euros para comprar Nuance, la empresa de inteligencia artificial y reconocimiento de voz más respetada en los ambientes médicos. Al tratarse de la segunda mayor adquisición de la historia de la compañía (solo le gastó más, unos 22.000 millones, al comprar LinkedIn), el mensaje que dio a la industria fue claro: quieren convertirse en la referencia en el procesamiento de datos sanitarios.

Alphabet, la matriz del buscador más usado del mundo, tiene una división entera, Google Health, dedicada a “desarrollar herramientas e iniciativas que ayuden a todo el mundo a tomar decisiones de salud más informadas”. Uno de los pilares de su estrategia, según subraya su web, es hacer más accesible la información médica. En cuanto a Apple, el empeño de la compañía en recoger datos de la salud de los usuarios de sus productos, especialmente del iPhone y del Apple Watch, es bien conocido.

Estas empresas y otras muchas más deberán ser más cuidadosas a partir de ahora con el tratamiento que le apliquen a los datos de sus usuarios. “La FTC debe usar todas las herramientas a su alcance para proteger los datos médicos de los usuarios, aunque también tenemos que controlar los modelos de negocio que los monetizan”, tuiteó Khan.

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