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viernes, 17 de noviembre de 2023

Competir no da mejores resultados: ¿se está financiando bien la ciencia?

Publicado en The Conversation
https://theconversation.com/competir-no-da-mejores-resultados-se-esta-financiando-bien-la-ciencia-214232



Competir no da mejores resultados: ¿se está financiando bien la ciencia?

Noviembre 8, 2023


La financiación de la investigación por proyecto no tiene ningún impacto diferencial, en comparación con la financiación institucional tradicional, en cuanto a la producción de artículos académicos altamente citados, ni tampoco un efecto claro sobre la cantidad de publicaciones.

Es la conclusión a la que ha llegado un estudio liderado por la Universidad de Sevilla. El análisis se basa en datos de 10 países y 148 universidades europeas con un claro enfoque en la investigación entre 2011 y 2019. Hemos considerado la financiación institucional y por proyecto tanto a nivel nacional como a nivel de universidades y analizado su efecto sobre la cantidad y la calidad de las publicaciones.

En ninguno de los niveles aparece un efecto diferenciador entre los dos tipos de financiación.

Fuerte aumento de la financiación por proyecto

Los resultados contrastan con el fuerte aumento de la financiación de la investigación por proyecto desde los años 1980 en la gran mayoría de los países europeos.

La principal justificación de esta evolución se fundamenta en el supuesto, por parte de los ministerios y agencias de financiación, de que la financiación de la investigación por proyectos supone una mejora del rendimiento académico debido a su naturaleza fundamentalmente competitiva.

Bajo esta modalidad, se financia a un grupo o un individuo para llevar a cabo una actividad de investigación definida generalmente sobre la base de una propuesta que describe las actividades a realizar.

La selección de estas propuestas se sustenta en un proceso competitivo en el cual las agencias públicas deciden financiar en función de una evaluación de calidad y apoyándose en un conjunto de criterios acordados.

En cambio, la financiación institucional se define como la financiación de instituciones sin selección directa de proyectos que deben llevarse a cabo. Bajo este modelo, la institución receptora (y no la organización que financia) tiene discreción sobre los proyectos que deben llevarse a cabo.

Los argumentos en pro y contra la competición

La financiación por proyecto se defiende en base a tres argumentos fundamentales:

  • mejora el rendimiento académico;

  • debería llevar a la selección de los mejores investigadores a través de una evaluación estandarizada de proyectos;

  • incentiva temas específicos de investigación de interés para las organizaciones financiadoras públicas o privadas y aumenta el impacto socioeconómico de la investigación.

Las llamadas a concurso incentivarían a los investigadores para proponer proyectos de alta calidad ya que mejorarían su reputación.

Otro argumento señala que la financiación por proyecto llevaría a investigaciones de más corto plazo, más aplicadas y menos arriesgadas que la financiación institucional, que fomentaría una ciencia más exploratoria.

Una explicación para aumentar la proporción de financiación por proyecto es que, mientras que la investigación exploratoria podría ser percibida por los comités de evaluación como con menos probabilidades de producir resultados tangibles, los proyectos más aplicados ofrecerían más garantías y, por lo tanto, serían más convincentes a la hora de decidir si proporcionar o no financiación para la investigación.

El análisis produce resultados ambiguos

En contraste con el aumento de la financiación por proyecto a lo largo de las últimas décadas, la evidencia empírica disponible sobre el efecto de esta modalidad en el rendimiento de la investigación ha sido hasta ahora inconcluyente.

Mientras que algunos estudios encuentran un impacto positivo de la financiación de proyectos en la producción de investigación, otros no hallan una conexión directa entre este tipo de incentivos financieros y la producción científica.

Un estudio más reciente resalta una relación negativa entre la financiación de proyectos y el rendimiento científico.

Además, la mayoría de estos estudios citados se enfocan en un solo nivel (nacional o universitario) y utilizan indicadores diferentes para medir el rendimiento académico (suelen medir o bien la cantidad o bien el número de citas).

Nuestros resultados

El estudio realizado en la Universidad de Sevilla integra las diferentes perspectivas para proponer un análisis multinivel (nacional y universitario) y analiza tanto la cantidad de publicaciones como los artículos más citados como medidas de la producción académica.

Los resultados confirman que la única variable que tiene un impacto positivo tanto sobre la cantidad como la calidad de las publicaciones es el importe de los presupuestos dedicados a la investigación.

En cambio, ni la modalidad de financiación por proyecto ni la modalidad institucional impactan sobre el rendimiento académico.

Los datos analizados entre 2011 y 2019 también ilustran que durante esta década y en contraste con los 30 años anteriores, las proporciones de financiación institucional y por proyecto de la investigación se han estabilizado en la mayoría de los países europeos.

Después de décadas de aumento, es posible que los niveles de financiamiento de proyectos y financiamiento institucional hayan alcanzado un equilibrio relativamente estable en el que el financiamiento institucional proporciona niveles aceptables de estabilidad dentro de los sistemas nacionales, mientras que el financiamiento de proyectos brinda la flexibilidad necesaria.

Mientras la financiación institucional permite la realización de investigaciones de largo plazo, la modalidad por proyecto permite a su vez a los Estados orientar la investigación hacía prioridades nacionales.

Ambos mecanismos son necesarios, pero ninguno garantiza la mejora de la ciencia.


viernes, 19 de marzo de 2021

 Publicado en El País


La UE pone en marcha Horizonte Europa, su gran plan de investigación e innovación

Bruselas lanza un paquete de 95.500 millones de euros para impulsar la ciencia y crear un ecosistema de empresas emergentes

Europa se prepara para desplegar el plan con el que pretende dar un nuevo salto en los terrenos científico y tecnológico. Bruselas pondrá en marcha este semestre Horizonte Europa, que con una dotación de 95.500 millones de euros se consolida como el mayor programa transnacional de investigación e innovación del mundo. Con una dotación un 30% superior al plan que le precedió entre 2014 y 2020, la Unión Europea quiere apuntalar la investigación científica y la transferencia tecnológica de la universidad a la empresa y lanzar un nuevo paquete para impulsar la innovación. De momento, la Comisión Europea ya ha aprobado esta semana el plan estratégico que fija las prioridades de gasto.

 El arranque del programa Horizonte Europa, que pilotará la comisaria búlgara Mariya Gabriel, llega en un momento clave para el bloque comunitario. La UE se prepara para poner en marcha el fondo de reconstrucción pospandemia –bautizado como Next Generation EU—, que pretende provocar una gran transformación de la economía europea a través de la digitalización y la lucha contra el cambio climático. El plan heredero de Horizonte 2020, que podrá empezar a ejecutarse plenamente cuando los países ratifiquen la aprobación de nuevos tributos, puede ser un catalizador que favorezca ese cambio.

Excelencia científica

La UE mantiene como primer pilar del plan los programas para alcanzar la excelencia científica, lo que Bruselas llama la fábrica de premios Nobel. Ese paquete pivota sobre tres ejes: el Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés), que contará con 16.000 millones de euros para los mejores proyectos presentados por investigadores europeos; las acciones Marie Skłodowska-Curie, dotadas con 6.400 millones de euros para dar a los científicos nuevos conocimientos mediante la movilidad y la formación, y la financiación de infraestructuras de investigación, para las que se destinarán 2.400 millones de euros. Esas aportaciones deben verse incrementadas por otros países de fuera de la UE –como el Reino Unido, Suiza o Noruega— que también participan en el programa.

Las ayudas de ese bloque de Horizonte Europa, para las cuales hay una fuerte competencia, se otorgan a investigadores, y no a centros universitarios. Con esa decisión, Bruselas quiere empoderar al científico, dándole la oportunidad de elegir a su equipo y aquellos equipos que considera los mejores para poder sacar adelante sus trabajos. El ERC ya ha abierto una convocatoria para empezar a poner más de 1.900 millones de euros a disposición de un millar de investigadores durante este año. En concreto, se trata de ayudas de hasta 2,5 millones de euros para un periodo de cinco años.

Fomento de la competitividad

La segunda gran pata de Horizonte Europa, con más de 50.000 millones, va destinada a salvar ese valle que todavía se dibuja entre la universidad y la empresa. Según la Comisión Europea, la UE produce cerca del 20% de toda la investigación y desarrollo mundial y un tercio de las publicaciones científicas. Sin embargo, el monto destinado por sus empresas a I+D equivale a solo el 1,3% del producto interior bruto (PIB), frente al 2% de Estados Unidos, el 2,6% de Japón o el 3,3% de Corea del Sur.

La UE financia, en este caso, asociaciones transfronterizas integradas por al menos tres entidades de tres países distintos. Bruselas cubre el 50% del proyecto que se presente, mientras que el sector privado asume la otra mitad. En cualquier caso, son esas asociaciones las que fijan los acuerdos de financiación. La Unión ha fijado ocho ámbitos para la investigación: salud, cultura e inclusión social, seguridad, industria digital y espacial, clima y energía y agricultura y alimentación.

Salto en innovación

Bruselas apuesta por un nuevo pilar, destinado a la innovación, que se reservará solo a los socios de la UE por su carácter estratégico. Si el primero, dedicado a la ciencia, es una suerte de fábrica de premios Nobel, este está llamado a ser una fábrica de unicornios (empresas valoradas en más de 1.000 millones de euros). Se trata de que la UE pegue un estirón sobre todo en la creación de start-ups (empresas emergentes en el ámbito tecnológico) y un cierto avance en la llamada deep tech, hacia la cual países como Francia han expresado un interés especial al comprender áreas como la inteligencia artificial o la tecnología para vehículos eléctricos. Aun así, la UE quiere dar flexibilidad a los investigadores. “Esperábamos coches voladores y nos encontramos con 140 caracteres”, resumen en Bruselas sobre la complejidad de los caminos que emprenderá la tecnología.

Estos programas más novedosos se desarrollarán alrededor de tres ejes: el Consejo Europeo de Innovación (10.000 millones), los ecosistemas europeos (500 millones) y el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (3.000 millones). El último de los tres paquetes quiere deshacer uno de los principales nudos con los que se topa la UE: el acceso al talento. Para ello, se lleva al extremo la idea de la asociación o el partenariado, puesto que la empresa beneficiaria debe usar ese dinero con el objetivo de ser autosuficiente en un periodo de tiempo. La UE tiene ya casos de éxito dentro de esos programas, como el de la energética alemana Skeleton Technologies, que se ha convertido en uno de los ansiados unicornios. El programa para ecosistemas, en cambio, no va a start-ups, sino a entidades que construyen entornos de innovación y cuya financiación puede cofinanciarse con fondos de cohesión.

El Consejo Europeo de Innovación, no obstante, está llamado a ser la gran pieza para impulsar a las ideas que pueden tener un recorrido comercial o bien acelerar su llegada al mercado. El organismo financiará con hasta 2,5 millones de euros a las llamadas start-ups de serie A, que ya han levantado un millón de euros. Además, Bruselas podrá inyectar hasta 15 millones de euros adquiriendo acciones de la empresa a través de un fondo comunitario, haciéndose así con una participación de entre el 10% y el 15% de la sociedad. La UE no se fija un horizonte temporal ni económico para salir de esa empresa con el fin de dar estabilidad y tiempo a la compañía a atraer capital privado. La Comisión ha realizado ya pruebas piloto y ha constatado que 1.000 millones de euros supusieron la llegada de otros 5.000 millones a las firmas beneficiarias.

La UE quiere dar el máximo de flexibilidad a sus investigadores, pero ha puesto el acento en los tres grandes ejes sobre los que avanza el bloque comunitario: el ámbito sanitario y de lucha contra la pandemia, con 5.400 millones de euros procedentes del plan de recuperación Next Generation EU, la economía verde y la digitalización. Asimismo, se fija cinco grandes áreas prioritarias que ha llamado “misiones”: el cambio climático, el cáncer, los océanos, las ciudades inteligentes y la alimentación. La idea, que fue presentada por la economista Mariana Mazzucato en un consejo de ministros en Helsinki en 2019, busca crear una masa crítica de investigaciones en el continente sobre esas materias. El esquema de la investigación europea se cierra con una cantidad de cerca de 3.000 millones destinados a cerrar la brecha que hay todavía entre los países del Este y el resto de la UE.

Plan 2.0 para el acceso abierto: ¿un plan o una nueva ambigüedad?

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...