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martes, 25 de octubre de 2022

OCDE destaca innovación en universidades latinoamericanas

Publicado en SciDevNet
https://www.scidev.net/america-latina/news/ocde-destaca-innovacion-en-universidades-latinoamericanas/?utm_source=SciDev.Net&utm_medium=email&utm_campaign=13556755_2022-10-24%20Weekly%20Email%20Digest%20-%20Am%C3%A9rica%20Latina%20y%20el%20Caribe%20Template.%20For%20no%20topic%20preferences&dm_i=1SCG,82KGJ,665LFG,X164U,1



OCDE destaca innovación en universidades latinoamericanas

21/10/22

De un vistazo
  • Documento regional de la OCDE analizó universidades de la región por su perfil emprendedor e innovadoras
  • También analizó su papel en la respuesta que supieron dar durante la pandemia
  • Las instituciones pertenecen a México, Colombia, Chile, Brasil, Argentina y Uruguay

Once Instituciones de Educación Superior (IES) de seis países de América Latina fueron destacadas en un análisis regional por sus ecosistemas de innovación activos y por la respuesta que supieron dar durante la pandemia por COVID-19.

El documento sobre “Universidades Emprendedoras e Innovadoras de América Latina” fue elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Santander y su presentación tuvo lugar en la Universidad de São Paulo (Brasil).

En él se exponen casos de éxito de centros privados y públicos, en particular del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey y la Universidad Aráhuac, de México; la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad Nacional de Colombia (sede Manizales) y la Universidad Icesi, de Colombia; la Universidad Adolfo Ibáñez y la Pontificia Universidad de Católica, de Chile; la Universidad de São Paulo y la de São Carlos, de Brasil; la Universidad Empresarial Siglo 21, de Argentina y la Universidad Tecnológica (UTEC) de Uruguay.

“Muchas (de estas universidades) son sede de aceleradores, incubadoras, centros de emprendimiento e innovación abierta a partes externas interesadas, como empresarios y pymes. Además, aprovechan su estrategia multicampus para amplificar su impacto y compromiso. La multilocalidad les permite conectarse con una variedad más amplia de actores, incluidos los gobiernos locales y comunidades de negocios”, se expone en la revisión.

En cuanto a la respuesta de estas universidades a la pandemia, el informe detalla que las unidades dedicadas al emprendimiento, como incubadoras universitarias, aceleradoras u otros organismos, “desempeñan un papel fundamental en el diseño y la implementación de actividades extracurriculares”. A modo de ejemplo exponen el caso de la Universidad Javeriana, de Colombia, en la que cada semestre, unos 200 estudiantes de pregrado hacen uso de las “fábricas de diseño”.

Estas fábricas “han estado involucradas en actividades relacionadas con la respuesta al COVID-19, como el diseño de ventiladores, la creación de prototipos o incluso patentes”, agrega el informe.

“(La cultura de innovación) se logra a partir de procesos formativos en los que se ilustra cómo puede un profesor o estudiante, a partir de los resultados de una actividad investigativa, o con las capacidades adquiridas en su proceso académico, plantear soluciones a problemas reales”. Fanny Almario, directora de Innovación de la Pontificia Universidad Javeriana

Sobre la Pontificia Universidad Javeriana, especifican que su Centro de Emprendimiento lidera las actividades en esta materia y brinda oportunidades de desarrollo para estudiantes universitarios.

Según Fanny Almario, directora de Innovación de la Javeriana, las universidades juegan un rol importante no solo en los procesos formativos, sino incorporando valor agregado a la investigación dentro de sus campus. Dice que el conocimiento fruto de la investigación básica, social y de otras áreas debe transitar la ruta de la transferencia para llegar a diferentes sectores de la sociedad con soluciones que impacten positivamente.

“El primer mecanismo para lograr estos procesos de apropiación y transferencia de conocimiento en las instituciones de educación superior es una cultura hacia la innovación y el emprendimiento. Esta cultura se logra a partir de procesos formativos en los que se ilustra cómo puede un profesor o estudiante, a partir de los resultados de una actividad investigativa, o con las capacidades adquiridas en su proceso académico, plantear soluciones a problemas reales”, continúa Almario.

Por su parte, Ana Carolina Martínez, directora del Centro de Desarrollo para el Espíritu Empresarial de la Universidad Icesi, considera que las constantes transformaciones que vive el contexto global invitan a las universidades a repensar sus modelos de operación e interacción con la sociedad.

“Hoy las universidades estamos llamadas a ser activas en los ecosistemas de emprendimiento e innovación, no solo entregando a la sociedad personas capaces de crear nuevas empresas (los emprendedores) o capaces de generar nuevas oportunidades de negocio o innovación en empresas existentes (los intraemprendedores), sino también a ser más activos en el intercambio de conocimiento”, dice Martínez.

Y prosigue: “Esto incluye, entre muchas acciones, mayor articulación con el sector empresarial y gubernamental para impulsar la creación de empresas con alto valor tecnológico, lograr el licenciamiento de nuevas tecnologías, atraer y formar científicos con visión y capacidades emprendedoras, de forma que las universidades contribuyamos de una manera más clara y decidida al desarrollo social y económico”.

Finalmente, María Piedad Villaveces, directora ejecutiva en comisión de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia (Avanciencia), afirma que el rol de la universidad “en el fomento al emprendimiento se centra en promover que no se limite a la comercialización de mercancías, sino que se desarrolle basado en el valor agregado generado desde la aplicación de nuevo conocimiento”, dice Villaveces.

Según ella, las universidades deben fomentar emprendimientos donde se conecten con investigadores, emprendedores y empresas, marcando una diferencia en el mercado.

“Esto se logra gracias a la innovación que junto al emprendedor sean capaces de agregarle a los productos o servicios que comercialicen. Este proceso innovador tiene más probabilidad de darse en la medida en que exista un sistema de transferencia de conocimiento que articule y sincronice a los sectores académico y productivo”, apunta.

Este artículo fue producido por la edición de América Latina y el Caribe de SciDev.Net

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domingo, 6 de marzo de 2022

¿Ciencia Abierta o Ciencia del Acceso Abierto?


¿Ciencia Abierta o Ciencia del Acceso Abierto?

Eva M. de la Torre
Universidad Autónoma de Madrid
24/02/2022

Cuando hablamos de Ciencia Abierta, algunos de nosotros tenemos problemas para saber exactamente a qué se refiere nuestro interlocutor. Este desconocimiento reside en que al ser un concepto relativamente reciente, no se ha llegado a un consenso claro sobre cómo definirla.

No obstante, esta indeterminación también viene de que la Ciencia Abierta es un modelo de investigación en vías muy incipientes de implementación. Así, en muchas ocasiones se utiliza este concepto para referirse a aquella de sus dimensiones más desarrollada hasta el momento: la publicación en abierto de los artículos científicos y datos.

¿Qué entendemos por Ciencia Abierta?

La Ciencia Abierta va mucho más allá de la publicación en abierto de datos y resultados de investigación.

Supone la apertura de todo el proceso de creación y difusión del conocimiento científico a toda la comunidad científica y más allá.

Así, debajo del paraguas de la Ciencia Abierta, cabe una amplia variedad de conceptos, como ciencia ciudadana, colaboración abierta, acceso abierto, revisión por pares posterior a la publicación, crowdfunding de investigación, etc.

Tanto la OCDE como la UNESCO han trabajado para establecer un marco conceptual internacional en relación a la Ciencia Abierta. Sus enfoques coinciden en gran medida, pero no debería sorprendernos que presenten algunas diferencias derivadas del carácter de cada una de estas dos instituciones: la OCDE con un enfoque más económico, y la UNESCO con una perspectiva más humanista.

Así, la UNESCO ve la ciencia abierta como una vía para hacer realidad el derecho fundamental a la ciencia, pues esta nueva forma de hacer ciencia tiene el potencial de universalizarla. La hace accesible a muchos más colectivos de los habituales, incluidas las minorías, lo que incrementaría su impacto social. No obstante, esta institución no pierde de vista la necesidad de que la Ciencia Abierta respete la diversidad cultural.

En el caso de la OCDE, con una visión más económica, considera como un bien común exclusivamente la ciencia pública. Construyendo su discurso alrededor de la rentabilidad, eficacia y productividad que podrían derivarse de la Ciencia Abierta, así como las ventajas que ofrece para países en vías de desarrollo y empresas de reducida dimensión, que podrían ver ampliadas sus posibilidades de acceso a la ciencia.

No obstante, a pesar de estas diferencias, las recomendaciones que ofrecen la UNESCO y la OCDE para la implementación de la Ciencia Abierta son prácticamente idénticas. Hacen referencia a los siguientes ámbitos: colaboración y ciencia ciudadana, definición de un entorno normativo que garantice el equilibrio entre apertura y preservación de la competencia a través de la protección de la propiedad intelectual, inversión en infraestructuras y recursos humanos, y la introducción de incentivos para la transformación de la cultura científica.

La implementación de la Ciencia Abierta en Europa

Una cosa es cómo se define y qué recomendaciones se realizan, y otra cómo se implementa la Ciencia Abierta en la realidad. Si revisamos las iniciativas de la Unión Europea en materia de Ciencia Abierta (ej. Open Science Policy Platform, Open Science Monitor, European Open Science Cloud, Plan S, etc.), parece que un cierto nivel de consenso empieza a alcanzarse, pues asumen las directrices de la UNESCO y la OCDE, y todas ellas aportan a la consecución del objetivo de la UE de alcanzar un ecosistema de innovación abierta (Comisión Europea, 2016). No obstante, la mayoría de estas iniciativas se centran aún en el ofrecimiento en abierto de los resultados de investigación. En algunas ocasiones también de los datos que han generado tales resultados.

Además, si se analizan los sistemas universitarios europeos, la European University Association denuncia que los sistemas nacionales y regionales de evaluación de la investigación (y sus investigadores) aún no tienen en cuenta las contribuciones a la Ciencia Abierta, llegando incluso a desincentivarla. Asimismo, igual que pasa en Europa, las universidades están dando los primeros pasos en la implementación de estructuras (y de una cultura) de Acceso Abierto, pero aún queda mucho camino que recorrer hasta que éste se afiance. Y por supuesto, queda más aún para que se asiente una cultura de colaboración abierta.

¿Y en España? ¿En qué punto nos encontramos?

En el caso del sistema universitario español, la situación no es diferente a la que encontramos en Europa. Los primeros pasos dados se dirigen a instaurar el Acceso Abierto a, al menos, los resultados de investigación financiada con fondos públicos.

Este Acceso Abierto, por ahora, se ha fomentado más a través de normativas que dé incentivos. Así, el primer paso en esta dirección tuvo lugar con el Real Decreto de Estudios de Doctorado 99/2011, que establecía la obligación de difundir las tesis en abierto, a través de un repositorio institucional. Ese mismo año, la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, reguló la difusión en acceso abierto para los resultados de investigación financiada con fondos estatales. Por último, la Estrategia Española de Ciencia y Tecnología y de Innovación (EECTI 2021-2027) también incluye objetivos de co-creación de conocimiento y de políticas de Ciencia Abierta.

En este camino, la FECYT y la REBIUM (Red de Bibliotecas Universitarias Españolas) de la CRUE están teniendo un papel clave. Por su parte, la FECYT ha coordinado la redacción de unas recomendaciones para la implantación de la difusión en abierto, y se encarga de monitorizar el cumplimiento de los estipulado por la Ley de la Ciencia sobre acceso abierto. Además, junto con la REBIUN, ha creado la plataforma RECOLECTA, un agregador nacional de repositorios científicos de acceso abierto.

Por lo demás, aunque los sistemas de evaluación de los investigadores aún no recogen criterios de Ciencia Abierta, sí están empezando a aparecer los primeros incentivos. Así, por ejemplo, en la actual convocatoria de sexenios se recomienda que las publicaciones presentadas estén accesibles en los repositorios universitarios, y se prevé que en futuras convocatorias este requisito sea obligatorio. Esta recomendación también se extiende a las cuatro aportaciones relevantes que deben justificarse en las solicitudes de acreditación a Titular y Catedrático de universidad.

¿Y todo esto merece la pena?

Como bien apuntan la UNESCO y la OCDE, los beneficios potenciales de la Ciencia Abierta son amplios. Simplificando mucho, la publicación en abierto de datos puede dar lugar a un mejor aprovechamiento de los datos gracias a su reutilización en un mayor número de investigaciones; el acceso abierto a resultados de investigación facilitará su difusión y su revisión crítica; y la apertura del proceso de investigación a la colaboración por pares y con la ciudadanía, fomentando la calidad y relevancia social de la producción científica.

Así, las ganancias en eficiencia, rentabilidad, eficacia, equidad, productividad e impacto en un proceso de Ciencia Abierta pueden generarse por múltiples y muy complejas vías. No obstante, como todo proceso de transformación de un sistema, la adaptación a la Ciencia Abierta puede generar fricciones temporales.

Por ejemplo, el proceso de adaptación al Acceso Abierto está generando ineficiencias en el sistema, que esperamos que con el tiempo se corrijan. Como ya se explicaba en este blog en entradas anteriores, pues parte de la financiación captada por los investigadores se destina a sufragar los precios de publicación fijados por las revistas, quedando menos dinero disponible para el desarrollo en sí de la investigación. Además, a esto hay que sumarle que la digitalización de las publicaciones científicas ha dado lugar a que las bibliotecas paguen precios desorbitados por acceder a los resultados de investigación producidos por las propias universidades públicas.

Además, este proceso tiene profundas implicaciones para los propios investigadores. En este sentido, nuestro blog ya profundizaba en estos temas en su entrada “Publicar ciencia abierta en un mundo abierto (II): por un nuevo modelo de comunicación científica”, una entrada muy recomendable para los interesados en estos temas.

Por último, y a modo de conclusión, cabe comentar que internet, la comunicación online, la creación de plataformas colaborativas y de difusión, etc. supusieron el primer catalizador de cambio en la forma de producir ciencia. Recientemente, la crisis pandémica de los últimos años ha traído, entre otros, el reto de consolidar esta Ciencia Abierta. Quizá pueda parecer que aún estamos en fases muy incipientes de la Ciencia Abierta, pero se están asentando ya las bases para que pueda ser una realidad en un futuro no tan lejano.

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Para más información sobre el concepto de Ciencia Abierta y su implementación en España, se pueden consultar los resultados de investigación publicados en abierto del Proyecto “Diagnóstico de la open science en la universidad española e instrumentos para su transformación y mejora” (DOSSUET), disponibles en: https://zenodo.org/communities/rossue/?page=1&size=20 

Plan 2.0 para el acceso abierto: ¿un plan o una nueva ambigüedad?

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...