Mostrando entradas con la etiqueta Comercio internacional. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Comercio internacional. Mostrar todas las entradas

miércoles, 15 de marzo de 2023

COPARMEX: el maíz transgénico no es dañino para la salud humana

Publicado en El Imparcial
https://www.elimparcial.com/dinero/Maiz-transgenico-no-es-danino-para-la-salud-humana-Coparmex-20230312-0041.html



Maíz transgénico no es dañino para la salud humana: Coparmex

México ordenó revocar permisos y no conceder nuevas autorizaciones de liberación al ambiente de semillas de maíz genéticamente modificado.

Por Redacción/GH

12 de Marzo de 2023
 
CIUDAD DE MÉXICO.-La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) dijo que el maíz transgénico no es dañino para la salud.

José Medina Mora Icaza, presidente de la Confederación, detalló que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador perdería un panel en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), porque no hay evidencia que el alimento cause daños.

AMLO ordena prohibir el uso de maíz transgénico en la alimentación humana
México ordenó revocar permisos y no conceder nuevas autorizaciones de liberación al ambiente de semillas de maíz genéticamente modificado.

El decreto instruye a las autoridades de bioseguridad a revocar y negar otorgar autorizaciones para el uso de grano de maíz genéticamente modificado para la alimentación humana.

El documento, que sustituye a un polémico decreto de finales del 2020, establece también anular autorizaciones existentes de permisos para la importación, producción, distribución y uso del herbicida glifosato y que se nieguen nuevas.

El nuevo decreto fue firmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La disputa del maíz
Desde 2020, México tomó la decisión de prohibir la importación de maíz transgénico, lo cual preocupó a Estados Unidos debido a que este país es el segundo comprador mundial de maíz. Por ello es que el vecino país pidió formalmente a México consultas técnicas, a través del T-MEC.

El Dr. Ignacio Casas Fraire, Docente de la Escuela de Administración y Negocios de CETYS Tijuana, refirió que en el 2020, el presidente de este país prohibió la producción e importación de maíz genéticamente modificado para 2024, sólo tendría permitido usarse para alimentación animal y para procesamiento en diversas industrias, esto mientras encuentran sustituto al grano transgénico. Sin embargo, como la importación de este producto en Estados Unidos es crucial, el vecino país entró en conflicto.

La solicitud de consultas técnicas por parte de Estados Unidos bajo el Capítulo de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) del T-MEC no es de carácter contencioso, sino una etapa previa en la cual se busca encontrar una solución de manera cooperativa. Si no se resuelve, EU amenaza con considerar "todas las opciones, incluida la adopción de medidas formales", lo que podría llevar a la intervención de un panel de solución de controversias.

“México asegura que la prohibición de importar maíz modificado no ha afectado el comercio agrícola entre ambos países, y que la medida es consistente con el propio Tratado. El gobierno mexicano argumenta que quiere preservar la tortilla elaborada con maíz nativo, asegurando así la conservación de la biodiversidad de las más de 64 variedades de maíz que hay en el país, de las cuales 59 son endémicas, y promover una alimentación sin transgénicos. La producción de granos genéticamente modificados suele asociarse con el uso de agrotóxicos en los cultivos, por lo que también se propone eliminar progresivamente el herbicida glifosato”, agregó el Dr. Casas.

Por último, consideró que la decisión del gobierno mexicano de prohibir la importación de maíz transgénico ha generado tensiones comerciales entre México y los Estados Unidos. Mientras México argumenta que quiere proteger su biodiversidad y promover una alimentación sin transgénicos, Estados Unidos argumenta que la decisión de México no está basada en la ciencia. La solicitud de consultas técnicas bajo el T-MEC es una medida para encontrar una solución cooperativa a este problema, pero se espera que el conflicto continúe.

lunes, 6 de marzo de 2023

USA vs MÉXICO y el maíz transgénico: ¿Es maniqueísta la posición mexicana?

Publicado en SciDevNet
https://www.scidev.net/america-latina/news/maiz-gm-de-ee-uu-a-mexico-desacuerdo-mas-alla-de-la-ciencia/?utm_source=SciDev.Net&utm_medium=email&utm_campaign=13814222_2023-03-06%20Weekly%20Email%20Digest%20-%20Am%C3%A9rica%20Latina%20y%20el%20Caribe%20Template.%20For%20no%20topic%20preferences&dm_i=1SCG,8834E,665LFG,XQZBY,1




06/03/23

Maíz GM de EE.UU. a México: desacuerdo más allá de la ciencia

De un vistazo
  • Anuncio del gobierno mexicano de suspender importación de maíz transgénico de EEUU generó polémica
  • Gobierno de EEUU pidió justificación científica para la medida tomada por México
  • Expertos coinciden en que los desacuerdos reflejan que el tema pasa más por la política y el comercio



[CIUDAD DE MÉXICO] La reciente decisión de México de dejar de importar maíz transgénico amarillo para 2024 desde EE.UU. llevó al gobierno de ese país a pedir una justificación respaldada por fundamentos científicos, y generó cuestionamientos de si este tipo de negociaciones pueden responder más a intereses comerciales y políticos que a cuestiones técnicas.

Así lo manifiestan algunos especialistas que ven una suerte de maniqueísmo en el uso de la evidencia a favor y en contra de la importación de maíz transgénico. Esta situación, aseguran, no está contribuyendo a una verdadera discusión sobre la ciencia detrás de este cultivo ni sobre lo que implica conservar la diversidad de maíces nativos.

El conflicto entre las dos naciones nació a finales de 2020, cuando el gobierno de México publicó un decreto en el que planteaba que para enero de 2024 sustituiría el maíz genéticamente modificado con producción local. Esto implicaba dejar de importar los más de 16 millones de maíz amarillo, en su mayoría transgénico, que compra anualmente a agricultores en EE.UU.

Desde entonces han ocurrido varios desencuentros que llegaron a un punto álgido el 9 de febrero de 2023, cuando el nuevo negociador jefe de comercio agrícola de la Representante Comercial de Estados Unidos, Doug McKalip, solicitó a México una explicación científica que justificara su decisión de eliminar el uso y las importaciones de este maíz.

Unos días después, el 13 de febrero, México publicó un nuevo decreto en el que reitera que sustituirá del maíz genéticamente modificado, con una nueva fecha: marzo de 2024, y que mientras eso sucede, sí se podrá usar para la industria y alimentación animal, pero no para consumo humano, específicamente masa y tortilla.

El conflicto ha generado opiniones opuestas entre la comunidad científica. Por un lado se ubican quienes insisten en que hay suficiente evidencia de que en 35 años de uso los transgénicos no han generado ningún daño a la salud ni al ambiente, y por otro quienes ven su liberación como un riesgo de contaminación, y potencial pérdida, de los maíces nativos, con el agravante que México es el centro de origen y domesticación del cultivo.

Así que la solicitud de EE.UU. está atravesada por estas dos perspectivas: quienes lo ven como algo positivo y lamentan que el gobierno mexicano tome decisiones sin sustento científico, y quienes ven en la petición estadunidense un pretexto para no perder a México, su mayor importador de maíz amarillo que, tan solo en 2021, pagó 4.700 millones de dólares por 16,8 millones de toneladas.

“La reacción de EE.UU. es normal”, dice el investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Agustín López Munguía. Estados Unidos “está en su derecho de preguntar: ¿científicamente qué ha pasado en México? ¿Se les están muriendo los animales? ¿La gente tiene alergias? ¿Cuál es la evidencia que los está llevando a tomar esta decisión? Y lamento que la respuesta sea más una militancia”.

“Este tipo de decisiones sobre uso de maíz transgénico no es estrictamente científico, sino comercial”, dice, en el sentido opuesto, el investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, Quetzalcóatl Orozco. “Como todo cliente, México está en el derecho de definir qué es lo que va a comprar, independientemente de si hay un argumento científico o no”.

“Incluso si la ciencia dijera que el maíz transgénico es completamente inocuo, o que es mucho mejor, si hay una comunidad que cree que el maíz es un dios, y cree que al hacerle esa modificación genética lo alteraron en su alma, hay que respetar la decisión. Esa comunidad no tendría por qué estar obligada a comer ese maíz transgénico”, explica Orozco.

Para el geógrafo, el conflicto implica una crítica a la preponderancia de la ciencia. “Hay que bajar a la ciencia de esta pirámide en la que nos hemos puesto los científicos de que somos los que sabemos y decidimos. Desde hace muchos años existe algo llamado el diálogo de saberes, que tiene que ver con la importancia de reconocer otro de tipo de conocimientos y poder dialogar. En muchos de los problemas ambientales que enfrentamos actualmente, como especie, la ciencia no es la única voz”.

Para Munguía, esos retos ambientales requieren, justamente, ciencia. “El problema que enfrentamos es monumental y si queremos seguir alimentando a toda la gente no va a haber una sola cosa que resuelva todo el problema”.

En medio del debate prevalece la pregunta de si México tiene la capacidad real para sustituir el maíz amarillo que dejará de importar. “Nuestros maíces ancestrales son virtuosos, sagrados, sí, pero los producimos con rendimientos que no pasan de 2 a 3 toneladas por hectárea (t/ha). Cuando tenemos híbridos que te dan 14 t/ha”, dice Munguía.

La evidencia al respecto no es homogénea. Unos experimentos muestran un rendimiento de variedades nativas superior al 4,5 t/ha, otros concluyen que no hay diferencias significativas entre las dos semillas. Datos de la Secretaría de Agricultura de México muestran que el rendimiento del maíz que se siembra en Oaxaca (1,26 t/ha) está lejos del de las variedades híbridas de Sinaloa (13,83 t/ha). Por eso, se considera que sustituir el maíz transgénico requerirá resolver esos desafíos.

Desde una perspectiva conciliadora, Munguía explica que “el consumidor es el que va a decidir. Hay que hacerle llegar toda esta diversidad de maíces, pero producidos de una manera eficiente, distribuidos y comercializados de tal manera que la gente pueda llegar a un tianguis, a un supermercado, y pueda encontrar maíz blanco, amarillo, rojo, morado. Y que pueda disponer de ellos”.

Pero también es necesario “darle una conciencia al consumidor para que sepa que a lo mejor unos maíces van a ser más caros porque va a pagar el costo de la preservación de una riqueza cultural”.

Este artículo fue producido por la edición de América Latina y el Caribe de SciDev.Net

Quizás también le interese


lunes, 25 de octubre de 2021

Reporte: Colonialismo digital . Análisis de la agenda comercial europea

Publicado en TNI
https://www.tni.org/en/publication/digital-colonialism?content_language=es



Colonialismo digital
Análisis de la agenda comercial europea
07 October 2021

Policy briefing


La batalla mundial por el control de la economía digital suele describirse como una lucha entre dos únicos titanes: EE.UU. y China, pero eso no significa que la UE se haya quedado parada. Como se documenta en este informe, la UE ha hecho grandes esfuerzos por ponerse al día utilizando las negociaciones y las normas comerciales para hacer valer sus propios intereses. En el proceso, la UE está tratando de trepar sobre las espaldas de los países en desarrollo, socavando la posibilidad de que todos compartan equitativamente los beneficios del desarrollo tecnológico.

Descargue el informe completo aquí.

Este informe examina 14 cláusulas sobre comercio digital que la UE defiende en sus negociaciones comerciales y su impacto en los países en desarrollo. A partir de un análisis exhaustivo de 13 acuerdos de libre comercio de la UE, así como de su posicionamiento en la Organización Mundial del Comercio, muestra que la UE ha adoptado una estrategia colonialista, saliendo a la caza de datos del Sur global, para posicionar a sus propias empresas en las nuevas cadenas de valor cibernéticas globales. Para empoderar a sus propias corporaciones tecnológicas, la UE está tratando de imponer cláusulas en las negociaciones comerciales que obstaculizarán la industrialización digital, restringirán la necesaria supervisión estatal de las empresas y socavarán los derechos de los ciudadanos en otros lugares, en particular en los países en desarrollo. Aunque estas cláusulas son de naturaleza técnica y obtusas para el público en general, pueden afectar a todo, incluidos los derechos de las personas a la privacidad, la naturaleza y el funcionamiento de los servicios públicos, la posibilidad de desarrollo económico e industrialización, la responsabilidad del gobierno, incluso la calidad de la propia democracia.

CLÁUSULAS COMERCIALES DIGITALES

1. Medidas que obstaculizan la industrialización digital
a. Transferencia transfronteriza de datos
b. Prohibición de la localización de datos
c. Prohibición del tratamiento local de datos
d. No divulgación del código fuente de los programas informáticos y de los algoritmos correspondientes
e. Eliminación de los derechos de aduana sobre los productos digitales y/o las transmisiones electrónicas
f. Contratación pública electrónica
2. Medidas que restringen la necesaria supervisión estatal de las empresas
g. Autorización previa
h. No discriminación de los productos digitales
i. Autenticación y firmas electrónicas
j. Vigilancia
k. Responsabilidad de los proveedores de servicios intermediarios
3. Medidas que afectan a los derechos de los ciudadanos en línea
l. Protección de datos personales
m. Protección del consumidor en línea


La batalla que libran la UE, Estados Unidos y China es por el control de los datos que generamos cada vez que nos conectamos a internet como materia prima básica para su proceso de producción. El verdadero valor no reside en los datos en sí, sino en el procesamiento de los mismos para ofrecer y vender explicaciones algorítmicas del comportamiento humano.

El informe muestra que la UE fue inicialmente lenta en el avance de su agenda de comercio digital, pero ha sido mucho más agresiva desde 2016. La UE parece tener dos objetivos. En primer lugar, convertirse en un actor digital mundial mediante la creación de normas que respalden la transición de sus industrias hacia la digitalización y que, a continuación, fijen su dominio a largo plazo. Esto incluye campos tan diversos como los recursos humanos, la logística, los servicios médicos, el entretenimiento, la educación y el transporte urbano inteligente, aunque el empuje más poderoso proviene de la industria automovilística de la UE, deseosa de dominar los vehículos autónomos e inteligentes del futuro. En segundo lugar, y sobre todo en el marco de las negociaciones de la OMC, la UE parece dispuesta a postrarse ante el poder de los gigantes digitales estadounidenses, conocidos como GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft), que han gastado una fortuna en grupos de presión y han conseguido dar forma a cualquier negociación que incluya normas sobre la economía digital.

La UE ya ha firmado seis acuerdos que incluyen cláusulas sobre comercio digital, con Canadá, Singapur, Vietnam, Mercosur, Japón y México. Actualmente está negociando otros siete acuerdos que incluyen cláusulas relacionadas con lo digital con Túnez, Chile, Indonesia, Australia, Nueva Zelanda y la región de África Oriental y Meridional (ESA), y a nivel internacional en la Organización Mundial del Comercio. Las negociaciones en curso con Indonesia, Australia, Nueva Zelanda y la región de África Oriental y Meridional (ESA), junto con la propuesta presentada por la UE a la Organización Mundial del Comercio, son las que incluyen las cláusulas más perjudiciales para los países del Sur global.

Las 14 normas comerciales resumidas en el recuadro están cuidadosamente diseñadas para garantizar que las grandes empresas tecnológicas de la UE y Estados Unidos puedan operar libremente y maximizar sus beneficios en la economía digital, al tiempo que restringen la capacidad de los Estados para regular el sector, redistribuir los beneficios, mejorar sus servicios públicos o llevar adelante una estrategia de desarrollo tecnológico local. También desfinancian al Estado, al prohibir la recaudación de impuestos sobre las transmisiones electrónicas, una enorme pérdida potencial en el futuro dada la transición de todo a la red.

Incluso en los casos en los que la UE se ha considerado un actor más progresista que China y Estados Unidos, como su adopción en 2018 del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), exportar esto por medio de normas comerciales afianzará, en lugar de socavar, un modelo extractivista. Esto se debe a que no va acompañado de los recursos necesarios para lograrlo, lo que, por lo tanto, crea costes adicionales para los países de bajos ingresos y una competencia desleal.

La agenda de comercio digital de la UE equivale a una agenda de extractivismo. Extraer la materia prima (los datos) del Sur global sin pagar nada por ella y llevarla a los países en los que están radicados para procesarla y volver a vendernos esa tecnología. También es una estrategia para el subdesarrollo estructural deliberado de los países de bajos ingresos, ya que pretende poner reglas que les impidan capitalizar los ingresos y beneficios potenciales del desarrollo tecnológico. Parafraseando al conocido economista del desarrollo Ha-Joon Chang, la agenda comercial de la UE está retirando la escalera digital del desarrollo.

Los perdedores en la batalla por la hegemonía tecnológica son los ciudadanos de a pie. Las normas comerciales no se están construyendo para fortalecer los derechos de los ciudadanos o la democracia, sino para beneficiar a las grandes tecnológicas, dándoles mercados y recursos de forma gratuita, monopolios ilimitados y sin responsabilidad social o fiscal. Contra este robo de recursos y el extractivismo digital, el único remedio es conservar la libertad de los Estados para regular, de modo que la gente pueda a su vez hacer valer su voluntad. Por lo tanto, es fundamental que los Estados se nieguen a firmar estos acuerdos como un primer paso hacia un proceso de industrialización y soberanía digital a largo plazo.





Plan 2.0 para el acceso abierto: ¿un plan o una nueva ambigüedad?

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...