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martes, 19 de noviembre de 2024

La editorial HarperCollins vende las obras de sus autores a empresa de IA

Publicado en blog Universo abierto
https://universoabierto.org/2024/11/19/harpercollins-confirma-que-tiene-un-acuerdo-para-vender-las-obras-de-sus-autores-a-una-empresa-de-ia/



HarperCollins confirma que tiene un acuerdo para vender las obras de sus autores a una empresa de IA

Cole ·, Samantha. 2024. «HarperCollins Confirms It Has a Deal to Sell Authors’ Work to AI Company». 404 Media. 18 de noviembre de 2024. https://www.404media.co/harpercollins-ai-deal/.

HarperCollins, una de las editoriales más grandes del mundo, ha confirmado un acuerdo con una empresa de tecnología de inteligencia artificial (IA) para permitir el uso limitado de ciertos títulos de no ficción de su catálogo para entrenar modelos de IA. La participación de los autores en este acuerdo es opcional; ellos pueden decidir si aceptan o rechazan la propuesta.

Según un portavoz de HarperCollins, este convenio busca mejorar la calidad y el rendimiento de los modelos de IA y cuenta con restricciones claras para respetar los derechos de los autores. La editorial enfatiza que su objetivo es proteger el valor inherente de las obras de sus autores y garantizar el flujo compartido de ingresos y regalías. Además, destaca su larga tradición de innovación y exploración de nuevos modelos de negocio.

El acuerdo contempla el pago de 2.500$ por título a los autores que opten por participar, una cantidad que no es negociable. Este ofrecimiento ha generado debate, especialmente en relación con el uso de materiales protegidos por derechos de autor en el entrenamiento de modelos de IA.

Daniel Kibblesmith, autor del libro infantil Santa’s Husband, compartió en la red social Bluesky un correo de su agente que describe la propuesta de HarperCollins. En el mensaje, su agente menciona las controversias alrededor del uso de materiales con derechos de autor para entrenar IA, destacando que muchas empresas lo hacen sin reconocer ni compensar a los creadores originales. También se alude al temor de que estos modelos puedan hacer obsoletos a los autores en el futuro.

Kibblesmith criticó la decisión de HarperCollins, calificándola como una búsqueda desesperada de ganancias a corto plazo. Señaló que este desarrollo podría dividir el mercado en dos tipos de lectores: aquellos que buscan una conexión humana auténtica a través de los libros y aquellos que prefieren contenido personalizado y generado por IA, diseñado para evitar cualquier desafío intelectual.

El uso de obras protegidas por derechos de autor para entrenar IA ha sido un tema polémico. Numerosas empresas han sido acusadas de aprovecharse de materiales sin compensar a sus creadores. Este acuerdo de HarperCollins es una de las primeras instancias donde una gran editorial propone explícitamente un trato transparente y compensatorio, aunque limitado, para el uso de este tipo de contenido.

En general, el tema pone de relieve las tensiones entre la innovación tecnológica y la preservación del valor del trabajo creativo humano, planteando preguntas sobre el futuro de los derechos de autor y la sostenibilidad de las profesiones creativas en la era de la IA.

viernes, 20 de septiembre de 2024

Las editoriales académicas y la IA no tienen por qué ser enemigas

Publicado en THE Times Higher Education
https://www.timeshighereducation.com/blog/academic-publishers-and-ai-do-not-need-be-enemies 


Las editoriales académicas y la IA no tienen por qué ser enemigas


Según David Clark, de Oxford University Press, las empresas de IA generativa deberían dejar de estafar a las editoriales y colaborar con ellas para enriquecer el saber académico.


4 de abril de 2024

David Clark

Twitter: @DavidClarkOUP


Miedo, desesperación, optimismo, ansiedad: durante gran parte del último año, se ha hecho referencia a todas estas emociones y más cuando se ha mencionado la IA generativa.


Sabemos que esta tecnología, impulsada por grandes modelos lingüísticos, dará forma a todo nuestro futuro, sobre todo como herramienta para el descubrimiento y la recuperación de conocimientos. Puede parecer que no está en nuestras manos, pero las editoriales académicas y los investigadores con los que colaboramos nos encontramos en una encrucijada: ¿nos resistimos o nos comprometemos?


A principios de este mes, la Publishers Association, la organización que agrupa a los editores del Reino Unido, escribió una carta a las empresas tecnológicas para expresar nuestra preocupación por el uso de obras protegidas por derechos de autor en la formación, el desarrollo y el funcionamiento de modelos de IA. En ella se subraya que «no autorizamos ni concedemos permiso para el uso de ninguna de sus obras protegidas por derechos de autor en relación con, sin limitación, la formación, el desarrollo o el funcionamiento de modelos de inteligencia artificial, incluidos los grandes modelos lingüísticos u otros productos de inteligencia artificial generativa». En resumidas cuentas, no estamos dispuestos a permitir que se utilicen las obras que hemos publicado, el trabajo de investigadores y autores de todo el mundo que se han esforzado mucho, a menos que se hayan acordado las licencias adecuadas.


Pero no se trata de resistirse a la IA generativa y a lo que puede ofrecer. Es una petición de compromiso, y de compromiso de buena fe.


La experiencia nos dice que no debemos quedarnos al margen en este momento. Del mismo modo que Google y otros motores de búsqueda se han convertido en la forma principal en que la mayoría de los académicos recuperan la literatura académica, y las editoriales académicas se han comprometido con ellos para que esto suceda, los grandes modelos lingüísticos crearán las herramientas que permitirán a los académicos y estudiantes acceder y comprender los últimos avances en la investigación.


Pero la forma en que permitimos que la IA dé forma al futuro de las comunicaciones académicas debe estar guiada por el conocimiento, la comprensión de las percepciones, las preocupaciones y las oportunidades potenciales para la comunidad académica. En Oxford University Press estamos realizando una encuesta entre los investigadores académicos para comprender mejor el impacto de la tecnología de IA en el proceso de investigación. Necesitamos conocer las experiencias de todo el espectro investigador, ya se trate de investigadores noveles o consolidados, de diferentes disciplinas y áreas temáticas, o de distintos países e idiomas. Comprender cómo se relacionan los estudiantes, investigadores y bibliotecarios con las tecnologías de IA generativa será fundamental para entender cómo debemos relacionarnos con estas tecnologías y con las empresas que las desarrollan.  


Hay, por supuesto, buenas razones para preocuparse. Como se afirma en la carta de la Asociación de Editores, los editores de todo el sector son conscientes del uso de «enormes cantidades de obras protegidas por derechos de autor sin la autorización del titular de los derechos en el entrenamiento, desarrollo y funcionamiento de modelos de IA». El riesgo para los editores y, fundamentalmente, para los autores de la investigación es el poder potencial de las tecnologías de IA para absorber, retener y reutilizar el conocimiento. Frente a estos riesgos, los editores están equilibrando la necesidad de adaptarse -y rápidamente- a este nuevo mundo, con la necesidad de garantizar que el material publicado no se pase por alto como fuente crítica de conocimiento ni se tome simplemente sin la debida autorización, remuneración y atribución.


Los editores y autores académicos tienen la responsabilidad de desempeñar un papel activo en el cambio del paradigma del conocimiento y, al hacerlo, crear la oportunidad de preservar el ecosistema que sustenta el mundo académico y la propiedad intelectual que lo sostiene. Una de las principales oportunidades es garantizar que la IA generativa respete la autoría y la propiedad intelectual, descubra contenidos y remita a los usuarios a las fuentes originales o primarias, y no fomente el plagio intencionado o no. 


La política recientemente propuesta para que las monografías estén disponibles gratuitamente bajo licencias de acceso abierto en un plazo de dos años a partir de su publicación, como parte de los requisitos del Marco de Excelencia en Investigación del Reino Unido, también plantea cuestiones críticas sobre la intersección de la IA y el acceso abierto para la comunidad académica. Poner los libros a disposición del acceso abierto bajo licencias Creative Commons Attribution (CC BY) entraña el riesgo de permitir usos comerciales generativos de IA de esas obras con escasas salvaguardias o recompensas para los autores.


No está claro, por ejemplo, cómo se puede atribuir adecuadamente a los autores su trabajo en un entorno de IA generativa. Abogamos firmemente por una relación de trabajo más amplia entre las empresas tecnológicas y los editores que se centre en los principios fundamentales de autorización y atribución, sea cual sea el modelo de publicación mediante el que se ponga a disposición la investigación.  


Con el tiempo, surgirán nuevos usos de la IA generativa que impulsarán nuevas formas de utilizar los contenidos. Esto dará lugar a nuevos usos de la erudición y a la propia erudición, así como a nuevas oportunidades de financiación. Si las futuras tecnologías de IA se desarrollan en colaboración con editores, investigadores y autores, se obtendrán herramientas mejores, más sostenibles y menos sesgadas, que a su vez se utilizarán para mejorar los resultados de la investigación. Un resultado beneficioso para todos.


David Clark es director general de la División Académica de Oxford University Press.


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Academic publishers and AI do not need to be enemiesGenerative AI firms should stop ripping off publishers and instead work with them to enrich scholarship, says Oxford University Press’ David Clark

April 4, 2024

David Clark

Twitter: @DavidClarkOUP


Fear, despair, optimism, anxiety – for much of the last year, all these emotions and more have been referenced when generative AI has been mentioned.

We know that this technology, driven by large language models, will shape all our futures, not least as a tool for the discovery and retrieval of knowledge. This might feel like it is out of our hands but scholarly publishers, and the researchers we partner with, are at a crossroads – do we resist or do we engage? 

Earlier this month, the Publishers Association, the member organisation for UK publishers, wrote a letter to technology companies to express our concerns about the use of copyrighted works in the training, development and operation of AI models. It underlined that we “do not outside of any agreed licensing arrangements to the contrary, authorise or otherwise grant permission for the use of any of their copyright-protected works in relation to, without limitation, the training, development or operation of AI models including large language models or other generative AI products”. The bottom line is that we are not willing to let the works we have published, the work of hard-working researchers and authors across the world, be used unless appropriate licences have been agreed. 

But this is not about resisting generative AI and what it can offer. This is a request to engage, and to engage in good faith.

Experience tells us that we should not stand aside in this moment. Much as Google and other search engines have become the leading way in which most scholars retrieve academic literature, and academic publishers have engaged with them to make that happen, large language models will create the tools that enable scholars and students to access and understand the latest developments in research.

But how we allow AI to shape the future of scholarly communications must be insight-led, understanding the perceptions, concerns and potential opportunities for the scholarly community. At Oxford University Press, we are currently holding a survey of academic researchers to better understand the impacts of AI technology throughout the research process. We need to understand experiences across the research spectrum, be that early-career or established researchers, different disciplines and subject areas, or different countries and languages. Understanding how students, researchers and librarians engage with generative AI technologies will be critical to understanding how we should engage with these technologies and the companies developing them.  


There are, of course, good reasons to be concerned. As stated in the Publishers Association’s letter, publishers across the industry are aware of the use of “vast amounts of copyright-protected works without the authorisation of the right holder in the training, development, and operation of AI models”. The risk for publishers and, fundamentally, for research authors is the potential power of AI technologies to absorb, retain and re-use knowledge. Against these risks, publishers are balancing the need to adapt – and quickly – to this new world, with the need to ensure that published material is neither overlooked as a critical source of knowledge nor simply taken without appropriate authorisation, remuneration and attribution.

Scholarly publishers and authors have a responsibility to play an active role in how the knowledge paradigm shifts and, in doing so, create the opportunity to preserve the ecosystem that supports academia and the intellectual property which sustains it. Chief among the opportunities is the chance to ensure that generative AI respects authorship and intellectual property, discovers content and refers users to the original or primary sources, and does not encourage intentional or unintentional plagiarism.  

The recently proposed policy for monographs to be made freely available under open-access licences within two years of publication as part of the requirements for the UK’s Research Excellence Framework also raises critical questions about the intersection of AI and open access for the scholarly community. Making books available for open access under Creative Commons Attribution (CC BY) licences risks enabling commercial generative AI uses of those works with limited safeguards or recompense for authors.

It is unclear, for example, how authors can be properly attributed for their work within a generative AI environment. We advocate strongly for a broader working relationship between technology companies and publishers that centres on the core principles of authorisation and attribution, whatever the publishing model by which research is made available.  

Over time, new uses of generative AI will emerge, driving new ways of using content. This will lead to new uses of scholarship and new scholarship itself, as well as new funding opportunities. If future AI technologies are developed working with publishers, researchers and authors, it will lead to better, more sustainable and less biased tools, which will in turn be used to create improved research outcomes. A winning outcome for all.

David Clark is managing director of Oxford University Press’ Academic Division.


jueves, 4 de enero de 2024

Prohibir libros, un deporte cada vez más popular en Estados Unidos

Publicado en Página 12
https://www.pagina12.com.ar/699793-prohibir-libros-un-deporte-cada-vez-mas-popular-en-estados-u?s=08




Desde 2021 se censuraron más de 5800 títulos

Prohibir libros, un deporte cada vez más popular en Estados Unidos

Los estados de Texas y Florida son los más activos, y apuntan sobre todo a libros que abordan cuestiones raciales y de género. Pero la lista se extiende cada vez más.

Tal como sostiene el escritor, editor y traductor austríaco Alexander Pechmann, casi ninguna prohibición o quema de libros organizada a lo largo de la historia logró suprimir definitivamente un texto crítico o una idea políticamente incorrecta de la memoria colectiva. Si esas empresas hubieran sido exitosas, hoy no tendríamos ni la más remota idea de quién fue Ovidio. Parece descabellado pensar que en el siglo XVI existía el Index librorum prohibitorum, una lista que incluía los textos prohibidos para los cristianos confeccionada por el Santo Oficio de la Inquisición. Igual de descabellado sería recordar que por aquella época los libros debían ser testeados por los censores de la institución católica para ser aprobados antes de ir a imprenta. En el caso de hallar ofensas al credo, los escritores podían ser condenados al exilio o quemados junto a sus textos por herejía.

Esas dinámicas parecen lejanas, pero la censura sigue existiendo aunque adopte formas novedosas. En los últimos tiempos se detectó en Estados Unidos un fenómeno verdaderamente preocupante: tan sólo en 2023 se prohibieron 3 mil títulos en 41 estados y hubo 5.894 intentos de censura. La ola conservadora llegó a las aulas y bibliotecas escolares de distintos puntos de la nación presidida por Joe Biden, pero también hubo una reacción por parte de estudiantes, docentes y bibliotecarios que pusieron en marcha una batería de estrategias para revertir esta política que ataca principalmente a autoras mujeres, personas de color y miembros de la comunidad LGBTIQ+.

Texas fue históricamente el estado censor, pero los datos indican que en el último tiempo Florida triplicó el número de prohibiciones y de este modo se suma a una tendencia conservadora que se cristaliza también en las sentencias judiciales que cercenan derechos civiles conquistados por el colectivo de mujeres como el aborto. El abanico de autorxs afectadxs es variopinto e incluye a referentes literarios como Margaret Atwood, Stephen King, Toni Morrison, Aldous Huxley o Joyce Carol Oates. En las listas aparecen libros recientemente adaptados al cine y la televisión como Juego de Tronos (George R.R. Martin), Dune (Frank Herbert) o 2001: Odisea del espacio (Arthur C. Clarke), pero también obras icónicas como Un mundo feliz (Aldous Huxley), El hombre invisible (Ralph Ellison) o Anna Karenina (León Tolstoi).

El mes pasado, después de enterarse de la medida adoptada en Florida, el autor de Carrie escribió en X con ironía: “¿16 de mis libros? Debo estar haciendo algo bien”. Por su parte, James LaRue –director de la Oficina de Libertad Intelectual de la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos– declaró: “Stephen King es un autor muy popular entre los adolescentes, eliminar sus libros niega el acceso a obras formativas”. En las escuelas del condado de Collier se prohibieron 300 libros además de los 16 títulos de King, y otros 100 quedarán restringidos a ciertos niveles o requieren una autorización de los padres para ser leídos.

Género y raza son dos de los ejes que atraviesan la ola censora en los Estados Unidos. Encabezan la lista Género queer, autobiografía de Maia Kobabe sobre su experiencia no binaria y asexual, y Ojos azules, de Toni Morrison, ganadora del premio Pulitzer y del Nobel de Literatura. Su texto aborda la historia de Pecola, una adolescente afroamericana que vive en Ohio a inicios de la Segunda Guerra Mundial y siente que la única solución a todos sus problemas es tener ojos azules, algo que representa el estereotipo “hegemónico” de la belleza blanca. También fue incluida en la lista la escritora afroamericana y queer DeShanna Neal por un cuento que narra el proceso de transición de su hija. “Cada vez que intentan prohibir libros es como si intentaran borrar las experiencias vividas”, manifestó la autora de “My rainbow”. En la misma línea, se aprobó en abril la ampliación a todos los grados escolares de la polémica ley “No digas gay”, que prohíbe debatir sobre orientación sexual e identidad de género en las aulas.

Florida no es el único estado que puso en marcha la censura, pero es un caso interesante para analizar porque la iniciativa responde a una medida que fue impulsada por el propio gobernador, Ron DeSantis, y aprobada por la Legislatura. La Ley 1069 permite a las escuelas limitar en el aula aquellos materiales que aludan a sexo, género, pronombres o salud reproductiva; al mismo tiempo, establece que las bibliotecas escolares deben solicitar la opinión de la comunidad educativa sobre los materiales que ponen a disposición de los alumnos. Por otra parte, exige la “suspensión de cualquier material que presuntamente contenga contenido pornográfico o representaciones obscenas de conductas sexuales”.

El diagnóstico es letal. PEN America, fundación sin fines de lucro que se ocupa de recolectar información para generar conciencia sobre la protección de la libertad de expresión a través de expresiones literarias y derechos humanos, detalló en su último informe que la prohibición de libros en instituciones educativas estadounidenses se triplicó en el último año. La asociación alertó que se trata de “la peor ola de censura en décadas”, con más de 5.800 libros prohibidos desde 2021. Este año los congresos de distintos estados introdujeron 110 proyectos de ley considerados “órdenes de mordaza educativa” y diez se convirtieron en leyes que buscan restringir la enseñanza sobre temáticas raciales, de género, historia estadounidense e identidades disidentes, según indica el informe America's Censored Classrooms 2023.

Pero los estudiantes de las instituciones públicas respondieron con la creación del Club de Libros Prohibidos, un espacio que habilita el acceso a aquellas obras que fueron censuradas. Según comentó Ella Scott, una de las jóvenes fundadoras, “ahora mismo hay unos 30 miembros". Un grupo de alumnos de la secundaria Vandegrift en Leander (Texas), por ejemplo, gracias a esta resistencia logró acceder a El último hombre, novela gráfica del guionista Brian K. Vaughan y la dibujante Pia Guerra que aborda las consecuencias de una misteriosa plaga que acaba con la vida de todos los seres con cromosoma Y. La obra fue prohibida en el estado de Texas y, por tanto, retirada de las bibliotecas escolares. “En los últimos dos años hubo un ataque sin precedentes a la libertad de expresión en la educación pública”, explicó Sabrina Baeta, consultora del programa "Libertad para leer", de PEN America. Pero como Pechmann asegura en La biblioteca de los libros perdidos, "todo régimen, por muy totalitario que sea; todo censor, por muy atento que sea; y todo pedagogo, por muy limitado que sea, tendrá que capitular tarde o temprano ante la imaginación y la ocurrencia de los lectores".


lunes, 27 de noviembre de 2023

Karine Pansa se lanza contra la IA en la FIL Guadalajara: "Extraer el valor de los libros"

Publicado en Milenio
https://www.milenio.com/cultura/fil/presidenta-asociacion-editores-critica-ia-fil-2023


Karine Pansa se lanza contra la IA en la FIL Guadalajara: "Extraer el valor de los libros"

La presidenta de la Asociación Internacional de Editores participó en la Feria Internacional de Libro de Guadalaja 2023 con un mensaje contundente acerca de la IA y y las redes sociales en la industria.

Jaqueline Heredia Coca
Ciudad de México. / 25.11.2023 

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2023 se inauguró este sábado 25 de noviembre. Es uno de los eventos más esperados y de gran relevancia en el ámbito editorial mundial con un objetivo de promoción de la cultura y el amor por la lectura, así como facilitar el intercambio de conocimientos y el establecimiento de nuevas oportunidades en la industria del libro. Es en esto último donde, en el discurso inaugural, entró el debate de la Inteligencia Artificial.

La apertura de la FIL 2023 dio un gran bienvenida con un repaso en la vida de su fundador Raúl Padilla y el reconocimiento a la escritora mexicana Coral Bracho con el premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2023.

Luego de varios llamados a la paz por parte de miembros de la Unión Europea, le tocó a Karine Pansa, presidenta de la Asociación Internacional de Editores, dar la bienvenida oficial a la FIL 2023 con un mensaje con una crítica hacia la influencia de las redes sociales y la inteligencia artificial en la industria de los libros.

​¿Qué dijo Karine Pansa sobre la IA?

Durante su intervención en el evento, Pansa abordó las repercusiones que, durante su primer año de presidenta, las redes sociales han tenido en la industria editorial. Reconoció que estas plataformas han democratizado el acceso a la información y han brindado una nueva forma de promoción y difusión de los libros. Sin embargo, también señaló el impacto negativo de la Inteligencia artificial que pueden tener los libros.

''Nuestros dos pilares son fundamentales y son promover los derechos de autor y la libertad de publicación, esta es amenazada de muchas maneras; desde el abuso de las leyes de difamación, presiones de las redes sociales, censura del gobierno. Esto puede afectar a los libros comerciales, educativos y académicos''.

Según Pansa, el poder de las redes sociales, radica en su capacidad para generar tendencias y modas rápidamente, lo que puede llevar a que los libros se vean perjudicados por la presión. Otro aspecto importante que destacó la presidenta fue el impacto de la inteligencia artificial en la industria del libro. Pansa resaltó que la IA sabe el valor de los libros pero aun así quiere reproducirlos con las mejores obras, lo cual genera preocupación.

''Algunas de las empresas más grandes del mundo quieren entrenar sus máquinas de escritura automática, perdón con Inteligencia artificial generativa, utilizado las mejores obras para editarlas con herramientas sin importar que éstas son escritas con pasión por excelentes autores. Estas empresas conocen el valor de los libros; pero el problema es que intentan extraer el valor de los libros sin licencia ni remuneración. No es justo, no esta bien y lucharemos contra ello'' explicó en la FIL 2023.

Para la presidenta y los editores, esto ha generado incertidumbre en cuanto a la originalidad y calidad de las obras. Existe el temor de que los libros generados por algoritmos deje aun lado la autenticidad que caracteriza a las creaciones humanas.

''La inteligencia artificial está marcado la pauta legislativa, la forma en que aseguren la transparencia de estas plataformas y el respeto por todos los presentes, pues marcara el estándar para que todos los países sigan el ejemplo''

En este sentido, Pansa resaltó la importancia de mantener un equilibrio entre la tecnología y el talento humano en la industria editorial, por que es fundamental preservar el valor del arte y la creatividad que solo los autores humanos pueden aportar.

¿Qué es el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances?

El Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances es un prestigioso galardón literario otorgado por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México. 

Este premio se concede a un autor destacado de habla hispana, francesa, italiana, portuguesa, rumana o catalana, y se otorga en reconocimiento a la calidad y relevancia de su obra literaria.

El premio busca destacar la importancia de las lenguas romances en la literatura mundial y honrar a escritores que hayan realizado contribuciones significativas a la literatura en cualquiera de estas lenguas. 

El ganador recibe una medalla, un diploma y una suma de dinero como reconocimiento a su trayectoria literaria.

miércoles, 13 de septiembre de 2023

Histpria de la piratería editorial y las modernas revistas depredadoras

Publicado en Blok de Bid
https://www.ub.edu/blokdebid/es/node/1291




De piratas y predadores editoriales

Ángel Borrego el Miércoles 13 septiembre, 2023 

Versión para impresión

Ángel Borrego
Facultat d’Informació i Mitjans Audiovisuals
Universitat de Barcelona (UB)


Morriello, Rossana (2022). Dalla pirateria dei libri all’editoria predatoria: un percorso tra storia della stampa ed etica della comunicazione scientifica. Milano: Ledizioni. 158 p. (Editoria: passato, presente e futuro). Disponible en: <https://www.ledizioni.it/checkout/order-received/55043/?key=wc_order_c2rGKG5HeyWlF>. ISBN 978-88-5526-804-2. [Consulta: 29/08/2023].



En los últimos meses, diversos medios de comunicación han publicado noticias sobre comportamientos deshonestos de investigadores al publicar resultados científicos (véase, por ejemplo, las publicadas en El País o elDiario.es). A pesar de tratarse de un tema de actualidad, el plagio o la falsificación de datos no son conductas nuevas y se pueden documentar casos desde los inicios de la ciencia moderna aunque, probablemente, se han exacerbado como consecuencia de unos criterios de evaluación científica centrados de manera casi exclusiva en la medición cuantitativa de la producción de los investigadores.

La ética de la comunicación científica constituye el núcleo de la monografía de Rossana Morriello. A este tema dedica la autora el segundo apartado de su obra. Este capítulo central viene precedido de otro sobre la piratería y tiene como continuación un tercero sobre las editoriales predadoras. Los tres capítulos conforman una obra con una orientación eminentemente histórica, con profusión de ejemplos que ilustran las explicaciones de la autora.

Morriello sitúa el origen de la piratería editorial en la Inglaterra del siglo XVII, justamente el lugar y el momento donde se regulan por primera vez los derechos patrimoniales emanados de la propiedad intelectual, es decir, el copyright. El gremio de editores e impresores ingleses, la Stationers’ Company, gozaba del monopolio en la producción de libros que aseguraba al miembro que registraba la propiedad de un texto que nadie más pudiera publicarlo. Esta protección se percibía en ocasiones como una limitación a la difusión de las ideas políticas, lo que otorgaba a la piratería editorial una cierta aura de defensa de la libertad de imprenta que no ha perdido completamente. La autora hace un repaso de la evolución legislativa en el Reino Unido, Francia, Italia y los Estados Unidos que ilustra el aumento de la piratería a medida que se incrementa la industrialización de la imprenta. El capítulo finaliza mostrando cómo este debate ha llegado a la edición de revistas científicas, donde el interés de los investigadores por difundir los resultados de la investigación ha llevado a la proliferación de repositorios como Sci-Hub que tienen por objetivo la difusión ilegal de artículos científicos.

El segundo capítulo de la monografía se centra, también desde una perspectiva histórica, en la ética de la comunicación científica. La autora comienza trazando una línea divisoria entre el error y la mala praxis científica en función de la intencionalidad del investigador. Morriello hace un repaso de ejemplos de fabricación y falsificación de datos en economía, medicina o química, mostrando que ninguna disciplina está exenta de este tipo de malas prácticas. Un apartado del capítulo trata de comportamientos deshonestos relacionados con la autoría, como los «autores fantasma» (que han participado en el desarrollo de un estudio pero no figuran entre sus responsables) o la autoría honorífica (la inclusión de autores que no han hecho ninguna aportación al trabajo). A continuación, se analizan las tres principales causas de la retractación de artículos de autores italianos: la manipulación de datos, la manipulación de imágenes y el plagio. El capítulo finaliza con la discusión de los efectos de estas malas prácticas sobre el elemento esencial de la ciencia: la reproductibilidad de los estudios científicos.

El tercer y último capítulo de la obra aborda el problema de las revistas científicas predadoras, aquellas que cobran a los autores tasas de edición por la publicación de artículos sin comprobar su calidad y sin proporcionar ningún tipo de servicio editorial. En el texto, se ofrecen consejos para la identificación de estas revistas. Otros apartados del capítulo se dedican a fenómenos como los paper mills (organizaciones dedicadas a la producción de artículos falsos para vender la autoría) y los artículos zombies (artículos retractados pero que se continúan citando como legítimos). El último apartado hace algunas reflexiones sobre posibles intervenciones para enmendar estas malas prácticas científicas.

En conclusión, se trata de una obra atractiva que resultará especialmente útil a lectores interesados en tener una perspectiva histórica de la propiedad intelectual y la ética en el mundo académico. Se trata de un trabajo muy documentado, con múltiples ejemplos que hacen amena la lectura. Quizás se encuentra a faltar una mejor categorización de las conductas descritas y una reflexión más profunda sobre sus causas y posibles soluciones.

Nota. Esta reseña se publica simultáneamente con el Blog de l’Escola de Llibreria. 


jueves, 10 de agosto de 2023

USA: sienta precedente sentencia por copia digital de libros

Publicado en El Financiero
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/mauricio-jalife/2023/08/09/sienta-precedente-sentencia-por-copia-digital-de-libros/?outputType=amp



Sienta precedente sentencia por copia digital de libros

          agosto 09, 2023 | 14:50 hrs
Mauricio Jalife Daher 

Una decisión judicial pone fin a amplias deliberaciones que diversas organizaciones han sostenido sobre la pertinencia de la difusión digital de libros al amparo de la tesis del “uso justo”.

Una decisión paradigmática fue dictada en Estados Unidos el pasado 4 de agosto, que sube un escalón en la lucha contra las llamadas bibliotecas digitales libres. En particular, el caso fue seguido por Hachette Book Group, Penguin Random House y otras importantes editoriales en contra del conocido sitio Internet Archive.

Como antecedentes relevantes se cita el dato de que este sitio ha llegado a ofrecer al público más de tres millones y medio de libros digitalizados en forma gratuita, aunque una parte del acervo son obras que se encuentran en el dominio público. Durante la pandemia, Internet Archive creó una “Biblioteca Nacional de Emergencia”, como una alternativa al cierre de múltiples bibliotecas públicas, modificando el préstamo “controlado” que administraba a este otro mecanismo sin restricciones.

La decisión del juez de Manhattan John G. Koeltl pone fin a amplias deliberaciones que diversas organizaciones han venido sosteniendo sobre la pertinencia de la difusión digital de libros sin consentimiento expreso de los titulares de derechos al amparo de la tesis del “uso justo”, que opera como excepción al derecho de autor bajo determinadas circunstancias. La sentencia tiene particular relevancia en un sistema de copyright como el estadounidense, que tiene ciertas dolencias cuando se enfrenta a temas de acceso a la información e inexistencia de lucro directo.

En el caso de México, la resolución permea para el análisis de situaciones equivalentes. Sin ir demasiado lejos, resulta destacable la operación del sitio www.lapirateca.com que, a pesar de ser blanco de continuas acciones legales por reproducción no autorizada de libros, no ha cesado su presencia en línea. Al grito de: “los libros no se piratean, los libros se expropian”, el sitio realiza clara apología de esta visión romántica del “conocimiento común y compartido” que cuestiona la propiedad intelectual que exige el pago a favor de los autores y los editores. Lo que “la pirateca” no explica, es cómo mantener vivo el interés de los creadores de obras sin compensación económica por su aportación.

Este no es el único caso de piratería digital de libros en nuestro país. Existen muchos otros sitios como “anarkademia” y “ebiblioteca”, que ofrecen textos en forma gratuita, bajo el formato de “bibliotecas fantasmas”. Ya la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) ha puesto en el radar a estos sitios exigiendo de la autoridad acciones contundentes para impedir su crecimiento. De hecho, no hay que olvidarlo, la propia Ley General de Bibliotecas que se promulgó apenas en junio del 2021, tuvo que ser acotada en sus alcances por amparos que evitarán la violación de derechos de autor por vía del préstamo digital de las nuevas obras depositadas a las bibliotecas centrales del Estado.

Lo que podemos reconocer es que existe una clara brecha entre ambas posiciones, que se debe tratar de superar con mecanismos creativos y compensatorios. Recordar que, en su propuesta original, el proyecto eBook de Google pretendía digitalizar y poner a disposición de la humanidad más de 14 millones de libros, la mayor parte de ellos descatalogados, buscando opciones para pagar regalías a los que así lo demandaran. Aun y cuando quede clara la conveniencia de abrir el uso de libros por vía digital, cualquier solución deberá velar por el respeto de la retribución que de manera natural corresponde a los que ponen a disposición las obras.

Recompensas, incentivos y/o reconocimientos para los investigadores que practican la Ciencia Abierta

Publicado en blog  Universo abierto https://universoabierto.org/2019/10/14/recompensas-incentivos-y-o-reconocimientos-para-los-investigadore...