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lunes, 24 de octubre de 2022

La nueva revisión por pares de la revista científica eLife

Publicado en LA CIENCIA DE LA MULA FRANCIS. EL BLOG DE FRANCISCO R. VILLATORO



Randy Schekman, Premio Nobel de Medicina en 2013, fue el fundador y el primer editor principal de la revista científica eLife, de acceso abierto (open access) y sin ánimo de lucro (not-for-profit). Schekman arremetió en 2013 contra las «revistas de lujo», como Nature, Science y Cell, entre otras razones por su baja tasa de aceptación de artículos. Sorprende porque entonces eLife aceptaba solo el 15 % de los manuscritos que recibía (en 2021 fue el 16 %). Schekman dejó el cargo en 2019 y le sustituyó Michael Eisen, que quiere marcar un nuevo rumbo para eLife tras la pandemia. A partir de enero de 2023 la revisión por pares no servirá para decidir si se acepta o se rechaza la publicación de un artículo en eLife; todos los artículos que superen la revisión editorial y sean enviados a revisión por pares (en 2021 fue el 30 % de los recibidos) serán publicados en la revista; además, la revisión por pares será pública y abierta a toda la comunidad científica. Para hacer más atractivo el nuevo modelo de publicación rápida, se reduce el coste por publicar un artículo de los 3000 dólares actuales a solo 2000 dólares (te recuerdo que quienes se declaran insolventes no pagan nada). Si la jugada de Eisen sale bien, eLife en 2023 duplicará su número de artículos publicados, sin perder índice de impacto y reputación.

Tengo amigos, investigadores en biología y biomedicina, que están encantados con el nuevo modelo de publicación de eLife. En su entusiasmo creen que será un punto de inflexión en la historia de las publicaciones científicas; son tan optimistas que creen que será todo un éxito y que muchas otras revistas se apuntarán al carro liderado por Eisen. Lo siento mucho, pero yo soy muy pesimista al respecto. En mi opinión, el índice de impacto de eLife caerá y en un par de años dejará de ser una revista Q1 (lo ha sido desde que entró en el JCR en 2013); muchos de mis amigos dejarán de enviar artículos a esta revista, pues una revista Q2 ya no es tan atractiva para la ANECA y la CENAI; y su índice de impacto seguirá cayendo (hasta que Eisen asuma su error, dimita y sea sustituido por un nuevo editor que retorne al redil). Aumentar mucho el número de artículos publicados siempre conlleva una reducción del índice de impacto; ya pasó con PLoS ONE, también de acceso abierto y sin ánimo de lucro. Obviamente, me gustaría estar equivocado y que Eisen pase a la historia como el editor de una revista Q1 que revolucionó la revisión por pares.

La noticia del cambio de política editorial de eLife se anunció en el editorial de Michael Eisen, «Scientific Publishing: Peer review without gatekeeping. eLife is changing its editorial process to emphasize public reviews and assessments of preprints by eliminating accept/reject decisions after peer review,» eLife (20 Oct 2022), doi: https://doi.org/10.7554/eLife.83889; y en «eLife’s New Model: Changing the way you share your research,» Inside eLife, 20 Oct 2022. Tengo la impresión de que la nueva política editorial es resultado de un estudio sobre la revisión por pares en eLife que se publicó durante el año 2019; si te interesa lo puedes disfrutar en «Peer Review: First results from a trial at eLife,» Inside eLife, 07 Jan 2019; «Peer Review: Further results from a trial at eLife», Inside eLife, 15 Jul 2019; y «Peer Review: Final results from a trial at eLife,» Inside eLife, 23 Oct 2019. Si te interesa la información financiera de eLife puedes disfrutar de los informes «Annual Report: 2021 in review,» Inside eLife, 18 Aug 2022 [Report PDF], y «Annual Report: 2020 in review,» Inside eLife, 16 Sep 2021. Y, por cierto, sobre el boicot de Schekman te recomiendo leer en este blog «Un premio Nobel decide boicotear a las revistas top (Nature, Science y Cell)», LCMF, 11 dic 2013; «Premio Nobel boicotea a Nature y Science», LCMF, 15 dic 2013.

Por cierto, los científicos interesados una descripción resumida pero completa de la nueva política editorial de eLife disfrutarán con «eLife’s peer review process», eLife, 20 Oct 2022.

En realidad, la nueva política editorial de eLife no supone un cambio tan grande como parece. Desde 2021 la revista eLife solo acepta manuscritos que estén publicados como preprints en bioRxiv o en medRxiv; este modelo tipo «publish, then review» (publica y luego revisa) se anunció en el Editorial de Eisen, «Peer Review: Implementing a «publish, then review» model of publishing,» eLife, 01 Dec 2020, doi: https://doi.org/10.7554/eLife.64910. Todos los artículos recibidos en eLife son sometidos a una revisión editorial (editorial review) realizada por los científicos del comité editorial de la revista; si el artículo supera dicha revisión editorial pasa a una revisión por pares (peer review) convencional, tras la cual se decide si el artículo es aceptado para publicación (con ciertos cambios) o es rechazado. Como ya te he indicado, en el año 2021 el 30 % de los artículos superaron la revisión editorial y fueron enviados a revisión por pares para decidir si serían o no publicados.

El nuevo modelo consiste en publicar el artículo en la revista, si supera la revisión editorial, pero marcado como «Reviewed Preprint» (manuscrito en proceso de revisión); el artículo será enviado a revisión por pares, con informes públicos. Una vez finalice dicha revisión por pares, los autores deberán modificar el artículo incorporando los comentarios de los revisores. Cuando los autores estén satisfechos con la versión revisada de su artículo solicitarán al editor que sea marcada en la revista como «Version of Record» (versión definitiva); entonces dicho artículo será enviado a los agregadores de artículos (PubMed, ISI Web of Science, etc.). La gran diferencia es que no se pedirá a los científicos encargados de la revisión por pares que decidan si el artículo debe ser aceptado para publicación, con o sin cambios, o rechazado; no se les preguntará porque el artículo ya estará publicado en la revista al haber sido aceptado en la revisión editorial.

Para los científicos el nuevo modelo es atractivo porque supone acelerar la publicación del artículo en la revista. Para la editorial de eLife el mayor atractivo es que cobrará 2000 dólares por todos los artículos que superen la revisión editorial (ahora cobra 3000 dólares por los artículos aceptados para publicación). Como ahora mismo no cobra nada por casi la mitad de los artículos aceptados en la revisión editorial, que son rechazados en la revisión por pares, todo apunta a que podría duplicar el número de artículos publicados y casi duplicar sus beneficios. Según Eisen, en el sistema actual se pierde un enorme esfuerzo editorial sin compensación (económica), ni reconocimiento (público); con el nuevo sistema habrá una compensación económica (para la revista, no creo que paguen a los editores) y, quizás también, un reconocimiento público a los miembros del comité editorial (cuyo nombre marcará todos los artículos que acepten). Además, al ser la revisión por pares pública, también habrá un reconocimiento para los investigadores que ocupen parte de su tiempo revisando artículos para eLife (aunque no puedan influir en que se publiquen o no).

Quizás te preguntes, qué beneficios tiene una editorial sin ánimo de lucro, que está obligada a gastar todos sus beneficios. La editorial eLife Sciences Publications publica sus cuentas financieras anuales; en ellas los gastos y los beneficios deben estar equiparados, salvo un pequeño porcentaje que se transfiere de un año a otro. Gracias a ello sabemos que en 2021 la revista eLife tuvo unos beneficios de unos 6.8 millones de libras (unos 7.8 millones de euros), de los que 3.5 millones han sido cargos por publicar (APC, article processing charges) pagados por los propios autores de los artículos científicos y 3.3 millones han sido contribuciones de varias fundaciones que financian esta editorial (Howard Hughes Medical Institute, Knut and Alice Wallenberg Foundation, Max Planck Society y Wellcome). Con la nueva política editorial se incrementará el número de artículos publicados y los beneficios a costa de los autores; no sé qué pasará con las fundaciones que financian a eLife, pues quizás rebajen su contribución (que ya subió de 2020 a 2021).

Como puedes ver en esta tabla resumen, los gastos de la editorial son muy próximos a sus beneficios (como debe ser). En 2021 se gastaron 2.5 millones de libras en salarios (obviamente, los directivos cobrarán mucho más que el sueldo medio de los empleados). Los costes editoriales fueron 1.4 millones de libras. La manera habitual en la que las editoriales sin ánimo de lucro gastan sus beneficios es incrementando los sueldos de los altos cargos y abriendo nuevas sedes internacionales (auguro que, si tiene éxito la nueva iniciativa, la sede de eLife en Londres será la primera de una serie de sedes en lugares como New York o Tokio); la apertura de nuevas sedes implica gastos materiales y el contrato de personal administrativo adicional.

En resumen, soy pesimista al respecto de la nueva iniciativa del editor de eLife. Todo esto me recuerda a cuando Schekman pretendió boicotear a Nature, Science y Cell no publicando en estas revistas y echando pestes de sus políticas editoriales; no me consta que nadie siguiera su estela, que pudiendo publicar en dichas revistas dejara de hacerlo. Me temo que lo mismo va a pasar con la iniciativa de Michael Eisen, ninguna editorial va a considerar que su decisión es acertada y la potencial revolución de las publicaciones científicas que algunos asocian a la boutade del editor de eLife nunca va a ocurrir. Lo siento, pero auguro que el editor de eLife ha cometido un grave error y acabará teniendo que rectificar dentro de unos tres años. Espero estar equivocado. Os mantendré informados los próximos años.

La entrada La nueva revisión por pares de la revista científica eLife fue escrita en La Ciencia de la Mula Francis.

lunes, 10 de octubre de 2022

Una propuesta arriesgada: hacer de los repositorios mega-journals

[Publicado en la lista IWETEL]


Una propuesta arriesgada: hacer de los repositorios mega-journals

José Luis Ortega
Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC), Córdoba
Unidad Asociada “Conocimiento, Transferencia e Innovación” (UCO-CSIC), Córdoba
jortega@iesa.csic.es


Malestar en la publicación

Hace más de 20 años, Steve Harnad (1995) hizo una propuesta subversiva: crear repositorios electrónicos que albergaran resultados científicos que pudieran ser descargados libremente por cualquier usuario. Su propuesta se basaba en los ejemplos recientes de arXiv (física) y SSRN (ciencias sociales). De esta forma, se podría crear un sistema de publicación científica alternativo al basado en revistas impresas, las cuales presentaban altos costes de suscripción. De esta forma nacía el movimiento Open Access que reivindicaba un sistema de publicación científica abierto y gratuito, menos dependiente de intereses comerciales y más conectado con la sociedad. Muchos años después, son muchas las voces que argumentan que el Open Access ha fracasado (Aspesi y Luong, 2014; Green, 2017). Sobre todo, porque el modelo que se ha impuesto es la vía dorada, en la que el autor paga los costes de publicación, en detrimento de la vía verde, donde el autor deposita en un repositorio una copia en abierto del artículo publicado (Rizor y Holley, 2014). Este nuevo modelo traslada al autor la financiación de la publicación científica, lo que genera efectos perversos en el sistema. Primero, muchas de las revistas tradicionales, provenientes del mundo impreso, se han convertido en revistas híbridas que publican tanto artículos por suscripción como artículos en abierto (Björk, 2012). Esta doble vía de ingresos por parte de las revistas genera dudas sobre el precio real de las actuales suscripciones, sugiriendo que el modelo híbrido incrementa, más que reduce, los costes en el acceso a la literatura científica (Weber, 2009). Segundo, han surgido nuevos grupos editoriales (MDPI, Frontiers, Hindawi, etc.) que poseen unos márgenes de aceptación muy rápidos, generando dudas sobre la integridad y calidad de esas publicaciones (Aguillo, 2021, Zhang et al., 2021; Cabezas-Clavijo et al., 2022). Tercero, los elevados costes de publicación que los autores deben asumir produce un importante sesgo a favor de investigadores bien financiados, incrementando la brecha entre investigadores pobres y ricos. Siguiendo un efecto de bola de nieve, los autores que no pueden publicar en estas revistas, desarrollan menos sus currículos y se alejan cada vez más de la financiación (Al-Khatib y Teixeira da Silva, 2017). En resumen, en el modelo tradicional de suscripción, el cliente es el lector, lo que obliga a la editorial a seleccionar los mejores trabajos para sus suscriptores. En el modelo dorado con APC (Author Processing Charge), el autor es ahora el cliente y las editoriales deben satisfacer los intereses de estos, que en muchos casos son una revisión rápida y positiva. Cualquier filtro en la selección de trabajos (altos índices de rechazo, concienzudas revisiones) espantarían a los clientes.

Los acuerdos “transformativos” entre las instituciones académicas españolas y las grandes editoriales, según el cual las instituciones se encargan de hacer frente a los gastos de publicación de sus autores, no ha hecho más que confirmar el espaldarazo institucional a este modelo (De-Castro, 2020). El beneficio para las instituciones es la apertura y acceso a sus resultados, incrementando la visibilidad y la justificación social de la ciencia española. Para las editoriales internacionales supone perpetuar su dominio sobre el modelo de publicación, consolidando el tipo de acceso que mejor se ajusta a sus intereses.

Debatir entre un modelo de acceso abierto de pago o un modelo tradicional de suscripción, es tan espúreo como el sexo de los ángeles, más si cabe cuando uno se declara no creyente. Porque la cuestión de fondo que debemos plantearnos es porqué la comunicación científica debe ser objeto de una transacción comercial, porqué es necesario mantener intermediarios cuando ya no son necesarios. Si el investigador tiene un sueldo público que asegura su independencia (el desinterés de Merton (1942)), y la financiación de la ciencia se hace en gran medida a cargo de los contribuyentes, porqué existen empresas legitimadas a crear un mercado comercial a partir de una actividad universalista y común (también normas mertonianas). Las respuestas a estas preguntas están siempre en un elemento fundamental de la profesionalización de la ciencia: la evaluación.

Los sistemas de evaluación presentes en las principales potencias científicas, se basan en mayor o menor medida en la valoración de artículos de revistas, y especialmente revistas de alto impacto. Estas revistas, en su gran mayoría, pertenecen a las grandes multinacionales de la publicación científica (Larivière et al., 2015). Los científicos y sus instituciones entienden que, si dejan de publicar en estas revistas, se salen del sistema de evaluación y sus esfuerzos investigadores dejan de ser recompensados. Este es el principal motivo, en mi opinión, por el que el modelo verde de depósito se estanca, mientras que el modelo dorado de pago por publicación despega (Piwowar et al., 2018). Un argumento que soporta esta idea es el creciente depósito de materiales no publicables (datos, informes, resúmenes, etc.), mientras escasean el depósito de versiones de artículos científicos. No dudo de que gran parte de la comunidad científica esté a favor del depósito, pero sin incentivos que lo premien, lo convierten en una alternativa imposible.

Otro problema relativo a la evaluación es que los repositorios no realizan ningún proceso de revisión, por lo que pueden publicar estudios con errores o incluso fraudulentos. La reciente pandemia de Covid-19 ha evidenciado los problemas de control e integridad científica al que muchos servidores de pre-prints se han tenido que enfrentar (Watson, 2022). A pesar de que algunas plataformas como BioRxiv y MedRxiv, permiten comentarios post publicación, este sistema no garantiza que los documentos alojados sean corregidos o rectificados.

Repositorio como revista (repository as journal)

Una buena solución sería buscar un modelo híbrido, en el que se combine el bajo coste de depositar en un repositorio con el rigor que poseen las revistas científicas. Se trataría de convertir parte del repositorio en una revista electrónica científica. Con su propio ISSN y su comité editorial. En el caso de repositorios especializados, estos pueden convertirse en revistas referentes de su especialidad, mientras que los institucionales pueden dar paso a mega-journals generalistas que publiquen sobre cualquier tema de investigación. Las características fundamentales serían:

  • Revisión por pares: siguiendo un modelo de revisión en abierto (F1000, PeerJ) los repositorios pasarían a revisión los materiales que los autores deseen incorporar a la revista. Las evaluaciones y las diferentes versiones se publicarían en abierto lo que permitiría evidenciar la calidad de los trabajos y que estos se han sometido a una revisión. Los gestores de estos repositorios crearían un comité editorial que velaría por la calidad y transparencia de la revisión de los manuscritos. Este modelo en abierto sería más atractivo para muchos revisores que podrían hacer público sus capacidades de revisión, evitando también conflictos de intereses y los abusos que puede conllevar la revisión tradicional ciega (Wolfram et al., 2020).
  • Indicadores: el hecho de constituirse como revista, permitiría a estos repositorios ser indizados en cualquier índice de citas, y por lo tanto monitorizar el impacto de sus publicaciones. Muchas de las nuevas bases de datos académicas (Dimensions, Lens, Google Scholar o Semantic Scholar) ya están indizando publicaciones de repositorios, por lo que es posible utilizar estas fuentes para procesos de evaluación.
  • Bajo o nulo coste: El éxito y perdurabilidad de los repositorios actuales confirma que estas estructuras son viables, bien a través de la propia institución en el caso de los institucionales o por agencias de financiación y sociedades científicas en el caso de los especializados. El coste añadido de la gestión de la revisión, puede asumirse bien por la propia institución que alberga el repositorio o por los autores. Al no tratarse de un producto comercial, estos costes no implicarían un beneficio, sino sólo una justa compensación por el apoyo editorial.
  • Incentivados: Las instituciones responsables y financiadoras de estas revistas deberían tener una política activa incentivando su uso dentro en la comunidad científica. Y esta solo puede conseguirse desde la evaluación. Aunque la consolidación de una revista puede tardar varios años, premiar la publicación de artículos en ellas en los procesos evaluativo sería acicate más que suficiente para un despegue exitoso de estos formatos de publicación. Si las editoriales comerciales ofrecen descuentos y revisiones exprés, estas revistas podrían ofrecer puntos en procesos de promoción, financiación o contratación.

Un ejemplo muy similar lo representan las revistas open access diamante, en las que tanto el autor como el lector no incurren en ningún coste, siendo soportado enteramente por la organización editora o agencia de financiación.  Sin embargo, estas revistas son en su mayoría de pequeño tamaño, con cada vez menos penetración, y sirven básicamente a investigaciones de ámbito nacional (Bosman et al., 2021). El objetivo de esta propuesta es un modelo que pueda superar estas limitaciones y tenga una visión más amplia e innovadora de la publicación científica. Para ello debe tener una apuesta clara por la calidad (open peer review), la internacionalidad (aceptación de autores externos a la institución, publicación en inglés) y fuertes incentivos (premiar a los autores en procesos de evaluación) que permitan un producto de gran prestigio y visibilidad que compita seriamente con otros modelos comerciales.

Como toda propuesta, el problema no es tanto su planteamiento como su aplicación práctica. Es a partir de ese momento cuando empezamos a ver las debilidades e inconvenientes, cuando observamos efectos no esperados o beneficios insospechados. Esta propuesta requiere la participación y compromiso de varios agentes (autores, universidades, entes financiadores), cuyos interés u objetivos pueden ser diferentes. Pese a esto, lo más importante es que el desarrollo de estas ideas nos valga para reflexionar que ante todo tenemos un problema con la comunicación científica y es necesario soluciones, aunque sea arriesgadas.


Referencias

Aguillo, I. F. (2021). Detergentes, cuñados y las revistas MDPI. Anuario ThinkEPI15(1), 8. 

Al-Khatib, A., & Teixeira da Silva, J. A. (2017). Threats to the survival of the author-pays-journal to publish model. Publishing Research Quarterly33(1), 64-70. 

Aspesi, Claudio y Luong, Helen (2014). Reed Elsevier: Goodbye to Berlin - The Fading Threat of Open Access (Upgrade to Market-Perform). Bernstein Research. http://www.richardpoynder.co.uk/Aspesi.pdf 

Björk, B. C. (2012). The hybrid model for open access publication of scholarly articles: A failed experiment?. Journal of the American Society for Information Science and Technology63(8), 1496-1504. 

Bosman, J., Frantsvåg, J. E., Kramer, B., Langlais, P. C., & Proudman, V. (2021). The OA diamond journals study. Part 1: Findings. Science Europe. https://munin.uit.no/handle/10037/22224 

Cabezas-Clavijo, Á., Milanés-Guisado, Y., & Delgado-Vázquez, Á. M. (2022). Methodological shortcomings of bibliometric papers published in the journal Sustainability (2019-2020). En: 26th International Conference on Science and technology Indicators, Granada, 7-9 de septiembre de 2022 

De-Castro, P. (2020). Acuerdos “transformativos” con los editores: un controvertido paso adelante en la implantación del acceso abierto. Anuario ThinkEPI14

Green, T. (2017). We've failed: Pirate black open access is trumping green and gold and we must change our approach. Learned Publishing30(4).

Harnad, S. (1995). Overture: The Subversive Proposal. En: Harnad, Stevan, Okerson, Anna Shumelda and O'Donnell, James J. (eds.) (1995) Scholarly Journals at the Crossroads: A Subversive Proposal for Electronic Publishing, Association of Research Libraries

Larivière, V., Haustein, S., & Mongeon, P. (2015). The oligopoly of academic publishers in the digital era. PloS one10(6), e0127502.

Merton, Robert K (1942): Science and Technology in a Democratic Order. Journal of Legal and Political Sociology 1: 115-126

Piwowar, H., Priem, J., Larivière, V., Alperin, J. P., Matthias, L., Norlander, B., Farley, A., West, J. & Haustein, S. (2018). The state of OA: a large-scale analysis of the prevalence and impact of Open Access articles. PeerJ6, e4375. 

Rizor, S. L., & Holley, R. P. (2014). Open access goals revisited: How green and gold open access are meeting (or not) their original goals. Journal of Scholarly Publishing45(4), 321-335. 

Watson, C. (2022). Rise of the preprint: How rapid data sharing during COVID-19 has changed science forever. Nature Medicine28(1), 2-5.

Weber, D. (2009). Hybrid OA journals: A progression or a destination? Open and Libraries Class Journal, 1(2).

Wolfram, D., Wang, P., Hembree, A., & Park, H. (2020). Open peer review: promoting transparency in open science. Scientometrics125(2), 1033-1051.

Zhang, L., Wei, Y., Huang, Y., & Sivertsen, G. (2021). What makes a journal questionable? An analysis using China’s early-warning list. SocArXiv 94v5m, Center for Open Science. http://doi.org/10.31219/osf.io/94v5m

lunes, 2 de mayo de 2022

ARTÍCULO: Retrasos en el proceso editorial de las publicaciones académicas incluidas en SciELO México

Publicado en Revista Interamericana de Bibliotecología (udea.edu.co)https://revistas.udea.edu.co/index.php/RIB/article/view/344044


Retrasos en el proceso editorial de las publicaciones académicas incluidas en SciELO México 

Publicar en revistas de ciencia y tecnología toma generalmente mucho tiempo, lo que puede tener efectos negativos en las carreras académicas (obtención de becas, de plazas y promociones) y en la reputación de las propias publicaciones seriadas. También es una variable relevante que los autores toman en cuenta para decidir dónde publicar. A pesar de los efectos de estos retrasos, existen muy pocos estudios sistemáticos en México sobre el tiempo que le toma a las revistas dar a conocer los textos recibidos. Este trata de cubrir esa laguna de información. 

Disponible en: 

https://bit.ly/3KFY768

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Retrasos en el proceso editorial de las publicaciones académicas incluidas en SciELO México

Autores/as 
  • Raúl Marcó del Pont LalliInstituto de Geografía, UNAM
  • Raúl Martínez NavarroInstituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
DOI: https://doi.org/10.17533/udea.rib.v45n2e344044

RESUMEN

Publicar en revistas de ciencia y tecnología toma generalmente mucho tiempo, lo que puede tener efectos negativos en las carreras académicas (obtención de becas, de plazas y promociones) y en la reputación de las propias publicaciones seriadas. También es una variable relevante que los autores toman en cuenta para decidir dónde publicar. A pesar de los efectos de estos retrasos, existen muy pocos estudios sistemáticos en México sobre el tiempo que le toma a las revistas dar a conocer los textos recibidos. Para cubrir esa ausencia, se analizó este aspecto editorial, a partir de los datos abiertos de SciELO México, y los tiempos que les toma a 196 revistas mexicanas dar a conocer sus artículos, así como las diferencias notables entre publicaciones seriadas de un mismo campo de conocimiento. Se compararon los tiempos resultantes con estudios similares sobre los journals anglosajones, los megajournals y las revistas depredadoras, para ubicar con mayor claridad los procesos editoriales en un entorno global, y vislumbrar las posibilidades de una gestión editorial más eficiente.

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jueves, 10 de junio de 2021

La pregunta de los 450 dólares: ¿Deben las revistas pagar a los revisores?

Publicado en Science
https://www.sciencemag.org/news/2021/03/450-question-should-journals-pay-peer-reviewers

La pregunta de los 450 dólares: ¿Deben las revistas pagar a los revisores?

Por Jeffrey Brainard

1 de marzo de 2021

Para muchos científicos muy ocupados, recibir otra invitación de una revista académica para revisar otro manuscrito puede desencadenar gemidos. El trabajo requiere mucho tiempo y la recompensa puede parecer intangible. Además, los revisores trabajan gratis, aunque las grandes editoriales comerciales que gestionan muchas revistas obtengan cuantiosos beneficios.

Pero, a pesar de los gritos ocasionales y exasperados de "deberían pagarme por esto", los científicos han seguido adelante. Muchos aducen el sentido del deber de contribuir al avance de sus disciplinas, así como la necesidad de reciprocidad, al saber que otros investigadores se ofrecen a revisar sus manuscritos.

Pero la semana pasada, los investigadores de una conferencia sobre publicaciones académicas debatieron una cuestión provocativa: ¿Debería pagarse a los revisores?

La cuestión ha atraído una mayor atención a medida que los revisores se han vuelto más difíciles de reclutar. Incluso antes de que comenzara la pandemia de la COVID-19 el año pasado, que produjo una ventisca de envíos, las revistas informaban de la "fatiga de los revisores": En 2013, los editores de las revistas tenían que invitar a una media de 1,9 revisores para conseguir una revisión completa; en 2017, el número había aumentado a 2,4, según un informe de Publons, una empresa que hace un seguimiento del trabajo de los revisores.

Durante el debate en la conferencia virtual Researcher to Reader, los argumentos a favor de pagar a los revisores fueron presentados por James Heathers, un antiguo científico investigador en ciencias del comportamiento computacional que ahora es director científico en una startup tecnológica, Cipher Skin. El año pasado, Heathers llamó la atención tras publicar un manifiesto, "The 450 Movement", en el que argumentaba que 450 dólares sería una tarifa razonable para que las editoriales con ánimo de lucro le pagaran por cada revisión por pares. Heathers basó esa cifra, en parte, en lo que cobrarían los consultores empresariales de su campo. Otros revisores podrían negociar cantidades inferiores, añadió.

Junto a Heathers, en el equipo de pro-pago estaba Brad Fenwick, vicepresidente senior de Taylor & Francis, una editorial con ánimo de lucro que cuenta con unas 2.700 revistas. La pareja sostenía que pagar a los revisores podría mejorar algunos de los defectos más conocidos de la revisión por pares, como los largos retrasos en la recepción de las revisiones, que a menudo carecen de profundidad y sustancia.

Sin embargo, el equipo que se opone al pago predijo que las consecuencias serían nefastas si los honorarios de 450 dólares se convirtieran en la norma. Los costes de suscripción se dispararían y proliferarían las revisiones poco éticas, según un equipo que incluye a Alison Mudditt, directora general de PLOS, la editorial sin ánimo de lucro de artículos de acceso abierto, y a Tim Vines, consultor editorial y fundador de DataSeer, una herramienta de intercambio de datos.

A continuación se presentan extractos del debate, que han sido editados para mayor claridad y brevedad. A continuación de los extractos, encontrará los resultados de las encuestas que miden qué parte del público consideró más persuasiva.


Sobre el pago en efectivo frente a otras recompensas

Fenwick: Algunos editores son bien recompensados por sus esfuerzos. Entonces, ¿por qué no se aplicaría el mismo enfoque a los revisores? Las universidades ofrecen al profesorado la libertad de complementar sus ingresos como consultores remunerados y/o participando en empresas con ánimo de lucro. No hay ninguna razón para que su contribución a la industria editorial sea tratada de forma inferior.

Brezo: La revisión por pares es tratada de la misma manera que cualquier otro recurso común antes de ser regulado: el aire, el agua, la tierra, etc. No hay ninguna presión a la baja sobre el uso infinito del trabajo académico. Y la forma más fácil de ejercer esa presión es valorar la tarea no [sólo] con el reconocimiento, sino con la forma tradicional de apoyar el trabajo cualificado en cualquier otra industria, que es el dinero.

Mudditt: [La revisión remunerada tiene] tan poco interés por parte de los investigadores. Una encuesta de Publons de 2018 encontró que solo el 17% de los encuestados seleccionó el pago en efectivo o en especie como algo que los haría más propensos a aceptar solicitudes de revisión. [La principal prioridad, seleccionada por el 45%, fue un reconocimiento más explícito del trabajo de revisión por parte de las universidades o el empleador].

Vines: Hay esfuerzos para recompensar la revisión por pares, y esto sucede todo el tiempo. Los buenos revisores se convierten en editores, su reputación en la comunidad aumenta.


Sobre si las revistas pueden permitirse pagar a los revisores

A.M.: No hay una forma práctica de pagar a los revisores sin arruinar la revisión por pares. 

Las revisiones varían mucho en longitud, calidad y complejidad. ¿Por dónde empezaríamos a evaluar una tarifa adecuada? ¿Por qué elegir 450 dólares? Hay algunos artículos que son tan intrincados que quizá sólo un puñado de expertos en la Tierra pueda revisarlos. Un editor de una gran sociedad me dice que [una tasa de sólo 350 dólares] acabaría con el superávit que devolvían a la sociedad: no se invertiría más en la investigación y los investigadores de la sociedad.

T.V.: Una media de 2,2 revisiones por artículo es muy típica en las revistas. Y [suponiendo que cada revisor reciba 450 dólares,] cada artículo revisado cuesta, por tanto, 990 dólares. Por supuesto, el APC o tasa de procesamiento de artículos [exigida por algunas revistas para que los artículos sean de libre lectura en el momento de su publicación] sólo se paga por los artículos que son aceptados para su publicación, y el coste de la revisión de los rechazados se carga en el APC. Para una revista con una tasa de aceptación del 25%, tienen que revisar cuatro artículos para encontrar el que aceptan. Multiplicando por cuatro nos da 3960 dólares [para cubrir los costes de revisión de cada artículo aceptado].

Imagínese cómo sería esto en toda una industria. El coste adicional para PLOS sería de 14 millones de dólares al año, lo que supondría más del doble de sus gastos anuales totales. Seguramente ese dinero estaría mejor invertido en la propia investigación y en la resolución de nuestros retos globales más acuciantes.

B.F.: Lo que sí podría ocurrir es que se presentaran menos artículos, porque los costes aumentan. Y eso es una gran amenaza para las editoriales que se basan en los APC y que tienen que aceptar muchos artículos sólo para mantener su flujo de caja estable.

El pago a los revisores es un modelo que debe probarse. Es una propuesta de valor: Si produce publicaciones de mayor calidad, y lo hace más rápido, ¿cuál es el valor de eso para la comunidad científica? Y para algunos [revisores], el pago podría ser cero: no lo necesitan.


Sobre los contratos entre revisores y revistas

B.F.: Un contrato que proporciona un intercambio explícito de valor ofrece una certeza muy necesaria en cuanto a los plazos, la calidad y la previsibilidad de la revisión recibida.

A.M.: Es completamente irreal esperar que alguien vaya a tener el tiempo o la experiencia o la escala para poder gestionar y supervisar cientos de miles de nuevos contratos adicionales en todo el sistema editorial. Simplemente no va a suceder.

J.H.: Es muy difícil creer que las empresas que gestionan más de mil millones de descargas anuales [de artículos académicos] se vean imposibilitadas de alguna manera para realizar la gestión de contratos y pagos.


Sobre si pagar a los revisores incentiva un comportamiento poco ético

A.M.: En un modelo de publicación APC, en el que los revisores deben ser pagados incluso si rechazan un artículo, pero la revista no obtiene ingresos, como editor, usted querría encontrar revisores que acepten un artículo para poder recuperar sus costes a través de un 

APC. La perspectiva de ganar dinero rápido también tentaría a algunos revisores a comentar artículos que están fuera de sus áreas, o a decir a los editores lo que creen que quieren oír para que los contraten de nuevo. ... Y justo cuando estamos empezando a ver una sana y muy necesaria experimentación con nuevas formas de revisión, como las revisiones de preprints, éstas probablemente desaparecerían.

J.H.: La idea de que la revisión pagada es de alguna manera inevitablemente burlada por los revisores deshonestos ... asume que un editor los contratará sin verlos ... en ausencia de observar el trabajo que produjeron.

Antes del debate, un sondeo entre 64 miembros del público registró un 41% a favor de pagar a los revisores y un 59% en contra. Después, entre 50 votantes, la balanza se inclinó hacia un 16% a favor del pago y un 84% en contra.

Queda por ver si los editores de revistas en general seguirán siendo igual de pesimistas sobre los pagos. En el Grupo Taylor & Francis, una pequeña selección de revistas centradas en el desarrollo farmacéutico paga a los revisores por las revisiones aceleradas, dice Jennifer McMillan, directora de comunicaciones. La editorial no tiene previsto ampliar el número de revistas que pagan a los revisores. El papel de Fenwick en el debate fue sólo para estimular la discusión, no para presentar la política de la empresa, añade.

Publicado en: 

doi:10.1126/science.abh3175


Jeffrey Brainard

Jeffrey Brainard se incorporó a Science como editor asociado de noticias en 2017. Cubre una serie de temas y edita la sección In Brief de la revista impresa. 

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