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Noticias sobre publicación, comunicación, evaluación y política científica y tecnológica
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Publicado en La Jornada
https://www.jornada.com.mx/2024/07/04/politica/010n1pol
Publicado en SciDevNet
https://www.scidev.net/america-latina/news/ia-en-america-latina-a-la-zaga-y-sin-cooperacion-regional/?utm_source=SciDev.Net&utm_medium=email&utm_campaign=14729932_2024-10-30%20Weekly%20Email%20Digest%20-%20Am%C3%A9rica%20Latina%20y%20el%20Caribe%20Template.%20For%20no%20topic%20preferences&dm_i=1SCG,8RPOS,665LFG,10GKK4,1
[MONTEVIDEO] América Latina está rezagada en el desarrollo de inteligencia artificial (IA) frente a otras regiones del mundo: mientras en los últimos diez años el incremento mundial en producción científica en IA fue del 485 por ciento, en América Latina y el Caribe (LAC) creció un 209 por ciento.
Sin embargo, hay algunas señales alentadoras. Ecuador, por ejemplo, resalta por una mayor especialización en IA en su producción científica. Y también a nivel de gobiernos regionales, el tema parece estar en agenda.
Prueba de ello es la aprobación, a principios de octubre, de una Hoja de Ruta de Inteligencia Artificial Ética para América Latina y el Caribe (LAC) 2024-2025, anunciada en Montevideo en el marco de la Segunda Cumbre Ministerial y de Altas Autoridades sobre la Ética de la IA en LAC.
En la retaguardia de la IAEl informe “Estado de la Ciencia 2023”, divulgado recientemente por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y la Oficina Regional de Ciencias para América Latina y el Caribe de la UNESCO, incluye un dossier temático sobre IA. Entre los datos resumidos en ese apartado, se destacó el bajo ritmo de publicación de IA en LAC.
“Esto indica que la región está menos preparada para participar y absorber el proceso de cambio tecnológico que sucede de la mano de la IA”, explicó a SciDev.Net Roberto Barrere, coordinador del Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (OCTS) de la OEI, uno de los coordinadores del informe.
El desarrollo científico de IA en LAC “se puede comparar con África, pero ese continente tiene más trayectoria y empresas multinacionales allí”, dijo a SciDev.Net Luciana Benotti, profesora asociada en Ciencias de la Computación en la Universidad Nacional de Córdoba e investigadora en inteligencia artificial en el CONICET, Argentina.
África “cuenta, por ejemplo, con Deep Indaba, que tiene gran impacto en desarrollo y capacitación de recursos humanos”, agregó. En LAC, continuó Benotti, existe una iniciativa similar, Khipu, que organiza escuelas de capacitación para estudiantes de posgrado, que tendrá su quinta edición en 2025 en Chile.
En América Latina, Brasil lidera la producción de artículos sobre IA seguido por México y Colombia, de acuerdo al informe de OEI y Unesco lo que, según Benotti, se debe, sobre todo, a su inversión.
Precisamente, el informe indica que la inversión en investigación y desarrollo de Brasil representó 0,77 por ciento del producto bruto regional en 2021, mientras que en ALC alcanzó el 0,61 por ciento.
Sin embargo, la experta argentina relativizó algunos datos del informe al compararlos con lo recabado por el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA) de 2024, un documento resultado de la colaboración entre expertos de la región que analiza el avance de la IA.
El ILIA, por ejemplo, posiciona a Chile, Uruguay y Brasil como líderes regionales en innovación y aplicación de IA, que tienen “un entorno favorable que potencia la investigación, el desarrollo y la adopción de tecnologías”.
Benotti explicó que ILIA no solo considera publicaciones en Scopus, como lo hace el informe de OEI y Unesco, sino que incluye publicaciones en conferencias, “que constituyen la mayor parte de producción en IA, porque la rapidez que tiene esta área no se condice con los tiempos de edición de revistas”.
Ecuador, un caso especialAnalizando los artículos sobre IA publicados en Scopus, el “Estado de la Ciencia 2023” revela que 4 por ciento de las publicaciones de Ecuador están relacionadas con IA, mientras que en la mayoría de los países ese valor alcanza 2 por ciento.
Eduardo Alba, decano del Colegio de Ciencias e Ingeniería de la Universidad de San Francisco de Quito (Ecuador), dijo a SciDev.Net que el buen desempeño de su país se debe, entre otros factores, al “aumento significativo de la investigación impulsado en parte por la Ley Orgánica de Educación Superior de 2010, que obliga a las universidades y escuelas politécnicas a destinar al menos 6 por ciento de su presupuesto anual a actividades de investigación”.
Esto no solo promueve el desarrollo y la innovación, sino que “incrementó la cantidad de doctores (PhD o equivalentes) que se han establecido en Ecuador”.
Para Alba, la comunidad de IA en Ecuador es “aún pequeña, pero está creciendo rápidamente y se caracteriza por su alto grado de colaboración”.
Benotti, que coincide con el destaque a Ecuador, citó como ejemplo iniciativas como la Reunión Internacional de Inteligencia Artificial y sus Aplicaciones (RIIAA), una escuela de formación que reúne investigadores jóvenes en IA y fomenta la vinculación.
Alba contó que, en febrero de 2024, Ecuador fue sede por segunda vez de esta reunión que es respaldada por empresas tecnológicas internacionales, organizaciones dedicadas al avance de la IA e instituciones académicas.
Colaborar e invertir para crecerEl informe de OEI y Unesco también mostró el bajo porcentaje de colaboración entre países iberoamericanos. En un área de avance tan rápido, es vital colaborar y saber qué se hace en otros lugares, opinó Benotti.
En particular, alertó sobre el “sesgo emergente”. Debido a que los sistemas de IA aprenden a partir de la información que recogen, cuando se aplica un sistema en una realidad diferente a la del país o entorno donde fue creado puede mostrar patrones erróneos o discriminatorios.
Por ejemplo, la experta mencionó un sistema construido para detectar que alguien se quedaba dormido al volante que no funcionó en Asia, porque al no reconocer la particular forma de ojos asiáticos informaba que todos los conductores estaban dormidos.
“Ese tipo de sesgos puede ocurrir en todas las áreas y en la región hay poca documentación porque hay pocos recursos para estudiarlos”, afirmó Benotti.
Sobre la inversión necesaria, Guillermo Anlló, especialista senior del programa de ciencia, tecnología e innovación de la Oficina Regional de Unesco y uno de los coordinadores del estudio, dijo a SciDev.Net que “para acercarnos a la frontera del conocimiento hay que incrementar la inversión, aun si no se alcanzaran los volúmenes de los actores que ya dominan el sistema”.
“Y hay que generar espacios de cooperación regional que potencien y hagan más eficiente esa inversión”, agregó.
Mencionó, como ejemplo, que los bancos de datos genéticos —fuente para la interacción entre IA y la investigación en salud— no se nutren con información que reflejan el genoma de Latinoamérica. “Para que la población de la región pueda acceder a la nueva salud, entonces es importante generar esos bancos de datos a nivel regional”, agregó Anlló.
En ese escenario, la firma de la Hoja de Ruta para IA en la región parece ser una buena señal.
“Es importante que se hable de estos temas a nivel de gobierno, porque la IA ya tiene gran impacto”, dijo a SciDev.Net María Inés Fariello, profesora adjunta en el Instituto de Matemática y Estadística de la Facultad de Ingeniería en la Universidad de la República (Uruguay) y una de las organizadores de la primera edición de Khipu, realizada en Montevideo en 2019.
Sin embargo dijo que “aún falta hablar de la necesidad de recursos humanos calificados, porque, por ejemplo, en la Hoja de Ruta se hace referencia a la alfabetización de la población en IA, pero no ahonda en quiénes serán los formadores”.
Este artículo fue producido por la edición de América Latina y el Caribe de SciDev.Net
Publicado en Russia Today - RT
https://actualidad-rt.com/actualidad/471963-regreso-eeuu-unesco-crear-nuevo-frente-rivalidad-pekin?s=08
El viernes, la junta directiva de la Unesco votó a favor de la propuesta de EE.UU. de reincorporarse al organismo, casi seis años después de que la Administración Trump retirara al país de la entidad. 132 Estados apoyaron el regreso, mientras que China, Rusia, Corea del Norte, Palestina, Bielorrusia, Eritrea, Indonesia, Irán, Nicaragua y Siria votaron en contra.
El artículo de South China Morning Post destaca que "la Unesco desempeña un papel crítico en dirigir diálogos globales, publicar documentos conceptuales y prestar asesoramiento técnico a Gobiernos, y se espera que dé forma a la discusión internacional sobre la IA".
Una plataforma para promover sus interesesPor su parte, Bart Édes, miembro distinguido de la Fundación de Asia Pacífico de Canadá, indicó que "Washington está reclamando un asiento en la mesa de la Unesco mientras su papel [de la Unesco] en hacer recomendaciones sobre la IA es especialmente preocupante para EE.UU.". En su opinión, la participación en el trabajo del organismo les da a China y EE.UU. una oportunidad para promover sus valores e intereses.
Michael Frank, miembro sénior del Centro Wadhwani para IA y Tecnologías Avanzadas en el 'think tank' Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (Washington), expresó que EE.UU. está interesado en bloquear los esfuerzos de China para crear estándares de inteligencia artificial y restringir la capacidad de Pekín en el ámbito de la IA.
Sin embargo, pone en duda que la Unesco desempeñe un importante papel en el proceso para "establecer los más importantes aspectos internacionales de la IA".
Tras la votación, Yang Jin, representante permanente de China ante la Unesco, llamó a EE.UU. a promover la solidaridad y la cooperación dentro del organismo en lugar de crear confrontación y división después de su reincorporación. "El objetivo de reincorporarse no debería ser el de provocar una confrontación o poner resistencia a la influencia de un país", advirtió Yang.
Publicado en La Jornada
https://www.jornada.com.mx/2023/03/03/politica/018n1pol
Aunque 53% obtienen licenciatura o maestría, sólo 43% consiguen acceso a un puesto docente
Laura Poy Solano
Periódico La Jornada
Viernes 3 de marzo de 2023, p. 18
A pesar que el nivel educativo de las mujeres se ha triplicado en los últimos 25 años a escala mundial, aún existen persistente problemas de género para su contratación, retención y promoción en las universidades, advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Señala que no sólo enfrentan desventajas en el acceso a carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, pues una encuesta del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC) destaca que 18 por ciento de las universidades públicas de la región tienen una mujer como rectora, mientras que en Europa es de 15 por ciento. A ellos se suma la violencia de género en los campus universitarios.
El organismo multinacional indicó que, en el contexto del Día Internacional de la Mujer 2023, que se conmemora cada 8 de marzo, dará a conocer datos preliminares de la Encuesta Global sobre Violencia Contra la Mujer en Instituciones de Educación Superior.
Agregó que el IESALC convocó, hasta enero pasado, a miles de mujeres de universidades en América Latina y el Caribe a participar, pues destacó que la violencia contra ellas es un fenómeno universal que se produce en diversos espacios públicos, entre ellos las universidades, donde la presencia de la mujer ha ido en aumento.
Sin embargo, alerta la Unesco, las mujeres aún enfrentan múltiples barreras en sus espacios universitarios, desde el acceso a carreras consideras masculinas, vinculadas a los campos de ciencias exactas y matemáticas, hasta el estar subrepresentadas como integrantes del personal docente en los niveles más altos, pues representan sólo 43 por ciento de los docentes universitarios, a pesar que 53 por ciento de quienes obtienen un grado de licenciatura y maestría son mujeres.
Las mujeres, afirma el organismo de Naciones Unidas, chocan profesionalmente con techos de cristal cuando buscan avanzar en su acceso a puestos de liderazgo en la educación superior, mientras que sólo 30 por ciento de los investigadores que laboran en universidades en el mundo son mujeres. En cuanto a la publicación de artículos científicos, también se enfrenta una brecha de género, pues 62 por ciento de estos materiales son publicados por varones, y únicamente 38 por ciento por investigadoras.
Publicado en SciDevNet
https://www.scidev.net/america-latina/role-models/qa-la-ciencia-es-un-bien-publico-no-un-negocio/
Aunque la mecánica cuántica es una de las grandes pasiones de Ana María Cetto, la investigadora en física de la Universidad Nacional Autónoma de México ha dedicado buena parte de su tiempo y energía a impulsar algo que va más allá de un tema de investigación, y atraviesa todo el quehacer científico: la ciencia abierta.
Para la UNESCO, la idea central de la ciencia abierta consiste en permitir que la información, los datos, los resultados científicos sean más accesibles y se aprovechen de forma más fiable con la participación de toda la sociedad. Pero llevarlo a la práctica es más complicado de lo que suena.
Como muchos otros, Cetto ha vivido las consecuencias de la “ciencia privatizada”. Por ejemplo, cuando las compañías editoriales cobran por publicar y, luego, por acceder a ese contenido, perpetuando un negocio en el que solo la gente que paga accede al conocimiento.
Cetto plantea que la región puede y debe rebelarse ante ese negocio y apostar por iniciativas que pongan a la ciencia y sus resultados accesibles a todo público. Por eso impulsa y preside Latindex, una plataforma que pone a disposición de cualquier persona, y sin pago alguno, más de 26.000 revistas científicas de América Latina, El Caribe, España y Portugal.
Su convicción y trayectoria la llevaron a convertirse, desde hace unos días, en la presidenta del Comité Directivo Mundial de Ciencia Abierta de la UNESCO.
Usted tiene una sólida experiencia científica y desde hace muchos años se dedica a trabajar e impulsar la ciencia abierta en América Latina. ¿De dónde surge este interés? ¿Qué la llevó a entender que la ciencia abierta es una parte esencial de su labor como científica?Mi convicción de que el conocimiento es un bien público. Siempre me ha parecido lo más natural. Y con mucho placer descubrí que eso es lo natural en América Latina, es parte de nuestra cultura y nuestra tradición.
Y al mismo tiempo observé con preocupación que en el ámbito científico ha habido todo un proceso de privatización del conocimiento, y me pareció que debemos defendernos contra ese proceso y debemos buscar que el conocimiento científico siga siendo un bien público accesible a todos.
¿Qué gana la sociedad con la ciencia abierta?Gana tener acceso al conocimiento que normalmente no es accesible al público. Claro que esto no se hace de manera automática; debe haber muchas condiciones. Por un lado, debe existir la infraestructura para poner en acceso abierto el conocimiento científico validado; y también es necesario que la población tenga las herramientas y la preparación necesaria para no solamente acceder a ese conocimiento sino entenderlo y usarlo de la mejor manera posible.
Usted ha dicho reiteradamente que la ciencia abierta beneficia a todos. ¿A quién beneficia la ciencia “cerrada” o “privatizada”?Los países tradicionalmente más poderosos, económica y científicamente, porque esas cosas van ligadas, son los que se han beneficiado del negocio de la privatización de la ciencia. El hecho de que hay que pagar por acceder al conocimiento o pagar por publicar, que es la nueva ola, ha hecho que se ahonden más las diferencias entre esos pocos países poderosos y el resto de los países.
No podemos ser simplemente espectadores porque también producimos ciencia, producimos conocimiento, no hacemos negocio con él. ¿Por qué hemos de pagar para que otros sigan haciendo negocio?
Ahora como representante de América Latina y presidenta del Comité Directivo Mundial de Ciencia Abierta de la UNESCO, ¿identifica retos particulares de la región para que la ciencia sea realmente accesible para todos y todas?
Hay retos específicos para América Latina, y quizás también para otras regiones del sur. Por ejemplo: la inversión en infraestructura, porque todo cuesta; que nuestros gobiernos pasen del dicho al hecho, porque si bien firmaron la recomendación sobre Ciencia Abierta de la UNESCO y participaron activamente en su discusión no significa que las condiciones estén puestas para su implementación.
Otro reto que vemos en nuestra región es que desgraciadamente los sistemas de evaluación y de incentivos para la investigación siguen muy ligados a las publicaciones de nuestros trabajos. Esto ocurre al grado de que existe mucha presión sobre nuestros investigadores para que publiquen en ciertas revistas, aunque tengan que pagar por ello, normalmente, nuestras instituciones.
Entonces, nuevamente pasan los recursos a los países ricos para obtener un cierto prestigio en la comunidad o tener una mejor evaluación que le permita ascender en la escala como investigador. Afortunadamente, ya hay conciencia de que es necesario revisar los sistemas y criterios de evaluación.
¿Cuáles son las iniciativas que ya existen en la región para combatir este negocio de las compañías editoriales y su impacto en las comunidades científicas?
Quizás la iniciativa más importante, directamente orientada a los sistemas de evaluación, es la que lidera el CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales), que es un foro de discusión y análisis y ha organizado varias reuniones regionales para abordar este tema. Hay otras iniciativas regionales que tienen que ver con la creación de sistemas de información en acceso abierto.
La labor pionera que inició Latindex en 1996, de ofrecer un espacio para las publicaciones científicas y promover el acceso abierto, el multilingüismo, la defensa del español y el portugués, etcétera, fue seguida poco después tanto por Redalyc como por el sistema Scielo, y otros, y eso ha permitido que se difunda más, no solamente el concepto de acceso abierto sino que existan las bases para incluir todo lo que significa ciencia abierta.
¿Qué le falta a la región para lograr efectivamente llevar a la práctica el concepto más amplio de ciencia abierta?
Ciencia abierta no solo significa abrir más el acceso de lo ya publicado por los científicos; significa también abrirse más a otros sistemas de conocimiento, a otros sectores de la sociedad.
Ahí también hay muchos retos porque tenemos varios sectores de la sociedad en nuestros países que son poseedores de conocimiento que no han pasado a formar parte de la ciencia y que, no por ello, deben desaparecer. Entonces, establecer estos diálogos efectivos y orgánicos no es sencillo, no es una tarea trivial, pero es algo que también nos corresponde atender.
[MEXICO CITY] While quantum mechanics might be Ana María Cetto’s big passion, the Mexican physicist has devoted much of her time and energy to promoting a broader scientific endeavor – open science.
This commitment paid dividends last month when Cetto, a research professor at the National Autonomous University of Mexico, was named president of UNESCO’s Open Science Steering Committee.
For UNESCO, the idea of open science is to make information, data and scientific results more accessible and more reliably used by – and for the good of – society. However, putting it into practice is more complicated than it sounds.
Like many others, Cetto has experienced the consequences of so-called “privatised science”, such as when publishing companies charge for publication of and then for access to content, perpetuating a business in which only people who pay can access knowledge.
Cetto says that the Latin American region can – and should – rise up against this business and support initiatives that make science and its results accessible to the general public. She promotes and chairs Latindex, a platform that makes more than 26,000 scientific journals from Latin America, the Caribbean, Spain and Portugal available free of charge.
You have been promoting open science in Latin America for many years. Where did this interest come from and why is it important to you as a scientist?
I have witnessed with concern that science has experienced a process of privatisation of knowledge, and I have realised that we must defend ourselves against this process.
We must seek to ensure that scientific knowledge remains as a public good, accessible to all.
What does society gain from open science?
It gains from having access to knowledge that is not normally accessible to the public. Of course, this does not happen automatically – there must be several conditions. There must be the infrastructure to make validated scientific knowledge open access, and the population must also have the tools … to not only access this knowledge but to understand it, and use it in the best possible way.
You have repeatedly said that open science benefits everyone. Who benefits from “closed” or “privatised” science?
The traditionally most powerful countries, both in terms of economy and science — because these things are related — are the ones that have benefited from the business of privatising science. The fact that you have to pay to access knowledge or pay to publish, which is the new trend, has widened the gap between those few powerful countries and the rest of the world.
We cannot simply be spectators, because we also produce science, we produce knowledge, we do not generate business with it. Why should we pay for others to continue doing business?
As a representative of Latin America and president of UNESCO’s Open Science Steering Committee, do you see particular challenges in the region when it comes to making science truly accessible to all?
There are specific challenges for Latin America, and perhaps also for other Southern regions: investment in infrastructure, for example, and that our governments [often need to] move on from statements to actions. Although they signed UNESCO’s recommendation on Open Science and actively participated in its discussion, it does not mean that the conditions are in place for its implementation.
Another challenge in our region is that unfortunately the evaluation and incentive systems for research are still very closely linked to publication of our work. There is a lot of pressure on our researchers to publish in certain journals, even if they have to pay for it. [So] again, resources go to rich countries in order to obtain a certain prestige in the community.
Fortunately, there is already an awareness that it is necessary to review the assessment systems and criteria.
What initiatives already exist in the region to work against this business of publishing companies and its impact on scientific communities?
Perhaps the most relevant initiative, focused on evaluation systems, is the one led by the Latin American Council of Social Sciences (CLACSO), a forum for discussion and analysis that has organised several regional meetings to address this issue. There are other regional initiatives that have to do with the creation of open access information systems.
Latindex’s pioneering work started in 1996, offering a space for scientific publications and promoting open access, multilingualism, [and] the defence of Spanish and Portuguese.
It was soon followed by [research indexing services such as] Redalyc, Scielo and others, and this has allowed not only the dissemination of the concept of open access, but also the basis for including everything that open science means.
What is the region lacking to effectively implement the broader concept of open science?
Open science does not only mean opening more access to what has already been published by scientists; it also means opening more to other knowledge systems, to other sectors of society.
There are also many challenges there. In our countries there are several sectors of society that are holders of knowledge but have not become part of science, but this is not a reason for them to disappear. So, establishing an effective and organic dialogue is not simple, it is not a trivial task, but it is also something that we must attend to.
Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/corrupting-chatgpt-use-polarises-peer-reviewers Quemadlo...