miércoles, 29 de septiembre de 2021

Open Syllabus Galaxy, un mapa con más de un millón de referencias a libros y artículos presentes en programas universitarios

Publicado en blog Julian Marquina
https://www.julianmarquina.es/open-syllabus-galaxy-un-mapa-con-mas-de-un-millon-de-referencias-a-libros-y-articulos-presentes-en-programas-universitarios/


Open Syllabus Galaxy, un mapa con más de un millón de referencias a libros y artículos presentes en programas universitarios






Open Syllabus Galaxy, un mapa con más de un millón de referencias a libros y artículos presentes en programas universitarios

Open Syllabus Galaxy es un espectacular gráfico interactivo que muestra más de un millón de referencias a libros y artículos presentes en los planes de estudios universitarios de 140 países. El diseño se aproxima a la estructura del gráfico de citas formado por la conexión de las guías docentes con los textos que se asignan en el curso. Un recurso que, sin lugar a dudas, ayuda a los profesores en la preparación de sus clases, a las bibliotecas en la gestión de colecciones y a las editoriales en la creación de libros.

Open Syllabus es una organización de investigación sin ánimo de lucro que recopila y analiza millones de programas de estudio para apoyar nuevas aplicaciones de enseñanza y aprendizaje. Actualmente, Open Syllabus Galaxy muestra más de un millón de referencias a los textos más frecuentes asignados en el corpus Open Syllabys, una base de datos de más de siete millones de planes docentes universitarios en inglés de 140 países. Comentar que utiliza el aprendizaje automático y otras técnicas para extraer citas, fechas, campos y otros metadatos de estos documentos. Además, los datos resultantes están disponibles gratuitamente a través del Syllabus Explorer para la investigación académica.

Este gráfico interactivo carga a la vez medio millón de títulos. Señalar que la imagen principal de este post muestra la «nebulosa» referente a Information Science, de la cual no hay tantas referencias, pero sí que sobrepasan las 10.000. La imagen bajo estas líneas muestra gran parte de la galaxia de referencias de libros y artículos en guías docentes universitarias. Destacar que su utilización es bastante sencilla, ya que se podría asemejar a Google Maps. Es decir, basta con hacer clic en la galaxia de referencias, arrastrar el cursor para mover el gráfico y acercarse o alejarse de él.

Para terminar, comentar que además de la búsqueda por título y autor, Open Syllabus Galaxy también implementa la «búsqueda por tema», denominada Search Syllabi. Este buscador permite localizar en el texto completo de los programas de estudios en lugar de en los títulos y autores, y también se encarga de construir una lista de las lecturas que se asignan con más frecuencia en los cursos coincidentes. Comentar que los resultados se muestran en forma de mapa térmico para ayudar a los usuarios a ampliar las áreas de interés.

Este gráfico interactivo carga a la vez medio millón de títulos. Señalar que la imagen principal de este post muestra la «nebulosa» referente a Information Science, de la cual no hay tantas referencias, pero sí que sobrepasan las 10.000. La imagen bajo estas líneas muestra gran parte de la galaxia de referencias de libros y artículos en guías docentes universitarias. Destacar que su utilización es bastante sencilla, ya que se podría asemejar a Google Maps. Es decir, basta con hacer clic en la galaxia de referencias, arrastrar el cursor para mover el gráfico y acercarse o alejarse de él.

Para terminar, comentar que además de la búsqueda por título y autor, Open Syllabus Galaxy también implementa la «búsqueda por tema», denominada Search Syllabi. Este buscador permite localizar en el texto completo de los programas de estudios en lugar de en los títulos y autores, y también se encarga de construir una lista de las lecturas que se asignan con más frecuencia en los cursos coincidentes. Comentar que los resultados se muestran en forma de mapa térmico para ayudar a los usuarios a ampliar las áreas de interés.  





LIBRO: Información, ciencia y sociedad en tiempos de posverdad. Otros. Universidad de São Paulo, São Paulo, 2021.

Publicado en blog Universo abierto
https://universoabierto.org/2021/09/28/informacion-ciencia-y-sociedad-en-tiempos-de-posverdad/


Descargar libro en: https://eprints.ucm.es/id/eprint/67906/1/libro%20posverdad_completo_2.pdf

Información, ciencia y sociedad en tiempos de posverdad

Cuevas Cerveró, Aurora y Simeão, Elmira y Paletta, Francisco Carlos (2021) Información, ciencia y sociedad en tiempos de posverdad. Otros. Universidad de São Paulo, São Paulo, 2021.

Texto completo



Cuatro años más tarde de la elección de posverdad como palabra del año celebramos el IX Seminario Hispano-Brasileño de Investigación en Información, Documentación y Sociedad 2020, a escasos días de unas nuevas elecciones en EE.UU. cuyo presidente durante este tiempo, Donald Trump, ha representado el paradigma de los bulos y la postverdad en el ámbito político. Por vez primera el Seminario se ha desarrollado en un formato virtual y abierto para salvar las condiciones de distanciamiento impuesto por una pandemia mundial producida por el virus Covid-19, adaptación que no limitó un ápice la aceptación que tradicionalmente tiene y que permitió seguir alentando el acercamiento entre ambas orillas que tanto enriquece. En este tiempo la alarma de la desinformación ha comenzado a sonar cada vez más alto llegando al estruendo durante los primeros meses del año debido a la cantidad de bulos que se compartieron entonces. Trataban tanto sobre cuestiones relacionadas con la gestión que de la pandemia estaban haciendo los distintos gobiernos como sobre salud, relacionados con la enfermedad producida por el virus y su tratamiento, llegando incluso a conseguir un número importarte de personas de distintos países que negaban su existencia (los llamados “negacionistas”). La polarización política es ya evidente en muchos países, la confianza en los gobernantes está muy erosionada y la democracia comienza a ponerse en entredicho. En esta época de posverdad, como reza el título de esta recopilación de una parte de trabajos presentados al IX Seminario Hispano Brasileño, los profesionales de la información y documentación también tienen un gran trabajo que hacer frente a la desinformación. Ésta supone la antítesis de nuestro esfuerzo: conservar, difundir y hacer accesible información para que el ciudadano pueda contrastar y hacer una valoración crítica de la misma libremente. Los trabajos aquí reunidos exponen problemas y apuntan soluciones en este sentido. Algunas aun no son claramente visibles, o tardarán en desarrollarse o se transformarán en otras, pero traslucen o se inspiran en los problemas que están afectando a la sociedad en estos momentos.

Estados Unidos pone coto al comercio opaco de datos de las aplicaciones de salud

Publicado en El País
https://elpais.com/tecnologia/2021-09-23/estados-unidos-pone-la-lupa-sobre-las-aplicaciones-de-salud.html



Estados Unidos pone coto al comercio opaco de datos de las aplicaciones de salud

El organismo regulador amenaza con cuantiosas multas a las grandes tecnológicas si utilizan o comparten con terceros información médica sin permiso de los usuarios

Madrid - 22 sept 2021

Los datos médicos son demasiado sensibles como para que las empresas los puedan intercambiar a la ligera. El regulador de Estados Unidos, la Comisión Federal de Comercio (FTC en sus siglas inglesas), acaba de poner bajo aviso a las compañías que gestionan aplicaciones relacionadas con la salud de que cualquier movimiento relacionado con ese tipo de información deberá realizarse con el consentimiento del usuario al que le afecte. De no ser así, la empresa responsable se enfrentará a multas de hasta 43.792 dólares por violación y día. El movimiento cobra especial relevancia porque la mayoría de las grandes tecnológicas (Amazon, Google, Microsoft o Apple) se han lanzado en los últimos tiempos al asalto del mercado sanitario.

La normativa estadounidense ha sido tradicionalmente laxa en lo tocante a la protección de la privacidad. Con una importante excepción: los datos sanitarios. La Ley de Transferencia y Responsabilidad de Seguro Médico (HIPAA, en sus siglas inglesas) fijó en 1996 los estándares. Quedó prohibido facilitar datos médicos a nadie que no sea el propio paciente, a menos que se cuente con su consentimiento. Una norma de 2009, la Health Breach Notification Rule, extendió esas responsabilidades al entorno digital: las empresas sujetas al HIPAA deben mantener la misma confidencialidad en el ciberespacio.

La nueva orden de la FTC amplía todavía más el foco de la normativa: las empresas cuya actividad principal no sea la salud pero que aun así gestionen datos médicos deberán cumplir también con las mismas garantías. Aunque no las menciona, el regulador se refiere a empresas como Google, Apple, Amazon o Microsoft, que llevan tiempo recogiendo este tipo de datos de varias fuentes, como dispositivos conectados o aplicaciones.

“La Comisión se ha dado cuenta de que las aplicaciones de salud, que pueden rastrear desde los niveles de glucosa en sangre de los diabéticos hasta parámetros relacionados con la fertilidad o las horas de sueño, cada vez recopilan más datos sensibles y personales de los consumidores”, destaca el comunicado de la FTC. “Estas aplicaciones tienen la responsabilidad de asegurarse de que mantienen a buen recaudo los datos que recogen, lo que incluye prevenir el acceso no autorizado a esa información”.

Las aplicaciones vinculadas a la salud y otros dispositivos conectados, señala la FTC, no solo son ampliamente usadas por la población, más si cabe tras la pandemia, sino que son objetivos codiciados para los ciberdelincuentes. “Y aún así, hay pocas protecciones para su privacidad”, se indica en el informe.

https://www.ftc.gov/news-events/events-calendar/open-commission-meeting-september-15-2021

Open Commission Meeting – September 15, 2021 Sep 15, 2021

“Aunque [la normativa de 2009] impone algunas medidas para que las tecnológicas que hacen mal uso de nuestra información rindan cuentas, existe el problema de que se mercantilice la información médica sensible de la gente. Las empresas pueden usar esa información para alimentar su publicidad dirigida o sus herramientas analíticas”, dijo la comisaria Lina M. Khan en un comunicado. “Dada la prevalencia de la publicidad dirigida, la Comisión debería supervisar qué datos se recogen y si los modelos de negocio que se desarrollan a su alrededor crean incentivos que ponen en riesgo la seguridad de esos datos”, añadió.

En la Unión Europea, si una empresa quiere compartir los datos personales de sus clientes con otras compañías debe ponerlo en conocimiento del usuario. Así lo establece el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), una de las normas más garantistas del mundo en este sentido. La regulación estadounidense siempre ha sido más permisiva en términos de privacidad que en Europa. “Existen normativas que defienden la privacidad de los usuarios, como la del Estado de California, pero todavía no hay una norma federal. Por lo general son menos estrictos, aunque la tendencia es que poco a poco vayan convergiendo con nosotros”, explica Borja Adsuara, experto en derecho digital.

“En Estados Unidos, la normativa no suele poner tanto énfasis en la protección de los individuos, pero las empresas saben que si se saltan la ley serán perseguidas de forma implacable”, apunta por su parte Frederic Llordachs, cofundador de Doctoralia, un portal de recomendación de facultativos que él define como “el Booking de médicos” y buen conocedor de la normativa aplicable al sector.

El asalto tecnológico de la salud

La orden de la FTC es un claro aviso a las grandes tecnológicas de que el regulador va a estar pendiente de cómo tratan los datos médicos. El sector sanitario es, de hecho, uno de los que más atracción ejercen en la actualidad sobre las GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft). Quizás la apuesta más ambiciosa en este sentido es Amazon Care, un programa ya disponible en algunas ciudades de Estados Unidos que combina la telemedicina a través de una aplicación propia con las visitas a domicilio de facultativos.

Microsoft, por su parte, desembolsó en abril unos 16.500 millones de euros para comprar Nuance, la empresa de inteligencia artificial y reconocimiento de voz más respetada en los ambientes médicos. Al tratarse de la segunda mayor adquisición de la historia de la compañía (solo le gastó más, unos 22.000 millones, al comprar LinkedIn), el mensaje que dio a la industria fue claro: quieren convertirse en la referencia en el procesamiento de datos sanitarios.

Alphabet, la matriz del buscador más usado del mundo, tiene una división entera, Google Health, dedicada a “desarrollar herramientas e iniciativas que ayuden a todo el mundo a tomar decisiones de salud más informadas”. Uno de los pilares de su estrategia, según subraya su web, es hacer más accesible la información médica. En cuanto a Apple, el empeño de la compañía en recoger datos de la salud de los usuarios de sus productos, especialmente del iPhone y del Apple Watch, es bien conocido.

Estas empresas y otras muchas más deberán ser más cuidadosas a partir de ahora con el tratamiento que le apliquen a los datos de sus usuarios. “La FTC debe usar todas las herramientas a su alcance para proteger los datos médicos de los usuarios, aunque también tenemos que controlar los modelos de negocio que los monetizan”, tuiteó Khan.

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martes, 28 de septiembre de 2021

La malicia de los índices... en el siglo XVIII

Publicado en THE - Times Higher Education
https://www.timeshighereducation.com/news/lost-art-mischief-making-academic-indexes


El "arte perdido" de los índices académicos malintencionados

La evolución de los índices está estrechamente ligada al desarrollo de las universidades, según el autor, que expone cómo se han utilizado durante siglos para ajustar cuentas académicas

21 de septiembre de 2021

Matthew Reisz

Twitter: @MatthewReiszTHE

El humilde índice de libros tiene una historia sorprendentemente dramática, que incluye casos de "salvación de herejes de la hoguera y de alejamiento de políticos de altos cargos".

Así lo afirma Dennis Duncan, profesor de inglés en la UCL, cuya nueva monografía, Index, A History of the: A Bookish Adventure (Allen Lane) deja claro cómo la evolución de los índices ha estado estrechamente ligada al desarrollo de las universidades.

"La lectura monástica es para la propia experiencia espiritual", explicó el Dr. Duncan. "Es una forma de meditación, pero no un tipo de lo que ahora llamamos compromiso público". Sólo cuando se empezó a profundizar en el significado de los textos en las primeras aulas universitarias, se necesitó "acelerar las formas de leer los libros y orientarse en ellos". La Universidad Bishop Grosseteste (Bishop Grosseteste University) de Lincoln aún lleva el nombre del hombre que creó lo que el Dr. Duncan describe como el equivalente más cercano a un motor de búsqueda en el siglo XIII.

Hoy en día, dijo a Times Higher Education, los estudiantes e incluso muchos académicos "hojean una docena de libros en un día, utilizando el índice". Por tanto, es fundamental que los autores académicos les faciliten las cosas "tratando el índice como una parte importante de nuestros propios libros", probablemente contratando a un indizador especializado con conocimientos sobre la materia para que lo cree.

Las alternativas tecnológicas a la indexación humana no han cumplido con las primeras esperanzas, dijo el Dr. Duncan, quien recordó una experiencia desafortunada "en la que el índice fue proporcionado por la editorial pero generado por un software de indexación. A pesar de que todo el libro trataba sobre la traducción, el índice sólo tenía una referencia de página bajo ese título. Todo lo que tenía una letra mayúscula aparecía en el índice, incluidos los nombres comunes que casualmente empezaban una frase". Los indizadores humanos seguían siendo mucho más eficaces a la hora de "hacer asociaciones a partir de sinónimos", como por ejemplo, al descubrir que "No 10 put out a statement" se refiere al primer ministro del momento y deducir por el contexto qué primer ministro tenía en mente el autor.

Así que todavía había mucho espacio para los indizadores profesionales competentes. Pero, ¿qué hay de la larga tradición, que el Dr. Duncan explora en su libro, de personas que utilizan los índices para hacer travesuras y desacreditar a sus rivales políticos o académicos?

A principios del siglo XVIII, un polemista llamado William King sentía un rechazo snob por lo que hoy llamaríamos "ciencia ciudadana" y por la forma en que las Philosophical Transactions de la Royal Society se basaban acríticamente en las contribuciones de los aficionados. Por ello, publicó su propia selección de los ejemplos más triviales, absurdos y torpemente redactados, restregando su desprecio con un índice en el que figuraban entradas como "A China Ear-Picker", "That Men can't swallow when they're dead" y "Dr Lister bit by a Porposs, and how his Finger fell sick thereupon". 

El libro Feudal England de Horace Round, publicado en 1895, cuestiona lo que considera los numerosos errores de Edward Augustus Freeman, profesor Regius de historia moderna en la Universidad de Oxford. Aunque las críticas están dispersas por todo el texto, es en el índice donde Round realmente lo restriega, con subtítulos bajo Freeman que incluyen "sus 'hechos'", "su parcialidad", "su pedantería", "su supuesta exactitud", "sus puntos de vista confusos" y "su especial debilidad".

El ejemplo más reciente citado en el Índice procede de un libro de 1985 del historiador Hugh Trevor-Roper, que no disfrutó de su etapa como maestro de Peterhouse, en Cambridge, y por ello incluyó los subtítulos "conversación de alta mesa no muy agradable" y "principal fuente de pervertidos" en la entrada del índice del colegio.

Entonces, ¿le gustaría al Dr. Duncan que los académicos de hoy en día también utilizaran los índices para ajustar cuentas?

"Es un arte perdido", respondió. "Encontramos académicos que ponen chistes en sus índices, trozos de humor surrealista. En cuanto a la lucha académica, conozco un ejemplo de un libro de historia medieval que tuvo que ser eliminado en la última década". Aunque no pudo dar muchos más detalles, señaló que el índice en cuestión incluía tanto calumnias como obscenidades.

Su propio libro incluye un índice completo pero bastante jocoso y, siempre que los académicos puedan mantenerse dentro de la legalidad, le gustaría ver "un verdadero regreso" para un poco más de espíritu elevado.

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The ‘lost art’ of mischief-making academic indexesEvolution of indexes closely tied to development of universities, says author, who outlines how they have been used for centuries to settle scholarly scores

September 21, 2021

Matthew Reisz

Twitter: @MatthewReiszTHE

The humble book index has a surprisingly dramatic history, including cases of “saving heretics from the stake and keeping politicians from high office”.

So says Dennis Duncan, lecturer in English at UCL, whose new monograph, Index, A History of the: A Bookish Adventure (Allen Lane) makes clear how the evolution of indexes has been tightly linked to the development of universities.

“Monastic reading is for one’s own spiritual experience,” Dr Duncan explained. “It’s a form of meditation but not a type of what we now call public engagement.” It was only when people started delving deeply into the meaning of texts in early university classrooms that they needed to “speed up the ways in which we read books and find our way around them”. Bishop Grosseteste University in Lincoln still bears the name of the man who created what Dr Duncan describes as the nearest 13th-century equivalent of a search engine. 

Today, too, he told Times Higher Education, students and even many scholars “churn through a dozen books in a day, using the index”. It was crucial for academic authors, therefore, to make things easy for them by “treating the index as an important part of our own books” – probably by getting a specialist indexer with relevant subject knowledge to create it.

Technology-driven alternatives to human-led indexing had failed to live up to early hopes, said Dr Duncan, who recalled an unhappy experience “where the index was provided by the publisher but generated by indexing software. Though the whole book was about translation, the index had just a single page reference under that heading. Everything that had a capital letter turned up in the index, including common nouns which just happened to start a sentence.” Human indexers were still far more effective at “making associations based on synonyms”, such as working out that “No 10 put out a statement” refers to the prime minister of the day and deducing from the context which prime minister the author had in mind. 

So there was still plenty of room for competent professional indexers. But what about the long tradition that Dr Duncan explores in his book of people using indexes to make mischief and discredit political or scholarly rivals?

At the start of the 18th century, a polemicist called William King had a snobbish distaste for what we would now call “citizen science” and the way that the Philosophical Transactions of the Royal Society drew uncritically on amateur contributions. He therefore published his own selection of the most trivial, absurd and clumsily written examples, rubbing in his contempt with an index featuring entries such as “A China Ear-Picker”, “That Men can’t swallow when they’re dead” and “Dr Lister bit by a Porposs, and how his Finger fell sick thereupon”. 

Horace Round’s Feudal England, published in 1895, challenges what it sees as the many errors of Edward Augustus Freeman, Regius professor of modern history at the University of Oxford. Though the criticisms are scattered throughout the text, it is in the index that Round really rubs it in, with subheadings under Freeman including “his ‘facts’”, “his bias”, “his pedantry”, “his supposed accuracy”, “his confused views” and “his special weakness”.

The most recent example cited in Index comes from a 1985 book by the historian Hugh Trevor-Roper, who did not enjoy his time as master of Peterhouse, Cambridge and therefore included the subheads “high-table conversation not very agreeable” and “main source of perverts” in the index entry for the college. 

So would Dr Duncan like to see today’s academics also using indexes to settle scores?

“It’s a lost art,” he replied. “We do find academics putting jokes in their indexes, bits of surreal humour. As for the cut and thrust of academic jousting, I do know of one example of a medieval history book which had to be pulped in the past decade.” Though unable to give much further detail, he noted that the index in question featured both libel and obscenity.

His own book includes a full but fairly jokey index and, provided academics can remain within the law, he would like to see “a real comeback” for a bit more high spirits.

matthew.reisz@timeshighereducation.com


domingo, 26 de septiembre de 2021

¿Publicación o innovación?: los efectos nocivos del paso del "gusto por la ciencia" al "gusto por publicar" / ¿Ayudarán las métricas "responsables"?

 Publicado en blog Impact of Social Science - London School of Economics (LSE)

https://blogs.lse.ac.uk/impactofsocialsciences/2021/07/19/publication-or-innovation-goal-displacement-and-lessons-from-the-publish-or-perish-culture/ 



¿Publicación o innovación? Desplazamiento de objetivos y lecciones de la cultura de publicar o perecer

Harry Van Dalen

19 de julio de 2021

Basándose en una encuesta realizada a economistas académicos de los Países Bajos, Harry van Dalen¸ explora cómo se percibe y se pone en práctica la cultura de publicar o perecer dentro del mundo académico. Argumentando que la actual organización de la academia según líneas que promueven los resultados (publicaciones) desplaza tanto el objetivo de formas de innovación científica más intrínsecamente motivadas como a quienes las persiguen, defiende una forma de gestión académica más centrada en las aportaciones y en la promoción de académicos con "gusto por las ideas", más que por las publicaciones.

La ciencia se ha caracterizado durante mucho tiempo como una profesión en la que el ganador se lo lleva todo, en la que la atención y las recompensas están muy sesgadas. Los primeros sociólogos de la ciencia consideraron que los incentivos no comerciales dominaban estos procesos y la comunidad académica. La carrera por resolver los grandes rompecabezas de la ciencia y, al hacerlo, obtener el reconocimiento de los compañeros era muy apreciada; el dinero o el empleo eran secundarios, un bonito efecto secundario. Hace unos años, escribí sobre cómo este elemento de "todos ganan" afectaba a los demógrafos académicos. Sin embargo, incluso en el relativamente corto espacio de tiempo transcurrido desde entonces, la competencia y la búsqueda de superestrellas ha aumentado en casi todos los campos de la vida. La ciencia no ha sido una excepción, y aunque en aquel momento parecía que los incentivos de mercado estaban desplazando a los incentivos de la "vieja escuela", las métricas no han hecho más que dominar, ya que son fundamentales para conseguir becas, ingresos de por vida y empleo. Actuar de acuerdo con las métricas se ha convertido en una estrategia dominante para los académicos.

En un artículo reciente (recent paper) he querido explorar si estas impresiones son ciertas y ver cómo la cultura de publicar o perecer se manifiesta en la práctica entre diferentes investigadores, en este caso, economistas que trabajan en universidades holandesas. Basándome en un análisis de clases latentes (latent class analysis), detecté una clara división. Alrededor de dos tercios perciben que esta presión tiene tanto ventajas como inconvenientes graves (comportamiento poco ético, dar la espalda a los problemas locales) y un tercio sólo percibe ventajas y ningún inconveniente.

Dado que la mayoría de los académicos están de acuerdo en que la presión de publicación no es inofensiva, es extraño que esta cultura parezca inexpugnable. Sin embargo, lo que comenzó como una característica relativamente benigna de la cultura académica estadounidense en los años 40 y 50 es ahora un asunto serio. El principio de que los científicos deben demostrar su valor por su producción está firmemente establecido en la política gubernamental, en las universidades y, en consecuencia, en la práctica de los académicos individuales. O se hace o no se hace, y los contratos reflejan esta postura. La figura 1 da una idea de cómo la publicación de los trabajos es el principal factor de presión en las universidades actuales, aunque no hay que descartar que la presión de la financiación y la enseñanza se sumen a ella.


Figura 1: La presión de trabajo percibida en los departamentos de economía holandeses para una serie de puestos académicos, 2015-2016 Nota: la presión muy alta se define aquí como los encuestados que informan de un 8 o más en la escala de 10 puntos de presión en la enseñanza, la publicación, la adquisición de fondos y la administración. Fuente: Van Dalen (2021).

Para los que están en la cola de la promoción, los profesores asistentes y asociados, la presión es mayor. Sin embargo, cabe destacar que incluso entre los profesores titulares (de los que se puede esperar que hayan descubierto cómo gestionar un flujo constante de publicaciones) cerca del 60% sigue percibiendo esta presión como muy alta. Para sus directores -universidades e institutos de investigación- la presión no es un problema real, su problema es generar o mantener fondos, ya que tienen que informar al gobierno o a otro director de que lo que hace la universidad está bien. Esto se demuestra subiendo en las clasificaciones proporcionadas por Times Higher Education (THE), QS World University Ranking, la clasificación de Shanghai (ARWU), o cualquier otra clasificación que sea relevante.

Desplazamiento de objetivos

El aspecto preocupante de este patrón es que la presión de publicación se ha convertido en algo dominante. La presión puede ser saludable, pero cuando la publicación en las mejores revistas se convierte en el único objetivo, se convierte en un vicio. Abrazar la competencia basada en métricas científicas imperfectas es una receta para la locura de gestión que Kerr describió una vez tan vívidamente: la locura de recompensar A (publicaciones), mientras se espera B (ideas científicas). Al final, se acaba teniendo A y no B. Así, las universidades se encuentran en la posición de promover a aquellos educados y recompensados por el "gusto por la publicación" en lugar del "gusto por la ciencia o la innovación".

Para dar un ejemplo de cómo afecta esto a los economistas del estudio: el 63% del profesorado percibe que su universidad no se preocupa por el contenido de sus publicaciones, sólo por dónde y cuánto se publica. La preocupación por un conjunto fijo de cinco revistas principales (top-five journals), en las que los economistas deberían haber publicado sus trabajos, y en las que se basan los requisitos de permanencia, es el ejemplo más claro. Un “top-five” que parece generar mucha insatisfacción entre los economistas de todo el mundo(dissatisfaction among economists worldwid): según la mayoría de los economistas la investigación debería ser más relevante para las políticas, multidisciplinar y "disruptiva".

Este tipo de normas (sociales) sobre la cantidad, el lugar y el contenido de las publicaciones puede llevar a los académicos a abandonar la carrera académica -de hecho, el 33% de los economistas de la encuesta declararon que habían pensado en dejar el mundo académico debido a la presión de las publicaciones- o empujar a los científicos a funciones que no se corresponden con sus cualidades. Esto refleja la crítica de Akerlof (Akerlof’s) de que las instituciones actuales de publicación y promoción ofrecen incentivos sesgados que conducen a lo que él llama "los pecados de omisión": la economía como disciplina tiende a ignorar temas y problemas importantes que son difíciles de medir de forma "dura". La investigación cualitativa es, por ejemplo, más difícil de publicar que la cuantitativa.

Cómo devolver el genio a la botella

Tal y como se desprende de mi estudio, los académicos son en general escépticos, cuando no directamente negativos, respecto al principio de publicar o perecer. Existe una tendencia generalizada a denunciar las métricas de uso cotidiano en el mundo académico. La principal dificultad de denunciar las métricas es que "el genio está fuera de la botella" y será difícil volver a meterlo dentro. En primer lugar, las métricas se han convertido en parte del modelo de negocio de las universidades. Abstenerse de utilizar las métricas es como pedir a Facebook o Twitter que eliminen su botón de "me gusta" o "compartir/retuitear". En segundo lugar, denunciar las métricas estándar sólo puede conducir al uso de métricas más refinadas que cubran nuevas dimensiones (como la relevancia social y la ciencia abierta), lo que podría conducir a una mayor burocracia y a nuevas formas de desplazamiento de objetivos.

La pregunta más interesante pero difícil sería: ¿cuál es la mejor manera de gobernar la universidad de hoy en día sin recurrir a la métrica? Lo que las universidades han conseguido hasta ahora es seleccionar y educar a los miembros con "gusto por las publicaciones" y no necesariamente a los que tienen "gusto por la ciencia". Dada la facilidad con la que el desplazamiento de objetivos se ha convertido en algo habitual, no ofrece muchas esperanzas a todos aquellos defensores que quieren cambiar o idear una métrica responsable. De este modo, el científico actual y futuro corre el riesgo de convertirse en un científico sin carácter, arrastrado por métricas cambiantes, políticos y grupos de interés con un apetito infinito de "gestión por métricas".

Recompensar la producción en forma de publicaciones y citas fue inicialmente una forma de deshacerse de la oligarquía académica de la vieja red de chicos. La alternativa a esta forma de gobierno sería un gobierno por "control de entrada": seleccionar, educar y socializar a los miembros con "gusto por la ciencia". Ni que decir tiene que este modelo de gobernanza tiene sus defectos y puede reavivar los problemas del pasado, algo que reconocen sus partidarios. Pero, cuando las universidades quieren esforzarse por la innovación científica y apreciar la libertad académica, necesitan recuperar su autonomía, ser dirigidas por gestores que conozcan la ciencia desde dentro y que hayan aprendido las lecciones de la cultura de publicar o perecer: jugar a la clasificación con métricas imperfectas da resultados imperfectos.

Este post se basa en el artículo del autor, How the publish-or-perish principle divides a science: the case of economists, publicado en Scientometrics.

Harry Van Dalen

Harry van Dalen es profesor titular del Departamento de Economía de la Tilburg School of Economics and Management


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viernes, 24 de septiembre de 2021

¿Y si pudiéramos reconsiderar los derechos de autor? Giblin, Rebecca, y Kimberlee Weatherall. What If We Could Reimagine Copyright? ANU Press, 2017

 Publicado en blog Universo abierto



¿Y si pudiéramos reconsiderar los derechos de autor?

Giblin, Rebecca, y Kimberlee Weatherall. What If We Could Reimagine Copyright? ANU Press, 2017.

Texto completo



SCOPUS indizará más de un millón de preprints [ arXiv, ChemRxiv, bioRxiv, medRxiv y ahora arXiv, ChemRxiv, bioRxiv y SSRN ]

Publicado en ELSEVIER
https://newsdirect.com/news/elseviers-scopus-expands-to-include-ssrn-preprints-551974321



Scopus de Elsevier se amplía para incluir los preprints de SSRN
Más de un millón se indexarán en Scopus este año

COMUNICADO DE PRENSA DE ELSEVIER


Londres, Reino Unido | 21 de septiembre de 2021 


 Elsevier, líder mundial en publicaciones de investigación y análisis de la información, anuncia hoy que los preprints de SSRN, su plataforma de investigación y preprints líder en el mundo, ya están disponibles en Scopus, la base de datos de resúmenes y citas de Elsevier. Esto se produce después de que los preprints de arXiv, ChemRxiv, bioRxiv y medRxiv fueran indexados en Scopus a principios de este año.

Este avance responde a las opiniones y peticiones de la comunidad de investigadores, ya que la demanda y el uso de los preprints se ha disparado en los últimos años. En la actualidad, más de un millón de perfiles de autor en Scopus tienen 900.000 preprints indexados desde 2017. A finales de este año, se incluirán en Scopus aproximadamente 170.000 preprints de SSRN, desde 2017 en adelante.

Los datos de Elsevier revelan que, en los últimos cinco años, ha habido un aumento del 148% en el número de investigadores que publican preprints en SSRN. También se ha producido un aumento del 50% en el número de descargas de preprints en SSRN durante el mismo periodo, con lo que las descargas alcanzarán los 17,9 millones a finales de 2020.

Los preprints son un elemento de comunicación académica en rápido crecimiento. Como complemento a la publicación en revistas, permiten a la comunidad investigadora compartir información o resultados indicativos, indicar la dirección de un proyecto y ayudar a facilitar la colaboración internacional e interdisciplinaria.

Los datos de la SSRN muestran que las disciplinas que más crecieron1 durante el último año en sus plataformas fueron la economía y la investigación médica. El rápido aumento de los preprints de investigación médica ha contribuido a avanzar y acelerar la comprensión del SARS-CoV-2.

Los preprints en Scopus sólo están disponibles en los perfiles de autor que ya tienen un historial de publicaciones revisadas por pares. Los preprints son más frecuentes en ciertos campos temáticos que en otros. Los servidores de preprints seleccionados para Scopus son los principales servidores de preprints en las áreas de Ciencias Físicas (arXiv y ChemRxiv), Ciencias Biomédicas (bioRxiv y medRxiv) y Ciencias Generales incluyendo las Ciencias Sociales (SSRN). Se seleccionarán otros servidores de preimpresos para Scopus a medida que surjan en las áreas temáticas pertinentes.

SSRN es una comunidad de  preprints en línea de acceso abierto. Se trata de una biblioteca en línea en la que se pueden realizar búsquedas y que permite a los autores publicar sus artículos y resúmenes de forma sencilla y gratuita, proporcionando una base de datos en línea de las primeras investigaciones académicas. Con más de 2,2 millones de usuarios, cuenta con 806.000 documentos a texto completo y otros 134.000 resúmenes.

Gregg Gordon, Director General de Gestión del Ciclo de Vida del Conocimiento de Elsevier, dijo: "Hemos escuchado las necesidades de la comunidad investigadora, este desarrollo innovador en Scopus mejorará la descubribilidad y la facilidad de acceso al contenido de SSRN.

"Los preprints se están convirtiendo cada vez más en una parte integral del paisaje de la investigación. Además de ofrecer una valiosa oportunidad para comprender la dirección que toma la investigación, los preprints son una forma positiva de que los investigadores que inician su carrera reciban información antes de enviar sus artículos a las revistas.

"Como prueba de la importancia que están adquiriendo, los preprints se incluyen cada vez más en los procesos de evaluación formal de las propuestas de subvención y las revisiones del profesorado.

"Reconocemos la necesidad de seguir hablando con nuestros clientes, aprender de ellos y atender sus necesidades. El futuro de los preprints es brillante, y esperamos asegurarnos de seguir en sintonía con lo que quieren los investigadores".



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Ciencia abierta en FRANCIA: cien acciones para acelerar la apertura de la investigación

Publicado en Blok de Bid
http://www.ub.edu/blokdebid/es/node/1145


Ciro Llueca

Director de Biblioteca y Recursos de Aprendizaje
Director Editorial UOC
Universitat Oberta de Catalunya (UOC)

France. Ministère de l’Enseignement Supérieur, de la Recherche et de l’Innovation (2021). Ouvrir la science!: bilan du Plan national pour la science ouverte 2018-2021. [Paris: le Ministère]. Disponible en: <https://cache.media.enseignementsup-recherche.gouv.fr/file/science_ouverte/24/3/Bilan_PNSO_v2_1414243.pdf>. [Consulta 16/09/2021].

France. Ministère de l’Enseignement Supérieur, de la Recherche et de l’Innovation (2021). Deuxième Plan national pour la science ouverte: généraliser la science ouverte en France 2021-2024. [Paris: le Ministère]. Disponible en: <https://cache.media.enseignementsup-recherche.gouv.fr/file/science_ouverte/20/9/MEN_brochure_PNSO_web_1415209.pdf>. [Consulta 16/09/2021].

La actualización del plan francés de ciencia abierta fue presentada por Frédérique Vidal, ministra francesa de Enseñanza superior, de la Investigación y de la Innovación, desde 2017, con la mirada al periodo 2021 a 2024 y los objetivos de generalizar la práctica científica en abierto, la compartición y apertura de datos de investigación, la incorporación de la investigación en abierto a la evaluación, y la promoción del software libre surgido de la investigación.

Los antecedentes de este Plan 2021-2024 se sitúan en su versión anterior, el Plan 2017-2021, y previamente en la Ley 1674/2020, de programación de la investigación 2021-2030, así como en el Plan national pour la Science ouverte (2018), y el Amsterdam Call for Action on Open Science (2016).

Analicemos en primer lugar el balance del Plan 2017-2021, cuyo elemento más visible ha sido la creación del BSO, el Barómetro de la Ciencia Abierta en Francia, que permite comprobar que la tasa de publicación científica en abierto se sitúa en el 56 %.

 


Pero hay otros elementos que presentan también un balance razonablemente positivo:
 
Acceso abierto a las publicaciones. Las principales agencias francesas ya solicitan el archivo en abierto de los artículos científicos que financian y, en general, alientan a la publicación en abierto. Otras medidas son valoradas positivamente (por ejemplo, la consolidación de HAL, un agregador francés de contenidos publicados en abierto en revistas y repositorios), aunque no han sido completadas. El reconocimiento de la ciencia abierta en la evaluación de la investigación también presenta acciones moderadas de progreso. Como se ha mencionado, la creación del Barómetro, el BSO, permite comprobar que la tasa de publicación científica en abierto ha pasado del 41 % en el año 2017 al 56 % en 2019, si bien con particularidades: Matemáticas, Biología y Físicas se sitúan en la franja alta, entre el 67 % y el 75 % de la publicación en abierto; mientras que las Humanidades en el 45 % y las Ciencias Sociales en el 42 %.

Datos de investigación. En 2016 se incorporó a la legislación francesa la obligatoriedad de la difusión de los datos de investigación en abierto y, en coherencia también con la demanda europea, ya se obliga a presentar un plan de gestión de datos en los proyectos financiados con recursos públicos. Se ha creado la figura profesional de administración de datos para garantizar la implantación del modelo abierto, y se han publicado políticas y recomendaciones. Una llamada específica dotada con 2,4 M € para acelerar la adopción de los principios FAIR se saldó con 25 proyectos aprobados y en marcha.

Ciencia abierta en la práctica científica. Se han llevado a cabo acciones formativas y divulgativas en las escuelas de doctorado y en las universidades francesas. Lógicamente, se ha participado activamente en el EOSC (European Open Science Cloud) y se han creado redes internacionales de fomento de la ciencia abierta, con un presupuesto de 562.000 €. Este apartado cuenta con un espacio específico dedicado a los datos gubernamentales en abierto.

Acciones COVID. La llegada de la pandemia ha propiciado acciones de emergencia, que se incorporan en el balance. Así, proyectos específicos en el ámbito de la salud han contado con acento «abierto»: el ejemplo más evidente, el barómetro de la ciencia abierta en salud.

De acuerdo con el balance, el presupuesto destinado a las diversas acciones del Plan asciende a 15,8 M € en el periodo 2018-2021. La actualización del Plan apunta a triplicar estos recursos, hasta 45 M € de 2021 a 2024. Debemos saludar con admiración la incorporación de la previsión presupuestaria en la comunicación del Plan.

El nuevo Plan (2021-2024) se estructura en 4 ejes, 12 medidas, y casi cien acciones específicas, en las que constan elementos fundamentales y otros ornamentales. Contempla aspectos muy consolidados en la ciencia abierta, como la voluntad de crecimiento en publicaciones científicas en abierto o la transformación cualitativa de la evaluación de la investigación, pero también marca perfil propio como alternativa a los modelos típicamente comerciales. Así, el Plan incorpora el apoyo a la edición de libros, la defensa del plurilingüismo en la difusión de la investigación, reivindica el software libre y pone el foco en el autoarchivo, al tiempo que rechaza los acuerdos transformativos. He aquí una síntesis de estos elementos:

Acceso abierto a las publicaciones

  • Se aspira al 100 % de la publicación científica en abierto en 2030, mediante la generalización de la obligatoriedad para artículos y libros financiados con fondos públicos. Se prevé la mejora del sistema de depósito al agregador HAL.
     
  • Se promueve el modelo «diamante»: la publicación sin costes para las personas autoras, a la vez que se rechaza explícitamente el modelo de revistas híbridas (revistas de pago por suscripción con algunos artículos en abierto mediante tasas APC o similares). Se confirma la adhesión al Plan S.
     
  • Se favorece el multilingüismo o, mejor dicho, el uso de la lengua francesa, promoviendo plataformas de traducción automatizada, así como el estímulo al uso de la investigación francesa en Wikipedia.
     
  • Se quiere contribuir a modernizar la edición científica de libros, mediante ayudas al sector editorial específico, el desarrollo de un órgano público de difusión y distribución de libros impresos y digitales, así como la creación de un observatorio de la edición científica.
     
  • En Humanidades y Ciencias Sociales se fomenta el uso de imágenes patrimoniales para usos no comerciales, así como otros elementos de apoyo específico.

Datos de investigación

  • Se prevé la obligatoriedad de la difusión en abierto de datos de la investigación financiada por fondos públicos. Para facilitarlo, se crea una plataforma estatal federada de datos de investigación, Recherche Data Gouv, al estilo de la que ya existe para datos gubernamentales, data.gouv.fr. Asimismo, se pretende la generalización de los planes de gestión de datos.
     
  • Se valora la oportunidad de regular en clave «abierta» la minería de datos y de texto, objeto de incorporación a la legislación de los países UE por transposición de la Directiva Europea sobre los Derechos de Autor en el Mercado Único Digital (DEMUD).
     
  • Se promueve la adopción de políticas de datos FAIR, con acciones de formación mediante una red territorial de talleres de datos, y la creación de centros de referencia temáticos.
     
  • En Ciencias de la Salud se contemplan acciones específicas para la apertura de datos de investigación.

Software libre

  • Se fomenta la difusión en licencias abiertas del código fuente surgido en la investigación financiada con dinero público.
     
  • Se reconoce el software libre como contribución a la investigación, tanto en la evaluación del personal investigador como en el análisis del impacto social de la apertura del código fuente.
     
  • Se impulsa el cruce entre ciencia abierta e inteligencia artificial.

Ciencia abierta por defecto

  • Se reconoce la ciencia abierta en la evaluación de la investigación con acciones como la reducción de la influencia del factor de impacto, incluyendo su supresión en las convocatorias de proyectos y plazas de personal investigador. También se prevé el uso de narrativas de impacto en los currículos, para reducir la evaluación cuantitativa.
     
  • Se fomenta la formación en competencias en ciencia abierta, tanto en programas específicos como transversales en los programas ya existentes.
     
  • Se promueve la adopción de políticas de ciencia abierta en las universidades. Se menciona explícitamente el compromiso con DORA.
     
  • Se aspira, literalmente, a simplificar la vida del personal investigador mediante la adopción de políticas abiertas, por ejemplo facilitando su acceso a datos públicos o a datos privados de interés general.
     
  • Se prevé la evolución del Barómetro, incorporando mención específica a los ensayos clínicos, el gasto en publicación de artículos y libros, etc.
     
  • En la investigación dedicada al cambio climático se apuesta específicamente por la ciencia abierta.
     
  • Complementariamente, se apunta a las diversas infraestructuras existentes o futuras, así como la participación en iniciativas europeas e internacionales.

Visto el balance 2018-2021, y especialmente el Plan 2021-2024, podemos afirmar que aunque el nuevo Plan francés por la ciencia abierta participe de la retórica política, también tiene numerosas virtudes: presenta una planificación exhaustiva, ordenada y priorizada, con conocimiento de causa, con elementos de perfil propio, con visión integrada y con ambición internacional. Además de marcar el paso de la aceleración francesa en la búsqueda abierta, el Plan también iluminará a otros países que transitan más lentamente su evolución hacia una ciencia abierta.

Plan 2.0 para el acceso abierto: ¿un plan o una nueva ambigüedad?

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...