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lunes, 8 de enero de 2024

CHINA prohibe la citación de contenido generado por IA

Publicado en Forbes
https://www.forbes.com.mx/china-prohibe-uso-de-ia-generativa-en-declaraciones-de-investigaciones-cientificas/



China prohibe uso de IA generativa en declaraciones de investigaciones científicasLa prohibición también se extiende a la coautoría de la IA generativa en logros científicos, informó el diario oficialista Global TimesEl Ministerio de Ciencia y Tecnología de China emitió unas directrices que prohíben el uso de inteligencia artificial (IA) generativa para la creación directa de declaraciones en documentos de investigaciones científicas.
La prohibición también se extiende a la coautoría de la IA generativa en logros científicos, informó el diario oficialista Global Times.

Las directrices, emitidas en diciembre de 2023 y difundidas ahora, se aplican a investigadores, instituciones de investigación científica, universidades, organizaciones médicas y de salud, y otras entidades relacionadas con este ámbito.

El Ministerio señaló que la prohibición se basa en el rápido desarrollo de las tecnologías emergentes, incluyendo la IA, sobre la cual afirmó que tiene el potencial de revolucionar la investigación científica, pero también plantea desafíos, como la precisión del contenido y la atribución de la autoría.

Las directrices, según las autoridades chinas, tienen como objetivo fomentar el desarrollo saludable de la IA generativa y prevenir riesgos potenciales.

Esta nueva regulación requiere que los investigadores marquen y expliquen el proceso de elaboración de contenidos al usar herramientas generadas por IA, además de asegurar la precisión de los datos y respetar la propiedad intelectual.

A su vez, el organismo subrayó que no es apropiado citar contenido generado por IA como literatura principal, por lo que, de ser necesario, se debe indicar claramente su procedencia.

Las directrices, según las autoridades chinas, tienen como objetivo fomentar el desarrollo saludable de la IA generativa y prevenir riesgos potenciales.

Esta nueva regulación requiere que los investigadores marquen y expliquen el proceso de elaboración de contenidos al usar herramientas generadas por IA, además de asegurar la precisión de los datos y respetar la propiedad intelectual.

A su vez, el organismo subrayó que no es apropiado citar contenido generado por IA como literatura principal, por lo que, de ser necesario, se debe indicar claramente su procedencia.

Las directrices, según las autoridades chinas, tienen como objetivo fomentar el desarrollo saludable de la IA generativa y prevenir riesgos potenciales.

Esta nueva regulación requiere que los investigadores marquen y expliquen el proceso de elaboración de contenidos al usar herramientas generadas por IA, además de asegurar la precisión de los datos y respetar la propiedad intelectual.

A su vez, el organismo subrayó que no es apropiado citar contenido generado por IA como literatura principal, por lo que, de ser necesario, se debe indicar claramente su procedencia.


lunes, 18 de diciembre de 2023

ALyC: Compraventa de autorías de investigaciones alerta a la región

Publicado en SciDevNet
https://www.scidev.net/america-latina/news/compraventa-de-autorias-de-investigaciones-alerta-a-la-region/?utm_source=SciDev.Net&utm_medium=email&utm_campaign=14270318_2023-12-18%20Weekly%20Email%20Digest%20-%20Am%C3%A9rica%20Latina%20y%20el%20Caribe%20Template.%20For%20no%20topic%20preferences&dm_i=1SCG,8HV1Q,665LFG,Z4FJX,1



11/12/23

Compraventa de autorías de investigaciones alerta a la región


De un vistazo
  • Investigación peruana revela mercado de firmas de papers
  • Redes ilícitas se extienden por Latinoamérica
  • Expertos coinciden en generar cambios drásticos en sistemas de publicación y evaluación

La revelación de casos de científicos que compran autorías de artículos publicados en revistas especializadas en los que no participaron genera escándalo en Perú y proyecta inquietud en la región, donde también existen varios casos de investigadores involucrados en estos fraudes.

Esta venta de firmas potencia además las críticas a un sistema de publicaciones, incentivos y evaluación que gran parte de la comunidad científica considera agotado, como reflejan los expertos consultados por SciDev.Net.

En Perú, una investigación del programa Punto Final reveló cómo centenares de académicos de universidades pequeñas y medianas firmaron hasta 50 investigaciones en apenas un año. El periodista José Miguel Hidalgo se infiltró en el grupo de WhatsApp “Publiscopus”, bautizado así por la base de datos científica SCOPUS, que ofrecía a diario “convocatorias de coautores”.

Después de pagar US$ 550, su firma apareció en un artículo sobre las capacidades lectoras de niños en Grecia. Mientras que el autor principal era de ese país, todos los demás eran peruanos. El programa también mostró el caso de una docente que firmó decenas de papers sobre medicina junto a investigadores de Nepal, Pakistán e Irak.

Luego de esas revelaciones, el grupo donde se vendían autorías se eliminó, pero se abrió otro con 360 miembros.

SciDev.Net intentó contactar a cinco de ellos, tres de los cuales no respondieron. Una académica colombiana dijo desconocer el tema. Un colega chileno que prefirió permanecer en el anonimato reconoció que fue agregado, pero asegura que “olía todo a estafa” y que no participó porque promovía “una mala práctica”.

En Perú, las universidades privadas otorgan bonos de hasta 8.000 soles (unos US$ 2.000) a quienes publican investigaciones en revistas científicas internacionales. Las entidades estatales pagan hasta medio sueldo extra.

Otros países de la región funcionan con políticas similares: a mayor cantidad de artículos, mayor rango y mayores ganancias.

Un fenómeno global

La investigación periodística se había originado en el trabajo del médico e investigador Percy Mayta-Tristán, que detectó cuentas de Twitter indias y pakistaníes con los ofrecimientos. “Nos incorporaron a un chat de venta y ahí nos infiltramos. El 70 por ciento eran peruanos; el resto, latinoamericanos”, explica en diálogo telefónico.

Nahuel Monteblanco, presidente del grupo cientificos.pe, asegura a SciDev.Net que hay más redes en la región. Los vínculos sospechosos entre investigadores ecuatorianos e iraquíes, por ejemplo, han aumentado de 13 colaboraciones en 2021 a 109 en 2023, precisa Mayta-Tristán.

Uno de los posibles cerebros de esta clase de esquemas es el investigador indio Gunasekaran Manogaran, que —según otra investigación del diario español El País— montó una megafábrica de estudios que vendía autorías a investigadores asiáticos, ávidos por publicar en revistas importantes para lograr plazas o ascensos.

El ingeniero británico Nick Wise, que investiga fraudes científicos, calcula que ese grupo logró colar 1.250 estudios en medio centenar de revistas.

En respuesta a una consulta para esta nota, sugiere que el número de artículos fraudulentos “probablemente ronde los millares” y confirma que la mayoría de las afiliaciones cuestionadas en Latinoamérica provienen de Perú y Ecuador.

Otros casos en la región

En medio de su investigación, Mayta-Tristán también pudo confirmar la existencia de una organización asentada en Costa Rica, manejada por personas de Venezuela, dedicada a la “asesoría” de tesis y artículos, que garantiza su publicación más allá de su autoría real.

En Brasil, una empresa similar ofrece servicios de profesionales para la confección de trabajos académicos, disertaciones, proyectos de investigación y hasta tesis de doctorado.

Ante la consulta que realizó SciDev.Net para la redacción de un artículo científico sobre la incidencia del Alzheimer en América Latina, su plataforma web desplegó una oferta de 13 organizaciones y presuntos expertos (algunos con nombre y foto reales) dispuestos a hacerlo.

Entre los 1.806 “proyectos concluidos” (es decir, investigaciones vendidas) de un “equipo especializado en elaboración de trabajos”, por ejemplo, había escritos sobre “El imperialismo como etapa superior del capitalismo”, “El rol histórico de la universidad pública en Brasil” e —irónicamente— la elaboración de un código de ética para el sector público.

Un sistema agotado

Junto al aumento de la frecuencia y números especiales de las revistas internacionales, la consolidación de un sistema de evaluaciones cada vez más opaco contribuye a la complejidad del escenario.

“El citation index, creado a comienzos de los 60, era un reconocimento honorífico a los autores que habían alcanzado un mínimo de citas”, recuerda el biólogo peruano Rodomiro Ortiz. “Pero después se fue sofisticando con inventos como el indice h, que se centra en el mínimo de veces que fue citado un artículo”, en base a un algoritmo difícil de comprender para la mayoría de las partes.

“Publicar lleva tiempo, por eso los investigadores están siempre corriendo desde atrás”. Como consecuencia, algunos eligen “hacer cosas no del todo santas, como acompañar como autor en publicaciones en las que no trabajaron”. Guillermo Simari, experto en inteligencia artificial

Ortiz, que reside en Suecia, también recibió ofertas irregulares, según cuenta a SciDev.Net. “Alguien que no conocía me escribió por mail para ser coautor de un tema de investigación agrícola en el que no trabajaba”, relata. En otra oportunidad le ofrecieron “fondos para investigación” a cambio de firmar trabajos en los que no había participado. Siempre se negó.

“Publicar lleva tiempo, por eso los investigadores están siempre corriendo desde atrás”, grafica el argentino Guillermo Simari, experto en inteligencia artificial. Como consecuencia, algunos eligen “hacer cosas no del todo santas, como acompañar como autor en publicaciones en las que no trabajaron (‘tú me pones de autor en las tuyas y yo te pongo en las mías’). Aunque nunca acepté esta estrategia, conozco casos que lo hacen”, asegura.

La solución, advierte, es cambiar la forma de medir la productividad científica, financiando las mejores ideas.

Así, iniciativas como el Manifiesto de Leiden proponen complementar aquellos índices con juicios valorativos de expertos, considerar la relevancia local de las investigaciones y generar procesos de evaluación más transparentes.

Las modalidades de acceso abierto a revistas y repositorios también contribuyen a democratizar la circulación del conocimiento científico.

Colocar todo el peso en la cuantificación de publicaciones y citas es una estrategia que se está agotando, recordaba en 2015 este sitio, que proponía enriquecer la ecuación considerando los beneficios concretos de la investigación para la vida de las personas.

Solo así podrá construirse una ciencia más de frente, y menos de espaldas, a toda la sociedad.

Este artículo fue producido por la edición de América Latina y el Caribe de SciDev.Net



viernes, 15 de diciembre de 2023

Revista Nature reconoce a ChatGPT como autor estelar del año

Publicado en Nature
https://elpais.com/ciencia/2023-12-13/la-revista-nature-elige-por-primera-vez-entre-sus-cientificos-del-ano-a-un-ente-no-humano-chatgpt.html




La revista ‘Nature’ elige por primera vez entre sus científicos del año a un ente no humano: ChatGPT

La prestigiosa publicación científica destaca al chabot junto a uno de sus creadores, a una pionera olvidada de los fármacos para perder peso y al científico detrás de un avance histórico contra el cáncer


Cada diciembre, la revista Nature elige a diez protagonistas de algunas de las historias más relevantes para la ciencia ese año. En la selección que presenta hoy de 2023, por primera vez, ha incluido a un ente que no es humano. ChatGPT, un robot capaz de responder a preguntas y mantener conversaciones de una forma más o menos inteligente, ha ayudado a escribir trabajos académicos, ha resumido artículos científicos y ha elaborado documentos que han servido para pedir ayudas de investigación. Además, ha intensificado el debate en torno a los límites de la inteligencia artificial, la naturaleza de la inteligencia humana y el modo en que se tienen que regular estas nuevas tecnologías.

Junto al potencial que tiene esta tecnología para la gestión del conocimiento o, incluso, la generación de nuevo saber, los editores de Nature apuntan a la necesidad de transparencia en el manejo de una herramienta tan potente. “El tamaño y la complejidad de los modelos de lenguaje de gran tamaño [en los que se basan programas como ChatGPT] significa que son intrínsecamente cajas negras, pero comprender por qué producen lo que producen es más difícil cuando su código y sus materiales de entrenamiento no son públicos, como sucede con ChatGPT”, advierten. Aunque no se sabe lo que darán de sí estos modelos y los límites que pondrán la capacidad de computación o las bases de datos disponibles, la revolución de la inteligencia artificial generativa es imparable.

El cerebro humano tras la inteligencia artificial

Aunque se reconoce como protagonista a una máquina, en la selección de Nature también se incluye a uno de sus creadores. Ilya Sutskever, científico jefe y confundador de OpenAI, la organización que creó ChatGPT, es una de las mentes en la vanguardia de la inteligencia artificial generativa. Él vio esta compañía, regada con miles de millones de euros por Microsoft, como una oportunidad para desarrollar una inteligencia artificial general, capaz de superar a la de los humanos y de desarrollar su propia consciencia. En los últimos meses había dirigido sus esfuerzos hacia la creación de un método que permita dirigir y controlar sistemas de inteligencia artificial más inteligentes que los humanos.

Sutskever ve el potencial de la inteligencia artificial demasiado grande para que los modelos estén disponibles para cualquiera que quiera utilizarlos y fue de los primeros en darse cuenta de que los sistemas que habían empezado a desarrollar científicos como su mentor, Geoffrey Hinton, empezarían a mostrar sus capacidades actuales con el aumento de la capacidad de computación. Hace un mes se vio arrastrado por un torbellino de pasiones humanas en la empresa que fundó. Como miembro del consejo de administración de OpenAI, destituyó a su consejero delegado, Sam Altman, por pérdida de confianza. Tres días después aseguraba en un tuit que lamentaba esta decisión. Dos meses antes había advertido que quien valorase la inteligencia por encima del resto de cualidades humanas lo iba a pasar mal.

Nacen ratones a partir de células de dos machos

Katsuhiko Hayashi, de la Universidad de Osaka, anunció en marzo que había creado crías de ratón a partir de células de dos machos. Hayashi y su equipo ya habían logrado crear, en 2016, óvulos de ratón funcionales a partir de células madre. En esta ocasión, tomaron células de las colas de ratones macho, con sus cromosomas X e Y, y las convirtieron en células madre. En este proceso, el 3% perdieron sus cromosomas Y, y fueron seleccionadas por los investigadores, que les aplicaron a continuación un tratamiento para causar errores durante la división celular. Algunos de esos fallos, produjeron células con dos cromosomas X, como las femeninas, y continuaron con el proceso para convertir esas células madre en ovocitos. Durante cada paso de este minucioso trabajo se pierden muchas células. Finalmente, fueron capaces de crear 630 embriones para implantarlos en ratonas. De ellos, nacieron siete crías. Los investigadores consideran lejana la aplicación de estas técnicas a humanos, que tienen unas células con las que es más complicado trabajar, pero quieren aplicarla a salvar el rinoceronte blanco del norte (Ceratotherium simum cottoni), una especie de la que solo quedan dos hembras.

La olvidada de las pastillas para adelgazar

Una de las noticias científicas del año ha sido la generalización del uso para la obesidad de los análogos de GLP-1. Estos fármacos, creados en principio para tratar la diabetes, imitan las hormonas que de forma natural nos hacen sentirnos saciados después de comer. Su efectividad para hacer perder peso los han convertido en un éxito de ventas. La revista Nature recuerda que este producto ha sido posible, en parte, gracias al trabajo pionero de Svetlana Mojsov, una investigadora de la Universidad Rockefeller, en Nueva York (EE UU), que identificó y caracterizó la hormona y creó péptidos y anticuerpos que hicieron posibles los experimentos que mostraron que GLP-1 podía reducir los niveles de glucosa en sangre. Pese al éxito de fármacos como la semaglutida, que tienen ventas de unos mil millones de dólares mensuales, Mojsov ha sido ignorada durante mucho tiempo. Después de años de lucha, la investigadora ha logrado que revistas como Cell y Nature hayan introducido cambios en sus publicaciones para recoger su trabajo con estas moléculas cuando estaba en el Massachusetts General Hospital de Boston (EE UU).

Progreso contra la malaria

Los grandes protagonistas de la ciencia mundial se suelen concentrar en países ricos, donde existen los recursos necesarios para pagar cerebros y equipos. En la lista de este año, Halidou Tinto, director de la Unidad de Investigación Clínica de Nanoro, en Burkina Faso, entra desde un lugar en el que, hasta su llegada en 2007, no había electricidad. Este año, gracias a su labor en los ensayos clínicos, la vacuna R21 contra la malaria fue recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Es la segunda vacuna contra esta enfermedad, que causa medio millón de muertes al año en África, en gran parte niños de menos de cinco años. El instituto que dirige Tinto ha sido clave como lugar de pruebas para estas vacunas, y el investigador está trabajando en más de 30 ensayos clínicos contra enfermedades que afectan sobre todo a países pobres.

Luchadoras medioambientales

Nature celebra el regreso de Marina Silva al Gobierno de Brasil. La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil anunció en agosto de este año un descenso del 43% en las alertas por deforestación en la selva amazónica respecto al año anterior. Durante los años de presidencia de Jair Bolsonaro, señala la revista, “el Gobierno puso un 40% menos de multas por crímenes medioambientales y las talas en el Amazonas se incrementaron en alrededor del 60%.

La segunda protagonista medioambiental es Eleni Myrivili, la primera jefa de Calor de la ONU. Después de años concienciando sobre los efectos del calentamiento en la vida de los ciudadanos como concejal en Atenas, ahora ha pasado a desarrollar esa labor a nivel global. También busca financiación para hacer las ciudades más sostenibles y resistentes al aumento de las temperaturas. En la cumbre del clima de Dubai ha buscado el apoyo a tecnologías de enfriamiento que no produzcan emisiones con efecto invernadero.

Avance contra el cáncer de vejiga

El progreso contra algunos tumores no ha seguido la tendencia positiva general de la lucha contra el cáncer. Este año, Thomas Powles, del Hospital de San Bartolomé, en Londres, vio unos resultados que le parecían increíbles. Una combinación de dos fármacos, una especie de caballos de Troya que incluye un fármaco dirigido que lleva al lugar deseado una carga de quimioterapia, logró aumentar la supervivencia media de pacientes con cáncer de vejiga de los 16 meses a los dos años y medio. Powles, otro de los científicos del año para Nature, afirma que este hito es el mayor para cáncer de vejiga avanzado en las últimas cuatro décadas y el único capaz de mejorar el tratamiento estándar que se emplea desde los años 80.

Embridar la energía del Sol

Una de las esperanzas para lograr energía abundante y sin demasiados efectos nocivos sobre el medio ambiente es controlar la fusión nuclear, el fenómeno que ilumina el Sol. El verano pasado, científicos de EE UU, en una instalación de láseres de 3.500 millones de dólares en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California, lograron comprimir núcleos de hidrógeno para convertirlos en núcleos de helio y producir más energía de la necesaria para producir esa fusión. Annie Kritcher, ingeniera de la Instalación Nacional de Ignición tuvo un papel claveen este logro al crear la cápsula que permite atrapar los átomos sobre los que dirigir el rayo láser para iniciar la reacción nuclear. Kritcher cree que será posible incrementar la energía producida hasta los niveles necesarios para crear el primer prototipo de reactor de fusión nuclear por láser.

Enmendar la plana a ‘Nature’ por la superconductividad

La ciencia, cuando se aplica como es debido, tiene la capacidad de corregir los propios errores. Es lo que se destaca en el caso de James Hamlin, físico de la Universidad de Florida en Gainesville, que detectó problemas en artículos científicos que decían haber encontrado un superconductor de electricidad a temperatura ambiente. Estos artículos, que ya están retractados, los había firmado el físico Ranga Dias, que hablaba, cuando fue incluido en la lista de diez científicos destacados de Nature, en 2020, de un “santo grial” que podría cambiar el mundo tal y como lo conocemos”. Este material permitiría diseñar motores y redes de transporte ultraeficientes sin pérdidas de energía, pero parece que el sueño tendrá que esperar.

Un premio por llegar cuartos

Cuando Chandrayaan-3 aterrizó con éxito en la Luna, India se convirtió en el cuarto país, por detrás de EE UU, la Unión Soviética y China en alcanzar ese logro. Kalpana Kalahasti, directora asociada del proyecto, desempeñó un papel protagonista en la misión. Entre otras cosas, su trabajo consistió en reorganizar el proyecto después de que Chandrayaan-2 acabase con la sonda estrellada sobre la Luna en 2019. Junto al director del proyecto, Palanivel Veeramuthuvel, redujeron la masa del módulo orbital para que el aterrizador pudiese tener más combustible y unas patas de aterrizaje más robustas. Construyendo sobre estos progresos, la India quiere poner a sus astronautas en la Luna en la década de 2040.

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martes, 28 de noviembre de 2023

¿Quién posee los derechos de autor de un contenido generado por inteligencia artificial generativa?

Publicado en blog Universo abierto
https://universoabierto.org/2023/11/10/quien-posee-los-derechos-de-autor-del-contenido-generado-por-inteligencia-artificial-ia/



¿Quién posee los derechos de autor de un contenido generado por inteligencia artificial generativa?


La determinación de quién posee los derechos de autor del contenido producido por inteligencia artificial (IA) es un asunto legal de gran complejidad y en constante cambio. Por lo general, las herramientas de IA generativa, como ChatGPT, no pueden ser consideradas autoras en el sentido legal o creativo, ya que no tienen la capacidad de comparecer ante un tribunal en caso de conflictos de intereses entre otras cuestiones.

La cuestión de quién posee los derechos de autor del contenido generado por inteligencia artificial (IA) es un asunto legal complejo y en constante evolución que puede variar según la jurisdicción y depende de las circunstancias específicas.

  1. Autoría: Las leyes de derechos de autor tradicionalmente otorgan derechos de autor al creador o autor humano de una obra. La IA, al ser una máquina, no se considera una persona legal capaz de poseer derechos de autor. Esto ha llevado a debates sobre si el programador humano de la IA o la organización que emplea al programador debería considerarse el autor o propietario del contenido generado por la IA.
  2. Doctrina del «Trabajo por Encargo»: En algunas jurisdicciones, cuando una obra se crea como parte de una relación laboral, el empleador suele considerarse el propietario de los derechos de autor. Si un empleado crea contenido generado por la IA en el ámbito de su empleo, es posible que su empleador tenga un reclamo más fuerte sobre los derechos de autor.
  3. Acuerdos Contractuales: La propiedad del contenido generado por la IA también puede determinarse mediante acuerdos contractuales. Las empresas y programadores pueden especificar la propiedad y los derechos asociados con el contenido generado por la IA en contratos o acuerdos de licencia. Estos contratos pueden anular las reglas de derechos de autor por defecto.
  4. Uso Justo: En algunos casos, el uso de contenido generado por la IA podría considerarse «uso justo» bajo la ley de derechos de autor. El uso justo puede aplicarse en situaciones en las que se utiliza material con derechos de autor con fines como comentario, crítica, informes de noticias, enseñanza o investigación. Sin embargo, el uso justo es una doctrina legal compleja que puede variar según la jurisdicción y depende de los detalles de cada caso.
  5. Transformación y Obras Derivadas: El contenido generado por la IA que se basa en material con derechos de autor existente puede considerarse una obra derivada. Los derechos de autor del material original aún pueden aplicarse en la medida en que sea reconocible en el contenido generado por la IA.
  6. Marco Legal en Evolución: El marco legal que rodea el contenido generado por la IA sigue evolucionando, y algunos países pueden promulgar leyes o regulaciones específicas para abordar estos problemas. Los tribunales y legisladores están considerando activamente las implicaciones de la IA en los derechos de autor y la propiedad intelectual.

A nivel general puede decirse que una inteligencia artificial generativa (IA) en sí misma no puede ser propietaria de los derechos de autor de una obra. Los derechos de autor tradicionalmente se otorgan a autores humanos, y las IA no son consideradas entidades legales con la capacidad de poseer derechos de autor.

Por lo tanto, ChatGPT, como una inteligencia artificial desarrollada por OpenAI, no puede ser considerado un autor en el sentido legal o creativo. Los derechos de autor tradicionalmente se aplican a obras creadas por personas físicas. ChatGPT es una herramienta de procesamiento de lenguaje natural que genera respuestas y texto basados en patrones y datos previamente aprendidos, pero no tiene la capacidad de tener intenciones, creatividad o una voluntad propia. Por lo tanto, cualquier contenido generado por ChatGPT generalmente se atribuiría a los usuarios que lo utilizan o a las organizaciones que lo emplean, y no a la IA en sí misma.

Además, la responsabilidad de citar fuentes recae en los usuarios que interactúan con ChatGPT. Si un usuario proporciona información específica de fuentes con derechos de autor o utiliza contenido protegido en sus interacciones con ChatGPT, es responsabilidad del usuario garantizar que cumple con las leyes de derechos de autor al citar adecuadamente esas fuentes. La responsabilidad de evitar el plagio recae en los usuarios que interactúan con ChatGPT. Si un usuario proporciona información o ideas específicas de fuentes externas sin citar adecuadamente esas fuentes, eso podría considerarse un acto de plagio por parte del usuario, no de ChatGPT.

Es esencial consultar con expertos legales especializados en derechos de autor o propiedad intelectual para obtener orientación en casos específicos. Las leyes y las interpretaciones pueden haber evolucionado desde mi última actualización en enero de 2022, y diferentes jurisdicciones pueden tener enfoques únicos para este tema.

martes, 7 de noviembre de 2023

Comité de Ética en Investigación pone orden: los autores deben poner primero la principal Universidad en la que trabajan

Publicado en europapress
https://www.europapress.es/sociedad/noticia-comite-etica-investigacion-pone-orden-autores-deben-poner-primero-principal-universidad-trabajan-20231103143557.html



Comité de Ética en Investigación pone orden: los autores deben poner primero la principal Universidad en la que trabajan

El Comité Español de Ética de la Investigación ha señalado que, cuando los autores declaran más de una afiliación, "es importante el orden o prioridad con el que se declaran dichas afiliaciones, que debe corresponderse con la relación contractual del autor".



martes, 29 de junio de 2021

Cómo mejorar el reconocimiento de las contribuciones científicas en equipo de investigación / Improving recognition of team science contributions in biomedical research careers March 2016

Publicado en blog Universo Abierto
https://universoabierto.org/2021/06/25/como-mejorar-el-reconocimiento-de-las-contribuciones-cientificas-en-equipo-de-investigacion/


Descargar Reporte Improving recognition of team science contributions in biomedical research careers March 2016
https://acmedsci.ac.uk/file-download/6924621

Descargar Reporte From innovation to implementation team science two years on February 2019
https://acmedsci.ac.uk/file-download/29694340

Cómo mejorar el reconocimiento de las contribuciones científicas en equipo de investigación

Improving recognition of team science contributions in biomedical research careers – full report. Academy of Medical Sciences  (AMS) 2016-2019

Texto completo

Revisión 2019

Este informe, analiza los actuales incentivos y desincentivos para los investigadores individuales que participan en la “ciencia en equipo”, y cómo mejorar la recompensa y el reconocimiento de sus contribuciones.

La “ciencia en equipo” es cada vez más común en todos los campos de la investigación. A menudo se necesitan equipos que abarcan diferentes especialidades y centros geográficos para abordar cuestiones de investigación contemporáneas en la ciencia biomédica. Sin embargo, los actuales marcos de reconocimiento no siempre captan adecuadamente las contribuciones individuales a los proyectos científicos en equipo.

En 2018, dos años después del lanzamiento del informe científico original del equipo, la Academy of Medical Sciences  (AMS) celebró un taller de seguimiento para evaluar los progresos realizados en relación con las recomendaciones del informe.

El objetivo de este proyecto era comprender los incentivos y desincentivos actuales para los investigadores que participan -o se plantean participar- en la “ciencia en equipo”. Como parte de este proceso, se examinó cómo se puede recompensar y reconocer adecuadamente a los individuos por sus contribuciones cuando trabajan en equipo.

Para ello, la Academia de Ciencias Médicas (AMS) llevó a cabo un estudio independiente sobre estas cuestiones con el fin de informar sobre la política futura dentro y fuera del Reino Unido. El estudio fue dirigido por un grupo de trabajo de expertos y contó con la participación de investigadores, editores, empleadores y financiadores, incluidos los que realizan ejercicios de evaluación de la investigación.

El Grupo de Trabajo recopiló pruebas escritas a finales de 2014 y se comprometió con una amplia gama de grupos de partes interesadas para desarrollar las conclusiones y recomendaciones políticas en el informe, que se publicó en marzo de 2016. El alcance del informe científico original del equipo de 2016 era:

  • Definir los impulsores y los obstáculos del crecimiento de la “ciencia del equipo”.
  • Explorar y definir los beneficios y los retos para los investigadores biomédicos individuales y para la comunidad investigadora en general de participar en la “ciencia en equipo”.
  • Estudiar cómo se recompensa y reconoce a los investigadores biomédicos que participan en la “ciencia en equipo”, especialmente entre los investigadores que inician su carrera, y definir los obstáculos que impiden un reconocimiento suficiente.
  • Formular recomendaciones que aborden estos retos y obstáculos.

Las recomendaciones tendrán como objetivo catalizar el desarrollo y el establecimiento de procesos para generar y utilizar pruebas de las contribuciones individuales de los investigadores a los proyectos de ciencia en equipo, en particular en lo que respecta a su progresión profesional. Para ello habrá que influir en el comportamiento de los propios investigadores, así como en la política y la práctica de las editoriales, los empleadores y los financiadores, incluidos los que realizan ejercicios de evaluación de la investigación.

viernes, 25 de junio de 2021

Cómo resolver las disputas por la autoría que deterioran las colaboraciones científicas

Publicado en blog Universo Abierto
https://universoabierto.org/2021/06/25/las-disputas-por-la-autoria-que-deterioran-las-colaboraciones-cientificas/



Cómo resolver las disputas por la autoría que deterioran las colaboraciones científicas

Fleming, Nic. The authorship rows that sour scientific collaborations. Nature 594, 459-462 (2021) doi: https://doi.org/10.1038/d41586-021-01574-y14 June 2021

Ver completo

La ciencia en equipo se ve perjudicada cuando los investigadores noveles ven cómo se minimizan sus contribuciones a un artículo que definen su carrera. He aquí cómo abordar las disputas.

“Lo sentí como una bofetada en la cara. Era como si el mérito de la mitad de mi doctorado se lo dieran a otra persona. Me eché a llorar”. Así reaccionó una bióloga celular cuando su antiguo supervisor nombró a un colega investigador postdoctoral cofundador de un artículo basado en su doctorado.

Cuando ella se opuso, él se mantuvo firme. Temiendo dañar importantes relaciones profesionales al final de su primera colaboración, se tragó su orgullo y cedió, pero se preguntó cómo podría afectar a sus perspectivas laborales. “La investigación se basa en el trabajo en equipo, así que si alguien me pregunta en una entrevista por qué parece que sólo tengo la mitad de un trabajo de mi doctorado, ¿qué se supone que debo decir?

La mayoría de los miembros de la comunidad científica han oído historias similares, a menudo relacionadas con investigadores noveles que lo han dado todo en las colaboraciones para luego sentirse injustamente relegados en las listas de autores de las publicaciones resultantes. A veces ni siquiera aparecen en la lista y se convierten en “autores fantasma”.

Los foros de Internet revelan lo molesto que puede ser para aquellos que piensan que sus perspectivas profesionales se verán afectadas por el hecho de que se les haya negado el mérito que merecen.

Nature ha hablado con investigadores sobre colaboraciones formativas que se han convertido en disputas entre autores. También se escuchó a responsables de laboratorios, editores y financiadores que intentan idear un sistema más justo de reconocimiento de las contribuciones individuales a los trabajos académicos. En este artículo describen sus esfuerzos y las medidas que pueden tomar los investigadores para mitigar las disputas entre autores y otras tensiones que pueden surgir en las colaboraciones. Una de las sugerencias es establecer un “acuerdo previo” científico, o una carta de equipo, en la que se especifiquen por adelantado las funciones, las responsabilidades y los procesos de resolución de conflictos. Algunos entrevistados solicitaron el anonimato por temor a que compartir sus historias pudiera perjudicar sus carreras.

La autoría importa

“A los investigadores se les sigue juzgando por lo que publican y dónde lo hacen”, dice Liz Allen, directora de iniciativas estratégicas de F1000, una editorial científica de acceso abierto. “Es fundamental para sus carreras, así que si no reciben el crédito que merecen y la visibilidad de su trabajo, es un gran problema para ellos”.

“Aunque la investigación es un esfuerzo de colaboración, el mercado laboral es muy competitivo”, añade Anna Hatch, directora de programas de la Declaración de San Francisco sobre la Evaluación de la Investigación (DORA), una iniciativa que hace campaña para cambiar la forma de evaluar la investigación científica. La estructura de incentivos en la ciencia impide el progreso, dice. “Cosas como la colaboración, la ciencia abierta y la reproducibilidad hacen avanzar un campo, pero es el número de artículos, las posiciones en las listas de autores y la financiación lo que hace avanzar las carreras académicas”.

Las listas de autores se están alargando, lo que significa que una menor proporción de investigadores obtiene los codiciados puestos de primer autor. Un análisis de 30 millones de artículos incluidos en el archivo Pubmed y en la base de datos MEDLINE reveló que el número medio de autores pasó de 1,9 antes de 1975 a 5,9 durante 2015-19 (véase go.nature.com/3v64de). Esta tendencia fue parte de lo que llevó a la Academy of Medical Sciences (AMS) del Reino Unido a estudiar el impacto del aumento de la colaboración en la investigación en las carreras biomédicas. En su informe de 2016 ‘Team Science’, un grupo de trabajo de la AMS llegó a la conclusión de que la percepción de falta de reconocimiento de sus contribuciones es el principal factor disuasorio de la participación de los investigadores en la investigación multigrupo (véase go.nature.com/355cep). Sus autores afirmaron: “Aunque a menudo se reconoce la importancia de la ciencia en equipo, hay pocas pruebas de que las contribuciones de los individuos se valoren en la toma de decisiones relevantes para la carrera, lo que es especialmente preocupante para los estudiantes de doctorado y los investigadores que inician su carrera”.

Las disputas sobre la autoría son frecuentes. Una encuesta realizada en 20111 a los autores correspondientes de más de 500 artículos publicados en seis revistas médicas de primera línea reveló que el 17,6% admitió que sus artículos incluían “autores honorarios”, es decir, personas nombradas como autores a pesar de no cumplir los criterios de autoría establecidos en las directrices del International Committee of Medical Journal Editors, y que el 7,9% tenía autores fantasma cuyos nombres acababan desapareciendo del artículo.

En otro estudio2, un grupo del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental (NIEHS) de EE.UU. en Research Triangle Park, Carolina del Norte, realizó una encuesta en línea a casi 6.700 investigadores internacionales que habían publicado artículos en los que figuraban al menos dos autores. Los resultados mostraron que el 46,6% había experimentado desacuerdos sobre el nombramiento de los autores, y que el 37,9% había tenido disputas sobre el orden de los nombres en las listas de autores.

Las investigadoras son más propensas que los investigadores a tener conflictos de autoría. En el estudio del NIEHS, era un tercio más probable que tuvieran disputas sobre la inclusión en las listas de autores y un 20% más probable que tuvieran desacuerdos sobre el orden de los nombres de los autores. En otro estudio, los trabajos con un primer autor masculino y otro femenino tenían más probabilidades de incluir al investigador masculino en primer lugar.

“No creo que se me haya dado el papel de co-primera autora sólo por mi género”, dice la bióloga celular anónima, “pero si hubiera sido al revés, no creo que lo hubiera aceptado”. ¿Es más fácil enfrentarse a dos hombres si tú también eres un hombre? Sí, probablemente”.

Durante su programa de doctorado, identificó algunos mecanismos de señalización celular desconocidos hasta entonces. Una revista aceptó un artículo sobre los hallazgos, sujeto a revisiones. Para entonces ya estaba en otra universidad, así que los investigadores del laboratorio de su antiguo supervisor realizaron algunos experimentos adicionales. Ella sostiene que hizo alrededor del 75% del trabajo que se incluyó en el artículo.

Poco antes de volver a presentar el artículo, su antiguo supervisor puso el nombre de otro miembro del equipo junto al suyo como co-primer autor. El director de la revista escuchó con simpatía su queja, pero se mantuvo en su decisión original. El sitio web de la revista dice que no se involucra en disputas de autoría, y la publicación sigue adelante. “Fue molesto, pero necesitaba el artículo y no quería una gran discusión”, dice.

La encuesta del NIEHS también reveló que los desacuerdos sobre quién incluir como autor eran un 50% más comunes en las ciencias médicas que en las ciencias naturales, y las disputas sobre el orden de los nombres eran casi un 70% más comunes. Las personas que participan en equipos multidisciplinares tienen menos probabilidades de verse involucradas en cualquiera de los dos tipos de conflicto. Estas variaciones reflejan, en parte, las diferentes prácticas entre disciplinas. En la Física de partículas de alta energía y en la Economía, los autores suelen aparecer por orden alfabético. En la mayoría de las demás disciplinas, el orden viene determinado por el nivel de contribución.

Cuando el mérito es mío

Este tipo de conflictos también puede afectar a científicos más veteranos, aunque es menos frecuente. Un físico e investigador principal de una universidad del Reino Unido, que también pidió no ser nombrado, contrató a un investigador postdoctoral para que trabajara en un sensor óptico avanzado necesario para un proyecto de dinámica de fluidos. Se acordó que este investigador sería el primer autor de las publicaciones que cubrían parte del trabajo. Sin embargo, abandonó el grupo antes de completar todas las tareas asignadas. El desacuerdo estalló cuando se le comunicó al postdoctorado que un estudiante que le sustituía sería el primer autor de un trabajo final.

La investigadora principal subraya que no todos los investigadores noveles que piensan que han sido tratados injustamente tienen razón. “Parte del problema se debe a un malentendido por parte de algunos investigadores noveles sobre la parte del proyecto que se realiza antes de que ellos lleguen”, dice. “No estoy diciendo que haya que eliminar de la lista de autores a quien hace la mayor parte de la recopilación de datos, sino que los que construyen los laboratorios, proponen ideas, consiguen financiación, hacen experimentos, forman a otros y supervisan el análisis de los datos y los trabajos finales también merecen reconocimiento”.

Algunos piensan que la clave para reducir las disputas entre autores es utilizar formas más detalladas y transparentes de reconocer las contribuciones a la investigación. Muchas revistas exigen ahora que se revelen las contribuciones de los autores cuando se presentan los artículos. Desde su lanzamiento en 2014, cientos de revistas han adoptado la CRediT (Contributor Roles Taxonomy), un sistema que cuantifica 14 funciones. Las revistas de la marca Nature exigen declaraciones de autoría-contribución desde 2009, y permiten, aunque no obligan, el uso de CRediT. Springer Nature, la editorial de Nature, permite las declaraciones de contribución de los autores, pero no las exige.

“CRediT proporciona más información y transparencia sobre quién ha hecho qué, quién tiene impacto, quién es responsable y rinde cuentas de la investigación”, dice Allen, cofundador del sistema. “Proporciona con más detalle, y de forma más accesible, la información que se suponía que debía estar descrita en una sección de agradecimientos, pero que nunca lo estuvo”.

El informe “Team Science” de la AMS recomendaba que los editores colaboraran con iniciativas como CRediT para desarrollar formas estandarizadas de presentar la información de los colaboradores.

Solucciones a la autoría

Es importante conocer la cultura científica del equipo y cómo se aplican las buenas prácticas en los posibles conflictos profesionales. Comunicar cómo se van a gestionar los créditos y la autoría, al principio del proceso y durante el mismo, es realmente importante. Registrar las responsabilidades asignadas y hacer un seguimiento de quién hace qué, lo que simplifica en gran medida la posterior redacción de secciones detalladas sobre la contribución de los autores a los trabajos de investigación.

Corregir errores

Las correcciones de las listas de autoría sólo se hacen ocasionalmente, y normalmente tras las decisiones de los comités de ética de las universidades. La política de las revistas publicadas por Springer Nature, incluida Nature, es que los editores no se involucran en la investigación o adjudicación de disputas de autoría, y que éstas deben ser resueltas por los investigadores o, en su defecto, por sus instituciones.

Aquellos que agoten todas las vías en sus esfuerzos por corregir los errores de autoría percibidos no deben desesperar. Zeggini afirma que los que creen que han sido injustamente excluidos o relegados de una lista de autores a menudo podrán describir sus contribuciones con más detalle en las solicitudes de empleo y financiación. “Quienes se encuentren en esta situación deben saber que cuando soliciten nuevos puestos de trabajo, es muy importante que destaquen sus contribuciones específicas a los trabajos”, afirma.

No es posible juzgar los méritos de los casos contenciosos con sólo una visión parcial de los hechos. “Una descripción unilateral puede ser correcta, pero hasta que no hayas visto las dos caras de la historia, no puedes emitir un juicio”, dice el físico anónimo. “Yo aconsejaría a la gente que hablara”, dice el biólogo celular. “Si los afectados no dicen nada, ¿cómo se van a resolver problemas en el mundo académico como las disputas de autoría?”.

Plan 2.0 para el acceso abierto: ¿un plan o una nueva ambigüedad?

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...