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viernes, 16 de febrero de 2024

Más deserciones en la editorial WILEY: revista de economía se rebela vs primacía del interés comercial

Publicado en The Geyser
https://www.the-geyser.com/more-woes-for-wiley/?ref=the-geyser-newsletter 



Más problemas para Wiley y para nosotros

Para añadir a sus problemas -una acción en "un patrón de canal descendente" (a downward channel pattern), una marca de AA en la basura (in the trash), y un CEO enviado a la basura- ahora Wiley se ha visto afectada por la dimisión en masa de los editores del Journal of Economic Surveys, una revista altamente selectiva (tasa de aceptación, 13%) fundada en 1987 con un FI 2022 de 5,3.


La queja se ha publicado hoy en Twitter/X (posted on Twitter/X), donde se lee en parte:





La declaración completa está disponible en Word (available in Word).


Wiley, por su parte, se apresuró a publicar un anuncio de empleo en Internet (a job posting online). Es divertido leerlo en este sombrío contexto.


Estos acontecimientos provocaron más acusaciones en un hilo de un blog de filosofía de la Universidad de Chicago (a thread on a philosophy blog out of the University of Chicago), en el que editores, académicos y bibliotecarios se atribuyen culpas y las eluden, olvidando que los financiadores, los gobiernos, los activistas y no pocos estafadores comparten la culpa del lío en el que nos encontramos, en el que prima la cantidad.


¿Qué tan grave es el desastre? Un artículo más sobrio de lo habitual de The Guardian (A more-sober-than-usual article from the Guardian) habla de la actual crisis de credibilidad de la comunicación científica. Uno de los entrevistados se refiere a los mismos problemas que han provocado las dimisiones en el Journal of Economic Surveys:


Si cada vez hay más investigadores a los que se incentiva para que publiquen por el mero hecho de publicar, y cada vez hay más revistas que ganan dinero con la publicación de los artículos resultantes, se produce una tormenta perfecta. Eso es exactamente lo que tenemos ahora.


Todo se reduce a un modelo de negocio alineado con los productores en lugar de con los consumidores, con muchas otras cuestiones -la idea errónea de que la impresión era más cara que la digital, por ejemplo- que conducen a una crisis de credibilidad para la ciencia.


Más concretamente, ha provocado una crisis estratégica para Wiley, una crisis que no hará más que agravarse si la organización sigue caminando sonámbula hacia más iniciativas y tácticas de publicación de AA.


La gente está preocupada. El AA está fracasando. Ha comenzado el juego de las culpas.


La gran pregunta es: "¿Adónde vamos ahora?".


Se lo debemos a la ciencia y a la sociedad para llegar a una buena respuesta rápidamente, y para orientarnos de nuevo hacia un futuro al servicio de los lectores con relevancia y calidad.



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To add to their problems — a stock in “a downward channel pattern,” an OA brand in the trash, and a CEO sent packing — now Wiley has been hit with editors resigning en masse from the Journal of Economic Surveys, a highly selective (acceptance rate, 13%) journal founded in 1987 with a 2022 IF of 5.3.

The complaint was posted on Twitter/X today, reading in part:

The entire statement is available in Word.

Wiley, for its part, was quick to get a job posting online. It’s fun to read given this grim context.

These events triggered more finger-pointing in a thread on a philosophy blog out of the University of Chicago, with publishers, academics, and librarians all assigning and avoiding blame, while forgetting that funders, governments, activists, and more than a few grifters share in the blame for the quantity-first mess we find ourselves in.

How big of a mess? A more-sober-than-usual article from the Guardian talks about the ongoing credibility crisis in science communications. One interviewee hits on the same issues driving the resignations from the Journal of Economic Surveys: 

If you have growing numbers of researchers who are being strongly incentivised to publish just for the sake of publishing, while we have a growing number of journals making money from publishing the resulting articles, you have a perfect storm. That is exactly what we have now.

It all boils down to a business model aligned with producers instead of consumers, with many other issues — the misapprehension that printing was more expensive than digital, for instance — leading to a credibility crisis for science.

More particularly, it has led to a strategic crisis for Wiley, a crisis which will only deepen if the organization continues to sleepwalk into more OA publishing initiatives and tactics.

People are worried. OA is failing. The blame game has started.

The big question is, “Where do we go from here?”

We owe it to science and society to get to a good answer quickly, and to orient once again toward a future serving readers with relevance and quality.


lunes, 12 de febrero de 2024

La relación transformativa entre "publishers" y editores: la autonomía académica académica en juego

 - La creciente comercialización de las revistas "de élite", impulsada ahora por el mercado de acceso abierto financiado por el cobro de APCs, está marginando la autonomía académica al interior de los comités editoriales


- Entérese sobre el conflicto entre la maximización de la rentabildad por parte de los "publishers" y el interés propiamente científico de los propietarios originales de las revistas

-  La cotización del valor de los APC apalancados en indicadores bibliométricos de WoS y Scopus ¿Esta creando revistas "depredadoras" de "cuello blanco"?

- ¿Cuál será el impacto de esta tendencia en las revistas latinoamericanas?



PREPRINT ] "The transformative relation between publishers and editors: academic autonomy at stake
por Fernanda Beigel
fernandabeigel@gmail.com
Instituto de Ciencias Humanas y Ambientales (INCIHUSA-CONICET)
Centro de Estudios de la Circulación del Conocimiento (CECIC-UNCuyo)


Resumen
La edición científica evidencia la persistente voluntad de la academia para dedicar parte de su tiempo a un esfuerzo que frecuentemente se convierte en una tarea ingrata y sujeta a intensas presiones. Alimentada por el desplazamiento del mercado hacia el acceso abierto, la vida diaria de las revistas y editores gira en torno de las demandas de los autores y revisores, la preocupación por la calidad editorial, los riesgos de las prácticas predatorias y la sostenibilidad financiera. Sin embargo, una bisagra importante divide la edición académica en el circuito comercial respecto de las revistas indexadas en otros circuitos de publicación. Para explorar esta bisagra, profundizamos primero en los criterios de evaluación que aplican los sistemas de indexación latinoamericanos, mostrando que la autonomía académica está asegurada por el anclaje del equipo editorial y las instituciones editoras. En segundo lugar, ofrecemos un examen empírico de los directores/editores y las instituciones que editan 1.971 revistas de la región. Destacamos las
diferencias entre revistas comerciales y universitarias, observando
especialmente las revistas de sociedades científicas y la incidencia de los cargos de APC. Se discute la disputa de clasificaciones que está detrás de las publicaciones predatorias, mostrando hasta qué punto replica la creencia en el atraso de las revistas publicadas fuera de Scopus y Web of Science, invisibilizando circuitos de acceso abierto, no comerciales, y de calidad. Mientras tanto, las prácticas comerciales de la industria editorial afectan cada vez más la legitimidad del circuito principal y ponen en peligro la autonomía académica de esas revistas.


Abstract
Academic edition features the persistent willpower of scholars to give part of their time to an endeavor that is frequently a thankless task and subject to intense pressures. Nurtured by the market shift to open access, the daily life of journals and editors revolves around the demands of authors and reviewers, editorial quality, the risks of predatory practices and financial sustainability. However, a major hinge divides academic edition in the commercial circuit from journals indexed in other publishing circuits. To explore this hinge, we first delve into the evaluation criteria applied by the Latin American indexing systems, showing that the academic quality is determined by the anchorage of the editorial team and the publishing institutions. Secondly, we offer an empirical examination of the editors, the publishers, and the structure of 1,971 journals, stressing the differences between diamond and commercial journals, observing editorial teams, publishing institutions, and the incidence of APC charges. Eventually, this paper revisits the dispute of classifications that is behind predatory publishing, showing to what extent it replicates the belief in the backwardness of the journals published outside Scopus and Web of Science, while commercial practices are increasingly affecting the legitimacy of the mainstream circuit.      

miércoles, 22 de marzo de 2023

[preprint] El libro de jugadas de los editores: Breve historia de la obstrucción de la industria editorial a la misión de las bibliotecas

Disponible en Digital Access To Scholarchip At Harvard
https://dash.harvard.edu/handle/1/37374618


The Publisher Playbook: A Brief History of the Publishing Industry’s Obstruction of the Library Mission
 
Citation Courtney, Kyle K. and Juliya Ziskina. 2023. "The Publisher Playbook: A Brief History of the Publishing Industry’s Obstruction of the Library Mission." Pre-print.

Resumen

Las bibliotecas han desarrollado continuamente su capacidad para proporcionar acceso a las colecciones de forma innovadora. Sin embargo, muchos de estos avances en el acceso no se lograron sin superar una gran resistencia y obstrucción por parte de los titulares de derechos y la industria editorial. La lucha por mantener la misión de la biblioteca basada en el acceso y servir al interés público comenzó ya a finales del siglo XIX y continúa en la actualidad. Llamamos a estas tácticas el "libro de jugadas de los editores". Las bibliotecas y sus lectores se han enzarzado habitualmente en largas batallas para defender la capacidad de las bibliotecas de cumplir su misión y servir al bien público. Lo que sigue es un breve repaso de las veces y los métodos en que los editores y los intereses de los titulares de derechos han intentado obstaculizar la misión de las bibliotecas. Este patrón de conducta, tal y como se refleja en los litigios en curso sobre el préstamo digital controlado, no es inesperado y contradice un libro de jugadas histórico por parte de los editores y los titulares de derechos para maximizar sus propios beneficios y el control sobre las necesidades de información del público. Afortunadamente, como se señala en este documento, el Congreso y los tribunales han respaldado históricamente los intentos de las bibliotecas de ampliar el acceso a la información en beneficio del público.

Condiciones de uso Este artículo está disponible bajo los términos y condiciones aplicables a Otro material publicado, tal y como se establece en http://nrs.harvard.edu/urn-3:HUL.InstRepos:dash.current.terms-of-use#LAA.


******************************************
Libraries have continuously evolved their ability to provide access to collections in innovative ways. Many of these advancements in access, however, were not achieved without overcoming serious resistance and obstruction from the rightsholder and publishing industry. The struggle to maintain the library’s access-based mission and serve the public interest began as early as the late 1800s and continues through today. We call these tactics the "publishers' playbook." Libraries and their readers have routinely engaged in lengthy battles to defend the ability for libraries to fulfill their mission and serve the public good. The following is a brief review of the times and methods that publishers and rightsholder interests have attempted to hinder the library mission. This pattern of conduct, as reflected in ongoing controlled digital lending litigation, is not unexpected and belies a historical playbook on the part of publishers and rightsholders to maximize their own profits and control over the public’s informational needs. Thankfully, as outlined in this paper, Congress and the courts have historically upheld libraries’ attempts to expand access to information for the public’s benefit.
Terms of Use This article is made available under the terms and conditions applicable to Other Posted Material, as set forth at http://nrs.harvard.edu/urn-3:HUL.InstRepos:dash.current.terms-of-use#LAA

miércoles, 15 de marzo de 2023

Bloquea la industria estudios sobre daños a la salud por transgénicos y glifosato: expertos

Publicado en La Jornada
https://www.jornada.com.mx/2023/03/13/economia/021n1eco


Pese a evidencias, hacen investigaciones a modo

Bloquea la industria estudios sobre daños a la salud por transgénicos y glifosato: expertos


Braulio Carbajal
 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de marzo de 2023, p. 21

En la última década, científicos y organismos internacionales han presentado investigaciones sobre las afectaciones del maíz transgénico y agroquímicos como el glifosato en la salud humana, las cuales han sido minimizados y hasta bloqueadas por los grandes corporativos agroindustriales, mismos que presentan sus propios estudios bajo parámetros que no son suficientes para establecer si provocan o no afectaciones a la salud, advierten especialistas.

El caso más evidente, explica Silvia Ribeiro, directora para América Latina del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC), es la investigación que hizo el profesor Gilles-Eric Séralini, publicada en 2012 en la revista Food and Chemical Toxicology, la cual concluye que el herbicida Roundup y un maíz transgénico, ambos propiedad de Monsanto, provocaban tumores y enfermedades.

EU presiona a México para retirar un decreto

Actualmente, Estados Unidos presiona a México para retirar un decreto con el cual el país prohíbe la importación y uso de maíz transgénico para consumo humano, es decir, en la cadena masa-tortilla, quedando libre para forraje (alimento para ganado) y uso industrial.

Después de la publicación de esa investigación en 2012, Monsanto –la productora de agroquímicos más grande del mundo– emprendió una campaña para desacreditar la investigación, al grado de que la revista que la publicó originalmente la retiró de su sitio. Dos años después el científico refutó los señalamientos y la investigación volvió a ser publicada en la revista académica Environmental Sciences Europe.

La importancia de este estudio es que muestra realmente cuáles son los impactos del maíz transgénico a la salud; sin embargo, no es el único, pues hay otros, como por ejemplo en Argentina, que informan con datos científicos todo el impacto negativo del glifosato en la salud humana; además, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología cuenta con más de mil estudios sobre las afectaciones de dicho herbicida, resaltó Ribeiro.

En este sitio de Internet del organismo sin fines de lucro GM Watch (https://bit.ly/3LiJRUB) se encuentran decenas de investigaciones tanto de científicos como de organismos internacionales sobre las afectaciones del maíz transgénico y agrotóxicos en la salud humana y medio ambiente.

Desarrollo de tumores, entre las afectaciones

La directora del Grupo ETC explicó que la investigación de Séralini se basó en la observación de ratones que durante toda su vida (dos años) comieron maíz transgénico, dando como resultado el desarrollo de tumores y problemas en sus órganos, lo que sembró a la industria y ocasionó una caza de brujas contra el científico y la revista que lo publicó.

La especialista destacó que la importancia de este trabajo radica en su longitud, pues los estudios que hacen las grandes empresas como Monsanto y que entregan a las agencias reguladoras para asegurar que sus productos no son dañinos, son menores a tres meses, cuando dicha investigación comprueba que los perjuicios se comienzan a manifestar a partir de los cuatro meses de estar expuestos a los transgénicos.

En 2016, una investigación de un grupo de ingenieros genéticos, en colaboración con GMO Myths and Truths, después de revisar mil 700 estudios de cabilderos a favor del uso de transgénicos, concluyó que muchos de ellos muestran evidencia de riesgo para la salud humana .

De hecho, se señala en la investigación, “un análisis de laboratorio en células humanas muestra que niveles muy bajos de glifosato (el ingrediente químico principal del herbicida Roundup, que la mayoría de los cultivos transgénicos están diseñados para tolerar) imitaron la hormona estrógeno y estimularon el crecimiento de células de cáncer de mama… Los cultivos y alimentos genéticamente modificados no son seguros ni necesarios para alimentar al mundo”.

Otro estudio del Center For Food Safety expone seis preocupaciones potenciales sobre la salud humana a consecuencia del consumo de alimentos transgénicos: toxicidad, reacciones alérgicas, resistencia a los antibióticos, inmunosupresión (debilitamiento del sistema inmunitario y de su capacidad para combatir infecciones y otras enfermedades), cáncer y pérdida de nutrición.

jueves, 24 de marzo de 2022

ELSEVIER : en conflicto de interés con industria petrolera

Publicado en The Guardian
https://www.theguardian.com/environment/2022/feb/24/elsevier-publishing-climate-science-fossil-fuels 


Revelado: la principal editorial de investigación climática ayuda a alimentar las perforaciones de petróleo y gas

El trabajo de Elsevier con las empresas de combustibles fósiles "nos arrastra hacia el desastre", dice un investigador del clima

Los científicos que trabajan con una de las mayores editoriales de investigación sobre el clima del mundo afirman estar cada vez más alarmados por el hecho de que la empresa trabaje con la industria de los combustibles fósiles para ayudar a aumentar las perforaciones de petróleo y gas, según revela The Guardian.

Elsevier, una empresa holandesa que está detrás de muchas revistas científicas de renombre, como Lancet y Global Environmental Change, es también uno de los principales editores de libros destinados a ampliar la producción de combustibles fósiles.

Durante más de una década, la empresa ha apoyado los esfuerzos de la industria energética para optimizar la extracción de petróleo y gas. Encarga a autores, editores y miembros del consejo asesor de la revista que sean empleados de las principales empresas petroleras. Elsevier también comercializa algunos de sus portales de investigación y servicios de datos directamente a la industria del petróleo y el gas para ayudar a "aumentar las probabilidades de éxito de la exploración".

Varios antiguos y actuales empleados afirman que, desde hace un año, decenas de trabajadores se han manifestado internamente y en ayuntamientos de toda la empresa para instar a Elsevier a reconsiderar su relación con la industria de los combustibles fósiles.

"Cuando empecé, oí hablar mucho de los compromisos climáticos de la empresa", dijo un antiguo editor de revistas de Elsevier que accedió a hablar bajo condición de anonimato. 

"Con el tiempo me di cuenta de que todo era marketing, lo que es realmente molesto porque Elsevier ha publicado toda la investigación que necesita para saber exactamente qué hacer si quiere marcar una diferencia significativa".

Lo que hace que los vínculos de Elsevier con la industria de los combustibles fósiles sean especialmente alarmantes para sus críticos es que es una de las pocas empresas que publican investigaciones sobre el clima revisadas por expertos. Los científicos y académicos dicen que les preocupa que los intereses comerciales conflictivos de Elsevier puedan socavar su trabajo. 

Varios antiguos y actuales empleados afirman que, desde hace un año, decenas de trabajadores se han manifestado internamente y en ayuntamientos de toda la empresa para instar a Elsevier a reconsiderar su relación con la industria de los combustibles fósiles.

"Cuando empecé, oí hablar mucho de los compromisos climáticos de la empresa", dijo un antiguo editor de revistas de Elsevier que accedió a hablar bajo condición de anonimato. 

"Con el tiempo me di cuenta de que todo era marketing, lo que es realmente molesto porque Elsevier ha publicado toda la investigación que necesita para saber exactamente qué hacer si quiere marcar una diferencia significativa".

Lo que hace que los vínculos de Elsevier con la industria de los combustibles fósiles sean especialmente alarmantes para sus críticos es que es una de las pocas empresas que publican investigaciones sobre el clima revisadas por expertos. Los científicos y académicos dicen que les preocupa que los intereses comerciales conflictivos de Elsevier puedan socavar su trabajo. 

"Reconocemos que somos imperfectos y que tenemos que hacer más, pero eso no debe anular todo el increíble trabajo que hemos realizado en los últimos 15 años", declaró a The Guardian Márcia Balisciano, jefa global fundadora de responsabilidad corporativa de RELX.

De las más de 2.000 revistas académicas que publica Elsevier, sólo siete son específicas de la extracción de combustibles fósiles (14 si se cuentan las publicaciones especiales y las filiales). Entre esas revistas se encuentran Upstream Oil and Gas Technology, cuyo redactor jefe trabaja para Shell, y Unconventional Resources, dirigida por un investigador de Chevron. También dirige una editorial subsidiaria, Gulf Publishing, que incluye títulos como The Shale Oil and Gas Handbook y Strategies for Optimizing Petroleum Exploration.

Elsevier también ofrece servicios de consultoría a clientes corporativos. Desde hace 12 años, comercializa una herramienta llamada Geofacets para las empresas de combustibles fósiles. Geofacets combina miles de mapas y estudios para facilitar la búsqueda y el acceso a las reservas de petróleo y gas, además de la ubicación de parques eólicos o instalaciones de almacenamiento de carbono.

La empresa afirma que la herramienta reduce el tiempo de investigación en un 50% y ayuda a identificar "zonas más arriesgadas y remotas que antes eran inaccesibles".  

Sin embargo, los principales científicos del clima, incluidos los que publican en las propias revistas de Elsevier, afirman que debe ocurrir justo lo contrario para evitar una catástrofe climática. Limitar el calentamiento a 1,5C o menos requiere una disminución mundial de la producción de combustibles fósiles con más del 80% de todas las reservas probadas en el suelo.

"No vamos a comentar las prácticas de las empresas individuales, pero cualquier acción que apoye activamente la expansión del desarrollo de los combustibles fósiles es realmente incompatible" con los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, dijo Sherri Aldis, subdirectora en funciones del departamento de comunicaciones globales de la ONU.

RELX es una empresa asombrosamente rentable, con unos ingresos anuales que superan los 9.800 millones de dólares, un tercio de los cuales son aportados por Elsevier. Balisciano subraya que el contenido de los combustibles fósiles representa menos del 1% de los ingresos editoriales de Elsevier, y menos de la mitad de los ingresos de Geofacets, que a su vez representa sólo un 2% de los beneficios de Elsevier.

RELX y Elsevier afirman que la mayor parte de su trabajo apoya y permite una transición energética mediante publicaciones centradas en la energía limpia. "No queremos trazar una línea binaria y no creemos que se pueda pulsar un interruptor, pero hemos reducido nuestra participación en las actividades relacionadas con los combustibles fósiles al tiempo que hemos aumentado la cantidad de investigaciones que publicamos sobre el clima y la energía limpia", dijo Esra Erkal, vicepresidenta ejecutiva de comunicaciones de Elsevier.

Elsevier no es la única empresa que mantiene relaciones tanto con los investigadores del clima como con los ejecutivos de los combustibles fósiles. Otros muchos editores de investigaciones climáticas revisadas por pares han firmado el Pacto de Editores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, al tiempo que se han asociado con la industria del petróleo y el gas de diversas maneras.

La editorial británica Taylor & Francis, por ejemplo, firmó el compromiso de la ONU y publicó sus propios compromisos de cero emisiones, al tiempo que promocionaba su asociación editorial con el "líder de la industria" ExxonMobil, la empresa petrolera más vinculada al obstruccionismo sobre el clima en la conciencia pública. Otra de las principales editoriales sobre el clima, Wiley, también se adhirió al pacto de sostenibilidad al tiempo que publicaba múltiples libros y revistas destinados a ayudar a la industria a encontrar y perforar más petróleo y gas.

"Es problemático", dijo la Dra. Kimberly Nicholas, profesora asociada de Ciencias de la Sostenibilidad en la Universidad de Lund (Suecia), y señaló que, aunque el lavado verde de las empresas está muy extendido en muchos sectores, los editores de investigaciones climáticas revisadas por expertos tienen una responsabilidad única. 

"Si el mismo editor que publica los documentos que demuestran que no podemos quemar más combustibles fósiles y mantenernos dentro de este presupuesto de carbono también está ayudando a la industria de los combustibles fósiles a hacer precisamente eso, ¿qué hace esto a toda la premisa de validez en torno a la investigación del clima? Eso es lo más preocupante de estos conflictos", dijo.

Ben Franta, investigador de la Universidad de Stanford que también ha publicado estudios en revistas de Elsevier, señala que la relación de la editorial con las empresas petroleras es un indicio de lo entrelazada que está la industria con muchos otros aspectos de la sociedad.

"Todo esto sucede sin que el público en general lo sepa, y opera para afianzar la industria", dijo. "Para llevar a cabo una rápida sustitución de los combustibles fósiles, creo que estos enredos tendrán que ser expuestos y reformados".

Elsevier, por su parte, destaca el papel de la independencia editorial. "No queremos decir a los editores de revistas lo que pueden y no pueden publicar", dijo Balisciano. Sin embargo, estos conflictos suelen poner a los investigadores en una situación difícil de sortear.

James Dyke, director adjunto del Instituto de Sistemas Globales de la Universidad de Exeter, se mostró sorprendido de que Elsevier se empeñara en contradecir a los investigadores del clima de esta manera.

"Es difícil de creer que una empresa que publica investigaciones sobre los peligros de la crisis climática y ecológica sea la misma que trabaja activamente con las empresas petroleras y de gas para extraer más combustibles fósiles, lo que nos arrastra hacia el desastre", dijo.

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Revealed: leading climate research publisher helps fuel oil and gas drilling

Elsevier’s work with fossil fuel companies ‘drags us towards disaster’, climate researcher says

Scientists working with one of the world’s largest climate research publishers say they’re increasingly alarmed that the company works with the fossil fuel industry to help increase oil and gas drilling, the Guardian can reveal.

Elsevier, a Dutch company behind many renowned peer-reviewed scientific journals, including the Lancet and Global Environmental Change, is also one of the top publishers of books aimed at expanding fossil fuel production.

For more than a decade, the company has supported the energy industry’s efforts to optimize oil and gas extraction. It commissions authors, editors and journal advisory board members who are employees at top oil firms. Elsevier also markets some of its research portals and data services directly to the oil and gas industry to help “increase the odds of exploration success”.

Several former and current employees say that for the past year, dozens of workers have spoken out internally and at company-wide town halls to urge Elsevier to reconsider its relationship with the fossil fuel industry.

“When I first started, I heard a lot about the company’s climate commitments,” said a former Elsevier journal editor who agreed to speak on condition of anonymity. “Eventually I just realized it was all marketing, which is really upsetting because Elsevier has published all the research it needs to know exactly what to do if it wants to make a meaningful difference.”

What makes Elsevier’s ties to the fossil fuel industry particularly alarming to its critics is that it is one of a handful of companies that publish peer-reviewed climate research. Scientists and academics say they’re concerned that Elsevier’s conflicting business interests risk undermining their work. 

Julia Steinberger, a social ecologist and ecological economist at the Université de Lausanne who has published studies in several Elsevier journals, said she was shocked to hear that the company took an active role in expanding fossil fuel extraction.

“Elsevier is the publisher of some of the most important journals in the environmental space,” she said. “They cannot claim ignorance of the facts of climate change and the urgent necessity to move away from fossil fuels.”

She added: “Their business model seems to be to profit from publishing climate and energy science, while disregarding the most basic fact of climate action: the urgent need to move away from fossil fuels.”

Elsevier and its parent company, RELX, say they are committed to supporting the fossil fuel industry as it transitions toward clean energy. And while Elsevier has emerged as an industry leader with its own climate pledges, a spokesperson for the company said they are not prepared to draw a line between the transition away from fossil fuels and the expansion of oil and gas extraction. She voiced concern about publishers boycotting or “canceling” oil and gas firms. 

“We recognize that we are imperfect and we have to do more, but that shouldn’t negate all of the amazing work we have done over the past 15 years,” Márcia Balisciano, founding global head of corporate responsibility at RELX, told the Guardian.

Of the more than 2,000 scholarly journals that Elsevier publishes, only seven are specific to fossil fuel extraction (14 if you count special publications and subsidiaries). Those journals include Upstream Oil and Gas Technology, the editor-in-chief of which works for Shell, and Unconventional Resources, which is edited by a Chevron researcher. It also runs a subsidiary book publisher, Gulf Publishing, which includes titles such as The Shale Oil and Gas Handbook and Strategies for Optimizing Petroleum Exploration.

Elsevier also provides consultancy services to corporate clients. For the past 12 years, it has marketed a tool called Geofacets to fossil fuel companies. Geofacets combines thousands of maps and studies to make it easier to find and access oil and gas reserves, in addition to locations for wind farms or carbon storage facilities. 


The company claims the tool cuts research time by 50% and helps identify “riskier, more remote areas that had previously been inaccessible”.  

Top climate scientists, including those published in Elsevier’s own journals, however, say just the opposite must happen in order to avert a climate catastrophe. Limiting warming to 1.5C or less requires a worldwide decrease in fossil fuel production with more than 80% of all proven reserves left in the ground.

“We will not comment on the practices of individual companies, but any actions actively supporting the expansion of fossil fuel development are indeed inconsistent” with the United Nations’ sustainable development goals, said Sherri Aldis, acting deputy director for the UN department of global communications.

RELX is an astoundingly profitable company, with annual revenues topping $9.8bn, about a third of which are brought in by Elsevier. Balisciano emphasizes that fossil fuel content represents less than 1% of Elsevier’s publishing revenue, and less than half of Geofacets’ revenue, which itself represents only about 2% of Elsevier’s earnings.  

RELX and Elsevier say the bulk of their work supports and enables an energy transition via publications centered on clean energy. “We don’t want to draw a binary and we don’t think you can just flip a switch, but we have been reducing our involvement with fossil fuel activities while increasing the amount of research we publish on climate and clean energy,” said Esra Erkal, executive vice president of communications at Elsevier.

Elsevier is not alone in navigating relationships with both climate researchers and fossil fuel executives. Multiple other publishers of peer-reviewed climate research have signed on to the UN’s Sustainable Development Goals Publishers Compact while also partnering with the oil and gas industry in various ways.


The UK-based publisher Taylor & Francis, for example, signed the UN pledge and released its own net-zero commitments while also touting its publishing partnership with “industry leader” ExxonMobil, the oil company most linked to obstructionism on climate in the public consciousness. Another top climate publisher, Wiley, also signed on to the sustainability compact while publishing multiple books and journals aimed at helping the industry find and drill for more oil and gas.

“It’s problematic,” said Dr Kimberly Nicholas, associate professor of sustainability science at Lund University in Sweden, noting that while corporate greenwashing is rampant across multiple industries, the publishers of peer-reviewed climate research have a unique responsibility. 

“If the same publisher putting out the papers that show definitively we can’t burn any more fossil fuels and stay within this carbon budget is also helping the fossil fuel industry do just that, what does that do to the whole premise of validity around the climate research? That is what’s deeply concerning about these conflicts,” she said.

Ben Franta, a researcher at Stanford University who has also published studies in Elsevier journals, notes that the publisher’s relationship with oil firms is indicative of just how entwined that industry is with so many other aspects of society.

“This all happens without the broader public knowing, and it operates to entrench the industry,” he said. “To effect a rapid replacement of fossil fuels, I believe these entanglements will need to be exposed and reformed.”

Elsevier, for its part, emphasizes the role of editorial independence. “We wouldn’t want to tell journal editors what they can and can’t publish,” Balisciano said. However, such conflicts often place researchers in a tough position to navigate.

James Dyke, assistant director of the Global Systems Institute at the University of Exeter, was surprised that Elsevier would be working to contradict climate researchers in this way.

“It’s hard to believe that a company that publishes research about the dangers of the climate and ecological crises is the very same company that actively works with oil and gas companies to extract more fossil fuels, which drags us towards disaster,” he said.


Plan 2.0 para el acceso abierto: ¿un plan o una nueva ambigüedad?

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...