Mostrando entradas con la etiqueta Historia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Historia. Mostrar todas las entradas

miércoles, 27 de septiembre de 2023

LIBRO: We So Loved Open Access [ historia del acceso abierto y de SciELO ]

 Disponible en: https://25.scielo.org/en/we-so-loved-open-access/


Sinopsis
El Programa SciELO se creó a finales de la década de 1990, cuando la idea del libre acceso a los contenidos académicos comenzó a cobrar impulso, incluso antes de que se hubiera acuñado el término "acceso abierto". En aquella época, el acceso a las publicaciones académicas era limitado y costoso, restringido a las bibliotecas universitarias y a las colecciones a las que estaban suscritas. Con la aparición de la World Wide Web, el acceso electrónico a la información académica se hizo prácticamente posible, permitiendo una difusión más amplia y rápida de las publicaciones científicas. Sin embargo, el sistema de publicación de acceso restringido seguía dominando. En este libro se exploran los orígenes y la evolución del movimiento de acceso abierto desde la perspectiva de personas que participaron activamente. Estos pioneros del acceso abierto compartieron sus experiencias, éxitos, colaboraciones y visiones para el futuro con motivo del 25 aniversario de SciELO. El libro rinde homenaje a sus esfuerzos pioneros y al papel crucial desempeñado por SciELO en el apoyo al acceso abierto y en la visibilidad de regiones del mundo que anteriormente estaban subrepresentadas en la comunicación académica global. Esta celebración demuestra cómo SciELO colocó firmemente estas regiones en el mapa de la comunicación académica mundial y contribuyó a fortalecer el movimiento de acceso abierto a lo largo de su exitosa trayectoria.




Coordinator: Jan Velterop
Editor: Leila Posenato Garcia
Authors: Abel Packer; Peter Suber; Robert Kiley; Rob Terry; Ginny Barbour; Martin Paul Eve; Melissa Hagemann; Subbiah Arunachalam; Bernard Rentier; David Prosser; Hélène Bosc; Susan Veldsman; John Willinsky; Dominique Babini; Jan Velterop
Year: 2023
ISBN: 978-65-993452-6-5


Synopsis

The SciELO Program was created in the late 1990s when the idea of 
free access to scholarly content began to gain momentum, even before
the term “open access” had been coined. At that time, access to
academic publications was limited and costly, restricted to university
libraries
and the collections they subscribed to. With the emergence of the
World Wide Web, electronic access to academic information became
practically possible, allowing for wider and faster dissemination of
scientific publications. However, the restricted access publishing system
still dominated. In this book, the origins and evolution of the open
access movement are explored from the perspective of individuals
who actively participated. These pioneers of open access shared
their experiences, successes, collaborations, and visions for the future
on the occasion of SciELO’s 25th anniversary. The book pays tribute
to their pioneering efforts and the crucial role played by SciELO
in supporting open access and spotlighting regions of the world that were
previously underrepresented in global academic communication.
This celebration demonstrates how SciELO firmly placed these
regions on the map of global academic communication and
contributed to strengthening the open access movement throughout
its successful journey. 

Table of Contents

Front Matter / Elementos Pré-textuais / Páginas Iniciales


Foreword 


The Journey of SciELO’s 25 years: reality beyond utopia and illusion


Fast and slow at the same time

Supporting Open Access for 20 years: Five issues that have slowed the
transition to full and immediate OA


Research is born free but everywhere is in chains….
(apologies to Rousseau)


The power and importance of open access


“The guy who bangs on about open access”


Reflections on the Development of the Open Access Movement


Open Access in India: A long way to go and miles before we sleep 


Liège, a cradle of academic Open Access voluntarism


Publication Equity: a neglected aspect of open access?


My Open Access librarian’s story


Sivulile – “We are Open” – in South Africa


Reflections on twenty-five years of the Public Knowledge Project


The movement towards open access and open science
in Latin America: the view from CLACSO


Open Access, an inevitable evolution to fit a fundamentally changed
environment

miércoles, 13 de septiembre de 2023

Histpria de la piratería editorial y las modernas revistas depredadoras

Publicado en Blok de Bid
https://www.ub.edu/blokdebid/es/node/1291




De piratas y predadores editoriales

Ángel Borrego el Miércoles 13 septiembre, 2023 

Versión para impresión

Ángel Borrego
Facultat d’Informació i Mitjans Audiovisuals
Universitat de Barcelona (UB)


Morriello, Rossana (2022). Dalla pirateria dei libri all’editoria predatoria: un percorso tra storia della stampa ed etica della comunicazione scientifica. Milano: Ledizioni. 158 p. (Editoria: passato, presente e futuro). Disponible en: <https://www.ledizioni.it/checkout/order-received/55043/?key=wc_order_c2rGKG5HeyWlF>. ISBN 978-88-5526-804-2. [Consulta: 29/08/2023].



En los últimos meses, diversos medios de comunicación han publicado noticias sobre comportamientos deshonestos de investigadores al publicar resultados científicos (véase, por ejemplo, las publicadas en El País o elDiario.es). A pesar de tratarse de un tema de actualidad, el plagio o la falsificación de datos no son conductas nuevas y se pueden documentar casos desde los inicios de la ciencia moderna aunque, probablemente, se han exacerbado como consecuencia de unos criterios de evaluación científica centrados de manera casi exclusiva en la medición cuantitativa de la producción de los investigadores.

La ética de la comunicación científica constituye el núcleo de la monografía de Rossana Morriello. A este tema dedica la autora el segundo apartado de su obra. Este capítulo central viene precedido de otro sobre la piratería y tiene como continuación un tercero sobre las editoriales predadoras. Los tres capítulos conforman una obra con una orientación eminentemente histórica, con profusión de ejemplos que ilustran las explicaciones de la autora.

Morriello sitúa el origen de la piratería editorial en la Inglaterra del siglo XVII, justamente el lugar y el momento donde se regulan por primera vez los derechos patrimoniales emanados de la propiedad intelectual, es decir, el copyright. El gremio de editores e impresores ingleses, la Stationers’ Company, gozaba del monopolio en la producción de libros que aseguraba al miembro que registraba la propiedad de un texto que nadie más pudiera publicarlo. Esta protección se percibía en ocasiones como una limitación a la difusión de las ideas políticas, lo que otorgaba a la piratería editorial una cierta aura de defensa de la libertad de imprenta que no ha perdido completamente. La autora hace un repaso de la evolución legislativa en el Reino Unido, Francia, Italia y los Estados Unidos que ilustra el aumento de la piratería a medida que se incrementa la industrialización de la imprenta. El capítulo finaliza mostrando cómo este debate ha llegado a la edición de revistas científicas, donde el interés de los investigadores por difundir los resultados de la investigación ha llevado a la proliferación de repositorios como Sci-Hub que tienen por objetivo la difusión ilegal de artículos científicos.

El segundo capítulo de la monografía se centra, también desde una perspectiva histórica, en la ética de la comunicación científica. La autora comienza trazando una línea divisoria entre el error y la mala praxis científica en función de la intencionalidad del investigador. Morriello hace un repaso de ejemplos de fabricación y falsificación de datos en economía, medicina o química, mostrando que ninguna disciplina está exenta de este tipo de malas prácticas. Un apartado del capítulo trata de comportamientos deshonestos relacionados con la autoría, como los «autores fantasma» (que han participado en el desarrollo de un estudio pero no figuran entre sus responsables) o la autoría honorífica (la inclusión de autores que no han hecho ninguna aportación al trabajo). A continuación, se analizan las tres principales causas de la retractación de artículos de autores italianos: la manipulación de datos, la manipulación de imágenes y el plagio. El capítulo finaliza con la discusión de los efectos de estas malas prácticas sobre el elemento esencial de la ciencia: la reproductibilidad de los estudios científicos.

El tercer y último capítulo de la obra aborda el problema de las revistas científicas predadoras, aquellas que cobran a los autores tasas de edición por la publicación de artículos sin comprobar su calidad y sin proporcionar ningún tipo de servicio editorial. En el texto, se ofrecen consejos para la identificación de estas revistas. Otros apartados del capítulo se dedican a fenómenos como los paper mills (organizaciones dedicadas a la producción de artículos falsos para vender la autoría) y los artículos zombies (artículos retractados pero que se continúan citando como legítimos). El último apartado hace algunas reflexiones sobre posibles intervenciones para enmendar estas malas prácticas científicas.

En conclusión, se trata de una obra atractiva que resultará especialmente útil a lectores interesados en tener una perspectiva histórica de la propiedad intelectual y la ética en el mundo académico. Se trata de un trabajo muy documentado, con múltiples ejemplos que hacen amena la lectura. Quizás se encuentra a faltar una mejor categorización de las conductas descritas y una reflexión más profunda sobre sus causas y posibles soluciones.

Nota. Esta reseña se publica simultáneamente con el Blog de l’Escola de Llibreria. 


lunes, 24 de julio de 2023

El escabroso sistema de la publicación científica

Publicado en La Voz
https://www.lavoz.com.ar/numero-cero/el-escabroso-sistema-de-la-publicacion-cientifica/


El escabroso sistema de la publicación científica

En ciencias, la presión por “publicar o perecer” es creciente,
así como el interés económico de empresas editoriales.
Una realidad que enfrenta la paradoja del enorme número
de publicaciones.


Roberto Rovasio

domingo, 23 de julio de 202300:01

Los ancianos de la prehistoria relataban sus saberes alrededor de la hoguera, luego los grabarían en piedra o en pergamino, después los difundirían en ateneos, academias o ágoras, hasta su estampado en nacientes libros.

En tiempos remotos, la comunicación académica ‒inherente al método científico‒ inició con mensajes en la République des Lettres, luego mediante pioneras sociedades científicas como la Accademia Nazionale dei Lincei de Roma en 1603, y finalmente con medios gráficos como el Journal des Sçavans de París y el Philosophical Transactions de Londres en 1665.

Los científicos no siempre escribieron en lenguaje claro, a veces para escapar de censores e inquisidores. Pero luego del oscuro medioevo, los nuevos conocimientos se publicitaron buscando apoyo para las ideas y mecenas que las sostuvieran.

En 1752, Philosophical Transactions comenzó a supervisar sus artículos científicos y la redundancia de descubrimientos en trabajos sobre el mismo tema llevaron a disputas de prioridad que impusieron la cita de referencias bibliográficas sobre la materia publicada.

La evaluación por pares (peer review) recién se generalizó en el siglo 20, cuando se avanzó rápido en la organización de los artículos, normas de publicación y procesos de edición, tutelados por la tecnología. Pronto, grandes empresas editoriales se convirtieron en guardianes fácticos de la ciencia. Desde allí, buena o mala, es historia reciente.

PUBLICACIONES DE CALIDAD O NEGOCIOS

Un axioma de la ciencia moderna establece que publicar resultados de investigaciones cumple con postulados esenciales del quehacer científico, permitiendo informar y confirmar (o no) un hallazgo o descubrimiento.

En ciencias, la presión por “publicar o perecer” (publish or perish) es creciente, así como el interés económico de empresas editoriales. Una realidad que enfrenta la paradoja del enorme número de publicaciones, lo que excede la capacidad de leerlas. Como consecuencia, muchos científicos subestiman la literatura anterior a las publicaciones de los últimos años.

En el recurrente tema de la publicación científica ‒encorsetado en el vigente neoliberalismo‒, muchas editoriales científicas tradicionales se transformaron en empresas oligopólicas, con dudosas normas de selección, exacerbada bibliometría y renovados “índices de calidad” que presionan al investigador a publicar “como sea”, más que a responder preguntas inteligentes con enfoques originales. Una carrera contrarreloj para llegar, frecuentemente, a ninguna parte.

En la región latinoamericana, consecuente con el Primer Mundo, se instaló en estudiantes, profesores y funcionarios que la única opción del científico “exitoso” es publicar en NatureCell o Science. No obstante, pocos satisfacen el glamour del “club editorial internacional”, aun pagando más de U$S 10 mil de “costo por procesar el manuscrito”.

Como señaló el premio nobel Randy Schekman: “Los exclusivos y lujosos journals privilegian artículos impactantes más que la buena ciencia, y los gobiernos ofrecen incentivos monetarios que distorsionan la ciencia, así como la promesa de beneficios distorsionan el sistema financiero”. Y reiterando las fake news científicas, se crean burbujas en temas de moda, desalentando trabajos sobre problemas básicos de la sociedad.

LA HUMILLADA PUBLICACIÓN CIENTÍFICA

El escenario de la comunicación científica global se basa en tres pilares:


  1. El manejo político de Vannevar Bush (1890-1974), hábil administrador estadounidense, supervisor de investigación y desarrollo militar.
  2. La negociación de Robert Maxwell (1923-1991), turbio y fraudulento empresario del imperio editorial Pergamon Press.
  3. La habilidad para operar datos de Eugene Garfield (1925-2017), fundador del Instituto de Información Científica, creador del Current Contents y el Science Citation Index (hoy Web of Science), para automatizar y acelerar la búsqueda de información, e inventor del Impact Factor como sistema para evaluar (cuantificar) publicaciones.

Maxwell fue pionero al percibir la rentabilidad de la publicación científica, convenció a editores y llevó las seis revistas editadas por Pergamon en 1951 a más de 700 en los años 1980.

El primer paso de Garfield fue construir una base de datos con referencias de 600 revistas científicas en 1963, que duplicó en tres años y definió el concepto académico de “buena reputación en revistas internacionales”.

Quizás no fue intención de Garfield que las universidades, académicos, editores y científicos usaran el Science Citation Index para competir ‒él mismo hizo su autocrítica poco antes de morir‒, pero su método permitió clasificar artículos, revistas (y científicos) en función del Factor de Impacto. Había creado una herramienta para el peligroso juego académico e institucional que modeló el actual escenario de la investigación estratificada y desigual.

Hoy existen más de 100 mil revistas académicas en el planeta, dominadas por cuatro empresas multinacionales: Springer Nature, Elsevier, Wiley-Blackwell y Taylor and Francis, con dos mil revistas cada una, más del 70% de ciencias sociales y del 50% de ciencias naturales.

En los años 1990, la tecnología digital prometió igualdad, democratización y abaratamiento en publicaciones científicas. Una falacia seguida por un modelo económico de mercado y máxima ganancia empresarial. Las “marcas” de revistas de elite se convirtieron en herramientas de marketing, y donde antes había un The Lancet, ahora hay 22 revistas con la marca Lancet.

La expansión de Springer-Nature significó un aumento a 30 revistas con Nature en su título. Además, la selección de artículos de una marca “madre” permite enviar artículos no aceptados a otras revistas de la misma marca. Algo así como segundas y terceras marcas del supermercado.

El modelo actual de publicación científica empresarial necesita un crecimiento constante, conocida táctica neoliberal de “huir hacia adelante”, ya sea publicando más en cada volumen, editando más números especiales o lanzando más revistas. Al mismo tiempo, los comités editoriales, antes ocupados por prestigiosos científicos de carrera, fueron colonizados por administradores de empresas y por especialistas en marketing. Y las editoriales que no entran en ese juego sucumben.

¿QUÉ QUEDA PARA EL JOVEN APRENDIZ DE CIENTÍFICO?

Para el novato protocientífico, la exigencia de aceleración y productividad se convierte en estrategias de supervivencia, presionado hasta el “canibalismo académico”, mientras las universidades compiten por estudiantes, lo incitan a publicar con incentivos monetarios y condicionan su promoción, tergiversando la práctica basada en la genuina calidad del trabajo.

La actual estratificación del sistema científico y el acelerado ciclo de publicación impone al investigador en formación publicar rápido y privilegiar el calendario al cuaderno de experimentos, para mantenerse visibles, acceder a posiciones y ganar promociones. Una opción es comprar autorías o acceder a medios que ayuden al proceso, y la reciente aplicación de inteligencia artificial Chat-GPT ya es vista como solución.

Pero la cantidad de artículos retractados (retirados luego de ser publicados, por errores groseros, fraude o plagio) aumenta en forma alarmante, con sus autores atrapados en la “carrera armamentista” de integridad y tecnología.

EN EL SUR GLOBAL

La desigualdad en la representación geográfica de revistas científicas ‒señalada hace más de 50 años‒ hoy se fortalece por el modelo de negocios editoriales, y pese al llamado para descolonizar publicaciones en “acceso abierto” y promover la “bibliodiversidad”, el mercantilismo editorial ensombrece las publicaciones académicas del Sur Global. Así, de las 2.200 revistas publicadas en África subsahariana, sólo el 7,5% están indexadas en Web of Science.

No es mejor el panorama en el Caribe y el Sur Americano, mostrando hasta qué punto esos índices invisibilizan el conocimiento de la investigación del Tercer Mundo.

Lejos de ayudar a descolonizar el ecosistema editorial, el modelo de “ciencia abierta” se incorporó al dominio de editoriales comerciales, convirtiéndose en un espacio politizado y disputado. Al mismo tiempo, margina a los investigadores que trabajan en sistemas de investigación con escasos recursos e incorporan la aceleración y el productivismo como estrategias de supervivencia en la periferia académica.

Como contrapeso, América latina ofrece un sólido sistema editorial regional, en portugués y en español, con la base de datos SciELO, de infraestructura editorial y propiedad comunitaria.

A 60 años de Garfield lanzando su medición por Impact Factor y más de 70 años desde que Maxwell fundó Pergamon, la industria de revistas científicas se muestra muy rentable, con “trenzas” comerciales entre índices de calidad y editores en una economía de mercado que mide la reputación científica y el estatus académico de los investigadores mediante dudosas clasificaciones e índices de calidad.

Fenómeno ampliado por la digitalización, el poder de cómputo y la inversión financiera, para beneficio exclusivo de las redes editoriales euronorteamericanas.

* Profesor Emérito (UNC); investigador Principal (Conicet) jubilado; comunicador científico (UNC)

viernes, 7 de julio de 2023

MÉXICO: El gobierno de la ciencia en México. Una retrospectiva/ VI

Publicado en CAMPUS. Suplemento sobre Educación Superior
https://suplementocampus.com/el-gobierno-de-la-ciencia-en-mexico-una-retrospectiva-vi/


El gobierno de la ciencia en México. Una retrospectiva/ VI

29 junio, 2023 por Roberto Rodríguez Gómez


Durante el sexenio de Adolfo López Mateos se incrementaron las universidades, hubo una reestructuración del INIC y se creó del Cinvestav, entre otros sucesos importantes

Parte I
Parte II
Parte III
Parte IV
Parte V

El sexenio del presidente Adolfo López Mateos (1958-1964) es reconocido por haber atendido, con alta prioridad, al sector educativo nacional. La SEP, encabezada de nuevo por Jaime Torres Bodet, llevó a cabo un amplio conjunto de reformas, que comprendieron desde la infraestructura escolar hasta la capacitación del magisterio, pasando por la reforma de planes de estudio en todos los niveles de enseñanza y por la producción de los primeros libros de texto gratuitos. El Plan Nacional de Enseñanza Primaria, más conocido como “Plan de once años”, fue sin duda el programa emblemático del sexenio, aunque también resalta el apoyo otorgado a la educación tecnológica, al sector universitario y a las actividades de ciencia y tecnología.

Los datos de la inversión pública en el campo educativo son elocuentes. Según cifras oficiales, el gasto federal educativo se incrementó 161.2 por ciento en el sexenio, lapso en que la inflación no superó el diez por ciento acumulado. Este crecimiento tuvo reflejo en la proporción del presupuesto educativo en el gasto federal total, al pasar de 13.7 por ciento en 1958 a 25.1 por ciento al final del sexenio. Como proporción del producto nacional bruto, el gasto educativo total pasó de 1.5 por ciento a 2.7 por ciento en el periodo.

A diferencia de otros sexenios, en que se enfatizó la educación superior tecnológica (Cárdenas) o bien la opción universitaria (Alemán y Ávila Camacho), durante la administración de López Mateos se consiguió un importante equilibrio. Para el Politécnico Nacional se construyó la Unidad Profesional de Zacatenco, en que se ubicaron las nuevas instalaciones para la Esime, la ESIA (1959), la Esiqie y la ESFM (1961), así como la ESIT (1963). Se creó la Vocacional Única de Ingeniería (1959) y se inauguró la Vocacional número 7 (1964). Con ello, el IPN superó en el periodo la cifra de cincuenta mil inscritos en los niveles de bachillerato y educación superior. Además, se crearon dos nuevos institutos tecnológicos regionales (Mérida y Zacatepec).

Para el conjunto de IES públicas (39 en total) el subsidio gubernamental tuvo un incremento acumulado de 288 por ciento, al pasar de 92 a 357 millones de pesos. El subsidio a la UNAM fue asimismo creciente, alcanzando la cifra de 259 millones de pesos en 1964, es decir más del 70 por ciento del gasto federal universitario. El apoyo financiero a la UNAM permitió la conclusión de obras y equipamiento en la Ciudad Universitaria, así como la construcción de tres nuevas preparatorias. Al final del sexenio, la institución contaba con una matrícula total superior a 72 mil inscritos, de los cuales casi dos terceras partes en licenciatura o posgrado.

Para “satisfacer las necesidades nacionales de carácter científico y pedagógico (…) y preparar investigadores científicos, profesores especializados y expertos que se dediquen a promover la constante superación de la enseñanza y a realizar investigaciones científicas y tecnológicas” se decretó la creación del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (DOF 6 de mayo de 1961). De acuerdo al informe presidencial de 1963, la nueva institución fue inaugurada hasta julio de ese año, indicándose, además, que uno de sus propósitos fundamentales era que “los industriales pueden recurrir (al Cinvestav) para que se les resuelvan problemas técnicos, dentro de la mayor seriedad científica” (López Mateos, Quinto informe presidencial).

Como antecedente del Cinvestav se reconoce la labor Manuel Cerrillo Valdivia, director de la Esime (1935-1939) y del IPN (1939-1940), por su insistencia en desarrollar en el Politécnico áreas de investigación y estudios de posgrado. La idea fue recuperada por Eugenio Méndez Docurro (director del IPN en 1959-1962) y apoyada por Víctor Bravo Ahuja, subsecretario de Enseñanza Técnica y Superior. Para encabezar la institución, Méndez Docurrió recomendó el nombre de Cerrillo quien, en ese momento, fungía como investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts; al no aceptar este la invitación, fue designado el prestigiado fisiólogo Arturo Rosenblueth Stearns, a quien se debe, en definitiva, el diseño del Cinvestav. Rosenblueth condicionó su aceptación a la integración de una estructura departamental de carácter disciplinario, así como a mantener independencia del IPN sobre las decisiones de planes y programas. De ese modo, el Cinvestav fue decretado como organismo descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propios, sectorizado en SEP. La relación con el IPN se fijaría, según el decreto de 1961, en el órgano de gobierno, en que el director del Politécnico participaría como vicepresidente del patronato, órgano encargado de “la organización y el control de actividades del centro”. El Cinvestav inició actividades en los departamentos de Física, Fisiología, Matemáticas e Ingeniería Eléctrica, en 1965 se añadió el de Química.

Además de las realizaciones en favor de la educación superior y la investigación científica reseñadas, en el sexenio de López Mateos se restructuró el Instituto Nacional de la Investigación Científica (INIC), a partir de las recomendaciones elaboradas por la Academia de la Investigación Científica (AIC). La nueva regulación fue publicada el último día de 1961 y prioriza las funciones de distribución de becas “a estudiantes distinguidos con el propósito de que perfecciones sus conocimientos en algún centro docente o de investigación”, así como el respaldo financiero a “las instituciones dedicadas a la formación de investigadores o a la investigación científica” y a aquellos “investigadores distinguidos a fin de que realicen en plazos determinados investigaciones concretas dentro y fuera del país”. Esas serían las principales acciones del INIC en los años sesenta. Hacia el final de la década, en coadyuvancia con la AIC, el instituto llevaría a cabo un amplio ejercicio de diagnóstico y propuestas que derivó, al inicio del periodo presidencial de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) en la creación del Conacyt.








MÉXICO: El gobierno de la ciencia en México. Una retrospectiva/ VI

Publicado en CAMPUS. Suplemento sobre Educación Superior
https://suplementocampus.com/el-gobierno-de-la-ciencia-en-mexico-una-retrospectiva-vi/


El gobierno de la ciencia en México. Una retrospectiva/ VI

29 junio, 2023 por Roberto Rodríguez Gómez

Durante el sexenio de Adolfo López Mateos se incrementaron las universidades, hubo una reestructuración del INIC y se creó del Cinvestav, entre otros sucesos importantes

Parte I
Parte II
Parte III
Parte IV
Parte V

El sexenio del presidente Adolfo López Mateos (1958-1964) es reconocido por haber atendido, con alta prioridad, al sector educativo nacional. La SEP, encabezada de nuevo por Jaime Torres Bodet, llevó a cabo un amplio conjunto de reformas, que comprendieron desde la infraestructura escolar hasta la capacitación del magisterio, pasando por la reforma de planes de estudio en todos los niveles de enseñanza y por la producción de los primeros libros de texto gratuitos. El Plan Nacional de Enseñanza Primaria, más conocido como “Plan de once años”, fue sin duda el programa emblemático del sexenio, aunque también resalta el apoyo otorgado a la educación tecnológica, al sector universitario y a las actividades de ciencia y tecnología.

Los datos de la inversión pública en el campo educativo son elocuentes. Según cifras oficiales, el gasto federal educativo se incrementó 161.2 por ciento en el sexenio, lapso en que la inflación no superó el diez por ciento acumulado. Este crecimiento tuvo reflejo en la proporción del presupuesto educativo en el gasto federal total, al pasar de 13.7 por ciento en 1958 a 25.1 por ciento al final del sexenio. Como proporción del producto nacional bruto, el gasto educativo total pasó de 1.5 por ciento a 2.7 por ciento en el periodo.

A diferencia de otros sexenios, en que se enfatizó la educación superior tecnológica (Cárdenas) o bien la opción universitaria (Alemán y Ávila Camacho), durante la administración de López Mateos se consiguió un importante equilibrio. Para el Politécnico Nacional se construyó la Unidad Profesional de Zacatenco, en que se ubicaron las nuevas instalaciones para la Esime, la ESIA (1959), la Esiqie y la ESFM (1961), así como la ESIT (1963). Se creó la Vocacional Única de Ingeniería (1959) y se inauguró la Vocacional número 7 (1964). Con ello, el IPN superó en el periodo la cifra de cincuenta mil inscritos en los niveles de bachillerato y educación superior. Además, se crearon dos nuevos institutos tecnológicos regionales (Mérida y Zacatepec).

Para el conjunto de IES públicas (39 en total) el subsidio gubernamental tuvo un incremento acumulado de 288 por ciento, al pasar de 92 a 357 millones de pesos. El subsidio a la UNAM fue asimismo creciente, alcanzando la cifra de 259 millones de pesos en 1964, es decir más del 70 por ciento del gasto federal universitario. El apoyo financiero a la UNAM permitió la conclusión de obras y equipamiento en la Ciudad Universitaria, así como la construcción de tres nuevas preparatorias. Al final del sexenio, la institución contaba con una matrícula total superior a 72 mil inscritos, de los cuales casi dos terceras partes en licenciatura o posgrado.

Para “satisfacer las necesidades nacionales de carácter científico y pedagógico (…) y preparar investigadores científicos, profesores especializados y expertos que se dediquen a promover la constante superación de la enseñanza y a realizar investigaciones científicas y tecnológicas” se decretó la creación del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (DOF 6 de mayo de 1961). De acuerdo al informe presidencial de 1963, la nueva institución fue inaugurada hasta julio de ese año, indicándose, además, que uno de sus propósitos fundamentales era que “los industriales pueden recurrir (al Cinvestav) para que se les resuelvan problemas técnicos, dentro de la mayor seriedad científica” (López Mateos, Quinto informe presidencial).

Como antecedente del Cinvestav se reconoce la labor Manuel Cerrillo Valdivia, director de la Esime (1935-1939) y del IPN (1939-1940), por su insistencia en desarrollar en el Politécnico áreas de investigación y estudios de posgrado. La idea fue recuperada por Eugenio Méndez Docurro (director del IPN en 1959-1962) y apoyada por Víctor Bravo Ahuja, subsecretario de Enseñanza Técnica y Superior. Para encabezar la institución, Méndez Docurrió recomendó el nombre de Cerrillo quien, en ese momento, fungía como investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts; al no aceptar este la invitación, fue designado el prestigiado fisiólogo Arturo Rosenblueth Stearns, a quien se debe, en definitiva, el diseño del Cinvestav. Rosenblueth condicionó su aceptación a la integración de una estructura departamental de carácter disciplinario, así como a mantener independencia del IPN sobre las decisiones de planes y programas. De ese modo, el Cinvestav fue decretado como organismo descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propios, sectorizado en SEP. La relación con el IPN se fijaría, según el decreto de 1961, en el órgano de gobierno, en que el director del Politécnico participaría como vicepresidente del patronato, órgano encargado de “la organización y el control de actividades del centro”. El Cinvestav inició actividades en los departamentos de Física, Fisiología, Matemáticas e Ingeniería Eléctrica, en 1965 se añadió el de Química.

Además de las realizaciones en favor de la educación superior y la investigación científica reseñadas, en el sexenio de López Mateos se restructuró el Instituto Nacional de la Investigación Científica (INIC), a partir de las recomendaciones elaboradas por la Academia de la Investigación Científica (AIC). La nueva regulación fue publicada el último día de 1961 y prioriza las funciones de distribución de becas “a estudiantes distinguidos con el propósito de que perfecciones sus conocimientos en algún centro docente o de investigación”, así como el respaldo financiero a “las instituciones dedicadas a la formación de investigadores o a la investigación científica” y a aquellos “investigadores distinguidos a fin de que realicen en plazos determinados investigaciones concretas dentro y fuera del país”. Esas serían las principales acciones del INIC en los años sesenta. Hacia el final de la década, en coadyuvancia con la AIC, el instituto llevaría a cabo un amplio ejercicio de diagnóstico y propuestas que derivó, al inicio del periodo presidencial de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) en la creación del Conacyt.

Plan 2.0 para el acceso abierto: ¿un plan o una nueva ambigüedad?

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...