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martes, 3 de junio de 2025

MÉXICO: profesores de educación básica pelean por sus pensiones; los de educación superior se resignan

Publicado en CAMPUS
https://suplementocampus.com/cnte-universidades-y-jubilaciones/





CNTE, universidades y jubilaciones

mayo 22, 2025

Carlos Pallán


El futuro que espera a los académicos después de jubilarse no es halagueño, al menos en el terreno económico

De las 68 demandas del pliego petitorio de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), una de ellas reviste especial interés para la educación superior. Se refiere a las pensiones del ISSSTE y su medio de pago, en Unidades de Medida y Actualización (UMAs), implantadas en 2016, tal como se consigna en la respectiva ley que regula a ese Instituto. Según la reforma legislativa de ese año (reflejo a su vez de la modificación constitucional a los artículos 26, 41 y 123), el régimen de pago tasado en salarios mínimos fue abrogado, sustituyéndose por esa unidad de medida. En el primer año de vigencia de la disposición (2017) no hubo diferencia entre ambos y, en el segundo, esta se limitó a 13 pesos diarios a favor de los salarios mínimos. A lo largo del sexenio pasado la disparidad se hizo abismal: actualmente la discrepancia es de 165 pesos diarios, equivalente a 144 por ciento. Un ejemplo de lo que esto ha significado sería el siguiente. Un miembro típico del magisterio (con una plaza de un turno en el nivel básico, con 25 horas), una vez jubilado, tiene derecho a percibir dos UMAs, en números redondos seis mil pesos, frente a lo que significaría en salarios mínimos, 16 mil pesos (Tatiana Coll, La Jornada, 17 de mayo). Cuando en este paro nacional de la CNTE se insiste en que “todos tenemos derecho a una pensión justa y digna” (Pedro Hernández, sección IX), resulta imposible, con aquellos números, no admitirlo.

No obstante la desproporción observada, esa no es la principal demanda de la CNTE. Esta se localiza en la abrogación de la ley del ISSSTE de 2007, la que introdujo el régimen de cuentas individuales (suprimiendo el sistema de pensiones solidarias) y su manejo a través de las llamadas Afores. A esta demanda se ha agregado la de un incremento salarial de 100 por ciento y, por lo tanto, el rechazo de esa organización al 10 por ciento otorgado el pasado día 15.

La respuesta presidencial al conflicto ha sido clara… pero discordante. Por un lado, reconoce “la injusticia que se cometió en la reforma a la ley de 2007”, así como el deseo de que “en la medida que podamos vamos a apoyar a las maestras y maestros”. Por otro, expresa la realidad de las finanzas públicas: “hay demandas que el presupuesto no da”. La petición de la CNTE relacionada con UMAs y salarios mínimos tiene su correlato en la situación que viven varias universidades e instituciones públicas de educación superior. No es casual, seguramente, que en el momento en que se implantaron las UMAs (2016), la Auditoría Superior de la Federación tenía ya números que resultaban altamente preocupantes sobre ese asunto. Así, se indicaba que el pasivo contingente laboral para el conjunto de las universidades públicas ascendía ya a 1.3 billones de pesos, casi la cuarta parte del Presupuesto de Egresos de la Federación de ese año, monto que significaba, a su vez, un múltiplo de 22 veces la asignación de recursos federales para dichas IES.

El problema de las pensiones universitarias tiene una expresión específica que se observa en dos ámbitos: a) la necesaria sustitución de personal académico con un elevado promedio de edad; b) lo poco atrayente que resulta para ese grupo, toda vez que la percepción jubilatoria reduce significativamente su ingreso económico (hasta una tercera parte).

Lo primero por dos razones básicas. Edades y condiciones de salud que no favorecen un desempeño laboral, aunque siempre haya ejemplares excepciones. Esto convive con otro problema que resulta paradójico: el gran número de académicos potenciales, formados en buena parte con recursos públicos (del Conacyt) pero que no encuentran espacios en las IES, toda vez que el reclutamiento se hace a cuentagotas, ya que el personal en servicio se jubila también a ese ritmo.

Consecuencia de lo anterior es la segunda razón. Un profesor o investigador universitario típico tiene una perspectiva jubilatoria de obtener el máximo de 10 UMAs como su pensión (34 mil pesos al mes), lo que significa un tercio o la mitad de sus percepciones en servicio. Este fenómeno de “taponamiento” en el ingreso de nuevo personal es un gran impedimento para el debido avance de las IES. Es particularmente intenso en las instituciones de naturaleza jurídica federal como la UNAM, el IPN y la UAM. Las medidas correctivas implantadas en la primera son muy importantes, pero limitadas a pocos casos. El problema general subsiste en las tres.

Postdata: El pasado día 13 falleció Roberto Eibenschutz, un mexicano ejemplar. El urbanismo nacional y la planeación del territorio del país pierden a uno de sus profesionales más distinguidos. Su presencia en la UAM, y especialmente en la Unidad Xochimilco, se enriquecieron con su talento. Sus amigos añoraremos su bohonomía y buen talante de siempre. La cita en la Coyoacana queda pendiente…


Carlos Pallán
Ex secretario general ejecutivo de la Anuies | capafi2@ hotmail.com

lunes, 3 de febrero de 2025

MÉXICO: después de los 12 años se agudiza la deserción escolar

Publicado en La Jornada
https://www.jornada.com.mx/2025/01/26/politica/007n1pol



Después de los 12 años se agudiza la deserción

En México, 3.7 millones de menores trabajan; 30% abandonan los estudios

Laura Poy Solano
 
Periódico La Jornada
Domingo 26 de enero de 2025, p. 7

Al menos 3.7 millones de niños y adolescentes mexicanos menores de 17 años de edad se ven involucrados en el trabajo infantil, lo que representa 13.1 por ciento de la población de 5 a 17 años de edad.

De ellos, 10.8 por ciento tienen entre 5 y 9 años; 40.4 por ciento entre 10 y 14 años, y 48.8 por ciento entre 15 y 17 años de edad, de acuerdo con el informe más reciente sobre esta problemática en el país.

La Encuesta Nacional de Trabajo Infantil 2022, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, así como la Organización Internacional del Trabajo, destaca que 1.1 millones de niños y adolescentes que trabajan están fuera de la escuela, situación que afecta en mayor medida a los menores que residen en zonas rurales.

De acuerdo con el sondeo, difundido en octubre pasado, las principales razones por las que la población en trabajo infantil no asistió o interrumpió la escuela fue: falta de interés, aptitud o requisitos para entrar a la escuela con 47.8 por ciento; por el trabajo a cambio de un pago o ayudando en las tierras o negocio familiar 17.8 por ciento y por la falta de recursos económicos, con 10.1 por ciento.

En el caso de los niños, el orden de estas razones principales fue el mismo, mientras en las niñas la segunda razón fue la falta de recursos económicos, seguida de un trabajo a cambio de un pago.

El documento enfatiza que el porcentaje de menores entre los 5 y 17 años que no asistieron a una institución escolar en situación de trabajo infantil fue más alto en los estados de Guerrero, Oaxaca, Yucatán, Aguascalientes y Zacatecas; en tanto que en Nuevo León y Colima se observó la participación más baja de este sector, con 28.2 por ciento y 34.1 por ciento, respectivamente.

Al concluir la educación primaria, es decir, alrededor de los 12 años de edad, alerta el informe, muchas niñas y niños dejan de estudiar para ayudar a la familia en las labores domésticas o en los negocios o tierras de propiedad familiar.

Situación que se agudiza al concluir el nivel de educación secundaria, considerado como la educación básica, alrededor de los 15 años de edad, cuando más niñas y niños dejan de estudiar para incursionar en el mercado laboral, principalmente en actividades económicas a cambio de un ingreso o de un beneficio familiar registrándose en este nivel la tasa de trabajo infantil más alta.

miércoles, 24 de enero de 2024

MÉXICO: La escuela privada es un timo

Publicado en El País
https://elpais.com/mexico/opinion/2023-12-13/la-escuela-privada-es-un-timo.html



La escuela privada es un timo

Los centros privados mexicanos tienen mejores resultados en el informe Pisa que las públicas, pero mucho peores que otras privadas latinoamericanas


   VIRI RÍOS 
12 DIC 2023 

Hace unos días se dieron a conocer los resultados de la prueba PISA 2022. En ella se evaluó el nivel de aprendizaje en ciencias, matemáticas y lectura de niños de 15 años alrededor del mundo. La principal nota fue el bajo nivel de aprendizajes. México quedó casi al final de la lista ocupando el lugar 52 de 73 países en ciencia, 51 en matemáticas y 45 en lectura. De lo que se habló menos es de las diferencias entre escuelas públicas y privadas mexicanas. Utilizando las bases de datos de PISA lo analicé. El resultado es sencillo: en México la escuela privada es un timo. Es verdad que los alumnos mexicanos de escuelas privadas suelen obtener un mayor puntaje en la prueba PISA que los de escuelas públicas. En lectura, la diferencia es de 54 puntos, en ciencias de 43 y en matemáticas de 39 puntos. Esto es así en la mayoría de los países, con excepciones como Taiwán, Tailandia o Italia donde la escuela pública es mejor que la privada. Lo que diferencia a México, sin embargo, es que en nuestro país la escuela privada es comparativamente peor que otras escuelas privadas del mundo.

Deficiente aprendizaje en escuelas privadas

  El de por sí bajo nivel de aprendizaje de México se vuelve aún peor si solo comparamos escuelas privadas. En matemáticas, la escuela privada mexicana ocupa el lugar 47 de 67 países para los que se cuenta con datos de tipo de escuela. En cambio, la escuela pública ocupa el lugar 43 de 67. La escuela pública ocupa un mejor lugar en el ranking que la privada. En ciencias sucede lo mismo. México pasa de ser el lugar 46 en escuelas privadas a ser 44 en públicas. Otros países latinoamericanos tienen mucho mejores escuelas privadas que las mexicanas. Las privadas de Uruguay, por ejemplo, están bastante cercanas al nivel de matemáticas de las escuelas privadas alemanas. En ciencias, las privadas de Brasil son similares a las privadas de Estados Unidos. En lectura, las de Costa Rica tienen el nivel de las de Francia.

  En México la escuela privada es anormalmente mala. Los alumnos mexicanos de escuela privada obtienen una calificación de 429 puntos en matemáticas, similar a lo que obtendría el alumno de escuela de Rumania. Es decir, un alumno de escuela privada en México aprende menos matemáticas que un alumno promedio de Vietnam. En ciencias no es mucho mejor. Un mexicano de escuela privada obtiene 448 puntos, similar al alumno de escuela pública de Serbia. Esto significa que, en ciencias, un alumno mexicano que paga por educación obtiene el mismo nivel educativo que alguien que no paga por educación en Serbia.

Resulta irónico que en México se estigmatice a la escuela pública si comparativamente ésta es mejor que la privada. Es decir, una vez que se comparan a escuelas públicas con públicas y a privadas con privadas, las escuelas privadas mexicanas salen peor posicionadas que las públicas a nivel global. 

En otros países, asistir a la escuela privada te asegura una educación muy superior a la pública. En México, no tanto. En matemáticas, los alumnos de escuelas privadas en México obtienen apenas 39 puntos más que los de escuela pública. En Brasil y Uruguay, la diferencia es de más de 81 puntos. La escuela privada en Brasil te asegura “brincar” de un nivel educativo similar al de Marruecos o Palestina, a uno similar al de Estados Unidos o Islandia. Un cambio verdaderamente amplio. En México, ir a la escuela privada te hace pasar del nivel educativo de Georgia al de Rumania. Un cambio menor.

  Esto es bastante preocupante porque una buena cantidad de familias mexicanas hace el esfuerzo por llevar a sus niños a escuelas privadas y no por ello está recibiendo lo que podría recibir por su dinero. En México, entre los hogares donde al menos un niño asiste a la educación básica, el 9% lo hace a escuela privada. Esta es una proporción menor que hace dos décadas (12%), pero aun así representa 1,4 millones de hogares pagando colegiaturas. Entre los hogares del 10% más rico de la población, el 38% paga por su educación (hace 20 años era 57%).  

  Ricos de bajo aprendizaje 

Todo lo anterior conjura una gran sorpresa. Tal parece que, los ricos mexicanos, a pesar de lo que gastan en colegiaturas, están comparativamente peor educados que los ricos de otros países. Y lo opuesto es cierto para los pobres mexicanos, los cuales, a pesar de enfrentarse a un sistema educativo precario, tienen mejor nivel de aprendizaje que los pobres de otros países.  

  Los datos son claros. Comparando a alumnos de alto estatus socioeconómico (top-25%) en 72 países, los alumnos mexicanos se encuentran en el lugar 55 de matemáticas y ciencia, y en el 48 de lectura. En cambio, comparando solo a alumnos de bajo estatus socioeconómico (bottom-25%), los alumnos mexicanos se encuentran en el lugar 50 de matemáticas, 49 de ciencia, y 43 de lectura. En todos los casos, los alumnos de bajo estatus salen mejor posicionados que los de alto status, en algunos casos hasta por 6 puntos.

El nivel de aprendizaje de los mexicanos ricos es bastante bajo. Un mexicano de estatus socioeconómico alto obtiene un puntaje de matemáticas promedio de 428, algo similar a un estudiante de estatus socioeconómico bajo en Portugal. En ciencias sucede igual. Los alumnos mexicanos ricos tienen el nivel de los pobres de Turquía. 

En otros países en vías de desarrollo no es como en México. Los ricos sí han adquirido buenos aprendizajes. Por ejemplo, en Rumania los alumnos de estatus socioeconómico alto tienen una educación similar a la mediana de Dinamarca. En Uruguay, tienen una similar a la mediana de Estados Unidos. 

Así, para México la prueba PISA muestra una conclusión esperada y una muy inesperada. La esperada es que los alumnos de escuelas privadas y estatus socioeconómico alto suelen tener mayores aprendizajes que los de escuelas públicas y estatus bajo. La inesperada es que, una vez que se compara a los mexicanos ricos y que asisten a escuela privada, con alumnos de otros países que también tienen esos privilegios, los mexicanos tienen mucho menor aprendizaje. 

Quizá esto se deba, como me comentaba la profesora Blanca Heredia, especialista en educación del CIDE, a que en un país tan desigual ya no se percibe como necesario invertir en educación. No importa lo que los ricos hagan, siempre encontrarán forma de caer parados. PISA reitera lo que alguna vez Pablo Yanes, Coordinador de Investigaciones de la sede subregional de la CEPAL, dijera sobre México: que en este país es difícil salir de pobre, pero casi imposible salir de rico.      
    

U.S.A.: para Robert F. Kennedy Jr. el sistema editorial comercial actual es una "reliquia" de la posguerra y debe ser nacionalizado

Publicado en blog Academe https://academeblog.org/2025/06/13/the-case-for-government-backed-science-publishing/   Argumentos a favor de la p...