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miércoles, 15 de enero de 2025

U.S.A. desaconseja aplicar para becas de estudio en RUSIA

Publicado en El Economista
https://www.eleconomista.com.mx/internacionales/eu-pide-ciudadanos-mexico-cuidado-oportunidades-estudio-trabajo-rusia-20250113-741810.html 


Geopolítica

EU pide a sus ciudadanos en México tener cuidado con oportunidades de estudio y de trabajo en Rusia

La embajada de Rusia en México le contestó a la representación estadounidense que, ante la transición hacia un mundo multipolar, nunca es tarde para ampliar horizontes.

Por: Perla Pineda

lunes 13 de enero de 2025

Ante la posibilidad de obtener becas para estudiar en Rusia o formar parte de programas de trabajo el Departamento de Estado de Estados Unidos, a través de la embajada en nuestro país, exhortó a los ciudadanos estadounidenses a corroborar y revisar los detalles de cada programa para evitar ser reclutados en actividades alternativas en la industria de defensa rusa.

El Departamento de Estado citó que de acuerdo con información de medios de comunicación ciudadanos de terceros países han llegado a Rusia con falsas promesas y han sido obligados a trabajar en la industria de defensa, y en algunos casos, a luchar en la guerra contra Ucrania.

“Invitamos a todos los futuros estudiantes a los que se les ofrezcan oportunidades estudio en Rusia que revisen detenidamente los detalles de la beca o programa de trabajo y estudio para el que han sido reclutados, a fin de asegurarse de que el programa es legítimo y de que el trabajo y/o estudio realizado coincide con la información anunciada”, emitió el Departamento de Estado.

La embajada de Estados Unidos en nuestro país hizo referencia a una convocatoria emitida desde las redes sociales de la embajada de Rusia en México donde se invita a los estudiantes a inscribirse, entre el 14 de octubre del 2024 al próximo 15 de enero, para recibir becas del gobierno ruso para el año 2025-2026.

“La beca incluye: los estudios gratuitos durante todo el período de estudios en una de las universidades rusas. La participación en la convocatoria se realiza completamente de forma virtual a través de registración en la plataforma electrónica http://education-in-russia.com hasta el 15 de enero”, dice la publicación actualizada el pasado 8 de enero.

Estados Unidos también reiteró que sigue vigente una alerta de viaje nivel 4 sobre viajes a ese país ya que existe un riesgo continuo de detención “injusta” de ciudadanos estadounidenses por parte de las autoridades rusas.

Rusia responde

En cuanto a la mención, la embajada de Rusia en México solo se limitó a recordar que el programa también está abierto para los estadounidenses.

“Agradecemos a la Embajada de los Estados Unidos en México por su interés en nuestro programa de becas. En esta era de transición hacia un mundo multipolar, nunca es tarde para ampliar horizontes y venir a estudiar a Rusia”, destacó la representación rusa en sus redes sociales.

miércoles, 8 de enero de 2025

U.S.A.: Asesores del Pentágono piden cautela en el refuerzo de la seguridad científica

Publicado en Science|Business
https://sciencebusiness.net/news/international-news/pentagon-advisors-urge-caution-tightening-science-security 


Asesores del Pentágono piden cautela en el refuerzo de la seguridad científica


22 mar 2024 | Noticias


El grupo asesor del gobierno estadounidense JASON afirma que unos controles de seguridad «contundentes e ineficaces» sobre la ciencia fundamental podrían perjudicar el progreso, e insta a adoptar un enfoque caso por caso.


Por Richard L. Hudson


A pesar de la creciente preocupación por la filtración a China de tecnologías estadounidenses sensibles, un grupo consultivo especial del gobierno pidió cautela antes de imponer nuevos controles generales sobre la ciencia fundamental, no sea que impidan importantes descubrimientos.


La Fundación Nacional de la Ciencia «debería proceder con cautela antes de añadir controles de acceso o difusión a subvenciones o contratos», informó el jueves el grupo, denominado JASON. Rechazó la idea de designar subdisciplinas científicas específicas como de riesgo. Ese es el tipo de enfoque de seguridad general adoptado por el gobierno canadiense en enero.


El grupo JASON, creado en 1960 al intensificarse la Guerra Fría, reúne a varios científicos estadounidenses de alto nivel en un órgano consultivo confidencial del Pentágono y los servicios de seguridad.


Desde al menos la administración Reagan, la postura del gobierno estadounidense ha sido que la investigación fundamental sólo debe restringirse en casos especiales de clasificación de seguridad nacional - y el grupo JASON, señalando que ahora «no es la primera vez que se plantea un debate nacional sobre la cuestión de la seguridad de la investigación», dijo que esos «principios» de la era de 1980 «siguen siendo válidos» hoy en día. 


En lugar de un cambio general de las normas, el grupo instaba en su informe desclasificado a considerar proyecto por proyecto los riesgos de seguridad en el momento en que los científicos solicitan una subvención a la NSF. Si un proyecto de investigación propuesto parece «sensible», la NSF podría imponer una amplia gama de medidas, sin restringir el acceso, para proteger los resultados, como revisar la propuesta, exigir informes de progreso más frecuentes o exigir salvaguardias especiales de ciberseguridad. Al hacerlo, la agencia «debería sopesar el equilibrio» entre los controles de seguridad y la ciencia abierta, señaló el grupo.   


En concreto, rechazó la idea, defendida por algunos miembros del estamento de seguridad estadounidense, de redactar nuevas normas generales para la «información no clasificada controlada», término con el que se designa la investigación que, aunque no esté clasificada legalmente como secreta, está sujeta a controles de exportación o de otro tipo. Calificó tales controles como «una herramienta bastante contundente e ineficaz» para la seguridad, que «no debe utilizarse como un enfoque de talla única para mitigar el riesgo de la investigación.»


Desde al menos 2019, la preocupación de Estados Unidos por la filtración de resultados de investigación militar o comercialmente sensibles a países no amigos, especialmente China, ha ido en aumento. En 2022, el Congreso ordenó medidas más estrictas para proteger los resultados de investigaciones sensibles, y la NSF está creando actualmente un nuevo centro de intercambio de información y directrices sobre la seguridad de la investigación.  


Países aliados de Occidente, como la UE, Gran Bretaña, Australia, Canadá, Japón y Corea, están llevando a cabo revisiones de seguridad similares. En enero, la Comisión Europea propuso una serie de nuevas medidas para mejorar la seguridad de la investigación, en gran parte debido a la preocupación por China.


El informe JASON, que no estaba clasificado, era necesario en virtud de las nuevas disposiciones de seguridad exigidas por el Congreso en la Ley CHIPS & Science de 2022. En un comunicado, la NSF afirmó que está analizando «las conclusiones y estudiará la aplicación de las recomendaciones mientras sigue desarrollando y aplicando nuevos procesos de revisión de políticas por motivos de seguridad nacional».  Según la ley, tiene de plazo hasta el 22 de mayo para finalizar su revisión de seguridad.




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Pentagon advisors urge caution in tightening science security

22 Mar 2024 | News


US government advisory group JASON says ‘blunt and ineffective’ security controls on fundamental science could harm progress, and urge a case-by-case approach

By Richard L. Hudson


Despite rising worries about sensitive US technologies leaking to China, a special government advisory group urged caution before imposing any broad new controls over fundamental science, lest they inhibit important discoveries.  

The National Science Foundation “should proceed with caution before adding access or dissemination controls to grants or contracts,” the group, called JASON, reported on Thursday. It rejected the idea of designating specific scientific sub-disciplines as risky. That’s the kind of broad-brush security approach adopted by the Canadian government in January.

The JASON group, formed in 1960 as the Cold War intensified, brings together several top American scientists in a confidential advisory body to the Pentagon and security services.

Since at least the Reagan administration, the US government position has been that fundamental research should be restricted only in special cases of national security classification – and the JASON group, noting that now “is not the first time that a national debate has been raised on the issue of research security,” said that those 1980s-era “principles remain valid” today.  

Rather than a broad rule change, the group in its unclassified report urged a project-by-project consideration of any security risks at the time scientists apply for an NSF grant. If a proposed research project appears “sensitive”, it said, there is a wide range of steps short of restricting access that the NSF could impose to protect the results, such as revising the proposal, demanding more-frequent progress reports, or requiring special cyber-security safeguards. In doing so, the agency “should weigh the balance” between security controls and open science, the group said.   

It specifically rejected the idea, advocated by some in the US security establishment, of writing broad new rules for “controlled unclassified information” – a term for research that, while not legally classified as secret, is still subject to export or other forms of control. It called such controls “a rather blunt and ineffective tool” for security, that “should not be used as a one-size-fits-all approach to mitigating research risk.”

Since at least 2019, US concerns have been rising over militarily or commercially sensitive research results leaking to unfriendly countries, especially China. In 2022, Congress ordered tougher measures to protect sensitive research results, and the NSF is currently setting up a new clearing-house of information and guidelines about research security.  

Similar security reviews are underway across Western-allied countries – including in the EU, Britain, Australia, Canada, Japan and Korea. In January, the European Commission proposed a series of new measures to improve research security, in large part due to concerns about China.

The JASON report, which was unclassified, was required under new security provisions mandated by Congress in the 2022 CHIPS & Science Act. In a statement, the NSF said it is analysing “the findings and will consider the implementation of the recommendations as it continues to develop and implement new policy review processes for national security concerns.”  Under the law, it has a 22 May deadline for finishing its security review.

martes, 3 de diciembre de 2024

El ascenso del tecnocolonialismo

Publicado en El Economista
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/El-ascenso-del-tecnocolonialismo-20240822-0143.html



El ascenso del tecnocolonialismo

Por Hermann Hauser y Hazem Danny Nakib

jueves 22 de agosto de 2024


A medida que aumenta su rivalidad, Estados Unidos y China compiten por controlar el diseño, desarrollo y producción de tecnologías críticas como semiconductores, inteligencia artificial y computación cuántica. Al fomentar dependencias asimétricas, ambas potencias están efectivamente empujando a otros países a la servidumbre económica.

INNSBRUCK/LONDRES. En 1853, bajo las órdenes del presidente Millard Fillmore, el comodoro de la Marina de Estados Unidos, Matthew Perry, lideró cuatro buques de guerra en una misión para persuadir a Japón de poner fin a su política aislacionista de 200 años. Cuando llegó a lo que hoy es la bahía de Tokio, Perry le dio un ultimátum al sogunato Tokugawa: ábranse al comercio con Estados Unidos o aténganse a las consecuencias.

La llegada de estos “buques negros” (llamados así por el humo oscuro que emitían sus motores de vapor alimentados con carbón) fue un momento decisivo. Frente a este despliegue impresionante de proeza tecnológica –que ejemplificaba el poder industrial que ya le había permitido al Imperio británico dominar gran parte del mundo–, el sogunato aceptó a regañadientes las demandas de Perry y esto derivó en la firma del Tratado de Kanagawa en 1854. Uno año más tarde, el sogunato recibió su primer buque de guerra alimentado con motores a vapor de manos de los holandeses como una muestra de reconocimiento.

Si bien la tecnología puede plantear una amenaza, también alimenta infraestructura crítica como escuelas y hospitales. En el siglo pasado, en particular, el individuo soberano se vinculó estrechamente con una amplia gama de tecnologías, entre ellas sistemas interconectados como las redes energéticas, internet, los teléfonos móviles y, hoy, los chatbots de inteligencia artificial (IA).

Como demostró la expedición de Perry, la tecnología también es la columna vertebral de la soberanía militar estatal. Gracias a su dominio tecnológico, Estados Unidos se ha convertido en la potencia militar líder del mundo, con más de 750 bases en 80 países, tres veces más que todos los países juntos.

Pero este panorama de soberanía estatal está cambiando aceleradamente. Mientras que la soberanía financiera de Estados Unidos, respaldada por la condición del dólar como una moneda de reserva global, se mantiene intacta, su soberanía económica está cada vez más amenazada por una China en ascenso. En términos de paridad de poder adquisitivo, China superó a Estados Unidos para convertirse en la economía mas grande del mundo en 2014. Con una producción industrial aproximadamente igual a la de Estados Unidos y la Unión Europea juntos, China es el principal socio comercial de más de 120 países.

Ambas superpotencias actualmente compiten por el control del diseño, del desarrollo y de la producción de tecnologías esenciales como semiconductores, IA, biología sintética, computación cuántica y cadena de bloques. Un estudio de 2023 encomendado por el Departamento de Estado de EU, que rastrea los aportes de investigación en 64 tecnologías emergentes, reveló que China supera a Estados Unidos en más del 80% de estas áreas, mientras que Estados Unidos la sigue de cerca.

En tanto la rivalidad entre Estados Unidos y China escale en el campo tecnológico, los países en todo el mundo se verán obligados a elegir un bando y adoptar las tecnologías, estándares, valores y cadenas de suministro diferenciales del aliado que elijan. Esto podría abrir las puertas a una nueva era de colonialismo tecnológico, que mine la estabilidad global.

Sin embargo, y curiosamente, ni Estados Unidos ni China han podido dominar la industria de los semiconductores, ya que Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) en Taiwán y Samsung en Corea del Sur son los únicos fabricantes capaces de producir semiconductores más pequeños que cinco nanómetros. Para cambiar esto, ambas superpotencias están construyendo lo que llamamos círculos de soberanía tecnológica, esferas de influencia a las que otros países deben unirse para acceder a estas tecnologías fundamentales.

A diferencia del colonialismo del pasado, el tecnocolonialismo no tiene que ver con apropiarse de territorio, sino con controlar las tecnologías que sustentan la economía mundial y nuestras vidas cotidianas. Para lograrlo, Estados Unidos y China cada vez más repatrian los segmentos más innovadores y complejos de las cadenas de suministro globales, creando así puntos estratégicos. China, por ejemplo, ha ganado control de las cadenas de suministro de materias primas críticas, lo que le permitió convertirse en el principal productor de vehículos eléctricos del mundo. Por su parte, Estados Unidos lidera en software de diseño de chips gracias a empresas como Cadence Design Systems y Synopsys.

Cuando la repatriación de las operaciones resulta imposible, los círculos de soberanía tecnológica actúan como otra forma de coerción más sutil. Al cultivar dependencias asimétricas profundamente arraigadas, presionan efectivamente a los países a una servidumbre tecnoeconómica.

El Reino Unido es un excelente ejemplo. En 2020, Estados Unidos obligó al Reino Unido a excluir a la empresa de tecnología china Huawei de su red 5G, amenazando con cortar el acceso al aparato de inteligencia y al software de diseño de chips de Estados Unidos. De la misma manera, Países Bajos se vio presionado para dejar de proveerle a China maquinaria ASML a comienzos de enero. En respuesta, China ha reforzado su dominio en materiales críticos al restringir las exportaciones de galio y germanio, insumos clave para los microchips y los paneles solares. Todos los países pronto podrían enfrentar su propio momento de buques negros. Quienes no tengan la protección brindada por la propiedad de tecnologías críticas corren el riesgo de convertirse en tecnocolonias, al satisfacer las necesidades de sus soberanos tecnológicos fabricando electrónica simple, refinando metales raros, rotulando conjuntos de datos o albergando servicios de nube, desde minas físicas hasta minas de datos. Los países que no estén alineados con Estados Unidos o con China se encontrarán relegados a la condición de páramos tecnológicos empobrecidos.

En medio de las crecientes tensiones geopolíticas, tecnologías emergentes como la computación cuántica, la IA, la cadena de bloques y la biología sintética prometen empujar las fronteras del descubrimiento humano. Como explicamos en nuestro libro de inminente publicación The Team of 8 Billion, la pregunta clave es si estas innovaciones tecnológicas serán controladas por unos pocos elegidos como instrumentos de subyugación o se democratizarán para fomentar la prosperidad compartida. En lugar de introducir una era de tecnocolonialismo destructivo, estas nuevas tecnologías podrían ayudar a revitalizar nuestro orden internacional basado en reglas y mejorar la gobernanza colectiva.

Pero para lograrlo, debemos reemplazar los buques negros de hoy por algo que la humanidad todavía tiene que inventar: un marco para la cooperación planetaria basado en un sustrato unificado de intereses humanos. Un marco de estas características debe reflejar nuestra creciente interconectividad y nuestras dependencias tecnológicas, así como los desafíos cada vez más globales que enfrentamos, desde la guerra y la proliferación nuclear hasta las pandemias y el cambio climático. El tecnocolonialismo representa la última iteración de la lucha ancestral por el dominio global. ¿Nos convertiremos en los arquitectos de nuestra propia condena o en los defensores de un futuro más brillante? Para mejor o para peor, la respuesta está en nuestras manos.


El autor

Hermann Hauser, cofundador de Amadeus Capital Partners, es miembro del Consejo Europeo de Innovación.

El autor

Hazem Danny Nakib es miembro del Grupo de Asesoramiento Estratégico Digital de la British Standards Institution e investigador sénior honorífico en University College London.

Copyright: Project Syndicate, 2024

www.project-syndicate.org

lunes, 2 de diciembre de 2024

U.S.A.: Isabel Allende, García Márquez, García Lorca y Poniatowska entran a la lista negra de libros censurados

Publicado en El País
mas-de-10000-libros-han-sido-prohibidos-en-bibliotecas-publicas-y-academicas-de-estados-unidos.html




Más de 10.000 libros han sido prohibidos en bibliotecas públicas y académicas de Estados Unidos

La cifra de títulos censurados se triplicó en tan solo un año desde los 3.500, según la investigación de la organización PEN América

Las prohibiciones de libros están creciendo a niveles preocupantes. En el curso escolar 2023-2024, los casos pasaron de 3.362 a más de 10.000, según el reporte de PEN America, una organización que defiende los derechos humanos y la libertad de expresión con foco en el acceso a la literatura. A la cabeza de las restricciones se encuentran Florida y Iowa, con alrededor de 8.000 prohibiciones derivadas de leyes estatales. Distritos escolares de otros Estados también limitaron un mayor número de libros este año, como Elkhorn en Wisconsin, con un veto de 300 títulos en solo unos meses.

Las cifras presentadas en el estudio podrían ser inferiores a las reales porque prohibiciones de este tipo no suelen ser denunciadas. Tampoco se incluyen las numerosas denuncias de censura blanda, como las restricciones por motivos ideológicos en la compra de libros por parte de los centros escolares, la retirada de colecciones de las aulas y la cancelación de visitas de ciertos autores y otras actividades vinculadas con la promoción de la lectura.

“Siguiendo las tendencias de años anteriores, las prohibiciones de
este último año incluyen de forma abrumadora historias con personas
o personajes de color y personas LGBTQ+. También observamos cómo
los casos de prohibición de libros se dirigen cada vez más a historias
sobre mujeres y niñas que incluyen representaciones de violaciones
o abusos sexuales”, se puede leer en el informe de PEN America.

Como en los últimos años, hay dos factores claves detrás de este
movimiento: la legislación estatal y la influencia de grupos
conservadores. “Las campañas coordinadas de una minoría de grupos
y actores individuales ejercen una presión indebida sobre los consejos
escolares y los distritos, lo que se traduce en la toma de decisiones
excesivamente cautelosas con respecto a la accesibilidad de los
libros en las bibliotecas de las escuelas públicas. Los ataques a
la literatura en las escuelas persisten a pesar de la impopularidad
de estos grupos que defienden los derechos de los padres y de
las encuestas que muestran una amplia oposición a la prohibición
de libros”, sostiene la investigación.

Este 2024, la legislación estatal también ha sido especialmente decisiva
en esta problemática. La ley SF 496 de Iowa, que entró en vigor en
julio de 2023, prohíbe los libros con cualquier contenido relacionado
con el sexo, y posee disposiciones similares a la ley de Florida,
que impide decir la palabra “gay” en las aulas. En este sentido,
la ley HB 1069 de Florida creó un proceso estatutario para la
prohibición de libros, y demanda que cualquier libro impugnado
por conducta sexual sea retirado de la biblioteca durante el proceso
de revisión.

Utah también aprobó este año la ley de prohibición de libros
más extrema actualmente en vigor (la HB 29), que impone lo que
PEN America ha denominado una lista negra de libros en las
escuelas de todo el Estado, y Carolina del Sur votó a favor del
Reglamento 43-170 este verano, que veta los libros de contenido
sexual y otorga al consejo de educación estatal la facultad de
retirar títulos de escuelas y bibliotecas públicas. Por último,
Tennessee amplió la Ley de Materiales Adecuados a la Edad de 2022,
y pide el retiro de libros que contengan desnudos, exceso de violencia
o describan actos sexuales. Además, faculta a una comisión estatal
para evaluar determinados títulos cuestionados.

Autores en la lista negra

Los esfuerzos por suprimir el derecho a lectura sigue afectando a
un amplio rango de libros y autores. Desde novelas clásicas hasta
historias para jóvenes, el Índice de Prohibiciones de Libros Escolares
de PEN América incluye este año a libros como Raíces:
La saga de una familia americana,
 de Alex Haley; 
Un árbol crece en Brooklyn, de Betty Smith; Reconstrucción negra
 en América, 1860-1880
 de W.E.B. DuBois; Muerte en el Nilo, de
 Agatha Christie; La mujer del dios de la cocina, de Amy Tan; 
Cómo las chicas García perdieron su acento, de Julia Álvarez; 
Buscando a Junie Kim de Ellen Oh; Cuéntalo en la montaña, 
de James Baldwin; El verano pródigo, de Barbara Kingsolver; 
Puddin, de Julie Murphy; Blade Runner (Sueñan los androides
con ovejas eléctricas)
, de Philip K. Dick; y Cold Sassy Tree de
Olive Ann Burns.

Los escritores iberoamericanos tampoco se salvan. La casa de los
espíritus
 y Más allá del invierno de Isabel AllendeCrónica
de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera
 y
 Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez; La maravillosa
vida breve de Óscar Wao 
de Junot Díaz; La casa de Bernarda Alba
de Federico García Lorca, y Tinísima de Elena Poniatowska, están
vetados en condados de Florida como Orange y Escambia.

Muchos de los libros prohibidos durante este año escolar han
estado en el punto de mira desde el inicio del movimiento
de prohibición de libros en 2021, como 
El color púrpura, de Alice Walker; 
Diecinueve minutos, de Jodi Picoult; y El ojo más azul
Beloved, de Toni Morrison. Los catálogos de Sarah J. Maas,
Stephen King y Ellen Hopkins siguen bajo el efecto 
Letra escarlata 
que se ha extendido por todo Estados Unidos. Incluso 
Wicked:
Memorias de una bruja mala
(Wicked: The Life and Times of the Wicked Witch of the West),
de Gregory Maguire, el libro que inspiró
 
la exitosa adaptación cinematográfica
 
actualmente en los cines, se salvó.
Ha sido prohibido en 32 distritos escolares de todo el país.


viernes, 29 de noviembre de 2024

Cómo Google pasó 15 años creando una cultura de ocultamiento

Publicado en The New York Times
https://www.nytimes.com/es/2024/11/21/espanol/negocios/google-mensajes-empleados-secretos.html


Cómo Google pasó 15 años creando una cultura de ocultamiento

Para evitar demandas antimonopolio, Google ordenó sistemáticamente a sus empleados que destruyeran los mensajes, evitaran ciertas palabras y copiaran a los abogados con la mayor frecuencia posible.

 

Por David Streitfeld

David Streitfeld ha escrito sobre Google desde que era una empresa emergente.

21 de noviembre de 2024

 

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A fines de 2008, mientras Google se enfrentaba al escrutinio antimonopolio por un acuerdo publicitario con su rival Yahoo y lidiaba con demandas por patentes, marcas registradas y derechos de autor, sus ejecutivos enviaron un memorando confidencial.

“Creemos que la información es buena”, les dijeron los ejecutivos a los empleados. Sin embargo, también afirmaron que los reguladores gubernamentales o los competidores podrían aprovecharse de las palabras que los trabajadores de Google se escribieran unos a otros de manera casual e irreflexiva.

Para minimizar las probabilidades de que un juicio pudiera sacar a la luz los comentarios que podrían ser incriminatorios, Google dijo que los empleados debían abstenerse de especulaciones y sarcasmos y “pensárselo dos veces” antes de escribirse unos a otros sobre “temas candentes”. “No hagas comentarios antes de conocer todos los hechos”, se les indicó.

También se modificó la tecnología. La configuración de la herramienta de mensajería instantánea de la empresa se cambió a “extraoficial”. Las frases incautas se borrarían al día siguiente.

El memorando se convirtió en la primera acción de una campaña de 15 años que fue emprendida por Google para convertir a la acción de borrar en la norma de sus comunicaciones internas. Mientras el gigante de internet almacenaba la información del mundo, creaba una cultura laboral que intentaba minimizar la suya propia. Entre las herramientas utilizadas destacan el uso del privilegio legal como un escudo y la imposición de restricciones a su propia tecnología, todo eso mientras advertía de manera continua que los comentarios irreflexivos podrían hundir incluso a la corporación más exitosa.

La manera en que Google desarrolló esta cultura de desconfianza se reveló a partir de cientos de documentos y pruebas, así como de testimonios de testigos, en tres juicios antimonopolio celebrados el año pasado contra la empresa de Silicon Valley. Los demandantes —Epic Games en un caso, y el Departamento de Justicia en los otros dos— intentaban demostrar un comportamiento monopolístico, lo que les obligó a analizar correos electrónicos, memorandos y mensajes instantáneos de cientos de ingenieros y ejecutivos de Google.

Las pruebas y testimonios demostraron que la empresa tomó numerosas medidas para mantener a raya las comunicaciones internas. Animaba a los empleados a poner “privilegio abogado-cliente” en los documentos y siempre añadir a un abogado de Google a la lista de destinatarios, aunque no hubiera temas legales de por medio y el abogado nunca respondiera.

Las empresas que se anticipan a un litigio están obligadas a conservar los documentos. Pero Google eximió a la mensajería instantánea de las retenciones legales automáticas. Si los trabajadores se veían implicados en un proceso legal, dependía de ellos activar su historial de chat. Por lo visto en los juicios, pocos lo hicieron.

Google no es ni mucho menos la única empresa que intenta mantener las nuevas formas de comunicación afuera de los juzgados. A medida que los mensajes instantáneos y de texto se han convertido en populares herramientas de oficina, las empresas y los reguladores se han enfrentado cada vez más sobre cómo pueden utilizarse en los tribunales.

Hace una generación, una conversación entre amigos o una llamada telefónica podía ser incriminatoria, pero las palabras se disolvían en el aire. Alguien podría recordarlas, pero siempre podían negarse. Tal vez los oyentes escucharon mal o entendieron mal.

A las empresas les gustaría que los mensajes instantáneos fueran tan efímeros como una conversación en la vida real. Un comentario hecho por mensaje de texto a un subordinado sobre las implicaciones de una fusión no es más que cháchara, argumentan. Pero los reguladores y los litigantes los consideran un juego limpio.

En agosto, la Comisión Federal de Comercio (FTC, por su sigla en inglés), que ha interpuesto una demanda para detener una fusión de supermercados de 25.000 millones de dólares entre Albertsons y Kroger, dijo que varios ejecutivos de Albertsons habían demostrado “una práctica generalizada” de borrar mensajes de texto relacionados con la empresa, incumpliendo la obligación legal de conservarlos.

Algunos de estos mensajes, según la FTC, sugerían que al menos un ejecutivo pensaba que los precios podrían aumentar como resultado de la fusión. El juez dijo que Albertsons “no tomó medidas razonables” para conservar los mensajes, pero no sancionó a la cadena. Albertsons declinó hacer comentarios.

En abril, la FTC dijo en una presentación legal como parte de su caso antimonopolio contra Amazon que los ejecutivos de la compañía habían utilizado Signal, la aplicación de mensajería que puede configurarse para que desaparezcan los mensajes, con el fin de discutir temas relacionados con la competencia, incluso después de que se les exigiera conservar todas las comunicaciones en el caso. Amazon dijo que las afirmaciones de que había destruido información eran “infundadas e irresponsables”.
Sin embargo, Google ha sido la empresa que ha enfrentado las mayores críticas por sus acciones porque los jueces de los tres casos antimonopolio han reprendido a la compañía por sus prácticas de comunicación.

El juez James Donato del Tribunal para el Distrito Norte de California, quien presidió el caso Epic, dijo que había “una arraigada cultura sistémica de supresión de pruebas relevantes dentro de Google” y que el comportamiento de la empresa era “un ataque frontal a la administración imparcial de justicia”. Añadió que, tras el juicio, iba a “llegar al fondo” de quién era el responsable en Google de permitir este comportamiento. El juez Donato declinó hacer comentarios.

La jueza Leonie Brinkema, del Tribunal para el Distrito Este de Virginia, quien supervisa el caso antimonopolio de Google relacionado con la tecnología publicitaria, dijo en una audiencia celebrada en agosto que las políticas de conservación de documentos de la empresa “no eran la manera en que debería funcionar una entidad corporativa responsable”. Y añadió: “Es probable que se hayan destruido muchísimas pruebas”.

El Departamento de Justicia ha pedido a la jueza Brinkema que emita sanciones, lo que supondría una presunción de que el material desaparecido era desfavorable para Google en los temas de los casos llevados a juicio, incluido el poder de monopolio y si su conducta fue anticompetitiva. Los alegatos finales del caso están previstos para el lunes.

En un comunicado, Google dijo tomarse “muy en serio nuestra obligación de conservar y presentar los documentos pertinentes. Durante años hemos respondido a consultas y litigios, y educamos a nuestros empleados sobre el privilegio legal”. La empresa dijo que había proporcionado “millones de documentos” solo en los casos del Departamento de Justicia.

Desde el punto de vista de Google, era la Marie Kondo de las empresas, limitándose a poner en orden sus registros y archivos. Pero lo hizo de manera tan exhaustiva y obsesiva que creó la ilusión de engaño que tanto intentaba disipar, dijo Agnieszka McPeak, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad Gonzaga, quien ha escrito sobre la destrucción de pruebas.

“Google tenía una política corporativa vertical de ‘No guardes nada que pueda hacernos quedar mal’”, dijo. “Y eso hace que Google quede mal. Si no tienen nada que ocultar, piensa la gente, ¿por qué actúan como si lo tuvieran?”.

La larga sombra de Microsoft

Google se fundó en septiembre de 1998, pocos meses después de que la empresa tecnológica más dominante de la época —Microsoft— fuera demandada por el Departamento de Justicia por violación de las leyes antimonopolio. Para demostrar que Microsoft monopolizaba de manera ilegal el mercado de los navegadores web, el Departamento de Justicia no tuvo que ir muy lejos para encontrar memorandos condenatorios.

“Tenemos que continuar nuestra yihad el año que viene”, escribió un vicepresidente de la empresa al presidente ejecutivo de Microsoft, Bill Gates, en un memorando. Otro ejecutivo, tratando de persuadir a Apple para que eliminara una función, dijo: “Queremos que acuchilles al bebé”.

Microsoft perdió el caso, aunque el veredicto fue anulado parcialmente en una apelación. Sin embargo, fue una experiencia lo bastante cercana a la muerte como para que la siguiente generación de empresas tecnológicas, incluida Google, desconfiaran tanto de los documentos como de los comentarios.

El problema fue que la tecnología facilitó enormemente la producción y conservación de ambos. Google producía 13 veces más correos electrónicos que el promedio de empresas por empleado antes de cumplir una década, según declaró Kent Walker, el principal abogado de Google, en el juicio de Epic. Dijo que Google se sentía desbordada, y la empresa tenía claro que las cosas solo empeorarían si no se hacían cambios.

El memorando de 2008 que decía que los mensajes de chat se purgarían automáticamente estaba firmado por Walker y Bill Coughran, un ejecutivo de ingeniería. Señalaban que Google tenía “una cultura de correo electrónico y mensajería instantánea”. Sus herramientas de mensajería instantánea, primero llamadas Talk, más tarde Hangouts y después Chat, fueron adoptadas rápidamente por los empleados.

Chat era el lugar en el que los ingenieros podían ser un poco espontáneos, de manera segura. Como escribió un empleado en una conversación que se divulgó como prueba en un juzgado, la necesidad de ser cauteloso “hace que la comunicación escrita sea menos interesante, a veces incluso menos útil. Pero por eso tenemos chats extraoficiales”.

Google, como muchas otras empresas, tiene que hacer frente a tantos pleitos que algunos empleados están vinculados a varios procesos al mismo tiempo. Algunos pueden involucrados en litigios durante toda su carrera.

Lauren Moskowitz, abogada de Epic, preguntó a Walker durante su testimonio en el caso cómo funcionaba realmente poner a los empleados al mando del proceso.

“Usted esperaba que sus empleados, cientos, miles de empleados, dejaran de hacer lo que estaban haciendo por cada mensaje instantáneo que enviaban o recibían cada día, y analizaran una lista de temas con algún tipo de retención legal, para decidir si debían tomar una medida para cambiar una configuración predeterminada en su chat antes de llevar a cabo el resto de sus actividades”, dijo Moskowitz.

Walker respondió que la política había sido “razonable en su momento”.

A medida que Google crecía, su vocabulario se reducía. En un memorando de 2011 titulado “Conceptos básicos antimonopolio para el equipo de búsqueda”, la empresa recomendaba evitar “metáforas que impliquen guerras o deportes, ganar o perder”, y rechazar las referencias a “mercados”, “cuota de mercado” o “dominio”.

En un tutorial posterior para los nuevos empleados, Google dijo que incluso una frase tan benigna como “poner productos en manos de nuevos clientes” debería evitarse porque “puede interpretarse como expresión de la intención de negar a los consumidores la posibilidad de elegir”.

Si utilizar las palabras adecuadas y borrar los mensajes no mantenía a Google afuera del juzgado, concluyó la empresa, invocar a los abogados sí lo haría.

En el caso Epic, el demandante alegó que las numerosas evocaciones de Google del privilegio abogado-cliente eran meramente para aparentar, para mantener los documentos fuera del juzgado. Sundar Pichai, director ejecutivo de Google, escribió en un correo electrónico de 2018 a otro ejecutivo: “Privilegio del cliente abogado, confidencial, Kent, por favor, un consejo”, refiriéndose a Walker. El correo electrónico, sobre un asunto no legal, fue retenido por Google y despojado de su privilegio solo después de que Epic lo exigió en corte.

Se pidió a Walker que explicara al juez el comportamiento de Google. Negó que existiera “una cultura de ocultamiento”, pero dijo que uno de los problemas era que los empleados no estaban seguros del significado de ciertas palabras.

“Piensan que la palabra ‘privilegio’ es similar a ‘confidencial’”, dijo.
En el juicio de Epic salió a la luz un mensaje en el que un abogado de Google calificaba de “falso privilegio” la práctica de copiar a los abogados en los documentos y parecía bastante divertido por eso. Walker dijo sentirse “decepcionado” y “sorprendido” al oír ese término.

El jurado del caso falló a favor de Epic en los 11 cargos en diciembre.

Google declinó que Pichai y Walker hicieran comentarios. El mes pasado, tres grupos de defensa, liderados por el American Economic Liberties Project, pidieron que Walker fuera investigado por el Colegio de Abogados del Estado de California por entrenar a Google para “participar en la destrucción generalizada e ilegal” de documentos relevantes para los juicios federales.

‘Lo que pasa en Las Vegas’

En septiembre de 2023, cuando Google iba a juicio en un caso antimonopolio sobre su dominio en las búsquedas de internet, el Departamento de Justicia afirmó que la empresa había retenido decenas de miles de documentos, alegando que eran confidenciales. Cuando los documentos fueron revisados por el tribunal, se consideró que, después de todo, no eran confidenciales.

El juez Amit P. Mehta, del Tribunal de Distrito de Columbia de Estados Unidos, escribió: “El tribunal se siente sorprendido por los extremos a los que Google llega para evitar crear un rastro documental para los reguladores y los litigantes”. Señaló que Google había aprendido claramente la lección de Microsoft: había formado eficazmente a sus empleados para que no crearan “malas” pruebas.

Mehta dijo que, en última instancia, no importaba: en agosto, declaró a Google culpable de monopolio. Sin embargo, dijo que no creía que la empresa se estuviera comportando bien.

“Cualquier empresa que haga recaer en sus empleados la responsabilidad de identificar y conservar las pruebas pertinentes lo hace por su cuenta y riesgo”, escribió, añadiendo que Google podría no tener tanta suerte para evitar sanciones en el próximo caso.

El siguiente caso llegó en septiembre, cuando el Departamento de Justicia argumentó en la sala del juzgado de Brinkema, en Virginia, que Google había creado un monopolio en la muy rentable tecnología de anuncios en línea.

Las pruebas de los casos demostraron que los empleados de Google habían aprendido a ser un poco paranoicos por el bien de la empresa y de sus propias carreras. Habla en la oscuridad, insistían una y otra vez, en lugar de hacerlo en la luz.

“¿Cómo apagamos el historial?”, escribió Adam Juda, vicepresidente de gestión de productos, en un chat de 2020. “Yo no hago historial 🙂”.

A veces, los ejecutivos estaban tan preocupados por dejar un registro que por defecto optaban por una tecnología obsoleta.

En 2017, Robert Kyncl, entonces director comercial de YouTube, filial de Google, preguntó a su jefa, Susan Wojcicki, si tenía un fax en casa. Kyncl explicó que tenía un “documento privilegiado” y que “solo no quería enviar correos electrónicos”. Wojcicki, quien falleció en agosto, no tenía fax.

Si los empleados querían llevar un registro electrónico, eran reprendidos. En un chat de grupo de 2021, un empleado preguntó: “¿Puedo guardar el historial aquí? Necesito guardar algunos datos para la memoria”.

No está bien, dijo Danielle Romain, vicepresidenta de Trust, un equipo de Google que busca soluciones que mejoren la privacidad y la confianza de los usuarios. “La discusión que inició este hilo se adentra en territorio legal y potencialmente competitivo, que me gustaría ser consciente de tener bajo privilegio”, dijo. “Me gustaría ceñirme a la opción por defecto de historial apagado”.

Julia Tarver Wood, abogada del Departamento de Justicia, dijo en una audiencia celebrada en agosto en el caso de la tecnología publicitaria que los empleados de Google “se referían a estos chats extraoficiales como ‘Las Vegas’. Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas”.

Google dijo que hizo todo lo posible por facilitar al gobierno los documentos que pudo y que, en cualquier caso, el Departamento de Justicia no demostró que las conversaciones eliminadas fueran cruciales para su caso. El Departamento de Justicia dijo que no podía hacerlo porque el material había sido borrado.

Los reguladores han subrayado recientemente que no hay “Vegas” en los chats. Este año, la FTC y la división antimonopolio del Departamento de Justicia lo dejaron “meridianamente claro” en un memorando de aplicación: las comunicaciones a través de aplicaciones de mensajería son documentos y deben conservarse si hay amenaza de litigio.

El año pasado, Google cambió sus procedimientos. Por defecto, pasó a guardarlo todo, incluidos los chats. Los empleados en espera de juicio ya no pueden desactivar el historial.

Sin embargo, los viejos hábitos son difíciles de cambiar. En un chat, los empleados respondieron a la noticia formando un grupo para comunicarse en secreto por WhatsApp, la aplicación de mensajería segura de Meta

"¡Quemadlo con fuego!" - El uso de ChatGPT «polariza» a los revisores

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/corrupting-chatgpt-use-polarises-peer-reviewers   Quemadlo...