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martes, 8 de abril de 2025

CHINA destrona a U.S.A. como líder mundial en investigación

Publicado en sinpermiso
https://sinpermiso.info/textos/china-destrona-a-ee-uu-como-lider-mundial-en-investigacion


China destrona a EE. UU. como líder mundial en investigación

Imran Khalid 06/04/2025

En la última década, se ha producido un profundo cambio en el mundo académico mundial que ha alterado fundamentalmente la jerarquía de la investigación científica. China, que en su día se consideraba un actor periférico en la ciencia de vanguardia, ha ascendido ahora a la vanguardia de la excelencia académica. Las últimas clasificaciones del Nature Index revelan una tendencia asombrosa: nueve de las diez principales instituciones de investigación del mundo son ahora chinas, siendo la Universidad de Harvard la única presencia occidental en el escalón superior.

Esta transformación sísmica, mientras la administración Trump está instituyendo recortes profundos en la financiación para la investigación y cerrando el Departamento de Educación, subraya no solo la destreza científica de China, sino también su visión estratégica para el liderazgo global en innovación y tecnología. Para apreciar plenamente el ascenso meteórico de China, uno debe mirar hacia atrás al panorama académico de hace una década. Cuando se publicaron por primera vez las clasificaciones del Nature Index Global en 2014, solo ocho universidades chinas entraron en el top 100. Hoy en día, ese número se ha quintuplicado con creces, con 42 instituciones chinas que ahora se encuentran entre las mejores del mundo, superando a las 36 universidades estadounidenses y a las cuatro británicas de la lista.

Entre estas instituciones, la Universidad de Ciencia y Tecnología de China (USTC) se ha convertido en un formidable centro de investigación. Ahora ocupa el segundo lugar a nivel mundial, con un total de 2585 artículos de investigación de gran impacto y una cuota de contribución de 835,02. Del mismo modo, la Universidad de Zhejiang, la Universidad de Pekín y la Universidad de Tsinghua han consolidado su posición como líderes en el ámbito académico mundial, con investigaciones innovadoras en campos que van desde la computación cuántica hasta las energías renovables.

Un análisis más detallado de los datos del Nature Index revela que el dominio de China es particularmente pronunciado en química, ciencias físicas y ciencias de la tierra y del medio ambiente. Solo en química, las universidades chinas ocupan los 10 primeros puestos, una hazaña asombrosa que refleja el compromiso del país con la investigación fundamental. Del mismo modo, en ciencias físicas, ocho de las 10 principales instituciones son chinas, lo que indica un cambio en las prioridades de investigación a nivel mundial.

Mientras que Estados Unidos sigue liderando la investigación biomédica y traslacional, China está acortando rápidamente distancias. Instituciones como la Universidad Jiao Tong de Shanghái y la Academia China de Ciencias están haciendo importantes avances en biotecnología, genética y ciencias farmacéuticas, campos tradicionalmente dominados por universidades occidentales. El contraste en el énfasis de la investigación —el enfoque de China en ingeniería y ciencias aplicadas frente a la fortaleza de Occidente en investigación médica— ilustra cómo las diferentes regiones se están posicionando para la futura supremacía tecnológica.

La transformación de China en una potencia investigadora no ha sido casual. Es el resultado de decisiones políticas deliberadas, una inversión financiera sustancial y reformas sistémicas destinadas a mejorar la calidad académica. Según la Oficina Nacional de Estadística de China, el gasto en investigación y desarrollo (I+D) del país alcanzó un máximo histórico de 3,61 billones de yuanes (aproximadamente 500 000 millones de dólares) en 2024. Esto representa un aumento interanual del 8,3 % y representa el 2,68 % del PIB de China, un porcentaje que sigue aumentando de forma constante. A diferencia del pasado, en el que la financiación de la investigación se repartía escasamente entre muchos proyectos, el gobierno chino ha adoptado un enfoque más estratégico, canalizando los recursos hacia áreas clave como la inteligencia artificial, la ciencia de los materiales y la exploración espacial.

Uno de los cambios de política más notables ha sido el abandono de los criterios de evaluación basados en publicaciones. Anteriormente, se incentivaba a los académicos chinos a publicar el mayor número posible de artículos, a menudo a expensas de la calidad. Sin embargo, las recientes reformas han introducido un sistema de revisión por pares más riguroso que da prioridad a la investigación impactante e innovadora sobre el mero volumen. Este cambio ha dado lugar a una mejora significativa de la credibilidad y la influencia mundial de la producción científica china.

Otro factor crucial en el resurgimiento académico de China han sido sus agresivas estrategias de adquisición de talento. El «Programa de los Mil Talentos», lanzado en 2008, ha atraído con éxito a miles de investigadores chinos y extranjeros de primer nivel a las principales universidades del país. Al ofrecer salarios competitivos, instalaciones de investigación de vanguardia y una financiación sustancial, China ha revertido el fenómeno de la «fuga de cerebros» y ha creado un entorno en el que los investigadores de primer nivel pueden prosperar.

Además, se ha dado a las universidades una mayor autonomía en las decisiones de contratación, el desarrollo de planes de estudios y las colaboraciones internacionales. Esta descentralización ha permitido a las instituciones ser más dinámicas y receptivas a las tendencias científicas mundiales, acelerando aún más el ascenso de China como superpotencia académica. La creciente influencia de China en el mundo académico no es solo un logro intelectual, sino que tiene importantes ramificaciones geopolíticas. Los avances del país en áreas como la computación cuántica, la inteligencia artificial y la biotecnología han suscitado preocupación en Occidente, especialmente en Estados Unidos, donde los responsables políticos ven el auge científico de China como un desafío a la supremacía tecnológica estadounidense.

En respuesta, Washington ha implementado una serie de políticas restrictivas, incluyendo controles de exportación de tecnología avanzada de semiconductores y limitaciones de visados para investigadores chinos. Sin embargo, en lugar de frenar el progreso de China, estas medidas solo han intensificado el impulso del país hacia la autosuficiencia. La reciente presentación del modelo DeepSeek R1 AI, que rivaliza con el GPT-4 de OpenAI a pesar de haber sido desarrollado con chips nacionales, es un testimonio de la capacidad de China para innovar bajo presión.

Además, las colaboraciones de investigación de China se están extendiendo más allá de Occidente. Cada vez más, las instituciones chinas están formando asociaciones con universidades de África, América Latina y Oriente Medio, fomentando un nuevo orden académico que desafía el modelo tradicional de intercambio científico centrado en Occidente. Este cambio no solo está fortaleciendo la influencia de China en los mercados emergentes, sino que también está remodelando el panorama de la investigación mundial de formas que eran inimaginables hace apenas una década.

A medida que China continúa consolidando su posición como líder en investigación académica, surgen preguntas sobre el futuro equilibrio de poder en la ciencia global. ¿Podrán Estados Unidos y Europa recuperar su antiguo dominio, o tendrán que adaptarse a un mundo académico multipolar donde China desempeña un papel central? Aunque las instituciones occidentales siguen liderando en muchas áreas, el rápido ascenso de China demuestra que la excelencia científica ya no se limita a un puñado de universidades de élite en Estados Unidos y Europa. El cambio no se trata solo de números. Se trata de influencia, innovación y la capacidad de establecer la agenda para el futuro de la ciencia y la tecnología.


 
analista geoestratégico y columnista de asuntos internacionales. Su trabajo ha sido ampliamente publicado por prestigiosas organizaciones y publicaciones internacionales de noticias.
Fuente:
counterpunch.org, 27/3/2025
Traducción:Antoni Soy Casals

jueves, 3 de abril de 2025

2,000 científicos denuncian “el peligro real” de Trump: “El sistema de ciencia está siendo destruido”

Publicado en El País
https://elpais.com/ciencia/2025-04-01/dos-millares-de-los-mejores-cientificos-del-mundo-denuncian-el-peligro-real-de-trump-el-sistema-cientifico-esta-siendo-destruido.html




Dos millares de los mejores científicos del mundo denuncian “el peligro real” de Trump: “El sistema de ciencia está siendo destruido”

Miembros de las academias estadounidenses envían “un SOS” ante los recortes salvajes, la censura y los despidos ideológicos


Más de 1.900 miembros de las academias científicas estadounidenses —la élite mundial de sus disciplinas— han firmado una carta abierta en la que denuncian el “peligro real” que supone “el ataque sistemático contra la ciencia” encabezado por el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El texto es durísimo. “Tenemos creencias políticas diversas, pero estamos unidos como investigadores en la defensa de la independencia de la investigación científica. Enviamos este SOS como una advertencia clara: el sistema científico del país está siendo destruido”, alertan. La carta está dirigida “al pueblo estadounidense”, pero el desaguisado provocado por Trump podría tener consecuencias en la esperanza de vida de toda la humanidad. Estados Unidos pone uno de cada cuatro euros dedicados en el mundo a la ciencia y la tecnología.

“La Administración está imponiendo la censura, destruyendo nuestra independencia. Está utilizando órdenes ejecutivas y amenazas financieras para manipular qué estudios se financian o publican, cómo se comunican los resultados y qué datos pueden ser accesibles para la población. La Administración está bloqueando investigaciones sobre temas que considera cuestionables, como el cambio climático, o cuyos resultados no le agradan, en temas que van desde la seguridad de las vacunas hasta la economía”, advierte la carta.

Entre los casi dos millares de firmantes hay figuras de dentro y fuera de Estados Unidos, como la viróloga francesa Françoise Barré-Sinoussi, ganadora del Nobel de Medicina de 2008 por descubrir el virus del sida; el astrofísico alemán Reinhard Genzelnobel de Física por detectar el agujero negro en el centro de nuestra galaxia; el virólogo estadounidense Harvey J. Alter, merecedor del Nobel de Medicina de 2020 por el descubrimiento del virus de la hepatitis C; y el bioquímico español Joan Massagué, director del brazo científico del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering, en Nueva York.

Los autores de la carta sostienen que el sistema científico estadounidense es “la envidia del mundo”, tras casi un siglo de “sabias inversiones” del Gobierno de Estados Unidos. “Increíblemente, la Administración Trump está desestabilizando este sistema al recortar drásticamente la financiación, despedir a miles de científicos, restringir el acceso público a los datos y presionar a los investigadores para que alteren o abandonen su trabajo por motivos ideológicos”, alertan los firmantes.

La misiva no cita directamente al hombre más rico del mundo, Elon Musk, pero sí lamenta los tijeretazos brutales ejecutados desde el Departamento de Eficiencia Gubernamental dirigido por el magnate. “Estos recortes están obligando a las instituciones a interrumpir investigaciones (incluidos estudios sobre nuevos tratamientos de enfermedades), despedir a profesores y dejar de admitir a estudiantes de posgrado, lo que pone en riesgo la formación de la próxima generación de científicos”, señalan los autores de la carta.

Entre los firmantes figuran al menos otros dos prestigiosos científicos españoles: el genetista Ginés Morata y el virólogo Esteban Domingo, miembros de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense. “El desarrollo científico de todo el mundo puede sufrir muchísimo. Esto es un asalto de la sinrazón al mundo de la razón. Uno lee las cosas que hace Trump y se queda pasmado. Es inimaginable que ponga de secretario de Salud a un hombre que no cree en las vacunas [Robert F. Kennedy Jr.], es como si yo no creyera en la ley de la gravitación universal”, declara por teléfono Morata, un investigador que ha iluminado el desarrollo embrionario de todos los animales desde su laboratorio en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC), en Madrid.

Su colega Esteban Domingo también es muy crítico con Trump. “La ciencia en Estados Unidos ha sido importantísima para llevar al país donde está. Los recortes están obligando a los científicos a romper proyectos y a emigrar. Esto es una ruptura increíble respecto al pasado de Estados Unidos. Me cuesta entender que estén aceptando esto. El país era un ejemplo que se está echando a perder por una persona”, argumenta.

Los dos millares de firmantes denuncian el “clima de miedo” que se ha apoderado de la comunidad científica en Estados Unidos. “Hay investigadores, temerosos de perder su financiación o su estabilidad laboral, que están eliminando sus nombres de sus publicaciones, abandonando estudios y reescribiendo solicitudes de subvención y artículos para omitir términos científicamente precisos, como cambio climático, que las agencias financiadoras han comenzado a señalar como problemáticos”, advierten.

“El daño al sistema científico de nuestro país podría tardar décadas en revertirse. Hacemos un llamamiento a la Administración para que detenga su ataque sistemático contra la ciencia en Estados Unidos, y urgimos al público a unirse a este llamamiento”, concluyen los firmantes. “La voz de la ciencia no debe ser silenciada. Todos nos beneficiamos de la ciencia, y todos perderemos si se destruye el sistema científico del país”.


martes, 1 de abril de 2025

U.S.A.: la Universidad de Columbia capitula

 Publicado en sinpermiso




La Universidad de Columbia capitula. Dossier


¿Merece todavía Columbia el nombre de universidad?

Rashid Khalidi

No se trató nunca de eliminar el antisemitismo. Siempre se trató de silenciar a Palestina. Eso es lo que siempre se pretendió conseguir amordazando a los estudiantes que protestaban, y amordazando ahora al profesorado. Mientras que los partidarios de la matanza israelí-norteamericana en Gaza pueden haberse sentido ofendidos por sus protestas, un gran número de los estudiantes cuyos derechos de libertad de expresión se han infringido mediante castigos draconianos eran judíos.

Muchos de los miembros del profesorado que están a punto de verse privados de la libertad académica y de gobierno de sus escuelas, y a los que quizás se despida, son judíos, y, de hecho, algunos son israelíes. Si realmente se tratara de discriminación, la universidad habría tomado medidas contra el incesante acoso a estudiantes y profesores palestinos, árabes y musulmanes, y a sus aliados y simpatizantes, en lugar de respaldarlo y permitirlo.

Se trató siempre de proteger las monstruosas y transparentes mentiras de que la guerra genocida israelí-norteamericana de 17 meses contra todo el pueblo palestino era solo una guerra contra Hamás, o que cualquier cosa que se hiciera el 7 de octubre de 2023 justifica las matanzas en serie de al menos 50.000 personas en Gaza, la mayoría de ellas mujeres, niños y ancianos, y la limpieza étnica del pueblo de Palestina en su patria. Estas mentiras, generadas por Israel y sus propiciadores, que impregnan nuestro sistema político y a nuestras élites adineradas, las repitieron incesantemente las administraciones de Biden y Trump, el New York Times y Fox News, y ahora las sanciona oficialmente una universidad que fue antaño grande.

Estas mentiras tienen sus raíces en un racismo flagrante. Frantz Fanon escribió que el maniqueísmo del colonizador a veces «llega a su conclusión lógica y deshumaniza al nativo, o para hablar claro, lo convierte en animal». De hecho, el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, calificó en octubre de 2023 de «animales humanos» a los palestinos. Benjamin Netanyahu dijo de ellos: «No les llamo animales humanos porque sería insultar a los animales». En esta guerra colonial, a través de esta lente, las vidas palestinas, al igual que otras vidas morenas y negras, se convierten en una masa sin valor, sin rostro y deshumanizada, mientras que se elevan, se aprecian y se lloran individualmente otras vidas.

Deberíamos aferrarnos a estos pensamientos tanto como podamos, porque en el mundo distópico en el que hemos entrado, la simple mención de la raza y el racismo son, o pronto serán, violaciones de la perversa lectura actual de la ley federal. Una vez que los quislings que dirigen la Universidad de Columbia hayan puesto en práctica los decretos de sus amos en Washington y en el consejo de administración, una vez que se hayan extendido estos decretos a otras universidades amenazadas, será realmente peligroso enseñar e incluso citar a Fanon, como lo será la mera mención de la raza y el racismo, por no hablar del género, la discapacidad y muchas otras cosas. Nos estamos acercando a la situación de las universidades chilenas bajo Pinochet, en las que, por orden de un gobierno autoritario, se prohibieron ideas y libros, se expulsó y se detuvo a estudiantes, hubo departamentos ocupados, y profesores y personal despedidos.

No debemos lamentar en qué se ha convertido Columbia, pues por muy grande que haya sido, nada de esto resulta totalmente nuevo. Antes de las expulsiones y suspensiones actuales, Columbia expulsó una vez en su historia a un estudiante por protestar de forma no violenta: en 1936 por protestar contra el ofrecimiento de una tribuna a los nazis. En 1953, su presidente firmó una carta en la que declaraba a los comunistas no aptos para enseñar. Los administradores de Columbia despidieron a dos profesores por oponerse a la Primera Guerra Mundial por motivos pacifistas, mientras que se detuvo y se encarceló a estudiantes objetores de conciencia.

Durante mucho tiempo, Columbia ha sido dirigida más como el vasto y rico imperio empresarial e inmobiliario que es, que como una institución educativa. Es un lugar donde los fideicomisarios, los donantes y las poderosas escuelas profesionales dictan su política, y no el resto de su profesorado. En la primavera de 2024, dos tercios del claustro de profesores de Artes y Ciencias votaron en contra de otorgar su confianza a una presidenta que cedió a la presión externa, arrojó ó a su claustro a los pies de los caballos y llamó a la policía de Nueva York por primera vez desde 1968. Su sucesor la ha superado, adornando aún más las ya ricas tradiciones represivas de Columbia con una servil obediencia a los dictados del gobierno, promovidos y secundados con entusiasmo por desvergonzados colaboradores en el seno de la universidad.

Después de la capitulación del viernes, Columbia apenas merece el nombre de universidad, ya que su enseñanza y saber académico sobre Oriente Medio, y enseguida sobre muchas otras cosas, pronto serán objeto de examen por parte de un «vicerrector de pedagogía inclusiva», en realidad un vicerrector de propaganda israelí. Los partidarios de Israel, enfurecidos porque los estudios sobre Palestina hayan encontrado un lugar en Columbia, la denominaron en su día el «Bir Zeit del Hudson». Pero si sigue mereciendo el nombre de universidad, debería llamarse el Vichy del Hudson.

The Guardian, 25 de marzo de 2025

 

El gobierno de los EE.UU. manda una nota de rescate a la Universidad de Columbia

Sheldon Pollock

Como un capo de la mafia, el Gobierno amenaza con cortarle dos dedos a la Universidad: la libertad académica y el gobierno del profesorado

El pasado 15 de marzo, la Universidad de Columbia recibió lo que sólo puede describirse como la carta más peligrosa de la historia de la educación superior en los Estados Unidos. El remitente era el gobierno de los Estados Unidos. Como si de una nota de rescate se tratara, la misiva gubernamental insiste en que Columbia cumpla con una lista de exigencias de la administración Trump para tener siquiera una oportunidad de recuperar los 400 millones de dólares en fondos federales para la investigación científica que el Gobierno canceló el 7 de marzo.

Curiosamente, uno de los objetivos específicos identificados en la carta era el departamento de Columbia de Estudios de Oriente Medio, Asia Meridional y África (Mesaas), un pequeño departamento de humanidades dedicado al estudio de las lenguas, las culturas y la historia de esas regiones. El Gobierno exigió que se pusiera el departamento de Mesaas bajo «administración judicial» -básicamente, que la universidad se hiciera cargo de él- como condición previa para proseguir las negociaciones.

La batalla contra el autoritarismo que se está imponiendo en Washington parece girar hoy en parte en torno al destino de Mesaas.

¿Por qué Mesaas?

La campaña de Trump para destruir la independencia de la educación superior estadounidense comenzó cuando una obscura agencia federal, la Administración de Servicios Generales (GSA), en colaboración con los Departamentos de Salud y Servicios Humanos y de Educación, coordinó la extraordinaria medida de rescindir 400 millones de dólares en fondos federales para la investigación científica en Columbia, ya que Columbia «ha fracasado en lo fundamental a la hora de proteger a los estudiantes y profesores norteamericanos de la violencia y el acoso antisemitas».

Tras amenazar a otras 60 universidades con el mismo destino, el 13 de marzo el Gobierno envió su nota de rescate sólo a Columbia. Sus condiciones debían cumplirse en un plazo de siete días, y no a cambio de la liberación de los fondos, sino simplemente como «condiciones previas». A continuación, se presentarían otras exigencias para una «negociación formal», que no sería una verdadera negociación, porque la GSA seguiría reteniendo el dinero de la universidad, como un mafioso.

Las condiciones previas se refieren principalmente a la vigilancia de las protestas estudiantiles en el campus. Es probable que su imposición viole tanto la ley federal como la Constitución estadounidense, como ha dejado claro el claustro de profesores de Derecho de Columbia. Pero en un movimiento sorprendente e igualmente ilegal, el Gobierno se hacía con otro rehén en su carta: Mesaas. Durante un periodo de cinco años, Columbia debe poner académicamente bajo administración externa al departamento. A la universidad se le dio el mismo ultimátum de siete días para que especificara «un plan completo, con fechas concretas de entrega» para aplicar dicha administración.

Se trata de un intento sin precedentes de hacerse con el control de personas e ideas en una universidad norteamericana. En ocasiones, las universidades se ven obligadas a poner un departamento académico bajo administración externa, normalmente cuando se rompe el autogobierno del departamento. Normalmente, la administración nombra como director a un miembro de otro departamento durante un curso académico. El autogobierno actual de Mesaas es excelente, y no ha habido problemas en todos los años en los que yo he presidido el departamento.

Que el propio gobierno de los Estados Unidos intervenga directamente en el gobierno de la facultad -especificando el periodo extraordinario de cinco años, y con «metas que satisfacer» de cuyo cumplimiento podría depender la futura financiación de toda la universidad- no tiene precedentes en la historia de la enseñanza superior norteamericanas.

¿Por qué ha escogido señaladamente el Gobierno a este departamento?

La respuesta está clara: porque su profesorado no ha expresado un apoyo firme al Estado de Israel en su labor académica. El gobierno de los Estados Unidos se ha quedado prácticamente solo en el mundo en su inquebrantable apoyo ideológico y financiero a la violencia del Estado de Israel contra el pueblo de Palestina. Recientemente ha proporcionado el consentimiento, la justificación y las armas para la destrucción de Gaza por parte de Israel (esta misma semana se ha relanzado la destrucción, con la condena de todo el mundo, pero no de Washington, que fue el único que dio su apoyo).

Por el contrario, la investigación académica de destacados especialistas en el campo de los estudios sobre Oriente Medio, entre ellos los de Mesaas, ha reflexionado profundamente sobre la complejidad de la situación y ha cuestionado desde hace tiempo las versiones de la historia y las ideas raciales que alimentan las acciones de Israel. Los profesores de Mesaas formulan preguntas difíciles, pero totalmente legítimas, sobre Israel, y eso quiere prohibirlo nuestro gobierno.

El departamento de Mesaas no ha desempeñado papel alguno en la organización de las protestas estudiantiles en favor de Gaza. Pero Washington ha decidido que, además de dictar cómo debe gobernar una universidad la protesta política, debe controlar cómo gobierna la universidad la investigación académica - intensificando un amplio ataque a la investigación sobre Oriente Medio en todas las universidades norteamericana.

Con sus exigencias para hacerse esencialmente con el control de Mesaas, el gobierno federal está socavando dos principios fundamentales de la universidad estadounidense: el derecho de los departamentos académicos a autogobernarse y la libertad de los miembros del profesorado a expresar sus opiniones sin temor, lo mismo como autoridades en su campo de investigación que a título particular.

Columbia debe decidir antes del jueves 20 de marzo cómo responder a esta nota de rescate, en la que el Gobierno amenaza con cortarle dos dedos a la universidad: la libertad académica y el gobierno del claustro profesoral. Si la administración de Columbia capitula, eso marcará el comienzo de su propia destrucción y la de la universidad norteamericana como tal, precisamente lo que ha pedido el American Enterprise Institute, que proporcionó el modelo para la nota.

Los tribunales han parado hasta ahora más de cuarenta iniciativas de la Administración, aunque sigue sin estar claro si va a obedecer el jefe de la mafia. Sin embargo, mientras tengamos un sistema judicial funcional, la respuesta de Columbia a Trump sólo puede ser: nos vemos en los tribunales.

The Guardian, 19 de de marzo de 2025

 

¿Y si investigamos a Columbia por ser antipalestina?

Peter Beinart

Así que la Universidad de Columbia ha capitulado esencialmente ante las demandas de la administración Trump, lo cual tiene implicaciones para el futuro de Columbia y otras universidades norteamericanas que serán de muy largo alcance. Todavía no conocemos todas las repercusiones.

Pero creo que es importante entender que, aunque Donald Trump esté haciendo esto porque quiere domesticar y paralizar las universidades, sólo porque podrían ser centros de resistencia y pensamiento crítico contra su gobierno autoritario, de la misma manera que quiere paralizar y domesticar los medios de comunicación independientes, o los bufetes de abogados que podrían demandarlo, o el Departamento de Justicia, que podría ser independiente de su control, todas estas cosas, aunque esa es claramente la motivación de Trump, así como su capacidad de utilizar el antisemitismo con eficacia, se basan en el hecho de que hay un discurso sobre el antisemitismo que lleva existiendo desde mucho antes del 7 de octubre, pero que luego se ha intensificado desde la matanza del 7 de octubre, y que ha sido respaldado por muchos, muchos miembros del Partido Demócrata y les hace cómplices, por lo tanto, de esto.

Creo que lo fundamental que tenemos que entender sobre lo que es erróneo en este discurso del antisemitismo, lo que ha contribuido a traernos hasta aquí, no es que esté mal estar que nos preocupe mucho el antisemitismo. Por supuesto, deberíamos preocuparnos mucho el antisemitismo. El problema es que cuando se habla de antisemitismo en el contexto del conflicto entre Israel y Palestina, en el que hay dos grupos nacionales, hay que acompañarlo de un debate sobre el fanatismo antipalestino. Hablar de antisemitismo en el contexto de Israel-Palestina es algo fundamentalmente distinto, en ese sentido, de hablar de ello en el contexto del nacionalismo blanco o de algún otro episodio histórico.

En este caso, la cuestión es: ¿cómo tratamos a la gente de forma justa y equitativa? ¿La discriminamos por su postura en esta relación entre judíos israelíes y palestinos?

Pero, naturalmente, también hay que hacerse una pregunta sobre el otro grupo, sobre los palestinos, si es que pensamos que los palestinos son personas que merecen el mismo trato que los judíos, ¿no? Y en ese caso, si nos imaginamos que el debate sobre el antisemitismo ha de ponerse a la par con el debate sobre el fanatismo antipalestino, creo que la discusión sobre el antisemitismo tendría que ser radicalmente diferente. Porque cuando uno se pregunta si los estudiantes judíos se sienten incómodos o hasta inseguros cuando oyen lemas como «Palestina será libre desde el río hasta el mar» o «globalizar la intifada», también habría que preguntarse cómo se sienten los estudiantes palestinos cuando oyen lemas como «Estoy con las Fuerzas de Defensa de Israel» o «Israel tiene derecho a defenderse», ¿no?

Y cuando nos preguntamos por el acoso, ¿hay estudiantes judíos que son literalmente objeto de acoso por llevar kipa u otras cosas? Deberíamos también preguntarnos si no hay estudiantes palestinos que sean objeto de acoso por llevar kufiya. Pues sospecho que, si hay estudiantes judíos, lamentablemente, que van por el campus de Columbia u otros campus, y a los que les gritan porque llevan kipa, o llevan una estrella de David o lo que sea, creo que es una suposición bastante aceptable que también haya estudiantes palestinos a los que llaman «terroristas» o todo tipo de cosas desagradables, cierto, si llevan kufiya.

Si pensamos en las normas que regulan las protestas, una de las cosas que Trump quiere hacer, pero que estas universidades han venido haciendo desde el 7 de octubre, es tomar verdaderamente medidas drásticas acerca de las reglas de la protesta. Tendríamos que preguntarnos, no solo si Estudiantes por la Justicia en Palestina está violando estas nuevas y muy onerosas reglas sobre protestas, sino si los grupos proisraelíes las violan.  Si tenemos grupos de trabajo para investigar el antisemitismo, también hacen falta grupos de trabajo, no sólo sobre islamofobia, sino también sobre la intolerancia antipalestina, lo cual es algo diferente a la islamofobia. La mayoría de los musulmanes no son palestinos, y no todos los palestinos son musulmanes. Y si nos imagináramos un mundo en el que hacemos todas esas cosas, en el que nos preguntáramos «¿hay intolerancia hacia los palestinos?» al mismo tiempo que nos preguntáramos «¿hay intolerancia hacia los judíos?», entonces, de hecho, todo el debate sobre el antisemitismo sería completamente diferente.

Porque si tuviéramos que admitir que empezar por censurar una frase como «globalizar la Intifada» podría significar también que tuviéramos que censurar una frase como «yo apoyo a las FDI», tendríamos que arriesgarnos a crear un grupo de trabajo sobre actitudes antipalestinas formado por muchos profesores palestinos y pensar en lo que podrían recomendar en términos de cambios en la universidad, por supuesto.

O bien, si tuviéramos que aplicar estas normas sobre protestas por igual y empezáramos a pensar en la forma en que eso afectaría a los derechos de protesta de los estudiantes proisraelíes, entonces, de repente, desaparecería de hecho buena parte de la presión que se está ejerciendo sobre lo que las universidades deberían hacer, ¿verdad? Porque la gente se daría cuenta casi de inmediato de que, si se aplicara igualmente en el caso de los palestinos, se empezaría a infringir esos derechos en formas que serían realmente problemáticas. Obligaría a la gente a empezar a pensar en la importancia de la libertad de expresión, incluida la libertad de expresión que incomoda a la gente.

La única razón por la que la gente siente esta presión para ser tan draconianos en lo que toca a la libertad académica, al derecho a la protesta, es precisamente porque nadie imagina que estos principios puedan aplicarse a estudiantes acusados de intolerancia antipalestina. Y, por supuesto, eso se debe a que no tenemos lenguaje para referirnos a la intolerancia antipalestina en el debate político norteamericano dominante, pues se asume sencillamente que hay que tratar a los palestinos como inferiores. No hay ninguna expectativa de que se les trate con equidad en Palestina e Israel, donde la gran mayoría de los miembros del Parlamento apoyan la idea de un Estado basado en la supremacía legal judía. Y del mismo modo, no hay ninguna expectativa sobre esto en los Estados Unidos, ¿verdad? 

Pero si existiera esa expectativa, entonces todo lo que ha sucedido con el debate sobre el antisemitismo y la forma en que ahora se está utilizando para aplastar realmente la libertad académica y la independencia de las universidades, sencillamente no podría darse como se está dando. Sólo por el hecho de que los palestinos no cuentan en este debate es por lo que tenemos este género de discusión sobre el antisemitismo que nos ha llevado a acabar en este lugar tan desastroso.

The Beinart Notebook, 24 de marzo de 2025

 
historiador palestino-norteamericano de Oriente Próximo, ha sido catedrático Edward Said de Estudios Árabes Modernos en la Universidad de Columbia. Fue editor del Journal of Palestine Studies desde 2002 hasta 2020, cuando pasó a ser coeditor. Es autor de varios libros, entre ellos “The Hundred Years' War on Palestine” y “Palestinian Identity: The Construction of Modern National Consciousness”. Ha sido presidente de la Asociación de Estudios de Oriente Medio y ha impartido clases en la Universidad Libanesa, la Universidad Americana de Beirut, la Universidad de Georgetown y la Universidad de Chicago.
 
es profesor emérito de la cátedra Arvind Raghunathan de estudios sudasiáticos en la Universidad de Columbia y ex director del departamento de Mesaas. No desempeña actualmente ninguna función en la administración del departamento ni de la Universidad y escribe únicamente a título personal.
 
periodista colaborador de The New York Times, The New York Review of Books, The Daily Beast, Haaretz o CNN, fue director de la revista The New Republic. Profesor de la Escuela de Periodismo Craig Newmark de la City University de Nueva York y director de la revista digital Jewish Currents, ha pasado de comentarista liberal judío a manifestarse como agudo crítico de Israel y el credo sionista.
Fuente:
The Guardian, 19 y 25 de marzo de 2025; The Beinart Notebook, 24 de marzo de 2025


domingo, 23 de marzo de 2025

U.S.A.: Comienza Donald Trump a desmantelar la educación

Publicado en La Jornada
https://www.jornada.com.mx/2025/03/21/mundo/020n1mun   





Busca ahorrar e imponer ideología de derecha

Comienza Donald Trump a desmantelar la educación

Firma orden ejecutiva para cerrar el departamento // Eliminarán empleos // Las universidades privadas, en jaque por amenaza de recorte de fondos

David Brooks y Jim Cason
Corresponsales
Periódico La Jornada
Viernes 21 de marzo de 2025, p. 20

Nueva York y Washington., Donald Trump ordenó ayer el desmantelamiento del Departamento de Educación de Estados Unidos, que representa el acto más dramático de su guerra en la materia a fin de imponer una agenda derechista desde el nivel inicial hasta universidades –públicas y privadas– de este país.

Queremos que nuestros niños sean bien educados, nos encanta que vayan a la escuela, dijo Trump mientras firmaba el documento para desmantelar la entidad federal, ayer en la Casa Blanca.

El mandato presidencial instruye que la secretaria de Educación –ex ejecutiva de la asociación profesional de lucha libre Linda McMahon– facilite la clausura de esa secretaría. Todavía no se sabe si se podrá eliminar la secretaría por completo, ya que eso implica un acto del Poder Legislativo, pero con Trump ya ha sido despedida la mitad del personal, cancelado decenas de contratos y discontinuado varios de sus programas y funciones.

A diferencia de las secretarías o ministerios homólogos de otras naciones, el Departamento de Educación no financia ni controla los sistemas públicos de kínder a preparatoria sino que éstos son financiados y administrados a escala estatal y municipal.

Los fondos federales representan 14 por ciento del presupuesto de los planteles oficiales; sin embargo, algunas funciones de esta secretaría sí tienen un impacto en cuestiones como la asistencia a estudiantes especiales, como los que tienen una discapacidad y en la reducción del tamaño de los grupos, así como en los apoyos para maestros y trabajadores sociales. También soporta programas para garantizar equidad racial. Ahora está en duda cómo se realizarán dichas tareas. Un desmantelamiento de la entidad pública tendrá un impacto mucho mayor sobre universidades y sus estudiantes, ya que esa dependencia maneja los préstamos y asistencia financiera al alumnado, así como el proceso para acceder a estos fondos. La agencia Ap reporta que existen 1.5 billones de dólares en deuda estudiantil de más de 40 millones de jóvenes.

Trump, desde su campaña, prometió clausurar Educación, objetivo que ha sido respaldado por republicanos conservadores durante décadas. La justificación es regresar la educación al control local y estatal, para que sean los padres de los estudiantes y sus autoridades locales quienes definan los contenidos académicos que prefieren.

Uno de sus primeros actos como presidente en enero fue declarar: En años recientes, los padres han atestiguado la forma en la que las escuelas han adoctrinando a sus hijos en ideologías radicales antiestadunidenses, mientras deliberadamente obstruyen la supervisión de los jefes de familia.

Detrás de esa justificación, lo que esto siempre ha implicado es frenar las normas nacionales, incluyendo sobre el currículum, que según conservadores son promovidas por la izquierda, incluyendo la exclusión de la religión en las escuelas.

También es para rechazar el manejo de programas para fomentar la inclusión racial y de género, conquistas de los movimientos de derechos civiles de minorías femeninas y de la comunidad gay. A la vez, la propuesta de Trump y aliados es ofrecer programas de opción escolar, que en realidad son un intento de privatización de la educación al ofrecer pagar colegiaturas en escuelas privadas con fondos públicos.

La guerra por autonomía, libre pensamiento y dólares

El uso que el magnate hace de los fondos federales para librar ataques políticos contra universidades ha provocado alarma entre los administradores de centros académicos por todo el país, sobre todo porque se inició una guerra contra algunas de las universidades privadas de mayor prestigio, incluyendo Harvard, Columbia, Yale y ahora la de Pennsylvania, entre otras.

Muchas de éstas reciben millones en fondos gubernamentales para apoyar investigaciones en diversos rubros, y Trump está cancelando o amenazando con anular esas subvenciones a los campus que incumplan las nuevas órdenes: desde más protección y medidas contra el antisemitismo, además de anular las normas de inclusión y diversidad racial o de género, y permitir que el gobierno participe en los planes de estudios.

Trump canceló 400 millones a la casa de estudios de nivel superior Columbia, obligando la suspensión de investigaciones médicas y científicas y el congelamiento de varios programas, acompañado de condiciones para recuperar de manera parcial ese financiamiento. Entre uno de los requisitos está entregarle a la Casa Blanca el control de su departamento de estudios de medio oriente, sur-asia y África por los próximos cinco años.

Otras condiciones incluyen adoptar medidas más extensas para proteger a estudiantes contra el antisemitismo –tema que ha usado para atacar a otras universidades después de las masivas y persistentes protestas estudiantiles contra el apoyo de Washington a la guerra de Israel en Gaza, que incluyeron liderazgo de manifestantes judíos.

La Casa Blanca también amenaza con suspender 175 millones en apoyos federales para la Universidad de Pensilvania por su manejo del tema de atletas transgénero, acusando que la casa de estudios superiores de que obliga a mujeres a competir con hombres en varios deportes.

Decenas de otros campus están enfrentando las mismas amenazas, con anuncios de investigaciones federales sobre sus normas y prácticas en torno al tema transgénero en los deportes, así como sus políticas de inclusión y diversidad. Así, varias están tomando medidas para intentar complacer al ocupante de la Casa Blanca y/o anunciando recortes de programas y personal académico.

La Universidad Johns Hopkins, por ejemplo, anunció que eliminará 2 mil empleos por los recortes en fondos federales.

El intento de intervención del gobierno federal en un departamento académico de una universidad privada, como el caso de la de Columbia, no tiene precedente, documentan historiadores y expertos entrevistados por The New York Times. Ahora, muchas de estas instituciones en la mira de la Casa Blanca están observando si Columbia cederá ante el régimen de Trump –la fecha límite del ultimátum es hoy.

miércoles, 12 de marzo de 2025

BRICS vs. EE.UU.: Brasil en el centro de las tensiones digitales

Publicado en dpl news
https://dplnews.com/brics-vs-ee-uu-brasil-en-el-centro-de-las-tensiones-digitales/







BRICS vs. EE.UU.: Brasil en el centro de las tensiones digitales
  
Mar 10, 2025
Mayara Figuereido


La presidencia brasileña del BRICS en 2025 coincide con un escenario internacional marcado por tensiones comerciales y políticas, especialmente con Estados Unidos. La reelección de Donald Trump, ahora con una base gubernamental más sólida, ha intensificado sus políticas proteccionistas y arancelarias.

En este contexto, el BRICS ha dirigido sus esfuerzos a fortalecer la cooperación digital entre sus miembros, con énfasis en Inteligencia Artificial (IA) e infraestructura satelital. Esta iniciativa busca no solo promover el desarrollo tecnológico interno, sino también reducir la dependencia de sistemas dominados por potencias occidentales, especialmente EE.UU.

Consultada por DPL NewsCristiane Sanchez, experta jurídica en regulación de telecomunicaciones y mercado tecnológico, destaca que esta “reorientación” no representa una ruptura declarada de Brasil con el país norteamericano, uno de sus principales socios comerciales, sino un fortalecimiento de directrices ya existentes, enfocadas en el eje Sur y que priorizan la autonomía regional.

Así, en el contexto de la economía digital, el BRICS busca establecer una presencia más asertiva en el escenario global. Aunque, según la experta, esto no implica la formación de una nueva potencia mundial unificada liderada por China, sí hay un esfuerzo conjunto por consolidar una hegemonía de bloque. Y, por supuesto, esto pasa por la prominencia de la IA y la creación de directrices comunes para el desarrollo y uso de esta tecnología. De hecho, como enfatizó el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en la primera reunión de Sherpas del BRICS semanas atrás, “la IA no puede ser un monopolio de unas pocas naciones”, sugiriendo incluso un tratado de desarrollo a nivel global.

Otro tema prioritario del bloque, los satélites, emerge como un punto crucial en esta estrategia. La colaboración entre los países miembros para el desarrollo y lanzamiento de satélites propios es vista como clave para garantizar la soberanía digital y la seguridad de los datos intercambiados entre las naciones del BRICS.

Sin embargo, no se puede ignorar que la guerra de Rusia contra Ucrania impacta directamente la dinámica del BRICS y sus iniciativas digitales. Aunque esto supone un desafío, también genera oportunidades: el aislamiento de Rusia por parte de Occidente fortalece sus lazos dentro del bloque, especialmente con China e India, al buscar alternativas a los sistemas financieros y digitales dominados por potencias occidentales y reducir la dependencia del dólar

Las sanciones impuestas a Rusia aceleran el desarrollo de tecnologías autónomas dentro del BRICS, como redes de comunicación e infraestructura digital, además de impulsar proyectos como la moneda digital del bloque y un sistema de pagos alternativo al SWIFT.

No obstante, Rusia se convierte en un socio geopolítico de alto riesgo, lo que dificulta los consensos, especialmente con India y Brasil, que mantienen relaciones pragmáticas con Occidente. Además, la inestabilidad generada por la guerra puede afectar las inversiones y la confianza en el BRICS como un espacio de estabilidad económica y digital.

Brasil, como presidente del BRICS en 2025, deberá equilibrar los intereses de todas las partes, manteniendo el enfoque en el desarrollo digital sin alinearse excesivamente con la agenda rusa.

lunes, 10 de marzo de 2025

Trump retira 400 millones de fondos federales a Universidad de Columbia por antisemitismo

Publicado en swissinfo.ch
https://www.swissinfo.ch/spa/trump-retira-400-millones-de-fondos-federales-a-universidad-de-columbia-por-antisemitismo/88978423



Trump retira 400 millones de fondos federales a Universidad de Columbia por antisemitismo

7 marzo 2025 


Nueva York, 7 mar (EFE).- El gobierno de Donald Trump ha cancelado hoy subvenciones y contratos con la Universidad de Columbia en Nueva York por valor de 400 millones de dólares «debido a su pasividad ante el persistente acoso a estudiantes judíos», después de recibir el lunes un informe encargado por la administración sobre el antisemitismo en los campus universitarios.

Esta cancelación «es la primera tanda de acciones, y se espera que haya nuevas cancelaciones», advierte un comunicado firmado por los servicios generales administrativos, que precisan que Columbia tiene comprometidos actualmente 5.000 millones federales.

La decisión de cortar las subvenciones y contratos ha sido tomada conjuntamente por los departamentos federales de Justicia, Salud, Educación y Servicios Administrativos, después de que el grupo operativo encargado por el gobierno con la tarea específica de detectar y denunciar comportamientos antisemitas no haya recibido respuesta satisfactoria por parte de Columbia, según el comunicado.

Las denuncias de antisemitismo comenzaron a aparecer en Columbia y otros campus poco después del 7 de octubre de 2023, fecha en que Hamás lanzó un ataque terrorista contra Israel, que fue seguido por una guerra declarada por Israel contra Gaza que ha sido una de las más mortíferas en varias décadas.

Esa guerra dio pie a manifestaciones antiisraelíes como no se veían en los campus universitarios desde hace cincuenta años, con Columbia en la punta de lanza, con algunos incidentes ocasionales de tipo antijudío que hicieron intervenir al gobierno de Joe Biden y convocar al Congreso a los rectores de varias universidades, varios de los cuales (entre ellos la de Columbia) tuvieron que dimitir.

Pese a que las protestas han bajado mucho en intensidad, Trump fue más lejos que Joe Biden: primero, nombró ese grupo operativo sobre el antisemitismo en los campus, y segundo, amenazó con retirar los visados o permisos de residencia a los estudiantes acusados de apoyar a «organizaciones terroristas como Hamás».

En el comunicado de hoy, la secretaria de Educación Linda McMahon afirma que Columbia «durante demasiado tiempo ha hecho dejación de sus deberes con los estudiantes judíos en su campus, pero hoy demostramos a Columbia y a las demás universidades que no vamos a tolerar más esa espantosa pasividad».

Y el director del grupo operativo que remitió su informe el pasado lunes, Leo Torrell, abundó en las amenazas: «Congelar los fondos es una de las herramientas a nuestro alcance para responder a este repunte del antisemitismo. Esto es solo el principio», advirtió.

Curiosamente, en las protestas contra Israel han sido muy activos grupos judíos de izquierda, que han denunciado que bajo el paraguas del antisemitismo se estén incluyendo legítimas críticas políticas contra el Estado de Israel. EFE

Resúmenes (Abstracts) : inconsistencia entre lo reportado en los resúmenes de los artículos y el texto

Publicado en  Xataka https://www.xataka.com/investigacion/clickbait-ciencia-esta-resumenes-como-abstracts-se-han-convertido-fuente-error-art...