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martes, 17 de agosto de 2021

La computación cuántica: Una nueva frontera del tecno-nacionalismo

Documento disponible en Hinrich Foundation
https://www.hinrichfoundation.com/research/wp/tech/quantum-computing-a-new-frontier-in-techno-nationalism/?utm_medium=email&_hsmi=150194138&_hsenc=p2ANqtz--tavHAjLi1SP6ScAjkWwpQ9XhojZznmF47TRhoQIrZR8LIamdL2TJii2Bcq7ZT9Jqhfv3zdWGq6xiDjSbijYf5efvu2Q&utm_content=150194137&utm_source=hs_email 



La computación cuántica: Una nueva frontera del tecno-nacionalismo


Publicado el 17 de agosto de 2021

La tecnología cuántica podría cambiar el futuro de la geopolítica y el comercio mundial. Los actores estatales y no estatales deben empezar a comprender y aprovechar con éxito el poder del "qubit", o arriesgarse a ser dominados por los que sí lo hacen.

La era de la informática moderna ha producido notables innovaciones en industrias enteras, un fenómeno que ha sido impulsado en gran medida por los semiconductores. Como los microchips ya no pueden acomodar un mayor número de transistores (conocidos como "bits") en superficies que se han reducido al tamaño de un átomo, la computación cuántica promete ofrecer la respuesta.

Aunque no sustituirá a los ordenadores digitales actuales en su uso cotidiano, la computación cuántica está resolviendo cálculos muy complejos que los superordenadores más potentes del mundo no pueden resolver. En consecuencia, la computación cuántica podría remodelar la innovación y la competencia en prácticamente todos los campos, desde la fabricación hasta las finanzas y la logística. Su impacto en la economía mundial será transformador.

Este artículo de Alex Capri, investigador de la Fundación Hinrich, estudia los últimos avances generales de la computación cuántica, vistos a través de la lente de la geopolítica y el tecno-nacionalismo. Las nuevas aplicaciones impulsadas por la computación cuántica podrían producir ventajas decisivas en la destreza tecnológica de un Estado, decidiendo ganadores y perdedores en una amplia gama de industrias estratégicas. Este informe se divide en tres secciones:

- ¿Qué es la computación cuántica y por qué es importante?
- La carrera por la innovación entre Estados Unidos y China y el panorama de la computación cuántica
- El tecno-nacionalismo y el futuro de la computación cuántica

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Quantum computing: A new frontier in techno-nationalism

Published 17 August 2021

Quantum technology could change the future of geopolitics and global trade. State and non-state actors must begin to understand and successfully harness the power of the “qubit” – or risk being dominated by those who do.

The age of modern computing has produced remarkable innovations across entire industries, a phenomenon that has been driven largely by semiconductors. As microchips can no longer accommodate increased numbers of transistors (known as “bits”) on surface areas that have shrunk to the size of an atom, quantum computing promises to provide the answer.

Although it will not replace contemporary digital computers for everyday usage, quantum computing is solving highly complex computations that the world’s most powerful supercomputers cannot solve. Consequently, quantum computing could reshape innovation and competition in virtually every field, from manufacturing to finance and logistics. Its impact on the global economy will be transformational.

This paper by Hinrich Foundation Research Fellow Alex Capri studies the latest general developments of quantum computing, viewed through the lens of geopolitics and techno-nationalism. New quantum-driven applications could produce decisive advantages in a state's technological prowess, deciding winners and losers across a wide range of strategic industries. This report is divided into three sections:

  1. What is quantum computing and why does it matter?
  2. The US-China innovation race and the quantum computing landscape
  3. Techno-nationalism and the future of quantum computing

miércoles, 12 de mayo de 2021

[Geopolítica de la CyT] De cuando USA prohibió a Carlos Slim negociar con la 5G de Huawei

 Publicado en La Jornada


Los límites de Slim

Miguel Pineda

Periódico La Jornada
martes 11 de mayo de 2021 , p. 17   

Regularmente se piensa que los empresarios más poderosos del mundo no tienen límites para invertir sus recursos. Al vivir en un ámbito de libertad y de mercado, se cree que las decisiones se realizan exclusivamente tomando como referencia la calidad y el precio del producto y que la política no influye.

Sin embargo, el caso de Carlos Slim, el empresario más poderoso de México, muestra que las decisiones que toma tienen un alto componente político y geoestratégico, para satisfacer los intereses de Washington.

El ex embajador de Estados Unidos en México Chris Landau lo dejó muy claro en una reciente conversación con diplomáticos: “Una de las peores experiencias que tuve (como embajador en México) fue decirle a Carlos Slim que no debía hacer el (negocio de la red) 5G con Huawei”.

Ante ese comentario Slim le pregunta a Landau: “¿Y entonces con quien quieres que lo haga?” a lo que el ex embajador no dio respuesta precisa, aunque la “suave” orden, de no hacer negocios con una firma china, obliga a Telcel a desarrollar la infraestructura 5G en México con tecnología producida por empresas de Estados Unidos.

¿Puede un empresario mexicano, por más poderoso que sea, desobedecer esa “amigable” recomendación, aun si Huawei le ofrece en charola de plata sus servicios y su tecnología a precios menores que las firmas de Estados Unidos? No puede, porque México se encuentra en la órbita de América del Norte y tanto Slim como nuestro país saldrían perjudicados en materia económica, política y de negocios en caso de irse por la libre.

Aparentemente el capitalismo opera con toda libertad a través de la oferta y la demanda existente y el que manda es el mejor postor. Sin embargo, en los hechos hay fuertes intereses de las grandes potencias y lo que menos quiere Washington es ceder espacios a China en la 5G.

En un futuro no muy lejano, la primera potencia mundial será China y desplazará a Estados Unidos, pero aun así los intereses geopolíticos se mantendrán. La lucha entre las grandes potencias no será a través de la invasión de territorios, como lo fue hasta el siglo XIX, sino por medio del control de los mercados y México no puede romper con la dependencia hacia su principal socio comercial.

viernes, 23 de abril de 2021

Geopolítica de la información: Las guerras tecnológicas se están convirtiendo en las nuevas guerras comerciales

 Publicado en Financial Times

https://www.ft.com/content/6fcd69ab-4dcd-4ffa-ae0f-b9aadfc79e52

Las guerras tecnológicas se están convirtiendo en las nuevas guerras comerciales

La "soberanía analógica" ya no es suficiente: los países deben encontrar un nuevo pacto con el poder digital

  John Thornhill

 La tecnología se ha vuelto geopolítica. Estados Unidos ha bloqueado las exportaciones de semiconductores a China. A su vez, China ha intentado limitar el acceso de Estados Unidos a los minerales de tierras raras, cruciales para la fabricación de muchos productos tecnológicos. 

Varios países han prohibido a la empresa china Huawei el funcionamiento de sus redes de telecomunicaciones 5G. La India también ha prohibido la aplicación de redes sociales virales TikTok, de propiedad china, tras los enfrentamientos fronterizos entre ambos países. Por su parte, el gobierno británico está investigando la propuesta de adquisición de Arm, el diseñador de chips, por parte de Nvidia, por motivos de seguridad nacional.

Para algunos economistas especializados en comercio, educados en la pintoresca idea de que los seres humanos son actores racionales, estos acontecimientos han sido una especie de shock.   

 "Desde una perspectiva económica clásica, esta escalada tiene poco sentido", afirman Daniel García-Macia y Rishi Goyal, del FMI. Los sumos sacerdotes de la globalización, al parecer, siguen predicando que el libre comercio es una bendición económica, que fomenta un mayor crecimiento, menores costes y una especialización productiva. Sin embargo, como añaden García-Macia y Goyal, estas intervenciones tienen sentido si se miran desde otra perspectiva: la seguridad. 

 Las interconexiones de la era digital han difuminado las distinciones entre las cuestiones económicas y de seguridad. Las empresas tecnológicas dominantes son a la vez motores de crecimiento económico y canales de riesgos para la seguridad. También disfrutan de beneficios desmesurados, de la penetración en el mercado mundial y de la capacidad de establecer normas industriales. Por lo tanto, las políticas comerciales e industriales se ven fácilmente secuestradas por prioridades geopolíticas y de seguridad más amplias. "Las guerras tecnológicas se están convirtiendo en las nuevas guerras comerciales", escriben García-Macia y Goyal. 

En el pasado, muchos países han bloqueado las importaciones para proteger a los campeones nacionales y sus beneficios, a menudo monopolísticos. Lo que hace que las últimas disputas tecnológicas sean inusuales, y desconcertantes, es que los actores dominantes están intentando bloquear también las exportaciones de terceros países. 

 


 El desacoplamiento de las economías estadounidense y china y la fragmentación de Internet, la llamada splinternet, amenazan con enredar al resto del mundo. Los demás países tendrán que encontrar la manera de preservar el libre comercio en el mayor número posible de ámbitos y acordar normas comunes para proteger la ciberseguridad. 

 Lo más ambicioso es que los dos autores piden un nuevo conjunto de instituciones al estilo de Bretton Woods, los sucesores digitales del FMI y el Banco Mundial que dieron forma a la economía mundial después de la segunda guerra mundial. Pero eso nunca va a funcionar en ausencia del liderazgo de Estados Unidos. De forma más modesta, también proponen la creación de un consejo de estabilidad digital global, al estilo del Consejo de Estabilidad Financiera, que vigile los riesgos para la ciberseguridad. 

Algunos estrategas sostienen que deberíamos aceptar la vuelta a un orden mundial neo-westfaliano en el que Estados Unidos y China definan y controlen sus propias esferas de influencia, como ocurrió entre las grandes potencias europeas tras la Paz de Westfalia de 1648 que puso fin a la Guerra de los Treinta Años. Pero Luciano Floridi, profesor del Instituto de Internet de Oxford que ha escrito ampliamente sobre la soberanía digital, dice que esto sería malinterpretar la naturaleza del poder en el siglo XXI. "La era moderna ha terminado", me dice. "Ya no es 'mi lugar, mis reglas'. Es el adiós a Westfalia". 

La soberanía analógica tradicional, como él la llama -que controla el territorio, los recursos y las personas- sigue siendo una función necesaria de los Estados modernos, pero ahora es insuficiente. También debe llegar a un acuerdo con el poder digital, que controla los datos, los programas informáticos, las normas y los protocolos, y que está en su mayoría en manos de las empresas tecnológicas mundiales.

 Como dijo el representante demócrata David Cicilline en sus audiencias antimonopolio en el Congreso de Estados Unidos el año pasado, las grandes empresas tecnológicas pueden influir en la vida de millones de personas de forma duradera y han asumido los poderes de un "gobierno privado".

 Floridi sostiene que los gobiernos analógicos aún tienen el poder de moldear la soberanía digital para sus propios fines y sugiere que la UE se asocie con países democráticos afines como el Reino Unido, Japón, Canadá e Israel. 

 La UE ya tomó la delantera en 2018 al adoptar el Reglamento General de Protección de Datos, que ha definido de hecho las normas mundiales de uso de datos. Esta semana, la UE también ha presentado planes para ser pionera en la legislación que regule el uso de la inteligencia artificial.

 Está claro que Estados Unidos y China se ven cada vez más arrastrados a una lucha titánica por la supremacía. El resto del mundo debe averiguar rápidamente cómo proteger sus propios intereses económicos y hacer valer sus propios valores si no quiere ser pisoteado en esa lucha. 


Plan 2.0 para el acceso abierto: ¿un plan o una nueva ambigüedad?

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...