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miércoles, 6 de octubre de 2021

Cómo sufren l@s investigadora/es latinoamericanos en la ciencia

Publicado en Nature
https://www.nature.com/articles/d41586-021-02601-8

Cómo sufren los investigadores latinoamericanos en la ciencia

Es hora de abordar el cúmulo de barreras y prejuicios a los que se enfrentan los científicos que no proceden de países ricos.

Ana M. Valenzuela-Toro y Mariana Viglino

Como investigadoras de países latinoamericanos (una de nosotras trabaja ahora en Estados Unidos, la otra en Argentina), estamos acostumbradas a los obstáculos en nuestra carrera. Éstos van desde la financiación limitada hasta las barreras lingüísticas y el "impuesto", en términos de tiempo y energía emocional, en el que se incurre cuando los grupos infrarrepresentados en la ciencia participan en iniciativas de diversidad. Estas barreras se entrelazan para crear problemas más allá de lo obvio.

La atención actual a la diversidad, la equidad y la inclusión en la ciencia es bienvenida, pero los esfuerzos para combatir los prejuicios pueden carecer de matices. Los investigadores de las comunidades infrarrepresentadas suelen experimentar la intersección del sexismo, el racismo y el colonialismo. En otras palabras, las barreras profesionales a las que nos enfrentamos tienen un efecto acumulativo.

Nuestras trayectorias académicas ilustran estos obstáculos. Muchas de estas barreras multidimensionales e interseccionales también son encontradas por otros investigadores de América Latina que inician su carrera, especialmente mujeres y científicos que son LGBTQIA+, personas de orientaciones sexuales e identidades de género marginadas.


Barreras de financiación

Los países latinoamericanos invierten mucho menos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) que los países de altos ingresos, por lo que los investigadores del continente tienen menos acceso a oportunidades de subvención y presupuestos más reducidos que en otros lugares1.

Esto repercute en el rendimiento en el laboratorio y sobre el terreno, afectando no sólo al alcance de la investigación que podemos realizar, sino también limitando nuestra asistencia a conferencias internacionales, que son importantes oportunidades para establecer redes y crear colaboraciones. Para ambos, las primeras reuniones internacionales a las que asistimos, tras conseguir la financiación de la conferencia, se convirtieron en un paso fundamental en nuestra trayectoria académica, ya que nos permitieron conocer a personas que se convirtieron en mentores y colaboradores a largo plazo. 

Además, hay que lidiar con la carga invisible de la solicitud de visado. Para los investigadores de países sin "privilegios de pasaporte", asistir a conferencias internacionales en el norte global significa enfrentarse a un interminable papeleo que puede ser más lento y emocionalmente abrumador que superar las limitaciones financieras.

Las solicitudes de visado pueden ser especialmente difíciles si se tiene en cuenta que la aceptación de un resumen para una ponencia o póster puede ser lenta. Y no hay garantía de que la solicitud sea aprobada, o de que al titular del visado se le conceda la entrada cuando llegue a su destino.

Ambas hemos tenido experiencias similares con las solicitudes de visado. Nos han hecho preguntas incómodas, como si tenemos intención de llevar a cabo actividades ilícitas, y nos han pedido que revelemos información privada sobre nuestros familiares, nuestra salud personal, nuestras cuentas en las redes sociales y nuestra situación financiera, en última instancia para demostrar que no estamos intentando emigrar de nuestros países. 


Reglas no escritas

Incluso cuando se superan estos problemas, la reducida exposición a las reuniones fuera de América Latina puede dar lugar a una sensación de desconocimiento e incomodidad cuando se materializan las oportunidades de networking y mentoring internacionales.

Estos eventos están llenos de normas ocultas o no escritas, que van desde los códigos de vestimenta (¿qué significa "informal de negocios"?) hasta cómo navegar por los eventos sociales y presentarse a sí mismo y a su trabajo a sus colegas o mentores potenciales. Estas dificultades se ven agravadas por las diferencias lingüísticas, que pueden convertir las conferencias internacionales en experiencias estresantes en lugar de enriquecedoras. Crean la sensación de que no pertenecemos, a pesar de la expectativa de que los investigadores latinoamericanos tienen que "rendir" al mismo nivel que los demás. 

El cambio a las conferencias virtuales durante la pandemia de COVID-19 ha aliviado algunos de estos problemas. Un mayor número de investigadores latinoamericanos, incluidos nosotros mismos, han podido asistir y presentar sus trabajos en conferencias internacionales, e incluso organizarlas. De hecho, coorganizamos una mesa redonda sobre diversidad, equidad e inclusión en la ciencia como parte de una reunión sobre tetrápodos marinos (vertebrados de cuatro patas), a principios de este año.

Sin embargo, muchas conferencias internacionales siguen siendo caras (el tipo de cambio de dólares o euros a monedas latinoamericanas suele ser desfavorable). La combinación del coste y todos los obstáculos mencionados anteriormente alimenta la idea en la comunidad académica de que nosotros, los investigadores latinoamericanos, somos espectadores pasivos más que contribuyentes activos en la ciencia.


Barreras de acceso

El acceso a la literatura suele darse por sentado, pero la mayoría de las instituciones académicas y de investigación latinoamericanas no pueden cubrir los exorbitantes costes de los acuerdos de acceso abierto con las mayores editoriales académicas.

Los muros de pago de las revistas agravan las disparidades entre los investigadores latinoamericanos y sus colegas del norte. Los vínculos entre el norte y el sur ya son débiles debido a los problemas de financiación señalados anteriormente, y se debilitan aún más cuando los investigadores no pueden leer los artículos de los demás.

A menudo, la única manera de acceder a la literatura publicada es con la ayuda de colaboradores en instituciones académicas extranjeras, o a través de plataformas de medios sociales. Por ejemplo, ambos somos miembros de grupos de Facebook dedicados a compartir artículos entre colegas latinoamericanos. Sin esta comunidad internacional de medios sociales, no habríamos podido completar nuestra investigación. 


Barreras lingüísticas

Se espera que los investigadores latinoamericanos y de otros países no angloparlantes publiquen en inglés, el idioma estándar de la ciencia (incluso en esta pieza). Sin embargo, no suele enseñarse en muchas escuelas de nuestra región. Muchos investigadores latinoamericanos no pueden acceder a cursos de inglés hasta que tienen puestos remunerados, los cuales, a su vez, son difíciles de conseguir sin un sólido historial de publicaciones científicas en inglés, lo que crea una situación de huevo y gallina.

Durante el proceso de revisión por pares, los editores y revisores suelen hacer comentarios negativos sobre el idioma y solicitar revisiones por parte de personas cuya primera lengua es el inglés. Pero estas peticiones no suelen tener en cuenta las correcciones ya realizadas por los coautores de países de habla inglesa antes de su presentación. Esto agrava la impresión de que los manuscritos con autores principales de países no anglófonos son de alguna manera menos profesionales. Además, el pago de servicios profesionales de traducción y edición impone una carga financiera adicional a los autores latinoamericanos2.

En nuestros países, estos servicios pueden costar el equivalente a un mes de alquiler, lo que los hace inaccesibles. Por ello, las herramientas gratuitas de traducción en línea, combinadas con la generosa ayuda de amigos no académicos, así como de colegas, e innumerables horas de auto-lectura y edición son la clave para superar esta barrera y publicar nuestro trabajo en inglés.


Prejuicios de género

Los estudios demuestran que los prejuicios de género, tanto conscientes como inconscientes, siguen prevaleciendo en la revisión por pares3. Los manuscritos escritos por mujeres son rechazados con mayor frecuencia y tienen menos probabilidades de ser publicados en comparación con los de los hombres4, lo que perpetúa un ciclo de invisibilidad: un ciclo en el que los trabajos son rechazados, lo que se traduce en menos oportunidades científicas en el futuro y, por tanto, en menos trabajos y quizás más rechazos a largo plazo.

Incluso cuando las investigadoras superan estos obstáculos y finalmente publican en revistas con revisión por pares, existe una barrera adicional: la falta de reconocimiento por parte de los pares, incluidas las tasas de citación más bajas.

Un mayor número de citas significa ser considerado más a menudo para presentar trabajos en conferencias y tener más oportunidades de establecer redes, lo que consolida el camino hacia el éxito académico. Las contribuciones de las mujeres se consideran menos relevantes que las de los científicos varones, lo que se traduce en menos citas en general, reforzando la "invisibilización" de las investigadoras.

Cuando pensamos en los autores más citados o publicados, en los conferenciantes más frecuentes o en los científicos más distinguidos internacionalmente en nuestros propios campos de investigación, ¿cuántas investigadoras latinoamericanas nos vienen a la mente? (Des)sorprendentemente, casi ninguna. Si le pedimos que haga el mismo ejercicio, probablemente obtendrá el mismo resultado. Esto no se explica por la falta de investigadoras latinoamericanas, sino más bien por las consecuencias de las barreras que se entrecruzan y que hemos comentado anteriormente.


Medidas que se pueden tomar

No hay una solución directa para estos problemas interseccionales; sin embargo, sugerimos algunos puntos de partida:

- En primer lugar, escuche con empatía cada vez que los investigadores latinoamericanos -en particular las mujeres y otros científicos subatendidos- hablen de los desafíos que experimentan.

- Utilice cualquier plataforma que tenga para amplificar y reconocer su investigación.

- Los editores y revisores de las revistas deberían ser más conscientes de las barreras de accesibilidad y de que el inglés puede no ser la primera lengua de los autores.

- Cuando escriba un artículo, reflexione sobre la representatividad de los artículos que cita. Incluya artículos dirigidos por colegas de diferentes identidades de género y zonas geográficas, aumentando así la diversidad de las investigaciones citadas y debatidas. Una estrategia similar puede aplicarse al sugerir revisores.

- Haga que las conferencias sean más accesibles. Promueva la asistencia virtual y las fuentes de financiación para las personas que tienen dificultades para viajar, y fomente oportunidades equitativas de creación de redes entre personas de diversos orígenes y etapas académicas.

- En última instancia, no olvide que muchos investigadores latinoamericanos están comenzando sus carreras académicas desde una posición desigual; la única manera de nivelar el campo de juego es si todos, como comunidad, tomamos acciones para desmantelar estas barreras.

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Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...