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domingo, 8 de octubre de 2023

Mientras la pandemia hacía estragos, el sur global carecía de vacunas. Nunca más, prometen los investigadores

Publicado en SinPermiso
https://sinpermiso.info/textos/mientras-la-pandemia-hacia-estragos-el-sur-global-carecia-de-vacunas-nunca-mas-prometen-los



Mientras la pandemia hacía estragos, el sur global carecía de vacunas. Nunca más, prometen los investigadores

Amy Maxmen

07/10/2023

Una  vez que quedó claro que las naciones ricas se ayudaron  a sí mismas con las vacunas contra el coronavirus, mucho antes de que las naciones más pobres tuvieran acceso, los investigadores de África, Asia y América del Sur se unieron a la Organización Mundial de la Salud en una afirmación: Nunca más, se permitirían estar a merced del mundo occidental mientras un patógeno mortal atravesaba sus regiones.

Lanzaron una iniciativa en expansión que incluyó a empresas e institutos en 15 países de ingresos medios en el Sur del mundo, la mitad del mundo que anhelaba las vacunas contra el coronavirus en 2021,  cuando por el contrario los países ricos almacenaban dosis. Los grupos tenían como objetivo desarrollar su capacidad para producir vacunas de ARN mensajero. Las primeras vacunas protegerían contra el coronavirus. Y después de eso, esperaban generar vacunas de ARNm contra otras enfermedades, como la fiebre amarilla, la tuberculosis y cualquier virus aterrador que surja a continuación.

Ahora, dos años después del inicio de la iniciativa, el mercado de las vacunas contra el coronavirus ha disminuido, y los gobiernos han centrado su atención en otras emergencias, como la guerra en Ucrania. Pero los grupos involucrados en el proyecto siguen avanzando. Lanzado el centro de transferencia de tecnología de vacunas de ARNm, destinado a reflejar su intención de compartir la tecnología de ARNm, la iniciativa se diferencia  del modo típico competitivo de desarrollo de medicamentos en el que las empresas mantienen los descubrimientos en secreto.

En un césped mullido de la ladera de la carretera donde se encuentra la sede de la OMS en Ginebra, el coordinador del proyecto de esa agencia reiteró el compromiso de la organización en un evento paralelo el 23 de mayo en la Asamblea Mundial de la Salud. Él y otros discutieron ideas sobre cómo el centro se mantendría a flote después de que se agoten los iniciales  117 millones de dólares en fondos.

El daño causado por la desigualdad mundial de las vacunas en 2021 todavía estaba fresco en la mente de la gente en Ginebra. Un estudio estima que causó más de 1 millón de muertes en el sur del mundo. También resultó en un daño duradero a los sistemas de salud ya débiles y según afirmaron algunos científicos, dio lugar a las variantes  delta y omicron del coronavirus, y que la India y el sur de África se enfrentaron a oleadas sin posibilidad de ser mitigadas de covid-19.

“El Covid ha puesto una lupa sobre las fisuras y grietas de nuestro mundo”, dijo Ayoade Alakija, copresidente de la Alianza Africana para la Entrega de Vacunas, un grupo establecido por la Unión Africana que tiene como objetivo garantizar que el continente pueda acceder a las vacunas contra el coronavirus y otras amenazas para la salud. “Este mundo es profundamente, profundamente injusto e inequitativo”.

Para evitar una repetición, las grandes compañías farmacéuticas, con sede predominantemente en los Estados Unidos y Europa Occidental, están construyendo puestos de avanzada en los países africanos y han firmado un compromiso de reservar dosis para los países más pobres durante futuras pandemias.

Por el contrario, las empresas e institutos más pequeños que participan en la iniciativa del centro son de propiedad y están operados localmente, lo que garantiza que las vacunas que esperan producir servirían primero a las personas de esas regiones.

La pandemia dejó una lección duradera: los intereses nacionales superan a las intenciones altruistas, dijo Sotiris Missailidis, director de innovación del instituto de investigación gubernamental Bio-Manguinhos/Fiocruz en Río de Janeiro, el centro brasileño incluido en la iniciativa.

“La pandemia nos mostró que no se puede depender de los demás cuando todo el mundo está compitiendo por un recurso”, dijo Missailidis. “Necesitamos hacer lo nuestro”.

Desde el inicio del proyecto, los centros de Argentina, Bangladesh, Brasil, India, Indonesia, Sudáfrica y Vietnam han construido laboratorios para desarrollar vacunas de ARNm. A principios del próximo año, Brasil espera comenzar los ensayos clínicos de su vacuna de ARNm contra el coronavirus.

Los centros que se lanzaron en países con sectores biotecnológicos más pequeños, como Senegal y Túnez, han instalado nuevos equipos para llevar a cabo investigaciones sobre vacunas de ARNm que podrían atacar enfermedades como la fiebre del valle del Nilo y la leishmaniasis.

Los Estados Unidos no han financiado la iniciativa hasta ahora. La mayor parte de los fondos del programa provienen de Canadá, Francia y la Comisión Europea.

Barrena Graham, un virólogo que dirigió el desarrollo de vacunas de ARNm en los Institutos Nacionales de Salud, es asesor de la iniciativa del centro, porque cree que podría ser crucial para frenar la próxima pandemia. Si los centros pueden producir vacunas de ARNm rápidamente cuando surjan nuevos patógenos, podrían evitar que los brotes localizados se propaguen por todo el mundo.

“Es en el mejor interés de todos si más lugares pueden encontrar soluciones a sus propios problemas regionales”, dijo Graham.

Para que eso suceda, los centros deben permanecer abiertos y operativos desde ahora hasta cuando explote el próximo brote.

“Nuestra mayor preocupación es que dentro de 10 años, de repente tengamos otra pandemia, los llamamos y dicen: ‘Oh, ¿esa instalación? Bueno, estacionamos los coches allí ahora'”, dijo Martin Friede, coordinador de investigación de vacunas de la OMS. Pero el camino por delante puede ser largo. Además de desarrollar vacunas y plantas para producir vacunas  en grandes cantidades, varios países deben fortalecer sus agencias reguladoras para garantizar que las vacunas sean seguras.

La complejidad del proyecto refleja los problemas que se está intentando resolver. No se trata simplemente de construir plantas de fabricación de vacunas, dijo Jean Kaseya, director general de los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades. “Estamos hablando de creación de empleo, estamos hablando de crecimiento económico”.

Para otros, el objetivo de la iniciativa es alterar un desequilibrio fundamental que ha dejado repetidamente al sur global dependiente del norte. Durante décadas, los tratamientos que salvan vidas han llegado a los países en desarrollo. A medida que la epidemia del VIH aumentó en África a principios de la década de 2000, cientos de miles de personas murieron sin acceso a medicamentos antirretrovirales que llegaron al continente solo varios años después de que estuvieran ampliamente disponibles en Australia, los Estados Unidos y Europa Occidental.

Una barrera que ha impedido que muchos países de bajos ingresos produzcan sus propios suministros es el gasto del desarrollo y la producción de vacunas.

Las tecnologías de vacunación tradicionales se basan en la inactivación de virus vivos o en el cultivo de proteínas dentro de grandes cubas de células vivas o dentro de huevos de gallina frescos. Estos pasos requieren mucho espacio, equipo y procesos biológicos que son complicados y pueden fallar.

Graham considera que la tecnología de ARNm es un posible cambio de juego porque se basa en procesos químicos más predecibles con una huella de fabricación más pequeña. Significa que los laboratorios pequeños pueden generar candidatos a vacunas para probar de una forma  más rápida, ahorrando tiempo y dinero.

Pero las vacunas de ARNm hasta ahora han demostrado ser efectivas solo contra el coronavirus. En abril, científicos de unos 20 países se reunieron en el centro insignia de la iniciativa, una pequeña empresa de biotecnología llamada Afrigen Biologics and Vaccines, en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Durante unos largos días, investigaron qué tipo de vacunas de ARNm se pueden tratar  de crear ahora que la demanda de vacunas contra el coronavirus ha disminuido.

Afrigen había logrado reproducir la vacuna contra el coronavirus de ARNm de Moderna en enero de 2022 basándose en información disponible públicamente, después de que la compañía se negara a licenciar su tecnología para la iniciativa. Desde entonces, Afrigen ha estado ajustando la receta y estudiando la protección de la vacuna en roedores. Pero Petro Terblanche, CEO de Afrigen, dijo que la compañía ya no planea probarlo en ensayos clínicos porque son logísticamente complicados ahora que la mayoría de los sudafricanos han sido infectados o vacunados. Además, la demanda de vacunas contra el coronavirus es ahora baja en Sudáfrica.

Aún así, dijo, el proceso de desarrollo de una vacuna similar a la de Moderna ha permitido a la compañía construir sus instalaciones para cumplir con altos estándares internacionales de seguridad en la producción de vacunas de ARNm. Han comenzado la investigación sobre una vacuna de ARNm contra la tuberculosis, que se dirigiría a algunas proteínas de la bacteria de la tuberculosis, identificada en la Universidad de Ciudad del Cabo.

La tuberculosis es uno de los principales asesinos en el país, causando unas 58 000 muertes en 2019. Aunque el impacto de una vacuna sería masivo, Terblanche espera que el desarrollo pueda llevar una década porque la bacteria de la tuberculosis es biológicamente más complicada de atacar con las vacunas que muchos virus, incluido el coronavirus SARS-CoV-2. Por lo tanto, Afrigen también está investigando el potencial de una vacuna de ARNm contra el virus que causa la fiebre del valle del Nilo, en colaboración con el centro de Senegal.

En Brasil, en el centro del instituto Fiocruz, los investigadores se atrevieron a no reproducir la vacuna de Moderna porque el país, con una gran población de ingresos medios y, por lo tanto, un mercado considerable, se enfrenta a barreras de patentes más altas. Mientras que Moderna prometió no hacer cumplir sus patentes en el centro en Sudáfrica, la compañía no proporcionó tal garantía en América Latina.

Otra barrera, dijo Missailidis, fue que cuando los brasileños estaban desesperados por las vacunas contra el coronavirus en 2021, Fiocruz firmó un acuerdo con la compañía farmacéutica británica AstraZeneca prometiendo que no fabricarían vacunas producidas originalmente en otros países a cambio de una licencia para producir las vacunas de AstraZeneca. Como resultado, es posible que no puedan transferir la vacuna de ARNm que sus colaboradores sudafricanos han fabricado.

Aún así, la inmunóloga brasileña Patricia Neves estaba entusiasmada hace unos meses con los últimos resultados de su equipo en Fiocruz. Una vacuna de ARNm basada en un fragmento diferente del coronavirus que las dirigidas por Moderna y otros grupos, había provocado fuertes respuestas inmunitarias en ratones. Y estaban probando una vacuna relacionada que incluye instrucciones genéticas que dirigen al ARNm para que se replique dentro de las células. En teoría, eso reduciría la cantidad de vacuna necesaria por dosis, reduciendo los costos.

El centro brasileño espera a principios del próximo año comparar a uno de sus candidatos a vacuna de ARNm con las dosis de refuerzo de Moderna o Pfizer en los rastros clínicos. Si resulta ser tan efectivo, Missailidis dijo que el gobierno brasileño probablemente compraría las vacunas de Fiocruz porque serían menos costosas.

“Como institución pública, solo podemos añadir un margen del 20 por ciento por encima del costo de producción cuando vendemos al gobierno”, dijo Missailidis. Estimó un precio de alrededor de 1,50 $ por dosis, en comparación con más de 20 $ para los productos de las grandes compañías farmacéuticas.

El grupo también ha comenzado a explorar la leishmaniasis.

Mientras tanto, el centro en Bangladesh, en la empresa de biotecnología Incepta Pharmaceuticals, espera desarrollar una vacuna para proteger a los niños contra la forma más mortífera de diarrea causada por los rotavirus. Aunque eso parece biológicamente factible, dijo Friede, esa vacuna podría tener dificultades para encontrar un mercado porque las vacunas genéricas contra el rotavirus, hechas en plataformas más tradicionales, cuestan menos de 1 dólar por dosis.

Las realidades del mercado son lo más importante para Friede porque participó en un proyecto hace 17 años para construir instalaciones de producción de vacunas contra la gripe pandémica en todo el sur del mundo. Para 2016, solo un par de las instalaciones conservaron la capacidad de producir las vacunas en caso de que surgiera otra pandemia de gripe.

Friede dijo que esta vez, el resultado puede ser diferente dada la eficiencia de la tecnología de ARNm. Las vacunas contra la gripe requerían que las plantas almacenaran continuamente miles de huevos de gallina frescos y fertilizados pedidos a los agricultores por adelantado. Cuando las vacunas no estaban en demanda, los huevos se desperdiciaban.

Otra razón para la esperanza es que la iniciativa de ARNm ha sostenido el interés de grupos influyentes, incluido el mayor comprador de vacunas para países de bajos ingresos, la alianza de vacunas Gavi. Gavi ha prometido apoyo al ofrecerse a pagar más por las vacunas producidas en África, aunque no ha contribuido con dinero al esfuerzo, como lo hizo con la Operación Warp Speed en los Estados Unidos, ni ha especificado el tamaño del pago adicional.

Crear un mundo más equitativo para las vacunas ya no es una cuestión de innovación tecnológica, dijo Graham. “Tenemos la ciencia para hacer las cosas correctas si tuviéramos la voluntad política”.

prestigiosa periodista científica norteamericana radicada en San Francisco, es colaboradora de la revista 'Nature', así como de otras importantes publicaciones generalistas o especializadas, como 'The Lancet', 'ScienceNews', 'Global Health Now', 'The New York Times', 'Newsweek', 'Foreign Policy' o 'Wired'.

Fuente
:



viernes, 15 de septiembre de 2023

USA: supuesto "soborno" de la CIA a sus propios analistas para ocultan origen del COVID en Wuhan

Publicado en Daily Mail
https://www.dailymail.co.uk/news/article-12509313/CIA-whistleblower-claims-agency-bribed-analysts-say-COVID-did-NOT-come-Wuhan-Bombshell-Republican-report-exposes-wider-virus-origins-cover-up.html



Un informante de la CIA afirma que la agencia "sobornó" a sus propios analistas para que dijeran que COVID NO procedía de Wuhan: Un informe republicano revela un supuesto encubrimiento del origen del virus

    - Según un informante, seis de los siete miembros del equipo de descubrimiento del Covid de la CIA recibieron "importantes incentivos económicos para cambiar su postura".
    - En última instancia, la CIA se negó a realizar una evaluación formal de los orígenes de Covid, incluso con un nivel de confianza bajo.

Un informante de la CIA ha informado al Congreso de que la agencia sobornó a sus propios analistas para que dijeran que el Covid-19 no se originó en un laboratorio de Wuhan.

Según un veterano funcionario "de alto nivel" en activo de la agencia, la CIA asignó a siete agentes a un Equipo de Descubrimiento del Covid.

Al final de su investigación, seis de los siete creían que los datos de inteligencia apuntaban a una evaluación de baja fiabilidad según la cual el Covid-19 se originó en un laboratorio de Wuhan (China).

El séptimo miembro, el más veterano del equipo, creía que evolucionaba de forma natural. Los otros seis recibieron entonces un "importante incentivo monetario para cambiar su postura", según el denunciante.

Al final, la CIA se negó a hacer una evaluación, incluso con un nivel de confianza bajo.

Según la agencia, "ambas hipótesis se basan en suposiciones significativas o se enfrentan a retos con informes contradictorios".

La CIA negó haber participado en sobornos y dijo que investigaría las acusaciones.

En la CIA estamos comprometidos con los más altos estándares de rigor analítico, integridad y objetividad. No pagamos a analistas para que lleguen a conclusiones concretas. Nos tomamos estas acusaciones muy en serio y las estamos investigando. Mantendremos debidamente informados a nuestros comités de supervisión del Congreso", declaró en un comunicado Tammy Kupperman Thorp, directora de asuntos públicos de la CIA.

Los congresistas republicanos Mike Turner y Brad Wenstrup, ambos de Ohio, que dirigen los comités de Inteligencia y Covid respectivamente, escribieron el martes una carta al director de la CIA, William Burns, exigiendo todos los documentos sobre el asunto.

Los legisladores fijaron el 26 de septiembre como fecha límite para que la CIA entregue todos los registros relacionados con el Equipo de Descubrimiento COVID y todas las comunicaciones con el FBI, el Departamento de Estado, el Departamento de Salud y Servicios Humanos y el Departamento de Energía sobre el asunto.

Amenazaron con enviar citaciones a las agencias si no cumplían.

El Departamento de Energía, que supervisa los laboratorios de investigación biológica en EE.UU., concluyó en febrero de este año con una "confianza baja" que lo más probable es que el virus procediera de un laboratorio de Wuhan. El FBI concluyó lo mismo con una confianza moderada.

Otros cinco organismos de inteligencia concluyeron que la transmisión natural -la teoría de que el virus saltó de un animal a un huésped humano- era más probable.

Las autoridades estadounidenses siguen frustradas por el bloqueo chino a sus propios esfuerzos por llegar al fondo del origen del virus.

Las autoridades chinas destruyeron algunas muestras del virus y utilizaron otras en la investigación, según las autoridades estadounidenses.

La Oficina del Director de Inteligencia Nacional publicó en junio un informe desclasificado en el que exponía sus conclusiones no concluyentes.

Todas las agencias siguen considerando que tanto el origen natural como el asociado al laboratorio siguen siendo hipótesis plausibles para explicar la primera infección humana", decía el informe.

A fecha de este mes, alrededor de siete millones de personas han muerto desde que el virus arrasó el planeta a principios de 2020.

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CIA whistleblower claims agency 'BRIBED' their own analysts to say COVID did NOT come from Wuhan: Bombshell Republican report exposes alleged virus origins cover-up
  • Six of seven members on a CIA Covid Discovery Team were given 'significant monetary incentive to change their position,' according to a whistleblower 
  • The CIA ultimately refused to make a formal assessment on Covid's origins, even with low confidence 

By Morgan Phillips, U.S. Political Reporter For Dailymail.Com

Published: 10:19 EDT, 12 September 2023

A CIA whistleblower has told Congress the agency bribed its own analysts to say Covid-19 did not originate in a Wuhan lab.

According to a veteran 'senior-level' serving agency officer, the CIA assigned seven officers to a Covid Discovery Team.

At the end of their investigation six of the seven believed the intelligence pointed to a low-confidence assessment that Covid-19 originated in a lab in Wuhan, China.

The seventh member, the most senior on the team, believed it evolved naturally. The other six were then given a 'significant monetary incentive to change their position,' according to the whistleblower. 

The CIA ultimately refused to make an assessment even with low confidence.

'Both hypotheses rely on significant assumptions or face challenges with conflicting reporting,' according to the agency. 

The CIA denied engaging in bribery and said it would investigate the allegations. 

'At CIA we are committed to the highest standards of analytic rigor, integrity, and objectivity. We do not pay analysts to reach specific conclusions. We take these allegations extremely seriously and are looking into them. We will keep our Congressional oversight committees appropriately informed,' CIA director of public affairs Tammy Kupperman Thorp said in a statement. 

Republican congressmen Mike Turner and Brad Wenstrup, both from Ohio, who lead the Intelligence and Covid committees respectively, wrote a letter to CIA Director William Burns on Tuesday demanding all documents on the matter.

The lawmakers set a September 26 deadline for the CIA to turn over all records involving the COVID Discovery Team and all communications with the FBI, State Department, Health and Human Services and Energy Department about the matter.

They threatened to slap the agencies with subpoenas if they do not comply. 

The Department of Energy, which oversees biological research labs in the U.S., concluded with 'low confidence' in February of this year that the virus most likely came from a lab in Wuhan. The FBI concluded the same with moderate confidence. 

Five other intelligence bodies concluded that natural transmission - the theory the virus jumped from an animal to a human host - more likely. 

U.S. officials have remained frustrated with China's stonewalling of their own efforts to get to the bottom of the virus' origins.

Now they may never definitively conclude where it all started - authorities in China destroyed some virus samples and used up others in research, U.S. officials say. 

The Office of the Director of National Intelligence released a declassified report in June that laid out their inconclusive findings. 

'All agencies continue to assess that both a natural and laboratory-associated origin remain plausible hypotheses to explain the first human infection,' the report said. 

As of this month around seven million people have died since the virus tore across the globe beginning in 2020.  


jueves, 1 de junio de 2023

The Washington Post: En la próxima pandemia, dejemos que Cuba vacune al mundo

Publicado en Cuba Debate
http://www.cubadebate.cu/especiales/2023/06/01/the-washington-post-en-la-proxima-pandemia-dejemos-que-cuba-vacune-al-mundo/

Fuente originalThe Washington Post https://www.washingtonpost.com/opinions/2023/06/01/pandemic-vaccines-cuba-who-planning/

The Washington Post: En la próxima pandemia, dejemos que Cuba vacune al mundo

¿Cómo puede la humanidad evitar que la próxima pandemia sea tan desastrosa como esta, en la que han muerto hasta 15 millones de personas? La semana pasada, los países de la Organización Mundial de la Salud se reunieron en Ginebra para comenzar a debatir un acuerdo de preparación para una pandemia. Un objetivo principal es desarrollar rápidamente nuevas curas y vacunas, y la capacidad de entregarlas a todos en el planeta.

Si bien nadie sabe aún qué recomendaciones hará la OMS en última instancia, es posible predecir una cosa que no recomendará: aliviar las sanciones de EE.UU. a la industria biotecnológica nacional de Cuba, que tiene los medios para desarrollar vacunas y tratamientos de vanguardia y compartirlos con países para los que es imposible pagar los precios premium de las compañías farmacéuticas del Primer Mundo.

Esto es un error.

Durante la crisis de la covid-19, Estados Unidos tuvo la posibilidad de compartir su tecnología de vacunas con el mundo, y no hacerlo prolongó la pandemia en el país y en el extranjero.

En junio de 2022, un alto funcionario de la Administración de Biden admitió que la variante omicron, que ha sido responsable de más de 300 000 muertes en Estados Unidos y más de 1.5 millones en todo el mundo, podría no haber surgido si el mundo hubiera estado lo suficientemente vacunado en 2021.

Lo que es menos conocido es que Cuba tuvo la misma oportunidad de ayudar a vacunar al mundo. La historia de cómo Cuba fue bloqueada sistemáticamente en su búsqueda para hacer que sus propias vacunas altamente efectivas estuvieran ampliamente disponibles ofrece lecciones cruciales.

El capítulo más reciente de esta historia comenzó en el verano de 2021. La variante delta estaba devastando India y abriéndose camino alrededor del mundo. Las nuevas vacunas ofrecieron esperanza, pero los países con menos recursos no pudieron obtenerlas por amor o dinero.

Si bien Estados Unidos y Europa donaron dosis, sus esfuerzos apenas fueron suficientes para resolver el problema global. Fundamentalmente, estos Gobiernos no pudieron persuadir a las empresas a las que habían financiado para que compartieran las tecnologías que podrían haber permitido a otros países fabricar vacunas por su cuenta.

En este panorama sombrío, fue sorprendente saber que Cuba había creado dos vacunas efectivas contra el coronavirus desde cero y luego prometió compartir su propiedad intelectual en todo el mundo.

“Nos dimos cuenta de que no íbamos a tener dinero para comprar vacunas para nuestra gente, así que tuvimos que hacer las nuestras, y teníamos que hacerlo en muy poco tiempo”, nos dijo recientemente Rolando Pérez Rodríguez, director de Ciencia e Innovación de BioCubaFarma.

En agosto de 2021, uno de los laboratorios de BioCubaFarma también produjo un refuerzo. Ambos demostraron más del 90% de eficacia, a la par de las principales vacunas occidentales.

El costo de desarrollar estas vacunas fue de 50 millones de dólares, según BioCubaFarma, muy por debajo de los miles de millones invertidos por el Gobierno de Estados Unidos y los cientos de millones invertidos por Alemania en las suyas.

Sorprendentemente, Cuba finalmente exportó casi tantas dosis de vacunas como las que usó en el país, abasteciendo a Venezuela, México, Vietnam, Siria, Nicaragua, Bielorrusia e Irán. Pero aunque muchos países de África y el sur de Asia también necesitaban vacunas desesperadamente, no aprovecharon la oferta de Cuba.

Para explicar por qué no lo hicieron, debemos remontarnos a 1962, cuando entró en vigor el embargo económico [bloqueo] estadounidense contra Cuba. Desde entonces, las sanciones cada vez mayores que Estados Unidos ha reforzado mediante la aplicación de una presión política y financiera constante, han aislado a Cuba no solo de Estados Unidos sino también del mundo. Las severas sanciones por violar esas medidas de EE. UU. han hecho que las instituciones y los Gobiernos las cumplan de manera rutinaria.

Cuba podría haber pedido a la OMS certificar sus vacunas para facilitar que otros países las compraran con ayuda internacional. Pero no pudo permitirse comprometerse con la OMS después de que el presidente Donald Trump no solo revocó las reformas de sanciones leves introducidas por su predecesor, sino que también designó a Cuba como un Estado patrocinador del terrorismo.

Esto ha significado que, incluso en países donde es legal realizar transacciones con Cuba, pocos bancos estén dispuestos a arriesgarse a fuertes multas y sanciones penales por ser percibidos como partidarios del terrorismo.

Las relaciones Cuba-EE.UU. son un cable vivo político, pero los nuevos tiempos exigen nuevas medidas. El mundo ha cambiado desde 1962. El espectro que lo acecha hoy no es el comunismo, sino otra emergencia sanitaria mundial.

Hay pocos indicios de que la Administración Biden presionará a las compañías farmacéuticas estadounidenses para que compartan sus inventos médicos con el mundo. Pero el presidente Biden podría dar un paso gigantesco hacia la seguridad sanitaria mundial revirtiendo las políticas draconianas de la Administración Trump hacia Cuba.

Si fuera más allá, al permitir nuevas excepciones en el régimen de sanciones de Estados Unidos, entonces Cuba podría seguir desarrollando, y compartiendo, vacunas y tratamientos innovadores para las enfermedades del mundo.

Más de tres años después, es obvio que el mundo reaccionó mal ante la aparición del coronavirus, que se perdieron vidas innecesariamente. Pero ahora hay tiempo para prepararse para la próxima pandemia, para establecer un rumbo hacia una distribución más equitativa de las tecnologías médicas. El antiguo embargo [bloqueo] de Estados Unidos no solo está perjudicando a Cuba. Está lastimando al mundo.

(Tomado de The Washington Post)

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Opinion 
Next pandemic, let Cuba vaccinate the world

By 
 and 
June 1, 2023 


Achal Prabhala is the coordinator of the AccessIBSA project, which campaigns for access to medicines in India, Brazil and South Africa. Vitor Ido is a program officer in the Health, Intellectual Property and Biodiversity Program at the South Centre in Geneva.


How can humanity prevent the next pandemic from being as disastrous as this one, in which as many as 15 million people have died? This past week, countries of the World Health Organization met in Geneva to begin debating a pandemic preparedness accord. A primary aim is to quickly develop new cures and vaccines, and the capacity to deliver them to everyone on the planet.


While no one yet knows what the WHO will ultimately recommend, it’s possible to predict one thing it will not: easing U.S. sanctions on Cuba’s homegrown biotech industry, which has the wherewithal to develop cutting-edge vaccines and treatments and share them with countries unable to afford first-world pharmaceutical companies’ premium prices.


This is a mistake.

During the covid-19 crisis, the United States had the opportunity to share its vaccine technology with the world, and its failure to do so prolonged the pandemic at home and abroad. In June 2022, a senior Biden administration official admitted that the omicron variant, which has been responsible for more than 300,000 deaths in the United States and more than 1.5 million globally, might never have emerged if the world been sufficiently vaccinated in 2021.


What is less known is that Cuba had the same opportunity to help vaccinate the world. The story of how Cuba was systematically blocked in its quest to make its own highly effective vaccines widely available offers crucial lessons.

The most recent chapter of this story began in summer 2021. The delta variant was ravaging India and making its way around the world. New vaccines offered hope, but the most under-resourced countries could not get them for love or money. While the United States and Europe donated doses, their efforts were hardly enough to solve the global problem. Crucially, these governments could not persuade the companies they had financed to share the technologies that could have enabled other countries to make vaccines on their own. In this grim landscape, it was astonishing to learn that Cuba had made two effective coronavirus vaccines from scratch, and then vowed to share its intellectual property worldwide.

“We realized we wouldn’t have the money to buy vaccines for our people, so we had to make our own, and we had to do it in a very short time,” Rolando Pérez Rodríguez, the director of science and innovation at BioCubaFarma, told us recently. In August 2021, one of BioCubaFarma’s laboratories also produced a booster. Both demonstrated more than 90 percent efficacy, on par with the leading Western vaccines.

The cost of developing these shots was $50 million, according to BioCubaFarma, far less than the billions invested by the U.S. government and the hundreds of millions invested by Germany in theirs.


Remarkably, Cuba eventually exported almost as many vaccine doses as it used at home, supplying Venezuela, Mexico, Vietnam, Syria, Nicaragua, Belarus and Iran. But while many countries in Africa and South Asia also desperately needed vaccines, they did not take advantage of Cuba’s offer.


To explain why they did not, we must go back to 1962, when the U.S. economic embargo against Cuba went into effect. Since then, escalating sanctions, which the United States has enforced by applying steady political and financial pressure, have isolated Cuba not just from America but also effectively the world. Stiff penalties for violating U.S. sanctions have ensured that institutions and governments routinely over-comply with them.

Cuba could have asked the WHO to certify its vaccines to make it easier for other countries to buy them with international aid. But it couldn’t afford to engage with the WHO after President Donald Trump not only reversed the mild sanctions reforms introduced by his predecessor, but also designated Cuba a state sponsor of terrorism. This has meant that, even in countries where it is legal to transact with Cuba, few banks are willing to risk hefty fines and criminal sanctions for being perceived as supporting terrorism.

Cuban-American relations are a political live wire, but new times call for new measures. The world has changed since 1962. The specter haunting it today is not communism but another global health emergency. There is little indication that the Biden administration will pressure U.S. pharmaceutical companies to share their medical inventions with the world. But President Biden could take a giant step toward global health security by rolling back the Trump administration’s draconian Cuba policies. If he went further by allowing for new exceptions in the U.S. sanctions regime, then Cuba could keep developing — and sharing — innovative vaccines and treatments for the world’s diseases.

More than three years on, it’s obvious that the world reacted poorly to the onset of the coronavirus, that lives were unnecessarily lost. But there is time now to prepare for the next pandemic, to set a course toward a more equitable distribution of medical technologies. The United States’ age-old embargo is hurting not just Cuba. It’s hurting the world.

martes, 25 de abril de 2023

COVID: La mentira del laboratorio de Wuhan y la propaganda de guerra estadounidense

Publicado en World Socialist Web Site
https://www.wsws.org/en/articles/2023/04/17/pers-a17.html


La mentira del laboratorio de Wuhan y la propaganda de guerra estadounidense


Andre Damon

@Andre__Damon



El domingo, el Washington Post publicó un editorial promoviendo la teoría de la conspiración de que el COVID-19 fue liberado del Instituto de Virología de Wuhan.


Pero el último editorial del Post, titulado "There's new light-and lingering questions-in the mystery of Wuhan", va un paso más allá que sus anteriores declaraciones, en el sentido de que ha desvinculado por completo su letanía de acusaciones infundadas de cualquier examen de los orígenes de COVID-19 como cuestión científica.


En editoriales anteriores, el consejo editorial del Post se sintió obligado a abordar al menos el hecho de que el abrumador consenso científico rechaza la teoría de la conspiración de la "filtración de laboratorio". Pero la tarea del Post de nadar contra la corriente del abrumador consenso científico se ha vuelto más difícil a medida que el peso de la evidencia científica se ha acumulado a favor de los orígenes naturales.


En el último mes, los científicos han descubierto el medio directo por el que los animales transfirieron el Sars-CoV-2 a los humanos a través de la zoonosis, el proceso que dio origen a todas las demás pandemias humanas de la historia. El estudio más reciente, realizado por la Dra. Florence Débarre, bióloga evolutiva del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, reveló que las muestras que contenían Sars-CoV-2 procedentes del mercado húmedo de Wuhan también contenían ADN de animales susceptibles, como perros mapaches.


El editorial del Post hace frente al creciente número de pruebas científicas que refutan sus afirmaciones simplemente ignorándolas.


El editorial del Post fue condenado ruidosamente por los científicos.  "Una cosa está clara: si realmente 'hay nueva luz' sobre este tema no viene del WashPost", escribió el vacunólogo Peter Hotez. "Todo son especulaciones temerarias que ignoran la preponderancia de las pruebas científicas publicadas en las principales revistas".


Hotez continuó, 


¿Hubo un solo enlace a un documento científico que apoye esta declaración del Consejo de Educación? No pude encontrar ninguno. ¿Y sabe por qué? Porque no hay ninguno.


Esta es la tercera o cuarta vez que Wash Post ha hecho esto sobre este tema en particular. 

Así que no es un error de novato o un accidente. Hay una agenda aquí. Empieza a rozar el periodismo amarillista o sensacionalista de la vieja escuela Hearst-Pulitzer y empieza a oler....

Esto es una referencia al papel desempeñado por William Randolph Hearst, propietario del New York Journal, que sistemáticamente agitó la entrada de EE.UU. en la Guerra Hispano-Americana de 1898 mediante reportajes demagógicos y sensacionalistas.


El papel de Hearst quedó ejemplificado en su supuesto telegrama al artista Frederic Remington: "Usted proporcione los cuadros y yo proporcionaré la guerra". Una semana después de que Estados Unidos declarara la guerra a España, Hearst publicó en portada "¿Qué le parece la guerra del Journal?


Al igual que la propaganda de Hearst, el esfuerzo por culpar a China de la pandemia de COVID-19 es una campaña de odio orquestada por los medios de comunicación, diseñada para promover la xenofobia antichina, con el objetivo de justificar la guerra.


Como bien afirma Hotez, no se trata de un error, sino de una política deliberada. Pero el Washington Post no habla sólo en su nombre o en el de su propietario, el multimillonario Jeff Bezos. Habla en nombre del Estado estadounidense.


En febrero, Christopher Wray, director de la Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos, afirmó públicamente que "lo más probable es que el origen de la pandemia sea un posible incidente de laboratorio en Wuhan".


Wray hizo esta declaración cuando Estados Unidos buscaba deliberadamente instigar un conflicto con China por Taiwán. En los últimos tres meses, Estados Unidos ha decidido cuadruplicar el número de tropas estadounidenses estacionadas en Taiwán, poner fin a la "política de una sola China" y armar directamente a Taiwán en un esfuerzo por incitar a China a invadir la isla, lo que Estados Unidos utilizaría para pintar a China como la que ha disparado el "primer tiro" en una guerra sino-estadounidense.


La acusación de Wray es, de hecho, una mentira deliberada, en consonancia con las mentiras de la administración Bush para justificar la invasión de Irak en 2003.


La renovada promoción por parte del Post de la mentira del laboratorio de Wuhan se produce en el contexto de la aceptación abierta por parte de todos los medios de comunicación estadounidenses y occidentales del principio de que el gobierno tiene derecho a mentir al público.


A principios de este mes, una serie de documentos filtrados revelaron que el gobierno de EE.UU. ha estado engañando sistemáticamente al público estadounidense sobre la participación de EE.UU. en la guerra de Ucrania. Los documentos han demostrado que más de 150 tropas de la OTAN están desplegadas en Ucrania, y que la OTAN considera que las operaciones de las fuerzas armadas ucranianas son esencialmente interoperables con las suyas.


En respuesta, el New York Times identificó públicamente a la persona que divulgó los documentos, lo que provocó su detención apenas unas horas después, mientras que el Washington Post declaró: "Guardar secretos es esencial para que un gobierno funcione", una declaración que repudia por completo los principios democráticos articulados por Thomas Jefferson y otros líderes de la revolución estadounidense.


Pero quizás la defensa más atroz de las mentiras del gobierno vino del periódico británico The Guardian, que declaró en un editorial que la información veraz que expone las mentiras del gobierno "pone vidas en peligro" y "nunca debería haberse visto."


En un caso especialmente grave, o en un momento especialmente grave, como durante una guerra, una filtración puede ayudar al enemigo, consternar a los aliados, debilitar la moral y, al menos potencialmente, cambiar el equilibrio militar y poner vidas en peligro.


La declaración de The Guardian, que colaboró con Edward Snowden en 2013 para revelar el programa masivo de espionaje doméstico sin orden judicial creado por la administración Bush al amparo de la "guerra contra el terrorismo", de que la revelación de información veraz "debilitaría la moral" atestigua hasta qué punto los medios de comunicación se han convertido simplemente en un apéndice del Estado.


El calificativo de que no debería estar permitido publicar información veraz "durante una guerra" carece de sentido, porque Estados Unidos ha estado perpetuamente en guerra durante décadas. De hecho, Estados Unidos estaba en guerra cuando The Guardian informó sobre las revelaciones de Snowden. Según esta lógica, las revelaciones de The Guardian en 2013 "nunca deberían haberse visto" porque también habrían debilitado "la moral."


The Guardian concluye el editorial afirmando:


El aspecto más importante desde una perspectiva europea son las dudas documentadas sobre la capacidad de Ucrania para defenderse del poder aéreo ruso. Esa información nunca debería haberse hecho pública de esta manera. Podría sugerir que las escasas existencias de armas de Ucrania hacen que su esperada ofensiva de primavera sea difícil de llevar a cabo, dejando a Kiev muy vulnerable a los contraataques rusos. Esto podría significar una ofensiva menos decisiva y, en su lugar, un conflicto prolongado de menor intensidad. Si ese es el resultado, entonces estas filtraciones también han alterado el curso de la historia.


En otras palabras, al mostrar la inexistente perspectiva de una solución militar a la guerra, las filtraciones "debilitarán la moral" animando al público a apoyar una solución pacífica de la guerra.


Esto no es más que la glorificación de la mentira. Detrás de todo el furor sobre las "filtraciones" y los "secretos de Estado", los medios de comunicación simplemente defienden el principio de que la población no debe saber lo que está ocurriendo.


Al mismo tiempo, los medios de comunicación intentan dar la vuelta a su propia información sobre las filtraciones para justificar una nueva escalada de la guerra. En un artículo sobre las filtraciones publicado el sábado, el New York Times escribió que "algunos en Ucrania acogieron con satisfacción las revelaciones como una confirmación de lo que han estado diciendo durante meses: que sus fuerzas necesitan desesperadamente más armas y municiones".


Esto nos lleva de nuevo a la mentira del laboratorio de Wuhan. Si la alineación de los medios de comunicación contra la filtración de información veraz sobre la guerra en Ucrania tiene como objetivo reforzar el conflicto con Rusia, la mentira del laboratorio de Wuhan tiene como objetivo promover una guerra con China.


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The Wuhan lab lie and US war propagandaAndre Damon@Andre__Damon13 hours ago

On Sunday, the Washington Post published an editorial promoting the conspiracy theory that COVID-19 was released from the Wuhan Institute of Virology.

But the Post’s latest editorial, entitled “There’s new light—and lingering questions—in the mystery of Wuhan,” goes a step further than its previous statements, in that it has completely detached its litany of unfounded accusations from any examination of the origins of COVID-19 as a scientific question.

In previous editorials, the Post’s editorial board felt compelled to at least address the fact that the overwhelming scientific consensus rejects the “lab leak” conspiracy theory. But the Post’s task of swimming against the current of overwhelming scientific consensus has become more difficult as the weight of scientific evidence has accumulated in favor of natural origins. 

In the past month, scientists have discovered the direct means by which animals transferred Sars-CoV-2 to humans through zoonosis, the process that gave rise to every other human pandemic in history. The most recent study, by Dr. Florence Débarre, an evolutionary biologist at the French National Centre for Scientific Research, revealed that samples containing Sars-CoV-2 from the Wuhan wet market also contained the DNA of susceptible animals, such as raccoon dogs.

The Post editorial deals with the growing body of scientific evidence refuting its claims by simply ignoring it.

The Post editorial was vocally condemned by scientists.  “One thing is clear: if indeed ‘there’s new light’ on this topic it’s not coming from the WashPost,” wrote vaccinologist Peter Hotez. “All reckless speculation that ignores the preponderance of scientific evidence published in major journals.”  

Hotez continued, 

Was there a single link to a scientific paper supporting this Ed Board statement? I couldn’t find one. And you know why? Because there are none.

This is the 3rd or 4th time Wash Post has done this on this particular issue. So it’s not a rookie mistake or accident. There’s an agenda here. It’s starting to border on old school Hearst-Pulitzer yellow or tabloid journalism and it’s starting to smell….

This is a reference to the role played by William Randolph Hearst, owner of the New York Journal, who systematically agitated for US entry into the Spanish-American War of 1898 by means of demagogic and sensationalist reporting.

Hearst’s role was exemplified by his alleged telegram to artist Frederic Remington, “You furnish the pictures and I'll furnish the war.” A week after the United States declared war on Spain, Hearst ran “How do you like the Journal’s war?' on the front page. 

Like Hearst’s propaganda, the effort to blame China for the COVID-19 pandemic is a media-orchestrated hate campaign, designed to promote anti-Chinese xenophobia, with the aim of justifying war.

As Hotez states correctly, this is not a mistake, but a deliberate policy. But the Washington Post is not merely speaking for itself or its owner, billionaire Jeff Bezos. It is speaking for the American state.

In February, Christopher Wray, the director of the US Federal Bureau of Investigation, publicly asserted that “the origins of the pandemic are most likely a potential lab incident in Wuhan.” 

Wray made this statement as the United States was deliberately seeking to instigate a conflict with China over Taiwan. In the past three months, the US has moved to quadruple the number of US troops stationed on Taiwan, end the “One-China policy,” and directly arm Taiwan in an effort to goad China into invading the island, which the US would use to paint China as having fired the “first shot” in a Sino-American war.

Wray’s accusation is, in fact, a deliberate lie, in keeping with the lies by the Bush administration to justify the 2003 invasion of Iraq.

The Post’s renewed promotion of the Wuhan Lab lie comes against the backdrop of the open embrace by the entire US and Western media of the principle that the government has the right to lie to the public.

Earlier this month, a series of leaked documents revealed that the US government has been systematically misleading the American public about US involvement in the Ukraine war. The documents have shown that over 150 NATO troops are deployed to Ukraine, and that NATO sees the operations of the Ukrainian armed forces as essentially interoperable with its own. 

In response, the New York Times publicly identified the individual who released the documents, prompting his arrest just hours later, while the Washington Post declared, “Keeping secrets is essential to a functioning government”—a statement completely repudiating democratic principles as articulated by Thomas Jefferson and other leaders of the American revolution.

But perhaps the most egregious defense of government lies came from the British Guardian newspaper, which declared in an editorial that true information exposing government lies “puts lives at risk” and “should never have been seen.”

In a particularly serious case, or at a particularly serious time, such as during a war, a leak can help an enemy, dismay allies, weaken morale and, at least potentially, change the military balance and put lives at risk.

The declaration by the Guardian, which worked with Edward Snowden in 2013 to reveal the massive warrantless domestic spying program created by the Bush administration under the cover of the “war on terror,” that the revelation of true information would “weaken morale” testifies to the degree to which the media has simply become an appendage of the state. 

The qualification that it should be impermissible to publish true information “during a war” is meaningless, because the United States has been perpetually at war for decades. Indeed, the United States was at war when the Guardian reported Snowden’s revelations. By this logic, the Guardian’s revelations in 2013 “should never have been seen” because they, too, would have weakened “morale.”

The Guardian concludes the editorial by stating:

The most important aspect from a European perspective are the doubts documented over Ukraine’s ability to defend itself against Russian air power. That information should never have been seen in public in this way. It could suggest that Ukraine’s low stocks of arms mean its expected spring offensive will be difficult to carry through, leaving Kyiv highly vulnerable to Russian counterattacks. This may mean a less decisive offensive and, instead, a protracted lower intensity conflict. If that is the result, then these leaks have altered the course of history too.

In other words, by showing the nonexistent prospect of a military solution to the war, the leaks will “weaken morale” by encouraging the public to support a peaceful solution of the war.

This is nothing but the glorification of the lie. Behind all the furor about “leaks” and “state secrets,” the media is simply defending the principle that the population should not know what is happening. 

At the same time, the media is seeking to spin its own reporting on the leaks to justify a further escalation of the war. In an article on the leaks published Saturday, the New York Times wrote that “some in Ukraine welcomed the disclosures as confirming what they have been saying for months — that its forces desperately need more weapons and munitions.”

This brings us back to the Wuhan lab lie. If the lining up of the media against the leak of true information about the war in Ukraine is aimed at bolstering the conflict with Russia, the Wuhan Lab lie is aimed at promoting a war with China. 

In this, it is fundamentally no different than Biden’s lie that “I will not send American servicemen to fight in Ukraine,” or the White House’s lie that “NATO is not involved” in the Ukraine war.

Ultimately, however, the efforts by the US government and media to systematically lie to the public founder on the internet and social media, on which true statements, information, and documents that contradict the government’s propaganda narrative remain accessible.

This reality explains the systematic efforts by the US government and major media outlets to censor the internet and persecute those who expose US war crimes. Wikileaks publisher Julian Assange has been imprisoned for four years and faces extradition and prosecution in the US under the Espionage Act. And left-wing opponents of war have been subject to a relentless censorship campaign.

There is a well-known saying that if geometrical axioms affected human interests, attempts would be made to refute them. Now, the interests of the state in provoking a war with China require the promotion of the Wuhan lab conspiracy theory in the face of overwhelming scientific consensus to the contrary.

The war drive by the US ruling class is the means by which all of social life is being subordinated to the state, and increasingly dictatorial principles are being proclaimed by the US media. Where the interests of the ruling class and science conflict, the US media has made clear that scientific truth must be sacrificed on the altar of war.

Plan 2.0 para el acceso abierto: ¿un plan o una nueva ambigüedad?

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...