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jueves, 27 de noviembre de 2025

BRASIL: Lula da Silva critica en el G20 la concentración tecnológica y pide gobernanza de la IA

Publicado en dplnews
https://dplnews.com/lula-da-silva-critica-g20-concentracion-tecnologica-y-pide-gobernanza-de-ia/


Lula da Silva critica en el G20 la concentración tecnológica y pide gobernanza de la IA


⁨Mayara Figueiredo
Nov 25, 2025

Durante su discurso en la Cumbre del G20, en Johannesburgo, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, volvió a criticar la concentración global de tecnología y defendió una mayor autonomía digital para los países en desarrollo. El mandatario afirmó que el control de datos, algoritmos e infraestructura por parte de las grandes economías profundiza las desigualdades y puede configurar un “colonialismo digital”.

En el ámbito de la Inteligencia Artificial (IA), Lula habló sobre la desigualdad digital: señaló que 2.6 mil millones de personas aún no tienen acceso al mundo digital y que existe una concentración de poder en algoritmos, datos e infraestructura, lo que puede hacer que la innovación sea excluyente.

Defendió una gobernanza global de la Inteligencia Artificial con la ONU como eje del debate. Según el mandatario, la tecnología debe estar vinculada a los derechos humanos y laborales. “Cada panel solar, cada chip, cada línea de código debe llevar la marca de la inclusión social”, aseveró.

El presidente también relacionó la IA y con el trabajo: destacó que cerca del 40% de la fuerza laboral mundial desempeña funciones altamente expuestas a la automatización o a la complementación tecnológica, y argumentó que su uso debe proteger a los trabajadores.

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Mayara Figueiredo 
Repórter e correspondente no Brasil
Jornalista, trabalhou na cobertura de diversos temas como educação, cultura e tecnologia. Atualmente escreve sobre políticas públicas, regulação e os mercados de telecomunicações e tecnologia com foco no Brasil.


martes, 18 de noviembre de 2025

Geopolítica y Ciencia: el riesgo de la fragmentación global en ciencia, tecnología e innovación

Publicado en dpl news
https://dplnews.com/geopolitica-y-ciencia-el-riesgo-de-la-fragmentacion-global-en-sti/


Geopolítica y Ciencia: el riesgo de la fragmentación global en STI



El entorno geopolítico en constante cambio está redefiniendo las políticas de ciencia, tecnología e innovación (STI, por sus siglas en inglés), según el más reciente informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Los gobiernos están alineando sus políticas de STI con objetivos económicos y de seguridad nacional, con un aumento en las medidas de seguridad en la investigación, que a su vez podría limitar la cooperación internacional. La organización multilateral hace un llamado a sus países miembros a adoptar medidas que busquen equilibrar la seguridad, apertura y la sostenibilidad de sus políticas STI para proteger la calidad de la investigación y el progreso conjunto.

Guerras en Europa del Este y el Medio Oriente, desacuerdos comerciales entre socios, una mayor competencia por liderar tecnologías de vanguardia como la Inteligencia Artificial (IA), así como la creciente desconfianza entre países han llevado a la introducción de nuevas políticas de ciencia e innovación que anteponen factores como la seguridad nacional sobre la colaboración internacional. Este cambio en las políticas de colaboración internacional implica también riesgos importantes para el avance de la ciencia y la innovación a nivel mundial.

La Organización identifica que existe un marcado aumento en las medidas de seguridad para la investigación, en específico, políticas diseñadas para proteger la investigación sensible y prevenir la injerencia extranjera. En 2025, los países informaron sobre 250 de estas políticas, casi 10 veces más que en 2018. Durante el mismo periodo, el número de países con políticas de seguridad para la investigación aumentó de 12 a 41.

Este fenómeno es identificado por la OCDE como la “securitización” de la STI, es decir, un proceso que lleva al reenfoque o la reformulación de las políticas de intervención gubernamental en la ciencia, desde razones de competitividad, ahora combinado bajo razones que “enfatizan la seguridad nacional, la transición sostenible y, en menor medida, la inclusión”. La Organización había detectado esta tendencia desde 2023, a partir de los efectos de la pandemia que rompió con algunos canales y políticas de colaboración internacional.

En general, el informe categoriza las medidas impulsadas por los gobiernos en tres categorías: Políticas de promoción, Políticas de protección y Políticas de proyección.

Las Políticas de Promoción implican orientar la financiación de la investigación y el desarrollo (I+D) hacia la mejora de la seguridad nacional y económica. Esto incluye iniciativas de doble uso (dual-use) para fomentar vínculos mutuamente beneficiosos entre la investigación civil y la de defensa.

Las Políticas de Protección introducen restricciones en el intercambio de hallazgos de investigación con potencial de doble uso y fortalecen las medidas de seguridad de la investigación de manera más amplia. El objetivo es proteger los conocimientos sensibles contra la fuga no autorizada y la interferencia externa, mitigando riesgos que podrían erosionar la seguridad y la confianza.

Mientras que las Políticas de Proyección proveen una dirección estratégica a las relaciones internacionales de STI, incluyendo iniciativas de diplomacia científica que apoyan la cooperación investigadora con países afines y competidores estratégicos. Esto busca proyectar los intereses nacionales mediante alianzas selectivas.

Estas políticas implican cierta reconfiguración de las relaciones internacionales de investigación. Por ejemplo, explica el informe, las políticas que buscan promover la seguridad económica y nacional podrían implicar la puesta en común de recursos de investigación con países afines, mientras que las medidas de seguridad de la investigación podrían excluir o desalentar la colaboración con países que no se consideran socios seguros para la cooperación internacional.

Riesgos de desacoplamiento y autocensura


En general, la OCDE advierte que la consecuencia más significativa de la securitización es la potencial fragmentación del sistema global de STI.

Uno de los principales riesgos es el “desacoplamiento” de las actividades de ciencia e innovación, lo que podría llevar a la interrupción de las cadenas de valor globales y vínculos científicos internacionales, un impacto a la calidad de la investigación y el rendimiento de la innovación y, en última instancia, a la posible división de la economía global en bloques rivales.

Este fenómeno se ha llegado a discutir en los grupos y procesos de estandarización de redes móviles, en los que Estados Unidos llegó a considerar reducir su participación para evitar que China pudiera beneficiarse de sus tecnologías. Hasta el momento, el gobierno estadounidense se ha limitado a emitir una serie de reglas que permitan a sus empresas continuar participando en grupos de estandarización internacional, y aún compartir información con compañías chinas para mantener su influencia en la formación de estándares globales.

Sin embargo, datos de la OCDE advierten que, en particular, la colaboración de esfuerzos de investigación entre Estados Unidos y China registra una tendencia a la baja, especialmente en áreas como las ciencias naturales y la ingeniería, pese a que ambos países mantienen lazos de colaboración global y bilateral como China con Europa y el Reino Unido.

Por otro lado, la OCDE identifica que la securitización crea obstáculos para la solución de problemas globales. Al socavar el multilateralismo, se reduce la cooperación en la lucha contra desafíos como el cambio climático, que requieren de la colaboración internacional.

Otros riesgos identificados por la organización multilateral incluyen una reducción en la movilidad de talento, a partir de un mayor control sobre proyectos de colaboración intencional, lo que podría resultar en la escasez de personal STEM en la ciencia pública; un mayor costo de acceso y adquisición de conocimiento o tecnología si está sujeta a medidas de control de exportación más estrictas; y un “efecto paralizador”, en el que los investigadores se autocensuran o son más cautelosos de compartir sus investigaciones.

Para atender este nuevo ambiente de securitización de la ciencia, y mantener un equilibrio entre aspectos como la seguridad nacional con la colaboración internacional en innovación, el informe de la OCDE presenta tres principios de gobernanza relacionados con las tres categorías de políticas previamente identificadas: proporcionalidad, asociación y precisión.

Principios de gobernanza para lograr el equilibrio


En el caso de la proporcionalidad, la OCDE señala que se debe buscar equilibrar los diferentes valores, metas e intereses de las políticas de securitización, frente a la apertura internacional y la autonomía de la investigación. Por ejemplo, adoptar un enfoque de “Pequeño Patio, Barda Alta” (Small Yard, High Fence), que mantiene controles estrictos y robustos para proteger áreas estrechas y específicas de la ciencia.

El informe destaca la importancia de la asociación (partnerships), que incluye a científicos y entidades privadas de investigación en la discusión de políticas de securitización. “Una política integral de securitización de STI debe encontrar la manera de incorporar a una amplia gama de partes interesadas, incluidos gobiernos, empresas y el mundo académico, al tiempo que construye mecanismos de gobernanza sólidos, esenciales para integrar una variedad de prioridades y valores”, explica.

Finalmente, la OCDE introduce el principio de precisión, que implica que las medidas de securitización deben ser selectivas, ágiles y estar informadas por un sólido conocimiento y evidencia, en lugar de ser amplias o excesivamente restrictivas.


domingo, 16 de noviembre de 2025

Inteligencia artificial y extractivismo digital: quién gana con los data centers en América Latina

Publicado en El País
https://elpais.com/america/2025-10-17/inteligencia-artificial-y-extractivismo-digital-quien-gana-con-los-data-centers-en-america-latina.html




Inteligencia artificial y extractivismo digital: quién gana con los data centers en América Latina

OpenAI ha anunciado la construcción de un mega datacenter en Argentina, el último de este tipo en la región. Los gobiernos deben exigir participación local y condiciones de reinversión que prometan más que acceso gratuito a ChatGPT

 Natalia Zuazo

En julio de este año, volé 11.000 kilómetros desde Buenos Aires para hacer un curso sobre políticas y derecho de la inteligencia artificial en la Universidad de Lovaina, una enorme estructura neogótica fundada en 1425 donde hoy, en sus varios campus, 57.000 estudiantes cursan las disciplinas más variadas. Al promediar la formación, la directora nos dividió en grupos y nos dio la consigna para un examen con defensa grupal: “La huella ambiental está sobrevalorada”. Y entré en pánico. Pero allí estaba, frente a un ejercicio académico clásico y efectivo: sostener una postura con argumentos, aunque no sean los propios.

Puestos a trabajar, les confesé a mis compañeros que sería difícil defender un argumento por todos lados insostenible. Como latinoamericana, seguía las noticias sobre el impacto socioambiental de nuevos centros datos construidos en los últimos años en Querétaro (México), Santiago (Chile) o Río Grande do Norte (Brasil), que se sumaban a los desarrollados en regiones de escasez de agua probada, como Arizona (Estados Unidos) o Aragón (España).

Con poca evidencia, mi grupo delineó sus argumentos: que todavía no existen en el mundo métricas comunes para medir el impacto ambiental de la IA, que era imposible separar las huellas de la IA de otras tecnologías asociadas a ella, que otras industrias contaminan mucho más (este me hacía sentir en segundo grado de primaria) y que siempre las tecnologías cuando se empiezan a desarrollar causan más impacto que beneficios. Mi grupo aprobó. Afortunadamente, el examen final fue un ensayo donde defendí otra idea: si el debate de las políticas tecnológicas sigue estancado en el falso dilema de la regulación que frena la innovación, las grandes empresas tecnológicas seguirán avanzando, de mano de aliados locales, a los que poco les interesa el buen vivir de sus comunidades.

El mega datacenter del optimismo

Tres meses después, la mañana del feriado por el Día de la Diversidad Cultural (que el presidente Javier Milei volvió a llamar Día de la Raza), Sam Altman, CEO de OpenAI, anunció una inversión de 25.000 millones de dólares para construir un mega datacenter en algún lugar de la Patagonia Argentina. La noticia se conocía luego de una negociación políticoeconómica del presidente argentino con Donald Trump donde Scott Bessent, el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, había afirmado que su país “estaba comprando barato” para “vender caro”. Bessent no aclaró a qué mercancías se refería, pero horas después Altman reveló un acuerdo preliminar para construir infraestructura de inteligencia artificial y capacidad de cómputo para su empresa. El proyecto, señaló, sería parte de Stargate, con su socio Oracle y sus financistas de riesgo, la japonesa SoftBank y la emiratí MGX. En Argentina, una poco conocida Sur Energy (con un reconocido empresario tech, Emiliano Kagierman detrás), se encargaría de la gestión local.

El proyecto, que promete producir 500 MW de potencia en su fase final, además podría beneficiarse del RIGI, una ley aprobada durante el gobierno de Milei para que, a cambio de divisas extranjeras, que se les garantice a los empresarios 30 años de exención de todo tipo de impuestos y protección ante disputas, no obligación de contratar empleo local y condiciones laxas para la compra a proveedores locales. 

Días después, con Milei y Trump desde Washington en las pantallas, OpenAI publicó un comunicado oficial: “Este hito va más allá de la mera infraestructura; se trata de poner la IA en manos de más personas en todo Argentina”. En ninguna parte del posteo se hablaba de empleo, contratación de producción industrial local, evaluaciones de impacto ambiental o control de infraestructura estratégica.

Aun cuando el acuerdo parecía “del siglo XVI, cuando la plata del Potosí financió imperios europeos y dejó a la región en la pobreza” (como escribió el ingeniero Luis Papagni), gran parte del mundo tecnológico expresó su euforia. “Esto va a traer otras inversiones. Donde llega OpenAI, llegan otros”, dijo un speaker de marketing digital en la televisión, mientras otros periodistas y panelistas asentían. ¿Cómo se podría comprobar ese beneficio para nuestro país, sin regulaciones más claras y evaluaciones de impacto socioambientales? El optimismo mediático era tal que la pregunta por ahora no tenía lugar.

¿Extractivismo o producción?

La pregunta, aunque vieja, sigue siendo fundamental. Argentina (y otros países de la región) tienen condiciones más que atractivas para las inversiones de las big tech: extensos kilómetros con poblaciones limitadas, zonas con agua y minerales, centrales nucleares e hidroeléctricas, personal altamente calificado formado en universidades públicas de prestigio mundial. Por su parte, OpenAI tiene un problema crucial en la dependencia de capacidad de cómputo con empresas como Google Cloud, Amazon Web Services, Azure y Oracle. Hasta para un negociador novato sería clara la ventaja estratégica para nuestros países. O, al menos, la posibilidad de un intercambio con condiciones más exigentes. SoftBank, que fue también un importante inversor de Uber, lo sabe: la empresa de transporte tuvo que flexibilizar sus condiciones para poder operar en ciudades como Madrid, Barcelona o Londres, permitiendo sistemas híbridos que no ahogaran a los conductores locales.  

En el caso del impacto ambiental, los datos son elocuentes. En Querétaro, en las áreas donde funcionan estas instalaciones, el Gobierno tuvo que racionar el agua y hay familias que reciben el servicio apenas cada tres días. Además, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se vio obligada a aumentar en un 50% la capacidad de generación de las centrales eléctricas aledañas (que utilizan combustibles fósiles) debido al consumo de los datacenters. Está claro: en el caso de las tecnológicas, pero también en el de otras industrias con consumo intensivo de recursos como la minería, se necesitan hacer intercambios. Para algunas regiones con décadas de pobreza y falta de trabajo, la llegada de las inversiones se presenta como una oportunidad, al menos momentánea, de progreso. El trade-off no es sencillo. Sin embargo, para que ese beneficio no sea momentáneo, se necesita algo más que la fe en “el derrame” económico. Los gobiernos nacionales y locales deben exigir, por ejemplo, participación local en empleo e insumos, y condiciones de reinversión futura que prometan más que un acceso gratuito a ChatGPT para la gente del lugar, como sucedió en Emiratos Árabes con la construcción de un datacenter Stargate.

Finalmente, nada de esto ocurre en el vacío. Desde que asumió, el Gobierno de Milei mantiene una disputa con las universidades públicas, a las que les niega la actualización presupuestaria que les corresponde según la ley, que equivaldría a una ínfima parte de una inversión como la propuesta por OpenAI. Los socios locales de la iniciativa, como Emiliano Kagierman, son referentes mundiales de las tecnologías formados en esa universidad y sistema público de ciencia que hoy lucha por su subsistencia. El CEO de esta exitosa compañía de innovación satelital lo reconoció: “Nosotros pudimos hacerlo porque existían (en Argentina) 40 años de inversión sistemática en tecnología, en el sector espacial y en el nuclear”. Y admite que, para su empresa, el apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología y el INVAP, una empresa dedicada al desarrollo de tecnologías complejas, “son un caso de libro de lo que el Estado puede hacer para abrir oportunidades y aportar capacidades”. Tal vez el verdadero progreso consista en que una parte de esas inversiones vuelva al origen: a ese sistema de universidades y ciencia pública que, aun en crisis, sigue siendo la razón por la cual hoy formamos parte del mapa global de la inteligencia artificial.

Natalia Zuazo es coordinadora del Programa de Tecnología, Política y Comunicación de FLACSO Argentina.



domingo, 2 de noviembre de 2025

BRASIL: dilemas geopolíticos para impulsar su soberanía tecnológica

Publicado en dpl news
https://dplnews.com/brasil-fortalece-su-agenda-digital-pero-enfrenta-dilemas-geopoliticos/





Brasil fortalece su agenda digital, pero enfrenta dilemas geopolíticos

 


San Pablo. Durante el ABES Summit 2025, el debate sobre los desdoblamientos de la geopolítica digital y de la era tecnopolar, descrita por la disputa global por datos, energía e infraestructura como eje del poder contemporáneo, cuestionó el papel de Brasil en todo esto que, aun reconociendo su potencial, sigue rezagado frente a las oportunidades.

La ingeniera Maria Veloso resaltó que la disputa dejó la diplomacia y migró hacia la infraestructura, al señalar que la soberanía en el siglo XXI dependerá de quién gobierne los flujos energéticos, digitales y ecológicos. Para ella, Brasil necesita comprender sus “fortalezas conectivas” y actuar sobre ellas. “Quien gobierna datos, energía e hiperinteligencias redibuja el planeta, y Brasil todavía espera para redibujar su lugar”, observó.

La urgencia de reposicionar al país en este tablero también fue defendida por Leonardo Barreto, quien señaló la necesidad de una política comercial y tecnológica capaz de transitar entre los polos de influencia de Estados Unidos y China. Según él, Brasil vive una “fase cognitiva”: entiende el fenómeno, pero aún no sabe cómo reaccionar.

“Necesitamos involucrar a la sociedad, al Congreso y al sector privado en una estrategia nacional de digitalización. Sin eso, seguiremos observando desde fuera una carrera que ya comenzó”, afirmó.

La idea fue reforzada por Daniel Parente, gerente de transformación digital de ApexBrasil, quien presentó el sector de software como un ejemplo de potencial subaprovechado: el país tiene más de 200 empresas exportadoras y un portafolio diverso (desde agritech hasta fintech y govtech), pero aún carece de una cultura de internacionalización. “El mercado externo también es para nosotros. Falta que el empresariado brasileño se vea como actor global”, completó.

Él reforzó el carácter estratégico de las alianzas internacionales y de la diplomacia digital. “Es ilusorio pensar que Brasil va a competir de inmediato con las grandes potencias en IA o semiconductores. Necesitamos asociarnos con naciones y empresas que nos impulsen”, dijo.

En el campo económico, el profesor Alberto Pfeifer, del Insper, llamó la atención sobre el costo de la vacilación. Recordó que el país acumula 200,000 millones de dólares de déficit en la balanza de servicios en cinco años, una cuarta parte de ellos ligados a tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Para él, el sector es el único (y el más descuidado) capaz de alterar la inserción internacional de Brasil.

“No tenemos tiempo para formar toda una generación de ingenieros. Es necesario atraer capital humano y empresas de punta ahora, y crear centros de excelencia que formen a los próximos”, alertó. Pfeifer ve la soberanía tecnológica como un desafío doble: reducir la dependencia externa y transformar las ventajas ambientales y energéticas en poder económico concreto.

Entre diagnósticos y advertencias, el panel coincidió en un punto: Brasil comprende el nuevo mapa del poder, pero aún no ha trazado su propia ruta. El país, que podría ocupar una posición estratégica en la intersección entre lo digital y lo verde, sigue al margen de la disputa por infraestructura e innovación. Como sintetizó Maria Veloso, “no gobernar lo digital y lo ambiental es renunciar al propio metabolismo del planeta”.


Repórter e correspondente no Brasil

Jornalista, trabalhou na cobertura de diversos temas como educação, cultura e tecnologia. Atualmente escreve sobre políticas públicas, regulação e os mercados de telecomunicações e tecnologia com foco no Brasil.

lunes, 27 de octubre de 2025

ARGENTINA: elecciones legislativas y geopolítica digital (Uranio, Centros de datos, China...)

Publicado en dpl news
https://dplnews.com/elecciones-legislativas-de-argentina-un-suceso-de-geopolitica-digital/





Cómo las elecciones legislativas de Argentina resultan un suceso de geopolítica digital

Paula Bertolini  Oct 23, 2025

Este domingo 26 de octubre se celebran elecciones legislativas en Argentina, un proceso que debiera ser doméstico pero termina siendo el escenario de una trama geopolítica y económica que involucra a las principales potencias del mundo. En un contexto de volatilidad financiera y vencimientos de deuda pública, Donald Trump condicionó el rescate financiero para Argentina de 20,000 millones de dólares a que Javier Milei triunfe en las elecciones. A cambio, Washington buscará reforzar su influencia en sectores estratégicos, como telecomunicaciones y energía, y contrarrestar la presencia de China en la región. Tras el acuerdo, el secretario del Estado del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, afirmó que Milei está “comprometido a sacar a China de Argentina”.

Contexto

Argentina celebra elecciones legislativas de medio término en las que se renovará la mitad de la Cámara de Diputados (127 de 257 bancas) y un tercio del Senado (24 de 72 escaños). La votación será clave para definir el equilibrio de poder en el Congreso y determinar si el oficialismo de Javier Milei logra consolidar su agenda de reformas económicas y políticas. Además, las elecciones servirán como un termómetro del apoyo social al gobierno en medio de turbulencias económicas y la fuerte polarización política. El ajuste económico del gobierno viene perdiendo apoyo social, y aunque la inflación quedó establecida en torno a 2% mensual, el Banco Central debió aumentar las tasas de interés para proteger el principal ancla contra la inflación: el tipo de cambio.

En este contexto, días atrás se confirmó, en un hecho histórico, un rescate financiero de Estados Unidos (el país norteamericano solo hizo dos rescates en la región, a México en la crisis del tequila en 1994 y a Uruguay en 2003): anunció que otorgará a Argentina un swap por 20.000 millones de dólares, el cual el Tesoro estadounidense y el Banco Central argentino intercambiarán monedas —dólares por pesos— para reforzar las reservas internacionales y tratar de estabilizar el tipo de cambio. En la práctica, este mecanismo actúa como una línea de liquidez que el gobierno puede usar para intervenir en el mercado y contener la volatilidad cambiaria.

El gobierno argentino logra acceder al swap con Estados Unidos tras una serie de negociaciones encabezadas por el ministro de Economía, Luis Caputo, en el marco de una estrategia bilateral impulsada directamente por los presidentes Javier Milei y Donald Trump. Además, surgió la promesa de una línea de crédito adicional, también de 20,000 millones de dólares, liderada por bancos, aunque aún pendiente de estructuración y garantías.

Condicionamiento: elecciones y China

Trump fue categórico al vincular la ayuda financiera de Estados Unidos al resultado de las elecciones legislativas. Durante su encuentro con Javier Milei en Washington la semana pasada, el presidente estadounidense expresó su respaldo al mandatario libertario, pero advirtió que el apoyo económico dependerá de que el oficialismo gane en los comicios.

Si bien aún no se conocen las condiciones del intercambio, la presencia china en Argentina es un tema relevante para Estados Unidos.  En una entrevista con Fox News, Bessent afirmó que Milei está “comprometido a sacar a China de Argentina”. Posteriormente, escribió en redes sociales: “No queremos otro Estado fallido o liderado por China en América Latina”.

Estas declaraciones desataron una inmediata reacción de la embajada china en Buenos Aires, que calificó los dichos de Bessent como propios de una “mentalidad de Guerra Fría” y una injerencia que pone en riesgo la soberanía latinoamericana. Desde el gobierno argentino buscaron bajar el tono a la tensión: en una entrevista televisiva reciente, Javier Milei aclaró que su administración no tiene previsto romper vínculos diplomáticos ni comerciales con China.

Según publicó este 22 de octubre The Wall Street Journal, la administración de Trump ha dejado claro a Milei que espera una limitación de los vínculos con China. El interés de Estados Unidos se extiende a sectores como las telecomunicaciones y el acceso a Internet. Según la publicación, funcionarios del Tesoro han transmitido a altos cargos argentinos su deseo de que empresas estadounidenses sean el principal proveedor de estos servicios, desplazando a compañías chinas. La nota menciona que Telecom Argentina recibió recientemente un préstamo de 74 millones de dólares del Bank of China, y que Huawei brinda infraestructura 5G a los principales operadores del país.

El interés en el uranio

El trasfondo geopolítico es aún más delicado. The Wall Street Journal sostiene que Washington busca limitar el acceso de Beijing a recursos naturales y tecnológicos clave, entre ellos el uranio.

El uranio ha adquirido una nueva relevancia global. En un mundo donde la Inteligencia Artificial (IA) demanda una capacidad energética sin precedentes, la energía nuclear se posiciona como una fuente limpia, escalable y sustentable para alimentar los grandes Centros de Datos.

La necesidad de garantizar suministro continuo para la IA ha revalorizado el papel del uranio en la seguridad energética mundial, al punto de convertirse en un recurso tan codiciado como el litio o las tierras raras. Este año, Estados Unidos reactivó iniciativas de energía nuclear debido a esta demanda.

En este contexto, Argentina tiene también su propia estrategia: el Plan Nuclear. El país busca desarrollar reactores modulares pequeños (SMR) capaces de abastecer con energía nuclear los Centros de Datos que demandará la IA. Según el presidente de Nucleoeléctrica, Demian Reidel, Argentina podría encender sus primeros reactores en cinco años, y ya cuenta con una patente registrada en Estados Unidos (ACR-300, de INVAP) para liderar este nuevo paradigma energético.

La coincidencia temporal entre este avance nuclear y el anuncio de Stargate Argentina, el proyecto presentado por OpenAI junto a Sur Energy para instalar un Centro de Datos de 500 MW, no es menor. Aunque la compañía aclaró que no invertirá directamente, el gobierno argentino celebró la iniciativa como un paso clave para posicionar al país como hub tecnológico regional.

Con las elecciones legislativas a la vuelta de la esquina, el tablero argentino se juega mucho más que la renovación de bancas en el Congreso. Se define, en buena medida, la dirección geopolítica del país en los próximos años: si consolidará su vínculo con Estados Unidos y el sector privado norteamericano o si intentará mantener un delicado equilibrio entre dos potencias que ven en su territorio una pieza clave para el futuro energético y digital del planeta.



    Directora de DPL News.

    Periodista y analista especializada en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones con más de 10 años de experiencia. Encargada de la visión estratégica de los contenidos de la agencia informativa. Sigue los temas de política pública y regulación TIC, negocio telco de América latina, 5G, satélites, Nube, espectro, IoT, Open RAN, Edge y verticales de tecnología. Correo de contacto: pbertolini@digitalpolicylaw.com



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