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jueves, 18 de abril de 2024

ESPAÑA firma una declaración contra Web of Science y Scopus

Publicado en El País
https://elpais.com/ciencia/2024-04-16/el-csic-y-medio-centenar-de-organizaciones-rechazan-las-bases-de-datos-privadas-que-condicionan-la-ciencia-mundial.html


El CSIC y medio centenar de organizaciones rechazan las bases de datos privadas que condicionan la ciencia mundial

El mayor organismo científico de España, universidades y otras entidades académicas firman una declaración contra la Web of Science y Scopus, cuya información opaca se usa para repartir millones de euros de dinero público



La universidad francesa de la Sorbona provocó un terremoto en la ciencia mundial el 8 de diciembre, cuando anunció que cancelaba su suscripción a la Web of Science, una omnipresente base de datos de la multinacional londinense Clarivate que se emplea en todo el mundo para evaluar a los científicos y concederles, o no, ascensos y financiación. Cientos de millones de euros de dinero público se reparten en función de estos datos de plataformas privadas, sobre todo de la Web of Science y de Scopus, una herramienta similar de la editorial holandesa Elsevier. La Sorbona y otro medio centenar de organizaciones, incluido el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español, han presentado este martes la Declaración de Barcelona, una iniciativa para transformar radicalmente este sistema y hacerlo abierto.  

 Los firmantes advierten de que las carreras de los científicos e incluso “la forma en que la ciencia sirve a toda la humanidad” dependen actualmente de estos indicadores opacos y, a menudo, escasamente fiables. Hace un año, EL PAÍS reveló que 19 investigadores españoles habían mentido en la base de datos de Clarivate, a cambio de dinero, para simular que trabajaban en Arabia Saudí, con el fin de aupar artificialmente a las universidades saudíes en los rankings académicos internacionales. La empresa londinense elabora cada año la Lista de Científicos Muy Citados, que incluye a 7.000 investigadores cuyos estudios son los más mencionados por otros colegas, según estos indicadores opacos. En los últimos años, la lista ha sido un coladero para científicos mediocres sin escrúpulos, que han accedido haciendo todo tipo de trampas. Clarivate excluyó a más de un millar en noviembre por estas malas prácticas.

“Una gran parte de toda la información sobre investigación está encerrada en infraestructuras privadas. La gestionan empresas que deben rendir cuentas principalmente a sus accionistas, no a la comunidad investigadora. Como comunidad investigadora, nos hemos vuelto muy dependientes de las infraestructuras cerradas”, reflexionan los firmantes de la Declaración de Barcelona, coordinada por Bianca Kramer, de la consultora holandesa Sesame Open Science; Cameron Neylon, de la Universidad Curtin (Australia); y Ludo Waltman, de la Universidad de Leiden (Países Bajos).

Los promotores de la iniciativa se reunieron en Barcelona en noviembre de 2023, en una reunión organizada por SIRIS Academic, una consultora barcelonesa que asesora a entidades académicas de medio mundo. “El mensaje profundo es que las bases de datos cerradas, como Web of Science y Scopus, limitan el proceso de promover una evaluación de la ciencia más inclusiva y transparente”, señala el especialista suizo Yoran Beldengrün, de SIRIS Academic. La Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), dependiente del Ministerio de Ciencia, paga casi seis millones de euros al año por las licencias de acceso a las bases de datos de la Web of Science y Scopus.

La Declaración es contundente. “Hemos acabado evaluando a investigadores e instituciones basándonos en evidencias no transparentes. Estamos supervisando e incentivando la ciencia abierta utilizando datos cerrados. También estamos tomando decisiones de forma rutinaria basándonos en información sesgada en contra de idiomas, regiones geográficas y agendas de investigación menos privilegiadas”, reconocen los firmantes. Además del mayor organismo de ciencia en España, el CSIC, figuran tres universidades españolas (la de Barcelona, la Politécnica de Cataluña y la de las Islas Baleares) y la red de Centros de Investigación de Cataluña (CERCA), los 42 organismos de excelencia de la Generalitat.

“Para avanzar en la evaluación responsable de la investigación y la ciencia abierta, y promover la toma de decisiones imparcial y de alta calidad, es urgente que la información sobre investigación esté disponible de manera abierta a través de infraestructuras académicas también abiertas. La apertura de la información sobre investigación debe ser la nueva norma”, sostiene la Declaración de Barcelona. Entre los firmantes internacionales se encuentran entidades como la Fundación Bill & Melinda Gates (Estados Unidos), la Agencia Nacional de Investigación de Francia y la Universidad de Milán (Italia).

Beldengrün rechaza la idea de que las bases de datos privadas ofrezcan una garantía sobre la calidad de las revistas científicas. “Este argumento es cada vez más discutido, ya que la decisión sobre qué revistas se consideran de calidad no debería dejarse en manos de un proveedor privado, a menudo en conflicto de intereses con los editores de las revistas (por ejemplo, Scopus es propiedad de Elsevier), sino encomendarse a la comunidad científica pertinente o a organismos nacionales de evaluación”, reflexiona.

viernes, 8 de diciembre de 2023

La United Nations University de la ONU alerta sobre los peligros de los Rankings

Publicado en  Espacios de Educación Superior
https://www.espaciosdeeducacionsuperior.es/14/11/2023/el-aprendizaje-permanente-en-el-empleo-publico-2/


La United Nations University de la ONU alerta sobre los peligros de los Rankings

ESdiES --- FONDO Gestión y administración·14 de noviembre de 2023

En artículos recientes hemos recogido opiniones sobre las limitaciones de los ránquines universitarios, la inmensa burocracia que vive de imponer indicadores de calidad, o cómo deberían rediseñarse las herramientas de clasificación de universidades. Un grupo de expertos convocado al efecto por Naciones Unidas ha emitido una declaración sobre el impacto de los ránquines universitarios globales en la educación superior.


PABLO ACOSTA-GALLO


Los antecedentes

Ha circulado estos días una nota de prensa de la Universidad de Naciones Unidas que da cuenta de las conclusiones a las que ha llegado un grupo de expertos que han analizado cómo operan y qué efectos tienen las listas de clasificación de universidades.

La Universidad de Naciones Unidas (UNU) es un organismo autónomo de la ONU que nació en 1973 para dar cumplimiento a una resolución  de la Asamblea General. Fue concebida bajo el signo de la más absoluta independencia académica con la misión de estrechar lazos con la comunidad universitaria internacional. Es una universidad peculiar, pues no tiene estudiantes propios ni emite títulos, sino que realiza su labor a través de una red de centros y programas de investigación y de formación, tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo.

Uno de estos centros de investigación es el Instituto Internacional para la Salud Global de la Universidad de las Naciones Unidas (UNUIIGH), que convocó un Grupo de Expertos Independientes (IEG) formado por 16 expertos de 16 distintas universidades del mundo. El resultado de sus trabajos es el documento titulado Statement on Global University Rankings.


Contenido de la Declaración: 5 hechos clave

La Declaración se basa en los siguientes hechos:

1. El primer ranking universitario mundial se publicó en 2003.

2. Desde entonces, ha crecido de manera sostenida el número de productores de rankings universitarios globales y de otro tipo, que en 2023 suman la cifra de 60. La clasificación de universidades se ha convertido por tanto en un negocio rentable para algunos.

3. Los rankings globales más influyentes son elaborados por solo 4 empresas privadas: Quacquarelli Symonds, Times Higher Education (propiedad de un fondo de inversión), la consultora ShanghaiRanking y el periódico norteamericano U.S. News & World Report. Sus respectivos productos son QSWorld University Rankings, THE World University Rankings, Academic Ranking of World Universities y U.S. News Best Global Universities Rankings.

4. Actualmente hay alrededor de 21.000 instituciones de educación superior en el mundo. Los rankings universitarios mundiales más completos incluyen solo unas 2.000 instituciones.

5. El Top 100 en el ranking global de QS, Shanghai Ranking Consultancy y THE están en gran medida manipulado. Muy pocas instituciones nuevas llegan alguna vez a ese grupo, aunque pueden variar posición dentro del mismo.

6. Los principales rankings universitarios mundiales favorecen a las instituciones orientadas a la investigación de los países más ricos de habla inglesa del hemisferio norte, que son mayoría en el Top 100.

Los principales clasificadores de universidades son empresas privadas que alimentan un próspero negocio

Y 9 poderosas razones:

Los expertos señalan en su informe las siguientes nueve razones por las que los rankings universitarios son problemáticos:

1. Los rankings universitarios globales son conceptualmente inválidos

Una clasificación competitiva no puede reflejar de forma precisa y adecuada la calidad y el valor de las universidades. El desempeño de la enseñanza, la investigación y una amplia gama de otras funciones universitarias no se pueden combinar de manera significativa en un solo indicador compuesto, y cualquier método que intente hacerlo siempre será arbitrario y cuestionable. El método utilizado prescinde del entorno geográfico, económico, cultural y social en el que opera cada institución e ignora las diversas misiones, las distintas fortalezas y los contextos únicos en los que se desenvuelve cada universidad.

2. Las clasificaciones universitarias mundiales se basan en datos y métodos defectuosos y poco transparentes

Los datos y métodos utilizados en las principales clasificaciones universitarias mundiales son defectuosos. Dependen en gran medida de juicios subjetivos obtenidos de muestras aleatorias no suficientemente representativas. También plantea problemas el recuento de citas y su uso como medida de la calidad de la investigación. No se publica información suficiente sobre la metodología de investigación utilizada y los conjuntos de datos tampoco son de acceso público, siendo generalizada la falta de transparencia. A medida que mejora su posición en los rankings, dejan de ser una medida del desempeño real y se convierten en un indicador de la capacidad de una universidad para «jugar el juego» de competir en los rankings.

3. Las clasificaciones universitarias mundiales están sesgadas hacia la investigación, las materias STEM y los académicos y universidades de habla inglesa

Un examen detenido de las metodologías utilizadas muestra un fuerte énfasis en la métrica de investigación y en las materias de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM). Además, están sesgadas hacia los países, instituciones y revistas de habla inglesa. Se desprecia la importancia de otras misiones universitarias, incluida la enseñanza, pero también de las humanidades y las ciencias sociales, y de la investigación y la enseñanza en idiomas distintos del inglés. Al marginar y devaluar otras culturas epistémicas y formas de creación de conocimiento, las clasificaciones globales reflejan y refuerzan una forma de colonialismo dentro de la educación superior.

4. Las clasificaciones universitarias mundiales tienen un sesgo colonial y acentúan las desigualdades globales, regionales y nacionales

Los criterios y métodos utilizados en las clasificaciones universitarias globales reflejan perspectivas, estándares y tradiciones que favorecen a las universidades más ricas, más antiguas, más grandes y más intensivas en investigación del hemisferio norte y refuerzan diversas desigualdades y prejuicios arraigados en las historias coloniales.

Las clasificaciones universitarias mundiales están sesgadas hacia la investigación, las materias STEM y los académicos y universidades del mundo anglosajón

5. Los rankings universitarios mundiales socavan el desarrollo de la educación superior como institución global

El enfoque en el desempeño de las universidades a título individual desvía la atención del sector de educación superior en su conjunto. En lugar de fomentar la responsabilidad compartida y la cooperación, las clasificaciones incentivan a las universidades y al personal académico a competir y priorizar actividades que mejoren sus propias posiciones, negando su participación en el sistema.

6. Las clasificaciones universitarias mundiales presionan a las universidades para que se adapten a ciclos de evaluación frecuentes y de corto plazo

Las principales empresas publican sus clasificaciones globales de universidades con frecuencia y regularidad, normalmente una vez al año. Esto crea un entorno en el que las universidades se ven presionadas a esforzarse constantemente por mejorar su posición en relación con otras universidades, priorizando el corto plazo sobre el medio-largo, incluso si las mejoras de un año a otro son estadísticamente o en términos reales insignificantes. Esto es costoso y consume grandes cantidades de tiempo y recursos escasos.

7. Los rankings universitarios globales producen una ansiedad reputacional que afecta negativamente el comportamiento universitario

La preocupación a menudo aguda, constante y exagerada por las clasificaciones puede llevar a un estado de ansiedad y estrés constante dentro de las universidades. Se  hacen más frecuentes los comportamientos desviados, como que las universidades paguen a sus científicos para que publiquen en revistas de alto impacto o prioricen las puntuaciones de citas al contratar personal académico. También puede conducir a olvidar la propia misión institucional, a una excesiva marca corporativa y a involucrarse en la manipulación y fabricación de datos y otras formas de fraude.

Las metodologías utilizadas son defectuosas e intencionalmente opacas, eludiendo la verificación por terceros

8. Los rankings universitarios mundiales son extractivos y explotadores

Los principales clasificadores a nivel mundial son principalmente empresas privadas, cuyo interés en la educación superior está impulsado o al menos fuertemente influenciado por la necesidad de maximizar las ganancias. Esto alinea efectivamente a los clasificadores con las principales empresas editoriales como Elsevier, Clarivate, Wiley y Springer, que en las últimas décadas se han convertido en empresas de análisis de datos con márgenes de beneficio crecientes.

Extraer datos, tiempo y otros recursos de las universidades y el sector público, al tiempo que generan demanda de productos y servicios de análisis y consultoría, son el núcleo de su modelo de negocio. La desviación de recursos de las funciones académicas centrales que crea este modelo de negocios también coloca a las universidades y gobiernos con presupuestos limitados en una desventaja aún mayor.

9. Los clasificadores universitarios tienen un conflicto de intereses

Dado su modelo de negocios, los principales clasificadores se encuentran claramente en una posición de conflicto de intereses. Aunque afirman brindar un juicio imparcial sobre el desempeño de las universidades, su principal objetivo es vender publicidad y productos y servicios relacionados con el desempeño a las mismas universidades que están clasificando. Este conflicto de intereses se ve agravado por la falta de una transparencia adecuada que permita algún nivel básico de rendición de cuentas y escrutinio público de sus operaciones. Al vender servicios de consultoría a gobiernos y otras partes interesadas, los principales clasificados a nivel mundial también pueden reforzar aún más su prominencia y papel en el sector.

Llamada a la acción

Descrito el anterior panorama, la Declaración hace una llamada a la acción basada en las siguientes recomendaciones:

1. Crear conciencia sobre los problemas y daños que ocasionan los rankings universitarios globales.

2. Fomentar y adoptar alternativas positivas

3. Desvincularse de prácticas extractivas, explotadoras y no transparentes

Entre las medidas propuestas destaca la adopción de otros sistemas de evaluación institucional, entre los que cabe destacar dos:

1. More Than Our Rank, iniciativa que reconoce una definición más amplia y diversa de éxito o calidad universitaria y brinda una oportunidad para que las universidades destaquen las múltiples y diversas formas en que sirven a la sociedad que no se reflejan en su posición en el ranking.

2. U-Multirank, iniciativa no comercial financiada principalmente por la Comisión Europea que no produce una clasificación basada en un único indicador compuesto, sino que clasifica a las universidades en cinco áreas de desempeño para brindar una imagen más justa del desempeño y mostrar fortalezas y perfiles específicos de cada universidad.

Las clasificaciones globales prescinden de los entornos únicos en los que opera cada institución y de su misión

Conclusión

En definitiva, la Declaración de Expertos comisionada por la UNU dibuja un duro panorama en el que las instituciones de educación superior se ven impelidas a perder su misión y su personalidad en la lucha por ascender en unas clasificaciones injustas y depredadoras.

Dada la cantidad de evidencias que se aportan, no se puede calificar de opinativa la Declaración, en cuyas conclusiones se considera que una respuesta adecuada a la creciente y perniciosa influencia de las clasificaciones universitarias globales requiere acciones simultáneas e idealmente coordinadas por parte de múltiples partes interesadas en todos los niveles.

Las acciones pueden ser emprendidas por académicos y administradores individuales, universidades que trabajen de manera independiente y colectiva e instituciones nacionales e internacionales responsables de la política y gestión de la educación superior. Se trata de escapar de una versión estrecha y simplista del éxito que pasa por alto muchas de las ricas y vitales contribuciones que las universidades hacen a la sociedad.


PABLO ACOSTA

Es profesor de la Universidad Rey Juan Carlos

Twitter @AcopabloAcosta



 

miércoles, 29 de noviembre de 2023

Nuevo documento de trabajo CLACSO- Fundación Carolina "Iniciativas y regulaciones multinivel para la Ciencia Abierta: Infraestructuras abiertas y sistemas de evaluación en Iberoamérica"

Nuevo documento de trabajo CLACSO- Fundación Carolina "Iniciativas y regulaciones multinivel para la Ciencia Abierta: Infraestructuras abiertas y sistemas de evaluación en Iberoamérica"

Descargar en: https://biblioteca-repositorio.clacso.edu.ar/bitstream/CLACSO/249213/1/Iniciativas-regulaciones.pdf


Nuevo documento de trabajo CLACSO- Fundación Carolina "Iniciativas y regulaciones multinivel para la Ciencia Abierta: Infraestructuras abiertas y sistemas de evaluación en Iberoamérica"


Compartimos con ustedes el nuevo documento de trabajo «Iniciativas y regulaciones multinivel para la Ciencia Abierta: Infraestructuras abiertas y sistemas de evaluación en Iberoamérica» (Fundación Carolina- CLACSO), que reúne un conjunto de contribuciones sobre las infraestructuras abiertas para la Ciencia Abierta, en diálogo con las tendencias en materia de evaluación responsable de la investigación en Iberoamérica.

Con ese propósito, se actualizan distintas recomendaciones, planes y normativas sobre la Ciencia Abierta en Iberoamérica, como también se describen algunas iniciativas de reforma de los sistemas de evaluación científica y académica. Luego, se conceptualiza la noción de infraestructuras abiertas y el papel que cumplen en las prácticas de la Ciencia Abierta. Además, el estudio avanza en el análisis de cinco sistemas de información que forman parte de la región iberoamericana y del Caribe, para indagar en los indicadores que utilizan estas infraestructuras al seleccionar a las revistas que incluyen. En paralelo, se exploran los sistemas nacionales de evaluación de revistas que tienen algunos países de la región. Finalmente, el documento indaga el estado actual de los repositorios latinoamericanos en relación con la cobertura, la validez estadística y la calidad de su información bibliográfica. Para ello, se utiliza como fuente la colección agregada por LA Referencia.

A modo de cierre, el estudio señala los retos pendientes para fortalecer las infraestructuras abiertas en interacción con sus comunidades y propone algunos lineamientos para mejorar los indicadores de evaluación.

Por último, realiza una serie de recomendaciones para mejorar la información bibliográfica en los repositorios y así robustecer su papel como fuentes de indicadores para una evaluación científica más transparente, inclusiva y colaborativa, desde la perspectiva de la Ciencia Abierta.


--
Foro Latinoamericano sobre Evaluación Científica
FOLEC-CLACSO
fo...@clacso.edu.ar
https://www.clacso.org/folec/que-es-el-folec/






miércoles, 8 de noviembre de 2023

ESPAÑA: Los investigadores podrán eludir la 'dictadura de los papers' y las revistas científicas

Publicado en elDiario.es
https://www.eldiario.es/sociedad/investigadores-podran-eludir-dictadura-papers-revistas-cientificas_1_10661432.html



Los investigadores podrán eludir la 'dictadura de los papers' y las revistas científicas

La Aneca 'reabre' la ciencia y propone que también se puedan acreditar sexenios de investigación con méritos como patentes, informes, dictámenes, trabajos técnicos o artísticos, exposiciones, catalogaciones o conjuntos de datos, excavaciones arqueológicas o metodologías

Entrevista — Pilar Paneque: “La exigencia de publicar constantemente lleva a un sistema científico de cantidad, no de calidad


Es posible que nunca antes haya habido tanta expectación por algo con un nombre tan poco atractivo como Resolución de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora por la que se publican los criterios específicos aprobados para cada uno de los campos de evaluación. Pero en este documento, que publica cada año la Aneca (la agencia encargada de evaluar la carrera académica del profesorado) para reconocer sexenios de investigación (periodos de seis años, que otorgan al investigador un bono económico y le permiten prosperar en la academia), está buena parte de la clave para cambiar la ciencia, sumida en una espiral cuantitativa que provoca disfunciones y merma la calidad de la investigación.

La nueva directora de la Aneca había prometido hacerlo para sacar a investigadores y universidades de “la dictadura de los papers" que rige el sistema de producción de ciencia. Del temido (y odiado) factor de impacto de las revistas. Este lunes se ha publicado por fin el borrador de la resolución, que además por primera vez sale a consulta pública, (hasta el 19 de noviembre). Y que avanza hacia ese cambio admitiendo nuevos formatos y nuevos soportes como méritos de investigación reconocibles más allá del artículo. Como ya recogía una orden de 1994, hoy olvidada.

Dice el texto: “Se amplía (...) el abanico de aportaciones y posibles medios de difusión que pueden justificar una actividad investigadora durante el periodo evaluado”. Y enumera nuevos posibles soportes: “Publicaciones, patentes, informes, estudios, dictámenes, trabajos técnicos, trabajos artísticos, exposiciones, excavaciones arqueológicas, catalogaciones, etc.”. Añade la Aneca que ante “la situación general de la ciencia en España (...) pueden justificar actividad investigadora los conjuntos de datos, las metodologías y el código de las aplicaciones informáticas desarrolladas”.

Esto quiere decir que la Aneca dejará de valorar exclusivamente como mérito los artículos científicos, donde únicamente se tiene en cuenta la revista de publicación como indicador de la calidad del paper en cuestión. El sistema ya fue así, pero se fue restringiendo con el paso de los años para acabar centrado exclusivamente en las revistas (más cómodo para el evaluador, que solo tenía que ver dónde se publicaba un artículo para valorarlo). Con esta nueva orden, que pedía la comunidad científica, se armoniza la evaluación con la acreditación para ser profesor universitario, abierta ahora al software, la creación artística o los congresos, entre otros nuevos méritos.

“Se realiza un reajuste en la combinación de los métodos cualitativos y los indicadores cuantitativos utilizados para la valoración de las aportaciones presentadas”, sostiene el borrador de resolución.

Otro aspecto novedoso de la propuesta de la Aneca es que “los resultados de la investigación (...) estén disponibles en acceso abierto, cuyo acceso gratuito y libre debe fomentarse mediante el desarrollo de repositorios institucionales o temáticos de acceso abierto, propios o compartidos”. Actualmente, si las revistas donde se publica son de acceso abierto es porque el investigador ha pagado previamente; si no, se paga por leer. Pero alguien suele pagar, y en ocasiones se hace dos veces. En España, en la inmensa mayoría de los casos es siempre dinero público. También es habitual colgar los trabajos en repositorios de acceso restringido (como ResearchGate o Academia)

Entre las novedades de la propuesta de la Aneca de este año está también la creación de un nuevo campo de conocimiento (los sexenios se entregan por áreas) que será interdisciplinar para la actividad investigadora de carácter más transversal y difícil de cuadrar en un campo concreto.

Sin ruptura con lo anterior

Pero el texto tampoco supone una ruptura completa –los sexenios de investigación afectan a un periodo de seis años y no se pueden cambiar las normas de juego a mitad de la partida, según defiende Paneque–, por lo que la resolución mantiene también la estructura anterior: publicar en las revistas que el “ecosistema científico” ha decidido que son las más relevantes (las que más se citan en el sector) sigue siendo un mérito en sí mismo (es la revista la que hace la criba: una vez publicado, se da por bueno que el artículo es de calidad), aunque tampoco será exactamente igual porque habrá que justificar la publicación, como explica la bibliotecaria Amelia López en este hilo.

Uno de los principales problemas que provoca este método, llevan años advirtiendo los expertos, es la deriva que ha sufrido el sector en los últimos años: de pagar por leer, los investigadores han pasado a pagar por publicar, lo que ha generando un mercado de revistas que publican casi todo porque, para ellas, publicar es ganar dinero. También ha provocado que se haga investigación solo para publicar y acumular méritos, según han detectado algunos estudios, sin aportar nada realmente novedoso a la ciencia.

Tras los pasos de Dora y Coara

El movimiento de la Aneca sigue las últimas recomendaciones internacionales, que proponen realizar cambios en la manera en que se evalúa la producción científica. “Aconseja integrar ya en esta convocatoria las orientaciones del movimiento internacional de reforma de la evaluación de la investigación, al que se ha incorporado Aneca en este año 2023 a través de su adhesión a la San Francisco Declaration on Research Assessment (DORA) y a los acuerdos y principios de la Coalition for Advancing Research Assessment (CoARA). En los diversos campos y subcampos de evaluación esto se concreta, conforme a las reglas aplicables a cada disciplina científica, en la solicitud de una narración justificativa de los indicios de relevancia e impacto de cada aportación (métodos cualitativos), apoyados por un uso responsable de indicadores cuantitativos”, explica la agencia.

El texto propone que cada investigador justifique el impacto de su aportación cuando esta se produzca fuera del ecosistema de las revistas tradicionales. También en ellas, de hecho. Esta práctica se realizará por el momento a través de las “aportaciones extraordinarias” que, como su nombre indica, habitualmente han de ser escasas o especiales, pero que este año –o en el ínterin que dure la transición hacia el nuevo sistema– se aceptará con carácter general.

El proceso de evaluación de los méritos presentados, con “criterios y metodologías de evaluación cualitativas y cuantitativas”, tomará como referencia “la narrativa aportada por la persona solicitante en los 'indicios de relevancia e impacto' de cada aportación”, explica el texto. Y pone ejemplos: “Se defenderá el impacto científico de la aportación a través de citas recibidas contextualizadas excluyendo autocitas, de su proyección internacional, de los proyectos nacionales o internacionales que han financiado la investigación o que se han derivado de ella, de los premios recibidos, de las traducciones de la obra, entre otros; y/o la contribución de dicha aportación a la generación de impacto social evidenciado, por ejemplo, a través de aportaciones al diseño e implementación de políticas públicas, contribución al desarrollo de productos y servicios o cualquier otro aspecto que se considere relevante”. Y se recomienda hacer un “uso responsable de indicadores cuantitativos (indicadores bibliométricos normalizados, entre otros)”, en alusión al sistema de revistas.

Según el borrador, que incluye un apéndice con varios cuadros para explicar el nuevo sistema, se permitirán las clásicas métricas de citación, pero también de uso y lectura (volumen de descargas, visualizaciones o visitas), las métricas de influencia o adopción social (menciones a fuentes externas del ámbito académico) y métricas de visibilidad social (plataformas sociales en línea, “preferentemente académicas y especializadas”). También se informa de que se valorará la difusión de las aportaciones en abierto o compartir datos brutos, metodologías, etc. “de forma abierta y transparente”.


martes, 7 de noviembre de 2023

Ciencia, productivismo y meritocracia: Investigación y ciencia desde el malestar y el deseo

Publicado en El Salto
https://www.elsaltodiario.com/investigacion/investigacion-ciencia-malestar-deseo




INVESTIGACIÓN

Investigación y ciencia desde el malestar y el deseo

El modelo de gestión de la ciencia se puede redefinir situando al personal de investigación y sus condiciones materiales como origen de toda la significación científica.


Ciudad Universitaria Universidad 


Guillermo Muñoz Matutano
Investigador del Instituto de Ciencias de los Materiales de la Universitat de València. Especialista en tecnologías cuánticas con semiconductores. Miembro de la asociación Piratas de la Ciencia, integrada en Marea Roja de la Investigación.

4 NOV 2023

La acción y la defensa de la actividad en la ciencia necesita nuevos sentidos que la impulsen. Una importante influencia en esta búsqueda de sentidos la podemos encontrar en el área de investigación clasificada como la historia desde abajo, que aborda “la historia colocando a los trabajadores comunes en el centro del estudio”. Siguiendo este ejemplo, el modelo de gestión de la ciencia se puede redefinir situando al personal de investigación y sus condiciones materiales como origen de toda la significación científica. La propuesta de fuentes de sentido guiadas por estas premisas queda enmarcada en el seno de las luchas internacionales para mejorar las condiciones del conjunto de la sociedad trabajadora.

Este sentido crítico nace desde un malestar cronificado, compartido y sufrido durante décadas. Un malestar que señala a la precariedad como etiqueta de época y adjetivo de cualquier entorno laboral actual. Sin embargo, el malestar se constituye como etapa previa para dar pasos hacia los procesos de emancipación. Es durante esta transición cuando aparecen preguntas que nos permiten reencontramos con una fuente de sentido, como aquella que nos cuestiona: ¿es esto vivir? En la respuesta aparece una propuesta política que nos transforma desde sujetos definidos por los malestares hacia sujetos de resistencia activa. En palabras de López Petit: “El malestar hay que politizarlo. El malestar no es sólo lo que nos pasa a nosotros individualmente, sino la apertura a otras posibilidades de existencia”.

No son los resultados finales, ni la abstracción más generalista de la ciencia lo que sostiene la producción de la investigación, sino el conjunto del personal de investigación y su dignidad laboral
La adquisición de sentido crítico aparece como un discreto desplazamiento de coordenadas. No son los resultados finales, ni la abstracción más generalista de la ciencia lo que sostiene la producción de la investigación, sino el conjunto del personal de investigación y su dignidad laboral. Marina Garcés ya nos advertía que “solo se puede enseñar a pensar con valentía desde las condiciones materiales y las relaciones laborales dignas”. Por tanto, solo podremos pensar en producir ciencia de alto valor social al resignificar el contexto de la ciencia, ofreciendo alternativas de transferencia como opciones de dignidad social y laboral. Es esta dignificación del trabajo la que revierte los efectos de la servidumbre, obstáculo de toda innovación. Porque desde este contexto, innovación y transferencia social deben significar “redistribuir el poder”.

La redistribución del poder afecta directamente a los modos de producción, pero, hoy, a la vez debe ampliar los espacios de lucha hacia las condiciones de la habitabilidad. Como señala el político chileno Daniel Jadue, “la cultura de lo productivo ha acabado equivaliendo a lo destructivo”. La ideología ilimitada de lo productivo ha acabado chocando con la finitud cultural de la materia y de la vida. La incorporación de las condiciones de habitabilidad frente a las de productividad reconfigura el marco desde donde consolidar los múltiples conflictos que hoy están activados desde el feminismo, el ecologismo, el postcolonialismo, pero también como lecturas críticas y transformadoras del papel de lo tecnológico y su relación con el entorno laboral. La defensa por la habitabilidad abre un frente de lucha que hoy es transversal y multipolar.

El problema de la habitabilidad en la ciencia y la investigación exige revisar el propio papel de nuestra producción y gestión científica

Pero esta posición destacada de la habitabilidad debe proyectarse localmente sobre el día a día de nuestras prácticas y la gestión de los recursos compartidos. La habitabilidad, de esta manera, cuestiona el funcionamiento diario de nuestras instituciones. Como advierte Diego Sztulwark, “el problema de la forma de vida es inseparable de las instituciones colectivas. Instituciones de lo común y vida virtuosa van juntas”. En concreto, el problema de la habitabilidad en la ciencia y la investigación exige revisar el propio papel de nuestra producción y gestión científica.

Una revisión que debe incidir sobre el concepto de proyecto civilizador, como señala Stengers, pero formulada desde la más íntima materialidad de la práctica de nuestras instituciones. Debe constituir una crítica sobre el propio sentido de investigar. La adquisición y consolidación de dignidad y derechos ha de implicar una transformación desde un sistema de ciencia basado en el rendimiento, la capitalización y la competición, hacia otro sostenido por parámetros de habitabilidad, redistribución y cooperación.

La elaboración y formación de sentido debe venir acompañada por el tiempo de la atención. Una atención que también aparece como espacio de conflicto y de tensión social con una doble vertiente analógica y digital. El origen de la actual crisis de atención no puede situarse en los medios tecnológicos, sino en el contexto de sus usos y los posicionamientos previos. Unos medios y tecnologías que en ciencia e investigación quedan dominados por el negocio de la publicación de artículos. Con la irrupción de la IA y los modelos generativos, hoy la dominación se proyecta sobre la explotación comercial del proceso de escritura y de la edición de textos e imágenes. En el análisis de la atención, Franco “Bifo” Berardi asocia estos espacios digitales con una comunicación conectiva acotada por el intercambio de sintaxis informativa. Esta conectividad, sin embargo, deja de lado los aspectos caracterizados por la formación de vínculos y afectos, propia de la atención producida en una comunicación presencial conjuntiva.

La resignificación de la identidad investigadora debe ser entendida como una apuesta clara contra la cultura competitiva y meritocrática
Para Berardi, estar atentos significa habitar el presente. Este será uno de los requisitos en la formación de sentido, ir más allá de definirnos como sujetos que proyectan su identidad como posibilidad de futuro, esencialmente productivista. En ciencia e investigación hemos de abandonar la idea de identidad como currículo en expansión y en constante aceleración. La resignificación de la identidad investigadora debe ser entendida como una apuesta clara contra la cultura competitiva y meritocrática, ampliamente analizadas por autores como Michael Sandel. La cultura del éxito es mucho menos creativa, sorprendente y cooperativa que las ricas e importantes lecciones que se desprenden de las experiencias, en palabras de Jack Halberstam, de “fracasar, perder, olvidar, desmontar, deshacer, no llegar a ser, no saber…”. Experiencias, todas ellas, que cualquier profesional de la investigación experimenta cotidianamente. Recuperar la atención debe significar habilitar vacíos que liberen espacio para el pensamiento y la resistencia.

Sin embargo, para que el sentido crítico desencadenado por la atención sea efectivo y afectivo no puede estar únicamente motivado por el malestar. La liberación de los espacios debe estar acompañada por una experiencia de placer y alegría. Fue Simone Weil quien defendió que “la inteligencia no puede ser movida más que por el deseo. Para que haya deseo, es preciso que haya placer y alegría. La inteligencia crece y proporciona sus frutos solamente en la alegría”.

Pero, ¿qué significa esa alegría? La irrupción de las nuevas vidas-trabajo ampliamente descritas por autoras como Remedios Zafra en el análisis de la precariedad de las profesiones creativas, vincula los fenómenos de la hiper-productividad con cualidades emotivistas, como vocación, motivación y entusiasmo. Por tanto, esta alegría asociada a la recuperación del sentido y de la atención va mucho más allá de una confrontación simple entre pesimismo y optimismo. La mezcla entre lo privado, lo personal y lo laboral multiplica y complica los términos. Hoy hablamos de optimismo cruel, pesimismo irónico, hedonía depresiva, fatiga afirmativa…

Carla Bergman y Nick Montgomery comentan que “el concepto de alegría de Spinoza no es una emoción, sino que implica un aumento del poder de afectar y ser afectado”. En consecuencia, la alegría puede ser entendida como herramienta emancipadora que proporciona agencia colectiva e individual anti-productivista, pero que hoy se manifiesta a través de una enorme variedad de formas, incluso contradictorias. La capacidad de recuperar sentido necesita tanto de las formas de análisis pesimista, para estrechar el valor de la alianza, como de los afectos, de los vínculos comunitarios y del deseo humano.

El sujeto investigador como elemento individual de rendimiento está claramente vehiculado por una cultura hegemónica y simplista de la producción empresarial
Son precisamente esos afectos formados como vínculos colectivos los que experimentamos con la conjuntividad que subraya Berardi. De ahí nace su sugerencia por trabajar en la construcción de una nueva ética de la relación social. Los nuevos sentidos de la investigación han de ser sensibles a esta emergencia de la ética relacional. Los equipos de investigación y de trabajo de los proyectos científicos hoy en día atraviesan las paredes del laboratorio y se completan con personal de gestión, de administración, de comunicación... Las dinámicas de co-creación y co-investigación apuntan a estrategias de colaboración con el conjunto de la ciudadanía. El sujeto de la investigación es un sujeto colectivo. Visibilizar esta apuesta política, como base misma de la generación de sentido en la ciencia, supone una alternativa frontal a la idea de sujeto investigador como elemento individual de rendimiento, claramente vehiculado por una cultura hegemónica y simplista de la producción empresarial.

El modelo de producción de subjetividades lo podríamos encontrar en el contexto de la crisis del estado nación: “Los pueblos, las comunidades y los movimientos sociales han de convertirse en sujetos, no meros objetos de derecho, reconstruyendo formas de acción colectiva que trasciendan la visión clásica del Estado”. La recuperación de sentido en el seno de la investigación y la ciencia ha de ejercerse desde esta producción de subjetividades colectivas que nacen desde abajo.

Sobre nuestra geografía más cercana encontramos una emergencia de colectivos sociales vinculados a la defensa de los derechos y las condiciones del personal de investigación, como son la Federación de Jóvenes Investigadores (FJI-Precarios), FPU Investiga, InvestiGal, Asemblea de Investigadoras de Compostela, Coordinadora Valenciana de Treballadores de la Ciència, Ciencia con Futuro, Investigación en Lucha, Jóvenes por la Investigación de Tenerife, Dignidad Investigadora, Asociación Nacional de Investigadores Hospitalarios, Red de doctorand@s del CSIC, FPI en lucha, Piratas de la Ciencia, o el sindicato CCOO-CSIC… todas ellas integrantes de la coordinadora Marea Roja de la Investigación. La acción desde estas organizaciones, intensamente dedicadas a ofrecer sentido, se proyecta sobre las necesidades del otro, y no solo desde las del yo.  

Una de las actividades desarrolladas en colaboración por todos estos colectivos son las Jornadas de Cultura Laboral en Investigación (J-CLI), cuya primera edición tuvo lugar en Santiago de Compostela, Valencia y Madrid, en semanas consecutivas de octubre de 2022. En ellas se puso en práctica todas estas formas de recuperación de sentido: el análisis del malestar y de la habitabilidad, los aspectos cooperativos, la formación de nuevos sujetos colectivos por medio de vínculos y afectos, la politización del ocio, las redes de apoyo e información… Remedios Zafra abría una de las jornadas organizadas en Valencia, y su propuesta quedaba comprimida con tres conceptos de resistencia: conciencia, alianza e imaginación. Conciencia crítica que nos permita situar al malestar. Alianza que nos ayude a formar estos nuevos sujetos colectivos. Imaginación, como acción que activa la alegría de esa inteligencia conjuntiva. Marea Roja de la Investigación prepara la segunda edición de J-CLI durante este mes de noviembre, repitiendo actividades en las mismas ciudades. Esta vez el lema de Zafra, “conciencia, alianza e imaginación”, se incluye como condensado de intenciones de las jornadas.   

Plan 2.0 para el acceso abierto: ¿un plan o una nueva ambigüedad?

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...