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miércoles, 28 de mayo de 2025

¿Una revista depredadora? Cómo la élite editorial convierte el vocabulario en un arma

Publicado en Research Information
https://www.researchinformation.info/analysis-opinion/predatory-journal-how-the-publishing-elite-weaponise-vocabulary/ 




¿Una revista depredadora? Cómo la élite editorial convierte el vocabulario en un arma


21 de mayo de 2025


El Prof. Emmanuel Andrès escribe que los actores establecidos utilizan este término para desacreditar a los recién llegados y preservar su territorio.


En la última década, un nuevo monstruo se ha colado en el mundo de la publicación académica: la revista depredadora.


Esta criatura se alimenta de la ambición de la comunidad investigadora, a la que atrae con la promesa de una publicación rápida y una revisión por pares que apenas deja rastro. Es peligroso, poco ético, incluso criminal, nos dicen. Un auténtico parásito científico.


Pero espere: ¿de qué estamos hablando exactamente? 


Cuanto más se analiza este debate, más claro resulta: «depredador» se ha convertido menos en un descriptor significativo que en una etiqueta conveniente, utilizada, a menudo agresivamente, por los actores establecidos para desacreditar a los recién llegados y preservar su territorio. Sí, las revistas depredadoras como las descritas anteriormente existen. Sin embargo, el problema al que nos enfrentamos ahora es que cada vez se confunden más -quizá intencionadamente- con las revistas legítimas no depredadoras. Aquellas que pretenden desafiar el modelo heredado de publicación académica con muros de pago.


El monstruo conveniente


El término «revista depredadora» se acuñó en un contexto específico: el auge de los modelos de acceso abierto, la proliferación de plataformas en línea y la interrupción de la edición tradicional. Jeffrey Beall, un bibliotecario académico bienintencionado, publicó una lista negra de editoriales cuestionables, que pronto se convirtió en una herramienta para trazar los límites de la ciencia «legítima». En 2017, después de mucho debate, él mismo retiró la lista, tras lo cual no se han realizado actualizaciones. Aun así, hoy en día se siguen utilizando copias desfasadas de la Lista de Beall como punto de referencia. 


Desde entonces, el término se ha utilizado como un arma. Sin garantías procesales, sin derecho de réplica, sólo con un hierro de marcar. Si se califica a una revista de «depredadora», se puede descartar por completo. No es necesario evaluar su calidad editorial, su proceso de revisión por pares, su estado de indexación o su tasa de rechazo. Basta con sospechar.


¿La ironía? Hoy en día, muchas revistas «depredadoras» están indexadas en PubMed, Web of Science o DOAJ; declaran sus factores de impacto, aplican la revisión por pares y siguen las directrices del Comité de Ética en las Publicaciones (COPE). Sin embargo, algunas siguen siendo objeto de acusaciones, no por sus defectos, sino por atreverse a trastocar el ancien régime.


Un ejemplo: Journal of Clinical Medicine


Tomemos como ejemplo la revista Journal of Clinical Medicine (J. Clin. Med.), de la que soy editor jefe desde 2018, publicada por MDPI. La revista está indexada en las principales bases de datos, tiene un factor de impacto respetable (>3), cuenta con un sólido proceso de revisión y publica miles de artículos revisados por pares anualmente. Es miembro de la COPE, participa en la OASPA, el ICMJE y otros marcos éticos, mantiene una política editorial transparente y divulga las tasas de rechazo y los plazos de revisión por pares.


También cuenta con un consejo editorial internacional, un comité de ética y un mecanismo formal de corrección posterior a la publicación. Sin embargo, a menudo se la incluye en el grupo de las «depredadoras». ¿Por qué? Porque publica rápido. Porque acepta contribuciones de regiones infrarrepresentadas. Porque no pretende ser un club de caballeros para unos pocos elegidos.   


La respetabilidad como monopolio


Seamos claros: las estafas académicas existen. Hay revistas verdaderamente fraudulentas, con direcciones falsas, consejos editoriales inventados y sin una verdadera revisión por pares. Pero, ¿debemos pretender que el extremo opuesto -algunas revistas tradicionales que cobran más de 10.000 dólares por el acceso abierto y recurren a revisores no remunerados- es un modelo de virtud?


Hay que preguntarse: si una revista de bajo coste ofrece una rápida revisión por pares, procesos transparentes y está ampliamente indexada, y aun así se la califica de «depredadora», ¿es por su ética? ¿O porque amenaza un ecosistema cerrado?


La palabra «depredador» se ha convertido en un dispositivo de control. Una palabra de higiene social. Preserva los privilegios de los que tenían los medios, el tiempo y las redes para publicar en revistas con una cola de dos años. Deslegitima a los recién llegados, especialmente a los que proceden de instituciones con escasa financiación, del Sur Global o de universidades que no son de élite.


¿Quién teme al acceso abierto? 


Quizá el verdadero problema no sea el fraude, sino el acceso. El pecado de las llamadas revistas depredadoras no es la mala calidad, sino la accesibilidad. Es la asequibilidad. Es la rapidez. Y en la mente de algunos guardianes, estos rasgos son descalificadores. Porque si cualquiera puede publicar, ¿qué pasa con el prestigio?


Debemos reconocer que la publicación científica no es sólo una meritocracia, sino una economía simbólica. Una en la que la jerarquía importa. Una en la que quién publica dónde es moneda de cambio. En este contexto, el término «depredador» no es neutro. Es una herramienta económica y política.


No se trata de una defensa ingenua de la mala ciencia. Las revistas basura existen y hay que denunciarlas. Pero una sospecha generalizada hacia todas las revistas de acceso abierto, de revisión rápida y nativas digitales -especialmente las que se publican fuera de la anglosfera- es una pereza intelectual que ya no nos podemos permitir. 


Antes de tachar una revista de «depredadora», pregúntese:


  ¿Está indexada en bases de datos reconocidas?

  ¿Es miembro de COPE?

  ¿Es verificable mediante el recurso Think.Check.Submit?

  ¿Divulga su política editorial y de revisión por pares?

  ¿Tiene una estructura de tarifas transparente?

  ¿Sus artículos son visibles, citables y corregidos cuando es necesario?


Si la respuesta es afirmativa, tal vez la revista no sea un depredador. Tal vez sólo sea un extraño. Y en el estratificado mundo de la publicación académica, eso a veces es peor. 


En conclusión: leamos antes de juzgar


Entonces, ¿debe publicar en una revista depredadora? Por supuesto que no. Pero, ¿debería confiar en las voces más ruidosas de esta caza de brujas? En absoluto.


Al fin y al cabo, un sistema verdaderamente depredador es aquel que se beneficia del control de acceso, monopoliza el prestigio y castiga la visibilidad que llega sin permiso. Tal vez el verdadero depredador sea el que llama a los demás por ese nombre.


El Profesor Emmanuel Andrès es Catedrático de Medicina Interna en el Hospital Universitario de Estrasburgo (Francia). Es redactor jefe de la Revista de Medicina Clínica.


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Predatory journal? How the publishing elite weaponise vocabulary

21 May 2025


The term is used by established actors to discredit newcomers and preserve their turf, writes Prof. Emmanuel Andrès

Over the past decade, a new monster has crept into the world of scholarly publishing: the predatory journal.

Lurking beneath suspicious emails, crouched behind over-polished websites and generic editorial boards, this creature feeds on the ambition of the research community, luring them with promises of fast publication and peer review so quick it barely leaves a trace. It’s dangerous, unethical, even criminal, we’re told. A true scientific parasite.

But wait: what are we talking about, exactly? 

The more one looks into this debate, the clearer it becomes: “predatory” has become less a meaningful descriptor than a convenient label – used, often aggressively, by established actors to discredit newcomers and preserve their turf. Yes, predatory journals as described above do exist. However, the issue we now face is that these are increasingly – perhaps intentionally – conflated with legitimate, non-predatory journals. Those that seek to challenge the legacy, paywalled model of academic publishing

The convenient monster

The term “predatory journal” was coined in a specific context: the rise of open-access models, the proliferation of online platforms, and the disruption of legacy publishing. Jeffrey Beall, a well-meaning academic librarian, published a blacklist of questionable publishers, which soon became a tool for drawing the boundaries of “legitimate” science. In 2017, after much debate, he removed the list himself, after which no updates have been made. Yet, outdated copies of Beall’s List continue to be used as a point of reference today.  

Since then, the term has been wielded like a weapon. No due process, no right of reply – just a branding iron. Label a journal “predatory,” and you can dismiss it entirely. No need to assess its editorial quality, its peer-review process, its indexing status, or its rejection rate. Suspicion alone is sufficient.

The irony? Many “predatory” journals today are indexed in PubMed, Web of Science, or DOAJ; they declare their impact factors, enforce peer review, and follow Committee on Publication Ethics (COPE) guidelines. Yet some still face accusations – not for their flaws, but for daring to disrupt the ancien régime.

Case in point: Journal of Clinical Medicine

Take the Journal of Clinical Medicine (J. Clin. Med.), of which I have been Editor-in-Chief since 2018, published by MDPI. The journal is indexed in major databases, has a respectable impact factor (>3), has a robust review process, and publishes thousands of peer-reviewed articles annually. It is a member of the COPE, participates in OASPA, ICMJE, and other ethical frameworks, maintains a transparent editorial policy, and discloses rejection rates and peer-review timelines.

It also has an international editorial board, an ethics committee, and a formal post-publication correction mechanism. And yet it is often lumped into the “predatory” pile. Why? Because it publishes quickly. Because it accepts submissions from under-represented regions. Because it doesn’t pretend to be a gentlemen’s club for a select few.   

Respectability as a monopoly

Let us be clear: academic scams do exist. There are truly fraudulent journals, with fake addresses, fabricated editorial boards, and no real peer review. But must we pretend that the opposite extreme – some legacy journals charging more than $10,000 for open access while relying on unpaid reviewers – is a model of virtue?

One must ask: if a lower-cost journal offers rapid peer review, transparent processes, and is widely indexed – yet is still called “predatory” – is it because of its ethics? Or because it threatens a closed ecosystem?

The word “predatory” has become a gatekeeping device. A word that performs social hygiene. It preserves the privileges of those who had the means, time, and networks to publish in journals with a two-year queue. It delegitimises the newcomers, especially those from underfunded institutions, the Global South, or non-elite universities.

Who’s afraid of open access?  

The real issue, perhaps, is not fraud, but access. The sin of so-called predatory journals is not poor quality – it is accessibility. It is affordability. It is speed. And in the minds of some gatekeepers, these traits are disqualifying. Because if anyone can publish, what becomes of the prestige?

We must recognise that scientific publishing is not only a meritocracy – it is a symbolic economy. One in which hierarchy matters. One where who publishes where is a currency. In this context, the term “predatory” is not neutral. It is an economic and political tool.

This is not a naïve defence of bad science. Junk journals exist, and they should be called out. But a blanket suspicion toward all open-access, fast-review, digitally native journals – especially those run outside the Anglosphere – is an intellectual laziness we can no longer afford. 

Before dismissing a journal as “predatory,” ask:

  •   Is it indexed in recognised databases?

  •   Is it a member of COPE?

  •   Is it verifiable using the Think.Check.Submit resource?

  •   Does it disclose its editorial and peer-review policies?

  •   Does it have a transparent fee structure?

  •   Are its articles visible, citable, and corrected when needed?

If the answer is yes, then maybe the journal is not a predator. Maybe it’s just an outsider. And in the stratified world of academic publishing, that’s sometimes worse.  

In conclusion: let’s read before we judge

So, should you publish in a predatory journal? Absolutely not. But should you trust the loudest voices in this witch hunt? Also absolutely not.

In the end, a truly predatory system is one that profits from gatekeeping, monopolises prestige, and punishes visibility that comes without permission. Perhaps the real predator is the one calling others by that name.

Prof. Emmanuel Andrès is Professor of Internal Medicine at the University Hospital of Strasbourg in France. He is Editor-in-Chief at the Journal of Clinical Medicine.



miércoles, 14 de mayo de 2025

MÉXICO: más ciencia y más acceso abierto ... con menos dinero

Publicado en Taylor & Francis
https://insights.taylorandfrancis.com/research-impact/open-access-mexico




Cómo el crecimiento de la investigación de acceso abierto en México está influyendo en la política mundial


México es líder en investigación de acceso abierto (AA).

La mayor parte de su investigación - 53% - era OA dorado o híbrido en 2024 (fuente: Digital Science/Dimensions).

Esta cifra es superior a la de Estados Unidos (35%), China (34%) y la media de toda la investigación mundial (37%).



Figura 1: Porcentaje de investigación que es de acceso abierto dorado o híbrido por año (fuente: Digital Science/Dimensions)


Crecimiento


El volumen de investigación de México también está creciendo año tras año y superando las expectativas en comparación con otros países.


En 2024, las organizaciones de investigación mexicanas publicaron 88% más productos de investigación que en 2014. 




Figura 2: El número de productos de investigación de las organizaciones de investigación mexicanas por año (fuente: Digital Science/Dimensions)



Este crecimiento fue superior al de Estados Unidos (21%), Reino Unido (27%) y el resto del mundo (70%).


Además, este crecimiento de la investigación se produjo a pesar de la caída del gasto en investigación y desarrollo en México desde 2010 y del aumento del gasto en investigación en otros países.





Figura 3: Gasto en investigación y desarrollo (% del PIB) por año (fuente: Banco Mundial)


Impulsando el AA


Un factor clave para el éxito de la investigación en AA en México es la legislación que exige que toda la investigación financiada con fondos públicos sea accesible para todos.


Las bibliotecas institucionales también han promovido el AA mediante la creación de repositorios y la aprobación de revistas de AA.


Las universidades y las organizaciones de investigación de México están explorando otras formas de impulsar la investigación en AA, especialmente en áreas temáticas con menos financiación gubernamental.


Estas formas incluyen:


  • Acuerdos de "leer y publicar", que permiten a los investigadores publicar en AA a través de su institución sin coste adicional.


  • Asociaciones con financiadores e instituciones de otros países.


Mayor impulso


La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) produce alrededor de un tercio de toda la investigación mexicana. El reciente acuerdo de Taylor & Francis con la UNAM impulsará aún más el alcance global y el impacto de la investigación de México.


Para celebrar el acuerdo y demostrar el impacto de la investigación en AA de México, destacamos ocho artículos y capítulos de libros sobre AA protagonizados por investigadores e instituciones mexicanas que han influido en las políticas de organizaciones y agencias globales.


Estos incluyen:


  • La ONU

  • La Organización Mundial de la Salud (OMS)

  • El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)

  • La UE

  • La Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER)


1. Examinando los impactos de los talleres de tortillas hechas a mano (HMTWs)




Las tortillas son un alimento básico en la cultura mexicana. Tienen una gran importancia económica y cultural.


Este estudio de investigadores de la UNAM examina los talleres de tortillas hechas a mano (THM) en el centro-oeste de México. Analiza su impacto en las economías locales, su papel en la preservación de las variedades autóctonas de maíz y las preocupaciones sanitarias y medioambientales de los fuegos abiertos en los HMTW.


El estudio se cita en este informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sobre cómo los pueblos indígenas pueden generar ingresos al tiempo que protegen y promueven su cultura y sus valores.



2. Atención sanitaria universal (CSU): lecciones de México 



En 2003, el gobierno mexicano creó el Sistema de Protección Social en Salud (SSPH). En 2018, su principal componente, el Seguro Popular (SP), ayudó a proporcionar seguro médico a unos 53 millones de mexicanos.


Este comentario sobre el SSPH por el Dr. Octavio Gómez-Dantés y el ex Secretario de Salud de México Dr. Julio Frenk destaca cómo las estrategias de cobertura universal de salud (UHC) deben reforzarse:


Los servicios sanitarios personales (como los servicios de diagnóstico y tratamiento)

Los bienes comunes relacionados con la salud (como la regulación, los impuestos, el saneamiento, los subsidios y la gestión de residuos).


El comentario se cita en una nota técnica de la OMS sobre la medición del gasto en atención primaria de salud (APS). La APS es una estrategia eficaz para mejorar la salud de las poblaciones y hacer posible la atención sanitaria universal.



3. Entendiendo el papel de la biodiversidad en los sistemas alimentarios resilientes




El cambio climático está teniendo un impacto dramático en la seguridad alimentaria.


Este documento de la FAO de 2022 orienta a responsables políticos, investigadores y profesionales sobre el uso de la biodiversidad y la diversidad genética para crear sistemas alimentarios más resistentes y sostenibles.


El documento cita este artículo de PeerJ Life & Environment que examina cómo responden cuatro especies principales de árboles forestales a los cambios climáticos, como los cambios en la temperatura y las precipitaciones. El artículo ayuda a comprender mejor cómo influyen las diferencias genéticas en la sensibilidad climática de las especies arbóreas.


El Dr. Cuauhtémoc Sáenz-Romero, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, es coautor del artículo.


4. Mejorando la seguridad alimentaria mundial mediante la normalización de datos




El trigo es un alimento básico para más de un tercio de la población mundial. Aporta el 20% de las calorías que se consumen en el mundo. Las exportaciones de trigo supusieron 39 millones de dólares para la economía mexicana en 2023.

La investigación del trigo implica enormes conjuntos de datos de muchas fuentes. Esto significa que es esencial que los formatos de datos y el vocabulario estén estandarizados para permitir un fácil intercambio y reutilización.

Este artículo del portal F1000 Agriculture, Food, and Nutrition analiza los esfuerzos del Grupo de Trabajo de Interoperabilidad de Datos sobre el Trigo (WDI-WG) para formalizar cómo los diferentes sistemas y dispositivos deben utilizar e intercambiar datos sobre el trigo.

Entre los coautores del artículo figura Richard Fulss, Director del Departamento de Gestión del Conocimiento y Tecnologías de la Información del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, con sede en México.

El artículo también es relevante para otras comunidades de investigación sobre cultivos y para la investigación abierta en general. Este documento de la UE sobre la creación de un marco de datos normalizado a escala europea para promover la ciencia abierta cita las conclusiones del artículo.

5. Inteligencia artificial para detectar y rastrear algas problemáticas



Los varamientos masivos y las acumulaciones de un tipo de alga llamada sargazo en las playas están causando daños ambientales y económicos masivos a las comunidades costeras del Caribe. Afecta a la salud pública, la pesca y el turismo, y es difícil de predecir y rastrear.

En este trabajo, los investigadores diseñaron una red neuronal profunda que utiliza imágenes de satélite para detectar sargazos flotantes y acumulados con un 90% de precisión a lo largo de la costa de Quintana Roo, México.

En él participaron investigadores del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR).

Su trabajo podría aplicarse a otras costas y contribuir a la alerta temprana y a una mejor gestión del sargazo. El estudio aparece en un libro blanco del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sobre la gestión de la crisis del sargazo.

6. Evaluando el impacto del factor social en los resultados sanitarios



En 2005, la OMS creó la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud (CSDH). Su objetivo era ayudar a los países a abordar los factores sociales que conducen a una mala salud y a desigualdades sanitarias.

Este artículo del Dr. Adolfo Martínez Valle en la revista Global Health Action presenta dos estudios de caso. Cada uno examina cómo México ha seguido y medido las políticas públicas que abordan los factores sociales relacionados con los resultados sanitarios.

El estudio se destaca en documentos políticos, incluidos los informes de la OMS sobre el seguimiento de la salud para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la relación entre el empleo sanitario y el crecimiento económico.

7. Proteger las plantas autóctonas de los insectos alóctonos



La polilla del nopal (Cactoblastis cactorum) es muy eficaz en el control de las plantas invasoras de higo chumbo (Opuntia). Pero la polilla representa una grave amenaza en México, donde las especies autóctonas de chumbera son ecológica y económicamente importantes.

Este capítulo de OA del libro Area-wide Integrated Pest Management examina un programa de vigilancia de 2022 para detectar y prevenir la introducción y el establecimiento de la polilla del nopal tras su llegada a Florida a finales de los años ochenta. Examina cómo las acciones normativas, las actividades de divulgación y la vigilancia gestionaron con éxito dos grandes infestaciones en México.

El capítulo se destaca como recurso en estas directrices FAO/OIEA para el transporte seguro de insectos.

8. ¿Qué impulsa las decisiones de los trabajadores urbanos mexicanos?



Este artículo del Dr. Robert Duval-Hernández en el Journal of Development Studies examina el empleo informal en el México urbano.

Utiliza datos de la Encuesta Mexicana de Población Activa de 2015, en la que se preguntó a los trabajadores urbanos cómo valoraban los empleos con cobertura de seguridad social. Destaca dos factores principales que limitan el empleo formal de los asalariados:

Demografía del hogar y división de las tareas domésticas.
Nivel de educación
El artículo está referenciado en un informe del NBER que investiga cómo las condiciones contractuales de las tarjetas de crédito y los shocks laborales, como la pérdida del empleo, afectan las tasas de morosidad de las tarjetas de crédito en México.



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How the growth of open access research in Mexico is influencing global policy

Mexico is a leader in open access (OA) research.

Most of its research – 53% – was gold or hybrid OA in 2024 (source: Digital Science/Dimensions).

That's higher than the U.S. (35%), China (34%), and the mean average across all research globally (37%).

Figure 1: Percentage of research that is gold or hybrid open access by year (source: Digital Science/Dimensions)

Growth

The volume of research from Mexico is also growing year-on-year and exceeding expectations compared to other countries.

In 2024, Mexican research organizations published 88% more research outputs than in 2014. 

Figure 2: The number of research outputs by Mexican research organizations by year (source: Digital Science/Dimensions) 

This outpaced growth in the U.S. (21%), the U.K. (27%), and globally (70%).

Further, this growth in research happened despite a fall in research and development expenditures in Mexico since 2010 and an increase in research expenditure in other countries.

Figure 3: Research and development expenditure (% of GDP) by year (source: World Bank)

Driving OA  

A key driver in the success of OA research in Mexico is legislation that requires all publicly funded research to be accessible to all.

Institutional libraries have also promoted OA by establishing repositories and endorsing OA journals.

Universities and research organizations in Mexico are exploring other ways to boost OA research, especially in subject areas with less government funding.

These ways include:

  • "Read & publish" agreements, which allow researchers to publish OA through their institution at no extra cost

  • Partnerships with funders and institutions from other countries  

Further boost

Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) produces around a third of all Mexican research. Taylor & Francis' recent agreement with UNAM will further boost the global reach and impact of research from Mexico.

To mark the agreement and demonstrate the impact of OA research from Mexico, we're highlighting eight OA articles and book chapters featuring Mexican researchers and institutions that have influenced the policies of global organizations and agencies. These include:

  • The U.N.

  • The World Health Organization (WHO)

  • The International Atomic Energy Agency (IAEA)

  • The EU

  • The National Bureau of Economic Research (NBER)   

1. Examining the impacts of hand


Tortillas are a staple food in Mexican culture. They're of significant economic and cultural importance.

This study by researchers at UNAM examines handmade tortilla workshops (HMTWs) in central-western Mexico. It looks at their impact on local economies, their role in preserving native maize varieties, and the health and environmental concerns of open fires in HMTWs.

The study is cited in this report by the U.N. Food and Agriculture Organization (FAO) on how Indigenous peoples can generate income while protecting and promoting their culture and values.  

In 2003, the Mexican government created the System for Social Protection in Health (SSPH). By 2018, its main component, Seguro Popular (SP), helped provide health insurance to an estimated 53 million Mexicans.

This commentary on SSPH by Dr. Octavio Gómez-Dantés and former Secretary of Health of Mexico Dr. Julio Frenk highlights how universal health coverage (UHC) strategies should reinforce:

  • Personal health services (such as diagnostic and treatment services)

  • Health-related common goods (such as regulation, taxes, sanitation, subsidies, and waste management)

The commentary is cited in a WHO technical note on measuring primary health care (PHC) expenditure. PHC is an effective strategy for improving the health of populations and enabling universal health care.  

Climate change is having a dramatic impact on food security.

This 2022 U.N. FAO paper guides policymakers, researchers, and practitioners on using biodiversity and genetic diversity to create more resilient and sustainable food systems.

The paper cites this PeerJ Life & Environment article that examines how four major forest tree species respond to climatic changes, such as shifts in temperature and precipitation. The paper helps improve our understanding of how genetic differences influence climate sensitivity in tree species.

Dr. Cuauhtémoc Sáenz-Romero from the Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo is a co-author of the paper. 



CHINA ya no quiere que sus estudiantes vayan a Estados Unidos

Publicado en University World News https://www.universityworldnews.com/post.php?story=20250508191018550   Se aconseja a los agentes de estud...