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miércoles, 8 de noviembre de 2023

ESPAÑA: Los investigadores podrán eludir la 'dictadura de los papers' y las revistas científicas

Publicado en elDiario.es
https://www.eldiario.es/sociedad/investigadores-podran-eludir-dictadura-papers-revistas-cientificas_1_10661432.html



Los investigadores podrán eludir la 'dictadura de los papers' y las revistas científicas

La Aneca 'reabre' la ciencia y propone que también se puedan acreditar sexenios de investigación con méritos como patentes, informes, dictámenes, trabajos técnicos o artísticos, exposiciones, catalogaciones o conjuntos de datos, excavaciones arqueológicas o metodologías

Entrevista — Pilar Paneque: “La exigencia de publicar constantemente lleva a un sistema científico de cantidad, no de calidad


Es posible que nunca antes haya habido tanta expectación por algo con un nombre tan poco atractivo como Resolución de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora por la que se publican los criterios específicos aprobados para cada uno de los campos de evaluación. Pero en este documento, que publica cada año la Aneca (la agencia encargada de evaluar la carrera académica del profesorado) para reconocer sexenios de investigación (periodos de seis años, que otorgan al investigador un bono económico y le permiten prosperar en la academia), está buena parte de la clave para cambiar la ciencia, sumida en una espiral cuantitativa que provoca disfunciones y merma la calidad de la investigación.

La nueva directora de la Aneca había prometido hacerlo para sacar a investigadores y universidades de “la dictadura de los papers" que rige el sistema de producción de ciencia. Del temido (y odiado) factor de impacto de las revistas. Este lunes se ha publicado por fin el borrador de la resolución, que además por primera vez sale a consulta pública, (hasta el 19 de noviembre). Y que avanza hacia ese cambio admitiendo nuevos formatos y nuevos soportes como méritos de investigación reconocibles más allá del artículo. Como ya recogía una orden de 1994, hoy olvidada.

Dice el texto: “Se amplía (...) el abanico de aportaciones y posibles medios de difusión que pueden justificar una actividad investigadora durante el periodo evaluado”. Y enumera nuevos posibles soportes: “Publicaciones, patentes, informes, estudios, dictámenes, trabajos técnicos, trabajos artísticos, exposiciones, excavaciones arqueológicas, catalogaciones, etc.”. Añade la Aneca que ante “la situación general de la ciencia en España (...) pueden justificar actividad investigadora los conjuntos de datos, las metodologías y el código de las aplicaciones informáticas desarrolladas”.

Esto quiere decir que la Aneca dejará de valorar exclusivamente como mérito los artículos científicos, donde únicamente se tiene en cuenta la revista de publicación como indicador de la calidad del paper en cuestión. El sistema ya fue así, pero se fue restringiendo con el paso de los años para acabar centrado exclusivamente en las revistas (más cómodo para el evaluador, que solo tenía que ver dónde se publicaba un artículo para valorarlo). Con esta nueva orden, que pedía la comunidad científica, se armoniza la evaluación con la acreditación para ser profesor universitario, abierta ahora al software, la creación artística o los congresos, entre otros nuevos méritos.

“Se realiza un reajuste en la combinación de los métodos cualitativos y los indicadores cuantitativos utilizados para la valoración de las aportaciones presentadas”, sostiene el borrador de resolución.

Otro aspecto novedoso de la propuesta de la Aneca es que “los resultados de la investigación (...) estén disponibles en acceso abierto, cuyo acceso gratuito y libre debe fomentarse mediante el desarrollo de repositorios institucionales o temáticos de acceso abierto, propios o compartidos”. Actualmente, si las revistas donde se publica son de acceso abierto es porque el investigador ha pagado previamente; si no, se paga por leer. Pero alguien suele pagar, y en ocasiones se hace dos veces. En España, en la inmensa mayoría de los casos es siempre dinero público. También es habitual colgar los trabajos en repositorios de acceso restringido (como ResearchGate o Academia)

Entre las novedades de la propuesta de la Aneca de este año está también la creación de un nuevo campo de conocimiento (los sexenios se entregan por áreas) que será interdisciplinar para la actividad investigadora de carácter más transversal y difícil de cuadrar en un campo concreto.

Sin ruptura con lo anterior

Pero el texto tampoco supone una ruptura completa –los sexenios de investigación afectan a un periodo de seis años y no se pueden cambiar las normas de juego a mitad de la partida, según defiende Paneque–, por lo que la resolución mantiene también la estructura anterior: publicar en las revistas que el “ecosistema científico” ha decidido que son las más relevantes (las que más se citan en el sector) sigue siendo un mérito en sí mismo (es la revista la que hace la criba: una vez publicado, se da por bueno que el artículo es de calidad), aunque tampoco será exactamente igual porque habrá que justificar la publicación, como explica la bibliotecaria Amelia López en este hilo.

Uno de los principales problemas que provoca este método, llevan años advirtiendo los expertos, es la deriva que ha sufrido el sector en los últimos años: de pagar por leer, los investigadores han pasado a pagar por publicar, lo que ha generando un mercado de revistas que publican casi todo porque, para ellas, publicar es ganar dinero. También ha provocado que se haga investigación solo para publicar y acumular méritos, según han detectado algunos estudios, sin aportar nada realmente novedoso a la ciencia.

Tras los pasos de Dora y Coara

El movimiento de la Aneca sigue las últimas recomendaciones internacionales, que proponen realizar cambios en la manera en que se evalúa la producción científica. “Aconseja integrar ya en esta convocatoria las orientaciones del movimiento internacional de reforma de la evaluación de la investigación, al que se ha incorporado Aneca en este año 2023 a través de su adhesión a la San Francisco Declaration on Research Assessment (DORA) y a los acuerdos y principios de la Coalition for Advancing Research Assessment (CoARA). En los diversos campos y subcampos de evaluación esto se concreta, conforme a las reglas aplicables a cada disciplina científica, en la solicitud de una narración justificativa de los indicios de relevancia e impacto de cada aportación (métodos cualitativos), apoyados por un uso responsable de indicadores cuantitativos”, explica la agencia.

El texto propone que cada investigador justifique el impacto de su aportación cuando esta se produzca fuera del ecosistema de las revistas tradicionales. También en ellas, de hecho. Esta práctica se realizará por el momento a través de las “aportaciones extraordinarias” que, como su nombre indica, habitualmente han de ser escasas o especiales, pero que este año –o en el ínterin que dure la transición hacia el nuevo sistema– se aceptará con carácter general.

El proceso de evaluación de los méritos presentados, con “criterios y metodologías de evaluación cualitativas y cuantitativas”, tomará como referencia “la narrativa aportada por la persona solicitante en los 'indicios de relevancia e impacto' de cada aportación”, explica el texto. Y pone ejemplos: “Se defenderá el impacto científico de la aportación a través de citas recibidas contextualizadas excluyendo autocitas, de su proyección internacional, de los proyectos nacionales o internacionales que han financiado la investigación o que se han derivado de ella, de los premios recibidos, de las traducciones de la obra, entre otros; y/o la contribución de dicha aportación a la generación de impacto social evidenciado, por ejemplo, a través de aportaciones al diseño e implementación de políticas públicas, contribución al desarrollo de productos y servicios o cualquier otro aspecto que se considere relevante”. Y se recomienda hacer un “uso responsable de indicadores cuantitativos (indicadores bibliométricos normalizados, entre otros)”, en alusión al sistema de revistas.

Según el borrador, que incluye un apéndice con varios cuadros para explicar el nuevo sistema, se permitirán las clásicas métricas de citación, pero también de uso y lectura (volumen de descargas, visualizaciones o visitas), las métricas de influencia o adopción social (menciones a fuentes externas del ámbito académico) y métricas de visibilidad social (plataformas sociales en línea, “preferentemente académicas y especializadas”). También se informa de que se valorará la difusión de las aportaciones en abierto o compartir datos brutos, metodologías, etc. “de forma abierta y transparente”.


martes, 25 de julio de 2023

Así se infla una carrera académica: cómo firmar artículos científicos desde el Bachillerato gracias a unos padres catedráticos

 Así se infla una carrera académica: cómo firmar artículos científicos desde el Bachillerato gracias a unos padres catedráticos


Con 26 años, Manuel Toledano Osorio tiene 73 'papers' publicados
en revistas de impacto, 71 con su familia. Antes de ir a la U
niversidad ya figuraba en nueve

Actualizado Lunes, 17 julio 2023 -

lunes, 24 de julio de 2023

El escabroso sistema de la publicación científica

Publicado en La Voz
https://www.lavoz.com.ar/numero-cero/el-escabroso-sistema-de-la-publicacion-cientifica/


El escabroso sistema de la publicación científica

En ciencias, la presión por “publicar o perecer” es creciente,
así como el interés económico de empresas editoriales.
Una realidad que enfrenta la paradoja del enorme número
de publicaciones.


Roberto Rovasio

domingo, 23 de julio de 202300:01

Los ancianos de la prehistoria relataban sus saberes alrededor de la hoguera, luego los grabarían en piedra o en pergamino, después los difundirían en ateneos, academias o ágoras, hasta su estampado en nacientes libros.

En tiempos remotos, la comunicación académica ‒inherente al método científico‒ inició con mensajes en la République des Lettres, luego mediante pioneras sociedades científicas como la Accademia Nazionale dei Lincei de Roma en 1603, y finalmente con medios gráficos como el Journal des Sçavans de París y el Philosophical Transactions de Londres en 1665.

Los científicos no siempre escribieron en lenguaje claro, a veces para escapar de censores e inquisidores. Pero luego del oscuro medioevo, los nuevos conocimientos se publicitaron buscando apoyo para las ideas y mecenas que las sostuvieran.

En 1752, Philosophical Transactions comenzó a supervisar sus artículos científicos y la redundancia de descubrimientos en trabajos sobre el mismo tema llevaron a disputas de prioridad que impusieron la cita de referencias bibliográficas sobre la materia publicada.

La evaluación por pares (peer review) recién se generalizó en el siglo 20, cuando se avanzó rápido en la organización de los artículos, normas de publicación y procesos de edición, tutelados por la tecnología. Pronto, grandes empresas editoriales se convirtieron en guardianes fácticos de la ciencia. Desde allí, buena o mala, es historia reciente.

PUBLICACIONES DE CALIDAD O NEGOCIOS

Un axioma de la ciencia moderna establece que publicar resultados de investigaciones cumple con postulados esenciales del quehacer científico, permitiendo informar y confirmar (o no) un hallazgo o descubrimiento.

En ciencias, la presión por “publicar o perecer” (publish or perish) es creciente, así como el interés económico de empresas editoriales. Una realidad que enfrenta la paradoja del enorme número de publicaciones, lo que excede la capacidad de leerlas. Como consecuencia, muchos científicos subestiman la literatura anterior a las publicaciones de los últimos años.

En el recurrente tema de la publicación científica ‒encorsetado en el vigente neoliberalismo‒, muchas editoriales científicas tradicionales se transformaron en empresas oligopólicas, con dudosas normas de selección, exacerbada bibliometría y renovados “índices de calidad” que presionan al investigador a publicar “como sea”, más que a responder preguntas inteligentes con enfoques originales. Una carrera contrarreloj para llegar, frecuentemente, a ninguna parte.

En la región latinoamericana, consecuente con el Primer Mundo, se instaló en estudiantes, profesores y funcionarios que la única opción del científico “exitoso” es publicar en NatureCell o Science. No obstante, pocos satisfacen el glamour del “club editorial internacional”, aun pagando más de U$S 10 mil de “costo por procesar el manuscrito”.

Como señaló el premio nobel Randy Schekman: “Los exclusivos y lujosos journals privilegian artículos impactantes más que la buena ciencia, y los gobiernos ofrecen incentivos monetarios que distorsionan la ciencia, así como la promesa de beneficios distorsionan el sistema financiero”. Y reiterando las fake news científicas, se crean burbujas en temas de moda, desalentando trabajos sobre problemas básicos de la sociedad.

LA HUMILLADA PUBLICACIÓN CIENTÍFICA

El escenario de la comunicación científica global se basa en tres pilares:


  1. El manejo político de Vannevar Bush (1890-1974), hábil administrador estadounidense, supervisor de investigación y desarrollo militar.
  2. La negociación de Robert Maxwell (1923-1991), turbio y fraudulento empresario del imperio editorial Pergamon Press.
  3. La habilidad para operar datos de Eugene Garfield (1925-2017), fundador del Instituto de Información Científica, creador del Current Contents y el Science Citation Index (hoy Web of Science), para automatizar y acelerar la búsqueda de información, e inventor del Impact Factor como sistema para evaluar (cuantificar) publicaciones.

Maxwell fue pionero al percibir la rentabilidad de la publicación científica, convenció a editores y llevó las seis revistas editadas por Pergamon en 1951 a más de 700 en los años 1980.

El primer paso de Garfield fue construir una base de datos con referencias de 600 revistas científicas en 1963, que duplicó en tres años y definió el concepto académico de “buena reputación en revistas internacionales”.

Quizás no fue intención de Garfield que las universidades, académicos, editores y científicos usaran el Science Citation Index para competir ‒él mismo hizo su autocrítica poco antes de morir‒, pero su método permitió clasificar artículos, revistas (y científicos) en función del Factor de Impacto. Había creado una herramienta para el peligroso juego académico e institucional que modeló el actual escenario de la investigación estratificada y desigual.

Hoy existen más de 100 mil revistas académicas en el planeta, dominadas por cuatro empresas multinacionales: Springer Nature, Elsevier, Wiley-Blackwell y Taylor and Francis, con dos mil revistas cada una, más del 70% de ciencias sociales y del 50% de ciencias naturales.

En los años 1990, la tecnología digital prometió igualdad, democratización y abaratamiento en publicaciones científicas. Una falacia seguida por un modelo económico de mercado y máxima ganancia empresarial. Las “marcas” de revistas de elite se convirtieron en herramientas de marketing, y donde antes había un The Lancet, ahora hay 22 revistas con la marca Lancet.

La expansión de Springer-Nature significó un aumento a 30 revistas con Nature en su título. Además, la selección de artículos de una marca “madre” permite enviar artículos no aceptados a otras revistas de la misma marca. Algo así como segundas y terceras marcas del supermercado.

El modelo actual de publicación científica empresarial necesita un crecimiento constante, conocida táctica neoliberal de “huir hacia adelante”, ya sea publicando más en cada volumen, editando más números especiales o lanzando más revistas. Al mismo tiempo, los comités editoriales, antes ocupados por prestigiosos científicos de carrera, fueron colonizados por administradores de empresas y por especialistas en marketing. Y las editoriales que no entran en ese juego sucumben.

¿QUÉ QUEDA PARA EL JOVEN APRENDIZ DE CIENTÍFICO?

Para el novato protocientífico, la exigencia de aceleración y productividad se convierte en estrategias de supervivencia, presionado hasta el “canibalismo académico”, mientras las universidades compiten por estudiantes, lo incitan a publicar con incentivos monetarios y condicionan su promoción, tergiversando la práctica basada en la genuina calidad del trabajo.

La actual estratificación del sistema científico y el acelerado ciclo de publicación impone al investigador en formación publicar rápido y privilegiar el calendario al cuaderno de experimentos, para mantenerse visibles, acceder a posiciones y ganar promociones. Una opción es comprar autorías o acceder a medios que ayuden al proceso, y la reciente aplicación de inteligencia artificial Chat-GPT ya es vista como solución.

Pero la cantidad de artículos retractados (retirados luego de ser publicados, por errores groseros, fraude o plagio) aumenta en forma alarmante, con sus autores atrapados en la “carrera armamentista” de integridad y tecnología.

EN EL SUR GLOBAL

La desigualdad en la representación geográfica de revistas científicas ‒señalada hace más de 50 años‒ hoy se fortalece por el modelo de negocios editoriales, y pese al llamado para descolonizar publicaciones en “acceso abierto” y promover la “bibliodiversidad”, el mercantilismo editorial ensombrece las publicaciones académicas del Sur Global. Así, de las 2.200 revistas publicadas en África subsahariana, sólo el 7,5% están indexadas en Web of Science.

No es mejor el panorama en el Caribe y el Sur Americano, mostrando hasta qué punto esos índices invisibilizan el conocimiento de la investigación del Tercer Mundo.

Lejos de ayudar a descolonizar el ecosistema editorial, el modelo de “ciencia abierta” se incorporó al dominio de editoriales comerciales, convirtiéndose en un espacio politizado y disputado. Al mismo tiempo, margina a los investigadores que trabajan en sistemas de investigación con escasos recursos e incorporan la aceleración y el productivismo como estrategias de supervivencia en la periferia académica.

Como contrapeso, América latina ofrece un sólido sistema editorial regional, en portugués y en español, con la base de datos SciELO, de infraestructura editorial y propiedad comunitaria.

A 60 años de Garfield lanzando su medición por Impact Factor y más de 70 años desde que Maxwell fundó Pergamon, la industria de revistas científicas se muestra muy rentable, con “trenzas” comerciales entre índices de calidad y editores en una economía de mercado que mide la reputación científica y el estatus académico de los investigadores mediante dudosas clasificaciones e índices de calidad.

Fenómeno ampliado por la digitalización, el poder de cómputo y la inversión financiera, para beneficio exclusivo de las redes editoriales euronorteamericanas.

* Profesor Emérito (UNC); investigador Principal (Conicet) jubilado; comunicador científico (UNC)

jueves, 6 de julio de 2023

Necesitamos más endogamia universitaria para mejorar la calidad de la docencia

Publicado en blog Universídad. Una conversación pública sobre la universidad
https://www.universidadsi.es/necesitamos-mas-endogamia-universitaria-para-mejorar-la-calidad-de-la-docencia/


Necesitamos más endogamia universitaria para mejorar la calidad de la docencia

29/06/2023

Mucho y mal se ha hablado de la endogamia universitaria. De hecho, se suele describir como uno de los principales problemas de las universidades españolas. Sin embargo, puede resultar curioso saber que esta mala fama que tiene la endogamia solo sucede en España, lo mismo que también sucede con la visión que la mainstream tiene sobre las revistas open acces y el exceso de celo con respecto a los artículos indexados en el JCR. De nuevo Spain is different.

Argumentos en contra de la endogamia

La palabra endogamia significa, según sus orígenes griegos, “matrimonio con personas de la misma casta, aldea, tribu u otro grupo social”; significado que surge de las raíces endo (dentro) y gamos (matrimonio) y el sufijo ia (cualidad). Traducido al mundo académico se refiere al hecho de que las personas que estudian en una universidad acaban trabajando en ella. Pero ¿por qué se considera que la endogamia es perversa?

Los argumentos que afirman que la endogamia es perversa se centran en que está relacionada con las corruptelas, al favorecer la contratación a través de prácticas clientelares (contratación de familiares y de “amiguetes”), en vez de basarse en el mérito y la capacidad.

Se asocia, además, con una cultura contraria a la eficiencia y “pueblerina” en vez de potenciar la movilidad internacional y la competitividad. Esto produce aislamiento, “aldeanismo” y escasa productividad, según los detractores de la endogamia. También le atribuyen otros males como el estancamiento del conocimiento y la acumulación de poder. Se recomienda la lectura de este artículo publicado anteriormente en este blog.

Cuestionar las críticas en contra de la endogamia

Estas críticas parten de un enfoque totalmente equivocado: el carácter local no está reñido o no tiene por qué ser contrario a la globalidad, la excelencia y la exigencia. El concepto de aldea global y de glocalidad ponen el énfasis en la relevancia de lo local y lo próximo en un contexto de globalidad y de mayores exigencias de calidad. Contratar como profesorado a personas que conocen mejor que nadie la realidad a la que se van a tener que enfrentar es una gran ventaja, pues estarán mejor capacitadas para adaptar los programas curriculares a las necesidades docentes concretas del territorio en el que actúan (economía, cultura, lengua, …). Lo que además no les va a impedir adquirir otras capacidades también necesarias y convertirse así en buenos profesionales. ¿O es que acaso el profesorado local no tiene capacidad para ser un buen profesional de la docencia y la investigación?

El tópico según el cual lo que viene de fuera siempre es mejor habría que descartarlo ya, porque entre otras cosas no es cierto y lo que hace es infravalorarnos. Con respecto a la acumulación de poder, ésta se puede producir independientemente de si haya endogamia o no, pues vendrá dada por el uso del poder que hagan quienes están en las categorías profesionales más altas (catedráticas y titulares de universidad).

Sin embargo, la tan deseada competitividad trasladada a lo público y a la enseñanza, es la que más daño está haciendo en la calidad de la docencia.

La obsesión por las publicaciones en revistas de impacto internacional (los famosos JCR) reduce el tiempo que el personal docente e investigador dedica a la preparación de las clases, la evaluación del estudiantado e incluso a las propias horas de clase. Los sistemas de retribución y promoción del profesorado en la universidad cada vez están más basados en la investigación centrada en publicar en revistas de mayor impacto internacional, dejando de lado (reduciendo el peso) de los méritos docentes, lo que provoca desmotivación en las actividades enfocadas a la enseñanza.

Por otra parte, la contratación de personal docente e investigador en la universidad siempre se ha de hacer con criterios de mérito y capacidad y de manera rigurosa; independientemente de los orígenes locales o internacionales de las personas candidatas. No está demostrado que el profesorado local esté peor capacitado que el profesorado que viene de fuera. Aquí es donde hay que poner el énfasis, en la realización de concursos para la contratación inicial de profesorado con criterios de rigor y evitando siempre el clientelismo.

Clientelismo y endogamia son dos conceptos diferentes y no tienen por qué ir unidos o relacionados.

Por otra parte, los planes de Bolonia, el Espacio Europeo de Enseñanza Universitaria y los programas Erasmus han abierto las universidades al mundo, de manera que una gran parte del estudiantado de una universidad española, al finalizar sus estudios universitarios, lo hace con la experiencia de haber realizado parte de su formación universitaria en una universidad extranjera. De la misma manera, al profesorado, para promocionar (vía acreditaciones nacionales), se le exige realizar estancias en otras universidades, lo que abre sus perspectivas y les permite conocer otras realidades más lejanas. Y por si esto fuera poco, el uso de las nuevas tecnologías en el ámbito docente (videoconferencias, …) permite trabajar a nivel mundial sin necesidad de desplazarse físicamente, manteniendo contacto permanente con otros grupos de investigación internacionales. En este contexto, hablar de endogamia tiene muy poco sentido, al menos como una práctica negativa.

La endogamia en la empresa privada: ¿buena o mala?

Otro aspecto importante que cuestiona la mala imagen de la endogamia es estudiar lo que hacen las empresas.

La mayoría de las empresas practican la endogamia como una manera de conseguir una cultura organizativa propia diferenciadora y un personal que sea capaz de identificarse con el proyecto de empresa, altamente motivado y eficiente.

Cada vez son más las empresas que desarrollan planes formativos propios, con el propósito de capacitar a sus personas trabajadoras en las mejores y más actuales técnicas y conocimientos para así mejorar su rendimiento en los puestos de trabajo que ocupan en la empresa. Y también diseñan planes de carrera profesionales con el fin de favorecer la promoción interna entre sus miembros. Esto no está reñido con la contratación de personal externo, cuando es necesario, pero las empresas miman a sus personas trabajadoras porque saben que así conseguirán una plantilla más implicada y una mayor productividad. ¿Por qué esto que es tan bueno para las empresas no lo ha de ser para la universidad?

La universidad, al igual que las empresas, está en su derecho de retener el capital humano que ella misma ha formado, porque de esa manera puede recuperar la fuerte inversión que requiere formar a una persona en el ámbito universitario.

Se consigue así un capital humano fuertemente motivado e implicado en el proyecto, conocedor de la realidad más próxima y a la vez capacitado al mismo nivel que los de fuera.

Por todo lo explicado, mi opinión es que la universidad no debería dejar de ser endogámica, sino que debería de serlo aún más. La endogamia es una fortaleza que hay que saber aprovechar. El estudiantado local puede convertirse en profesorado de excelencia, creando un círculo virtuoso a través del cual mejorar la calidad de la docencia. Necesitamos profesorado vocacional que no solo esté dispuesto a investigar y a publicar en revistas de prestigio, sino también a dedicar una parte importante de su trabajo a la docencia, a impartir clases de calidad. Conocer la realidad local en la que nos movemos, su cultural, su lengua y sus necesidades concretas en cada materia o especialidad, es un recurso valioso que no nos podemos permitir el lujo de perder.

Yo siento una gran satisfacción cuando un/ una estudiante va pasando por los diferentes niveles universitarios (grado, postgrado y doctorado) hasta que se convierte en profesorado de la universidad y pasa a ser compañero o compañera de departamento. El problema no es que el profesorado se haya formado en la misma universidad, el problema es algo más estructural que viene de un sistema universitario mal financiado y excesivamente burocratizado, que lejos de facilitar, pone todo tipo de obstáculos a la capacitación y al trabajo creativo de sus investigadores y profesorado, además de mantener unas condiciones laborales poco dignas (salarios bajos, elevada carga docente y administrativa, …).

La endogamia en otros países europeos: el camino a seguir

En los países más avanzados de Europa en materia de docencia universitaria (Finlandia, Suecia, entre otros) existe un sistema de promoción interna del profesorado que aquí calificaríamos de altamente endogámico.

En otros países, cuando una persona inicia su carrera profesional universitaria accediendo a una plaza de profesorado, ya no tiene que competir con otras personas en su proceso de promoción. Las promociones del profesorado son internas y nadie de fuera puede presentarse a la plaza; todo lo contrario que sucede en España.

Lo importante en estos países es disponer de unos criterios rigurosos de mérito y capacidad en el momento de entrada de la persona en la universidad (el equivalente a profesorado ayudante, ayudante doctor y asociado en España). Después, su carrera profesional dependerá exclusivamente de su esfuerzo y trabajo. Es decir, endogamia al 100%. En España, el profesorado universitario, cada vez que se enfrenta a una promoción, ha de hacerlo con el riesgo de tener que competir con candidatos externos. Esto destruye cualquier tipo de creatividad y obliga a quien promociona a dejar de lado (en muchos casos) sus responsabilidades docentes e investigadoras durante el período de preparación del concurso-oposición.

¿Este sistema de promoción en las universidades españolas garantiza que la persona que va a ocupar la plaza sea la mejor o más preparada? Claramente no. En el resto de las Administraciones Públicas sí que existen las promociones internas, ¿porqué en la universidad no? Nos enfrentamos a un agravio comparativo difícil de justificar.

En definitiva, la endogamia bien entendida puede ser una valiosa fuente de recursos y capacidades que proporcione a las universidades españolas los ingredientes necesarios para la mejora de la calidad en la docencia y en la investigación.

Plan 2.0 para el acceso abierto: ¿un plan o una nueva ambigüedad?

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...