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viernes, 28 de noviembre de 2025

MÉXICO: revistas depredadoras nativas

Publicado en Educación Futura
https://www.educacionfutura.org/culto-al-paper/?fbclid=IwY2xjawOHFPlleHRuA2FlbQIxMABicmlkETE3Y1lkdEZFQmZTNU9tWkF1c3J0YwZhcHBfaWQQMjIyMDM5MTc4ODIwMDg5MghjYWxsc2l0ZQEyAAEeAyjMXt-fmQf6tptSbwgH0OiG-biqZTuaHRCUqBWAzQ8KTi7Uppn1sXyW4gQ_aem_VpoCDN0oFLsOkOQiMzPvEQ 





Del culto al paper al mercado de las revistas depredadoras

Juan Carlos Castellanos Ramírez


por Pluma invitada  7 noviembre, 2025


Producir papers se ha convertido en una obsesión en la vida académica de las universidades. No importa qué ni cómo; el fin justifica los medios. Tal parece que pertenecer al Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII) se ha convertido en el santo grial del reconocimiento académico, y las publicaciones son los pases de acceso para formar parte de este grupo selecto.

El fetiche por publicar se ha superpuesto al deseo por investigar, aprender y generar conocimiento. En muchos casos, esta fiebre se alimenta de los programas de estímulos económicos, que resultan atractivos ante las condiciones laborales precarias de buena parte del profesorado universitario (Galaz, 2019). En otros, el impulso proviene del afán de obtener renombre dentro de la institución y poder pronunciar la gran frase: “Soy SNII”, expresión que denota una distinción dentro del gremio académico y que, como hace notar Gil Antón (2013), funciona como un marcador de selectividad o, incluso, como señala Flores (2022) parece alardear una especie de superioridad genética entre académicos.

Por precariedad salarial o por vanidad, lo cierto es que hoy en día muchos/as académicos/as aspiran a llegar bien vestidos a la fiesta, luciendo sus publicaciones como accesorios de distinción ante el anfitrión. Poco importa si las prendas son robadas, prestadas, rentadas o compradas: a fin de cuentas, lo que se juzga desde el punto de vista del anfitrión es la apariencia representada en métricas, índices y puntajes dentro de un sistema mercantil de la ciencia.

Aunque podría pensarse que un aumento en la cantidad de artículos publicados implica mayor progreso científico, la evidencia sugiere lo contrario. La avalancha de papers en distintos campos no necesariamente acelera el avance del conocimiento; incluso puede ralentizarlo cuando las ideas se repiten, carecen de originalidad y presentan inconsistencias metodológicas. Un estudio de Chu y Evans (2021) demostró que el incremento de publicaciones no conduce a una renovación de las ideas, especialmente cuando proliferan editoriales dudosas que operan más bajo la lógica del mercado que bajo la lógica del avance del conocimiento. En medio de esa avalancha, identificar trabajos verdaderamente consistentes se vuelve tan difícil como buscar una aguja en el pajar.

Las políticas científicas vigentes privilegian la cantidad sobre la profundidad. Ya no hay espacio para investigaciones de largo aliento; ahora todo debe producirse rápido, porque en las métricas institucionales cuenta más la cantidad de artículos publicados que la solidez de los hallazgos. Publicar mucho y pronto es la vía más segura hacia el ascenso, el dinero extra y el reconocimiento disfrazado de mérito.

Hace unos meses, Romero (2025) apuntaba en este mismo portal de Educación Futura el crecimiento desmesurado que ha tenido el SNII. También, los datos de Contreras, Antón y Altonar (2022) muestran que de 2002 a 2018 el sistema pasó de 9,198 a 28,133 miembros, lo que representa un aumento de 211.3%. De acuerdo con cifras de la extinta CONAHCYT, entre 2018 y 2024 se alcanzó un récord histórico: un crecimiento de 240%. En tan solo seis años, el sistema creció más que en los 16 anteriores. Aunque estas cifras parecieran reflejar el compromiso de la 4T con una visión humanística de la ciencia, también pueden ser síntoma de una falta de claridad en los criterios de evaluación, donde todo se vuelve una moneda al aire.

En los últimos años hemos visto salir del SNII a académicos/as con trabajos robustos y, en contraparte, también hemos visto ascender a otros/as con investigaciones dudosas, amparadas por publicaciones en editoriales depredadoras; ¿cómo están incidiendo estas editoriales en las cifras del SNII?.

La necesidad por publicar ha generado un mercado cautivo. Las revistas depredadoras proliferan porque hay una demanda ansiosa de visibilidad académica. Así se acumulan papers sin debates de fondo ni aportaciones originales. Por eso, aunque el número de investigadores/as reconocidos/as crece, el avance científico no necesariamente acompaña el aumento. En esta lógica de “publicar o morir”, lo que cuenta no es la originalidad o la rigurosidad, sino la velocidad y la cantidad.

En este mercado del conocimiento, las editoriales depredadoras se presentan como salvadoras de la urgencia académica. Pero la pregunta que persiste es incómoda, ¿al publicar en estas revistas se gana prestigio o desprestigio?; la respuesta se diluye entre la necesidad y la ingenuidad. Lo cierto es que, mientras los investigadores buscan reconocimiento, las empresas que operan bajo la máscara de la ciencia están listas para ofrecer una mano amiga… a cambio de una cuota.

Así operan las revistas depredadoras en México”

El ecosistema de comunicación científica ha experimentado cambios importantes en los últimos años, pasando de un modelo de suscripción (pagar por leer) a un modelo de acceso abierto. Si bien este cambio ha permitido democratizar el conocimiento y ampliar la visibilidad de la producción académica, también ha propiciado el surgimiento de editoriales depredadoras, cuyo propósito principal no es exactamente la difusión del conocimiento científico, sino obtener beneficios económicos a costa de las necesidades de los/as investigadores/as y vacíos del sistema de evaluación científica en México.

El avance de las revistas depredadoras en México no solo pone en evidencia las debilidades del sistema editorial y de evaluación científica, sino también una forma de crisis cultural en la producción del conocimiento. Lo preocupante no es únicamente que existan estas editoriales, sino que hayan encontrado un terreno fértil donde prosperar: un entorno académico donde publicar se ha vuelto sinónimo de existir y donde el reconocimiento se mide más por el número de artículos que por la solidez de las ideas.

En los últimos meses he reunido evidencia sobre algunas editoriales depredadoras que actualmente operan en el país. De ellas retomaré un caso que ilustra la forma en que este tipo de negocios se ha infiltrado en el ámbito académico nacional. Por razones éticas y de confidencialidad me reservaré el nombre de la editorial, aunque probablemente quienes se desenvuelven en el mundo universitario reconocerán algunos de estos rasgos.

Se trata de una editorial particularmente influyente en el campo de la educación, que en su momento logró engañar incluso al extinto CONACYT, llegando a formar parte del antiguo padrón de revistas de calidad. Esa inclusión, aunque temporal, le otorgó una apariencia de prestigio que impulsó su crecimiento desde 2017. Hoy, pese a que dicho padrón ya no existe, la editorial sigue promocionándose como integrante de aquel registro, lo que le permite mantener un flujo constante de autores/as que buscan visibilidad académica.

Esta editorial, auspiciada bajo la figura de una asociación civil, actualmente opera 11 revistas. En todas ellas, la cuota de publicación está vinculada con el número de autorías: un autor paga 6,000.00 pesos, dos autores 10,500.00 pesos, tres autores 13,500.00 pesos, cuatro autores 17,500.00 pesos y cinco autores 20,500.00 pesos.

El problema, desde luego, no radica en el costo, pues algunas revistas legítimas también cobran cuotas de publicación, sino en la ausencia de procesos editoriales reales. La revisión por pares, núcleo del rigor científico, es meramente formal: los dictámenes se emiten en lapsos improbables, no hay trazabilidad de los evaluadores y, en muchos casos, ni siquiera se conservan los reportes de revisión. El resultado es una ganancia anual de aproximadamente 2,500,000 pesos, así como una avalancha de artículos publicados sin control de calidad ni rigor metodológico.

La comparación con una revista académica consolidada permite dimensionar la magnitud del problema. Por ejemplo, la Revista Electrónica de Investigación Educativa (REDIE), publica entre 25 y 30 artículos al año, luego de exhaustivos procesos de revisión que pueden extenderse durante varios meses. En contraste, la editorial depredadora produce entre 200 y 250 artículos anuales, aproximadamente siete veces más que una revista académica legítima, pero sin garantizar ningún criterio de rigor científico. La diferencia en los tiempos de publicación y en la cantidad de artículos publicados deja entrever que detrás del supuesto dinamismo editorial se oculta un negocio basado en la rapidez y la complacencia.

Esta misma editorial ha desarrollado una estructura comercial diversificada que amplía sus fuentes de ingreso. A lo largo de 2025, por ejemplo, en un solo mes organizó seis congresos en los que se ofrecían diferentes planes de participación. El “plan platino”, con un costo de 3,500.00 pesos, incluía una ponencia y la publicación del artículo; el “plan oro”, de 7,500.00 pesos, garantizaba dos publicaciones.

También, dentro de su mercado operan seminarios de producción académica en donde se garantiza la publicación de artículos en sus propias revistas. De acuerdo con los datos que se exhiben en el sitio web de la revista, el costo del seminario es de 6,000.00 pesos y cuentan con una cartera de 290 clientes, lo que permite calcular un ingreso cercano a 1,700,000 pesos. A ello se suma la oferta de “posdoctorados en educación”, que también están asociados a la publicación de artículos, en el mismo sitio de la revista se declaran los costos y cantidad de participantes, sobre el cual podemos estimar una ganancia aproximada de 5,000,000 pesos.

Este conjunto de actividades revela claramente una estructura comercial, capaz de sostenerse económicamente gracias a la venta de visibilidad académica y los vacíos del sistema de evaluación científica en México.

Las razones de los/as académicos/as por publicar en revistas depredadoras pueden ser muy diversas: en algunos casos predomina el desconocimiento sobre los riesgos de publicar en revistas falsas; en otros, la presión institucional por cumplir indicadores de productividad o la búsqueda de ascensos rápidos. No obstante, también existe un sector que participa de manera deliberada, priorizando el ensanchamiento de su currículum y cuya carrera académica se ha forjado a través de su participación en tales revistas. En todos los casos, la demanda sostenida alimenta el crecimiento del negocio editorial depredador.

Las consecuencias de esta maquinaria son profundas, ya que cada artículo publicado sin revisión rigurosa debilita la credibilidad del sistema científico nacional y erosiona la confianza social en la investigación. Además, distorsiona los indicadores de productividad, genera una falsa percepción del desempeño institucional y dificulta la evaluación justa de los investigadores e investigadoras. Lo que estas editoriales venden no es más que un atajo para obtener los indicadores y el reconocimiento como miembro del SNII, poniendo en desventaja a quienes eligen difundir los hallazgos de sus investigaciones en revistas confiables y comprometidas con la integridad científica.

Referencias:

Contreras, L., Gil, M., y Altonar, X. (2022). Las investigadoras en el Sistema Nacional de Investigadores: Tan iguales y tan diferentes. Revista de la Educación Superior, 51(201), 51-72. https://resu.anuies.mx/ojs/index.php/resu/article/view/2020

Chu, J. y Evans, J. (2021). Slowed canonical progress in large fields of science. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 118(41), e2021636118. https://doi.org/10.1073/pnas.2021636118

Flores, P. (2022). Escolaridad, SNI y diezmo. Educación Futura. https://www.educacionfutura.org/escolaridad-sni-y-diezmo/

Galaz, F. (2019). El SNI y las instituciones públicas de educación superior. Educación Futura. https://www.educacionfutura.org/el-sni-y-las-instituciones-publicas-de-educacion-superior/

Gil, M. (2013). La monetarización de la profesión académica en México: Un cuarto de siglo de transferencias monetarias condicionadas. Espacios en Blanco, 23, 157-186. https://www.redalyc.org/pdf/3845/384539805008.pdf

Romero, J. (2025). Academia mexicana: entre endogamia y colonización. Educación Futura. https://www.educacionfutura.org/academia-mexicana-endogamia/


viernes, 14 de noviembre de 2025

[ LIBRO ] "Dark Academia. How Universities Die", Peter Fleming

Descargar de: https://drive.google.com/file/d/1UNRrqxKhTCMYYcBlBd0_mZ1cLoHepTX8/view?usp=sharing





El análisis de Fleming es agudo, ingenioso e inquebrantable. Argumenta que la universidad se ha convertido en una "institución zombi", manteniendo exteriores los rituales del mundo académico mientras que su vida interna ha sido vaciada por la lógica del mercado. Él detalla cómo el lenguaje de "excelencia", "impacto" y "marca" ha creado un ambiente de ocupación performativa donde la verdadera curiosidad intelectual es un pasivo. El capítulo sobre el "cinismo comunal"—donde todo el mundo sabe que el juego está amañado pero se siente obligado a seguir el juego—fue un espejo sostenido a todo mi departamento. Este libro no ofrece soluciones fáciles, y esa es su fuerza. No es una guía de autoayuda para sobrevivir a la academia; es un diagnóstico de una condición terminal. Me dio el vocabulario para entender mi agotamiento no como un fallo personal, sino como una respuesta lógica a un sistema roto. Fue el empujón que necesitaba para mirar más allá de los muros de la universidad para una vida y una carrera significativas.


10 lecciones e ideas de "Dark Academia":


1. La Universidad es una "institución zombi": camina y habla como un lugar de aprendizaje, pero su núcleo ha sido consumido por el gerialismo corporativo, dejando un caparazón hueco que imita a su antiguo yo.


2. El "Profesionalismo Tóxico" es la cultura prevalente: un espíritu performance de exceso de trabajo, competitividad y pasión fingida enmascara un sistema de explotación, creando un ambiente donde el agotamiento sea la norma, no la excepción.


3. Tu valor se reduce a una producción metrizada: tu valor como académico no es tu contribución docente o intelectual, sino tu capacidad para generar "productos" mensurables: publicaciones, subvenciones y citas.


4. El imperativo "Publicar o Perecer" es estructuralmente sádico: el sistema está diseñado para crear un estado permanente de ansiedad e inseguridad laboral, especialmente para los investigadores de carrera temprana, obligándolos a entrar en un ciclo de producción sin fin.


5. La administración es la nueva actividad básica: el verdadero crecimiento en las universidades está en los papeles directivos y administrativos, que imponen regímenes de auditoría y cumplimiento que estrangulan la enseñanza y la investigación reales.


6. La Agenda "Impacto" es a menudo una farsa: la presión para demostrar el "impacto" social de la investigación a menudo lleva a ejercicios artificiales que distorsionan la investigación intelectual genuina.


7. La precariedad es una característica, no un error: la dependencia de un vasto ejército mal pagado de adjuntos e investigadores de contratos de plazo fijo es esencial para el modelo de negocio, asegurando una mano de obra desechable con poco poder o seguridad laboral.


8. El cinismo es el Mecanismo de Afrontación Colectiva: La mayoría de los académicos son privadamente cínicos acerca de las demandas del sistema, pero este cinismo es pasivo. Permite que el juego continúe porque todo el mundo tiene demasiado miedo de dejar de jugar.


9. La "marca" lo es todo: la principal preocupación de la universidad es su marca de mercado y su posición en las tablas de la liga. La educación y la investigación son meramente herramientas de marketing para atraer clientes (estudiantes) e inversión.


10. Escape es una elección legítima y a menudo salvadora de la cordura: Fleming legitima el deseo de abandonar la academia. Reconocer que el sistema es disfuncional, en lugar de interiorizar su fracaso como suyo propio, es el primer paso hacia la liberación y una vida profesional más saludable.



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En Amazon: https://www.amazon.com/Dark-Academia-How-Universities-Die/dp/0745341063

Dark Academia: How Universities Die

de Peter Fleming (Autor)


«Los libros de Fleming son brillantemente sarcásticos y hilarantemente furiosos» —Guardian


«Un libro excelente e importante» —Journal of Education, Innovation, and Communication


Para el profesor Peter Fleming, existe una fuerte relación entre la neoliberalización de la educación superior en los últimos veinte años y el infierno psicológico que ahora sufren su personal y sus estudiantes. Cree que las jerarquías administrativas impersonales e implacables han sustituido al criterio académico, la colegialidad y el sentido común profesional. Lamenta el sistema moderno de educación superior y pone de relieve lo que ha fallado y por qué.


Si bien antes se consideraba que la academia era el mejor trabajo del mundo, uno que fomentaba la autonomía, el oficio, la satisfacción laboral intrínseca y el entusiasmo vocacional, hoy en día sería difícil encontrar un profesor que lo crea.


Fleming se adentra en este nuevo mundo obsesionado por las métricas y excesivamente jerárquico para sacar a la luz el lado oculto de la universidad neoliberal. Examina:


*La comercialización.

*Las enfermedades mentales y las autolesiones.

*El auge del gerencialismo.

*Los estudiantes como consumidores y evaluadores.

*El individualismo competitivo que proyecta un oscuro halo de alienación sobre los departamentos.

*¡Y mucho más!


Arguing that time has almost run out to reverse this decline, this book shows how academics and students need to act now if they are to begin to fix this broken system.


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"Fleming's books are sparklingly sardonic and hilariously angry"—Guardian

"An excellent and important book"—Journal of Education, Innovation, and Communication


To Professor Peter Fleming, there is a strong link between the neo-liberalization of higher education over the last 20 years and the psychological hell now endured by its staff and students. He believes that impersonal and unforgiving management hierarchies have supplanted academic judgement, collegiality, and professional common sense. He bemoans the modern system of higher education and shines a spotlight on what’s gone wrong and why.


While academia was once thought of as the best job in the world, one that fosters autonomy, craft, intrinsic job satisfaction, and vocational zeal, you would be hard-pressed to find a lecturer who believes that now.


Fleming delves into this new metrics-obsessed, overly hierarchical world to bring out the hidden underbelly of the neoliberal university. He examines:


*Commercialization

*Mental illness and self-harm

*The rise of managerialism

*Students as consumers and evaluators

*The competitive individualism which casts a dark sheen of alienation over departments

*And much more!


Arguing that time has almost run out to reverse this decline, this book shows how academics and students need to act now if they are to begin to fix this broken system.


miércoles, 2 de abril de 2025

Hay 20,000 autores que publican cientos de "papers" por año

Publicado en c&en. Chemical and Engineering News https://cen.acs.org/policy/publishing/20000-scientists-publish-unrealistic-rates/103/web/2025/02




20,000 científicos publican a un ritmo poco realista, según un estudio

El análisis revela un número «inverosímilmente elevado» de artículos de muchos científicos de alto nivel

por Dalmeet Singh Chawla, especial para C&EN

4 de febrero de 2025

Según un nuevo estudio, unos 20.000 científicos publican un número «inverosímilmente elevado» de artículos en revistas académicas y tienen un número inusualmente alto de nuevos colaboradores.

El análisis, publicado en diciembre en Accountability in Research, analizó los patrones de publicación de unos 200.000 investigadores de la lista del 2% de los mejores científicos de la Universidad de Stanford, que se basa en métricas de citas (DOI: 10.1080/08989621.2024.2445280).

Se descubrió que alrededor del 10% de los que figuraban en la lista -unos 20.000 científicos- publicaban un número improbable de artículos. Algunos producían cientos de estudios al año con cientos o miles de nuevos coautores cada año.

«Resulta que se presiona a los investigadores, sobre todo a los más jóvenes, para que adopten este tipo de prácticas que priman la cantidad sobre la calidad», afirma Simone Pilia, coautora del estudio y geocientífica de la Universidad Rey Fahd de Petróleo y Minerales (KFUPM). «Eso está amenazando los cimientos mismos de la integridad académica».

Los 200.000 científicos estudiados por Pilia y su coautor, Peter Mora, también de la KFUPM, pertenecían a 22 disciplinas científicas diferentes y 174 subcampos. Los autores también estudiaron las tasas de publicación y coautoría entre 462 premios Nobel de los campos de la física, la química, la medicina y la economía.  

Lo que sorprendió a Pilia y Mora es el gran número de autores que parecen estar utilizando prácticas poco éticas, como la inclusión en listas de coautoría sin una aportación adecuada a la investigación, para aumentar sus cifras de publicación. Alrededor de 1.000 de ellos son investigadores noveles que han trabajado en el mundo académico durante 10 años o menos.

«Hay un sistema que está premiando un volumen superficial de trabajo de calidad», afirma Pilia. «Cuando estas pautas se convierten en normalidad, no sólo se perjudica a los individuos, sino que se devalúa por completo el proceso académico».  

Para abordar el problema de las métricas infladas, Pilia y Mora sugieren ajustar o corregir las métricas cuando los investigadores alcancen determinados umbrales de artículos publicados y coautores. De este modo se reduciría el valor de las publicaciones de gran volumen, afirma Pilia.

Pero Ludo Waltman, científico de la información y subdirector del Centro de Estudios de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Leiden, que no participó en el estudio, dice que tiene «importantes reservas» sobre el ajuste de las métricas que proponen los autores.

En cambio, según Waltman, las métricas de publicación deberían desempeñar un papel modesto en la evaluación de la investigación, y los científicos deberían ser evaluados por una amplia gama de actividades de investigación. «Las métricas deben estar integradas en un proceso en el que los expertos, basándose en el juicio de expertos, tomen decisiones», afirma.

Para Waltman, el estudio es problemático porque da por sentado que las métricas desempeñan un papel importante en la evaluación de los investigadores. Al ajustar o corregir las métricas existentes, dice Waltman, los autores están introduciendo una complejidad innecesaria.

«Básicamente, creo que están creando cajas negras para que un evaluador típico no sea capaz de entender realmente cómo funcionan estas métricas», afirma. «Creo que necesitamos métricas que sean realmente fáciles de entender, métricas que sean totalmente transparentes y métricas que los evaluadores puedan vincular al contexto más amplio que tienen en cuenta a la hora de tomar decisiones.»

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20,000 scientists publish at unrealistic rates, study says

Analysis finds ‘implausibly high’ numbers of papers from many top scientists

by Dalmeet Singh Chawla, special to C&ENFebruary 4, 2025

About 20,000 scientists are publishing an “implausibly high” number of papers in scholarly journals and have an unusually high number of new collaborators, a new study suggests.

The analysis, published in December in Accountability in Research, analyzed the publication patterns of around 200,000 researchers on Stanford University’s list of top 2% scientists, which is based on citation metrics (DOI: 10.1080/08989621.2024.2445280).  

It found that around 10% of those on the list—around 20,000 scientists—published an improbable number of papers. Some produced hundreds of studies per year with hundreds to thousands of new coauthors annually.

“It turns out that researchers, particularly the younger ones, are being pressured into these sort of practices that prioritize quantity over quality,” says study coauthor Simone Pilia, a geoscientist at King Fahd University of Petroleum and Minerals (KFUPM). “That is threatening the very foundation of academic integrity.”

The 200,000 scientists studied by Pilia and his coauthor, Peter Mora, also at KFUPM, were from 22 different scientific disciplines and 174 subfields. The authors also studied the rates of publication and coauthorship among 462 Nobel laureates from the fields of physics, chemistry, medicine, and economics. 

What surprised Pilia and Mora is the sheer number of authors who seem to be using unethical practices, such as coauthorship listing without adequate input to the research, to boost their publication numbers. Around 1,000 of them are early-career researchers who have worked in academia for 10 years or less.

“There is a system that is rewarding a superficial volume of quality work,” Pilia says. “When such patterns become normality, then it doesn’t just harm individuals, it completely devalues the academic process.” 

To address the problem of inflated metrics, Pilia and Mora suggest adjusting or correcting metrics when researchers reach certain thresholds of published papers and coauthors. Doing so would reduce the value of high-volume publishing, Pilia says.

But Ludo Waltman, an information scientist who is the deputy director of the Centre for Science and Technology Studies at Leiden University and was not involved with the study, says he has “significant reservations” about the adjustment to metrics that the authors propose. 

Instead, Waltman says, publishing metrics should play a modest role in research evaluation, and scientists should be evaluated on a broad range of research activities. “The metrics should be embedded in a process where experts, based on expert judgment, make decisions,” he says.

For Waltman, the study is problematic because it assumes that metrics play an important role in evaluating researchers. By adjusting or correcting existing metrics, Waltman says, the authors are introducing unnecessary complexity.

“Essentially, I think they are creating black boxes so a typical evaluator will not be able to really understand how these metrics work,” he says. “I think we need metrics that are really easy to understand, metrics that are fully transparent, and metrics that evaluators can link to the broader context that they take into account when they make decisions.”

Cambridge University Press: «La edición académica se encuentra en una encrucijada crítica». Cambio radical o habrá retroceso. Evaluación de la calidad sobre la cantidad

Publicado en Research information https://www.researchinformation.info/news/cambridge-demands-radical-change-in-academic-publishing/   Cambr...