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martes, 31 de mayo de 2022

La persistencia de las brechas de género en el sistema científico español: análisis de las áreas de ciencia y tecnología

Publicado en Blok de Bid

https://www.ub.edu/blokdebid/es/node/1204 

La persistencia de las brechas de género en el sistema científico español: análisis de las áreas de ciencia y tecnología

Anna Villarroya
Facultat d’Informació i Mitjans Audiovisuals
Universitat de Barcelona (UB)


Análisis de la presencia de mujeres en la producción científica española 2014-2018 (2022). Madrid: Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, FECYT. 26 p. Disponible en: <https://www.fecyt.es/es/publicacion/analisis-de-la-presencia-de-mujeres-en-la-produccion-cientifica-espanola-2014-2018>. [Consulta: 20/05/2022].


El estudio Análisis de la presencia de mujeres en la producción científica española 2014-2018 promovido por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) aporta un nuevo prisma de análisis a los estudios existentes en torno a las desigualdades de género que se dan en el ámbito de la producción científica. En este sentido, el estudio analiza las características, el impacto y la visibilidad internacional de la producción científica en donde intervienen investigadores de instituciones españolas. Para ello, se han analizado un total de 304.165 documentos de investigadores e investigadoras de instituciones españolas publicados entre el año 2014 y 2018 en revistas indexadas en WOS (Web of Science), y se ha comparado la producción científica en la que participan mujeres respecto a aquella en la que no están presentes.

De los más de tres cientos mil documentos en solo un 47,8 % de los casos (145.276 documentos) se pudo identificar el sexo del investigador/a, siendo el 42,7 % de estos investigadores, mujeres (62.046). 

Por lo que se refiere a las características de estas publicaciones, la comparativa a lo largo del período 2014-2018 muestra cómo las mujeres participaron en menos del 50 % de los documentos analizados (el 47,7 %; 145.046 documentos) y que la tendencia, aun siendo leve, fue negativa a lo largo de los cinco años analizados, pasando del 48 % al 47,1 %. El análisis también pone de relieve la existencia de diferencias temáticas en cuanto al número de documentos publicados (productividad científica). Así, se observa un mayor número de documentos en el que participan mujeres en las áreas de ciencias medioambientales; ciencia de los materiales; bioquímica y biología molecular; ciencia de los alimentos; física-química; química; farmacología y farmacia y neurociencias. También se incluyen datos sobre liderazgo en las publicaciones científicas, mostrando un claro desequilibrio en los lugares más importantes del sistema científico: solo el 20,5 % de publicaciones fueron lideradas por mujeres a lo largo del período 2014-2018 frente al 50,4 % lideradas por hombres de instituciones españolas. Los datos también corroboran estudios previos en el sentido de que cuando el liderazgo recae en una mujer participan más mujeres en el equipo de investigación. Así, hay un 43 % de publicaciones lideradas por mujeres en el que intervienen mujeres de una institución española; este porcentaje baja al 35 %, cuando quien lidera es un hombre.

En cuanto al impacto de la producción científica, si bien es cierto que el porcentaje de documentos citados en el que intervienen mujeres (89,5 % en 2018) es ligeramente superior al porcentaje de la producción en el que no están presentes (87,6 %), el número de citas por documento es menor que en los que no participan, si bien esta diferencia se recorta a medida que avanza el quinquenio, igualándose en 2018. El estudio también muestra cómo el 12,3 % de las publicaciones en las que participan mujeres estaban entre las más citadas del mundo en el año 2018, dato muy similar al porcentaje de las publicaciones en el que no intervienen. En cuanto al impacto de las revistas, los datos muestran cómo, a lo largo de todo el período, el 55 % de los documentos en el que participaron mujeres se publican en las revistas más relevantes a nivel internacional, es decir, aquellas que se encuentran en el primer cuartil (25 %) de su categoría, dato ligeramente superior al porcentaje de la producción científica en el que no intervienen. No obstante, habría que añadir a este estudio inicial el análisis de las posiciones de autoría que ocupan las mujeres para tener una imagen más precisa de las brechas de género que se producen en la producción científica.

Respecto a la visibilidad internacional, se observa cómo la colaboración científica internacional es substancialmente inferior en los documentos en los que participan mujeres, aunque se observa una evolución positiva a lo largo del período analizado. Estos resultados coinciden con los de otros estudios y de otros sectores en los que se muestra la menor movilidad internacional de las mujeres, en parte motivada por las dificultades de conciliación personal, familiar y profesional (Faucha y Balasch, 2022). En este indicador se observan, también, diferencias relevantes por disciplinas temáticas, con una mayor colaboración internacional (con porcentajes superiores al 60 %) en física aplicada, ciencias de las plantas y biología celular. 

A modo de resumen, el estudio presentado ofrece, pues, una radiografía de los sesgos de género que todavía persisten en el sistema científico español. A partir de una recopilación de los principales indicadores de evaluación científica utilizados en el Estado español, el estudio muestra los desequilibrios hacia las mujeres que se producen en las áreas CTEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), especialmente en las ingenierías y la tecnología. El estudio abre la puerta a futuros desarrollos como pueden ser la inclusión de otras áreas, como las ciencias sociales y las humanidades, en las que los sesgos de género también están muy presentes; la consideración de otras variables que inciden en la trayectoria científica, además del sexo, y que interseccionan con esta como es la edad, así como la evolución que se ha producido desde 2018 hasta la actualidad. Hay que destacar, también, la llamada que se hace en las conclusiones del estudio sobre la necesidad de que editores de revistas y propietarios de las bases de datos de referencias internacionales añadan un campo obligatorio en donde se indique el sexo de los autores de una publicación de manera que se facilite el análisis de la producción científica desde una perspectiva de género.

El estudio reseñado abre la puerta a reflexionar en torno a las desigualdades que el actual sistema de evaluación de la actividad científica basado en la visibilidad de los estudios o los indicadores bibliométricos de las publicaciones científicas suponen para la carrera científica de las mujeres. De ahí la necesidad, cada vez más urgente, de explorar nuevas vías en la línea de lo estipulado en la Declaración de San Francisco sobre la evaluación de la investigación (DORA), del 2013, o el Manifiesto de Leiden, de 2015 que reclaman cambios en los sistemas de evaluación. Tal y como se recoge en el dossier del Observatori Social de la Fundació «la Caixa» (2022: Recerca…) dedicado a la investigación y la innovación, en los últimos años, organizaciones de diferentes campos académicos y regiones del mundo han empezado a reformar sus procesos de evaluación y probar nuevas prácticas, como por ejemplo el uso de formatos narrativos a los currículums, la valoración de acciones vinculadas al avance de la ciencia abierta, las referencias a la pluridisciplinariedad, la evaluación por pares y la atención a la relevancia y al impacto local y social de las aportaciones (Delgado-López-Cózar, E., Ràfols, I.; Abadal, 2021). Cabe esperar que estos nuevos sistemas de evaluación incorporen la perspectiva de género y pongan fin a las desigualdades que provocan los sistemas tradicionales de evaluación de la actividad científica. Todo ello requiere también, pues, de un cambio estructural en las instituciones académicas y centros de investigación que incluya una visión estratégica, con la creación de redes y alianzas y mejoras en la comunicación y la información, entre otros instrumentos (Ferguson y Mergaert, 2022).

Referencias

Delgado-López-Cózar, Emilio; Ràfols, Ismael; Abadal, Ernest (2021): «Letter: a call for a radical change in research evaluation in Spain». Profesional de la información, vol.  30, n.º 3. 6 p. 

Faucha, Mireia; Balasch, Marcel (2022). Dones i ciència a Barcelona: una anàlisi qualitativa dels factors que incideixen en la trajectòria de les investigadores. Barcelona: Ajuntament de Barcelona. 73 p.

Ferguson, Lucy; Mergaert, Lut (2022) Resistances to structural change in gender equality. 17 p. 

Recerca i innovació a Espanya i Portugal (2022). Palma: Observatori Social de la Fundació «la Caixa». 51 p. (Dossier; 11). 

miércoles, 6 de octubre de 2021

Cómo sufren l@s investigadora/es latinoamericanos en la ciencia

Publicado en Nature
https://www.nature.com/articles/d41586-021-02601-8

Cómo sufren los investigadores latinoamericanos en la ciencia

Es hora de abordar el cúmulo de barreras y prejuicios a los que se enfrentan los científicos que no proceden de países ricos.

Ana M. Valenzuela-Toro y Mariana Viglino

Como investigadoras de países latinoamericanos (una de nosotras trabaja ahora en Estados Unidos, la otra en Argentina), estamos acostumbradas a los obstáculos en nuestra carrera. Éstos van desde la financiación limitada hasta las barreras lingüísticas y el "impuesto", en términos de tiempo y energía emocional, en el que se incurre cuando los grupos infrarrepresentados en la ciencia participan en iniciativas de diversidad. Estas barreras se entrelazan para crear problemas más allá de lo obvio.

La atención actual a la diversidad, la equidad y la inclusión en la ciencia es bienvenida, pero los esfuerzos para combatir los prejuicios pueden carecer de matices. Los investigadores de las comunidades infrarrepresentadas suelen experimentar la intersección del sexismo, el racismo y el colonialismo. En otras palabras, las barreras profesionales a las que nos enfrentamos tienen un efecto acumulativo.

Nuestras trayectorias académicas ilustran estos obstáculos. Muchas de estas barreras multidimensionales e interseccionales también son encontradas por otros investigadores de América Latina que inician su carrera, especialmente mujeres y científicos que son LGBTQIA+, personas de orientaciones sexuales e identidades de género marginadas.


Barreras de financiación

Los países latinoamericanos invierten mucho menos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) que los países de altos ingresos, por lo que los investigadores del continente tienen menos acceso a oportunidades de subvención y presupuestos más reducidos que en otros lugares1.

Esto repercute en el rendimiento en el laboratorio y sobre el terreno, afectando no sólo al alcance de la investigación que podemos realizar, sino también limitando nuestra asistencia a conferencias internacionales, que son importantes oportunidades para establecer redes y crear colaboraciones. Para ambos, las primeras reuniones internacionales a las que asistimos, tras conseguir la financiación de la conferencia, se convirtieron en un paso fundamental en nuestra trayectoria académica, ya que nos permitieron conocer a personas que se convirtieron en mentores y colaboradores a largo plazo. 

Además, hay que lidiar con la carga invisible de la solicitud de visado. Para los investigadores de países sin "privilegios de pasaporte", asistir a conferencias internacionales en el norte global significa enfrentarse a un interminable papeleo que puede ser más lento y emocionalmente abrumador que superar las limitaciones financieras.

Las solicitudes de visado pueden ser especialmente difíciles si se tiene en cuenta que la aceptación de un resumen para una ponencia o póster puede ser lenta. Y no hay garantía de que la solicitud sea aprobada, o de que al titular del visado se le conceda la entrada cuando llegue a su destino.

Ambas hemos tenido experiencias similares con las solicitudes de visado. Nos han hecho preguntas incómodas, como si tenemos intención de llevar a cabo actividades ilícitas, y nos han pedido que revelemos información privada sobre nuestros familiares, nuestra salud personal, nuestras cuentas en las redes sociales y nuestra situación financiera, en última instancia para demostrar que no estamos intentando emigrar de nuestros países. 


Reglas no escritas

Incluso cuando se superan estos problemas, la reducida exposición a las reuniones fuera de América Latina puede dar lugar a una sensación de desconocimiento e incomodidad cuando se materializan las oportunidades de networking y mentoring internacionales.

Estos eventos están llenos de normas ocultas o no escritas, que van desde los códigos de vestimenta (¿qué significa "informal de negocios"?) hasta cómo navegar por los eventos sociales y presentarse a sí mismo y a su trabajo a sus colegas o mentores potenciales. Estas dificultades se ven agravadas por las diferencias lingüísticas, que pueden convertir las conferencias internacionales en experiencias estresantes en lugar de enriquecedoras. Crean la sensación de que no pertenecemos, a pesar de la expectativa de que los investigadores latinoamericanos tienen que "rendir" al mismo nivel que los demás. 

El cambio a las conferencias virtuales durante la pandemia de COVID-19 ha aliviado algunos de estos problemas. Un mayor número de investigadores latinoamericanos, incluidos nosotros mismos, han podido asistir y presentar sus trabajos en conferencias internacionales, e incluso organizarlas. De hecho, coorganizamos una mesa redonda sobre diversidad, equidad e inclusión en la ciencia como parte de una reunión sobre tetrápodos marinos (vertebrados de cuatro patas), a principios de este año.

Sin embargo, muchas conferencias internacionales siguen siendo caras (el tipo de cambio de dólares o euros a monedas latinoamericanas suele ser desfavorable). La combinación del coste y todos los obstáculos mencionados anteriormente alimenta la idea en la comunidad académica de que nosotros, los investigadores latinoamericanos, somos espectadores pasivos más que contribuyentes activos en la ciencia.


Barreras de acceso

El acceso a la literatura suele darse por sentado, pero la mayoría de las instituciones académicas y de investigación latinoamericanas no pueden cubrir los exorbitantes costes de los acuerdos de acceso abierto con las mayores editoriales académicas.

Los muros de pago de las revistas agravan las disparidades entre los investigadores latinoamericanos y sus colegas del norte. Los vínculos entre el norte y el sur ya son débiles debido a los problemas de financiación señalados anteriormente, y se debilitan aún más cuando los investigadores no pueden leer los artículos de los demás.

A menudo, la única manera de acceder a la literatura publicada es con la ayuda de colaboradores en instituciones académicas extranjeras, o a través de plataformas de medios sociales. Por ejemplo, ambos somos miembros de grupos de Facebook dedicados a compartir artículos entre colegas latinoamericanos. Sin esta comunidad internacional de medios sociales, no habríamos podido completar nuestra investigación. 


Barreras lingüísticas

Se espera que los investigadores latinoamericanos y de otros países no angloparlantes publiquen en inglés, el idioma estándar de la ciencia (incluso en esta pieza). Sin embargo, no suele enseñarse en muchas escuelas de nuestra región. Muchos investigadores latinoamericanos no pueden acceder a cursos de inglés hasta que tienen puestos remunerados, los cuales, a su vez, son difíciles de conseguir sin un sólido historial de publicaciones científicas en inglés, lo que crea una situación de huevo y gallina.

Durante el proceso de revisión por pares, los editores y revisores suelen hacer comentarios negativos sobre el idioma y solicitar revisiones por parte de personas cuya primera lengua es el inglés. Pero estas peticiones no suelen tener en cuenta las correcciones ya realizadas por los coautores de países de habla inglesa antes de su presentación. Esto agrava la impresión de que los manuscritos con autores principales de países no anglófonos son de alguna manera menos profesionales. Además, el pago de servicios profesionales de traducción y edición impone una carga financiera adicional a los autores latinoamericanos2.

En nuestros países, estos servicios pueden costar el equivalente a un mes de alquiler, lo que los hace inaccesibles. Por ello, las herramientas gratuitas de traducción en línea, combinadas con la generosa ayuda de amigos no académicos, así como de colegas, e innumerables horas de auto-lectura y edición son la clave para superar esta barrera y publicar nuestro trabajo en inglés.


Prejuicios de género

Los estudios demuestran que los prejuicios de género, tanto conscientes como inconscientes, siguen prevaleciendo en la revisión por pares3. Los manuscritos escritos por mujeres son rechazados con mayor frecuencia y tienen menos probabilidades de ser publicados en comparación con los de los hombres4, lo que perpetúa un ciclo de invisibilidad: un ciclo en el que los trabajos son rechazados, lo que se traduce en menos oportunidades científicas en el futuro y, por tanto, en menos trabajos y quizás más rechazos a largo plazo.

Incluso cuando las investigadoras superan estos obstáculos y finalmente publican en revistas con revisión por pares, existe una barrera adicional: la falta de reconocimiento por parte de los pares, incluidas las tasas de citación más bajas.

Un mayor número de citas significa ser considerado más a menudo para presentar trabajos en conferencias y tener más oportunidades de establecer redes, lo que consolida el camino hacia el éxito académico. Las contribuciones de las mujeres se consideran menos relevantes que las de los científicos varones, lo que se traduce en menos citas en general, reforzando la "invisibilización" de las investigadoras.

Cuando pensamos en los autores más citados o publicados, en los conferenciantes más frecuentes o en los científicos más distinguidos internacionalmente en nuestros propios campos de investigación, ¿cuántas investigadoras latinoamericanas nos vienen a la mente? (Des)sorprendentemente, casi ninguna. Si le pedimos que haga el mismo ejercicio, probablemente obtendrá el mismo resultado. Esto no se explica por la falta de investigadoras latinoamericanas, sino más bien por las consecuencias de las barreras que se entrecruzan y que hemos comentado anteriormente.


Medidas que se pueden tomar

No hay una solución directa para estos problemas interseccionales; sin embargo, sugerimos algunos puntos de partida:

- En primer lugar, escuche con empatía cada vez que los investigadores latinoamericanos -en particular las mujeres y otros científicos subatendidos- hablen de los desafíos que experimentan.

- Utilice cualquier plataforma que tenga para amplificar y reconocer su investigación.

- Los editores y revisores de las revistas deberían ser más conscientes de las barreras de accesibilidad y de que el inglés puede no ser la primera lengua de los autores.

- Cuando escriba un artículo, reflexione sobre la representatividad de los artículos que cita. Incluya artículos dirigidos por colegas de diferentes identidades de género y zonas geográficas, aumentando así la diversidad de las investigaciones citadas y debatidas. Una estrategia similar puede aplicarse al sugerir revisores.

- Haga que las conferencias sean más accesibles. Promueva la asistencia virtual y las fuentes de financiación para las personas que tienen dificultades para viajar, y fomente oportunidades equitativas de creación de redes entre personas de diversos orígenes y etapas académicas.

- En última instancia, no olvide que muchos investigadores latinoamericanos están comenzando sus carreras académicas desde una posición desigual; la única manera de nivelar el campo de juego es si todos, como comunidad, tomamos acciones para desmantelar estas barreras.

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viernes, 19 de marzo de 2021

Publicado en Statista

https://es.statista.com/grafico/24169/porcentaje-de-mujeres-investigadoras-en-latinoamerica/

LA MUJER EN LA CIENCIA
¿Qué países latinoamericanos tienen más investigadoras?

11 feb. 2021

Desde tiempos inmemoriales, los estereotipos de género han colocado a los hombres como los protagonistas de las profesiones científicas. Según las Naciones Unidas, los prejuicios a los que se enfrentan las mujeres que se aventuran en ese campo continúan manteniendo a las niñas alejadas de las ciencias y la investigación. Si bien la participación de las mujeres y las niñas en este ámbito ha mejorado en las últimas décadas, la mayor parte de los países del mundo cuenta con una amplia mayoría de hombres en las áreas de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y la matemática, también conocidas bajo el acrónimo STEM.

En América Latina el caso más resonante es Perú, donde menos de tres de cada diez investigadores son mujeres, según los datos recolectados en 2018 por el Instituto de Estadística de la UNESCO. En México, aunque solo se disponen de datos del año 2013, apenas un 33% del total de personas definidas como investigadores eran del género femenino. A pesar de ser considerada una de las economías más pujantes de Latinoamérica, Chile también se sitúa entre los países de la región donde la proporción de mujeres científicas es más baja, con tan solo un 34% del total de investigadores en 2017.

Los países latinoamericanos con el mayor porcentaje de mujeres investigadoras incluyen a Venezuela, con más del 61% según datos de 2016, Argentina, con un 54% (2017), y Panamá, con casi el 52% (2013).

Descargar gráfico



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Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...