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domingo, 29 de diciembre de 2024

Entendiendo la importancia de no dejar de escribir a mano en plena era digital

Publicado en National Geographic
https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2024/09/importancia-beneficios-escribir-a-mano-era-digital



Entendiendo la importancia de no dejar de escribir a mano en plena era digital

Desde la mejora de la concentración hasta el fortalecimiento de las vías cognitivas, la escritura a mano ofrece beneficios neurológicos que la tecnología moderna no puede reproducir.

Por Vittoria Traverso

Publicado 1 oct 2024

Piensa en la última vez que tomaste una nota rápida o hiciste la lista de la compra. Lo más probable es que no usaras papel y bolígrafo. En la última década, los teclados y las pantallas han sustituido silenciosamente a la escritura a mano en nuestras rutinas diarias, desde las aulas hasta las reuniones de oficina. Algunas escuelas del mundo incluso han dejado de enseñar la letra cursiva.

Sin embargo, los estudios han demostrado que escribir a mano ofrece ventajas cognitivas que las herramientas digitales no pueden reproducir.

“Estadísticamente, la mayoría de los estudios sobre la relación entre la escritura a mano y la memoria [incluidos los realizados en Japón, Noruega y Estados Unidos] muestran que las personas recuerdan mejor las cosas que han escrito manualmente que las que escriben en un ordenador”, afirma Naomi Susan Baron, profesora emérita de lingüística en la American University de Washington D.C. (Estados Unidos) y autora de Who Wrote This? How AI and the Lure of Efficiency Threaten Human Writing [¿Quién ha escrito esto? Cómo la IA y el atractivo de la eficiencia amenazan la escritura humana].

Desde la mejora de la retención de la memoria hasta la mejora de los resultados del aprendizaje, he aquí cómo mantener el arte de escribir a mano puede influir significativamente en la forma en que absorbemos y retenemos la información.

Beneficios de la escritura a mano

Las ventajas de escribir a mano pueden atribuirse en parte a la participación de varios sentidos en el proceso de escritura.

“Sostener un bolígrafo con los dedos, presionarlo sobre una superficie y mover las manos para crear letras y palabras es una habilidad cognitivo-motora compleja que requiere gran parte de nuestra atención”, afirma Mellissa Prunty, lectora de terapia ocupacional en la Universidad Brunel de Londres (Reino Unido), que ha investigado la relación entre la escritura a mano y el aprendizaje. “Se ha demostrado que este nivel más profundo de procesamiento, que implica relacionar los sonidos con las formaciones de las letras, favorece la lectura y la ortografía en los niños”, afirma Prunty.

Los adultos también se benefician de la naturaleza laboriosa de la escritura a mano. Un estudio en el que participaron 42 adultos que aprendían árabe reveló que los participantes que aprendían las letras escribiéndolas a mano las reconocían más rápido, les resultaba más fácil nombrarlas y pronunciaban mejor las letras recién aprendidas, en comparación con las personas a las que se les pedía que aprendieran los nuevos caracteres tecleándolos o simplemente mirándolos.

“Creemos que nuestros resultados pueden explicarse en parte por la forma en que la escritura a mano activa diferentes vías para el mismo concepto”, afirma Robert Wiley, profesor de psicología de la Universidad de Carolina del Norte Greensboro (en Estados Unidos) y coautor del estudio. Explica que aprender una palabra nueva implica conectar un símbolo abstracto con información a nivel visual, motor y auditivo. “La escritura a mano puede activar más conexiones a través de estas diferentes dimensiones en comparación con la mecanografía”, afirma.

A través de encuestas realizadas a 205 adultos jóvenes de EE. UU. y Europa, Baron descubrió que muchos estudiantes afirman tener más concentración y mejor memoria cuando escriben un texto sujetando un instrumento de escritura en lugar de pulsando las teclas de un teclado, lo que sugiere que nuestro sentido del tacto desempeña un papel vital en la forma en que absorbemos la información.

El hecho de que involucrar nuestros sentidos pueda hacernos aprender mejor puede resultar contraintuitivo, pero actividades como el tacto y el movimiento activan las mismas áreas cerebrales que también intervienen en el aprendizaje y la memorización, afirma Lisa Aziz-Zadeh, profesora del Instituto del Cerebro y la Creatividad de la Universidad del Sur de California (EE. UU.). “El cerebro humano evolucionó para procesar información sensorial y motora a lo largo de la evolución. Esas mismas regiones cerebrales de procesamiento sensorial y motor intervienen ahora en la cognición superior”, afirma.

Un cuerpo más activo, un cerebro más activo

Para entender mejor cómo influyen nuestros sentidos en nuestra cognición, podemos pensar en nuestro cerebro como en un sistema de carreteras, dice Audrey van der Meer, profesora de neuropsicología de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología.  Las redes cerebrales de los niños son como senderos tenues y sinuosos en un bosque, dice. Con la práctica y la experiencia, estos caminos pueden convertirse en autopistas que conectan distintas partes del cerebro para transportar información de forma rápida y eficaz.

En un estudio publicado el pasado enero, van der Meer y su coautor Ruud van der Weel observaron los escáneres cerebrales de 36 adultos jóvenes matriculados en la universidad que realizaban tareas de escritura. Se pidió a los estudiantes que escribieran palabras de Pictionary utilizando un bolígrafo digital en un dispositivo de pantalla táctil o escribiéndolas en un teclado. La actividad cerebral de los participantes durante cada tarea se captó mediante técnicas de electroencefalograma (EEG).

“Lo más sorprendente fue que todo el cerebro estaba activo cuando escribían a mano, [mientras que] zonas mucho más pequeñas estaban activas cuando escribían a máquina”, afirma van der Meer. “Esto sugiere que cuando se escribe a mano se utiliza la mayor parte del cerebro para hacer el trabajo”, explica.

Además, el estudio informó de que las distintas partes del cerebro activadas por la escritura a mano se comunicaban entre sí mediante ondas cerebrales asociadas al aprendizaje. “Hay toda una serie de investigaciones que hablan de oscilaciones alfa y theta en el cerebro que son beneficiosas para aprender y recordar. Descubrimos que esas oscilaciones estaban activas durante la escritura a mano, pero no durante la mecanografía”, dice van der Meer.

Como resultado, los investigadores están fomentando la perseverancia en las habilidades de escritura a mano. En Noruega, muchas escuelas han dejado de enseñar la escritura cursiva, y en su lugar optan por que los alumnos escriban y lean en un iPad, una tendencia que van der Meer espera cambiar con su investigación.

“Creo que deberíamos tener al menos un mínimo de escritura a mano en los planes de estudio de primaria, simplemente porque es muy buena para el desarrollo del cerebro”, afirma.

En Estados Unidos, la letra cursiva fue eliminada de los Estándares Básicos Comunes, pero varios estados decidieron incorporarla de nuevo a los planes de estudio debido a sus beneficios para el aprendizaje.

En cuanto a los adultos, van der Meer aconseja que también usen lápiz y papel: “Practicar un poco la escritura a mano es un ejercicio muy bueno para el cerebro. Es el equivalente a hacer trabajos de mantenimiento en una carretera muy transitada”.



jueves, 26 de diciembre de 2024

Adicción a redes sociales y contenido basura provoca ‘Podredumbre cerebral’ y reducción de la materia gris

Publicado en El País
https://elpais.com/tecnologia/2024-12-26/podredumbre-cerebral-o-lo-que-el-abuso-de-contenido-basura-en-internet-puede-hacerle-a-la-mente.html?utm_medium=social&utm_campaign=echobox&utm_source=Twitter&ssm=TW_CM#Echobox=1735198036-3



‘Podredumbre cerebral’ o lo que el abuso de contenido basura en internet puede hacerle a la mente

La adicción a las redes sociales reduce la materia gris, acorta la capacidad de atención, debilita la memoria y distorsiona procesos cognitivos


Podredumbre cerebral: “Deterioro del estado mental o intelectual de una persona como resultado del consumo excesivo de material (particularmente contenido en línea) considerado trivial o poco desafiante”. La definición la ha dado el diccionario de Oxford que, tras los votos de más de 37.000 personas, eligió este concepto como su palabra del año. Los expertos del diccionario observaron que el término ganó relevancia en el último tiempo “para expresar las preocupaciones sobre el impacto del consumo excesivo de contenido de baja calidad en redes sociales”, dice la publicación. La frecuencia de uso del término aumentó un 230% entre 2023 y 2024.

La podredumbre cerebral no es solo un capricho lingüístico. En los últimos 10 años, la ciencia ha sido capaz de demostrar que el consumo excesivo de contenidos basura en internet —sensacionalismo, conspiración, vacío— está modificando nuestros cerebros, hasta el punto de que la palabra “podrido” tal vez no sea tan exagerada. La evidencia muestra que las redes sociales están reduciendo la materia gris, acortando la capacidad de atención, debilitando la memoria y distorsionando procesos cognitivos fundamentales, según recoge el diario británico The Guardian con citas a un gran número de investigaciones académicas de instituciones como la facultad de medicina de Harvard, la Universidad de Oxford y el King’s College de Londres.

Una de esas investigaciones se publicó el año pasado y evidenció que la adicción a internet provoca cambios estructurales en el cerebro, lo que repercute de manera directa en el comportamiento y las capacidades de un individuo. Michoel Moshel, investigador de la Escuela de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Macquarie (Australia) y coautor del estudio, explica que el consumo compulsivo de contenidos en redes sociales —el famoso doomscrolling “aprovecha la tendencia natural de nuestro cerebro a buscar novedades, especialmente cuando se trata de información potencialmente dañina o alarmante, un rasgo que en su momento nos ayudó a sobrevivir”.

Moshel destaca que con algunas funciones, como el ‘desplazamiento infinito’, diseñadas para mantenerte enganchado al móvil, las personas, más que nada jóvenes, pueden quedar atrapadas en un ciclo de consumo de contenido durante horas. “Esto puede afectar gravemente la atención y las funciones ejecutivas al saturar nuestro enfoque y alterar la forma en que percibimos y reaccionamos ante el mundo”, sentencia el investigador.

Eduardo Fernández Jiménez, psicólogo clínico en el Hospital la Paz de Madrid, explica que el cerebro activa diferentes redes neuronales para configurar distintos tipos de atención. Y que el uso problemático de los móviles e internet está generando problemas en la llamada atención sostenida: “Te permite concentrarte en una misma tarea durante un período de tiempo más o menos largo. Es la que está vinculada a los procesos de aprendizaje académico”, dice. El problema, señala, está en que los usuarios de redes sociales suelen estar expuestos a estímulos muy cambiantes, variables (una notificación de Instagram, un mensaje de WhatsApp, una alerta de noticias) y con potencial adictivo. Eso hace que el foco de atención esté todo el tiempo saltando de un sitio al otro, afectando su propia capacidad.

La primera alerta fue el correo electrónico

Algunos expertos vienen alertando sobre este tema prácticamente desde comienzos de siglo, cuando el correo electrónico pasó a ser una herramienta de uso frecuente. En 2005, The Guardian tituló: “Los correos electrónicos ‘son una amenaza para el coeficiente intelectual’”. La historia contaba que un equipo de científicos de la Universidad de Londres se preguntó qué impacto podría tener sobre el cerebro el bombardeo incesante de información. Luego de 80 ensayos clínicos, encontraron que el coeficiente intelectual de los participantes que utilizaban el correo y el teléfono móvil a diario caía una media de 10 puntos. Los investigadores midieron que esta demanda constante de atención tenía efectos más negativos que el consumo de cannabis.

Esto fue antes de la llegada de los tuits, los reels de Instagram, los desafíos de TikTok y las notificaciones instantáneas. El panorama actual es aún menos alentador. Investigaciones recientes encontraron que el uso y abuso de internet está asociado con una disminución de la materia gris en las regiones prefrontales del cerebro. Es la zona que interviene en la resolución de problemas, la regulación emocional, la memoria y el control de los impulsos.

El trabajo de Moshel y sus colegas va en esa línea. Su último estudio revisó 27 investigaciones de neuroimagen y encontró que el consumo desmedido de internet está relacionado con una reducción en el volumen de materia gris en regiones del cerebro involucradas en el procesamiento de recompensas, el control de impulsos y la toma de decisiones. “Estos cambios reflejan patrones observados en las adicciones a sustancias”, asegura el científico, como las metanfetaminas y el alcohol.

Eso no es todo. La investigación también encontró que “estos cambios neuroanatómicos en adolescentes coinciden con la interrupción de procesos como la formación de identidad y la cognición social, aspectos críticos durante esta etapa del desarrollo”. Funciona casi como un bucle, donde los más vulnerables pueden ser los más afectados. Según los resultados de una investigación publicada en Nature en noviembre, las personas con peor salud mental son más propensas a navegar por contenidos basura, lo que agrava aún más sus síntomas.

En diciembre, el psicólogo Carlos Losada le sugirió a EL PAÍS algunas recomendaciones para evitar caer en el doomscrolling o, dicho de otra manera, evitar ser absorbido por el agujero negro del contenido chatarra que refuerzan los algoritmos: reconocer el problema, esforzarse por desconectar y hacer actividades que requieran una presencia física, como quedar con amigos o hacer deportes, son algunas de sus sugerencias.

Moshel dice: “Estas actividades son fundamentales para la salud cerebral y el bienestar general, ayudando a equilibrar los efectos potencialmente dañinos del uso prolongado de pantallas”. Enfatiza que el tipo de contenidos que se consumen es un factor clave para modular los cambios anatómicos en el cerebro. “Concéntrese tanto en la calidad como en la cantidad del tiempo frente a la pantalla. Priorice el contenido educativo que evite características adictivas. Establezca límites claros y apropiados para la edad sobre el uso diario de pantallas y fomente pausas regulares”, añade.


lunes, 29 de enero de 2024

Escribir a mano es mejor que el teclado para aprender: aumenta la conectividad cerebral y consolida la memoria

Publicado en elDiario.es
https://www.eldiario.es/sociedad/escribir-mano-mejor-teclado-aprender-aumenta-conectividad-cerebral-consolida-memoria_1_10866969.html   



Escribir a mano es mejor que el teclado para aprender: aumenta la conectividad cerebral y consolida la memoria

  • Una nueva investigación muestra que la escritura manual tiene ventajas para la memoria y el aprendizaje, lo que desaconseja apostar exclusivamente por la educación digital, como han hecho algunos países

  • 26 de enero de 2024 
En los últimos años, algunos países como Finlandia y Noruega han apostado decididamente por educar a sus estudiantes a través de pantallas y teclados y prescindir de la vieja forma de aprender con lápiz y papel o tiza y pizarra. Y desde entonces son numerosas las voces y las evidencias desde el mundo de la neurociencia y la psicopedagogía que han subrayado la necesidad de conservar esta vieja forma de escribir a mano por sus beneficios cognitivos y las ventajas a la hora de interiorizar los conceptos.

La última aportación en este terreno es un trabajo liderado por la investigadora de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) Audrey van der Meer en el que ha estudiado redes neuronales subyacentes involucradas en ambos modos de escritura. En él, sus autores afirman haber demostrado que cuando se escribe a mano los patrones de conectividad cerebral son mucho más elaborados que cuando se escribe a máquina o en el teclado de una tablet o un ordenador.

Para el estudio, publicado en la revista Frontiers in Psychology, los científicos han registrado la señal eléctrica cerebral de 36 estudiantes universitarios entre 18 y 29 años a través de electroencefalografía (EEG) mientras escribían o tecleaban una palabra que aparecía en una pantalla. Al escribir a mano, los voluntarios utilizaron un bolígrafo digital sobre una pantalla táctil, mientras que al teclear usaban un solo dedo sobre un dispositivo con teclas. La señal registrada era EEG de alta densidad, que mide la actividad eléctrica en el cerebro utilizando 256 pequeños sensores cosidos en una red y colocados sobre la cabeza, durante cinco segundos para cada lectura.

Lo que vieron fue que la conectividad de diferentes regiones del cerebro aumentó cuando los participantes escribían a mano, pero no cuando lo hacían a máquina. “Se sabe que una conectividad cerebral tan extendida es crucial para la formación de la memoria y para codificar nueva información y, por lo tanto, es beneficiosa para el aprendizaje”, explica Van der Meer. “Nuestros hallazgos sugieren que la información visual y de movimiento obtenidos a través de movimientos de la mano controlados con precisión cuando se usa un bolígrafo contribuye en gran medida a los patrones de conectividad del cerebro que promueven el aprendizaje”.

Estimular cerebro y cuerpo

Aunque los participantes utilizaron bolígrafos digitales para escribir a mano, los investigadores dijeron que se espera que los resultados sean los mismos al utilizar un bolígrafo real sobre papel. “Hemos demostrado que las diferencias en la actividad cerebral están relacionadas con la cuidadosa formación de las letras al escribir a mano y al mismo tiempo hacer un mayor uso de los sentidos”, sostiene Van der Meer.

Las diferencias en la actividad cerebral están relacionadas con la cuidadosa formación de las letras al escribir a mano
Audrey van der Meer — Investigadora de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU)

Por el contrario, el simple movimiento de pulsar una tecla con el mismo dedo repetidamente resulta menos estimulante para el cerebro, según estos resultados. “Esto también explica por qué los niños que han aprendido a escribir y leer en una tableta pueden tener dificultades para diferenciar letras que son imágenes especulares entre sí, como 'b' y ‘d’” afirma la investigadora. “Literalmente, no han sentido con sus cuerpos lo que se siente al producir esas letras”.

Con estos nuevos datos, los autores sugieren que sería beneficioso dar a los estudiantes la oportunidad de usar bolígrafos, aunque sin dejar de estar al día con los avances tecnológicos. Esto incluye adquirir conciencia de qué forma de escribir ofrece más ventajas en cada circunstancias y ser versátil . “Existe cierta evidencia de que los estudiantes aprenden más y recuerdan mejor cuando toman apuntes escritos a mano, mientras que usar una computadora con teclado puede ser más práctico cuando escriben un texto o ensayo largo”, concluye Van der Meer.

Evidencias acumuladas

Estos resultados se suman a una larga serie de estudios en los que los que se han comprobado beneficios de escribir a mano y asentar la coordinación ojo-mano. Experimentos anteriores han mostrado, por ejemplo, que escribir a mano mejora en las habilidades de composición escrita y que los estudiantes planifican mejor sus textos cuando usan lápiz y papel que cuando usan el teclado. Un estudio de 2021 mostraba que los estudiantes recordaban mejor los conceptos cuando los escribían anotándolos a mano sobre el papel. Una de las posibles explicaciones es lo que se conoce como “cognición corporeizada”, el mecanismo por el que integramos el conjunto de estímulos procedentes de nuestros cuerpo. En este caso, el proceso que se activa cuando entrenamos movimientos y procesos sensomotores más complejos y particulares para cada letra.  

Juan Lupiañez, profesor del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada, considera que se trata de un estudio muy interesante que muestra que la escritura a mano recluta el tipo de actividad neuronal que se produce cuando hay aprendizaje. “Al aprender a escribir a mano se integran circuitos motores y visuales, y esto implica una estimulación más completa”, explica. “De alguna manera, cuando escribes las letras por primera vez, o lees la letra escrita de otros, estás haciendo que el sistema se esfuerce a categorizar todas las formas de hacer una P y las agrupe, y eso hace que mejore el aprendizaje”. En su opinión, lo que revela este estudio, en la línea de otros anteriores, es que estos mecanismos fuerzan a varias regiones cerebrales y hacen que se quede un trazo más consolidado de lo que leemos o escribimos. “Por eso, ideas como las de Finlandia de enseñar a los niños a escribir solo con tabletas no son buenas”, resume.

Al aprender a escribir a mano se integran circuitos motores y visuales, y esto implica una estimulación más completa
Juan Lupiañez — Profesor del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada

Javier Marín Serrano, profesor de psicología del Lenguaje de la Universidad de Murcia, cree que la conclusión de este nuevo trabajo es perfectamente coherente con los conocimientos actuales que relacionan la actividad cerebral con los resultados del aprendizaje. Pero encuentra algunos problemas desde el punto metodológico, como no haber controlado las posibles diferencias y experiencia en el uso del teclado y la escritura a mano de los voluntarios. “Por otra parte —señala—, los autores parecen generalizar con cierta ligereza sus conclusiones a niños en edad escolar”. Esto debe hacerse con mucho cuidado, porque el cerebro de un joven de unos 20 años como los del estudio — recuerda— no funciona exactamente del mismo modo que un niño de 10.

Consecuencias en su vida adulta

Marta Ochoa, jefa del Servicio de Neurología-Neuropediatría de HM Hospitales en Madrid, cree que este nuevo resultado viene a confirmar algo que ya conocíamos, que escribir a mano activa muchísimas más áreas neuronales unidas a la percepción visual y espacial, y sirve para desarrolllar la motricidad fina. “Cuantas más áreas active con una única actividad, más neuronas se despiertan y mejora mi capacidad cognitiva, algo que será útil a los estudiantes, no solo para estudiar, sino para el resto de tareas en su vida futura, como por ejemplo conducir”.

Un ordenador no te da control fino, un bolígrafo, sí
Marta Ochoa — Jefa del Servicio de Neurología-Neuropediatría de HM Hospitales en Madrid

En definitiva, asegura, saber coger un boli y saber manejarlo implica muchos más movimientos y vías que teclear. “Un ordenador no te da control fino, un bolígrafo, sí”, sentencia. En su experiencia con los menores, la especialista ve a diario cómo muchos no saben coger un lápiz y están perdiendo estímulos y emociones asociadas a esta vía de aprendizaje. ¿Qué pasará con estas generaciones en el futuro? “Todavía no tenemos datos, pero lo veremos”, asegura. “Mi opinión como experta es que hay determinadas áreas de su cerebro que no han ejercitado en el desarrollo y eso es probable que les ocasione dificultades en su vida adulta”.



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