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lunes, 11 de agosto de 2025

MÉXICO: aumenta la proporción de jóvenes con menor escolaridad que sus padres

Publicado en El País
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Los jóvenes mexicanos no superan la escolaridad de sus padres

Un estudio revela que entre 2016 y 2024 se redujo de un 72% a 67% la proporción de jóvenes entre 18 y 24 años que lograron más años de escolaridad que sus progenitores


CARLOS S. MALDONADO

México - 09 AGO 2025 - 03:30 

Los efectos del cierre escolar durante la pandemia fueron devastadores para México. Más de cinco millones de personas no continuaron los estudios en ese momento, según cifras del Inegi, el instituto de estadísticas, y la crisis sanitaria abrió una brecha educativa tan grande que sus estragos siguen un lustro después. Un informe hecho público por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) arroja otra cifra desalentadora: entre 2016 y 2024 se redujo de un 72 a un 67% la proporción de jóvenes entre 18 y 24 años que lograron más años de escolaridad que sus padres. “En esa pandemia hubo un choque en términos escolares importante y no únicamente en aprendizajes para la población”, admite Roberto Vélez, director ejecutivo, del CEEY.


Aunque al azote de la pandemia se suman otros problemas estructurales del país, el coletazo aún se siente, porque ha impactado en lo que Vélez llama la movilidad social educativa. “Cuando hablas en general de movilidad social es esta idea de avance o retroceso con relación a un punto de referencia, que son tus padres: si estás mejor, igual o peor que ellos. Desde el ámbito de los economistas sería comparar el nivel de ingresos, pero también hay otras variables socioeconómicas que se pueden estudiar, como la educación, que se puede abordar como la herramienta que te lleva a un resultado de ingreso en el mercado laboral: mientras traigas más en la mochila, tu capacidad de generación de ingreso es mayor”, explica Vélez.

La educación, por lo tanto, es un importante instrumento para medir la desigualdad. El estudio del CEEY muestra que en México se ha reducido la movilidad social educativa en los últimos ocho años en términos de la proporción de jóvenes que supera la escolaridad de sus padres y, además, los jóvenes que alcanzaron menos escolaridad aumentaron de 18 a 21%. Esa institución también ha comparado la escolaridad entre los jóvenes de 18 a 24 años y sus padres a través de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) y hallaron que en 2024 el 33% de esos jóvenes no lograron superar a sus progenitores. Ambas herramientas —el estudio y la encuesta— presentan un panorama desalentador para la juventud mexicana.

Aunque los ingresos de los trabajadores han aumentado en el país, se han mejorado las condiciones laborales al eliminar el outsourcing y la probabilidad de alcanzar estudios universitarios de los jóvenes de hogares con baja escolaridad ha aumentado, la desigualdad sigue golpeando con fuerza y los mexicanos que nacen pobres enfrentan enormes problemas para mejorar su condición. En otras palabras, la pobreza en México tiene un alto componente hereditario. “Lo que está pasando en términos educativos es que la movilidad es baja”, afirma Vélez. “Si tienes un entorno de bajo nivel educativo, la gente que crece en esos hogares también tiene probabilidades completamente opuestas de poder acceder a los niveles más altos”, explica este experto.

El CEEY hizo público a inicios de julio un estudio que afirma que en México el 50% de las personas que nacen en los estratos de más bajos recursos económicos no superan su condición de pobreza. El informe demuestra también que el 78% de los mexicanos no superan los escalones más bajos de ingresos. Esa investigación, además, revela que el 75% de las personas con padres con primaria o menos no alcanza el promedio de escolaridad en México, que es de 9,4 años. La desigualdad en México se agudiza por el tono de piel: los hallazgos de las encuestas del Ceey apuntan hacia una mayor desventaja en cuanto a oportunidades para las mujeres, para la población indígena y para las personas que tienen un tono de piel más oscuro.

La ENIGH revela una reducción drástica en la movilidad educativa. El porcentaje de los jóvenes entre 18 y 24 años que han superado a sus padres en términos de años de escolaridad ha bajado, del 72% en 2016 a su mayor caída el año pasado: 67%. El origen educativo, al igual que la pobreza, limita el desarrollo de los jóvenes mexicanos: la probabilidad de alcanzar estudios universitarios es cuatro veces mayor para los jóvenes de padres con licenciatura que para los jóvenes de padres con primaria.

Esa encuesta analiza a la población joven que vive aún con sus padres o tutores. “Si tomamos a los adultos responsables de los hogares por nivel educativo y observamos a los que tienen como máxima educación la primaria y vemos qué está pasando con los jóvenes de 18 y 24 años que viven en ese hogar, la probabilidad de llegar a estudios profesionales es de 15 en 100, mientras que para los jóvenes que están creciendo en hogares donde los adultos responsables sí tienen estudios profesionales, esta probabilidad es de 60%”, explica Vélez.

Aunque el experto resalta de que deben analizarse varias variables para explicar los resultados de la encuesta por grupos, arroja un dato interesante: una razón que puede estar influyendo es que los padres “están llegando muy arriba en términos educativos”. “Si tus padres hicieron un doctorado, lo máximo a lo que aspiras es a igualarlos y la pregunta que te haces es si vas a poder superarlos”, ejemplifica. Vélez, advierte, sin embargo, que ese no es el caso promedio en México, un país con una situación de escolaridad en promedio baja en comparación con los países desarrollados.

Un país que necesita más que esas otras naciones del empujón de las ayudas públicas, que el Estado esté presente. Y en eso también sale reprobada la nación norteamericana. Los resultados de la ENIGH son una alerta para las autoridades: Los hogares conformados por padres con menor educación reciben menos apoyos monetarios por parte del Gobierno. Mientras que en 2016 estos hogares recibieron el 50% de las ayudas para educación, en 2024 el porcentaje se redujo hasta el 25%. El monto mensual de esas transferencias también bajó, de 460 a 160 pesos. Vélez arroja otro dato revelador: los hogares con padres que no estudiaron más que la primaria en 2016 recibían 670 pesos mensuales y ahora reciben 140 pesos, mientras que el grupo que más dinero recibe es el de los hogares con más estudios, 230 pesos al mes.

Es por eso que desde el CEEY recomiendan que las políticas de transferencias monetarias para la educación deben dirigirse con mayor intensidad a quienes presentan mayores desventajas. “Si se destinan mayores recursos a quienes viven en desventaja económica y educativa, se reducirá la desigualdad de oportunidades entre la población y, por ende, habrá mayor movilidad social”, afirman.

Sobre la firma

Carlos S. Maldonado
Carlos S. Maldonado
Redactor de EL PAÍS México. Durante once años se encargó de la cobertura de Nicaragua, desde Managua. Ahora, en la redacción de Ciudad de México, cubre la actualidad de Centroamérica, temas de educación, cultura y medio ambiente.

MÉXICO: aumenta la proporción de jóvenes con menor escolaridad que sus padres

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