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lunes, 22 de enero de 2024

La encrucijada digital de la UE: ¿por qué es tan difícil alcanzar la soberanía tecnológica?

Publicado en El Confidencial
https://www.elconfidencial.com/mundo/2023-12-31/encrucijada-digital-ue-soberania-tecnologica_3802847/



LA EUROPA DIGITAL DE 2030
La encrucijada digital de la UE: ¿por qué es tan difícil alcanzar la soberanía tecnológica?

La UE se fija para finales de la década que todo el mundo rural cuente con una red de 5G y los ciudadanos tengan acceso a golpe de clic a servicios públicos como el historial médico



31/12/2023 

La Unión Europea no quiere perderse el tren digital. Hace años que Estados Unidos y China la adelantaron en la competición tecnológica, pero el bloque quiere equilibrar la balanza con sus objetivos digitales para 2030. Una de las medidas más ambiciosas es una inversión de 43.000 millones de euros para fomentar la producción de microchips y que el 75% de las empresas cuenten con servicios de nube y macrodatos. Por otro lado, apostará por que el 80% de los adultos europeos tengan competencias digitales básicas.

El propósito de la UE es convertir los desafíos de la adaptación al mundo digital en una oportunidad. Pero no será una tarea fácil. Esta es la encrucijada digital de la UE, explicada en cinco datos.

1. Microchips: un billón en tiempos de escasez

En 2020, se fabricó en todo el mundo un billón de microchips. La demanda se duplicará de aquí a 2030. Con la pandemia del coronavirus, los europeos se dieron cuenta de que eran incapaces de producir por sí mismos un solo gramo de ibuprofeno. Al igual que por entonces, en medio de la revolución tecnológica actual, la dependencia de —especialmente— China para producir estos materiales es una de las grandes preocupaciones y retos de los europeos para el futuro próximo.

La crisis de microchips, material que se encuentra en dispositivos móviles o patinetes eléctricos, ha obligado a cerrar fábricas en distintos sectores, como el sanitario o el automovilístico. Estos microprocesadores se encuentran en todos los ámbitos del día a día: desde el transporte hasta la energía o la computación. Un teléfono móvil contiene alrededor de 160 chips diferentes y un coche híbrido puede tener hasta 3.500.

Según datos del Parlamento Europeo, una gran empresa de semiconductores puede depender de hasta 16.000 proveedores diferentes, lo que hace que la cadena de suministro sea altamente volátil, difícil y vulnerable. A esta complejidad se une el débil posicionamiento de la UE en el tablero global. El bloque comunitario produce menos del 10% de microchips del mundo. El objetivo pasa por que Europa represente el 20% de la producción mundial en 2030.

"Permítanme centrar su atención sobre los semiconductores, esos chips minúsculos que hacen que todo funcione, desde los teléfonos inteligentes y los patinetes eléctricos a los trenes o las fábricas inteligentes. Dependemos de los chips de vanguardia fabricados en Asia. No es, por lo tanto, solo una cuestión de nuestra competitividad, sino que se trata también de una cuestión de soberanía tecnológica. Así que prestémosle toda la atención que merece", aseguraba Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en su discurso sobre el estado de la Unión de 2021.

Un año después, desde el mismo atrio de Estrasburgo, la alemana recordó que la producción de automóviles se redujo en tres cuartas partes ese año, que la falta de piezas de recambio estaba obligando a Aeroflot a aparcar sus aviones y que, ante la falta de semiconductores, el Ejército ruso estaba extrayendo chips de los lavavajillas y los refrigeradores para reparar el material militar.

La UE es consciente de que abordar esta falla en la cadena de suministros es una cuestión de supervivencia para su competitividad y para abordar la transición climática y digital. La Ley Europea de Chips entró en vigor el 21 de septiembre de 2023 con el objetivo de movilizar más de 43.000 millones de euros de inversiones públicas y privadas con la misión de "reforzar el liderazgo tecnológico de Europa".

2. Inteligencia Artificial: 11 billones en la economía mundial

El que dejamos atrás es el año de la Inteligencia Artificial. Se espera que esta tecnología avanzada contribuya en 2030 a generar más de 11 billones de euros en la economía mundial. Y China, uno de los grandes gigantes tecnológicos del mundo, parte con ventaja. Ya en 2013, el presidente Xi Jinping reconoció el papel que el mundo digital jugaba en la geopolítica, desde el músculo económico hasta el avance de los ejércitos. En los últimos años, ha presentado el plan Made in China y el Plan de Desarrollo de Inteligencia Artificial para convertir a su país en el líder mundial de la IA de aquí a 2030.

En paralelo, la Unión Europea aprobó hace unos días la primera ley de Inteligencia Artificial del mundo. El que es ya uno de los grandes triunfos de la presidencia española del Consejo tiene por objetivo regular la IA para que sea una tecnología centrada en el ser humano, integradora, fiable y en línea con los "derechos fundamentales y los valores europeos". La legislación, pionera en el mundo, entrará en vigor a finales de 2026 con la misión de poner coto a los sistemas de vigilancia biométrica y exigir transparencia a herramientas como ChatGPT.

La transición digital es, junto a la verde, la gran prioridad de la legislatura europea actual. Buena parte de las partidas del Fondo de Recuperación Europeo van destinadas a esta doble misión. Next Generation exige que los Estados miembros destinen a la transformación digital al menos un 20% de los 672.500 millones de euros canalizados en el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. La tecnología y el clima se dan la mano para el futuro. Según los datos que maneja Bruselas, la Inteligencia Artificial tiene el potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo un 4% para 2030.

3. La década digital: historial médico online en toda la UE

La Comisión Europea presentó en 2021 su "brújula hacia la década digital". La pandemia del coronavirus dejó muchas lecciones en Europa, y una de ellas fue el reconocimiento de que la brecha digital estaba dejando a muchos ciudadanos atrás.

La estrategia presentada en Bruselas es una suerte de biblia con los desafíos y metas concretas que la transformación digital representa para la Europa de 2030. Algunos de ellos pasan por conseguir que, a finales de década, el 80% de los adultos europeos tengan competencias digitales básicas y que al menos 20 millones de ellos sean especialistas en el sector de las TIC.

Para 2030, la UE debería tener también su primer ordenador cuántico. El 75% de las empresas deberán utilizar servicios de macrodatos, nubes e inteligencia artificial. Y todos los servicios públicos, como el historial médico, tendrán que estar disponibles de forma electrónica a golpe de clic.

La tecnología está avanzando a pasos agigantados, alterando todos los aspectos del día a día, desde cómo trabajamos hasta cómo nos relacionamos. Y Europa quiere estar a la vanguardia de esta transformación, ante la que busca el difícil equilibrio de proteger los derechos fundamentales y adaptarse al nuevo entorno. "Estamos llegando al límite de lo que podemos hacer de forma analógica. Y esta gran aceleración acaba de empezar (...) Ahora Europa debe liderar el camino digital, o tendrá que seguir el camino de otros, que están fijando estas normas para nosotros", afirmó Von der Leyen en su primer discurso sobre el estado de la Unión.

4. El 5G en la década digital: en todas las zonas rurales de Europa

Uno de los puntos cardinales de la brújula digital europea para la próxima década pasa por redoblar las infraestructuras sostenibles en el ámbito de la conectividad. La pandemia del coronavirus supuso una llamada urgente al despertar tecnológico. Las empresas o los centros educativos se tuvieron que adaptar a la fuerza y en tiempo récord a la nueva práctica del teletrabajo. Y, en paralelo, la crisis sanitaria puso de relieve la existencia de una Europa a varias velocidades en términos tecnológicos, que dejaba a dos grupos en situación de vulnerabilidad: el mundo rural y los más mayores.

"Las redes 5G están actualmente desplegadas en las principales regiones del mundo. Si bien la mayoría de los países de la UE han lanzado servicios 5G comerciales, la asignación de espectro y el despliegue de redes no son tan rápidos como en los principales países, como Corea del Sur y Estados Unidos", reconoce la Comisión Europea. Por ello, la meta de la capital comunitaria es que para 2030 todas las zonas rurales de Europa deberán contar con redes de 5G. Para esta fecha, el bloque comunitario se marca como objetivo desplegar un mínimo de 10.000 nodos de borde, climáticamente neutros y altamente seguros.

5. Qué piensan los ciudadanos: el 50% quiere más protección de derechos online

Cuatro de cada cinco europeos creen que la tecnología tiene un impacto creciente en su vida cotidiana y que este será todavía mayor en 2030. Según el último Eurobarómetro, el 66% de ellos estima que las herramientas digitales jugarán un papel muy importante en la lucha contra el cambio climático en los años venideros. Por prioridades, los ciudadanos comunitarios estiman que el principal foco de los gobiernos nacionales debe ser la protección contra los ciberataques, el incremento de la fibra óptica y la lucha contra la desinformación y el contenido ilegal.

En concreto, los españoles se encuentran entre los europeos que piden más medidas para tener acceso a internet a precios asequibles (54%) y que más apuestan por la cooperación con otros países para desarrollar proyectos conjuntos (89%). También son de los que exigen que los derechos protegidos en el mundo físico se apliquen y respeten en el virtual. Grosso modo, la mitad de los europeos creen que sus derechos digitales no están bien protegidos.

En Bruselas, todo plan, comunicación o iniciativa cuenta con un acrónimo. La Declaración Europea sobre los Derechos y los Principios Digitales que vio la luz hace un año se bautizó como ADN digital. Su base es trasladar los valores protegidos por los Tratados y la Carta de Derechos Fundamentales al mundo online y consta de seis principios. El primero, promover una transformación digital centrada en las personas; el segundo, respaldar la solidaridad, y la integración mediante una mayor conectividad e igualdad. Además, apuesta por reafirmar la importancia de la libertad de elección y de un entorno digital justo y por favorecer la participación en el espacio público digital. Por último, subraya la necesidad de aumentar la seguridad, la protección y el empoderamiento en el entorno digital e impulsar la sostenibilidad.


lunes, 18 de julio de 2022

USA almacena más del 92% de los datos del mundo occidental. Crece la necesidad de la soberanía digital

Publicado en europapress

https://www.europapress.es/portaltic/sector/noticia-soberania-digital-conseguir-aplique-entorno-cloud-20220712104902.html?fbclid=IwAR0h60CLY6lVPIAIlpHWgv4dE7zbtbqnleUQufTYaQ1galZS9HufIZ0UeGM&s=08


Qué es la soberanía digital y cómo conseguir que se aplique en un entorno 'cloud'

MADRID, 12 Jul. (Portaltic/EP) - Más del 92 por ciento de todos los datos del mundo occidental se almacenan en servidores propiedad de empresas con sede en Estados Unidos, según datos del Foro Económico Mundial. A medida que estos datos siguen creciendo de forma exponencial y las organizaciones modernas dependen cada vez más de las plataformas digitales, crece la necesidad de la soberanía digital en todas las naciones, según los expertos. 



jueves, 14 de octubre de 2021

ALyC: ¿Hacia una industria farmacéutica regional?

Publicado en La Jornada
https://www.jornada.com.mx/2021/10/14/opinion/a03a1cie


Celac, Cepal y la autosuficiencia farmacéutica
Asa Cristina Laurell 

El informe que preparó la Comisión Económica para América Latina (Cepal) para la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en México es ejemplar en varios sentidos. Sigue la tradición de este organismo al presentar un análisis de la situación y propuestas de acción. En este caso se trata de las vacunas y los medicamentos, tema que se ha actualizado por la pandemia de Covid-19. Así, el estudio analiza la conformación de la industria farmacéutica regional y sus distintos componentes. Señala que Cuba es el único país que ha logrado construir una industria adelantada con un componente biotecnológico fuerte. Esto se demuestra por el hecho de que la isla ha producido tres vacunas contra el SARS-CoV2: Abdala, nombrada por el gran poema de Martí; Soberana 02 y Soberana Plus. Ningún otro país de la región ha logrado este éxito.

La debilidad tecnológica en vacunas de América Latina se extiende al resto de la industria farmacéutica, pues se ha ido rezagando con la globalización y las sucesivas fusiones de las grandes compañías trasnacionales del ramo. En el documento de la Cepal se encuentra un análisis pormenorizado sobre el impacto de los tratados de libre comercio en esta rama productiva. Los obstáculos a su desarrollo, particularmente de los biotecnológicos, están articulados desde las reglas de propiedad intelectual de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Existen normas de excepción para la salud pública, que fueron acordadas en la reunión de la OMC en Doha. Sin embargo, con el tiempo se ha probado que instrumentar estas reglas es difícil y tardado.

Con excepción de los intentos de los gobiernos progresistas de Brasil y Argentina, al resto de las administraciones latinoamericanas no les ha interesado desarrollar y/o proteger a su industria farmacéutica. Incluso, en México se incrementó la dependencia con el exterior en este campo hasta 2018. Así, hasta el advenimiento del Covid se cobró conciencia de que la producción de vacunas y medicamentos forma parte de la soberanía nacional. Por otro lado, es interesante observar que los países de América del Sur se orientan hacia el complejo farmacéutico europeo, y México, el Caribe y Centroamérica hacia el estadunidense. En contraste y hasta hoy, prácticamente no existe cooperación entre los países de la región.

La segunda parte del documento de la Cepal está dedicada a las propuestas para fortalecer la cooperación latinoamericana y la industria farmacéutica de regional. Los planteamientos están articulados en siete líneas de acción. Su finalidad es precisamente ir hacia la autosuficiencia productiva por razones de seguridad nacional. El primer paso inmediato consistiría en la compra conjunta internacional de biológicos y medicamentos esenciales, mecanismos que han sido desarrollados con éxito por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En esta dirección se propone utilizar las compras públicas para el desarrollo de mercados regionales.

En el mismo sentido, deberían crearse consorcios públicos para el desarrollo y la producción de vacunas. La Cepal propone fortalecer simultáneamente mecanismos de convergencia y reconocimiento regulatorios entre los países. Esto acortaría el tiempo de entrada de los productos al mercado en cada nación. En este contexto debería constituirse una plataforma regional de ensayos clínicos; éstos se están haciendo actualmente en nuestros países, pero bajo el control de la industria farmacéutica global o de empresas constituidas ex profeso con esta finalidad. Otro eje de actuación consistiría en aprovechar las flexibilidades normativas para acceder a la propiedad intelectual. Es decir, habría que aprovechar especialmente las excepciones que se acordaron en los acuerdos de Doha hace ya 20 años.

Las propuestas de la Cepal están inscritas en el concepto del complejo de salud, que se entiende como los derechos relacionados con la salud y la formación de la política del ramo. En este enfoque, la formación y orientación del sistema sanitario es fundamental. La propuesta de la Cepal es, por ello, fortalecer los sistemas primarios en la región para que haya acceso universal a las vacunas y medicamentos y para que su distribución sea equitativa.

Entrelazar de esta manera un tema particular, la industria farmacéutica, con los valores y las prácticas concretas es una característica de la labor de este organismo internacional.

viernes, 8 de octubre de 2021

Soberanía científica: ¿sin científicos?

 

Soberanía científica: ¿sin científicos?

Históricamente México ha invertido poco y mal en CTI. Para el 2022 la inversión pública federal propuesta para CTI es 35% menor a lo aprobado en el 2015…

Lectura: 3 min (1083 Palabras)

La anhelada soberanía científica sólo se logrará, obviamente, formando a más científicas y científicos mexicanos, brindándoles oportunidades y seguridad laboral para desarrollar sus investigaciones y, de paso, siendo mejor pagados. De modo que, si la meta nacional es lograr la soberanía científica, no vamos por buen camino.

El número de investigadores por millón de habitantes en México es de los más bajos en América Latina: apenas 315. La media de la región es de 514 investigadores, Argentina tiene 1,211; Brasil, 887; y Uruguay, 696 (UNESCO). Si ya hablamos de países desarrollados, EE.UU. tiene 4,400 y Corea 7,900 investigadores por millón de habitantes. Nótese que este país asiático, en los años 80, tenía un nivel de desarrollo similar al nuestro y ahora es una potencia científica que registra 14 veces más patentes que México: 218,975 versus 15,941, respectivamente. Además, el 92% de las patentes registradas en nuestro país son para extranjeros(as). Como la 16° economía mundial, México no merece ese rezago.

Para acercarnos a los niveles de “capital científico” de Brasil y Uruguay, requeriríamos alrededor de 40 mil nuevos investigadores en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Probablemente hacia allá apunte el aumento presupuestal para el SNI, de 26% en términos reales, en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF, 2022); el mayor incremento en por lo menos los últimos 10 años. Es una buena señal, pero no será suficiente si no se complementa con otras políticas, principalmente para el impulso al posgrado en México.

La matrícula de educación superior prácticamente se ha duplicado en los últimos 10 años en México, llegando a 5 millones de estudiantes; no obstante, la participación del posgrado sigue siendo muy baja. Sólo ocho de cada 100 estudiantes universitarios están en posgrado y sólo uno de cada 100 está cursando un doctorado. Esta relación se ha mantenido sin cambios durante la última década. En ese sentido, no es de extrañar que, por ejemplo, Brasil gradúe a más del doble de doctores que México, o que en comparación con EE.UU. la relación sea de 7 a 1 (OCDE).

Formamos pocos investigadores y a quienes formamos se concentran en áreas “tradicionales”. Fortalecer las áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) continúa siendo uno de nuestros grandes retos. Si bien el 29% de los investigadores vigentes en el SNI están en áreas STEM, apenas el 12% de los estudiantes de posgrado están en estas disciplinas; porcentaje muy bajo para un país que aspira a la soberanía científica y la innovación tecnológica. En contraste, en países como Corea el porcentaje de estudiantes en STEM es de 24% y en Francia, 28% (OCDE).

Las universidades son actores clave para fortalecer la capacidad de producir conocimiento y tecnología propios. En México, las instituciones de educación superior públicas aportan alrededor del 50% del gasto total en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) (UNESCO). Sin embargo, la política presupuestal de los últimos años ha acentuado el rezago y la desinversión en este importante sector estratégico. La gráfica 1 muestra cómo, en los últimos seis años, el peso y la relevancia de la educación siguen cayendo respecto al PIB nacional; no parece ser una prioridad nacional.

Gráfico 1. Gasto Federal en Educación, Educación Superior y CTI como porcentaje del PIB

Gasto Federal en Educación
Fuente: Elaboración propia con información de los PEF de 2015 al 2021, el PPEF 2022 y los CGPE 2022 (Disponibles en: https://cutt.ly/nW1g4wA).

El peso relativo de la educación superior, la ciencia y la tecnología es cada vez menor respecto al total del presupuesto disponible (gasto programable). Otras áreas ganan terreno mientras que la educación y la ciencia se rezagan. De cada 100 pesos disponibles en el ejercicio fiscal 2022, se destinará apenas 16.8 a la función educativa. De estos, 2.9 pesos serán para educación superior y posgrado, y apenas un peso para CTI (véase gráfico 2).

Gráfico 2. Gasto en Educación, Educación Superior y CTI como porcentaje del Gasto Programable Neto de los PEF

Gasto Programable Neto de los PEF
Fuente: Elaboración propia con información de los PEF de 2015 al 2021, el PPEF 2022 y los CGPE 2022 (Disponibles en: https://cutt.ly/nW1g4wA).

Además, en el PPEF 2022 el subsidio para las instituciones de educación superior públicas apenas supera la inflación estimada. No obstante, el conjunto de universidades públicas estatales acumula una pérdida de más de 27 mil millones de pesos desde el 2015 (unos 1,350 mdd). A esto hay que agregarle que prácticamente han desaparecido todos los fondos extraordinarios de concurso, al acumular, desde 2016, un recorte del 99%.

Un elemento problemático adicional dada la incertidumbre que atraviesan las universidades públicas en México, son las posibles externalidades del mandato constitucional de “obligatoriedad” y “gratuidad” en la educación superior. Siendo ambas metas loables, si no hay mecanismos resarcitorios eficaces por parte del Estado, que compensen la caída en los ingresos propios de las instituciones educativas, éstas podrían reducir su oferta de posgrados –sobre todo de programas STEM– para concentrarse en el pregrado, de menor costo y con mayor presión social para que aumenten los espacios. Toda política tiene consecuencias, no siempre son las deseadas.

En suma, históricamente México ha invertido poco y mal en CTI. Para el 2022 la inversión pública federal propuesta para CTI es 35% menor a lo aprobado en el 2015; la pérdida acumulada en este período equivale a más de todo el presupuesto anual para CONACYT y cuatro veces el gasto presupuestado para el SNI. Con las cifras actuales de inversión pública –y privada–, no podemos hablar de desarrollo, mucho menos de soberanía científica. La inversión pública federal será de apenas el 0.2% del PIB, más la inversión privada de apenas 0.07%; esto nos pone muy por debajo del 1% del PIB que establece la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Es impostergable una gran reforma al posgrado en México, de la mano de las universidades, que al menos lleve a duplicar el número de estudiantes y futuros científicos, sobre todo en áreas STEM. Necesitamos ajustar el rumbo de la educación superior, la ciencia y la tecnología, a partir de una visión largo aliento, donde haya más inversión y certidumbre presupuestal. Si no damos pasos claros, la soberanía científica será una mera utopía. 

viernes, 23 de abril de 2021

Geopolítica de la información: Las guerras tecnológicas se están convirtiendo en las nuevas guerras comerciales

 Publicado en Financial Times

https://www.ft.com/content/6fcd69ab-4dcd-4ffa-ae0f-b9aadfc79e52

Las guerras tecnológicas se están convirtiendo en las nuevas guerras comerciales

La "soberanía analógica" ya no es suficiente: los países deben encontrar un nuevo pacto con el poder digital

  John Thornhill

 La tecnología se ha vuelto geopolítica. Estados Unidos ha bloqueado las exportaciones de semiconductores a China. A su vez, China ha intentado limitar el acceso de Estados Unidos a los minerales de tierras raras, cruciales para la fabricación de muchos productos tecnológicos. 

Varios países han prohibido a la empresa china Huawei el funcionamiento de sus redes de telecomunicaciones 5G. La India también ha prohibido la aplicación de redes sociales virales TikTok, de propiedad china, tras los enfrentamientos fronterizos entre ambos países. Por su parte, el gobierno británico está investigando la propuesta de adquisición de Arm, el diseñador de chips, por parte de Nvidia, por motivos de seguridad nacional.

Para algunos economistas especializados en comercio, educados en la pintoresca idea de que los seres humanos son actores racionales, estos acontecimientos han sido una especie de shock.   

 "Desde una perspectiva económica clásica, esta escalada tiene poco sentido", afirman Daniel García-Macia y Rishi Goyal, del FMI. Los sumos sacerdotes de la globalización, al parecer, siguen predicando que el libre comercio es una bendición económica, que fomenta un mayor crecimiento, menores costes y una especialización productiva. Sin embargo, como añaden García-Macia y Goyal, estas intervenciones tienen sentido si se miran desde otra perspectiva: la seguridad. 

 Las interconexiones de la era digital han difuminado las distinciones entre las cuestiones económicas y de seguridad. Las empresas tecnológicas dominantes son a la vez motores de crecimiento económico y canales de riesgos para la seguridad. También disfrutan de beneficios desmesurados, de la penetración en el mercado mundial y de la capacidad de establecer normas industriales. Por lo tanto, las políticas comerciales e industriales se ven fácilmente secuestradas por prioridades geopolíticas y de seguridad más amplias. "Las guerras tecnológicas se están convirtiendo en las nuevas guerras comerciales", escriben García-Macia y Goyal. 

En el pasado, muchos países han bloqueado las importaciones para proteger a los campeones nacionales y sus beneficios, a menudo monopolísticos. Lo que hace que las últimas disputas tecnológicas sean inusuales, y desconcertantes, es que los actores dominantes están intentando bloquear también las exportaciones de terceros países. 

 


 El desacoplamiento de las economías estadounidense y china y la fragmentación de Internet, la llamada splinternet, amenazan con enredar al resto del mundo. Los demás países tendrán que encontrar la manera de preservar el libre comercio en el mayor número posible de ámbitos y acordar normas comunes para proteger la ciberseguridad. 

 Lo más ambicioso es que los dos autores piden un nuevo conjunto de instituciones al estilo de Bretton Woods, los sucesores digitales del FMI y el Banco Mundial que dieron forma a la economía mundial después de la segunda guerra mundial. Pero eso nunca va a funcionar en ausencia del liderazgo de Estados Unidos. De forma más modesta, también proponen la creación de un consejo de estabilidad digital global, al estilo del Consejo de Estabilidad Financiera, que vigile los riesgos para la ciberseguridad. 

Algunos estrategas sostienen que deberíamos aceptar la vuelta a un orden mundial neo-westfaliano en el que Estados Unidos y China definan y controlen sus propias esferas de influencia, como ocurrió entre las grandes potencias europeas tras la Paz de Westfalia de 1648 que puso fin a la Guerra de los Treinta Años. Pero Luciano Floridi, profesor del Instituto de Internet de Oxford que ha escrito ampliamente sobre la soberanía digital, dice que esto sería malinterpretar la naturaleza del poder en el siglo XXI. "La era moderna ha terminado", me dice. "Ya no es 'mi lugar, mis reglas'. Es el adiós a Westfalia". 

La soberanía analógica tradicional, como él la llama -que controla el territorio, los recursos y las personas- sigue siendo una función necesaria de los Estados modernos, pero ahora es insuficiente. También debe llegar a un acuerdo con el poder digital, que controla los datos, los programas informáticos, las normas y los protocolos, y que está en su mayoría en manos de las empresas tecnológicas mundiales.

 Como dijo el representante demócrata David Cicilline en sus audiencias antimonopolio en el Congreso de Estados Unidos el año pasado, las grandes empresas tecnológicas pueden influir en la vida de millones de personas de forma duradera y han asumido los poderes de un "gobierno privado".

 Floridi sostiene que los gobiernos analógicos aún tienen el poder de moldear la soberanía digital para sus propios fines y sugiere que la UE se asocie con países democráticos afines como el Reino Unido, Japón, Canadá e Israel. 

 La UE ya tomó la delantera en 2018 al adoptar el Reglamento General de Protección de Datos, que ha definido de hecho las normas mundiales de uso de datos. Esta semana, la UE también ha presentado planes para ser pionera en la legislación que regule el uso de la inteligencia artificial.

 Está claro que Estados Unidos y China se ven cada vez más arrastrados a una lucha titánica por la supremacía. El resto del mundo debe averiguar rápidamente cómo proteger sus propios intereses económicos y hacer valer sus propios valores si no quiere ser pisoteado en esa lucha. 


Plan 2.0 para el acceso abierto: ¿un plan o una nueva ambigüedad?

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/plan-s-20-open-access-plan-bold-may-prove-ineffective   El...