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¿Las promesas del recientemente electo Javier Milei sobre eliminar el Ministerio de Ciencia y Tecnología de ese país y privatizar el Conicet podrían hacerse realidad?
El presidente electo de la Argentina, Javier Milei, anticipó en agosto de este año, cuando se reveló como el fuerte contendiente que sería, que si resultaba ganador eliminaría el Ministerio de Ciencia y Tecnología de ese país y privatizaría su principal organismo científico. La propuesta parecía una extravagancia del entonces polémico aspirante a la presidencia.
Ahora, Javier Milei ya es reconocido como vencedor y próximo presidente. Además, a diferencia de lo que preveían las encuestas, obtuvo una holgada ventaja de más de diez puntos porcentuales sobre su contrincante. La pregunta es si Milei hará o no todo lo que dijo en campaña.
La frase “se hace campaña en verso, pero se gobierna en prosa” es atribuida a Alberto Cuomo, el ex gobernador de Nueva York. Y sí, en general, quien aspira a un cargo de elección popular saca los violines y el lenguaje más florido para seducir a las audiencias, aunque después todo se queda en el aire. Ahora, la misma frase de Cuomo, se utiliza para justificar el inevitable pragmatismo que se impone una vez asumido el cargo.
¿Qué propuso Javier Milei? El pasado mes de agosto, en una serie de entrevistas, entre ellas las concedidas al canal de televisión “La Nación Más” (LN+), propiedad del diario del mismo nombre, expresó que eliminaría la mayor parte de los ministerios, salvo siete: Economía; Relaciones Exteriores; Infraestructura; Seguridad; Justicia; y del Interior. Pero añadió uno: “Capital Humano”. O sea, recortaría al máximo la administración pública del Estado argentino.
También le preguntaron a Milei qué haría con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Este último es el organismo de fomento a la actividad del sector que depende del presidente, instaurado hace 65 años y actualmente aglutina a cerca de 12 mil investigadores de todas las áreas de conocimiento y otra cantidad similar de becarios de doctorado y posdoctorado.
La respuesta de Milei fue: “El Conicet, en manos del sector privado”. Es decir, la administración del organismo sería resposabilidad de particulares. Añadió sobre investigadores y becarios: “Que se ganen la plata sirviendo al prójimo. ¿Qué productividad tienen [los científicos]? ¿Qué han generado? Buscaremos la forma de asignarlos a otras cosas” (La Nación 16.08.2023).
No fue una propuesta formulada al calor de los reflejos histriónicos proyectados en pantalla. En una siguiente entrevista remarcó sobre el Conicet: “Tiene 35 mil personas, la NASA tiene 17 mil. Me parece que el Conicet no produce en línea con lo que produce la NASA. La productividad del Conicet es bastante cuestionable” (19.08.2023).
En respuesta, el propio ministro de ciencia, Daniel Filmus, encabezó una manifestación pública de rechazo. El funcionario dijo: “el solo planteo de que un país puede desarrollarse sin ciencia es de una ignorancia enorme, sobre todo cuando el mismo personaje que hace el planteo pone de ejemplos a países cuyos estados son los que más invierten en ciencia y tecnología” (Hora Cero. 19.08.2023).
Todavía más, en la víspera de la reciente segunda vuelta electoral, 16 titulares de centros de investigación del Conicet, hicieron pública su posición:“Desde aquí queremos reivindicar la defensa sin condicionamientos de la educación pública y gratuita, la cultura y los derechos humanos. Asimismo, afirmamos que la ciencia es motor del desarrollo y fundamento de la soberanía nacional” (Conicet 10.11.2023).
Los directivos advertían en su comunicado: “La propuesta de un país sin Conicet, sin universidades públicas, sin escuelas ni hospitales estatales, nos interpela sobre el rol que cumplimos como sector científico, y desde el papel que tiene el conocimiento en el desarrollo de nuestro país”.
Vinieron las elecciones y, ahora, el aspirante es el virtual presidente. El mismo que propuso en campaña anular una buena parte de los ministerios y de las capacidades administrativas del Estado, entre ellos el sector cientifico y tecnológico. Asumirá el cargo el próximo 10 de diciembre y muchos ciudadanos argentinos esperan que cumpla sus promesas y otros tantos que no lo haga.
Todo indica que Argentina sí experimentará un fuerte recorte de su aparato estatal y un ajuste de sus funciones administrativas. Tal vez el cambio no será de la magnitud anunciada, porque el tiempo de campaña es uno y el de gobierno es otro. Tampoco está claro que los ministerios se puedan eliminar sin mayor trámite ni resistencia, pero habrá que esperar el programa de gobierno.
Los indicadores en la región de América Latina muestran que Argentina ocupa una posición relevante, tanto en educación superior como en ciencia y tecnología. En primer lugar aparece Brasil, luego México y en tercer lugar Argentina. De hecho, los tres países, concentran el mayor volumen regional de la matrícula de nivel superior y alrededor de 8 de cada 10 pesos de inversión en ciencia y tecnología.
Grave, muy grave será para la Argentina si anula o desarma sus capacidades científicas y tecnológicas.
Pie de página: La semana pasada, por enésima ocasión, la autoridad anunció que la vacuna mexicana Patria estará disponible antes de que concluya este año… Usted sacará sus propias conclusiones.
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