jueves, 16 de marzo de 2023

MetaMetrics: nueva herramienta de evaluación de calidad de metadatos para las revistas en OJS

 


MetaMetrics: Evaluación post-publicación para revistas científicas y académicas




El pasado 23 de febrero BIBLAT liberó el evaluador de metadatos en línea MetaMetrics, este producto se suma a la oferta de aplicaciones como OpenAIRE Metadata Validator y el Comprobador de calidad editorial de Dialnet, con un enfoque en las necesidades post-publicación del editor científico y académico.

La evaluación post-publicación trata de garantizar que los metadatos siempre estarán disponibles para ser recolectados por los sistemas de indización y que estos metadatos son suficientes y completos, están correctamente escritos o codificados y se apegan a un estándar. Esto es, la evaluación post-publicación certifica la calidad de los metadatos.


¿Cómo ayuda MetaMetrics a la evaluación post-publicación?

Todos sus datos editoriales en un solo lugar


Con MetaMetrics puede conocer la confiabilidad de su registro internacional en el ISSN, tan pronto la herramienta termine de verificar su revista, un ícono verde indicará que todo está en orden, mientras que un símbolo de alerta significa que es conveniente verificar qué ocurre en el ISSN.

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Seguridad de que sus metadatos están completos


MetaMetrics analiza que los metadatos se hayan cargado correctamente, le indicará en una sola gráfica qué metadatos están faltando y en qué porcentaje. No volverá a tener problemas de registros incompletos evitando con ello rechazos en su revista por parte de los sistemas de indización.


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Máxima compatibilidad entre sistemas de indización


La comprobación de metadatos que realiza MetaMetrics es compatible con las estructuras requeridas por diferentes sistemas


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Artículos publicados siempre disponibles


Los enlaces a sus artículos y el funcionamiento del DOI son verificados por MetaMetrics. Si olvidó subir una galerada o por equivocación no registró un DOI, podrá averiguarlo a través MetaMetrics, el cual le informará si hay algún problema con estos enlaces; también podrá revisar específicamente el documento que tiene el problema e investigar directamente en su OJS que ha sucedido.


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miércoles, 15 de marzo de 2023

Bloquea la industria estudios sobre daños a la salud por transgénicos y glifosato: expertos

Publicado en La Jornada
https://www.jornada.com.mx/2023/03/13/economia/021n1eco


Pese a evidencias, hacen investigaciones a modo

Bloquea la industria estudios sobre daños a la salud por transgénicos y glifosato: expertos


Braulio Carbajal
 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de marzo de 2023, p. 21

En la última década, científicos y organismos internacionales han presentado investigaciones sobre las afectaciones del maíz transgénico y agroquímicos como el glifosato en la salud humana, las cuales han sido minimizados y hasta bloqueadas por los grandes corporativos agroindustriales, mismos que presentan sus propios estudios bajo parámetros que no son suficientes para establecer si provocan o no afectaciones a la salud, advierten especialistas.

El caso más evidente, explica Silvia Ribeiro, directora para América Latina del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC), es la investigación que hizo el profesor Gilles-Eric Séralini, publicada en 2012 en la revista Food and Chemical Toxicology, la cual concluye que el herbicida Roundup y un maíz transgénico, ambos propiedad de Monsanto, provocaban tumores y enfermedades.

EU presiona a México para retirar un decreto

Actualmente, Estados Unidos presiona a México para retirar un decreto con el cual el país prohíbe la importación y uso de maíz transgénico para consumo humano, es decir, en la cadena masa-tortilla, quedando libre para forraje (alimento para ganado) y uso industrial.

Después de la publicación de esa investigación en 2012, Monsanto –la productora de agroquímicos más grande del mundo– emprendió una campaña para desacreditar la investigación, al grado de que la revista que la publicó originalmente la retiró de su sitio. Dos años después el científico refutó los señalamientos y la investigación volvió a ser publicada en la revista académica Environmental Sciences Europe.

La importancia de este estudio es que muestra realmente cuáles son los impactos del maíz transgénico a la salud; sin embargo, no es el único, pues hay otros, como por ejemplo en Argentina, que informan con datos científicos todo el impacto negativo del glifosato en la salud humana; además, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología cuenta con más de mil estudios sobre las afectaciones de dicho herbicida, resaltó Ribeiro.

En este sitio de Internet del organismo sin fines de lucro GM Watch (https://bit.ly/3LiJRUB) se encuentran decenas de investigaciones tanto de científicos como de organismos internacionales sobre las afectaciones del maíz transgénico y agrotóxicos en la salud humana y medio ambiente.

Desarrollo de tumores, entre las afectaciones

La directora del Grupo ETC explicó que la investigación de Séralini se basó en la observación de ratones que durante toda su vida (dos años) comieron maíz transgénico, dando como resultado el desarrollo de tumores y problemas en sus órganos, lo que sembró a la industria y ocasionó una caza de brujas contra el científico y la revista que lo publicó.

La especialista destacó que la importancia de este trabajo radica en su longitud, pues los estudios que hacen las grandes empresas como Monsanto y que entregan a las agencias reguladoras para asegurar que sus productos no son dañinos, son menores a tres meses, cuando dicha investigación comprueba que los perjuicios se comienzan a manifestar a partir de los cuatro meses de estar expuestos a los transgénicos.

En 2016, una investigación de un grupo de ingenieros genéticos, en colaboración con GMO Myths and Truths, después de revisar mil 700 estudios de cabilderos a favor del uso de transgénicos, concluyó que muchos de ellos muestran evidencia de riesgo para la salud humana .

De hecho, se señala en la investigación, “un análisis de laboratorio en células humanas muestra que niveles muy bajos de glifosato (el ingrediente químico principal del herbicida Roundup, que la mayoría de los cultivos transgénicos están diseñados para tolerar) imitaron la hormona estrógeno y estimularon el crecimiento de células de cáncer de mama… Los cultivos y alimentos genéticamente modificados no son seguros ni necesarios para alimentar al mundo”.

Otro estudio del Center For Food Safety expone seis preocupaciones potenciales sobre la salud humana a consecuencia del consumo de alimentos transgénicos: toxicidad, reacciones alérgicas, resistencia a los antibióticos, inmunosupresión (debilitamiento del sistema inmunitario y de su capacidad para combatir infecciones y otras enfermedades), cáncer y pérdida de nutrición.

COPARMEX: el maíz transgénico no es dañino para la salud humana

Publicado en El Imparcial
https://www.elimparcial.com/dinero/Maiz-transgenico-no-es-danino-para-la-salud-humana-Coparmex-20230312-0041.html



Maíz transgénico no es dañino para la salud humana: Coparmex

México ordenó revocar permisos y no conceder nuevas autorizaciones de liberación al ambiente de semillas de maíz genéticamente modificado.

Por Redacción/GH

12 de Marzo de 2023
 
CIUDAD DE MÉXICO.-La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) dijo que el maíz transgénico no es dañino para la salud.

José Medina Mora Icaza, presidente de la Confederación, detalló que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador perdería un panel en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), porque no hay evidencia que el alimento cause daños.

AMLO ordena prohibir el uso de maíz transgénico en la alimentación humana
México ordenó revocar permisos y no conceder nuevas autorizaciones de liberación al ambiente de semillas de maíz genéticamente modificado.

El decreto instruye a las autoridades de bioseguridad a revocar y negar otorgar autorizaciones para el uso de grano de maíz genéticamente modificado para la alimentación humana.

El documento, que sustituye a un polémico decreto de finales del 2020, establece también anular autorizaciones existentes de permisos para la importación, producción, distribución y uso del herbicida glifosato y que se nieguen nuevas.

El nuevo decreto fue firmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La disputa del maíz
Desde 2020, México tomó la decisión de prohibir la importación de maíz transgénico, lo cual preocupó a Estados Unidos debido a que este país es el segundo comprador mundial de maíz. Por ello es que el vecino país pidió formalmente a México consultas técnicas, a través del T-MEC.

El Dr. Ignacio Casas Fraire, Docente de la Escuela de Administración y Negocios de CETYS Tijuana, refirió que en el 2020, el presidente de este país prohibió la producción e importación de maíz genéticamente modificado para 2024, sólo tendría permitido usarse para alimentación animal y para procesamiento en diversas industrias, esto mientras encuentran sustituto al grano transgénico. Sin embargo, como la importación de este producto en Estados Unidos es crucial, el vecino país entró en conflicto.

La solicitud de consultas técnicas por parte de Estados Unidos bajo el Capítulo de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) del T-MEC no es de carácter contencioso, sino una etapa previa en la cual se busca encontrar una solución de manera cooperativa. Si no se resuelve, EU amenaza con considerar "todas las opciones, incluida la adopción de medidas formales", lo que podría llevar a la intervención de un panel de solución de controversias.

“México asegura que la prohibición de importar maíz modificado no ha afectado el comercio agrícola entre ambos países, y que la medida es consistente con el propio Tratado. El gobierno mexicano argumenta que quiere preservar la tortilla elaborada con maíz nativo, asegurando así la conservación de la biodiversidad de las más de 64 variedades de maíz que hay en el país, de las cuales 59 son endémicas, y promover una alimentación sin transgénicos. La producción de granos genéticamente modificados suele asociarse con el uso de agrotóxicos en los cultivos, por lo que también se propone eliminar progresivamente el herbicida glifosato”, agregó el Dr. Casas.

Por último, consideró que la decisión del gobierno mexicano de prohibir la importación de maíz transgénico ha generado tensiones comerciales entre México y los Estados Unidos. Mientras México argumenta que quiere proteger su biodiversidad y promover una alimentación sin transgénicos, Estados Unidos argumenta que la decisión de México no está basada en la ciencia. La solicitud de consultas técnicas bajo el T-MEC es una medida para encontrar una solución cooperativa a este problema, pero se espera que el conflicto continúe.

martes, 14 de marzo de 2023

Journal Citation Reports 2024: se amplía el FI a todas las revistas del WoS

Publicado en blog Universo abierto
https://universoabierto.org/2023/03/13/futuros-cambios-en-el-journal-citation-reports-para-2024/


Futuros cambios en Journal Citation Reports para 2024

Editor-in-Chief, Nandita Quaderi, Vice President Editorial, y Web of Science Clarivate. «Mapping the Path to Future Changes in the Journal Citation Reports». Clarivate (blog), 7 de marzo de 2023. https://clarivate.com/blog/mapping-the-path-to-future-changes-in-the-journal-citation-reports/.

En julio de 2022, se cumplieron los planes para ampliar el Journal Impact Factor (JIF)™ a todas las revistas de la Web of Science Core Collection™ a partir de junio de 2023. Esto significa que este año, las revistas del Arts and Humanities Citation Index (AHCI)™ y del multidisciplinar Emerging Sources Citation Index (ESCI)™ en el Journal Citation Reports (JCR)™ recibirán un JIF por primera vez.

Recordamos que esta novedad obedece a dos motivos: Dar a todas las revistas de calidad un JIF proporcionará total transparencia a todos y cada uno de los artículos y citas que han contribuido al impacto académico de una revista, ayudando a demostrar su valor para la comunidad investigadora. También contribuirá a nivelar el terreno de juego para todas las revistas de calidad, incluidas las de acceso abierto, las de reciente creación o las especializadas, o las de ámbito regional y las del Sur Global.

Como resultado de este desarrollo, otras 9.000 revistas del JCR recibirán un JIF y se beneficiarán por primera vez de una página de perfil de revista mejorada. Además, se muestra el JIF con un decimal, en lugar de los tres decimales actuales, para animar a los usuarios a tener en cuenta otros indicadores y datos descriptivos del JCR a la hora de comparar revistas.

Clasificaciones por categorías en la versión 2023 del JCR

Este año se sugiere proporcionar clasificaciones por categorías y asignando cuartiles JIF solo para las revistas indexadas en el Science Citation Index Expanded (SCIE)™ y el Social Sciences Citation Index (SSCI)™.

También proporcionar clasificaciones separadas para las nueve categorías temáticas que están indexadas en múltiples ediciones. Por ejemplo, la Psiquiatría está incluida tanto en el SCIE como en el SSCI; este año, las revistas de Psiquiatría del SCIE seguirán clasificándose por separado de las revistas de Psiquiatría del SSCI.

El hecho de que el JIF se muestre con un decimal hará que las clasificaciones estén más igualadas. Esto afectará a la distribución de los cuartiles del JIF, ya que los cuartiles se calculan en función del número de posiciones en el ranking de una categoría determinada, y no simplemente del número de revistas de una categoría dividida equitativamente en cuatro (Figura 1).

Fig. 1

La distribución por cuartiles ha dado lugar normalmente a que aproximadamente el 25% de las revistas estén contenidas en cada cuartil, ya que los empates han sido poco frecuentes. Sin embargo, al aumentar el número de empates, la distribución cambia. Las revistas empatadas en el mismo rango no pueden dividirse entre dos cuartiles y con el aumento del número de empates veremos que algunos cuartiles contendrán un número mayor o menor de revistas que en años anteriores.

La fórmula para calcular los cuartiles puede encontrarse aquí

¿Cómo serán las clasificaciones por categorías en 2024?

En la versión del JCR del próximo año, se añadirán las revistas AHCI y ESCI a las clasificaciones por categorías del JCR y se asignarán a cuartiles JIF. Ya no habrá rankings de categorías específicos para cada edición y, en su lugar, se creará un único ranking para cada una de nuestras 254 categorías que incluirá revistas de las cuatro ediciones (SCIE, SSCI, AHCI y ESCI). Una vez más, tomando Psiquiatría como ejemplo, se mostrará un único ranking de Psiquiatría que incluye revistas indexadas en SCIE, SSCI y ESCI.

En el caso de AHCI, se introducirá por primera vez clasificaciones para las 25 categorías únicas específicas de artes y humanidades. No habrá categorías específicas de ESCI; todas las revistas indexadas en ESCI entran dentro de las 254 categorías temáticas existentes en SCIE, SSCI y AHCI.

La inclusión de 9.000 revistas adicionales de AHCI y ESCI en las clasificaciones por categorías del JIF también afectará a las clasificaciones generales y a la distribución por cuartiles el próximo año.

¿Por qué se está adoptando un enfoque gradual?

Se está ampliando el JIF a AHCI y ESCI y pasando a una visualización de un punto decimal del JIF este año y, a continuación, se incluirán las revistas AHCI y ESCI en las clasificaciones por categorías el próximo año, con el fin de proporcionar transparencia sobre cómo cada uno de estos cambios afecta por separado a las clasificaciones y cuartiles del JIF.

Esta es la primera de una serie de actualizaciones y análisis sobre cómo la ampliación del JIF a más revistas de calidad se traducirá en cambios en las clasificaciones y cuartiles en JCR y explicará cómo los usuarios pueden utilizar los filtros de JCR para ver clasificaciones que sólo incluyan revistas de ediciones de interés. Marque esta página y permanezca atento a nuevas actualizaciones.


lunes, 13 de marzo de 2023

ChatGPT vs Google: ¿El fin de la barra de búsqueda?

Publicado en Letras Libres
https://letraslibres.com/ciencia-y-tecnologia/future-tense-futuro-barra-busqueda-chatgpt/



¿El fin de la barra de búsqueda?

Industrias enteras dependen de la manera en que Google gestiona las búsquedas y la publicidad en línea. Chatbots como Chat GPT podrían cambiar eso, y alterar de paso el modo en que estructuramos el conocimiento humano.


Por Ed Finn
10 marzo 2023

Como buen niño de los 80, puedo dividir claramente mi vida en Antes de Google y Después de Google. Con el inicio del milenio, internet dejó de ser una maraña de listas incompletas de cosas extrañas para convertirse en una muy útil base de datos de investigación. Desde entonces, buscar en Google ha sido una de las únicas constantes tecnológicas de mi vida adulta, que ha persistido a pesar del auge de los teléfonos inteligentes, las redes sociales, los servicios de streaming, e incluso la entrega de burritos con drones (por cierto, ¿qué pasó con eso?).

En todo este tiempo, nadie ha sido capaz de desafiar el papel de Google como guardián de la abundancia digital. Más de 90% de los usuarios de internet de todo el mundo utilizan Google para comprar, navegar y satisfacer su curiosidad sobre prácticamente todo. Los anuncios que Google a partir de esta actividad (y en otros sitios web) han alimentado una máquina de dinero que generó más de un cuarto de billón de dólares en ventas el año pasado.

Google empezó como una especie de creador de mapas de internet, pero gracias a su éxito se convirtió gradualmente en el arquitecto de la World Wide Web. Hoy, industrias enteras, desde el comercio minorista hasta los seguros de automóvil, dependen de la manera en que Google gestiona los resultados de las búsquedas y la publicidad en línea. La frontera electrónica se hizo cada vez más corporativa, organizada de acuerdo con la tiranía del clic: ¿cuántos usuarios hacen clic en tu anuncio, en tu titular, en tu video? Esa cifra determina cuánto dinero se puede ganar en internet (y explica la alucinante cantidad de artículos escritos con el propósito específico de aparecer cuando tecleas, por ejemplo, “¿A qué hora empiezan los Oscares?”)

La economía basada en los clics ha hecho que el mundo sea más eficiente en algunos aspectos, pero ha convertido esta milagrosa base de datos de información global en una frenética subasta en la que todos los sitios web buscan subir a lo más alto en los resultados de búsqueda, conseguir el mayor número de clics y retener el mayor número de ojos. Cada página web que cargas es un poco más lenta gracias a las subastas para determinar qué anuncios se verán. Un sinfín de periodistas profesionales libraron batallas perdidas contra las mezquinas métricas de clics y porcentajes de descarga de páginas, y luego se adaptaron a ellas, convirtiendo la “optimización de motores de búsqueda” en una de las habilidades periodísticas más preciadas. YouTube y las redes sociales persiguen los clics con tal empeño que, sin darse cuenta, crean algoritmos que enganchan a los usuarios con contenidos cada vez más lascivos y radicales. Google ha construido un internet en el que ganan los que más clics hacen, y Google desempeña un papel clave en el recuento de esos clics.

¿Y si todo esto cambia?

La llegada de ChatGPT de OpenAI a finales de 2022 hizo temblar las salas de juntas de las grandes empresas de tecnología. Microsoft, rival de Google, no tardó en utilizar su participación en OpenAI para crear una versión beta de algo nuevo: un agente conectado a Bing, el motor de búsqueda de Microsoft, que puede conversar. Google conectó su propio chatbot de nueva generación, Bard, a su principal producto de búsqueda. Estamos en los primeros tiempos de todo eso, y se nota: la nueva y parlanchina Bing de Microsoft hace poco asustó a un periodista del New York Times con su megalomanía y sus insinuaciones amorosas. Bard, por su parte, cometió un error fáctico en su demo de lanzamiento, haciendo que las acciones de la empresa matriz Alphabet cayeran en picada.

La rapidez con la que Google ha introducido una herramienta de inteligencia artificial a medio cocer en su mayor fuente de ingresos, a pesar de la amenaza que Bard podría representar para el modelo de negocio, indica la seriedad con la que nuestro guardián de toda la información del mundo se está tomando el momento. (Tras la publicación de este artículo, un portavoz de Google se puso en contacto para aclarar que la empresa no tiene intención de sustituir Search por Bard y que Bard, como chat, es distinta de otras grandes herramientas de inteligencia artificial basadas en modelos lingüísticos que se presentaron al mismo tiempo, incluida una que funciona con Search para extraer información de toda la web. El portavoz dijo que Bard no estaba “cambiando la dirección” de Search y reiteró que ninguna de las dos herramientas se ha lanzado públicamente).

¿Qué podría significar sustituir la economía del clic y su piedra angular, la barra de búsqueda, por algo parecido a una conversación? Esto es lo que ofrecen Bard y  Bing con ChatGPT: la posibilidad de hacer preguntas más humanas (¿cuál es el mejor sitio para comer un burrito por aquí y qué drones recomendarías para transportarlo?), y mantener conversaciones con un sistema que retiene el contexto. (Aunque cabe destacar que, en un intento por frenar algunos de los comportamientos más precipitados de su chatbot, Microsoft limitó recientemente a los usuarios a hacer cinco preguntas por sesión). En lugar de ofrecerte un menú de enlaces (y anuncios), tu interlocutor/mayordomo informativo va al grano, quizás ofreciendo algunas notas a pie de página para que sigas leyendo. Si se lo pides, hasta te ofrecerá sus respuestas con voz de pirata o en rimas.

Antes de que apareciera Google Search y devorara la industria del acceso a la información digital, este tipo de síntesis era lo que todo el mundo pensaba que sería nuestro futuro digital. Los primeros visionarios, como Vannevar Bush, previeron el océano de información en el que nadamos e imaginaron sistemas que nos permitirían seguir a “pioneros” y sintetizadores. Los escritores de ciencia ficción de los años 80 y 90 imaginaron obras de inteligencia artificial que actuaban como bibliotecarios (y a veces se les llamaba así), como el educado subsistema de Snow Crash, del autor Neal Stephenson, capaz de resumir libros, correlacionar información y mantener largas conversaciones con humanos. DARPA, el ala de investigación del ejército estadounidense, invirtió millones en un proyecto llamado Personal Assistant that Learns-PAL (Asistente Personal que Aprende) para construir algo similar en la vida real para los mandos militares. Con el tiempo, esa investigación dio lugar a Siri y, con ella, al sueño de una computadora con la que se pudiera hablar de verdad.

Una interfaz basada en conversación supondría un cambio radical respecto a la forma en que hemos aprendido a trabajar en sistemas basados en palabras clave, como Google. Cuando tengo una pregunta complicada que hacer en internet, a menudo tengo que hacer cierto tipo de esfuerzo en mi consulta, tratando de imaginar posibles escenarios en los que alguien podría haberla respondido y que podrían ser muy diferentes de mi contexto. La lista de resultados de búsqueda que aparece, con enlaces patrocinados en la parte superior, me ofrece opciones sobre qué pista seguir o a qué autoridad creer. Todo internauta aprende rápidamente a evaluar la credibilidad y utilidad de un enlace en función de su URL y de cómo aparece en la búsqueda de Google.

Sustituir esa consulta por una conversación representa una transformación a lo que Google lleva tiempo llamando la “búsqueda del conocimiento” de sus usuarios. La clásica barra de búsqueda se esfuerza por ser omnipresente, esencial y casi invisible. Pero estos nuevos chatbots no se apartan del camino. Se adelantan, dan la mano, presentan personalidad y afecto en sus interacciones con los usuarios. Ofrecen síntesis, extrapolación y refinamiento repetido, mediante preguntas de seguimiento y diálogo. Ofrecen la ilusión de un criterio.

En lugar de una lista de posibles fuentes, tenemos una sola voz. Cuando los usuarios interactúan con Bing (R.I.P. Sydney) o Bard, los sitios subyacentes se esconden como notas a pie de página o se ocultan por completo. No muestran sus cálculos. Es tentador para todos los que alguna vez hemos murmurado con frustración “dime ya la respuesta” cuando la búsqueda de Google no da resultados. Pero también es preocupante. Dejando a un lado problemas bien documentados que tienen estos sistemas, como equivocarse, inventar cosas y asustar a la gente, la ilusión de una respuesta única y coherente puede ser peligrosa cuando la naturaleza de la verdad es complicada y controvertida.

La diferencia entre una pregunta y una consulta a una base de datos tiene enormes implicaciones para la forma en que nos relacionamos con el extenso universo del conocimiento humano y entre nosotros mismos. Una lista de resultados de búsqueda, por muy elaborada y manipulada que esté, sigue recordándonos que puede haber respuestas contradictorias a nuestra pregunta. Una interfaz conversacional con una inteligencia artificial encantadora y simplista oculta toda esa confusión. Estos sistemas podrían convertirse en otra capa de ofuscación entre nosotros y la fuente del conocimiento humano. Otra caja negra, pero que habla, cuenta chistes y puede escribir un soneto si se lo ordenan. Irónicamente, OpenAI está intentando resolver el persistente problema de que estos sistemas “alucinen” con información falsa enseñándoles a validar sus resultados mediante un motor de búsqueda.

Pero va a ser mucho más difícil vender clics desde un bot. ¿Qué ocurrirá con la economía del clic si una inteligencia artificial se convierte en un extraño mutante de un portavoz y una bola mágica, o algo así como un avatar de la suma total del conocimiento humano? Recursos ricos en información, como periódicos y foros de debate, podrían encontrarse con que estos sistemas recojan su material y lo reformulen de forma tan elocuente que nadie se moleste en navegar hasta la página original. Parece una invitación para deslizarse aún más en el sospechoso camino en el que los creadores de contenidos dependen de los gigantes tecnológicos para que les ofrezcan una parte de los ingresos, sin que haya forma de verificar sus cifras de manera independiente.

La cuestión de cuál podría ser el modelo de negocio para estos nuevos guardianes, y más aún para los proveedores repentinamente invisibles de esa información a través de internet, nos lleva a una cuestión más profunda: estamos hablando de poner a un nuevo arquitecto a cargo de Internet.

Los motores de búsqueda se basan en los hipervínculos, esas conexiones explícitas entre palabras y páginas que son legibles y programables por los humanos. Desde los albores de la enciclopedia moderna, se podría argumentar que toda la estructura del conocimiento humano empírico se construye a partir de las piezas clave de las notas a pie de página y las referencias cruzadas.

Esto contrasta con grandes modelos lingüísticos como ChatGPT: sistemas de aprendizaje automático que, por su diseño, identifican relaciones complejas entre palabras y frasesm basándose en probabilidades, lo que lleva a que algunas personas los llamen “loros estocásticos“. Ningún ser humano, ni siquiera los ingenieros que los construyeron, puede entender cómo funcionan esas asociaciones entre miles o millones de variables ni, lo que es más importante, por qué hacen determinadas asociaciones. Y eso dificulta mucho la corrección de errores o la prevención de daños sin recurrir a filtros y censuras torpes. Pasar de los vínculos a las relaciones probabilísticas es como pasar de la física newtoniana a la rareza cuántica, o de la verdad a algo que solo suena verdadero. ¿Cómo lo sabes? Porque te lo dijo el chatbot. ~



Este artículo es publicado gracias a una colaboración de Letras Libres con Future Tense, un proyecto de Slate, New America, y Arizona State University.

"¡Quemadlo con fuego!" - El uso de ChatGPT «polariza» a los revisores

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/corrupting-chatgpt-use-polarises-peer-reviewers   Quemadlo...