martes, 10 de agosto de 2021

Declive de la confiabilidad del índice h. La hiperautoría lo rebasa… pero vienen más índices: h-frac, Cap y beamplots

Publicado en Chemistry World
https://www.chemistryworld.com/news/reliability-of-researcher-metric-the-h-index-is-in-decline/4014025.article 


La fiabilidad de la métrica de los investigadores, el índice h, está en declive

Por Jamie Durrani

29 de julio de 2021

Los cambios en los patrones de autoría significan que el índice h ya no es una forma eficaz de medir el impacto de un científico, según un nuevo estudio realizado por científicos de datos del gigante tecnológico Intel.

Creado en 2005 por el físico afincado en Estados Unidos Jorge Hirsch, el índice h es una medida de los artículos más citados de un investigador. Un científico con un índice h de 30 ha publicado 30 artículos que han sido citados más de 30 veces cada uno.

Debido a su relativa sencillez, el índice h se ha convertido en una herramienta muy utilizada para cuantificar el impacto de los científicos en sus campos. Pero su uso siempre ha sido controvertido. Desde su introducción, ha sido muy criticado por los bibliometristas profesionales", afirma Lutz Bornmann, experto en evaluación de la investigación con sede en la Sociedad Max Planck de Múnich (Alemania).

Los críticos del índice h señalan que penaliza injustamente a los investigadores noveles, que han tenido menos tiempo que sus colegas de más edad para publicar artículos y acumular citas. La métrica tampoco tiene en cuenta las diferentes tasas de publicación en los distintos campos académicos y puede incluso fomentar las malas prácticas de publicación, como la autocitación excesiva y la inclusión de autores en trabajos que han contribuido poco a ella. El índice h también ignora por completo aspectos importantes de la vida académica más allá de la publicación, como las funciones de liderazgo, la enseñanza o la divulgación. No obstante, se ha convertido en un indicador popular, especialmente entre los bibliometristas aficionados", afirma Bornmann.

Investigar el h

A pesar de estos problemas, el índice h sigue figurando en las bases de datos académicas más populares y, en algunos casos, puede influir en importantes decisiones de contratación y financiación que afectan a la carrera de los investigadores. Vladlen Koltun, científico jefe del laboratorio de sistemas inteligentes de Intel, explica que él y sus colegas observaron incoherencias al examinar los índices h de los investigadores en diversos campos.

Nos propusimos investigar el índice h y nos preguntamos si realmente es la mejor métrica que podemos encontrar, porque se está utilizando, nos guste o no", dice Koltun. Se utiliza con fines educativos de la misma manera que nosotros, pero también, y quizás más importante, lo utilizan varios comités que evalúan a los científicos para los premios, los ascensos, etc.".

Koltun y su colega David Hafner utilizaron herramientas informáticas para analizar los datos de citas de millones de artículos de cuatro campos científicos diferentes. Recogimos datos con anotaciones temporales, de modo que podemos rastrear la evolución del índice h de un investigador a lo largo del tiempo: sabemos cuál era el índice h del investigador en 2010, 2019, 1998", dice Koltun. Y lo hicimos a escala de miles de investigadores".

A continuación, cotejaron los datos con las listas de los ganadores de diversos premios científicos y de los miembros de las academias nacionales, lo que, según Koltun, sirve como prueba de la reputación de los científicos dentro de su comunidad.

Así podemos examinar la correlación en tiempo real: ¿el índice h está relacionado con la reputación actual?", explica Koltun. Pero, lo que me parece aún más interesante, podríamos plantear preguntas como: "¿Predice el índice h la reputación en el futuro?". Porque en realidad es así como se utiliza... el uso más consecuente de estas métricas es para tomar decisiones como ¿a quién debemos contratar?".

El poder de predicción se desvanece

Según el análisis de Koltun, cuando el índice h se creó por primera vez era un indicador razonablemente bueno de quién podría ganar futuros premios. Pero este "poder predictivo" empezó a decaer con el paso de los años. Hasta el punto de que ahora la correlación entre las clasificaciones inducidas por el índice h en física, por ejemplo, y las clasificaciones inducidas por los premios y el reconocimiento de esa comunidad académica, la correlación es cero, simplemente no hay correlación", dice Koltun.

Una de las razones es el creciente número de grandes colaboraciones científicas, explica Koltun. Señala que la hiperautoría -un fenómeno creciente en el que los consorcios de investigación mundiales producen artículos con miles de coautores- permite a las personas acumular enormes índices h muy rápidamente.

Lo que nuestros datos también muestran es que los hiperautores son simplemente una manifestación extrema de un cambio más amplio en los patrones de autoría y publicación. En general, la gente publica más, es más coautora y las listas de autores crecen", afirma Koltun. Y si no se tiene en cuenta esto, lo que se obtiene es una inflación en las métricas y en los índices h en general".

Koltun y Hafner proponen una nueva métrica, el "h-frac", para resolver este problema. El h-frac, asigna una proporción de citas a cada autor, en función del número de coautores de un trabajo. Es más fiable que el índice h... Incluso si nos remontamos a 2005, cuando se introdujo el índice h, el h-frac ya era más fiable, pero la diferencia se ha ampliado drásticamente porque la fiabilidad del índice h cayó en picado".

Tanto el índice h como el h-frac tratan de determinar qué investigadores han hecho la mayor contribución acumulada a su campo a lo largo de su vida. Pero el equipo de Intel también está interesado en ver si medidas similares pueden ofrecer una visión de los grupos que actualmente están llevando a cabo el trabajo más innovador, o que producen constantemente resultados innovadores. En su último estudio, actualmente disponible antes de la revisión por pares como preimpresión, Koltun y Hafner sugieren otra métrica para abordar esto, el Cap, que evalúa el impacto del trabajo de un investigador en relación con su volumen de publicaciones.

Desde 2005, se han propuesto más de 50 medidas alternativas al índice h sin que hayan recibido importancia práctica, dice Bornmann, que no está convencido de que ninguna de las nuevas variantes se convierta en un indicador importante. Señala que la base de datos Web of Science ha adoptado recientemente beamplots, una herramienta de visualización de datos que el equipo de Bornmann ayudó a desarrollar y que ilustra el historial de publicaciones de un investigador a lo largo del tiempo. Clarivate, que mantiene la Web of Science, espera que estas herramientas "nos alejen de la reducción a una métrica de un solo punto y nos obliguen a considerar por qué el rendimiento de las citas es el que es".


Koltun y Hafner reconocen los llamamientos a abandonar las métricas simplificadas basadas en las citas y coinciden en que lo ideal sería evaluar en profundidad el trabajo de los investigadores. Sin embargo, dado que el uso de este tipo de medidas está "tan extendido como siempre", afirman que es necesario mejorar las métricas. Esperan que sus conclusiones "puedan informar a la ciencia de la ciencia y apoyar un mayor análisis cuantitativo de la investigación, la publicación y los logros científicos". 


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Reliability of researcher metric the h-index is in decline

By Jamie Durrani

29 July 2021

Changing authorship patterns mean that the h-index is no longer an effective way to gauge a scientist’s impact, according to a new study by data scientists at technology giant Intel.

First created in 2005 by the US-based physicist Jorge Hirsch, the h-index is a measure of a researcher’s most highly cited papers. A scientist with an h-index of 30 has published 30 papers that have each been cited more than 30 times.

Due to its relative simplicity, the h-index has become a widely used tool to quantify scientists’ impact in their fields. But its use has always been controversial. ‘Since its introduction, it has been highly criticised by professional bibliometricians,’ says Lutz Bornmann, an expert on research evaluation based at the Max Planck Society in Munich, Germany.

Critics of the h-index point out that it unfairly penalises early-career researchers, who have had less time than their older colleagues to publish papers and build up citations. The metric also fails to account for differing publishing rates across academic fields and can even encourage bad publishing practices, such as excessive self-citation and inclusion of authors on papers that contributed little to it. The h-index also completely ignores important aspects of academic life beyond publishing – for example leadership roles, teaching or outreach. ‘Nevertheless, it has become a popular indicator especially among amateur bibliometricians,’ says Bornmann.

Investigating h

Despite these issues, the h-index still features on popular scholarly databases and in some cases can influence important decisions on recruitment and funding that affect researchers’ careers. Vladlen Koltun, chief scientist at Intel’s intelligent systems lab explains that he and his colleagues noticed inconsistencies when browsing researchers’ h-indices across various fields.

‘We set out to probe the h-index, and we asked whether it is really the best metric we can come up with – because it is being used, whether we like it or not,’ says Koltun. ‘It is being used for educational purposes the way we were using it, but also, perhaps more importantly, it’s being used by various committees that evaluate scientists for awards, for promotions and so forth.’

Koltun and his colleague David Hafner used computational tools to analyse citation data from millions of articles across four different scientific fields. ‘We collected data with temporal annotations, so we can trace the evolution of a researcher’s h-index over time – we know what the researcher’s h-index was in 2010, 2019, 1998,’ says Koltun. ‘And we did this on the scale of thousands of researchers.’

They then cross-referenced the data against lists of winners of various scientific prizes and inductees to national academies, which Koltun reasons serves as evidence of scientists’ reputation within their community.

‘So we can examine correlation in real time – does the h-index correlate with a reputation at present?’ explains Koltun. ‘But even more interestingly to me, we could ask questions such as, “Does the h-index predict reputation in the future?” Because that’s actually how it’s being used … the most consequential use of these metrics is for making decisions such as whom should we hire?’

Predictive power palls

According to Koltun’s analysis, when the h-index was first created it was reasonably good indicator of who might win future awards. But this ‘predictive power’ started to wane over the years. ‘To the point that now the correlation between rankings induced by the h-index in physics, for example, and rankings induced by awards and recognition by that academic community – the correlation is zero, there is just no correlation,’ says Koltun.

One reason for this is the increasing number of large scientific collaborations, Koltun explains. He points out that hyper-authorship – a growing phenomenon where global research consortia produce papers with thousands of co-authors – enables people to rack up enormous h-indices very quickly.

‘What our data also shows is that the hyper-authors are simply an extreme manifestation of a broader shift in authorship patterns and publication patterns. Generally, people are publishing more, people are co-authoring more, author lists are growing,’ says Koltun. ‘And if you don’t take that into account, what you get is an inflation in the metrics and inflation in the h-indices across the board.’

Koltun and Hafner propose a new metric, the ‘h-frac’, to solve this issue. The h-frac, allocates a proportion of citations to each author, depending on the number of co-authors on a paper. ‘It’s more reliable than the h-index … Even when we go back to 2005 when the h-index was introduced, h-frac was already more reliable, but the gap has widened dramatically because the reliability of the h-index fell off a cliff.’

The h-index and h-frac both seek to determine which researchers have made greatest cumulative contribution to their field over their lifetime. But the Intel team are also keen to see whether similar measures can offer insight into which groups are currently carrying out the most innovative work, or who consistently produce ground-breaking results. In their latest study, currently available before peer review as a pre-print, Koltun and Hafner suggest another metric to address this, the Cap, which assesses how impactful a researcher’s work is relative to their publishing volume.

Since 2005, more than 50 alternative measures to the h-index have been proposed without any receiving practical significance, says Bornmann, who is unconvinced that any new variants will become important indicators. He points out that the Web of Science database recently adopted beamplots – a data visualisation tool that Bornmann’s team helped to develop, which illustrates a researcher’s publication history over time. Clarivate, who maintain Web of Science, hope that such tools will ‘steer us away from reduction to a single-point metric and force us to consider why the citation performance is the way it is’.

Koltun and Hafner acknowledge the calls to abandon simplified citation-based metrics and agree that ideal scenarios would involve in-depth assessment of researchers’ work. But with the use of such measures ‘as widespread as ever’, they argue that there is a need for better metrics. They hope that their findings ‘can inform the science of science and support further quantitative analysis of research, publication, and scientific accomplishment’. 

References

V Koltun and D Hafner, PLOS One, 2021, DOI: 10.1371/journal.pone.0253397

Jamie Durrani Science correspondent, Chemistry World

lunes, 9 de agosto de 2021

Editoriales "indebidamente positivas" y conflicto de intereses financieros

Publicado en Medscape
https://www.medscape.com/viewarticle/955958


Editoriales "indebidamente positivas" y conflicto de intereses financieros

Pam Harrison


04 de agosto de 2021

En una gran proporción de editoriales publicados en las principales revistas de oncología, los autores tienen conflictos de intereses financieros relacionados con la industria (FCOIs), y en muchos casos, la relación es con la empresa que produce el medicamento que se discute en la editorial.

Además, los comentarios "indebidamente favorables" a los nuevos medicamentos contra el cáncer están significativamente asociados a los editorialistas que tienen conflictos de intereses directos con las empresas que producen esos medicamentos.

Estos resultados proceden de un análisis, el primero de su clase, publicado en línea el 29 de julio en la revista Journal of the National Comprehensive Cancer Network.

"Muchas decisiones clínicas en oncología deben tomarse en ausencia de pruebas de nivel I; por lo tanto, las voces de los editorialistas pueden tener una gran influencia en la práctica y la política", dicen los investigadores, con el autor principal Bishal Gyawali, MD, PhD, del Instituto de Investigación del Cáncer, Universidad de Queen, Kingston, Ontario, Canadá.

"Nuestro estudio demuestra que no sólo es omnipresente la FCOI entre los autores de editoriales de oncología, sino que además estos autores son más propensos a presentar los resultados de los ensayos clínicos de una manera que puede ser indebidamente favorable para el medicamento", concluyen.

Análisis de las cinco principales revistas de oncología

Para su análisis, el equipo evaluó 90 editoriales publicados en 2018 en las siguientes cinco principales revistas de oncología: The New England Journal of MedicineThe LancetThe Lancet OncologyJAMA Oncology; y Journal of Clinical Oncology.

Los investigadores evaluaron si los autores revelaron algún conflicto de intereses con la industria y juzgaron si el comentario era "indebidamente favorable".

Los editoriales "indebidamente favorables" se definieron como aquellos en los que se daba un giro positivo o se hacía una recomendación clínica sin discutir las limitaciones de un ensayo controlado no aleatorio; se daba un giro positivo en el editorial a pesar de que el ensayo controlado aleatorio arrojaba resultados negativos; o se daba una interpretación excesivamente positiva de los hallazgos sin discutir las limitaciones del estudio.

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Por qué los editores deben preocuparse por los identificadores persistentes

Publicado en The Scholarly Kitchen

https://scholarlykitchen.sspnet.org/2021/06/21/why-publishers-should-care-about-persistent-identifiers/ 

Por qué los editores deben preocuparse por los identificadores persistentes

Por Phill Jones, Alice Meadows

21 de junio de 2021

El post de hoy es el primero de dos en los que analizamos el estado de los identificadores persistentes y lo que significan para los editores, coincidiendo con la primera reunión, el 21 de junio, del nuevo Consejo Nacional de Coordinación de Identificadores de Investigación del Reino Unido (RINCC) y la publicación, el mismo día, de un informe de análisis de costes y beneficios ( Cost Benefit Analysis Report ), financiado por el proyecto de Identificadores Persistentes (PID) del Reino Unido para el acceso abierto. 

En los últimos años se ha avanzado mucho en el desarrollo de recomendaciones, políticas y procedimientos para crear, promover y utilizar identificadores persistentes (IDP). PIDapalooza, la conferencia insignia para proveedores y usuarios de IDP, cumple ahora cinco años (five years old) y sigue creciendo. Varios financiadores y organizaciones nacionales de investigación están elaborando sus propias hojas de ruta de los IDP, como ésta del Consejo de Investigación Holandés (NWO) -Dutch Research Council (NWO)- y el Consorcio Nacional de IDP del Reino Unido -UK National PID Consortium. Y a los proveedores de IDP más consolidados (Crossref, ORCID, DataCite), se suman organizaciones e iniciativas nuevas y emergentes. Entre ellas se encuentra el Registro de Organizaciones de Investigación (ROR) -Research Organization Registry (ROR)-, cada vez más adoptado, un identificador abierto dirigido por la comunidad para las instituciones de investigación; y el Identificador de Actividades de Investigación (RAiD) -Research Activity Identifier (RAiD)-, un proyecto en fase inicial, dirigido por el Australian Research Data Commons (ARDC) y la Estrategia Nacional de Infraestructura de Investigación Colaborativa (NCRIS) -National Collaborative Research Infrastructure Strategy (NCRIS)- que es un identificador contenedor para proyectos de investigación. Además, la propia Crossref está trabajando con los financiadores (working with funders) para registrar los DOI de las subvenciones concedidas.

Los editores -y los proveedores de sistemas de publicación- fueron los primeros en adoptar con entusiasmo los identificadores persistentes. Crossref fue fundada originalmente por un grupo de editores que competían entre sí para abordar la vinculación de las citas en las publicaciones en línea, y la gran mayoría de sus 14,000 miembros actuales, aproximadamente, son organizaciones editoriales. Los fundadores de ORCID también incluían a varios editores y, aunque sólo 83 de los más de 1,100 miembros actuales son editores, se podría argumentar que están por encima de su peso, ya que los iDs de ORCID se utilizan más a menudo en los flujos de trabajo de publicación de revistas que cualquier otro. La mayoría de los principales sistemas de presentación de manuscritos cuentan con integraciones de ORCID, y más de 2,000 revistas exigen ahora la identificación de ORCID para el autor colaborador, y miles más la solicitan. 

Sin embargo, creemos que es justo decir que muchos -probablemente la mayoría- de los editores no están aprovechando todo el potencial de los IDP. Los DOIs se registran para la mayoría de las publicaciones (especialmente los DOIs de Crossref) y los iDs de ORCID se recopilan, pero su valor total - tanto para los autores como para los editores - no se está explotando actualmente. Por ejemplo, a pesar de que se recogen los ID de ORCID de un gran número de autores (y, en algunos casos, también de los revisores), los sistemas de presentación de manuscritos no suelen extraer muchos datos del registro de ORCID, o ninguno. Esto significa que los autores tienen que volver a introducir la información, por ejemplo, sobre su institución, subvención(es), etc., lo que lleva tiempo y corre el riesgo de crear errores, por no hablar de la mala experiencia del usuario cuando esto ocurre en varias revistas, incluso cuando el autor ha iniciado sesión en el sistema utilizando su ID ORCID. Los editores también se han implicado menos en el desarrollo de otros IDP y (probablemente relacionado) parecen utilizarlos menos que las organizaciones de otros sectores de la comunidad investigadora. Por ejemplo, sólo seis de los más de 60 asesores de la comunidad ROR son editores. 

Sin embargo, el uso de las IDP en la publicación de acceso abierto sí parece ser de interés para los editores, y los editores de acceso abierto (OA) también son más propensos a tener una estrategia clara de IDP (F1000 e Hindawi son buenos ejemplos). Esto puede deberse a que, desde el punto de vista funcional, adjuntar información precisa sobre las subvenciones a los artículos de acceso abierto es fundamental para una facturación precisa y (en su caso) para demostrar el cumplimiento de los acuerdos de publicación transformadora. Nos gustaría que todos los editores adoptaran el uso de IDPs - más allá de la simple recopilación de IDs ORCID y el registro de DOIs para las publicaciones - para ayudar a mejorar la experiencia del usuario para sus autores y revisores, y permitir el reconocimiento preciso de sus contribuciones; para aumentar la descubribilidad y, por lo tanto, el uso de sus publicaciones; para garantizar el cumplimiento de un número creciente de políticas, incluyendo el Plan S; y para facilitar un mejor análisis y presentación de informes.

En el PIDapalooza 2021, Ed Pentz y Rachael Lammey, de Crossref, dieron una charla descaradamente titulada "PIDapap party-pooper: Los IDP son un callejón sin salida; viva la infraestructura abierta" ( “PIDapap-party-pooper: PIDs are a dead end; long live open infrastructure” ). La charla en sí misma es bastante técnica en algunos puntos, así que si los recorridos por las respuestas de la API codificadas en JSON no son necesariamente lo tuyo, permítenos resumir lo que creemos que es el punto importante…

Lo más importante de los IDP no es que sean únicos, ni que sean persistentes, ni que se resuelvan, es decir, que eviten la pérdida de enlaces. Lo más importante de los IDP son los metadatos que se asocian a ellos, es decir, la información que se puede recuperar cuando un programa, plataforma o aplicación web solicita datos a la API del proveedor de IDP, que puede contener, y a menudo contiene, otros IDP. Los metadatos permiten establecer conexiones entre los artículos publicados, los investigadores, los conjuntos de datos, los programas informáticos, las instituciones, las subvenciones, los financiadores, etc., incluyendo eventualmente cosas como las instalaciones compartidas (EG CERN), los instrumentos (el Hubble, o la resonancia magnética humana de 10,5T en la Universidad de Minnesota / 10.5T human MRI at University of Minnesota), y otras inversiones de nivel estratégico de importancia nacional y mundial.

Una entrada del blog (blog post) de Martin Fenner y Amir Aryani en el sitio web de FREYA introduce el concepto de gráfico IDP y explica su importancia. A medida que más y más objetos (publicaciones, datos, personas, lugares, cosas, etc.) tienen metadatos cada vez más ricos asociados a ellos, podemos establecer más y más conexiones entre esos objetos, lo que nos permite plantear y responder a preguntas útiles, como cuántos artículos de investigación se escribieron a partir de los datos de un instrumento compartido o qué instituciones o países están produciendo el trabajo más impactante en un área determinada. Esto, a su vez, nos permite analizar datos más completos, más oportunos y más precisos, lo que permite mejorar la toma de decisiones.

Representación esquemática del gráfico IDP con objetos digitales conectados por IDP, que muestra tres casos de uso: A: Diferentes versiones de código de software, B: Conjuntos de datos alojados en un determinado repositorio, C: Todos los objetos digitales conectados a un objeto de investigación.

Teniendo en cuenta que cada año se gastan alrededor de 1,7 billones de dólares en investigación y desarrollo ($1.7 trillion is spent on research and development) en todo el mundo, no cabe duda de que los responsables políticos de los sectores gubernamental, sin ánimo de lucro y comercial quieren acceder a análisis que demuestren si están haciendo el mejor uso posible de todo ese dinero.

¿Un panorama político cambiante?

Los IDP han llegado para quedarse porque ofrecen a los responsables políticos un mecanismo transparente para seguir el impacto de las decisiones estratégicas que toman, pero ¿cómo afectará esto a la industria editorial?

Cada vez es mayor la demanda de una evaluación de la investigación de mayor calidad, como demuestran ejercicios como el  Research Excellence Framework (REF) del Reino Unido y el Excellence in Research for Australia (ERA), así como la San Francisco Declaration on Research Assessment (DORA). Hasta la fecha, la carga de permitir estas evaluaciones ha recaído de manera desproporcionada en las instituciones, y en los investigadores y administradores que trabajan para ellas. Una encuesta realizada en 2018 a los miembros de la Young Academy of Europe descubrió que los investigadores que inician su carrera profesional dedican casi el 20% de su tiempo a tareas administrativas (20% of their time doing administrative work). Este problema no ha pasado desapercibido. En el Reino Unido, por ejemplo, la reducción de la carga administrativa para los investigadores se ha convertido en un objetivo político importante (a major policy objective). Los financiadores también están adoptando cada vez más medidas concretas. Algunos ejemplos de proyectos de automatización de los financiadores son el Europe PMC Grant Finder (Europe PMC Grant Finder), que vincula más de 16,000 becas con DOI a los artículos de investigación asociados, y el proyecto ORCID ORBIT, creado para que los financiadores se comprometan a utilizar identificadores persistentes para automatizar y agilizar el flujo de información sobre investigación entre sistemas. Y, en un reciente documento de política del gobierno del Reino Unido (UK government policy paper), el financiador nacional UKRI se comprometió a "poner fin a las múltiples solicitudes de datos o información que ya existen en otros lugares, por ejemplo, en ORCID, CrossRef, DataCite...".

Dado que los gobiernos, los financiadores y las instituciones están trabajando en favor de una infraestructura abierta y optimizada para la identificación personal con el fin de reducir la carga de los investigadores y aumentar la transparencia, los editores deben estar preparados para seguirles. 

Posibles ventajas para los editores: automatización y capacidad de descubrimiento

Las políticas de IDP no se limitan a trasladar la carga de la administración de los investigadores a los financiadores y editores. Una infraestructura abierta bien diseñada ofrece beneficios a todas las partes interesadas a través de la eficiencia, así como datos más completos, precisos y oportunos. Estos beneficios se dividen en tres grandes categorías:

  • Intercambio de metadatos

  • Automatización de procesos

  • Mejora de la visión y el análisis empresarial

Empezando por el principio, consideremos cómo obtienen actualmente los editores los metadatos. Por lo general, se obtienen directamente de los autores, a menudo en el momento de la presentación de los contenidos, y a menudo a través de sistemas tortuosos y largos que requieren que los autores obtengan los números de subvención, las direcciones de afiliación, las identificaciones ORCID de los colaboradores, etc. Según este estudio publicado recientemente (Alice es una de las autoras), la mayoría de los editores que respondieron a una encuesta de Metadata 2020 informaron de que sus metadatos son, al menos parcialmente, introducidos manualmente, o más exactamente, reintroducidos. Existen herramientas que pueden extraer los metadatos de los manuscritos, pero los resultados suelen ser contradictorios y requieren una comprobación. Si los datos pueden identificarse positivamente y trasladarse de un sistema a otro, serán más precisos y completos, a la vez que supondrán una menor carga, no sólo para los autores, sino también para los departamentos de redacción y producción. Además, esos metadatos estarán disponibles para el autor, el editor y las demás organizaciones y sistemas con los que interactúan, lo que permitirá a todos beneficiarse de un flujo de información de alta calidad. Como señala el estudio Metadata 2020, "a través de sus interacciones con los investigadores como creadores y consumidores de contenidos, los editores están bien situados para desempeñar un papel más importante en la mejora de los flujos de trabajo de metadatos de lo que parece que hacen actualmente..."

A continuación, la automatización, que amplía las ventajas del intercambio de datos para mantenerlos actualizados sin problemas, y potencialmente incluso corregirlos automáticamente (ORCID auto-update). La actualización automática de ORCID, tanto de Crossref como de DataCite, es un gran ejemplo de ello. Lleva más de cinco años funcionando y permite a los investigadores que sus publicaciones se añadan automáticamente a su registro de ORCID cuando se registra el DOI. Esto no sólo les ahorra tiempo, sino que también les ayuda a hacer un seguimiento de sus publicaciones y a citarlas y compartirlas en las propuestas de subvención, así como en la evaluación de la investigación.

Esta información no sólo sale de los sistemas de las editoriales, sino que también puede entrar en ellos, lo que permite la última de nuestras tres ventajas: una mejor (y más fácil) visión del negocio. Durante años, las grandes editoriales han llevado a cabo sus propios análisis de las disciplinas y mercados emergentes utilizando técnicas avanzadas de bibliometría y cienciometría, y los consultores suelen proporcionar el mismo tipo de apoyo a las organizaciones más pequeñas. En un mundo totalmente optimizado para los IDP, unos metadatos más completos, precisos y oportunos, generados en la fuente en lugar de extraídos o recolectados, harán que este tipo de análisis sea más accesible para todos, así como más potente.

En la segunda parte de esta serie, Alice y Phill se adentrarán en las implicaciones del propio análisis coste-beneficio y analizarán los beneficios que aportaría un ecosistema de investigación totalmente optimizado para los IDP.

Phill Jones

@phillbjones

Phill Jones es cofundador de MoreBrains Consulting Cooperative. MoreBrains trabaja en la ciencia abierta, la infraestructura de investigación y la publicación. Como parte del equipo de MoreBrains, Phill apoya a una diversa gama de clientes, desde financiadores hasta comunidades de práctica, en una amplia gama de desafíos estratégicos y operativos. Ha trabajado en una variedad de puestos de responsabilidad y gobernanza en el ámbito editorial, de divulgación, de cienciometría, de producto y de tecnología en lugares como JoVE, Digital Science y Emerald. Anteriormente, fue investigador científico interdisciplinar en la Autoridad de la Energía Atómica del Reino Unido y en la Facultad de Medicina de Harvard.

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domingo, 8 de agosto de 2021

ARTÍCULO: Editores de revistas e índices de revistas: Presiones de internacionalización en la semiperiferia del mundo de la ciencia

ARTÍCULO: Editores de revistas e índices de revistas: Presiones de internacionalización en la semiperiferia del mundo de la ciencia 


Disponible en ResearchGate
https://www.researchgate.net/publication/351950101_Journal_editors_and_journal_indexes_Internationalization_pressures_in_the_semi-periphery_of_the_world_of_science


Editores de revistas e índices de revistas: Presiones de internacionalización en la semiperiferia del mundo de la ciencia 

En el mundo de la ciencia, las revistas revisadas por pares son objeto de un seguimiento rutinario, especialmente en función de su rendimiento en índices académicos internacionales como Web of Science y Scopus.  ​Aunque los críticos han destacado el sesgo y las "consecuencias no deseadas" de estos instrumentos, no está nada claro cómo estos índices están cambiando las formas de investigar. En este artículo, analizamos las oportunidades y los problemas a los que se enfrentan las revistas científicas en este entorno. A través de 12 entrevistas cualitativas con editores en jefe de revistas indexadas por la WoS, editadas en Chile, analizamos las percepciones y estrategias de los editores para navegar dentro de este entorno. El artículo destaca las tensiones actuales que la indexación trae para las revistas y algunas estrategias para enfrentarlas, los procesos de negociación con sus audiencias tradicionales, y los conflictos que surgen en los actuales procesos de internacionalización liderados por los índices científicos internacionales. Finalmente, el artículo concluye con una reflexión sobre las posibilidades y los escollos que la internacionalización liderada por los índices tiene para las revistas, especialmente en las llamadas comunidades semiperiféricas 


Journal editors and journal indexes: Internationalization pressures in the semi-periphery of the world of science 

Tomas Koch 1,2* and Raf Vanderstraeten 1,3 
1 Department of Sociology, Ghent University, Korte Meer 3-5, Gent 9000, Belgium 
2 Department of Sociology, Universidad de Playa Ancha. Avda, Playa Ancha 850, Valparaíso, Chile 
3 Department of Sociology, London School of Economics & Political Science, Houghton Street, London WC2A 2AE, UK 

ORCID: T. Koch: 0000-0002-7408-4556 R. Vanderstraeten: 0000-0002-4155-2499 

*Corresponding author: Tomas Koch, Department of Sociology, Ghent University, Korte Meer 3-5, Gent 9000, Belgium. E-mail: tomas.koch@upla.cl 

Abstract : Peer-reviewed journals are routinely monitored in the world of science, especially on the basis of their performance in international scholarly indexes such as Web of Science and Scopus. While critics have highlighted the bias and ’unintended consequences’ of these instruments, it is not at all clear how these indexes are changing the ways in which research takes place. In this paper, we discuss the opportunities and problems facing scientific journals within this environment. By means of 12 qualitative interviews with editors-in-chief of WoSindexed journals edited in Chile, we analyse the editors’ perceptions and strategies to surf within this environment. The article highlights the current tensions that indexation brings for the journals and some strategies to cope with them, the negotiation processes with their traditional audiences, and the conflicts that emerge in the current internationalization processes led by international scientific indexes. Finally, the paper concludes by reflecting on the possibilities and pitfalls that index-led internationalization has for journals, especially in so-called semi-peripheral communities  

viernes, 6 de agosto de 2021

Lo que ofrece EE.UU. a cambio de que Brasil vete la presencia de Huawei en la red 5G

Publicado en RT
https://actualidad.rt.com/actualidad/400044-ofrecer-eeuu-cambiar-brasil-vetar-huawei-5g

Lo que ofrece EE.UU. a cambio de que Brasil vete la presencia de Huawei en la red 5G


6 ago 2021 

El asesor nacional de Seguridad estadounidense, Jake Sullivan, estuvo de visita en el país suramericano, en el primer acercamiento del Washington a Brasilia desde que asumió la presiente Joe Biden.   

El asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., Jake Sullivan, de visita en Brasil, se reunió con el mandatario de ese país, Jair Bolsonaro, para abordar temas de seguridad, entre los que se encuentra la expansión de la red 5G en el país suramericano, como una manera de frenar el avance del gigante de telecomunicaciones chino Huawei.

Esto implica el primer acercamiento entre ambos gobiernos desde que Joe Biden asumió la presidencia. La reunión, según Folha, es una "nueva presión contra la participación de las empresas chinas en la red 5G brasileña", por lo que Brasil obtendría a cambio el apoyo de EE.UU. para que ingrese como socio global a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Ya durante el mandato de Trump se había barajado la posibilidad de que el país suramericano entrara a la OTAN, a la que solo pertenece Colombia en la región desde 2018, pero esto no ocurrió. 

Con esta reunión, donde participaron altos funcionarios estadounidenses del área de seguridad y parte del gabinete de Bolsonaro y de las Fuerzas Armadas brasileñas, la administración de Biden plantea una alianza con su par brasileño, quien siempre manifestó su apoyo al exmandatario y excandidato a la relección Donald Trump.

La visita de solo un día se produjo a pesar de que la Administración de Biden ha sido presionada por la bancada demócrata para que no avance en la cooperación con Brasil, ante los señalamientos contra Bolsonaro por violaciones a leyes ambientales y a los derechos humanos durante pandemia. Sin embargo, a pesar de la reticencia en su propio partido, el mandatario estadounidense ya ha manifestado que dará su apoyo al país suramericano para que ingrese a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). 

¿De qué se habló?

La información oficial sobre las reuniones ha sido escueta y los temas abordados por ambos gobiernos solo han sido divulgados a través de las redes sociales de manera muy general.

Durante su estadía, Sullivan tuvo un encuentro no pautado en la agenda oficial con Bolsonaro. Esta es la primera vez que un alto funcionario de Biden se reúne con el mandatario brasileño y no trascendió información sobre qué conversaron.

Por su parte, el ministro de Comunicaciones, Fábio Faria, calificó de "productiva" la reunión con Sullivan y aseveró en Twitter que tratarán "prioritariamente" en tema de la red 5G.

Además, dijo que trabajarán de manera conjunta "para desarrollar soluciones de Open RAN (la parte de un sistema de telecomunicaciones que conecta dispositivos a una red a través de conexiones de radio) y que "fue presentado el panorama del mercado global de suministro de chips para equipos de telecomunicaciones".


La embajada de EE.UU. también publicó información sobre el encuentro de Faria y Sullivan, y refirió que ambos habían conversado sobre "el respeto a la ciberseguridad" y sobre garantizar que la red 5G "traiga los beneficios prometidos a todos los brasileros".
  

La Cancillería brasileña informó que el ministro de Relaciones Exteriores, Carlos França, conversó con la delegación estadounidense sobre los "desafíos de la pandemia", el "desarrollo sustentable" y "la defensa de la democracia y los derechos humanos y los asuntos de seguridad en el hemisferio", que son los temas por los que precisamente los congresistas demócratas se oponen a que se alcancen acuerdos con Bolsonaro.
La OTAN y la red 5G

La delegación brasileña estuvo dominada por miembros del alto mando militar, entre ellos el titular de Defensa, Walter Souza Braga Netto, mientras que la estadounidense por altos cargos en al área de seguridad.

Según Folha, la entrada de Brasil en la OTAN fue discutida entre Sullivan y Braga Netto, y dependería de que las autoridades brasileñas veten la participación de Huawei en el futuro mercado del 5G en ese país.

Para Washington, la presencia de "proveedores no confiables", como la Casa Blanca considera a Huawei y otras empresas chinas en la red 5G, podría impedir la cooperación en defensa y seguridad. Por eso ambos temas guardan relación.

Desde la presidencia de Trump, Washington ya se encontraba negociando con otros países para convencerlos de que optaran por proveedores occidentales a la hora de actualizar sus redes 5G.

En este encuentro, además, estuvieron los comandantes de la Marina, del Ejército y de Aeronáutica de Brasil; el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Laerte de Souza Santos; el secretario general del Ministerio de Defensa, Sergio José Pereira y otras autoridades.

Por parte de la Casa Blanca participaron también los directores de Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, Juan González; del Consejo de Seguridad Nacional, Tarun Chhabra, y del Consejo de Seguridad Nacional para la Seguridad Cibernética, Amit Mital, por nombrar algunos.


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Preparación de los datos y elaboración: Manuel Alejandro Flores Chávez, Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información, UNAM-México








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