viernes, 11 de abril de 2025

Resúmenes (Abstracts) : inconsistencia entre lo reportado en los resúmenes de los artículos y el texto

Publicado en Xataka
https://www.xataka.com/investigacion/clickbait-ciencia-esta-resumenes-como-abstracts-se-han-convertido-fuente-error-articulos-cientificos



Unos investigadores han analizado qué dicen los resúmenes de los papers científicos. Hay bastante "clickbait"

Diversos estudios han hallado inconsistencias entre lo reportado en los resúmenes de los artículos y el texto


30 Marzo 2025
pablo-martinez

Pablo Martínez-Juarez

 

Los artículos académicos, los papers revisados por pares publicados en revistas científicas, son uno de los pilares de la ciencia hoy en día.
Estos artículos suelen tener una estructura más o menos definida,
con introducción, resultados, conclusiones y discusión, además de un apartado dedicado a la metodología empleada.


Un elemento que nunca (o prácticamente nunca) falta en este tipo de artículos es el 
abstract.

Abstract es el término con el que se conoce a una suerte de resumen
del contenido del artículo. Es una pieza clave que tiene el objetivo
 de servir de guía bibliográfica a quienes están buscando un estudio,
por lo que este breve texto debe responder adecuadamente a la
pregunta ¿de qué va este artículo?

Pero más allá de esta función básica, el abstract a menudo cumple
la función de resumen del artículo, incluyendo información sobre
métodos, resultados y conclusiones del experimento o estudio realizado.

Muchos de los artículos científicos son de acceso limitado, 
protegidos por un paywall, el precio de un solo artículo puede
ser de varias decenas de euros, pero los resúmenes están disponibles
en abierto.

Los artículos científicos, incluyendo este breve texto introductorio,
son sometidos a varias revisiones editoriales y científicas, por lo
que cabría esperar que los abstracts sean fieles representaciones
de lo que el artículo y el estudio realizado. El problema es que,
a veces, no lo son tanto.

A finales de los 90, un grupo de investigadores analizó la existencia
de discrepancias entre los resúmenes de los artículos y su contenido.
El equipo analizó más de 260 artículos (44 piezas por seis revistas científicas de relieve) publicados en 1996 y 1997.

Estudiaron dos formas en las que estos resúmenes podrían resultar
incorrectos, bien por inconsistencias con el cuerpo del artículo,
bien por la omisión de información relevante.

Los resultados mostraban variación en los resultados según la
revista (hallaron que entre el 18% y el 68% de los artículos
presentaban problemas). Concluían, en su propio abstract,
que los datos inconsistentes o ausentes en estos resúmenes
eran “comunes, aún en las revistas médicas de gran circulación”. 
El estudio fue publicado en 1999 la revista JAMA,
una de las publicaciones analizadas en el mismo.

Han pasado 25 años desde la publicación del estudio de la
revista JAMA y casi 30 desde la publicación de algunos de
los artículos analizados. La ciencia ha cambiado mucho
en esos 25 años. Sin embargo algunos estudios posteriores 
indican que este problema persiste.

En 2016, un grupo de investigadores realizó una compilación 
y análisis de los estudios realizados en este campo.
Esta revisión de la literatura, publicada en la revista 
BMC Medical Research Methodology, halló que el
“nivel de inconsistencia” mediano que hallaban estos estudios
estaba en el 39%, aunque la variabilidad era alta: oscilaba
entre un 4% y un 78%.

Puesto que no todos los errores son igualmente severos,
esta revisión se fijó en los estudios que discriminaban
las inconsistencias graves de las más leves.

Observaron que la mediana en este caso era algo más baja,
pero aún considerable, del 19%.

Estudios posteriores, como 
uno publicado este año en la revista
The 
American Journal of Surgery continúan mostrando
la existencia de esta tendencia en la literatura científica.

¿Qué es lo que ocurre entonces? ¿Están falseando sus datos
los científicos? ¿O simplemente estamos siendo testigos
de una importante acumulación de errores? Sabemos que
los resúmenes de los artículos son 
determinantes a la
hora de recibir citas
 de otros artículos académicos y
que 
esta métrica es clave para la evaluación del trabajo
científico para los autores. Pero la publicación misma
de un artículo puede depender a veces de que sus resultados
sean novedosos.

Es por eso que existe un incentivo a poner énfasis en algunos
resultados y matizarlos más tarde. Un resultado no significativo
puede hacer que los editores de la revista o los futuros lectores
pierdan interés por el artículo, independientemente de la calidad real
del estudio. El llamado 
sesgo de publicación 
(que alude a que los estudios con resultados diferentes a cero están
sobrerrepresentados en la literatura científica) es también fruto
de este interés por lo novedoso.

Clickbait académico

Los títulos de los artículos también han sido objeto de escrutinio
en los últimos años. Consciente o inconscientemente,
un titular llamativo puede resultar determinante a la hora de que nos interesemos más o menos por un estudio.

En 2016, 
un estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology 
se hacía eco de este fenómeno. El análisis observó cómo la
forma en la que se enunciaban los titulares afectaba
al alcance que alcanzaba el estudio.

Gwilym Lockwood, autor del estudio,
analizó 
más de 2.000 artículos académicos
y observó que los títulos que enunciaban algo en un marco positivo
tenían mejores métricas que la media. Por otra parte también halló
que los trabajos que recurrían a juegos de palabra mostraban un
peor desempeño. Los títulos que contenían preguntas, por su parte,
no se desviaban de la media de forma significativa.

El problema de los abstracts es uno de tantos a las que se
deben enfrentar las editoriales científicas.


Unas editoriales presionadas por escándalos de diversos tipos,
desde los “molinos de artículos científicos
hasta los problemas con las tasas cobradas por la publicación
o el acceso a sus contenidos.

La inteligencia artificial es uno de estos problemas, pero
quizás también una potencial solución. En los últimos meses,
y tras algún que otro escándalo, las editoriales científicas 
han ido integrando las herramientas de inteligencia artificial
en la publicación científica, más allá de la labor que hayan
podido desarrollar estas herramientas en el desarrollo mismo de la investigación.


La inteligencia artificial tiene la capacidad, entre otras cosas,
de generar resúmenes más “objetivos” o de detectar y
corregir posibles errores y discrepancias entre textos y resúmenes.

En Xataka | Así es como la mala ciencia se infiltra en el debate científico internacional: no son solo los grandes escándalos, más de 50.000 artículos cuestionables se incorporan cada año

jueves, 10 de abril de 2025

Un vistazo a las revistas latinoamericanas indexadas en Scopus (2015-2024) - reporte SCImagoJR

Publicado en SCImago Lab 
https://www.scimagolab.com/scimagojr-un-vistazo-a-las-revistas-latinoamericanas-indexadas-en-scopus-2015-2024/







SCImagoJR – Un vistazo a las revistas latinoamericanas indexadas en Scopus (2015-2024)

08/04/2025


La visibilidad y el impacto de la producción científica son cruciales para el desarrollo académico, tecnológico y social de cualquier región. En este contexto, la indexación de revistas científicas en bases de datos de prestigio internacional como Scopus juega un papel fundamental. SCImago se basa en los datos de Scopus para proporcionar de libre acceso los cuartiles (Q1-Q4) de cada revista. Esta es una métrica clave generada a partir del indicador compuesto SCImago Journal Rank (SJR), que ayuda a evaluar la calidad e influencia de las revistas latinoamericanas indexadas en Scopus.

Analizar la evolución de las revistas latinoamericanas nos permite comprender mejor el panorama científico regional, identificar fortalezas, desafíos y tendencias. A continuación, exploraremos tres distintas perspectivas sobre esta evolución en la indexación entre 2015 y 2024.

El panorama general de la región

Esta primera visualización presenta una visión detallada, país por país, de la evolución del número total de revistas latinoamericanas indexadas en Scopus durante la última década. Podemos observar tanto el crecimiento en volumen como la distribución por cuartiles (Q1, Q2 Q3, Q4 y revistas sin cuartil).



Brasil se destaca consistentemente como el líder regional en cuanto al número total de revistas indexadas. Además, mantiene una proporción significativa de revistas en los cuartiles superiores (Q1 y Q2).

Colombia Chile muestran una tendencia positiva en el número total de revistas indexadas, consolidándose como actores importantes en la región. México mantiene una presencia considerable, aunque con algunas fluctuaciones.

La distribución por cuartiles varía entre países y a lo largo del tiempo. Si bien, el crecimiento en el número total es positivo, es crucial observar cómo se distribuyen estas revistas en términos de impacto (cuartiles). Algunos países pueden tener un gran volumen, pero una menor proporción en Q1/Q2.

Es importante que la región tenga una base sólida de revistas indexadas, sobre la cual se
pueda construir y aspirar a alcanzar los cuartiles e indicadores de las revistas de mayor impacto científico.

El estado actual de los principales países

En el mapa geográfico de la región hemos representado la proporción de revistas indexadas en cada cuartil para los principales países.

Se refuerza visualmente el liderazgo de Brasil, no sólo en volumen total (467 revistas) sino también en la cantidad de revistas en los cuartiles superiores. Colombia (164), Chile (133) y México (129) le siguen en número total de revistas, cada uno con su propia distribución de calidad. Chile, por ejemplo, muestra una proporción relativamente alta de revistas en Q1 y Q2 en comparación con su total.

La cima de la pirámide: La evolución de las revistas Q1 en Latinoamérica

Esta visualización se enfoca específicamente en la élite de publicación científica en la región: las revistas clasificadas en el primer cuartil (Q1), aquellas con el mayor impacto científico según el SJR.

SJR 2024 Evolución de las revistas Q1 latinoamericanas indexadas en Scopus



Brasil y Chile han mantenido consistentemente las posiciones más altas en cuanto a número de revistas Q1 durante la mayor parte del período analizado, finalizando en 2024 con 21 y 20 revistas Q1 respectivamente.

Colombia muestra una trayectoria de crecimiento particularmente impresionante en los últimos años, escalando posiciones hasta alcanzar 10 revistas Q1 en 2024, lo que indica un esfuerzo exitoso por mejorar el impacto de sus publicaciones.

Contar con revistas en Q1 es un indicador clave de la capacidad de un país para producir y diseminar ciencia de alto impacto a nivel internacional. La evolución en este segmento es crucial para la reputación científica de la región.

Finalmente, se puede observar una tendencia general de crecimiento en el número de revistas indexadas, liderada por Brasil pero con avances significativos en países como Colombia y Chile. El análisis de los cuartiles revela no sólo cantidad, sino también un esfuerzo continuo por mejorar la calidad y el impacto científico.

La presencia en bases de datos internacionales como Scopus, y especialmente en los cuartiles superiores, es más que una métrica; es un facilitador para la colaboración internacional, la atracción de talento, la obtención de financiamiento y, en última instancia, para que la ciencia generada en Latinoamérica contribuya de manera más efectiva al conocimiento global y al desarrollo regional. Seguir monitoreando estas tendencias es esencial para comprender y fortalecer el ecosistema científico de la región.

 




miércoles, 9 de abril de 2025

LIBRO: Participación de las mujeres en el sector editorial latinoamericano

Publicado en Blok de Bid
https://www.ub.edu/blokdebid/es/node/1383 






Hacia una subjetividad editorial femenina

Mié, 02/04/2025 

Alfredo Lèal
Instituto de Investigaciones Bibliográficas. UNAM

Szpilbarg, Daniela; Mihal, Ivana. Participación de las mujeres en el sector editorial latinoamericano [en línea]. Bogotá: Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe – Cerlalc, 2024. 61 p. <https://cerlalc.org/publicaciones/participacion-de-las-mujeres-en-el-sector-editorial-latinoamericano/>. [Consulta: 26.3.2025]. ISBN (PDF): 978-958-671-275-0. 



Presentado a la manera de un informe que da cuenta de la investigación piloto llevada a cabo en el sector editorial de Argentina, Colombia, Chile, Guatemala y Perú por las investigadoras Daniela Szpilbarg e Ivana Mihal, este trabajo dista mucho de limitarse a ofrecer una somera descripción de la Participación de las mujeres en el sector editorial latinoamericano, mostrándose más bien como, cuando menos, un inmejorable punto de partida para ulteriores investigaciones en el campo de los estudios del libro y la edición. Empleando herramientas sociológicas, principalmente encuestas y gráficas, tanto como un enfoque metodológico comparativo fuertemente anclado en la teoría feminista, con especial atención al modo en que en ésta se ha pensado, por ejemplo, en la categoría de trabajo, Szpilbarg y Mihal le ofrecen al lector y la lectora –especialista o no en temas de edición– un diagnóstico crítico en torno a la importancia de entender, documentar y, por supuesto, transformar las condiciones de la mujer en el sector editorial de América Latina.

De los cuatro apartados, el primero le sirve a las investigadoras para plantear sus hipótesis de trabajo, sustentadas en un diálogo horizontal con otras investigaciones que hoy día, a pesar de ser ciertamente recientes, resultan centrales en el desarrollo del estudio de los modos y alcances, materiales tanto cuanto simbólicos, del trabajo de las mujeres en el sector editorial, como lo son los trabajos de Marina Garone (Las mujeres y los estudios del libro y la edición en Iberoamérica, Universidad de Los Andes, 2023) o Ana Gallego Cuiñas («Femedición: hacia una práxis editorial feminista en Iberoamérica», Iberoamericana, 2022). Luego de establecer el estado de la cuestión, Szpilbarg y Mihal plantean que «el género determina no solamente las condiciones de trabajo en las editoriales, sino que también influye [en] otros aspectos que se expresan en las decisiones y políticas editoriales» (p. 14), por lo cual «es necesario considerar [a las editoras] como agentes intelectuales y, en esa medida, es preciso indagar por la experiencia de las mujeres en tanto editoras, frente a la tarea de selección e intervención sobre los textos» (p. 14).

De este modo, los datos que arrojan las encuestas realizadas son fundamentales para que, en las secciones 2 y 3, se establezca el soporte empírico sociológico para la sección 4, por mucho la más interesante del informe, sobre todo por el modo en que los números y porcentajes diagramados en gráficas adquieren, si no un rostro, sí una cierta familiaridad para todxs quienes investigan los procesos y políticas editoriales en América Latina. De esta manera, en un apartado que «recupera las opiniones, percepciones y experiencias con base en sus trayectorias como mujeres editoras, las cuales revelan una compleja interrelación entre los aspectos laborales y personales de las editoras, y ofrecen una visión rica y matizada de las condiciones de trabajo en el sector editorial» (p. 34), las investigadoras nos ofrecen un documento sociológico para lo que, con base en su texto, podríamos denominar la subjetividad editora femenina.

La definición de dicha subjetividad no es, creemos, asunto menor. Por el contrario: entenderla, documentarla y problematizarla resulta harto necesario en un ecosistema donde los libros de Carlos Barral, Jorge Herralde o Guillermo Schavelzon son mercancías que casi de inmediato encuentran su público lector –constituyendo, de paso, un género específico de las memorias culturales, como lo proponen Ana Gallego Cuiñas y Jorge J. Locane, coordinadorxs del dossier «Poéticas de editor/a: aproximaciones críticas para la demarcación de un género» de la Revista de Estudios Hispánicos, 2024–, mientras que nombres como Carmen Balcells, Esther Tusquets o Beatriz de Moura siguen más bien asociándose con el boom, es decir, con el éxito comercial de cuatro escritores hombres, cuatro «machos alfa», para usar la expresión que al respecto diera Roberto Bolaño. Baste decir que, de las tres, sólo Tusquets es autora de un libro de su experiencia como editora: Confesiones de una editora poco mentirosa (RqueR, 2005), desde cuyo título se perciben empero los ecos dieciochescos de aquellas mujeres que, en los salones literarios, se posicionaban en un campo controlado por los hombres.

En este sentido, es importante lo que el estudio de Szpilbarg y Mihal nos demuestra, en tanto la mujer editora, si la entendemos en cuanto subjetividad, se construye a sí misma: «es con el paso del tiempo que las mujeres fueron habilitadas o se habilitaron a sí mismas a tomar un rol que, más allá́ de lo ejecutivo o resolutivo, conllevaba tomar decisiones en cuanto a la construcción del catalogó, por medio de contratación de textos o adquisición de textos de otras lenguas para publicar traducciones» (p. 36). Historiar la subjetividad editora femenina implica, primero, debatir todo argumento que pretenda que dicha habilitación no es restrictiva de las mujeres. Por ello resulta indispensable, como lo hacen ver las autoras del informe, constatar «la confirmación de la feminización del trabajo editorial […] [la cual] se visualiza en el elevado número de mujeres que forman parte de los equipos editoriales, incluso en los grandes grupos empresariales» (p. 37), pero sobre todo en la medida en que, como lo demuestra el testimonio de varias de las editoras entrevistadas, «la feminización de la labor en la edición contemporánea se asocia a la precarización laboral, y como consecuencia de condiciones económicas menos redituables» (39). 

Así pues, mientras que, en palabras de una entrevistada, «los hombres hablan siempre en singular», siendo quienes, al final, se quedan con los créditos ante el público por los logros de una u otra editorial o sello, es un hecho que, en la voz de otra editora: «el mundo editorial en América Latina no ha sido nunca un mundo de hombres, sino un mundo lleno de mujeres, pero son los hombres los que salen en la foto. Eso ha cambiado, pero no en el mundo corporativo» (p. 43). Esto nos permite vislumbrar algunos derroteros críticos, por ejemplo, para el ámbito de las investigaciones –y ni qué decir en reseñas de índole más bien periódica– donde pocas veces se considera que una mercancía editorial que, ante el público, aparece como producto del borrado y la superación de las desigualdades de género, tiene, en su proceso productivo, una dinámica propiamente patriarcal. La oferta masificada de autoras, por ejemplo, de la literatura latinoamericana –Luiselli, Scweblin, Enriquez…–, no sólo no logra subsanar dichas instancias desigualmente construidas en la trastienda editorial, sino que de algún modo las replica vis a vis con otras mujeres cuyas obras se editan en editoriales significativamente más pequeñas y menos poderosas que Planeta o Random House.

De esta manera, en palabras de una de las entrevistadas, así como «los superjefes son varones» (p. 44), ¿podemos decir que las «superautoras» producen un efecto de feminización hacia aquellas que publican en editoriales medianas o pequeñas, convirtiendo el salto al gran conglomerado de sellos –absorbidos, por cierto, mediante una lógica que no puede sino concebirse en términos de neocolonialidad, en el sentido en que, como afirma Maurizio Lazzarato, «el primer botín del colonizador es la lengua del colonizado»– en otro techo de cristal? ¿Cómo pensar los casos de la mexicana Brenda Navarro, la ecuatoriana Mónica Ojeda o la uruguaya Fernanda Trías? Nos parece sumamente revelador que esta feminización sea incluso enunciada en la opinión de una editora chilena, quien afirma que hay menos mujeres en el catálogo a su cargo porque «a las mujeres hay que perseguirlas para que envíen manuscritos, en cambio los hombres envían y envían. Las mujeres, quizás por miedo, vergüenza o menos determinación que los hombres, envían mucho menos» (p. 48). Recuperamos las palabras de las propias Szpilbarg y Mihal, para quienes «resulta significativo que una de las editoras entrevistadas mencione que las mujeres no envíen tantos materiales por “miedo o vergüenza”, ya que en algunas otras entrevistas se habla de que las mujeres, por su dedicación a las tareas del hogar, necesitan de más tiempo para finalizar obras para presentar a las editoriales» (p. 48).

Si partimos, pues, del hecho de que una autora publicada en un sello trasnacional tiene, generalmente, un compromiso por más de una obra, mientras que una autora que publica, por ejemplo, en una editorial independiente –la chilanga Polilla Editorial o la madrileña Piezas Azules–, tiene la opción de firmar sólo por dicho material, cabe preguntarse por los problemas sistémicos que persisten en la consideración y el lugar que se le da a unas y otras obras en la crítica. Las autoras del informe lo sintetizan en este cuarto apartado, en el que se evidencia que, allende los resultados cuantitativos, siguen persistiendo «dinámicas de poder que jerarquizan los géneros aún en el presente, sobre todo, en el ámbito corporativo» (p. 50). Entender estas dinámicas resulta fundamental para la crítica, que, a pesar de la extensa oferta editorial, comúnmente toma como casos paradigmáticos sólo aquellas obras de los grandes sellos. 

El hecho de que en el informe se insista en que es el ámbito corporativo –que, recordemos, para el caso de la literatura latinoamericana, está poco menos que monopolizado por los capitales de Bertelsmann y Lara Hernández– donde persisten estas dinámicas de poder, razón estructural de la desigualdad, nos tiene que ayudar a, por lo menos, visibilizar que mientras la finalidad de la edición sea, como lo es bajo el sistema capitalista neoliberal –y, hoy día, bajo el modelo del capital en la nube o «tecnofeudalismo» propuesto por Cédric Durand y Yanis Varoufakis, en consonancia con el «capitalismo de la vigilancia» de Shoshana Zuboff–, la generación de plusvalor, ya sea mediante la ganancia o mediante la renta, la participación de la mujer en los ámbitos productivo y consuntivo no dejará de estar mediada por una instrumentalización de «la mujer» propiamente patriarcal. En suma, debemos cuestionarnos si lo que se nos vende como inclusivo o a veces hasta abiertamente «feminista» lo es en realidad. Y esto lo decimos haciendo eco de Szpilbarg y Mihal, quienes cierran su informe indicándonos la importancia de que «los diagnósticos [de su informe] contribuyan a emprender acciones que sirvan para cerrar las brechas, asimetrías y desigualdades que todavía persisten» (p. 57). Propongo una primera acción: leer y difundir este trabajo de Daniela Szpilbarg e Ivana Mihal. 

 

Esta reseña se publica juntamente con el Blog de l’Escola de Llibreria

martes, 8 de abril de 2025

CHINA destrona a U.S.A. como líder mundial en investigación

Publicado en sinpermiso
https://sinpermiso.info/textos/china-destrona-a-ee-uu-como-lider-mundial-en-investigacion


China destrona a EE. UU. como líder mundial en investigación

Imran Khalid 06/04/2025

En la última década, se ha producido un profundo cambio en el mundo académico mundial que ha alterado fundamentalmente la jerarquía de la investigación científica. China, que en su día se consideraba un actor periférico en la ciencia de vanguardia, ha ascendido ahora a la vanguardia de la excelencia académica. Las últimas clasificaciones del Nature Index revelan una tendencia asombrosa: nueve de las diez principales instituciones de investigación del mundo son ahora chinas, siendo la Universidad de Harvard la única presencia occidental en el escalón superior.

Esta transformación sísmica, mientras la administración Trump está instituyendo recortes profundos en la financiación para la investigación y cerrando el Departamento de Educación, subraya no solo la destreza científica de China, sino también su visión estratégica para el liderazgo global en innovación y tecnología. Para apreciar plenamente el ascenso meteórico de China, uno debe mirar hacia atrás al panorama académico de hace una década. Cuando se publicaron por primera vez las clasificaciones del Nature Index Global en 2014, solo ocho universidades chinas entraron en el top 100. Hoy en día, ese número se ha quintuplicado con creces, con 42 instituciones chinas que ahora se encuentran entre las mejores del mundo, superando a las 36 universidades estadounidenses y a las cuatro británicas de la lista.

Entre estas instituciones, la Universidad de Ciencia y Tecnología de China (USTC) se ha convertido en un formidable centro de investigación. Ahora ocupa el segundo lugar a nivel mundial, con un total de 2585 artículos de investigación de gran impacto y una cuota de contribución de 835,02. Del mismo modo, la Universidad de Zhejiang, la Universidad de Pekín y la Universidad de Tsinghua han consolidado su posición como líderes en el ámbito académico mundial, con investigaciones innovadoras en campos que van desde la computación cuántica hasta las energías renovables.

Un análisis más detallado de los datos del Nature Index revela que el dominio de China es particularmente pronunciado en química, ciencias físicas y ciencias de la tierra y del medio ambiente. Solo en química, las universidades chinas ocupan los 10 primeros puestos, una hazaña asombrosa que refleja el compromiso del país con la investigación fundamental. Del mismo modo, en ciencias físicas, ocho de las 10 principales instituciones son chinas, lo que indica un cambio en las prioridades de investigación a nivel mundial.

Mientras que Estados Unidos sigue liderando la investigación biomédica y traslacional, China está acortando rápidamente distancias. Instituciones como la Universidad Jiao Tong de Shanghái y la Academia China de Ciencias están haciendo importantes avances en biotecnología, genética y ciencias farmacéuticas, campos tradicionalmente dominados por universidades occidentales. El contraste en el énfasis de la investigación —el enfoque de China en ingeniería y ciencias aplicadas frente a la fortaleza de Occidente en investigación médica— ilustra cómo las diferentes regiones se están posicionando para la futura supremacía tecnológica.

La transformación de China en una potencia investigadora no ha sido casual. Es el resultado de decisiones políticas deliberadas, una inversión financiera sustancial y reformas sistémicas destinadas a mejorar la calidad académica. Según la Oficina Nacional de Estadística de China, el gasto en investigación y desarrollo (I+D) del país alcanzó un máximo histórico de 3,61 billones de yuanes (aproximadamente 500 000 millones de dólares) en 2024. Esto representa un aumento interanual del 8,3 % y representa el 2,68 % del PIB de China, un porcentaje que sigue aumentando de forma constante. A diferencia del pasado, en el que la financiación de la investigación se repartía escasamente entre muchos proyectos, el gobierno chino ha adoptado un enfoque más estratégico, canalizando los recursos hacia áreas clave como la inteligencia artificial, la ciencia de los materiales y la exploración espacial.

Uno de los cambios de política más notables ha sido el abandono de los criterios de evaluación basados en publicaciones. Anteriormente, se incentivaba a los académicos chinos a publicar el mayor número posible de artículos, a menudo a expensas de la calidad. Sin embargo, las recientes reformas han introducido un sistema de revisión por pares más riguroso que da prioridad a la investigación impactante e innovadora sobre el mero volumen. Este cambio ha dado lugar a una mejora significativa de la credibilidad y la influencia mundial de la producción científica china.

Otro factor crucial en el resurgimiento académico de China han sido sus agresivas estrategias de adquisición de talento. El «Programa de los Mil Talentos», lanzado en 2008, ha atraído con éxito a miles de investigadores chinos y extranjeros de primer nivel a las principales universidades del país. Al ofrecer salarios competitivos, instalaciones de investigación de vanguardia y una financiación sustancial, China ha revertido el fenómeno de la «fuga de cerebros» y ha creado un entorno en el que los investigadores de primer nivel pueden prosperar.

Además, se ha dado a las universidades una mayor autonomía en las decisiones de contratación, el desarrollo de planes de estudios y las colaboraciones internacionales. Esta descentralización ha permitido a las instituciones ser más dinámicas y receptivas a las tendencias científicas mundiales, acelerando aún más el ascenso de China como superpotencia académica. La creciente influencia de China en el mundo académico no es solo un logro intelectual, sino que tiene importantes ramificaciones geopolíticas. Los avances del país en áreas como la computación cuántica, la inteligencia artificial y la biotecnología han suscitado preocupación en Occidente, especialmente en Estados Unidos, donde los responsables políticos ven el auge científico de China como un desafío a la supremacía tecnológica estadounidense.

En respuesta, Washington ha implementado una serie de políticas restrictivas, incluyendo controles de exportación de tecnología avanzada de semiconductores y limitaciones de visados para investigadores chinos. Sin embargo, en lugar de frenar el progreso de China, estas medidas solo han intensificado el impulso del país hacia la autosuficiencia. La reciente presentación del modelo DeepSeek R1 AI, que rivaliza con el GPT-4 de OpenAI a pesar de haber sido desarrollado con chips nacionales, es un testimonio de la capacidad de China para innovar bajo presión.

Además, las colaboraciones de investigación de China se están extendiendo más allá de Occidente. Cada vez más, las instituciones chinas están formando asociaciones con universidades de África, América Latina y Oriente Medio, fomentando un nuevo orden académico que desafía el modelo tradicional de intercambio científico centrado en Occidente. Este cambio no solo está fortaleciendo la influencia de China en los mercados emergentes, sino que también está remodelando el panorama de la investigación mundial de formas que eran inimaginables hace apenas una década.

A medida que China continúa consolidando su posición como líder en investigación académica, surgen preguntas sobre el futuro equilibrio de poder en la ciencia global. ¿Podrán Estados Unidos y Europa recuperar su antiguo dominio, o tendrán que adaptarse a un mundo académico multipolar donde China desempeña un papel central? Aunque las instituciones occidentales siguen liderando en muchas áreas, el rápido ascenso de China demuestra que la excelencia científica ya no se limita a un puñado de universidades de élite en Estados Unidos y Europa. El cambio no se trata solo de números. Se trata de influencia, innovación y la capacidad de establecer la agenda para el futuro de la ciencia y la tecnología.


 
analista geoestratégico y columnista de asuntos internacionales. Su trabajo ha sido ampliamente publicado por prestigiosas organizaciones y publicaciones internacionales de noticias.
Fuente:
counterpunch.org, 27/3/2025
Traducción:Antoni Soy Casals

lunes, 7 de abril de 2025

MÉXICO: Ciencia Abierta mexicana. 2a edición del monitor de revistas académicas


//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////


Ciencia Abierta mexicana

Segunda edición del monitor de revistas académicas




Próximamente

Se publicará el análisis completo de la segunda edición del estudio del SciELObservatorio México titulado "La ciencia abierta mexicana: monitor de prácticas adoptadas por las revistas" Este informe presenta un seguimiento actualizado sobre cómo las revistas científicas y académicas de la colección SciELO México están adoptando prácticas de Ciencia Abierta. 


¿Qué objetivos tiene este estudio? 


El monitor evalúa la adopción de prácticas clave de 256 revistas, en los campos como publicación de preprintsdepósito abierto de datos y revisión abierta por pares, además de prácticas ampliadas como el uso de la taxonomía CRediT o equivalente, publicación continua, licencias Creative Commons permisivas e indización en DOAJ.


Comparación con la edición anterior: 


En esta edición se observan: 


  • Un ligero retroceso en la aceptación de preprints (de 5 a 3 revistas).
  • Un pequeño avance en la recomendación de depósito de datos abiertos (de 12 a 13 revistas).
  • Un incremento significativo, aunque modesto, en la revisión abierta por pares (de 1 a 3 revistas). 




Aunque estos resultados indican algunos avances, persisten grandes retos para la adopción generalizada de la Ciencia Abierta en México.

Los datos completos de los resultados se pueden consultar en el siguiente sitio: SciELObservatorio México

El estudio completo formará parte del libro "Editar y financiar la ciencia en América Latina", que estará disponible próximamente en Paideia Editorial, el cual fue realizado por miembros del equipo de SciELO México del Departamento de Bibliografía Latinoamericana (Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información-UNAM).


¡Permanezcan atentos para más detalles

IA representa un cambio estructural en la actividad científica: Integridad científica y participación humana en la investigación

Publicado en blog SciELO en Perspectiva https://blog.scielo.org/es/2025/05/07/integridad-cientifica-y-agencia-humana-en-la-investigacion-con...