Publicado en Expansión
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La ciencia
en México enfrenta una grave crisis: 75% no encuentra empleo y miles deben
emigrar
La crisis laboral en las
instituciones académicas y científicas orilla al talento especializado a buscar
oportunidades fuera del país o empleos en sectores distintos a lo que
estudiaron durante años.
dom 26 octubre 2025
Dulce Soto
Estudiaron por más de 20 años.
Realizan investigación de alto valor sobre cáncer, economía, ciencias
sociales o migración. Forman parte del 2% de los mexicanos con estudios de
posgrado. Son la población con mayor preparación académica y, sin
embargo, los egresados de doctorados y posdoctorados casi nunca acceden
a empleos estables.
Al interior de las instituciones
educativas no se les contrata porque cada vez hay menos plazas
disponibles y afuera, en el sector privado, con frecuencia los
consideran sobrecalificados.
Hace años que académicos y
científicos enfrentan esta crisis laboral en México, que ha orillado a miles a
abandonar el país en busca de oportunidades. Tan solo en 2024, alrededor
de 12,500 personas con estudios de doctorado estuvieron sujetas a
migrar, según estimó el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y
Tecnologías (Conahcyt) –convertido ahora en la Secretaría de Ciencia–, en un
informe de resultados del año pasado.
La crisis de empleo y la “fuga de
cerebros”
La llamada “fuga de cerebros” tiene
su principal detonador en los bajos niveles de empleabilidad: solo uno
de cada cuatro posdoctorantes consigue un trabajo estable. Una vez que
concluye su estancia de investigación y se termina el periodo de beca, la
mayoría queda en la incertidumbre y fuera del mercado laboral.
"Ya he buscado en todas las
escuelas públicas y privadas, laboratorios, en todo, llevo dos años buscando y
no encuentro trabajo porque estoy sobrecalificada o ya me pasé de la edad. Es
como vivir un duelo”, comparte una doctora en ciencias biomédicas.
Ante el miedo de engrosar la
estadística del desempleo, un grupo de posdoctorantes decidió organizarse y
buscar soluciones. Unos 150 se aliaron en el Colectivo de Investigadores
por la Justicia Académica y Laboral (CIJAL), que ya logró una primera
reunión con la secretaria de Ciencia, Rosaura Ruiz.
Expansión Política habló con cuatro de los miembros del colectivo, quienes pidieron
proteger su identidad, sobre esta crisis en la ciencia.
“Me siento
desesperada. Soy mamá soltera y la estancia posdoctoral es mi única fuente de
ingreso".
Investigadora del Colectivo de Investigadores por
la Justicia Académica y Laboral
Más becas, menos empleo y plazas
La falta de empleo para los
investigadores es un problema estructural que lleva décadas. El extinto
Conahcyt lo reconoció y lanzó dos medidas para intentar disminuir sus impactos.
Apostó por incrementar las becas de
estancia posdoctoral en cantidad y duración. Antes de 2020 daban apoyos
económicos para realizar investigación por un máximo de dos años y ahora es
posible hasta por un periodo de cinco años.
También creó que el programa Cátedras Conacyt, posteriormente cambiado a Investigadoras e Investigadores por México. Con esta iniciativa se otorgaban plazas en instituciones académicas para realizar un proyecto durante 10 años. Ambas estrategias están destinadas a las personas con doctorado y sin empleo.
“(Las iniciativas son) para mitigar
el fenómeno de la migración al extranjero de personas altamente especializadas,
así como la interrupción de trayectorias en la investigación”, explicó Conahcyt
en su informe.
Pero esos programas solo
cubren al 48% de los posdoctorantes. Y en cada nueva edición del programa
de Investigadoras e Investigadores por México se asignan menos vacantes. El año
pasado, por ejemplo, concursaron miles de personas pero solo se
asignaron 20 lugares, detalla el colectivo. Y este 2025 ni siquiera se
abrió la convocatoria por falta de presupuesto, aunque se espera que se retome
después.
En total, solo existen 1,500
plazas autorizadas a través de ese programa. De estas, 1,200 están
asignadas. Las 300 restantes no se han concursado porque carecen de respaldo
presupuestal. Así que quienes están a punto de concluir la estancia posdoctoral
tienen menos oportunidades de conseguir un puesto en la academia.
“El tiempo se está acabando, dentro
de unos meses, varios compañeros van a quedarse sin un empleo”, lamenta una
doctora en ciencias sociales.
Fuente: Informe del Programa Especial en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación 2021-2024. Avances y resultados de enero 2023 a junio 2024. Conahcyt.
Estos dos programas, en teoría,
tendrían que funcionar como mecanismos de transición y de inserción laboral. Es
decir, que quienes acceden a esos apoyos puedan ser contratados después o
adquirir las credenciales para conseguir un empleo en otro lugar. Pero pocas
veces se cumple esto.
“Hay un dilema: a la vez que se dan más
becas, hay más desempleo. ¿Qué pasa? Que no hay un sistema de integración de
este capital humano científico al aparato productivo y académico nacional”.
Investigador, doctor en Economía.
Debido a la crisis de empleo, la
movilidad entre los becarios se estanca. Quienes consiguieron las plazas
temporales a través de los apoyos optaron por renovar su contrato de
Investigadoras e Investigadores por México por una década más ante la falta de
oportunidades afuera, explican los miembros del colectivo.
Además, aquí la jubilación es menos
dinámica y ralentiza la renovación de las plazas. En algunos casos, si alguna
se desocupa, los sindicatos deciden a quién asignarla o se cierra. Otro
problema es que las plazas que sí se publican suelen ser para menores de 40
años, algo imposible de cumplir por todos los años que toma la formación
educativa de los investigadores.
Los posdoctorantes se enfrentan
también a malas prácticas dentro de la academia, señalan, como obstáculos para
publicar trabajos, dar clases, asesorar tesis o participar en foros académicos,
todos ellos requisitos para buscar trabajo en otra institución.
“Es un sistema donde,
desgraciadamente, no cabemos todos y todas. Es bastante frustrante, pasa por el
enojo, pasa por la desesperanza, porque finalmente es una pérdida. Es una
pérdida de una vida profesional”, agrega una historiadora.
“Te obligan a renunciar a algo en lo que
has trabajado, a lo que le has dedicado mucho tiempo de tu vida".
Historiadora integrante del Colectivo de
Investigadores e Investigadoras por la Justicia Académica y Laboral
El desempleo de profesionistas en México
La falta de plazas complica
posicionarse en un empleo estable. Porque, aunque cuentan con becas y realizan
investigaciones, los posdoctorantes son vistos como personal externo, con
derecho solo a servicios de salud y no al resto de beneficios laborales que
vienen con una plaza.
Para muchos científicos, una opción es la docencia, aunque las universidades
tampoco tienen lugares suficientes y suelen pagar por hora, sin prestaciones y
en esquemas que no reconocen antigüedad laboral.
“Esto no siempre implica un ingreso suficiente para vivir, para pagar la renta
y todo lo demás, y se vuelve mucho más grave para quienes ya tienen familias,
hijos y otras responsabilidades”, explica la investigadora en ciencias
sociales.
“Te obligan a renunciar a algo en lo que
has trabajado, a lo que le has dedicado mucho tiempo de tu vida".
Historiadora integrante del Colectivo
de Investigadores e Investigadoras por la Justicia Académica y Laboral
A esto se suma que en México no se invierte ni el 1% del Producto Interno
Bruto (PIB) en ciencia y esto influye en los pocos lugares y recursos
que se otorgan. Por eso, la presidenta Claudia Sheinbaum prometió que en su
sexenio se iría invirtiendo más en el sector, en innovación, tecnología y
educación.
La crisis hace que algunos investigadores se
planteen dedicarse a otra cosa. Para la doctora en ciencias biomédicas e
integrante del colectivo, esta es una situación lamentable y representa,
además, una pérdida para el gobierno, que costeó sus estudios de posgrado sin
beneficiarse de su talento especializado.
“El Estado ha invertido para formar investigadores
consolidados, lo cual podemos demostrar porque arriba del 90% estamos
integrados al Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras”, señala.
“Nos encontramos en una condición de no poder encontrar un empleo y
tener que buscar trabajos de vender en Internet, en Uber o en cosas que no
están relacionadas”,
Doctora en Ciencias Biomédicas
De hecho, en México sucede un fenómeno extraño.
Mientras en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) tener educación superior aumenta las posibilidades de empleos
mejor remunerados, en México no ocurre así. En el país, el 2.7% de las
personas sin título de bachillerato están en desempleo en comparación
con el 4.3% de quienes tienen estudios superiores.
Esta realidad entristece. “Me siento desencantado”, dice el investigador en Economía y enseguida agrega: “No puede ser que cada año haya más doctores formados, gente con posdoctorado, y el desempleo en nuestro ramo siga creciendo”.



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