sábado, 6 de enero de 2024

La historia detrás del plagio de Milei a tres científicos mexicanos

Publicado en El País https://elpais.com/mexico/2023-11-17/la-historia-detras-del-plagio-de-milei-a-tres-cientificos-mexicanos.html 

La historia detrás del plagio de Milei a tres científicos mexicanos

El candidato presidencial argentino copió fragmentos íntegros de un artículo que salió seis años antes que su libro ‘Pandenomics’, según documentos judiciales a los que ha tenido acceso EL PAÍS

El científico mexicano Salvador Galindo Uribarri no sabía quién era Javier Milei, candidato a la presidencia de Argentina, hasta que lo contactó un periodista en mayo del año pasado. Fue en ese momento cuando el investigador se dio cuenta de que un artículo que había escrito con dos colegas, Mario Rodríguez Mesa y Jorge Luis Cervantes Cota, había sido plagiado en Pandenomics, un libro publicado por el político argentino de extrema derecha en 2020, seis años después de que saliera el texto original. Días más tarde, Galindo Uribarri lo compró para verlo con sus propios ojos. Ahí estaban párrafos y párrafos de la introducción, de los pasajes históricos para hacer más amena la lectura y de las ecuaciones que incluyó para dejar claro su punto. Todo había sido copiado por Milei. Y en ese momento, decidió que no iba a quedarse de brazos cruzados y que iba denunciar por la vía legal. “La parte sustancial del citado artículo aparece reproducida sin la autorización previa y expresa en el libro”, se lee en la denuncia de hechos, a la que tuvo acceso EL PAÍS. “Esto en sí constituye presuntamente un delito”, se agrega.





“Al principio, el plagio nos causó hilaridad pero después, sorpresa: lo sorprendente es que ni siquiera hizo el intento de parafrasear el texto”, dijo Galindo Uribarri, autor principal de Las matemáticas de las epidemias: caso México 2009 y otros, a la revista argentina Noticias. El físico, con un doctorado por la Universidad de Oxford, se entrevistó con los periodistas Tomás Rodríguez y Juan Luis González el 17 de mayo de 2022. Cinco días más tarde, el científico presentó una denuncia legal, no solo a nombre de los autores afectados, sino también de la Universidad Autónoma del Estado de México, que publicó el escrito original en la revista Ciencia ergo sum a principios de 2014. “El problema es que nadie ha ido más allá de una queja. La idea es llegar hasta las últimas consecuencias”, afirmó. El científico de 72 años, sin embargo, falleció de cáncer el 3 de septiembre de 2022, cuatro meses después de dar la entrevista.

“Estaba ofendido hasta los huesos”, recuerda su viuda, Susana Bianconi, desde Argentina. “El oportunismo de Milei fue evidente, lo que hizo te dice mucho sobre su desfachatez, su bajeza, su desprecio por otras personas y por su trabajo”, señala. “Me imagino que debe haber puesto a un equipo de estudiantes a hacer el copy paste [copiar y pegar] y que ni siquiera lo leyó, pese a que lo copió todo, hasta las anécdotas que usó mi marido para entretener al lector”, zanja.

En la denuncia, se comparan en dos columnas ambos textos: el original ―sobre la estadística de las epidemias― y el de Milei ―sobre la pandemia del coronavirus―. “Una mañana de mayo de 1665, George Vicars, sastre de la pequeña villa de Eyam, Inglaterra, recibió un paquete proveniente de Londres”, escribieron Galindo Uribarri y sus dos coautores en la introducción. Milei copió la misma frase y solo agregó durante al principio de la oración, como consta en la versión electrónica de Pandenomics.





“El ser humano es gregario, una condición que ha hecho inevitable que las epidemias sean recurrentes a lo largo de nuestra historia”, señalan los autores mexicanos, citando al historiador J. N. Hays. Milei cambió apenas el orden de la oración y no puso ninguna referencia.

Los ejemplos son tantos que ocupan casi las 10 páginas del escrito judicial. El portal Copy Leaks, que compara las coincidencias entre dos textos, arroja que el inicio del segundo capítulo del libro de Milei es en un 99,6% una copia fiel de la introducción del artículo de Ciencia ergo sum. Otras herramientas antiplagio, como el software Duplichecker, detectan que las líneas de Milei proceden en realidad del artículo de Galindo Uribarri.

Milei recoge también párrafos enteros para explicar modelos matemáticos, usa ecuaciones con los mismos numerales dándolos como propios y utiliza el mismo diseño para las gráficas, señala la denuncia. El político de la Libertad Avanza mantuvo, incluso, el uso de la primera persona del plural, como hicieron los científicos, para detallar los resultados: observamos, subrayamos, nos preguntamos.






Hay, sin embargo, una diferencia crucial entre ambos textos. El de los mexicanos es de acceso gratuito. El libro de Milei, publicado por la editorial Galerna, se vende en Amazon a 18,95 dólares y a 9,99 dólares en la versión electrónica. “Milei comercializa su libro cuyas regalías no ingresan a las arcas de la Universidad Autónoma del Estado de México cuando así debería de ser, causando un posible daño patrimonial”, se lee en la denuncia.

Las acusaciones de plagio han sido una sombra que ha acompañado a Milei a lo largo de toda su carrera, desde publicaciones académicas hasta su propia autobiografía y sus spots de campaña. “Javier, no puedo citar tus referencias bien porque en el último libro que escribiste, tenés tres denuncias de plagio”, le dijo el oficialista Sergio Massa en el debate presidencial del pasado fin de semana, el último cara a cara antes de que más de 35 millones de argentinos acudan este domingo a las urnas para elegir a su próximo presidente.

El diario Perfil publicó el año pasado la investigación periodística más extensa sobre los plagios de Pandenomics. El libro también toma prestado del español Antonio Guirao, físico de la Universidad de Murcia, y de Gita Gopinath, economista del Fondo Monetario Internacional, entre otros. “No es que hubiera hecho un refrito, era un completo copia y pega, párrafos y párrafos copiados”, dijo Guirao esta semana a El Confidencial. Su caso va un paso más allá: Milei no sólo robó su investigación, también tergiversó sus conclusiones e interpretó los resultados a modo para justificar sus propios puntos de vista.

El entorno del político ha minimizado cada uno de los reclamos sobre plagio o lo ha achacado al “nerviosismo” que despierta en sus adversarios. “Solo recuerdo alguna declaración verbal que Milei hizo el año pasado sobre que habían sido pocas páginas, como diciendo ‘de qué se quejan”, asegura Bianconi, la viuda de uno de los autores. En esta ocasión, el equipo de Milei no hizo comentarios.

A finales de agosto, Ramiro Vasena, precandidato por la alianza Liber.AR, presentó en un juzgado de Buenos Aires una denuncia de plagio contra Milei por Pandenomics, a quien calificó como “un plagiador compulsivo”, según los medios argentinos. Bianconi, sin embargo, no estaba al tanto de ese caso, tampoco ha sabido del curso de la demanda en México.

“El correo electrónico y el teléfono de mi esposo murieron con él. Si le contestaron, no lo voy a saber nunca”, lamenta Bianconi. “No me siento con el derecho de hacerlo por él”, admite sobre la posibilidad de seguir con la batalla legal. Este periódico contactó a la Universidad Autónoma del Estado de México, que no hizo comentarios antes de la publicación de este reportaje.

“La justicia es lentísima”, decía Galindo Uribarri a Noticias. A un año de su fallecimiento, su mujer lo recuerda como el hombre brillante que entendía la ciencia como una gran sinfonía; el divulgador que admiraba a Einstein y que estaba obsesionado con la comprensión del universo, el compañero de vida que le dejó una biblioteca espléndida y compartió con ella el amor por la naturaleza. Bianconi todavía ríe al acordarse de sus libros o desborda emoción al hablar de Física. Un legado que no se puede imitar ni robar.









viernes, 5 de enero de 2024

USA: Las causas de la renuncia de la presidenta de Harvard

Publicado en El Economista
https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/Las-causas-de-la-renuncia-de-la-presidenta-de-Harvard-20240102-0081.html


Las causas de la renuncia de la presidenta de Harvard

Por Ricardo Quiroga

Martes 02 de Enero de 2024

Harvard Corporation, el máximo organismo rector de esta universidad, defendió que Gay “ha reconocido errores y ha asumido la responsabilidad”, pero denunció que su expresidenta ha sido víctima de racismo y acoso vía correos electrónicos y llamadas telefónicas.

La Universidad de Harvard inicia el año 2024 enfrentando un momento de vituperio. Lo enfrenta prácticamente desde al menos un semestre. Pero una de las desembocaduras de la turbación en la imagen de esta institución educativa se dio el martes 2 de enero, cuando se hizo oficial la renuncia de su presidenta, Claudine Gay, apenas a seis meses y dos días de asumir el cargo.

La renuncia de Gay se dio producto de las acusaciones de plagio supuestamente cometido por ésta en su tesis de doctorado, hace más de 25 años, así como, según se ha difundido en varios medios en Estados Unidos, a supuestos plagios cometidos en otros de sus trabajos profesionales previos y posteriores.

Pero la discusión pública en torno a Claudine Gay se complicó aún más en octubre pasado, cuando la Universidad de Harvard bajo su administración emitió su postura sobre el conflicto entre Israel y Hamás. En particular, se le cuestionó el incremento de los discursos antisemitas en la comunidad universitaria y, con esto, la vulneración del estudiantado de procedencia judía.

Tanto a Gay como a sus pares de la Universidad de Pensilvania y del MIT se les citó ante la Cámara de Representantes en octubre pasado como respuesta a señalamientos generalizados de que no estaban ofreciendo las garantías suficientes de seguridad para sus comunidades.

Ahí, a decir de la agencia Reuters, la representante republicana Elise Stefanik les solicitó responder si “un llamamiento al genocidio de los judíos” -al compararlo con las posturas discursivas universitarias contra Israel- violaría los códigos de conducta de sus escuelas en relación con la intimidación y el acoso. Tanto Gay como sus colegas se negaron a responder un "sí" o un "no" rotundos y, en cambio, alegaron que debe ponderar la garantía de la libertad de expresión.

Finalmente, este martes 2 de enero, Claudine Gay presentó su carta de renuncia ante la Harvard Corporation, la máxima instancia de esta institución educativa, después de que, durante todos los meses de su gestión, varios medios estadounidenses y otras organizaciones no dejaron de presentar argumentos sobre las supuestas irregularidades en las referencias textuales de su trabajo doctoral y en otros papers. Todo esto sucedió a la par de que su imagen no pudo librarse de la desaprobación por la postura sobre el conflicto en Medio Oriente.

La dimisión se dio seis meses y dos días después de asumir la responsabilidad. Se trata del periodo en la presidencia más corto en la historia de Harvard. Gay fue su primera presidenta afroamericana y la segunda mujer en 368 años.

Una parte importante o de mayor peso dentro de la postura en desacuerdo contra la ahora expresidenta de Harvard provenía de exalumnos y grandes donadores.

“Mejor es que renuncie”

En una carta de renuncia presentada la tarde de este martes y remitida a toda la comunidad de la Universidad de Harvard, Claudine Gay declaró:

“Con gran pesar, pero con un profundo amor por la Universidad de Harvard, escribo para compartirles que dejaré el cargo de presidenta. No es una decisión fácil (…) Pero, después de consultar con miembros de la Corporación, ha quedado claro que lo mejor para Harvard es que renuncie para que nuestra comunidad pueda afrontar este momento de desafío extraordinario centrándose en la institución y no en cualquier individuo”.

Más adelante, mencionó: “Es angustiante que se ponga en duda mi compromiso de enfrentar el odio y defender el rigor académico (dos fundamentos de lo que soy) y aterrador ser sometida a ataques personales y amenazas alimentadas por la animosidad racial”.

Y concluyó así: “Cuando se recuerde mi breve presidencia, espero que sea vista como un momento para volver a despertar a la importancia de esforzarnos por encontrar nuestra humanidad común y de no permitir que el rencor y la vituperación socaven el proceso vital de la educación”.

La postura de Harvard

Por su parte, este mismo martes, después de la carta que emitiera Gay para oficializar su renuncia, Harvard Corporation anunció que aceptó la renuncia de la doctora y fijó la postura institucional ante los embates hacia su ahora expresidenta.

“Si bien la presidenta Gay ha reconocido errores y ha asumido la responsabilidad de ellos, también es cierto que ha demostrado una resiliencia notable frente a ataques profundamente personales y sostenidos. Si bien algo de esto se ha manifestado en el dominio público, gran parte ha tomado la forma de vitriolo repugnante y en algunos casos racista dirigido a ella a través de correos electrónicos y llamadas telefónicas vergonzosas. Condenamos esos ataques en los términos más enérgicos posibles”, se puede leer en su postura.

Mientras tanto, se anunció que el rector de la institución educativa, Alan M. Garber, se desempeñará como presidente interino mientras que Harvard Corporation establece los mecanismos y confirma la elección de la persona que sucederá a Claudine Gay, quien anunció su intención de volver a su puesto de docente en esta misma universidad.

Harvard Corporation anunció que meses atrás estaba enterada de las acusaciones de plagio de Gay. El organismo rector de la Universidad de Harvard declaró que el 9 de noviembre un equipo comisionado halló “algunos casos de citas inadecuadas”, pero “ninguna violación de los estándares de Harvard por mala conducta en la investigación”. En cambio, explicó que la autora solicitó, “de manera proactiva, cuatro correcciones en dos artículos para insertar citas y comillas que se omitieron en las publicaciones originales”.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

jueves, 4 de enero de 2024

Prohibir libros, un deporte cada vez más popular en Estados Unidos

Publicado en Página 12
https://www.pagina12.com.ar/699793-prohibir-libros-un-deporte-cada-vez-mas-popular-en-estados-u?s=08




Desde 2021 se censuraron más de 5800 títulos

Prohibir libros, un deporte cada vez más popular en Estados Unidos

Los estados de Texas y Florida son los más activos, y apuntan sobre todo a libros que abordan cuestiones raciales y de género. Pero la lista se extiende cada vez más.

Tal como sostiene el escritor, editor y traductor austríaco Alexander Pechmann, casi ninguna prohibición o quema de libros organizada a lo largo de la historia logró suprimir definitivamente un texto crítico o una idea políticamente incorrecta de la memoria colectiva. Si esas empresas hubieran sido exitosas, hoy no tendríamos ni la más remota idea de quién fue Ovidio. Parece descabellado pensar que en el siglo XVI existía el Index librorum prohibitorum, una lista que incluía los textos prohibidos para los cristianos confeccionada por el Santo Oficio de la Inquisición. Igual de descabellado sería recordar que por aquella época los libros debían ser testeados por los censores de la institución católica para ser aprobados antes de ir a imprenta. En el caso de hallar ofensas al credo, los escritores podían ser condenados al exilio o quemados junto a sus textos por herejía.

Esas dinámicas parecen lejanas, pero la censura sigue existiendo aunque adopte formas novedosas. En los últimos tiempos se detectó en Estados Unidos un fenómeno verdaderamente preocupante: tan sólo en 2023 se prohibieron 3 mil títulos en 41 estados y hubo 5.894 intentos de censura. La ola conservadora llegó a las aulas y bibliotecas escolares de distintos puntos de la nación presidida por Joe Biden, pero también hubo una reacción por parte de estudiantes, docentes y bibliotecarios que pusieron en marcha una batería de estrategias para revertir esta política que ataca principalmente a autoras mujeres, personas de color y miembros de la comunidad LGBTIQ+.

Texas fue históricamente el estado censor, pero los datos indican que en el último tiempo Florida triplicó el número de prohibiciones y de este modo se suma a una tendencia conservadora que se cristaliza también en las sentencias judiciales que cercenan derechos civiles conquistados por el colectivo de mujeres como el aborto. El abanico de autorxs afectadxs es variopinto e incluye a referentes literarios como Margaret Atwood, Stephen King, Toni Morrison, Aldous Huxley o Joyce Carol Oates. En las listas aparecen libros recientemente adaptados al cine y la televisión como Juego de Tronos (George R.R. Martin), Dune (Frank Herbert) o 2001: Odisea del espacio (Arthur C. Clarke), pero también obras icónicas como Un mundo feliz (Aldous Huxley), El hombre invisible (Ralph Ellison) o Anna Karenina (León Tolstoi).

El mes pasado, después de enterarse de la medida adoptada en Florida, el autor de Carrie escribió en X con ironía: “¿16 de mis libros? Debo estar haciendo algo bien”. Por su parte, James LaRue –director de la Oficina de Libertad Intelectual de la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos– declaró: “Stephen King es un autor muy popular entre los adolescentes, eliminar sus libros niega el acceso a obras formativas”. En las escuelas del condado de Collier se prohibieron 300 libros además de los 16 títulos de King, y otros 100 quedarán restringidos a ciertos niveles o requieren una autorización de los padres para ser leídos.

Género y raza son dos de los ejes que atraviesan la ola censora en los Estados Unidos. Encabezan la lista Género queer, autobiografía de Maia Kobabe sobre su experiencia no binaria y asexual, y Ojos azules, de Toni Morrison, ganadora del premio Pulitzer y del Nobel de Literatura. Su texto aborda la historia de Pecola, una adolescente afroamericana que vive en Ohio a inicios de la Segunda Guerra Mundial y siente que la única solución a todos sus problemas es tener ojos azules, algo que representa el estereotipo “hegemónico” de la belleza blanca. También fue incluida en la lista la escritora afroamericana y queer DeShanna Neal por un cuento que narra el proceso de transición de su hija. “Cada vez que intentan prohibir libros es como si intentaran borrar las experiencias vividas”, manifestó la autora de “My rainbow”. En la misma línea, se aprobó en abril la ampliación a todos los grados escolares de la polémica ley “No digas gay”, que prohíbe debatir sobre orientación sexual e identidad de género en las aulas.

Florida no es el único estado que puso en marcha la censura, pero es un caso interesante para analizar porque la iniciativa responde a una medida que fue impulsada por el propio gobernador, Ron DeSantis, y aprobada por la Legislatura. La Ley 1069 permite a las escuelas limitar en el aula aquellos materiales que aludan a sexo, género, pronombres o salud reproductiva; al mismo tiempo, establece que las bibliotecas escolares deben solicitar la opinión de la comunidad educativa sobre los materiales que ponen a disposición de los alumnos. Por otra parte, exige la “suspensión de cualquier material que presuntamente contenga contenido pornográfico o representaciones obscenas de conductas sexuales”.

El diagnóstico es letal. PEN America, fundación sin fines de lucro que se ocupa de recolectar información para generar conciencia sobre la protección de la libertad de expresión a través de expresiones literarias y derechos humanos, detalló en su último informe que la prohibición de libros en instituciones educativas estadounidenses se triplicó en el último año. La asociación alertó que se trata de “la peor ola de censura en décadas”, con más de 5.800 libros prohibidos desde 2021. Este año los congresos de distintos estados introdujeron 110 proyectos de ley considerados “órdenes de mordaza educativa” y diez se convirtieron en leyes que buscan restringir la enseñanza sobre temáticas raciales, de género, historia estadounidense e identidades disidentes, según indica el informe America's Censored Classrooms 2023.

Pero los estudiantes de las instituciones públicas respondieron con la creación del Club de Libros Prohibidos, un espacio que habilita el acceso a aquellas obras que fueron censuradas. Según comentó Ella Scott, una de las jóvenes fundadoras, “ahora mismo hay unos 30 miembros". Un grupo de alumnos de la secundaria Vandegrift en Leander (Texas), por ejemplo, gracias a esta resistencia logró acceder a El último hombre, novela gráfica del guionista Brian K. Vaughan y la dibujante Pia Guerra que aborda las consecuencias de una misteriosa plaga que acaba con la vida de todos los seres con cromosoma Y. La obra fue prohibida en el estado de Texas y, por tanto, retirada de las bibliotecas escolares. “En los últimos dos años hubo un ataque sin precedentes a la libertad de expresión en la educación pública”, explicó Sabrina Baeta, consultora del programa "Libertad para leer", de PEN America. Pero como Pechmann asegura en La biblioteca de los libros perdidos, "todo régimen, por muy totalitario que sea; todo censor, por muy atento que sea; y todo pedagogo, por muy limitado que sea, tendrá que capitular tarde o temprano ante la imaginación y la ocurrencia de los lectores".


viernes, 22 de diciembre de 2023

SCOPUS indiza revistas "secuestradas"

Publicado en Science Insider
https://www.science.org/content/article/leading-scholarly-database-listed-hundreds-papers-hijacked-journals



Base de datos científica líder incluye cientos de artículos de revistas "secuestradas” 


Scopus está dando una legitimidad injustificada a artículos sospechosos y no revisados por pares, según los investigadores


5 DIC 2023 5:35 PM ET BY JEFFREY BRAINARD


Scopus, una base de datos de artículos científicos de uso generalizado gestionada por el gigante editorial Elsevier, desempeña un importante papel como árbitro de la legitimidad académica, ya que muchas instituciones de todo el mundo esperan que sus investigadores publiquen en revistas indexadas en la plataforma. Pero los usuarios deben tener cuidado, advierte un nuevo estudio. En septiembre, la base de datos incluía 67 revistas "secuestradas", es decir, publicaciones legítimas de las que se han apoderado operadores sin escrúpulos para obtener beneficios ilícitos cobrando a los autores tasas de hasta 1.000 dólares por artículo. En algunas de esas revistas, Scopus había incluido cientos de artículos.


Estas publicaciones falsas representan una pequeña fracción de las más de 26.000 revistas revisadas por pares e indexadas en Scopus. Sin embargo, según Anna Abalkina, autora del estudio, publicado el 27 de noviembre en la revista Journal of the Association for Information Science and Technology, cualquier cifra superior a cero es preocupante porque significa que se está corrompiendo el registro académico. Algunos de los trabajos publicados en revistas secuestradas pueden ser legítimos, afirma Abalkina, científica social de la Universidad Libre de Berlín. Pero análisis anteriores han revelado que muchos de los artículos de las revistas secuestradas eran plagios, falsificaciones o publicaciones sin revisión por pares.


"Nueve de estas [67] revistas son médicas", señala Salim Moussa, profesor de marketing de la Universidad de Gafsa que ha estudiado las revistas secuestradas. "Ellas y sus contenidos suponen un riesgo para la salud de la sociedad". De las 67 revistas, 41 seguían operativas en septiembre, y Abalkina afirma que su lista probablemente no esté completa.


En respuesta al estudio de Abalkina, Elsevier ha "iniciado una investigación exhaustiva de las revistas en cuestión, las URL de sus páginas de inicio y los artículos indexados", afirma Dan DiPietro-James, su director global de relaciones con los medios. Según él, Elsevier ya ha eliminado de Scopus 13 enlaces a páginas de inicio de revistas. "Mantener la integridad y el contenido curado de alta calidad indexado en Scopus es de suma importancia para nosotros". Dice que Scopus ya ha estado eliminando títulos sospechosos mediante el uso de tecnología y comentarios de investigadores y de un consejo asesor de expertos.


En la mitad de las 67 revistas secuestradas, Abalkina no pudo determinar el método utilizado por los secuestradores. Sin embargo, en el resto sí pudo averiguarlo. En algunos casos, los ladrones pagaron para renovar una dirección de Internet que expiraba antes de que lo hicieran los verdaderos propietarios. En otros casos, los secuestradores consiguieron que Scopus incluyera una URL distinta de la de la revista real que enlazaba con el sitio web de los secuestradores, diseñado para parecerse al verdadero.


Abalkina detectó las 67 revistas de Scopus buscando 321 revistas secuestradas identificadas por otros analistas en tres listas distintas. Abalkina afirma que centró su estudio en Scopus porque los informes anecdóticos indicaban que contenía más revistas secuestradas que otras bases de datos académicas de uso generalizado, como Dimensions y Web of Science.


Abalkina se pregunta si sus conclusiones supondrán algún cambio. En 2021, Abalkina señaló a los representantes de Elsevier que varias de las revistas de su lista tenían documentos ilícitos o URL de páginas de inicio indexadas en Scopus con sus nombres; en septiembre todavía los tenían. "Las medidas aplicadas por Scopus no parecen suficientes". A partir de entonces, Scopus enumeró al menos algunos artículos de revistas secuestrados cada año desde 2013, dice.


En otros casos, dice Abalkina, Elsevier eliminó de forma independiente artículos de revistas secuestradas de la lista, pero no las revistas; Scopus indexó más tarde otros artículos nuevos publicados en esas revistas. Abalkina se refiere a la incapacidad de la empresa para evitar tales recurrencias como "whack-a-mole". (N del T: se desconoce la traducción al español de esta frase)


Isabelle Robert, de la Universidad de Amberes, es redactora jefe de una de esas revistas: Linguistica Antverpiensia, New Series - Themes in Translation Studies. Después de que los secuestradores crearan una versión imitada de su revista con una URL y artículos indexados en Scopus, la base de datos no hizo correcciones rápidamente, afirma. Más tarde, Scopus indexó otros artículos de la versión de los secuestradores. "Realmente tienen que hacer algo al respecto".


Los observadores del sector editorial afirman que los autores también pueden ayudar. Por ejemplo, pueden consultar una lista de revistas secuestradas iniciada en 2022 por Abalkina en colaboración con el sitio web Retraction Watch, que la aloja. La lista, que se actualiza periódicamente, cuenta ya con 236 entradas. "Las revistas secuestradas seguirán infiltrándose en las bases de datos bibliográficas comerciales", dice Moussa, "a menos que todos los miembros del ecosistema de publicación académica tomen medidas coordinadas".


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Leading scholarly database listed hundreds of papers from ‘hijacked’ journals


Scopus is giving suspect, non–peer-reviewed papers unwarranted legitimacy, researchers say


5 DEC 20235:35 PM ETBYJEFFREY BRAINARD


Scopus, a widely used database of scientific papers operated by publishing giant Elsevier, plays an important role as an arbiter of scholarly legitimacy, with many institutions around the world expecting their researchers to publish in journals indexed on the platform. But users beware, a new study warns. As of September, the database listed 67 “hijacked” journals—legitimate publications taken over by unscrupulous operators to make an illicit profit by charging authors fees of up to $1000 per paper. For some of those journals, Scopus had listed hundreds of papers.


These ersatz publications represent a tiny fraction of the more than 26,000 active, peer-reviewed journals indexed in Scopus. Still, says Anna Abalkina, who authored the study, published on 27 November in the Journal of the Association for Information Science and Technology, any number above zero is troubling because it means the scholarly record is being corrupted. Some of the work published in hijacked journals may be legitimate, says Abalkina, a social scientist at the Free University of Berlin. But previous analyses have found that many papers in hijacked journals were plagiarized, fabricated, or published without peer review. 


“Nine of these [67] journals are medical journals,” notes Salim Moussa, a marketing professor at the University of Gafsa who has studied hijacked journals. “They and their contents pose a health risk to society.” Of the 67 journals, 41 were still operating as of September, and Abalkina says her list is probably not complete.


In response to Abalkina’s study, Elsevier has “started a thorough investigation of the journals in question, their homepage URLs, and indexed articles,” says Dan DiPietro-James, its global media relations director. Elsevier has already removed 13 journal homepage links from Scopus, he says. “Maintaining the integrity and high-quality, curated content indexed on Scopus is of paramount importance to us.” He says Scopus has already been rooting out suspicious titles by using technology and feedback from researchers and an expert advisory board.

For half of the 67 hijacked journals, Abalkina wasn’t able to determine the method hijackers used. But the others offered insight. For some, thieves paid to renew an expiring internet address before the true owners did. In other cases, hijackers managed to get Scopus to list a URL other than the real journal’s that links to the hijackers’ website, designed to look like the real one. 

Abalkina detected the 67 journals in Scopus by checking for 321 hijacked journals identified by other analysts in three separate lists. She says she focused her study on Scopus because anecdotal reports indicated it listed more hijacked journals than other widely used scholarly databases such as Dimensions and Web of Science.

She questions whether any change will result from her findings. In 2021, Abalkina pointed out evidence to Elsevier representatives that several of the journals on her list had illicit papers or home page URLs indexed in Scopus under their names; she found they still did in September. “The measures applied by Scopus do not seem to be sufficient.” As of then, Scopus listed at least some hijacked journal papers every year since 2013, she says.

In other cases, Abalkina says, Elsevier independently deleted papers from hijacked journals on the list, but not the journals; Scopus later indexed other, new papers published in those journals. Abalkina refers to the company’s inability to prevent such recurrences as “whack-a-mole.” 

Isabelle Robert of the University of Antwerp is chief editor of one of those journals: Linguistica Antverpiensia, New Series – Themes in Translation Studies. After hijackers created a copycat version of her journal with a URL and papers listed in Scopus, the database did not quickly make corrections, she says. Later, Scopus indexed additional papers from the hijackers’ version. “They really have to do something about this.”

Publishing industry observers say authors can also help. For example, they can consult a list of hijacked journals started in 2022 by Abalkina in cooperation with the Retraction Watch website, which hosts it. The regularly updated list now numbers 236 entries. “Hijacked journals will continue to infiltrate commercial bibliographic databases,” Moussa says, “unless all members of the scholarly publishing ecosystem take coordinated action.”


doi: 10.1126/science.zcgp0a2


"¡Quemadlo con fuego!" - El uso de ChatGPT «polariza» a los revisores

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/corrupting-chatgpt-use-polarises-peer-reviewers   Quemadlo...