domingo, 3 de octubre de 2021

América Latina y el Caribe: producción científica analizada con Web of Science (incluyendo SciELO Citation Index)

Nuevo informe de Clarivate muestra el panorama de la investigación en América Latina a través de cuatro décadas desde 1981.


El nuevo análisis del Instituto de Información Científica nos muestra que América Latina, como mercado emergente, ha evolucionado positivamente en términos de investigación de alto impacto en la última década. También, destaca el notable crecimiento de la investigación científica realizada por cada país de la región.

Algunos hallazgos en el informe, son: 
  • El número de trabajos de investigación académica indexados en la plataforma Web of Science™ ha crecido de manera más rápida para la región que para la mayoría del resto del mundo. Más de tres cuartas partes de la investigación de la región proviene de América del Sur. 
  • De 2016 a 2020, cinco países publicaron más de 25.000 artículos, 12 publicaron entre 1.000 y 10.000 artículos, y los otros 17 países publicaron menos de 200 artículos por año en promedio. Brasil es el mayor productor de investigación y 10 de los 34 países, incluidos Cuba y México, representan más de tres cuartas partes de la producción regional. 
  • El análisis revela que la colaboración regional es uniformemente baja, acercándose a sólo el 10% de la colaboración en Nicaragua y Bolivia, mientras que Brasil es el país más colaborativo dentro de la región. 
  • La producción internacional de investigación es significativa y está aumentando: Estados Unidos, España, Alemania, Francia y el Reino Unido están colaborando con todas las principales economías de la región, pero el interés particular proviene de China continental, donde la colaboración con América Latina está aumentando al doble que la de otros países importantes. 
  • A medida que la producción ha crecido, la diversidad de temas de investigación ha aumentado en la mayoría de los países más grandes, impulsada por la colaboración internacional. Las áreas de particular fortaleza regional, identificadas a través del análisis del uso de revistas y el modelado de temas de citas, incluyen ciencias biológicas y ambientales, medicina tropical, astronomía, educación y literatura romántica. 
  • El informe también concluye que el idioma es un factor regional importante. Con la creciente colaboración internacional, los beneficios de permitir el acceso de los resultados de la investigación a una red global de investigadores son beneficiosos tanto para el escritor como para el lector.  La comparación entre el número de artículos en los idiomas inglés, portugués y español en Web of Science y en SciELO Citation Index regional™ produce un equilibrio lingüístico similar, aunque SciELO tiene menos artículos de colaboración internacional en inglés. Es evidente la disminución en el número de artículos escritos en portugués, mientras que el inglés se ha convertido en la 'lingua americana' dominante de la ciencia, ya que los investigadores en Brasil buscan cada vez más publicar en revistas en inglés. 
  • El acceso abierto (OA) es una parte exitosa y en expansión de los patrones de publicación regionales, pero las tasas de citación de los artículos de OA aún no son tan altas como en otras regiones. 

***************
Algunos avances del Informe:

  • Analistas del Instituto de Información Científica (ISI) comparten información sobre las publicaciones de investigación de 34 países de América del Sur y Central, México y el Caribe. 
El informe analiza a lo largo del período transcurrido desde 1981 un análisis más detallado de la actividad reciente, y examina la influencia del lenguaje en el contenido. 

Encuentra: 
• Que el número de trabajos de investigación académica (artículos y reseñas) indexados en la Web of Science™ ha crecido más rápido para la región que para la mayor parte del mundo (Figura 1). Más de tres cuartas partes de la investigación de la región se realiza en América del Sur. 

• La comparación entre el número de artículos en los idiomas inglés, portugués y español en la Web of Science y en el Índice de Citas Regional SciELO™ muestra un equilibrio lingüístico similar, aunque SciELO tiene muchos menos artículos de colaboración internacional en inglés (Figura 2). (Figura 3). 

• El recuento de publicaciones colaborativas y nacionales muestra que la colaboración regional sigue siendo muy baja, como lo demuestran tanto la Web of Science como SciELO. Brasil es el mayor productor de investigación y 10 de los 34 países, incluidos Cuba y México, representan la mayor parte de la producción regional (Figura 4). • De 2016 a 2020, cinco países publicaron más de 25.000 artículos, otros 12 publicaron entre 1.000 y 10.000 artículos, mientras que los otros 17 países publicaron menos de 200 artículos por año en promedio (Figura5). 

• La diversidad de temas de investigación ha aumentado en la mayoría de los países más grandes, impulsada tanto por el crecimiento interno como por la colaboración internacional (Figura 6). Las áreas de especial fortaleza, identificadas a través del análisis del uso de revistas y el modelado de temas de citas, incluyen ciencias de la vida y ambientales, medicina tropical, astronomía, educación y literatura romántica (Tabla 1, Figura 7). 

• Los perfiles de impacto son evidencia de la mejora progresiva en el impacto de la investigación internacional comparativa de las economías de investigación regionales más grandes y las tendencias anuales indican que el impacto promedio nacional ahora se agrupa en torno al promedio mundial. Los artículos escritos en Cuba, en particular, han mostrado un marcado cambio hacia categorías de citas más altas (Figuras 8, 9). • Una auditoría de colaboración país por país revela que la colaboración regional es uniformemente baja, acercándose a sólo el 10% de la colaboración en Nicaragua y Bolivia (Figura 10). Brasil es el país más colaborativo dentro de la región. En otros lugares, Estados Unidos, España, Alemania, Francia y el Reino Unido están en colaboración con todas las principales economías regionales de América Latina. La colaboración de China está creciendo, al doble de la tasa de otros países (cuadro 2). 

• Se ha demostrado que la interacción entre el impacto medio de las citas y la colaboración tiene una influencia dominante en las economías más pequeñas. Se requiere cuidado al interpretar las cifras promedio y los datos deconstruidos se muestran más informativos para fines de política (Figura 11). 

• El acceso abierto (OA) es una parte exitosa y en expansión de los patrones de publicación regionales, pero las tasas de citación de los artículos de OA aún no son tan altas como en otras regiones. • En conclusión, nos referimos al beneficio potencial de una organización regional de investigación para permitir la capacitación y el fomento de la capacidad y para hacer frente a los desafíos comunes.  

***************

 Perfiles regionales de investigación La producción de publicaciones latinoamericanas de 1981 en revistas indexadas en la Web of Science fue de 5.655 artículos (es decir, artículos académicos y reseñas), aumentando significativamente en un período de 40 años a 156.000 artículos en 2020. Tomando como referencia la cifra de 1981, el crecimiento de la actividad de investigación y publicaciones fue mayor en América Latina que en cualquier otra región hasta mediados de la década de 2000. Su tasa de crecimiento global fue superada sólo recientemente por el Oriente Medio. No obstante, el crecimiento de las publicaciones de investigación de América Latina ha superado a regiones dinámicas como Asia-Pacífico. Está muy por delante de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Unión Europea, pero eso no es sorprendente dado que ambos grupos tenían una producción publicada relativamente alta al comienzo del período. (Figura 1) 

Los contrastes entre las subregiones en nuestro análisis están impulsados por las diferencias nacionales. Muchos de los países con mayor producción de publicaciones en los últimos cinco años se encuentran en América del Sur (468.400 artículos,2016-2020). América Central y México publicaron alrededor de un millón durante el mismo período de tiempo (102,300 artículos), mientras que las naciones insulares del Caribe producen un número menor de publicaciones (11,084 artículos). Sin embargo, las tasas de crecimiento son de hecho similares entre estas regiones y la producción generalmente se ha reducido durante los 10 años transcurridos desde 2010  

***************































miércoles, 29 de septiembre de 2021

Open Syllabus Galaxy, un mapa con más de un millón de referencias a libros y artículos presentes en programas universitarios

Publicado en blog Julian Marquina
https://www.julianmarquina.es/open-syllabus-galaxy-un-mapa-con-mas-de-un-millon-de-referencias-a-libros-y-articulos-presentes-en-programas-universitarios/


Open Syllabus Galaxy, un mapa con más de un millón de referencias a libros y artículos presentes en programas universitarios






Open Syllabus Galaxy, un mapa con más de un millón de referencias a libros y artículos presentes en programas universitarios

Open Syllabus Galaxy es un espectacular gráfico interactivo que muestra más de un millón de referencias a libros y artículos presentes en los planes de estudios universitarios de 140 países. El diseño se aproxima a la estructura del gráfico de citas formado por la conexión de las guías docentes con los textos que se asignan en el curso. Un recurso que, sin lugar a dudas, ayuda a los profesores en la preparación de sus clases, a las bibliotecas en la gestión de colecciones y a las editoriales en la creación de libros.

Open Syllabus es una organización de investigación sin ánimo de lucro que recopila y analiza millones de programas de estudio para apoyar nuevas aplicaciones de enseñanza y aprendizaje. Actualmente, Open Syllabus Galaxy muestra más de un millón de referencias a los textos más frecuentes asignados en el corpus Open Syllabys, una base de datos de más de siete millones de planes docentes universitarios en inglés de 140 países. Comentar que utiliza el aprendizaje automático y otras técnicas para extraer citas, fechas, campos y otros metadatos de estos documentos. Además, los datos resultantes están disponibles gratuitamente a través del Syllabus Explorer para la investigación académica.

Este gráfico interactivo carga a la vez medio millón de títulos. Señalar que la imagen principal de este post muestra la «nebulosa» referente a Information Science, de la cual no hay tantas referencias, pero sí que sobrepasan las 10.000. La imagen bajo estas líneas muestra gran parte de la galaxia de referencias de libros y artículos en guías docentes universitarias. Destacar que su utilización es bastante sencilla, ya que se podría asemejar a Google Maps. Es decir, basta con hacer clic en la galaxia de referencias, arrastrar el cursor para mover el gráfico y acercarse o alejarse de él.

Para terminar, comentar que además de la búsqueda por título y autor, Open Syllabus Galaxy también implementa la «búsqueda por tema», denominada Search Syllabi. Este buscador permite localizar en el texto completo de los programas de estudios en lugar de en los títulos y autores, y también se encarga de construir una lista de las lecturas que se asignan con más frecuencia en los cursos coincidentes. Comentar que los resultados se muestran en forma de mapa térmico para ayudar a los usuarios a ampliar las áreas de interés.

Este gráfico interactivo carga a la vez medio millón de títulos. Señalar que la imagen principal de este post muestra la «nebulosa» referente a Information Science, de la cual no hay tantas referencias, pero sí que sobrepasan las 10.000. La imagen bajo estas líneas muestra gran parte de la galaxia de referencias de libros y artículos en guías docentes universitarias. Destacar que su utilización es bastante sencilla, ya que se podría asemejar a Google Maps. Es decir, basta con hacer clic en la galaxia de referencias, arrastrar el cursor para mover el gráfico y acercarse o alejarse de él.

Para terminar, comentar que además de la búsqueda por título y autor, Open Syllabus Galaxy también implementa la «búsqueda por tema», denominada Search Syllabi. Este buscador permite localizar en el texto completo de los programas de estudios en lugar de en los títulos y autores, y también se encarga de construir una lista de las lecturas que se asignan con más frecuencia en los cursos coincidentes. Comentar que los resultados se muestran en forma de mapa térmico para ayudar a los usuarios a ampliar las áreas de interés.  





LIBRO: Información, ciencia y sociedad en tiempos de posverdad. Otros. Universidad de São Paulo, São Paulo, 2021.

Publicado en blog Universo abierto
https://universoabierto.org/2021/09/28/informacion-ciencia-y-sociedad-en-tiempos-de-posverdad/


Descargar libro en: https://eprints.ucm.es/id/eprint/67906/1/libro%20posverdad_completo_2.pdf

Información, ciencia y sociedad en tiempos de posverdad

Cuevas Cerveró, Aurora y Simeão, Elmira y Paletta, Francisco Carlos (2021) Información, ciencia y sociedad en tiempos de posverdad. Otros. Universidad de São Paulo, São Paulo, 2021.

Texto completo



Cuatro años más tarde de la elección de posverdad como palabra del año celebramos el IX Seminario Hispano-Brasileño de Investigación en Información, Documentación y Sociedad 2020, a escasos días de unas nuevas elecciones en EE.UU. cuyo presidente durante este tiempo, Donald Trump, ha representado el paradigma de los bulos y la postverdad en el ámbito político. Por vez primera el Seminario se ha desarrollado en un formato virtual y abierto para salvar las condiciones de distanciamiento impuesto por una pandemia mundial producida por el virus Covid-19, adaptación que no limitó un ápice la aceptación que tradicionalmente tiene y que permitió seguir alentando el acercamiento entre ambas orillas que tanto enriquece. En este tiempo la alarma de la desinformación ha comenzado a sonar cada vez más alto llegando al estruendo durante los primeros meses del año debido a la cantidad de bulos que se compartieron entonces. Trataban tanto sobre cuestiones relacionadas con la gestión que de la pandemia estaban haciendo los distintos gobiernos como sobre salud, relacionados con la enfermedad producida por el virus y su tratamiento, llegando incluso a conseguir un número importarte de personas de distintos países que negaban su existencia (los llamados “negacionistas”). La polarización política es ya evidente en muchos países, la confianza en los gobernantes está muy erosionada y la democracia comienza a ponerse en entredicho. En esta época de posverdad, como reza el título de esta recopilación de una parte de trabajos presentados al IX Seminario Hispano Brasileño, los profesionales de la información y documentación también tienen un gran trabajo que hacer frente a la desinformación. Ésta supone la antítesis de nuestro esfuerzo: conservar, difundir y hacer accesible información para que el ciudadano pueda contrastar y hacer una valoración crítica de la misma libremente. Los trabajos aquí reunidos exponen problemas y apuntan soluciones en este sentido. Algunas aun no son claramente visibles, o tardarán en desarrollarse o se transformarán en otras, pero traslucen o se inspiran en los problemas que están afectando a la sociedad en estos momentos.

Estados Unidos pone coto al comercio opaco de datos de las aplicaciones de salud

Publicado en El País
https://elpais.com/tecnologia/2021-09-23/estados-unidos-pone-la-lupa-sobre-las-aplicaciones-de-salud.html



Estados Unidos pone coto al comercio opaco de datos de las aplicaciones de salud

El organismo regulador amenaza con cuantiosas multas a las grandes tecnológicas si utilizan o comparten con terceros información médica sin permiso de los usuarios

Madrid - 22 sept 2021

Los datos médicos son demasiado sensibles como para que las empresas los puedan intercambiar a la ligera. El regulador de Estados Unidos, la Comisión Federal de Comercio (FTC en sus siglas inglesas), acaba de poner bajo aviso a las compañías que gestionan aplicaciones relacionadas con la salud de que cualquier movimiento relacionado con ese tipo de información deberá realizarse con el consentimiento del usuario al que le afecte. De no ser así, la empresa responsable se enfrentará a multas de hasta 43.792 dólares por violación y día. El movimiento cobra especial relevancia porque la mayoría de las grandes tecnológicas (Amazon, Google, Microsoft o Apple) se han lanzado en los últimos tiempos al asalto del mercado sanitario.

La normativa estadounidense ha sido tradicionalmente laxa en lo tocante a la protección de la privacidad. Con una importante excepción: los datos sanitarios. La Ley de Transferencia y Responsabilidad de Seguro Médico (HIPAA, en sus siglas inglesas) fijó en 1996 los estándares. Quedó prohibido facilitar datos médicos a nadie que no sea el propio paciente, a menos que se cuente con su consentimiento. Una norma de 2009, la Health Breach Notification Rule, extendió esas responsabilidades al entorno digital: las empresas sujetas al HIPAA deben mantener la misma confidencialidad en el ciberespacio.

La nueva orden de la FTC amplía todavía más el foco de la normativa: las empresas cuya actividad principal no sea la salud pero que aun así gestionen datos médicos deberán cumplir también con las mismas garantías. Aunque no las menciona, el regulador se refiere a empresas como Google, Apple, Amazon o Microsoft, que llevan tiempo recogiendo este tipo de datos de varias fuentes, como dispositivos conectados o aplicaciones.

“La Comisión se ha dado cuenta de que las aplicaciones de salud, que pueden rastrear desde los niveles de glucosa en sangre de los diabéticos hasta parámetros relacionados con la fertilidad o las horas de sueño, cada vez recopilan más datos sensibles y personales de los consumidores”, destaca el comunicado de la FTC. “Estas aplicaciones tienen la responsabilidad de asegurarse de que mantienen a buen recaudo los datos que recogen, lo que incluye prevenir el acceso no autorizado a esa información”.

Las aplicaciones vinculadas a la salud y otros dispositivos conectados, señala la FTC, no solo son ampliamente usadas por la población, más si cabe tras la pandemia, sino que son objetivos codiciados para los ciberdelincuentes. “Y aún así, hay pocas protecciones para su privacidad”, se indica en el informe.

https://www.ftc.gov/news-events/events-calendar/open-commission-meeting-september-15-2021

Open Commission Meeting – September 15, 2021 Sep 15, 2021

“Aunque [la normativa de 2009] impone algunas medidas para que las tecnológicas que hacen mal uso de nuestra información rindan cuentas, existe el problema de que se mercantilice la información médica sensible de la gente. Las empresas pueden usar esa información para alimentar su publicidad dirigida o sus herramientas analíticas”, dijo la comisaria Lina M. Khan en un comunicado. “Dada la prevalencia de la publicidad dirigida, la Comisión debería supervisar qué datos se recogen y si los modelos de negocio que se desarrollan a su alrededor crean incentivos que ponen en riesgo la seguridad de esos datos”, añadió.

En la Unión Europea, si una empresa quiere compartir los datos personales de sus clientes con otras compañías debe ponerlo en conocimiento del usuario. Así lo establece el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), una de las normas más garantistas del mundo en este sentido. La regulación estadounidense siempre ha sido más permisiva en términos de privacidad que en Europa. “Existen normativas que defienden la privacidad de los usuarios, como la del Estado de California, pero todavía no hay una norma federal. Por lo general son menos estrictos, aunque la tendencia es que poco a poco vayan convergiendo con nosotros”, explica Borja Adsuara, experto en derecho digital.

“En Estados Unidos, la normativa no suele poner tanto énfasis en la protección de los individuos, pero las empresas saben que si se saltan la ley serán perseguidas de forma implacable”, apunta por su parte Frederic Llordachs, cofundador de Doctoralia, un portal de recomendación de facultativos que él define como “el Booking de médicos” y buen conocedor de la normativa aplicable al sector.

El asalto tecnológico de la salud

La orden de la FTC es un claro aviso a las grandes tecnológicas de que el regulador va a estar pendiente de cómo tratan los datos médicos. El sector sanitario es, de hecho, uno de los que más atracción ejercen en la actualidad sobre las GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft). Quizás la apuesta más ambiciosa en este sentido es Amazon Care, un programa ya disponible en algunas ciudades de Estados Unidos que combina la telemedicina a través de una aplicación propia con las visitas a domicilio de facultativos.

Microsoft, por su parte, desembolsó en abril unos 16.500 millones de euros para comprar Nuance, la empresa de inteligencia artificial y reconocimiento de voz más respetada en los ambientes médicos. Al tratarse de la segunda mayor adquisición de la historia de la compañía (solo le gastó más, unos 22.000 millones, al comprar LinkedIn), el mensaje que dio a la industria fue claro: quieren convertirse en la referencia en el procesamiento de datos sanitarios.

Alphabet, la matriz del buscador más usado del mundo, tiene una división entera, Google Health, dedicada a “desarrollar herramientas e iniciativas que ayuden a todo el mundo a tomar decisiones de salud más informadas”. Uno de los pilares de su estrategia, según subraya su web, es hacer más accesible la información médica. En cuanto a Apple, el empeño de la compañía en recoger datos de la salud de los usuarios de sus productos, especialmente del iPhone y del Apple Watch, es bien conocido.

Estas empresas y otras muchas más deberán ser más cuidadosas a partir de ahora con el tratamiento que le apliquen a los datos de sus usuarios. “La FTC debe usar todas las herramientas a su alcance para proteger los datos médicos de los usuarios, aunque también tenemos que controlar los modelos de negocio que los monetizan”, tuiteó Khan.

Puedes seguir a EL PAÍS TECNOLOGÍA en Facebook y Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

martes, 28 de septiembre de 2021

La malicia de los índices... en el siglo XVIII

Publicado en THE - Times Higher Education
https://www.timeshighereducation.com/news/lost-art-mischief-making-academic-indexes


El "arte perdido" de los índices académicos malintencionados

La evolución de los índices está estrechamente ligada al desarrollo de las universidades, según el autor, que expone cómo se han utilizado durante siglos para ajustar cuentas académicas

21 de septiembre de 2021

Matthew Reisz

Twitter: @MatthewReiszTHE

El humilde índice de libros tiene una historia sorprendentemente dramática, que incluye casos de "salvación de herejes de la hoguera y de alejamiento de políticos de altos cargos".

Así lo afirma Dennis Duncan, profesor de inglés en la UCL, cuya nueva monografía, Index, A History of the: A Bookish Adventure (Allen Lane) deja claro cómo la evolución de los índices ha estado estrechamente ligada al desarrollo de las universidades.

"La lectura monástica es para la propia experiencia espiritual", explicó el Dr. Duncan. "Es una forma de meditación, pero no un tipo de lo que ahora llamamos compromiso público". Sólo cuando se empezó a profundizar en el significado de los textos en las primeras aulas universitarias, se necesitó "acelerar las formas de leer los libros y orientarse en ellos". La Universidad Bishop Grosseteste (Bishop Grosseteste University) de Lincoln aún lleva el nombre del hombre que creó lo que el Dr. Duncan describe como el equivalente más cercano a un motor de búsqueda en el siglo XIII.

Hoy en día, dijo a Times Higher Education, los estudiantes e incluso muchos académicos "hojean una docena de libros en un día, utilizando el índice". Por tanto, es fundamental que los autores académicos les faciliten las cosas "tratando el índice como una parte importante de nuestros propios libros", probablemente contratando a un indizador especializado con conocimientos sobre la materia para que lo cree.

Las alternativas tecnológicas a la indexación humana no han cumplido con las primeras esperanzas, dijo el Dr. Duncan, quien recordó una experiencia desafortunada "en la que el índice fue proporcionado por la editorial pero generado por un software de indexación. A pesar de que todo el libro trataba sobre la traducción, el índice sólo tenía una referencia de página bajo ese título. Todo lo que tenía una letra mayúscula aparecía en el índice, incluidos los nombres comunes que casualmente empezaban una frase". Los indizadores humanos seguían siendo mucho más eficaces a la hora de "hacer asociaciones a partir de sinónimos", como por ejemplo, al descubrir que "No 10 put out a statement" se refiere al primer ministro del momento y deducir por el contexto qué primer ministro tenía en mente el autor.

Así que todavía había mucho espacio para los indizadores profesionales competentes. Pero, ¿qué hay de la larga tradición, que el Dr. Duncan explora en su libro, de personas que utilizan los índices para hacer travesuras y desacreditar a sus rivales políticos o académicos?

A principios del siglo XVIII, un polemista llamado William King sentía un rechazo snob por lo que hoy llamaríamos "ciencia ciudadana" y por la forma en que las Philosophical Transactions de la Royal Society se basaban acríticamente en las contribuciones de los aficionados. Por ello, publicó su propia selección de los ejemplos más triviales, absurdos y torpemente redactados, restregando su desprecio con un índice en el que figuraban entradas como "A China Ear-Picker", "That Men can't swallow when they're dead" y "Dr Lister bit by a Porposs, and how his Finger fell sick thereupon". 

El libro Feudal England de Horace Round, publicado en 1895, cuestiona lo que considera los numerosos errores de Edward Augustus Freeman, profesor Regius de historia moderna en la Universidad de Oxford. Aunque las críticas están dispersas por todo el texto, es en el índice donde Round realmente lo restriega, con subtítulos bajo Freeman que incluyen "sus 'hechos'", "su parcialidad", "su pedantería", "su supuesta exactitud", "sus puntos de vista confusos" y "su especial debilidad".

El ejemplo más reciente citado en el Índice procede de un libro de 1985 del historiador Hugh Trevor-Roper, que no disfrutó de su etapa como maestro de Peterhouse, en Cambridge, y por ello incluyó los subtítulos "conversación de alta mesa no muy agradable" y "principal fuente de pervertidos" en la entrada del índice del colegio.

Entonces, ¿le gustaría al Dr. Duncan que los académicos de hoy en día también utilizaran los índices para ajustar cuentas?

"Es un arte perdido", respondió. "Encontramos académicos que ponen chistes en sus índices, trozos de humor surrealista. En cuanto a la lucha académica, conozco un ejemplo de un libro de historia medieval que tuvo que ser eliminado en la última década". Aunque no pudo dar muchos más detalles, señaló que el índice en cuestión incluía tanto calumnias como obscenidades.

Su propio libro incluye un índice completo pero bastante jocoso y, siempre que los académicos puedan mantenerse dentro de la legalidad, le gustaría ver "un verdadero regreso" para un poco más de espíritu elevado.

****************

The ‘lost art’ of mischief-making academic indexesEvolution of indexes closely tied to development of universities, says author, who outlines how they have been used for centuries to settle scholarly scores

September 21, 2021

Matthew Reisz

Twitter: @MatthewReiszTHE

The humble book index has a surprisingly dramatic history, including cases of “saving heretics from the stake and keeping politicians from high office”.

So says Dennis Duncan, lecturer in English at UCL, whose new monograph, Index, A History of the: A Bookish Adventure (Allen Lane) makes clear how the evolution of indexes has been tightly linked to the development of universities.

“Monastic reading is for one’s own spiritual experience,” Dr Duncan explained. “It’s a form of meditation but not a type of what we now call public engagement.” It was only when people started delving deeply into the meaning of texts in early university classrooms that they needed to “speed up the ways in which we read books and find our way around them”. Bishop Grosseteste University in Lincoln still bears the name of the man who created what Dr Duncan describes as the nearest 13th-century equivalent of a search engine. 

Today, too, he told Times Higher Education, students and even many scholars “churn through a dozen books in a day, using the index”. It was crucial for academic authors, therefore, to make things easy for them by “treating the index as an important part of our own books” – probably by getting a specialist indexer with relevant subject knowledge to create it.

Technology-driven alternatives to human-led indexing had failed to live up to early hopes, said Dr Duncan, who recalled an unhappy experience “where the index was provided by the publisher but generated by indexing software. Though the whole book was about translation, the index had just a single page reference under that heading. Everything that had a capital letter turned up in the index, including common nouns which just happened to start a sentence.” Human indexers were still far more effective at “making associations based on synonyms”, such as working out that “No 10 put out a statement” refers to the prime minister of the day and deducing from the context which prime minister the author had in mind. 

So there was still plenty of room for competent professional indexers. But what about the long tradition that Dr Duncan explores in his book of people using indexes to make mischief and discredit political or scholarly rivals?

At the start of the 18th century, a polemicist called William King had a snobbish distaste for what we would now call “citizen science” and the way that the Philosophical Transactions of the Royal Society drew uncritically on amateur contributions. He therefore published his own selection of the most trivial, absurd and clumsily written examples, rubbing in his contempt with an index featuring entries such as “A China Ear-Picker”, “That Men can’t swallow when they’re dead” and “Dr Lister bit by a Porposs, and how his Finger fell sick thereupon”. 

Horace Round’s Feudal England, published in 1895, challenges what it sees as the many errors of Edward Augustus Freeman, Regius professor of modern history at the University of Oxford. Though the criticisms are scattered throughout the text, it is in the index that Round really rubs it in, with subheadings under Freeman including “his ‘facts’”, “his bias”, “his pedantry”, “his supposed accuracy”, “his confused views” and “his special weakness”.

The most recent example cited in Index comes from a 1985 book by the historian Hugh Trevor-Roper, who did not enjoy his time as master of Peterhouse, Cambridge and therefore included the subheads “high-table conversation not very agreeable” and “main source of perverts” in the index entry for the college. 

So would Dr Duncan like to see today’s academics also using indexes to settle scores?

“It’s a lost art,” he replied. “We do find academics putting jokes in their indexes, bits of surreal humour. As for the cut and thrust of academic jousting, I do know of one example of a medieval history book which had to be pulped in the past decade.” Though unable to give much further detail, he noted that the index in question featured both libel and obscenity.

His own book includes a full but fairly jokey index and, provided academics can remain within the law, he would like to see “a real comeback” for a bit more high spirits.

matthew.reisz@timeshighereducation.com


domingo, 26 de septiembre de 2021

¿Publicación o innovación?: los efectos nocivos del paso del "gusto por la ciencia" al "gusto por publicar" / ¿Ayudarán las métricas "responsables"?

 Publicado en blog Impact of Social Science - London School of Economics (LSE)

https://blogs.lse.ac.uk/impactofsocialsciences/2021/07/19/publication-or-innovation-goal-displacement-and-lessons-from-the-publish-or-perish-culture/ 



¿Publicación o innovación? Desplazamiento de objetivos y lecciones de la cultura de publicar o perecer

Harry Van Dalen

19 de julio de 2021

Basándose en una encuesta realizada a economistas académicos de los Países Bajos, Harry van Dalen¸ explora cómo se percibe y se pone en práctica la cultura de publicar o perecer dentro del mundo académico. Argumentando que la actual organización de la academia según líneas que promueven los resultados (publicaciones) desplaza tanto el objetivo de formas de innovación científica más intrínsecamente motivadas como a quienes las persiguen, defiende una forma de gestión académica más centrada en las aportaciones y en la promoción de académicos con "gusto por las ideas", más que por las publicaciones.

La ciencia se ha caracterizado durante mucho tiempo como una profesión en la que el ganador se lo lleva todo, en la que la atención y las recompensas están muy sesgadas. Los primeros sociólogos de la ciencia consideraron que los incentivos no comerciales dominaban estos procesos y la comunidad académica. La carrera por resolver los grandes rompecabezas de la ciencia y, al hacerlo, obtener el reconocimiento de los compañeros era muy apreciada; el dinero o el empleo eran secundarios, un bonito efecto secundario. Hace unos años, escribí sobre cómo este elemento de "todos ganan" afectaba a los demógrafos académicos. Sin embargo, incluso en el relativamente corto espacio de tiempo transcurrido desde entonces, la competencia y la búsqueda de superestrellas ha aumentado en casi todos los campos de la vida. La ciencia no ha sido una excepción, y aunque en aquel momento parecía que los incentivos de mercado estaban desplazando a los incentivos de la "vieja escuela", las métricas no han hecho más que dominar, ya que son fundamentales para conseguir becas, ingresos de por vida y empleo. Actuar de acuerdo con las métricas se ha convertido en una estrategia dominante para los académicos.

En un artículo reciente (recent paper) he querido explorar si estas impresiones son ciertas y ver cómo la cultura de publicar o perecer se manifiesta en la práctica entre diferentes investigadores, en este caso, economistas que trabajan en universidades holandesas. Basándome en un análisis de clases latentes (latent class analysis), detecté una clara división. Alrededor de dos tercios perciben que esta presión tiene tanto ventajas como inconvenientes graves (comportamiento poco ético, dar la espalda a los problemas locales) y un tercio sólo percibe ventajas y ningún inconveniente.

Dado que la mayoría de los académicos están de acuerdo en que la presión de publicación no es inofensiva, es extraño que esta cultura parezca inexpugnable. Sin embargo, lo que comenzó como una característica relativamente benigna de la cultura académica estadounidense en los años 40 y 50 es ahora un asunto serio. El principio de que los científicos deben demostrar su valor por su producción está firmemente establecido en la política gubernamental, en las universidades y, en consecuencia, en la práctica de los académicos individuales. O se hace o no se hace, y los contratos reflejan esta postura. La figura 1 da una idea de cómo la publicación de los trabajos es el principal factor de presión en las universidades actuales, aunque no hay que descartar que la presión de la financiación y la enseñanza se sumen a ella.


Figura 1: La presión de trabajo percibida en los departamentos de economía holandeses para una serie de puestos académicos, 2015-2016 Nota: la presión muy alta se define aquí como los encuestados que informan de un 8 o más en la escala de 10 puntos de presión en la enseñanza, la publicación, la adquisición de fondos y la administración. Fuente: Van Dalen (2021).

Para los que están en la cola de la promoción, los profesores asistentes y asociados, la presión es mayor. Sin embargo, cabe destacar que incluso entre los profesores titulares (de los que se puede esperar que hayan descubierto cómo gestionar un flujo constante de publicaciones) cerca del 60% sigue percibiendo esta presión como muy alta. Para sus directores -universidades e institutos de investigación- la presión no es un problema real, su problema es generar o mantener fondos, ya que tienen que informar al gobierno o a otro director de que lo que hace la universidad está bien. Esto se demuestra subiendo en las clasificaciones proporcionadas por Times Higher Education (THE), QS World University Ranking, la clasificación de Shanghai (ARWU), o cualquier otra clasificación que sea relevante.

Desplazamiento de objetivos

El aspecto preocupante de este patrón es que la presión de publicación se ha convertido en algo dominante. La presión puede ser saludable, pero cuando la publicación en las mejores revistas se convierte en el único objetivo, se convierte en un vicio. Abrazar la competencia basada en métricas científicas imperfectas es una receta para la locura de gestión que Kerr describió una vez tan vívidamente: la locura de recompensar A (publicaciones), mientras se espera B (ideas científicas). Al final, se acaba teniendo A y no B. Así, las universidades se encuentran en la posición de promover a aquellos educados y recompensados por el "gusto por la publicación" en lugar del "gusto por la ciencia o la innovación".

Para dar un ejemplo de cómo afecta esto a los economistas del estudio: el 63% del profesorado percibe que su universidad no se preocupa por el contenido de sus publicaciones, sólo por dónde y cuánto se publica. La preocupación por un conjunto fijo de cinco revistas principales (top-five journals), en las que los economistas deberían haber publicado sus trabajos, y en las que se basan los requisitos de permanencia, es el ejemplo más claro. Un “top-five” que parece generar mucha insatisfacción entre los economistas de todo el mundo(dissatisfaction among economists worldwid): según la mayoría de los economistas la investigación debería ser más relevante para las políticas, multidisciplinar y "disruptiva".

Este tipo de normas (sociales) sobre la cantidad, el lugar y el contenido de las publicaciones puede llevar a los académicos a abandonar la carrera académica -de hecho, el 33% de los economistas de la encuesta declararon que habían pensado en dejar el mundo académico debido a la presión de las publicaciones- o empujar a los científicos a funciones que no se corresponden con sus cualidades. Esto refleja la crítica de Akerlof (Akerlof’s) de que las instituciones actuales de publicación y promoción ofrecen incentivos sesgados que conducen a lo que él llama "los pecados de omisión": la economía como disciplina tiende a ignorar temas y problemas importantes que son difíciles de medir de forma "dura". La investigación cualitativa es, por ejemplo, más difícil de publicar que la cuantitativa.

Cómo devolver el genio a la botella

Tal y como se desprende de mi estudio, los académicos son en general escépticos, cuando no directamente negativos, respecto al principio de publicar o perecer. Existe una tendencia generalizada a denunciar las métricas de uso cotidiano en el mundo académico. La principal dificultad de denunciar las métricas es que "el genio está fuera de la botella" y será difícil volver a meterlo dentro. En primer lugar, las métricas se han convertido en parte del modelo de negocio de las universidades. Abstenerse de utilizar las métricas es como pedir a Facebook o Twitter que eliminen su botón de "me gusta" o "compartir/retuitear". En segundo lugar, denunciar las métricas estándar sólo puede conducir al uso de métricas más refinadas que cubran nuevas dimensiones (como la relevancia social y la ciencia abierta), lo que podría conducir a una mayor burocracia y a nuevas formas de desplazamiento de objetivos.

La pregunta más interesante pero difícil sería: ¿cuál es la mejor manera de gobernar la universidad de hoy en día sin recurrir a la métrica? Lo que las universidades han conseguido hasta ahora es seleccionar y educar a los miembros con "gusto por las publicaciones" y no necesariamente a los que tienen "gusto por la ciencia". Dada la facilidad con la que el desplazamiento de objetivos se ha convertido en algo habitual, no ofrece muchas esperanzas a todos aquellos defensores que quieren cambiar o idear una métrica responsable. De este modo, el científico actual y futuro corre el riesgo de convertirse en un científico sin carácter, arrastrado por métricas cambiantes, políticos y grupos de interés con un apetito infinito de "gestión por métricas".

Recompensar la producción en forma de publicaciones y citas fue inicialmente una forma de deshacerse de la oligarquía académica de la vieja red de chicos. La alternativa a esta forma de gobierno sería un gobierno por "control de entrada": seleccionar, educar y socializar a los miembros con "gusto por la ciencia". Ni que decir tiene que este modelo de gobernanza tiene sus defectos y puede reavivar los problemas del pasado, algo que reconocen sus partidarios. Pero, cuando las universidades quieren esforzarse por la innovación científica y apreciar la libertad académica, necesitan recuperar su autonomía, ser dirigidas por gestores que conozcan la ciencia desde dentro y que hayan aprendido las lecciones de la cultura de publicar o perecer: jugar a la clasificación con métricas imperfectas da resultados imperfectos.

Este post se basa en el artículo del autor, How the publish-or-perish principle divides a science: the case of economists, publicado en Scientometrics.

Harry Van Dalen

Harry van Dalen es profesor titular del Departamento de Economía de la Tilburg School of Economics and Management


***********************

"¡Quemadlo con fuego!" - El uso de ChatGPT «polariza» a los revisores

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/corrupting-chatgpt-use-polarises-peer-reviewers   Quemadlo...