lunes, 12 de febrero de 2024

La relación transformativa entre "publishers" y editores: la autonomía académica académica en juego

 - La creciente comercialización de las revistas "de élite", impulsada ahora por el mercado de acceso abierto financiado por el cobro de APCs, está marginando la autonomía académica al interior de los comités editoriales


- Entérese sobre el conflicto entre la maximización de la rentabildad por parte de los "publishers" y el interés propiamente científico de los propietarios originales de las revistas

-  La cotización del valor de los APC apalancados en indicadores bibliométricos de WoS y Scopus ¿Esta creando revistas "depredadoras" de "cuello blanco"?

- ¿Cuál será el impacto de esta tendencia en las revistas latinoamericanas?



PREPRINT ] "The transformative relation between publishers and editors: academic autonomy at stake
por Fernanda Beigel
fernandabeigel@gmail.com
Instituto de Ciencias Humanas y Ambientales (INCIHUSA-CONICET)
Centro de Estudios de la Circulación del Conocimiento (CECIC-UNCuyo)


Resumen
La edición científica evidencia la persistente voluntad de la academia para dedicar parte de su tiempo a un esfuerzo que frecuentemente se convierte en una tarea ingrata y sujeta a intensas presiones. Alimentada por el desplazamiento del mercado hacia el acceso abierto, la vida diaria de las revistas y editores gira en torno de las demandas de los autores y revisores, la preocupación por la calidad editorial, los riesgos de las prácticas predatorias y la sostenibilidad financiera. Sin embargo, una bisagra importante divide la edición académica en el circuito comercial respecto de las revistas indexadas en otros circuitos de publicación. Para explorar esta bisagra, profundizamos primero en los criterios de evaluación que aplican los sistemas de indexación latinoamericanos, mostrando que la autonomía académica está asegurada por el anclaje del equipo editorial y las instituciones editoras. En segundo lugar, ofrecemos un examen empírico de los directores/editores y las instituciones que editan 1.971 revistas de la región. Destacamos las
diferencias entre revistas comerciales y universitarias, observando
especialmente las revistas de sociedades científicas y la incidencia de los cargos de APC. Se discute la disputa de clasificaciones que está detrás de las publicaciones predatorias, mostrando hasta qué punto replica la creencia en el atraso de las revistas publicadas fuera de Scopus y Web of Science, invisibilizando circuitos de acceso abierto, no comerciales, y de calidad. Mientras tanto, las prácticas comerciales de la industria editorial afectan cada vez más la legitimidad del circuito principal y ponen en peligro la autonomía académica de esas revistas.


Abstract
Academic edition features the persistent willpower of scholars to give part of their time to an endeavor that is frequently a thankless task and subject to intense pressures. Nurtured by the market shift to open access, the daily life of journals and editors revolves around the demands of authors and reviewers, editorial quality, the risks of predatory practices and financial sustainability. However, a major hinge divides academic edition in the commercial circuit from journals indexed in other publishing circuits. To explore this hinge, we first delve into the evaluation criteria applied by the Latin American indexing systems, showing that the academic quality is determined by the anchorage of the editorial team and the publishing institutions. Secondly, we offer an empirical examination of the editors, the publishers, and the structure of 1,971 journals, stressing the differences between diamond and commercial journals, observing editorial teams, publishing institutions, and the incidence of APC charges. Eventually, this paper revisits the dispute of classifications that is behind predatory publishing, showing to what extent it replicates the belief in the backwardness of the journals published outside Scopus and Web of Science, while commercial practices are increasingly affecting the legitimacy of the mainstream circuit.      

viernes, 2 de febrero de 2024

sigue la farsa: por cárteles de citación, WoS excluye a matemáticos de ranking de investigadores

Publicado en Science
https://www.science.org/content/article/citation-cartels-help-some-mathematicians-and-their-universities-climb-rankings 


Los cárteles de las citas ayudan a algunos matemáticos -y a sus universidades- a subir en las clasificaciones


La manipulación generalizada de las citas ha hecho que todo el campo de las matemáticas quede excluido de la influyente lista de los mejores investigadores


30 ENE 2024 


POR MICHELE CATANZARO


Grupos de matemáticos de instituciones de China, Arabia Saudí y otros países han estado aumentando artificialmente el número de citas de sus colegas mediante la producción de artículos de baja calidad que hacen referencia repetidamente a su trabajo, según un análisis inédito visto por Science. Como resultado, sus universidades -algunas de las cuales no parecen tener departamentos de matemáticas- producen ahora un mayor número de artículos sobre matemáticas muy citados cada año que las escuelas con un sólido historial en este campo, como las universidades de Stanford y Princeton.


Estos llamados "cárteles de citas" parecen estar intentando mejorar la clasificación de sus universidades, según los expertos en prácticas de publicación. "Hay mucho en juego: los movimientos en las rankings pueden costar o hacer ganar a las universidades decenas de millones de dólares", afirma Cameron Neylon, profesor de comunicación de la investigación en la Universidad de Curtin. "Es inevitable saltarse las normas para mejorar su posición". En respuesta a estas prácticas, la empresa de análisis editorial Clarivate ha excluido todo el campo de las matemáticas de la edición más reciente de su influyente lista de autores de artículos muy citados, que se publicará en noviembre de 2023.


Este sorprendente análisis es obra de Domingo Docampo, matemático de la Universidad de Vigo interesado desde hace tiempo en los sistemas de clasificación de las universidades. En los últimos años, Docampo se había dado cuenta de que la lista de investigadores altamente citados (HCR) de Clarivate estaba siendo ocupada gradualmente por matemáticos menos conocidos. "Había gente que publicaba en revistas que ningún matemático serio lee, cuyo trabajo era citado por artículos que ningún matemático serio leería, procedentes de instituciones que nadie conoce en matemáticas", dice. Así que decidió profundizar en los datos de Clarivate de los últimos 15 años para explorar exactamente qué universidades publicaban artículos muy citados y quién los citaba.


Yueh-Sheng Chen, secretario jefe de la Universidad Médica de China, afirma que su universidad no participaba en esta práctica. "No sabemos nada de las citas selectivas y no estamos implicados en esa manipulación", afirma. La participación de "expertos y académicos de renombre internacional en campos como las matemáticas aplicadas" forma parte del enfoque interdisciplinar de la institución en el ámbito de la medicina, añade. La Universidad Rey AbdulAziz no respondió a la solicitud de comentarios de Science.


Clarivate declinó hacer comentarios al respecto. Sin embargo, en las declaraciones en línea sobre su decisión de excluir a los matemáticos de la lista HCR más reciente, la empresa dice que estaba preocupada por "las estrategias para optimizar el estatus y las recompensas a través de la publicación y la manipulación de citas, especialmente a través de la citación selectiva de artículos publicados muy recientemente". Las matemáticas son especialmente vulnerables a la manipulación porque el campo es pequeño, escribe la empresa. "La tasa media de publicación y citación... es relativamente baja, por lo que pequeños aumentos en la publicación y la citación tienden a distorsionar la representación y el análisis del campo en general".


Félix de Moya Anegón, bibliometrista de la Universidad de Granada, afirma que la manipulación de las citas también ocurre en otras disciplinas más amplias, pero no es tan visible. A Ilka Agricola, presidenta del Comité de Información y Comunicación Electrónicas de la Unión Matemática Internacional, le preocupa que, al señalar a las matemáticas, Clarivate pueda haber transmitido la impresión de que este campo está infiltrado por "científicos fraudulentos". "Lamentamos mucho que no se haya visto otra opción que dejar de incluir las matemáticas en la lista", afirma.


Clarivate dice que está recibiendo "asesoramiento de expertos externos... para debatir nuestro futuro enfoque del análisis de este campo". Docampo está trabajando en una métrica más refinada, que pondera las citas en función de la calidad de las revistas e instituciones que las citan.


Otros investigadores afirman que la manipulación de las citas es simplemente un síntoma de un sistema de evaluación defectuoso. Según Ismael Rafols, investigador del Centro de Estudios de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Leiden, las citas y otras métricas similares no son lo bastante refinadas como para controlar el rendimiento individual, y la gente siempre va a encontrar formas de manipular el sistema. Holden está de acuerdo: "La conclusión es que las citas no son una buena medida de la calidad científica".


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Citation cartels help some mathematicians—and their universities—climb the rankings

Widespread citation manipulation has led entire field of math to be excluded from influential list of top researchers


30 JAN 2024

BY MICHELE CATANZARO


Cliques of mathematicians at institutions in China, Saudi Arabia, and elsewhere have been artificially boosting their colleagues’ citation counts by churning out low-quality papers that repeatedly reference their work, according to an unpublished analysis seen by Science. As a result, their universities—some of which do not appear to have math departments—now produce a greater number of highly cited math papers each year than schools with a strong track record in the field, such as Stanford and Princeton universities.

These so-called “citation cartels” appear to be trying to improve their universities’ rankings, according to experts in publication practices. “The stakes are high—movements in the rankings can cost or make universities tens of millions of dollars,” says Cameron Neylon, a professor of research communication at Curtin University. “It is inevitable that people will bend and break the rules to improve their standing.” In response to such practices, the publishing analytics company Clarivate has excluded the entire field of math from the most recent edition of its influential list of authors of highly cited papers, released in November 2023. 

The startling new analysis is the work of Domingo Docampo, a mathematician at the University of Vigo with a long-standing interest in university ranking systems. Over the past few years, Docampo had noticed that Clarivate’s list of highly cited researchers (HCRs) was gradually being taken over by lesser known mathematicians. “There were people that published in journals that no serious mathematician reads, whose work was cited by articles that no serious mathematicians would read, coming from institutions that nobody knows in mathematics,” he says. So he decided to delve into Clarivate’s data from the past 15 years to explore exactly which universities were publishing highly cited papers and who was citing them.

Yueh-Sheng Chen, chief secretary of China Medical University, says his university did not engage in the practice. “We know nothing about the targeted citation and are not involved in such manipulation,” he says. The involvement of “internationally renowned experts and scholars in fields such as applied mathematics” is part of the institution’s interdisciplinary approach to medicine, he adds. King AbdulAziz University did not reply to Science’s request for comment. 

Clarivate declined to comment on the issue. However, in online statements about its decision to exclude mathematicians from the most recent HCR list, the company says it was concerned by “strategies to optimize status and rewards through publication and citation manipulation, especially through targeted citation of very recently published papers.” Math is especially vulnerable to manipulation because the field is small, the company writes. “The average rate of publication and citation … is relatively low, so small increases in publication and citation tend to distort the representation and analysis of the overall field.”

But citation manipulation is happening in other, larger disciplines, too, says Félix de Moya Anegón, a bibliometrician at the University of Granada—it’s just not as visible. Ilka Agricola, chair of the Committee on Electronic Information and Communication of the International Mathematical Union, worries that by singling out math, Clarivate may have conveyed the impression that the field is infiltrated by “fraudulent scientists.” “We very much regret that no other option was seen than to no longer list mathematics at all,” she says.  

Clarivate says it is taking “advice from external experts … to discuss our future approach to the analysis of this field.” Docampo is working on a more refined metric, which weights citations according to the quality of the citing journals and institutions.

Other researchers say citation manipulation is simply a symptom of a flawed system of evaluation. Citations and similar metrics are not refined enough to monitor individual performance, says Ismael Rafols, a researcher at the Centre for Science and Technology Studies of the University of Leiden, and people are always going to find ways to game the system. Holden agrees: “The bottom line is that citations are not a good measure of scientific quality.”


doi: 10.1126/science.zcl2s6d

martes, 30 de enero de 2024

PERÚ toma medidas contra los defraudadores científicos

Publicado en ScienceInsider
https://www.science.org/content/article/peru-moves-crack-down-scientific-fraudsters 


Perú toma medidas contra los defraudadores científicos

Legislación establece penas por compra de autoría y otras fechorías


21 DE DICIEMBRE DE 2023


POR MARÍA DE LOS ÁNGELES ORFILA



Una versión de este artículo apareció en Science, Vol 383, número 6678.


Los legisladores peruanos están a punto de aprobar una ley que facilitaría la investigación y el castigo de los investigadores que incurran en prácticas editoriales fraudulentas, como pagar para que se añada su nombre a un artículo científico.


La medida se produce en un momento en que la Agencia Nacional de Ciencia de Perú trata de tomar medidas enérgicas contra la compra de autorías y otras prácticas contrarias a la ética. Recientemente ha retirado a dos científicos acusados de infracciones de un registro nacional que es clave para recibir subvenciones del gobierno, ascensos laborales y bonificaciones salariales. Además, las autoridades están investigando a muchos más investigadores a raíz de un informe publicado en octubre en los medios de comunicación en el que se identificaba a 180 personas presuntamente implicadas en fraudes editoriales, entre ellas 72 inscritas en el registro nacional que trabajan en 14 universidades de Perú.


La nueva legislación facultará a las universidades y a los funcionarios del gobierno para disuadir y castigar este tipo de conductas, y dotará a Perú de algunas de las medidas más enérgicas contra el fraude editorial en América Latina. Las prácticas dudosas de publicación "trascienden las meras violaciones éticas" porque permiten a los investigadores obtener financiación pública y privada bajo falsos pretextos, afirma Edward Málaga Trillo, neurobiólogo y congresista, impulsor de los proyectos de ley, que se espera que los legisladores finalicen a principios del próximo año. "Estos individuos están perpetrando un fraude".


Como en muchas otras naciones, la comunidad académica peruana ha estado luchando con una creciente ola de falsos autores y problemas relacionados. Una de las causas, según algunos investigadores, es una ley de 2014 que pretendía estimular la investigación recompensando a los investigadores que aumentaran su producción editorial. Por ejemplo, según un sistema de puntuación utilizado por las universidades, los investigadores pueden ganar cinco puntos por la autoría en una revista de alto impacto, y dos puntos cuando la revista es de menor impacto. Acumular puntos puede reportar primas y ascensos profesionales.


Según los investigadores, la ley crea incentivos perversos. En su reportaje de octubre, los periodistas del programa de televisión Punto Final informaron de que investigadores peruanos pagaban a intermediarios de autoría hasta 500 dólares por añadir sus nombres a artículos que no habían contribuido a escribir. La recompensa puede ser considerable: Algunas universidades privadas con fines de lucro en Perú pagan bonos de publicación de 2,500 dólares, dice la bióloga Gisella Orjeda Fernández, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, quien dirigió la principal agencia científica de Perú, el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec), de 2017 a 2020. "Hay todo un ambiente que incuba esta [mala conducta]", dice Orjeda Fernández.


Según el presidente del Concytec, Benjamín Marticorena Castillo, los 72 investigadores presuntamente implicados en el fraude editorial constituyen un "alarmante" 1% de todos los científicos inscritos en el registro nacional de Perú, conocido como Renacyt.


Se descubrió que uno de los dos investigadores que el Concytec ya ha expulsado del registro se había apropiado del currículum vitae de un investigador español y había vuelto a publicar artículos de ese investigador con su propio nombre. El otro investigador expulsado había asumido la identidad de un científico venezolano.


Los responsables del Concytec han pedido a las universidades que aclaren sus relaciones con los 70 investigadores registrados restantes, muchos de los cuales parecen ser profesores no titulares o antiguos alumnos de otras naciones. Si se prueban las acusaciones, dice Marticorena Castillo, "estos individuos están orquestando esquemas criminales; son organizaciones criminales."


Las señales de alarma pueden ser obvias, señala Nahuel Monteblanco, presidente de Cientificos.pe, una asociación de científicos peruanos que investiga la mala conducta científica. Muchos de los trabajos citados por Punto Final tienen numerosos coautores afincados en distintos países y con pocas publicaciones previas sobre el mismo tema. "Si tu colega publica sistemáticamente 20 artículos al año con colaboradores de Nepal, Afganistán, Kuwait o Indonesia, eso es muy sospechoso", dice Monteblanco. "Para un investigador de carrera legítima eso es imposible".


Sin embargo, la legislación vigente otorga al Concytec y a las 93 universidades públicas y privadas de Perú una autoridad limitada para investigar y sancionar estas faltas. Los dos proyectos de ley presentados ahora al Congreso pretenden cambiar esta situación. Uno modificaría una ley que regula las universidades, mientras que el otro otorga nuevas competencias al Concytec. La legislación define el fraude como "plagio, fabricación o falsificación de información en publicaciones, proyectos, informes y cualquier otro producto académico relacionado con la investigación científica". Los investigadores que cometan infracciones menores podrían ser suspendidos del registro nacional de 2 a 5 años, y los que cometan infracciones más graves podrían ser suspendidos permanentemente y potencialmente enfrentarse a cargos penales que conlleven penas de prisión.


Málaga Trillo declaró a ScienceInsider que él mismo fue víctima de un fraude editorial cuando un antiguo colega universitario afirmó falsamente que él y Málaga Trillo habían colaborado en proyectos de investigación y eran coautores de artículos. El colega no fue sancionado formalmente, afirma Málaga Trillo, pero abandonó la universidad tras ser denunciado.


Alberto Gago, presidente de la Academia Nacional de Ciencias de Perú, espera que la nueva legislación anime a los investigadores a "sancionar socialmente" y denunciar a los colegas que se desvíen de las normas éticas. "Necesitamos una comunidad científica mucho más fuerte para aislar" a los defraudadores, afirma.


Orjeda Fernández está de acuerdo. "No deberíamos dudar", dice, "en expulsar a los culpables".


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Peru moves to crack down on scientific fraudsters

Legislation sets penalties for buying authorship and other misdeeds



A version of this story appeared in Science, Vol 383, Issue 6678.

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Lawmakers in Peru are poised to approve legislation that would make it easier to investigate and punish researchers who engage in fraudulent publishing practices, including paying to have their names added to a scientific paper.

The move comes as Peru’s national science agency seeks to crack down on authorship buying and other unethical practices. It recently removed two scientists accused of violations from a national registry that is key to receiving government grants, job promotions, and salary bonuses. And officials are investigating many more researchers in the wake of an October media report that identified 180 individuals allegedly involved in publishing fraud, including 72 listed on the national registry who work at 14 universities in Peru.

The new legislation will empower universities and government officials to deter and punish such behavior, and would give Peru some of the strongest measures against publishing fraud in Latin America. Shady publishing practices “transcend mere ethical violations” because they enable researchers to obtain government and private funding under false pretenses, says Edward Málaga Trillo, a neurobiologist and member of Congress who is the driving force behind the bills, which lawmakers are expected to finalize early next year. “These individuals are perpetrating fraud.” 

As in many other nations, Peru’s academic community has been struggling with a rising tide of fake authorship and related problems. One cause, some researchers say, is a 2014 law that aimed to stimulate research by rewarding researchers who boost their publishing output. For example, under a scoring system used by universities, researchers can earn five points for authorship in a high-impact journal, and two points when the journal is lower impact. Amassing points can bring bonus payments and career advancement.

The law creates perverse incentives, researchers say. In their October report, journalists with the TV program Punto Final reported that Peruvian researchers were paying authorship brokers up to $500 to add their names to papers that they did not help write. The reward can be substantial: Some private, for-profit universities in Peru pay publishing bonuses of $2500, says biologist Gisella Orjeda Fernandez of the National University of San Marcos, who led Peru’s lead science agency, the National Council of Science, Technology and Technological Innovation (Concytec), from 2017 to 2020. “There is a whole environment that incubates this [misconduct],” Orjeda Fernandez says.

The 72 researchers that Punto Final alleged were involved in publishing fraud comprise an “alarming” 1% of all scientists on Peru’s national registry, known as Renacyt, says Concytec President Benjamín Marticorena Castillo. 

One of the two researchers that Concytec has already removed from the registry was found to have appropriated the curriculum vitae of a Spanish researcher and republished articles by that researcher under their own name. The other expelled researcher had assumed the identity of a Venezuelan scientist.

Concytec officials have asked universities to clarify their relationships with the remaining 70 registered researchers, many of whom appear to be nontenured lecturers or former students from other nations. If the allegations are proved, Marticorena Castillo says, “These individuals are orchestrating criminal schemes; they are criminal organizations.”

The warning signs can be obvious, notes Nahuel Monteblanco, president of Cientificos.pe, an association of Peruvian scientists that investigates scientific misconduct. Many of the papers cited by Punto Final have numerous co-authors who are based in many different nations and have few prior publications on the same subject. “If your colleague consistently publishes 20 articles a year with collaborators from Nepal, Afghanistan, Kuwait, or Indonesia, that’s highly suspect,” Monteblanco says. “For a legitimate career researcher that is impossible.”  

Existing law, however, gives Concytec and Peru’s 93 public and private universities limited authority to investigate and punish such misconduct. The two bills now before Congress aim to change that. One would amend a law covering universities, whereas the other gives new powers to Concytec. The legislation defines fraud to include “plagiarism, fabrication or falsification of information in publications, projects, reports and any other academic product related to scientific research.” Researchers who commit lesser violations could be suspended from the national registry for 2 to 5 years, and those committing more serious infractions could be permanently suspended and potentially face criminal charges that carry prison sentences.

Málaga Trillo told ScienceInsider that he himself was a victim of publishing fraud when a former university colleague falsely claimed he and Málaga Trillo had collaborated on research projects and co-authored papers. The colleague was not formally sanctioned, Málaga Trillo says, but left the university after being reported.

Alberto Gago, president of the National Academy of Sciences of Peru, hopes the new legislation will embolden researchers to “socially sanction” and report colleagues who deviate from ethical norms. “We need a much stronger scientific community to isolate” fraudsters, he says.

Orjeda Fernandez agrees. “We should not hesitate,” she says, “to expel the guilty.”


lunes, 29 de enero de 2024

Escribir a mano es mejor que el teclado para aprender: aumenta la conectividad cerebral y consolida la memoria

Publicado en elDiario.es
https://www.eldiario.es/sociedad/escribir-mano-mejor-teclado-aprender-aumenta-conectividad-cerebral-consolida-memoria_1_10866969.html   



Escribir a mano es mejor que el teclado para aprender: aumenta la conectividad cerebral y consolida la memoria

  • Una nueva investigación muestra que la escritura manual tiene ventajas para la memoria y el aprendizaje, lo que desaconseja apostar exclusivamente por la educación digital, como han hecho algunos países

  • 26 de enero de 2024 
En los últimos años, algunos países como Finlandia y Noruega han apostado decididamente por educar a sus estudiantes a través de pantallas y teclados y prescindir de la vieja forma de aprender con lápiz y papel o tiza y pizarra. Y desde entonces son numerosas las voces y las evidencias desde el mundo de la neurociencia y la psicopedagogía que han subrayado la necesidad de conservar esta vieja forma de escribir a mano por sus beneficios cognitivos y las ventajas a la hora de interiorizar los conceptos.

La última aportación en este terreno es un trabajo liderado por la investigadora de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) Audrey van der Meer en el que ha estudiado redes neuronales subyacentes involucradas en ambos modos de escritura. En él, sus autores afirman haber demostrado que cuando se escribe a mano los patrones de conectividad cerebral son mucho más elaborados que cuando se escribe a máquina o en el teclado de una tablet o un ordenador.

Para el estudio, publicado en la revista Frontiers in Psychology, los científicos han registrado la señal eléctrica cerebral de 36 estudiantes universitarios entre 18 y 29 años a través de electroencefalografía (EEG) mientras escribían o tecleaban una palabra que aparecía en una pantalla. Al escribir a mano, los voluntarios utilizaron un bolígrafo digital sobre una pantalla táctil, mientras que al teclear usaban un solo dedo sobre un dispositivo con teclas. La señal registrada era EEG de alta densidad, que mide la actividad eléctrica en el cerebro utilizando 256 pequeños sensores cosidos en una red y colocados sobre la cabeza, durante cinco segundos para cada lectura.

Lo que vieron fue que la conectividad de diferentes regiones del cerebro aumentó cuando los participantes escribían a mano, pero no cuando lo hacían a máquina. “Se sabe que una conectividad cerebral tan extendida es crucial para la formación de la memoria y para codificar nueva información y, por lo tanto, es beneficiosa para el aprendizaje”, explica Van der Meer. “Nuestros hallazgos sugieren que la información visual y de movimiento obtenidos a través de movimientos de la mano controlados con precisión cuando se usa un bolígrafo contribuye en gran medida a los patrones de conectividad del cerebro que promueven el aprendizaje”.

Estimular cerebro y cuerpo

Aunque los participantes utilizaron bolígrafos digitales para escribir a mano, los investigadores dijeron que se espera que los resultados sean los mismos al utilizar un bolígrafo real sobre papel. “Hemos demostrado que las diferencias en la actividad cerebral están relacionadas con la cuidadosa formación de las letras al escribir a mano y al mismo tiempo hacer un mayor uso de los sentidos”, sostiene Van der Meer.

Las diferencias en la actividad cerebral están relacionadas con la cuidadosa formación de las letras al escribir a mano
Audrey van der Meer — Investigadora de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU)

Por el contrario, el simple movimiento de pulsar una tecla con el mismo dedo repetidamente resulta menos estimulante para el cerebro, según estos resultados. “Esto también explica por qué los niños que han aprendido a escribir y leer en una tableta pueden tener dificultades para diferenciar letras que son imágenes especulares entre sí, como 'b' y ‘d’” afirma la investigadora. “Literalmente, no han sentido con sus cuerpos lo que se siente al producir esas letras”.

Con estos nuevos datos, los autores sugieren que sería beneficioso dar a los estudiantes la oportunidad de usar bolígrafos, aunque sin dejar de estar al día con los avances tecnológicos. Esto incluye adquirir conciencia de qué forma de escribir ofrece más ventajas en cada circunstancias y ser versátil . “Existe cierta evidencia de que los estudiantes aprenden más y recuerdan mejor cuando toman apuntes escritos a mano, mientras que usar una computadora con teclado puede ser más práctico cuando escriben un texto o ensayo largo”, concluye Van der Meer.

Evidencias acumuladas

Estos resultados se suman a una larga serie de estudios en los que los que se han comprobado beneficios de escribir a mano y asentar la coordinación ojo-mano. Experimentos anteriores han mostrado, por ejemplo, que escribir a mano mejora en las habilidades de composición escrita y que los estudiantes planifican mejor sus textos cuando usan lápiz y papel que cuando usan el teclado. Un estudio de 2021 mostraba que los estudiantes recordaban mejor los conceptos cuando los escribían anotándolos a mano sobre el papel. Una de las posibles explicaciones es lo que se conoce como “cognición corporeizada”, el mecanismo por el que integramos el conjunto de estímulos procedentes de nuestros cuerpo. En este caso, el proceso que se activa cuando entrenamos movimientos y procesos sensomotores más complejos y particulares para cada letra.  

Juan Lupiañez, profesor del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada, considera que se trata de un estudio muy interesante que muestra que la escritura a mano recluta el tipo de actividad neuronal que se produce cuando hay aprendizaje. “Al aprender a escribir a mano se integran circuitos motores y visuales, y esto implica una estimulación más completa”, explica. “De alguna manera, cuando escribes las letras por primera vez, o lees la letra escrita de otros, estás haciendo que el sistema se esfuerce a categorizar todas las formas de hacer una P y las agrupe, y eso hace que mejore el aprendizaje”. En su opinión, lo que revela este estudio, en la línea de otros anteriores, es que estos mecanismos fuerzan a varias regiones cerebrales y hacen que se quede un trazo más consolidado de lo que leemos o escribimos. “Por eso, ideas como las de Finlandia de enseñar a los niños a escribir solo con tabletas no son buenas”, resume.

Al aprender a escribir a mano se integran circuitos motores y visuales, y esto implica una estimulación más completa
Juan Lupiañez — Profesor del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada

Javier Marín Serrano, profesor de psicología del Lenguaje de la Universidad de Murcia, cree que la conclusión de este nuevo trabajo es perfectamente coherente con los conocimientos actuales que relacionan la actividad cerebral con los resultados del aprendizaje. Pero encuentra algunos problemas desde el punto metodológico, como no haber controlado las posibles diferencias y experiencia en el uso del teclado y la escritura a mano de los voluntarios. “Por otra parte —señala—, los autores parecen generalizar con cierta ligereza sus conclusiones a niños en edad escolar”. Esto debe hacerse con mucho cuidado, porque el cerebro de un joven de unos 20 años como los del estudio — recuerda— no funciona exactamente del mismo modo que un niño de 10.

Consecuencias en su vida adulta

Marta Ochoa, jefa del Servicio de Neurología-Neuropediatría de HM Hospitales en Madrid, cree que este nuevo resultado viene a confirmar algo que ya conocíamos, que escribir a mano activa muchísimas más áreas neuronales unidas a la percepción visual y espacial, y sirve para desarrolllar la motricidad fina. “Cuantas más áreas active con una única actividad, más neuronas se despiertan y mejora mi capacidad cognitiva, algo que será útil a los estudiantes, no solo para estudiar, sino para el resto de tareas en su vida futura, como por ejemplo conducir”.

Un ordenador no te da control fino, un bolígrafo, sí
Marta Ochoa — Jefa del Servicio de Neurología-Neuropediatría de HM Hospitales en Madrid

En definitiva, asegura, saber coger un boli y saber manejarlo implica muchos más movimientos y vías que teclear. “Un ordenador no te da control fino, un bolígrafo, sí”, sentencia. En su experiencia con los menores, la especialista ve a diario cómo muchos no saben coger un lápiz y están perdiendo estímulos y emociones asociadas a esta vía de aprendizaje. ¿Qué pasará con estas generaciones en el futuro? “Todavía no tenemos datos, pero lo veremos”, asegura. “Mi opinión como experta es que hay determinadas áreas de su cerebro que no han ejercitado en el desarrollo y eso es probable que les ocasione dificultades en su vida adulta”.



Intentando mejorar el sistema actual de las publicaciones científicas: habrá que leerse los artículos

Publicado en  The Conversation   https://theconversation.com/intentando-mejorar-el-sistema-actual-de-las-publicaciones-cientificas-habra-que...