viernes, 25 de junio de 2021

Cómo resolver las disputas por la autoría que deterioran las colaboraciones científicas

Publicado en blog Universo Abierto
https://universoabierto.org/2021/06/25/las-disputas-por-la-autoria-que-deterioran-las-colaboraciones-cientificas/



Cómo resolver las disputas por la autoría que deterioran las colaboraciones científicas

Fleming, Nic. The authorship rows that sour scientific collaborations. Nature 594, 459-462 (2021) doi: https://doi.org/10.1038/d41586-021-01574-y14 June 2021

Ver completo

La ciencia en equipo se ve perjudicada cuando los investigadores noveles ven cómo se minimizan sus contribuciones a un artículo que definen su carrera. He aquí cómo abordar las disputas.

“Lo sentí como una bofetada en la cara. Era como si el mérito de la mitad de mi doctorado se lo dieran a otra persona. Me eché a llorar”. Así reaccionó una bióloga celular cuando su antiguo supervisor nombró a un colega investigador postdoctoral cofundador de un artículo basado en su doctorado.

Cuando ella se opuso, él se mantuvo firme. Temiendo dañar importantes relaciones profesionales al final de su primera colaboración, se tragó su orgullo y cedió, pero se preguntó cómo podría afectar a sus perspectivas laborales. “La investigación se basa en el trabajo en equipo, así que si alguien me pregunta en una entrevista por qué parece que sólo tengo la mitad de un trabajo de mi doctorado, ¿qué se supone que debo decir?

La mayoría de los miembros de la comunidad científica han oído historias similares, a menudo relacionadas con investigadores noveles que lo han dado todo en las colaboraciones para luego sentirse injustamente relegados en las listas de autores de las publicaciones resultantes. A veces ni siquiera aparecen en la lista y se convierten en “autores fantasma”.

Los foros de Internet revelan lo molesto que puede ser para aquellos que piensan que sus perspectivas profesionales se verán afectadas por el hecho de que se les haya negado el mérito que merecen.

Nature ha hablado con investigadores sobre colaboraciones formativas que se han convertido en disputas entre autores. También se escuchó a responsables de laboratorios, editores y financiadores que intentan idear un sistema más justo de reconocimiento de las contribuciones individuales a los trabajos académicos. En este artículo describen sus esfuerzos y las medidas que pueden tomar los investigadores para mitigar las disputas entre autores y otras tensiones que pueden surgir en las colaboraciones. Una de las sugerencias es establecer un “acuerdo previo” científico, o una carta de equipo, en la que se especifiquen por adelantado las funciones, las responsabilidades y los procesos de resolución de conflictos. Algunos entrevistados solicitaron el anonimato por temor a que compartir sus historias pudiera perjudicar sus carreras.

La autoría importa

“A los investigadores se les sigue juzgando por lo que publican y dónde lo hacen”, dice Liz Allen, directora de iniciativas estratégicas de F1000, una editorial científica de acceso abierto. “Es fundamental para sus carreras, así que si no reciben el crédito que merecen y la visibilidad de su trabajo, es un gran problema para ellos”.

“Aunque la investigación es un esfuerzo de colaboración, el mercado laboral es muy competitivo”, añade Anna Hatch, directora de programas de la Declaración de San Francisco sobre la Evaluación de la Investigación (DORA), una iniciativa que hace campaña para cambiar la forma de evaluar la investigación científica. La estructura de incentivos en la ciencia impide el progreso, dice. “Cosas como la colaboración, la ciencia abierta y la reproducibilidad hacen avanzar un campo, pero es el número de artículos, las posiciones en las listas de autores y la financiación lo que hace avanzar las carreras académicas”.

Las listas de autores se están alargando, lo que significa que una menor proporción de investigadores obtiene los codiciados puestos de primer autor. Un análisis de 30 millones de artículos incluidos en el archivo Pubmed y en la base de datos MEDLINE reveló que el número medio de autores pasó de 1,9 antes de 1975 a 5,9 durante 2015-19 (véase go.nature.com/3v64de). Esta tendencia fue parte de lo que llevó a la Academy of Medical Sciences (AMS) del Reino Unido a estudiar el impacto del aumento de la colaboración en la investigación en las carreras biomédicas. En su informe de 2016 ‘Team Science’, un grupo de trabajo de la AMS llegó a la conclusión de que la percepción de falta de reconocimiento de sus contribuciones es el principal factor disuasorio de la participación de los investigadores en la investigación multigrupo (véase go.nature.com/355cep). Sus autores afirmaron: “Aunque a menudo se reconoce la importancia de la ciencia en equipo, hay pocas pruebas de que las contribuciones de los individuos se valoren en la toma de decisiones relevantes para la carrera, lo que es especialmente preocupante para los estudiantes de doctorado y los investigadores que inician su carrera”.

Las disputas sobre la autoría son frecuentes. Una encuesta realizada en 20111 a los autores correspondientes de más de 500 artículos publicados en seis revistas médicas de primera línea reveló que el 17,6% admitió que sus artículos incluían “autores honorarios”, es decir, personas nombradas como autores a pesar de no cumplir los criterios de autoría establecidos en las directrices del International Committee of Medical Journal Editors, y que el 7,9% tenía autores fantasma cuyos nombres acababan desapareciendo del artículo.

En otro estudio2, un grupo del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental (NIEHS) de EE.UU. en Research Triangle Park, Carolina del Norte, realizó una encuesta en línea a casi 6.700 investigadores internacionales que habían publicado artículos en los que figuraban al menos dos autores. Los resultados mostraron que el 46,6% había experimentado desacuerdos sobre el nombramiento de los autores, y que el 37,9% había tenido disputas sobre el orden de los nombres en las listas de autores.

Las investigadoras son más propensas que los investigadores a tener conflictos de autoría. En el estudio del NIEHS, era un tercio más probable que tuvieran disputas sobre la inclusión en las listas de autores y un 20% más probable que tuvieran desacuerdos sobre el orden de los nombres de los autores. En otro estudio, los trabajos con un primer autor masculino y otro femenino tenían más probabilidades de incluir al investigador masculino en primer lugar.

“No creo que se me haya dado el papel de co-primera autora sólo por mi género”, dice la bióloga celular anónima, “pero si hubiera sido al revés, no creo que lo hubiera aceptado”. ¿Es más fácil enfrentarse a dos hombres si tú también eres un hombre? Sí, probablemente”.

Durante su programa de doctorado, identificó algunos mecanismos de señalización celular desconocidos hasta entonces. Una revista aceptó un artículo sobre los hallazgos, sujeto a revisiones. Para entonces ya estaba en otra universidad, así que los investigadores del laboratorio de su antiguo supervisor realizaron algunos experimentos adicionales. Ella sostiene que hizo alrededor del 75% del trabajo que se incluyó en el artículo.

Poco antes de volver a presentar el artículo, su antiguo supervisor puso el nombre de otro miembro del equipo junto al suyo como co-primer autor. El director de la revista escuchó con simpatía su queja, pero se mantuvo en su decisión original. El sitio web de la revista dice que no se involucra en disputas de autoría, y la publicación sigue adelante. “Fue molesto, pero necesitaba el artículo y no quería una gran discusión”, dice.

La encuesta del NIEHS también reveló que los desacuerdos sobre quién incluir como autor eran un 50% más comunes en las ciencias médicas que en las ciencias naturales, y las disputas sobre el orden de los nombres eran casi un 70% más comunes. Las personas que participan en equipos multidisciplinares tienen menos probabilidades de verse involucradas en cualquiera de los dos tipos de conflicto. Estas variaciones reflejan, en parte, las diferentes prácticas entre disciplinas. En la Física de partículas de alta energía y en la Economía, los autores suelen aparecer por orden alfabético. En la mayoría de las demás disciplinas, el orden viene determinado por el nivel de contribución.

Cuando el mérito es mío

Este tipo de conflictos también puede afectar a científicos más veteranos, aunque es menos frecuente. Un físico e investigador principal de una universidad del Reino Unido, que también pidió no ser nombrado, contrató a un investigador postdoctoral para que trabajara en un sensor óptico avanzado necesario para un proyecto de dinámica de fluidos. Se acordó que este investigador sería el primer autor de las publicaciones que cubrían parte del trabajo. Sin embargo, abandonó el grupo antes de completar todas las tareas asignadas. El desacuerdo estalló cuando se le comunicó al postdoctorado que un estudiante que le sustituía sería el primer autor de un trabajo final.

La investigadora principal subraya que no todos los investigadores noveles que piensan que han sido tratados injustamente tienen razón. “Parte del problema se debe a un malentendido por parte de algunos investigadores noveles sobre la parte del proyecto que se realiza antes de que ellos lleguen”, dice. “No estoy diciendo que haya que eliminar de la lista de autores a quien hace la mayor parte de la recopilación de datos, sino que los que construyen los laboratorios, proponen ideas, consiguen financiación, hacen experimentos, forman a otros y supervisan el análisis de los datos y los trabajos finales también merecen reconocimiento”.

Algunos piensan que la clave para reducir las disputas entre autores es utilizar formas más detalladas y transparentes de reconocer las contribuciones a la investigación. Muchas revistas exigen ahora que se revelen las contribuciones de los autores cuando se presentan los artículos. Desde su lanzamiento en 2014, cientos de revistas han adoptado la CRediT (Contributor Roles Taxonomy), un sistema que cuantifica 14 funciones. Las revistas de la marca Nature exigen declaraciones de autoría-contribución desde 2009, y permiten, aunque no obligan, el uso de CRediT. Springer Nature, la editorial de Nature, permite las declaraciones de contribución de los autores, pero no las exige.

“CRediT proporciona más información y transparencia sobre quién ha hecho qué, quién tiene impacto, quién es responsable y rinde cuentas de la investigación”, dice Allen, cofundador del sistema. “Proporciona con más detalle, y de forma más accesible, la información que se suponía que debía estar descrita en una sección de agradecimientos, pero que nunca lo estuvo”.

El informe “Team Science” de la AMS recomendaba que los editores colaboraran con iniciativas como CRediT para desarrollar formas estandarizadas de presentar la información de los colaboradores.

Solucciones a la autoría

Es importante conocer la cultura científica del equipo y cómo se aplican las buenas prácticas en los posibles conflictos profesionales. Comunicar cómo se van a gestionar los créditos y la autoría, al principio del proceso y durante el mismo, es realmente importante. Registrar las responsabilidades asignadas y hacer un seguimiento de quién hace qué, lo que simplifica en gran medida la posterior redacción de secciones detalladas sobre la contribución de los autores a los trabajos de investigación.

Corregir errores

Las correcciones de las listas de autoría sólo se hacen ocasionalmente, y normalmente tras las decisiones de los comités de ética de las universidades. La política de las revistas publicadas por Springer Nature, incluida Nature, es que los editores no se involucran en la investigación o adjudicación de disputas de autoría, y que éstas deben ser resueltas por los investigadores o, en su defecto, por sus instituciones.

Aquellos que agoten todas las vías en sus esfuerzos por corregir los errores de autoría percibidos no deben desesperar. Zeggini afirma que los que creen que han sido injustamente excluidos o relegados de una lista de autores a menudo podrán describir sus contribuciones con más detalle en las solicitudes de empleo y financiación. “Quienes se encuentren en esta situación deben saber que cuando soliciten nuevos puestos de trabajo, es muy importante que destaquen sus contribuciones específicas a los trabajos”, afirma.

No es posible juzgar los méritos de los casos contenciosos con sólo una visión parcial de los hechos. “Una descripción unilateral puede ser correcta, pero hasta que no hayas visto las dos caras de la historia, no puedes emitir un juicio”, dice el físico anónimo. “Yo aconsejaría a la gente que hablara”, dice el biólogo celular. “Si los afectados no dicen nada, ¿cómo se van a resolver problemas en el mundo académico como las disputas de autoría?”.

martes, 22 de junio de 2021

Software antiplagio: ¿es lo mismo coincidencia que plagio?

Publicado en blog Lluis Codina
https://www.lluiscodina.com/software-antiplagio/


Software antiplagio. Algunas preguntas clave: ¿es lo mismo coincidencia que plagio?; ¿tienen sentido los umbrales de tolerancia?; ¿existe tal cosa como el autoplagio?

22 junio, 2021




El compromiso contra el plagio de todos los actores del ecosistema de la comunicación académica (editores, autores, evaluadores, profesores, etc.) debe ser firme y contundente. En este sentido, el uso del software antiplagio puede ser de una gran ayuda.

Sin embargo, utilizar el software antiplagio de forma inadecuada, no solo puede dificultar este compromiso, sino que puede atentar contra preceptos éticos elementales.

En lo que sigue intentamos clarificar algunas cuestiones sobre el uso de software antiplagio dando algunas respuestas a un conjunto de preguntas que hemos articulado en dos apartados:

Sobre el software antiplagio
  1. ¿Qué es plagio?
  2. ¿Qué son las coincidencias?
  3. ¿Existe el autoplagio?
  4. ¿Qué es el contenido reciclado?
  5. ¿Tiene sentido establecer umbrales de tolerancia?
Bonus: ¿sobre quién recae la carga de la prueba?1. ¿Qué es el plagio?

En el contexto de la comunicación académica, el plagio consiste en utilizar ideas o contenidos ajenos como si fueran propios. Es plagio, tanto si obedece a un acto deliberado como a un error. La proporción de la obra copiada, tampoco es significativa para calificar como plagio. En poca o en mucha proporción sigue siendo plagio. Es cierto, que la gravedad es variable, pero sigue siendo plagio en todos los casos.

2. ¿Qué son las coincidencias?

El software antiplagio, pese a su nombre, no detecta plagio. Lo único que puede detectar son coincidencias. ¿Coincidencias de qué? El software antiplagio hace su trabajo comparando el documento a examen con los documentos existentes en una o más bases de datos. Turnitin, p.e, utiliza tres:

  • repositorios académicos;
  • documentos disponibles en Internet;
  • revistas académicas.

Si el documento a examen tiene fragmentos idénticos o muy parecidos al de otros documentos de alguna de las bases de datos, entonces es cuando se producen coincidencias. La suma de las coincidencias proporcionan el porcentaje total en el cual el trabajo examinado coincide con otros documentos. Pero, y aquí está el punto importante, las coincidencias no siempre son plagio.

2.1. Tipos de coincidencias

Hay al menos tres tipos de coincidencias:

  • Plagio. Contenido ajeno usado como si fuera propio, esto es, sin atribuir el contenido a su verdadero autor. En este caso, por supuesto, coincidencias SON plagio.
  • Falsos positivos. El software antiplagio puede señalar como coincidencias títulos de obras de creación, nombres de organismos y frases comunes del estilo «la Luna es un satélite de la Tierra». Como el porcentaje de similitud es la suma de todas las coincidencias, una obra puede arrojar porcentajes significativos de similitud. Es posible configurar el software antiplagio para que solo tenga en cuenta coincidencias de más de N palabras (p.e., de más 15 palabras), o para que ignore la bibliografía y contenido citado de forma correcta. En cambio, si no se configura bien esta clase de programas, porcentajes de similitud significativos basados en falsos positivos están garantizados. Por tanto, en este caso, coincidencias PUEDEN NO SER plagio.
  • Contenido reciclado. Es el mal llamado «autoplagio», y para entenderlo, necesitaremos ir al siguiente punto. Pero lo que ya podemos adelantar es que, en estos casos, coincidencias NO SON plagio. Otra cosa es que el uso de contenido reciclado sea aceptable (o no) en todos los casos. Pero lo vemos a continuación.




3. ¿Existe el autoplagio?

El desafortunado término autoplagio es un oxímoron. Es como hablar de silencio ruidoso (o de noticias falsas, otra expresión que nos debería producir alergia). En su lugar, es mejor hablar de contenido reciclado. La razón es que se trata de una categoría que incluye situaciones que pueden ser aceptables, mientras que en el plagio, como sabemos, no existen tales situaciones.

En el mundo anglosajón, los expertos utilizan la expresión text recycling. Lo podemos ver, p.e. en las recomendaciones que BioMed Central preparó por encargo del COPE, y donde señalan lo siguiente al respecto (el destacado es nuestro):

«(…) include situations where text recycling may be acceptable as well those where it is unlikely to be»

Fuente: BioMed Central. Text Recycling guidelines, s.f.

La siguiente captura muestra el párrafo completo del que hemos extraído la cita anterior:





4. ¿Qué es el contenido reciclado?

Se trata de contenido que aparece en más de una publicación del mismo autor, normalmente sin atribución. La mencionada guía encargada por el COPE lo define como sigue, a la vez que insiste en la preferencia por el término text recycling (los destacados son nuestros):


Text recycling, also known as self-plagiarism, occurs when sections of the same text appear (usually un-attributed) in more than one of an author’s own publications. The term ‘text recycling’ has been chosen to differentiate from ‘true’ plagiarism (i.e. when another author’s words or ideas have been used, usually without attribution).

Fuente: Text recycling guidelines, s.f. 
La precisión «usually un-attributed» se debe a que, de otro modo tal vez no habría nada especial a considerar, pues un texto atribuido puede quedar fuera de cualquier radar.

Moskovitz (2021) por su parte, en un trabajo reciente en el que se propone clarificar términos alrededor de este concepto, elabora un interesante cuadro sinóptico del que retenemos esta afirmación:

Use of the term ‘self-plagiarism’ is unhelpful since it implies theft which is nonsensical when applied to one’sown work and conflates acceptable and unacceptable behaviour.

Moskovitz, 2020


El cuadro al que nos referimos (Moskovitz, 2021) lo reproducimos a continuación:




4.1. ¿Qué limitaciones afectan al contenido reciclado?

El posible uso de contenido reciclado no está exento de limitaciones, como ya hemos dicho. Lo que sucede es que, a diferencia del plagio (donde la tolerancia es cero), el uso del contenido reciclado está sujeto a consideración.

En concreto, la guía de BioMed Central (por encargo del COPE), que utilizado para esta entrada, sugiere a los editores de revistas los siguientes elementos de consideración (Text Recycling Guidelines, s.f.), donde los destacados, como en los otros casos, son nuestros:

  • How much text is recycled [Cuánto del contenido es reciclado]
  • Where in the article the text recycling occurs [¿Dónde aparece?]
  • Whether the source of the recycled text has been acknowledged [Si la fuente original es reconocida]
  • Whether the article is a research or non-research article [Tipo de artículo]
  • Whether there is a breach of copyright [Cuestiones de copyright]
  • In some circumstances, cultural norms at the time and place of publication [Normas culturales en algunos casos pueden ser de aplicación]

La guía señala diversos grados de aceptación según, entre otros, los siguientes dos parámetros principales: (1) el volumen del contenido reciclado y (2) las secciones donde aparece (Text Recycling Guidelines, s.f.):

In general terms, editors should consider how much text is recycled. The reuse of a few sentences is clearly different to the verbatim reuse of several paragraphs of text, although large amounts of text recycled in the methods might be more acceptable than a similar amount recycled in the discussion.

Fuente: Text Recycling Guidelines (s.f.)

Por su parte, Moskovitz (2021) utiliza un criterio que puede resultar altamente clarificador gracias al esfuerzo realizado para presentar una taxonomía de tipos de contenido reciclado y las condiciones de aceptación de cada uno. Lo vemos a continuación.

4.3. La taxonomía de Moskovitz

Profundizando en la simple idea de que las limitaciones que afectan al contenido reciclado dependen de su muy diferente naturaleza, Moskovitz (2021) propone una taxonomía que permite determinar cuándo y en qué condiciones un contenido puede ser admisible (o no) para su publicación.

En concreto, Moskovitz propone cuatro categorías, que forman una especie de progresión, y donde solamente una de ellas, duplicate publication, está claramente fuera de lugar, tanto ética como legalmente. Lo podemos ver en la siguiente tabla:


En cambio, las otras tres categorías, a saber, developmental recyclinggenerative recycling y adaptive publication, pueden ser aceptables tanto desde un punto de vista ético como legal (especialmente la primera), en función de diversas consideraciones, que varían en cada caso.

4.4. Software antiplagio y tesis doctorales

Un punto mal conocido es que una de las bases de datos que utiliza el software antiplagio (al menos en el caso de Turnitin) incluye documentos inéditos, como es el caso de tesis que han sido sometidas a un análisis antiplagio para poder ser defendidas.

Son inéditas porque no se han publicado, ya que los autores pueden acogerse a un embargo de hasta dos años (al menos en algunas universidades), pero pasan a formar parte de una de las bases de datos de Turnitin porque han sido examinadas por este programa.

Una de las razones del embargo es para poder publicar artículos que derivan de la investigación original de la tesis. a veces de enorme calidad, con un verdadero potencial de ayudar a la ciencia y a la sociedad. El problema es que si la revista utiliza un software antiplagio, puede arrojar coincidencias pese a que la tesis de la que deriva, y esto es importante, no se ha publicado. La razón, como intentamos explicar es porque programas como Turnitin compararán este manuscrito con la base de datos que contiene tesis aunque aún estén embargadas. Complicado, pero es así.

Esto provoca una situación kafkiana: el examen antiplagio utilizado en la revista detecta coincidencias (por parte de contenido reciclado), pero el autor ha enviado en realidad un trabajo que es total y completamente inédito.

Más razones para decir que, primero, las coincidencias no (siempre) son plagio. Segundo, el caso del contenido reciclado dista mucho de ser simple, y posiblemente la taxonomía de Moskovitz se queda corta, a la vista del complejo mundo actual de la comunicación académica.

4.4. Un proyecto para estudiar el contenido reciclado

Por último, cabe reseñar el portal dedicado a estudiar el contenido reciclado, parte de un proyecto de la Duke University financiado por la National Science Foundation (del que hemos tomado el informe de Moskovitz):

5. ¿Tiene sentido establecer umbrales de similitud?

Regresemos al software antiplagio. A veces hemos encontramos la idea de que hay un porcentaje de similitud que es aceptable. En concreto, hemos visto cifras que suelen ir del 10 al 20%. Esto se puede encontrar en las instrucciones para autores de algunas revistas, así como en foros o redes sociales dedicadas a discutir temas de comunicación académica.

Sin embargo, toda la idea de los umbrales en este tema carece de sentido. Vemos porqué. Primero, si las coincidencias corresponden a plagio, no tiene sentido poner ningún umbral, por bajo que sea, porque el único porcentaje aceptable es el cero por ciento. En este caso, poner umbrales envía un mensaje nefasto.

En segundo lugar, si las coincidencias no corresponden a plagio, solo tiene sentido determinar a qué corresponde exactamente (¿falsos positivos?; ¿texto reciclado?; ¿una tesis inédita?); y vez determinado decidir según proceda (en lugar de establecer un umbral).

En un artículo publicado en Nature, Weber-Wulff (2019) no duda en afirmar lo siguiente:

Software cannot determine plagiarism; it can only point to some cases of matching text. The systems can be useful for flagging up problems, but not for discriminating between originality and plagiarism. That decision must be taken by a person.

Weber-Wulff (2019)
BONUS

Una vez hemos propuesto las clarificaciones anteriores, una sección más, a modo de complemento. La primera parte hace referencia a lo que se denomina «la carga de la prueba«. La segunda es una simple aclaración terminológica. Lo vemos a continuación.


¿Tiene sentido pedir explicaciones a un autor por las coincidencias de un software antiplagio?

No tiene sentido. En su lugar, quien utiliza el software antiplagio es quien debe determinar si las coincidencias corresponden a plagio o a otra cosa, por la misma razón que la carga de la prueba siempre debe recaer en quien acusa (y nunca en el acusado).

Además de una razón ética, hay una razón pragmática. No podemos exigir explicaciones a quien no tiene acceso a los análisis para poder defenderse. Lo contrario conduce, nunca mejor dicho, a situaciones kafkianas donde el acusado, en realidad no puede saber por qué le acusan ya que no tiene acceso a los resultados del análisis: ¿es por unas frases repetidas del marco metodológico de un trabajo anterior ?; ¿es porque el software antiplagio está mal configurado?; ¿es porque se trata de un trabajo de historia del arte y menciona títulos de obras de arte y nombres de galerías y museos?

¿Texto reciclado o contenido reciclado?

El lector atento habrá observado que, mientras la expresión genérica recomendada en inglés, es text recycling, aquí la hemos traducido por contenido reciclado (en lugar de la forma más literal, texto reciclado). La razón es que las secciones recicladas pueden corresponder a texto, efectivamente, pero también a otros contenidos, como tablas, diagramas, etc.

Ciertamente, el software antiplagio solo puede detectar texto, pero esto no debería impedir un uso más preciso del término. Se da la circunstancia que en el mundo anglosajón parecen sentirse cómodos con un uso metafórico del término texto en expresiones como visual text, o como textual analysis, para referirse al análisis de imágenes en ámbitos como la semiótica.

Pero parece que en castellano es más lógico hablar de contenido reciclado si hemos de incluir todas esas categorías. No obstante, al final es cuestión de ver qué término termina teniendo éxito. De momento, nosotros apostamos por el de contenido reciclado.

Conclusiones

El plagio, cuando es realizado voluntariamente es una lacra. Cuando es fruto de un error, es una mala praxis. Aunque se trata de cosas que varían mucho en gravedad, en ningún caso pueden ser aceptadas.

El compromiso contra el plagio es importante, y el software antiplagio puede ayudar mucho. Sin embargo es imprescindible entender que este software no puede detectar plagio, en su lugar, puede detectar coincidencias, que a su vez, pueden ser plagio o no serlo en absoluto.

El concepto de autoplagio, que suele aparecer en el contexto del software antiplagio, carece de sentido y puede complicar, aún más, todo el tema. Los expertos recomiendan términos como text-recycling para diferenciarlo del auténtico plagio.

La razón es que el text-recycling o el contenido reciclado como preferimos nosotros, presenta una amplia casuística, y en algunos casos su uso puede ser legítimo tanto desde el punto de vista ético como legal. No está exento de limitaciones o de restricciones, pero queda fuera del ámbito del plagio, ya que este último no contempla ninguna excepción ni umbral de tolerancia.

El software antiplagio debe ser bienvenido. En cambio, su utilización sin un examen minucioso es irresponsable, porque puede causar daños innecesarios. No solo puede llevar a los editores a decisiones equivocadas, sino que puede comprometer de manera injusta, y tal vez irreparable, la reputación de un autor. Por eso, a la vez que celebramos su llegada debemos reclamar responsabilidad en su utilización.

Para saber más





INFORME: El futuro de las publicaciones científicas: abrir el registro de la ciencia, cómo hacer que la publicación académica funcione para la ciencia en la era digital. CLACSO , 2021

Publicado en blog Universo Abierto




El futuro de las publicaciones científicas: abrir el registro de la ciencia, cómo hacer que la publicación académica funcione para la ciencia en la era digital. CLACSO , 2021

DESCARGAR INFORME


En 2020, el Consejo Internacional de Ciencia (International Science Council-ISC) convocó a especialistas de un conjunto de instituciones, entre las cuales CLACSO, para preparar el informe Opening the record of science: making scholarly publishing work for science in the digital era  como parte de un proyecto internacional sobre el futuro de las publicaciones científicas, donde participa CLACSO defendiendo, como se indica en el informe, que la  gobernanza del sistema de publicaciones científicas debería estar principalmente en manos de la comunidad científica y sus instituciones y no en las de empresas privadas.

Esta es una traducción del resumen del Informe del International Science Council Abrir el registro de la ciencia: cómo hacer que la publicación académica funcione para la ciencia en la era digital. En caso de discrepancias entre la traducción y el texto original en inglés, prevalecerá la versión en inglés.

El informe se dirige principalmente a la comunidad científica y a sus instituciones, buscando establecer, en la medida de lo posible, una visión compartida de los principios y las prioridades del sistema a través del cual se difunden sus trabajos, y como precursor de la acción para promover un cambio beneficioso. Tiene una lógica distintiva. Propone una serie de principios normativos que deberían subyacer al funcionamiento de la publicación científica y académica; describe el panorama actual de la publicación y su trayectoria de evolución; analiza el grado de cumplimiento de los principios en la práctica; e identifica las cuestiones problemáticas que deben abordarse para hacer realidad esos principios.

La ciencia es indispensable para el esfuerzo humano como parte fundamental de su infraestructura intelectual. Su valor distintivo se deriva del escrutinio abierto de conceptos basados en la evidencia y contrastados con la realidad, la lógica y el escepticismo de sus pares. El conocimiento que se ha acumulado desde los primeros días de la práctica científica se actualiza, se renueva y se reevalúa continuamente mediante nuevos experimentos, nuevas observaciones y nuevos conocimientos teóricos, y se comunica públicamente en el registro científico publicado. Este registro expone la lógica y la evidencia de las afirmaciones de la verdad al escrutinio, lo que hace que la ciencia sea accesible para todos sus posibles usuarios a través de procesos de publicación amplia y abiertamente accesible, y con el potencial de uso innovador en una miríada de entornos educativos, sociales, económicos y culturales. Los procesos de publicación que logran estos fines y se adaptan a las necesidades y las prioridades de las disciplinas de la ciencia y la colaboración interdisciplinaria son esenciales para la función de la ciencia como bien público global.

PRINCIPIOS PARA LA PUBLICACIÓN CIENTÍFICA

Como base para analizar en qué medida la publicación científica y académica contemporánea sirve a los propósitos mencionados, se promueven una serie de principios fundamentales en la creencia de que es probable que sean duraderos a largo plazo. A continuación, los principios en forma abreviada:

I. Debería haber acceso abierto universal al registro de la ciencia, tanto para los autores como para los lectores.
II. Las publicaciones científicas deben llevar licencias abiertas que permitan la reutilización y la minería de texto y datos.
III. La revisión por pares rigurosa y continua es esencial para la integridad del registro de la ciencia.
IV. Los datos y las observaciones subyacentes a una afirmación de verdad publicada, deben publicarse al mismo tiempo.
V. Se debe mantener el registro de la ciencia para garantizar el acceso abierto de las generaciones futuras.
VI. Deben respetarse las tradiciones de publicación de diferentes disciplinas.
VII. Los sistemas deben adaptarse a las nuevas oportunidades en lugar de incorporar
infraestructuras inflexibles.

Estos principios han recibido un fuerte apoyo de la comunidad científica internacional representada por los miembros del International Science Council (ISC).

viernes, 18 de junio de 2021

Las editoriales más pequeñas, "las últimas en la cola" para los acuerdos de acceso abierto

Publicado en Times Higher Education

https://www.timeshighereducation.com/news/smaller-publishers-last-queue-open-access-deals

Las editoriales más pequeñas, "las últimas en la cola" para los acuerdos de acceso abierto

Entrevistas con sociedades científicas hacen temer que los sellos independientes se queden fuera del futuro de la edición

9 de junio de 2021

Jack Grove

Twitter: @jgro_the

Las editoriales independientes más pequeñas dicen que son "las últimas en la cola" cuando se trata de hablar con los consorcios de bibliotecas sobre posibles acuerdos de transformación, según un nuevo informe que destaca cómo las sociedades científicas están luchando para seguir el ritmo de las editoriales más grandes en el cambio a la publicación de acceso abierto.

Según el estudio, encargado por Coalition S y la Association of Learned and Professional Society Publishers, las sociedades científicas y las organizaciones profesionales propietarias de sellos académicos afirman que les resulta casi imposible iniciar conversaciones con los consorcios de bibliotecas sobre posibles acuerdos de acceso abierto.

Basándose en los comentarios de docenas de representantes de sociedades científicas y editores de bibliotecas universitarias, los autores del estudio -Alicia Wise, Lorraine Estelle y Dave Jago, de la consultora Information Power- informan de que "todos los editores pequeños con los que hemos hablado, sin excepción, han dicho que iniciar conversaciones con los consorcios de bibliotecas es increíblemente difícil".

"Son los últimos editores en la cola", afirman.

El estudio añade que algunas bibliotecas universitarias tenían un "enfoque despectivo y adverso" hacia las editoriales más pequeñas, y que algunas "trataban a una sociedad con 10 miembros de personal de la misma manera que podrían tratar a los representantes de ventas profesionales de una gran empresa".

"Un editor nos dijo que finalmente había conseguido que un consorcio hablara con ellos, sólo para que le dijeran que, como sus revistas sólo costaban 250 dólares al año, no eran lo suficientemente problemáticas como para justificar más conversaciones", relata el estudio.

Por su parte, los bibliotecarios señalan que sus consorcios "ya no tienen suficiente personal para trabajar con una enorme y larga cola de editoriales más pequeñas" y que estaban "en conflicto, tratando de resolver si debían invertir en su propia publicación y cómo hacerlo".

"El consorcio debe tener un impacto y, francamente, eso lo consiguen las editoriales más grandes", explica un grupo de bibliotecas citado en el informe. Y añaden: "Tenemos que cambiar nuestras normas para poder negociar con las editoriales más pequeñas; actualmente, debe haber un interés por parte de un número mínimo de miembros de nuestras bibliotecas para que podamos negociar y las sociedades más pequeñas pueden tener áreas temáticas muy nicho que sólo atraen a un subconjunto de nuestro consorcio".

El informe, que se publicó el 9 de junio coincidiendo con el inicio de la Feria del Libro de Londres, donde se celebrará el Foro de Investigación y Edición Académica en línea, también observó cómo la burocracia y la gobernanza bloqueaban los esfuerzos de las editoriales más pequeñas por colaborar con los consorcios de bibliotecas.

"Otro mensaje recurrente de la sociedad y de otros pequeños editores independientes es que, incluso cuando consiguen un acuerdo de consorcio, se espera que hablen con cada uno de los miembros de las bibliotecas para conseguir su adhesión", explica el informe.

"Informan de que las bibliotecas suelen tener recelos sobre los acuerdos de AA en principio, no siempre están convencidas de que sean sostenibles y no entienden que las editoriales de sociedad más pequeñas suelen ofrecer acuerdos neutrales en cuanto a costes y sin límites de número de artículos".

El informe recomienda que "las bibliotecas y los consorcios se aseguren de que su estrategia de acceso abierto incluya a las editoriales independientes más pequeñas y que las inviten a presentar ofertas de acuerdos de acceso abierto asequibles y de coste neutro".

***********************************************

Acceso a la literatura científica en Argentina: Rutas y percepciones de investigadores del CONICET

Publicado en blog Acceso Abierto en Movimiento

http://accesoabierto.fahce.unlp.edu.ar/entradas/acceso-a-la-literatura-cientifica-en-argentina-rutas-y-percepciones-de-investigadores-del-conicet


Acceso a la literatura científica en Argentina: Rutas y percepciones de investigadores del CONICET

Por Carolina Monti (04/05/2021)

Seguramente, lectora/lector de este blog, no se sorprenda si le digo que el sistema de publicación científica se encuentra en crisis desde hace varios años. Como profesionales de la información, bibliotecarias/os y defensores del acceso abierto ya tenemos muy en claro que el problema se encuentra en mayor medida en el actual modelo de negocio basado en suscripciones y publicación paga, que trata a las publicaciones como mercancías. Asimismo, sabemos que el Movimiento Internacional de Acceso Abierto ha sentado las bases para lo que por ahora sigue siendo el camino a seguir para lograr un cambio radical hacia un sistema de publicaciones enteramente en acceso abierto. Conocemos las iniciativas como AmeliCa en América Latina y el Plan S en Europa (cOAlition S /Plan S). También, conocemos casos de universidades o consorcios de instituciones académicas importantes que han terminado sus acuerdos comerciales con las grandes editoriales académicas comerciales. Pero ¿es todo esto suficiente? Parece que todavía resulta lejano revertir esta situación: un estudio estima que aún el 69% de los artículos publicados con DOI siguen estando solo accesibles a través de pago (Piwowar, Priem y Orr, 2019).

Entre tanto, otros estudios destaparon la olla: las y los científicas/os están usando sitios de descargas ilegales y redes sociales académicas para proveerse de la literatura científica necesaria para sus trabajos. Lo hacen sabiendo que muchas de estas formas son ilegales y existe evidencia de su uso en todas partes del mundo, incluyendo en nuestro país: un estudio que realizamos recientemente sobre el uso del sitio Sci-Hub mostró que las descargas realizadas desde Argentina tuvieron un gran aumento de 2015 a 2017, año en el que las descargas fueron más de un millón -un 1% de las registradas a nivel mundial- y las demandas respondieron en su mayor parte a trabajos publicados por las grandes editoriales comerciales internacionales y a temas relacionados con la salud.

Parecería ser que la piratería se ha convertido en una parte inevitable de la comunicación científica. Aunque suelen ser rechazadas por varios autores dentro del Movimiento de Acceso Abierto (Suber, 2012,; Piwowar et al., 2018; Machin-Mastromatteo, J. D., Uribe-Tirado, A., y Romero-Ortiz, M. E., 2016, entre otros), las herramientas y estrategias ilegales o ”piratas” también pueden ser consideradas dentro del mismo, como otra posible víaAcceso Abierto Alternativo o Paralelo (Penn, 2018), Acceso Abierto Negro (Bjork, 2017) o Acceso Abierto Guerrilla (Swart, 2008).

Las abanderadas de esta vía, son las llamadas bibliotecas en la sombra (1), que comparten, entre otros, un objetivo común al de los repositorios institucionales: dar difusión abierta a los artículos publicados en revistas científicas por suscripción y también suelen ser un producto de la cooperación entre académicos/as. Con su permiso, ¿me dejarían decir que las bibliotecas en la sombra representan un enfoque radical de la vía verde del acceso abierto? Según Bodó, Anta y Puha (2020), estas son una aproximación física al ideal platónico de compartir el conocimiento que existiría si no hubiera barreras legales, económicas o institucionales a la circulación del conocimiento académico. En esta misma línea se ubica el pensamiento de Alexandra Elbakyan, la creadora de Sci-Hub, quien ha declarado ser defensora del Acceso Abierto y ha dicho que para que sitios como el suyo puedan funcionar sin tener problemas, hay que cambiar el sistema (Elbakyan, 2016). Viéndolo así, Sci-Hub ¿podría ser considerado como un futuro repositorio digital mundial?

Para avanzar en la discusión de estos temas en Argentina hace falta más evidencia empírica. Es por eso que junto a un grupo de investigadores del CONICETUmaiFLACSO y UNLP, realizamos una encuesta entre investigadores y becarios/as del CONICET a fin de contribuir con la búsqueda de respuestas a las cuestiones planteadas. Los primeros resultados difundidos pueden consultarse completos aquí.

En esta encuesta los y las investigadoras nos dijeron que descargan unos 11 documentos por semana y en el transcurso del 2020, un 57% accedió a más de 100 trabajos. La vía de acceso ilegal e impaga fue la más usada: el 90% señalaron usar sitios como Sci-Hub, LibGen y similares. Incluso, el 85% afirmó hacer un uso frecuente y muy frecuente. Le sigue el uso frecuente y muy frecuente de los sitios de acceso abierto (66%). Por otro lado, el uso de sitios de descarga legales pagos (mediante recursos propios, con subsidios de proyectos, usando servicios bibliográficos pagados por instituciones, como por ejemplo, la Biblioteca Electrónica de Ciencia y Tecnología, BECYT) fue mucho menor, sólo un 24% declara uso frecuente o muy frecuente, mientras que un 60% señala que las usa raramente o nunca. También observamos que muchos/as (un 59%) no pueden distinguir desde donde accedieron a los documentos.


    (Gráfico 1 Modalidades de acceso a la literatura científica)

Ahora bien, ¿por qué parecen usar más las vías ilegales e impagas que otras modalidades de acceso? Según esta encuesta, las razones prácticas son esenciales: la imposibilidad de acceder de otra forma fue la razón más elegida (un 75%), y además encuentran una facilidad relativa frente a otros servicios legales (un 38%). Por otro lado, también fueron seleccionadas motivaciones asociadas a creencias valorativas que se expresaron en buena medida en las ideas de que la literatura científica no debe tener barreras de pago (67%), que estos servicios ilegales contribuyen al progreso de la ciencia (61%) y la oposición al aprovechamiento por parte de las editoriales de autores y evaluadores (42%).

Pero ¿está mal usar estos sitios? ¿Es siempre ilegal? La encuesta nos aproximó a las representaciones de legalidad y moralidad sobre el acceso y la difusión de información científica que tienen los y las investigadoras del CONICET y si varían según si el trabajo es propio o ajeno, si se descarga o se comparte. Entre el 64% y el 95% -variando según cada uno de los cuatro escenarios propuestos-, consideró correcto o parcialmente correcto, descargar y circular la literatura científica de la forma que sea (Sci-Hub, redes académicas, redes sociales, etc.). En apariencia, hay una separación entre legalidad y corrección moral y las representaciones de una acción como ilegal no impide considerarla moralmente correcta.

Si bien deberíamos ver que está sucediendo en otros ámbitos académicos, como en nuestras universidades, centros e institutos, este estudio nos aporta evidencia empírica de que al menos una parte de los y las científicas argentinas están efectivamente usando -y mucho- los sitios de descarga ilegal e impago para poder acceder a la literatura que necesitan. No solo eso, sino que también parece ser la forma elegida entre otras -incluidos los sitios que proveen literatura de acceso abierto y/o modalidades pagas, como suscripciones institucionales-, y a sabiendas de que son ilegales, sin considerarlas por ello moralmente incorrectas.

Me pregunto - y nos pregunto- ante este panorama que se vislumbra ¿debemos seguir desconociendo a la vía negra o alternativa como acceso abierto? Como profesionales de la información, ¿echamos luz sobre esas sombras?

El informe completo puede leerse aquí:

Zukerfeld, M., Liaudat, S., Terlizzi, M.S., Monti, C. y Unzurrunzaga, C. (2021, abril). Un fantasma recorre la ciencia, el fantasma de la piratería. Prácticas y representaciones acerca del acceso a la literatura científica [Informe preliminar de investigación]. Recuperado de http://bit.ly/PyDG21

Nota:

(1) Como Sci-Hub, Libgen y muchas -más pequeñas- que existen en las periferias de los ámbitos académicos.

Créditos de las imágenes, en orden de aparición:

Imagen 1. Sketching science https://sketchingscience.org/

Gráfico 1. Zukerfeld, Liaudat, Terlizzi, Monti, C. y Unzurrunzaga, C. (2021, abril)

Imagen 2. Elaboración propia

Referencias:


"¡Quemadlo con fuego!" - El uso de ChatGPT «polariza» a los revisores

Publicado en THE Times Higher Education https://www.timeshighereducation.com/news/corrupting-chatgpt-use-polarises-peer-reviewers   Quemadlo...