viernes, 10 de noviembre de 2023

EUROPA va por un nuevo plan para la publicación en acceso abierto

Publicado en Science|Business
https://sciencebusiness.net/news/open-science/new-plan-proposed-open-access-publishing?utm_source=ActiveCampaign&utm_medium=email&utm_content=US+launches+new+controls+to+guard+against+AI+being+used+to+create+biothreats&utm_campaign=Science%7CBusiness+Bulletin+No++1163 


Se propone un nuevo plan para la publicación en acceso abierto


02 Nov 2023 | Noticias


Los defensores del acceso abierto en Europa proponen una reforma del sistema para que la publicación científica sea más rápida, abierta y orientada a los investigadores.


By Goda Naujokaitytė



Pretenden crear un sistema dirigido por los investigadores en el que cada autor decida dónde y cuándo publicar su trabajo. Y lo que se publique no se limitaría a los artículos científicos, ya que la Coalición S pide a los autores que pongan a libre disposición todos los resultados de la investigación, incluidas las versiones anteriores de los artículos y los informes de revisión por pares asociados. 


"Queremos que esos resultados estén disponibles antes, y que el debate en evolución esté abierto para que todo el mundo pueda verlo", afirma Johan Rooryck, director ejecutivo de cOAlition S. "En el sistema actual, oscurecemos el proceso que hay detrás de un solo resultado de investigación".


El plan cuestiona el actual enfoque del intercambio de conocimientos basado en los artículos, llamando la atención sobre todo el proceso de generación de conocimientos, incluida la revisión por pares. 


También pretende transformar la relación entre editores e investigadores, de modo que los primeros actúen como proveedores de servicios. "Queremos llegar a una nueva asociación público-privada con los proveedores de servicios, en la que el poder no esté unilateralmente en manos de los editores académicos, sino que sea compartido", afirma Rooryck.  


cOAlition S ha abierto una consulta pública sobre el borrador de la propuesta para recabar opiniones y ver cómo aterrizan las ideas en las distintas comunidades de investigación, desde las ciencias de la vida hasta las humanidades.


"No es algo que impongamos como política: es una conversación sobre si podemos avanzar hacia un sistema de publicación más abierto y rápido", dice Rooryck. 


La coalición fue la primera en iniciar un movimiento global hacia una publicación de acceso más abierto, a partir de 2018. Sus miembros, en su mayoría grandes organizaciones de financiación y ejecución de la investigación, encabezaron la iniciativa de publicación "Plan S" de la UE, en virtud de la cual se comprometieron a publicar sus investigaciones en revistas sin muros de pago, lo que permitiría que los resultados llegaran a más lectores. La nueva propuesta "es una continuación natural", afirma Rooryck.


os gobiernos europeos están dispuestos a adoptar estos conceptos. En mayo, los ministros de Ciencia de la UE aprobaron una declaración conjunta en la que pedían que la publicación en acceso abierto inmediato y sin restricciones fuera "el modo por defecto en la publicación, sin tasas para los autores". La declaración, sin embargo, no cayó bien entre los editores, que la vieron como un desafío a su condición lucrativa, que según ellos favorece la eficiencia, la sostenibilidad y la longevidad de la edición científica.


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New plan proposed for open access publishing

02 Nov 2023 | News

Europe’s open access advocates set out a vision for system-level reform to make scientific publishing faster, more open and scholar-led

By Goda Naujokaitytė



The group of leading research funding agencies in cOAlition S is looking to step up the push for a more open, equitable and faster science publishing system, in a proposal for system-level reform.

They envision a scholar-led system in which each author decides where and when to publish their work. And what gets published would not be limited to scientific articles, with cOAlition S calling on authors to make all research outputs freely available, including earlier versions of articles and associated peer review reports. 

“We want those results to be available earlier, and the evolving discussion be open for everyone to see,” says Johan Rooryck, executive director of cOAlition S. “In the current system, we obscure the process that lies behind a single research result.” 

The plan challenges the current article-led approach to knowledge sharing, drawing attention to the entire process of knowledge generation, including peer review. 

It also aims to transform the relationship between publishers and researchers, with the former acting as service providers. “We want to come to a new public-private partnership with service providers, where the power is not held unilaterally in the hands of academic publishers, but is shared,” says Rooryck.  

cOAlition S has opened a public consultation on the draft proposal to gather opinions and see how the ideas land in different research communities, from life sciences to humanities.

“This is not something we’re imposing as policy – it’s a conversation on whether we can move towards a more open, faster publication system,” says Rooryck. 

The coalition was the first to usher in a global movement towards more open access publishing, starting in 2018. Its members, mostly big research funding and performing organisations, spearheaded the EU’s “Plan S” publishing initiative, under which they committed to publishing their research in paywall-free journals, allowing the results to reach more readers. The new proposal “is a natural continuation,” says Rooryck. 

There is willingness to embrace these concepts in European governments. In May, EU science ministers adopted a joint statement calling for immediate and unrestricted open access publishing to be “the default mode in publishing, with no fees for authors.” The statement, however, did not land well with publishers, which saw it as a challenge to their for-profit status, which they say supports efficiency, sustainability and longevity in scientific publishing. 



jueves, 9 de noviembre de 2023

Colonialidad y rankings universitarios

Publicado en CAMPUS. Suplemento sobre educación superior
https://suplementocampus.com/colonialidad-y-rankings-universitarios/


Colonialidad y rankings universitarios

9 noviembre, 2023 por Marion Lloyd

Un estudio desmitifica la búsqueda por la "mejor universidad" como una meta que en realidad afecta la calidad educativa

Lejos de mejorar la calidad de la educación superior, los rankings universitarios reproducen un poderoso mito: que puede existir tal cosa como la “mejor universidad”. Al favorecer un solo modelo de institución —la universidad de investigación anglosajona, del cual Harvard es el ejemplo por excelencia—, las clasificaciones jerárquicas perpetúan estructuras coloniales y promueven una “carrera armamentista” en la academia, en detrimento de la equidad y las prioridades locales y nacionales, sobre todo en el Sur Global.

Esta es la conclusión de una declaración emitida el 1 de noviembre por el Grupo de Expertos Independientes (IEG, por sus siglas en inglés), convocado por el Instituto Internacional de Salud Global de la Universidad de las Naciones Unidas (IIGH-UNU). El grupo, conformado por 16 especialistas de seis continentes, incluyendo a esta columnista, se suma a una creciente campaña global por desmitificar y deslegitimar el modelo de las clasificaciones. El documento plantea dos argumentos centrales: que las metodologías de los rankings son arbitrarias y que privilegian una visión colonialista de “calidad” en la educación superior.

“Los criterios y métodos empleados por los rankings internacionales de universidades reflejan perspectivas, estándares y tradiciones que favorecen a las universidades del Norte Global, más ricas, más antiguas, más grandes, y más orientadas a la investigación; y refuerzan varias desigualdades y prejuicios arraigados en las historias coloniales”, dice el Statement on Global University Rankings

Asimismo, afirma: “Al marginalizar y devaluar otras culturas epistémicas y formas de creación del conocimiento, los rankings internacionales reflejan y refuerzan una forma de colonialidad en la educación superior. Además, el sesgo hacia la ´investigación de punta´ aleja a las universidades de tipos de investigación más prácticos, orientados a la acción, y con mayor relevancia para las verdaderas necesidades del mundo real, las políticas y los programas”.

Como ejemplo, apunta a la obsesión de gobiernos en Asia, África, y, en menor medida, América Latina, por crear “universidades de clase mundial”, en su afán por competir en los rankings. En el proceso, desvían escasos recursos hacia un grupo selecto de instituciones, en detrimento de los sistemas en su conjunto y de prioridades locales.

Entre áreas no prioritarias para los rankings están los programas en salud pública, que no suelen generar publicaciones de alto impacto. Sin embargo, son vitales para el bienestar de las sociedades, como demostró la pandemia por covid-19. Esta, señaló la declaración, “mostró la importancia particular de las universidades para proporcionar evidencias y análisis sobre la salud pública, tanto para los diseñadores de políticas, como para el público en general. Del mismo modo, evidenció lo indispensables que son las universidades, su personal y los estudiantes, para brindar ayuda a los trabajadores de la salud y las comunidades locales”.

No obstante, en vez de promover las funciones sociales de las instituciones, los rankings han fomentado lo que Jürgen Enders, catedrático de la Universidad de Bath, ha denominado una “carrera armamentista” en la academia. “En vez de impulsar la responsabilidad compartida y la cooperación, los rankings incentivan a las universidades y los académicos a competir y priorizar actividades que mejoren sus propias posiciones. Como resultado, pueden debilitar mejoras sistémicas y limitar la capacidad de la educación superior para enfrentar retos sociales de forma colectiva”, afirma la declaración.

¿Solución o parte del problema?
No es la primera vez que se señalan los efectos no deseados de estos sistemas de clasificación. Prácticamente desde 1983, cuando la revista norteamericana U.S. News & World Report comenzó a publicar el ranking de “Best Colleges” (mejores universidades), han surgido críticas por parte de las universidades y especialistas en políticas de educación superior. No obstante, con la publicación de la primera clasificación global, el “Academic Ranking of World Universities” (publicado por la consultora ShanghaiRanking), en 2003, han cobrado cada vez mayor fuerza; siguieron los rankings mundiales del Times Higher Education (THE) y Quaquarelli Symonds (QS), en 2004 y 2009, respectivamente. Actualmente existen más de 60 ranqueos internacionales, muchos de ellos producidos por las mismas tres empresas, las cuales cobran por realizar consultorías a las universidades —en un claro conflicto de interés—.

Para los proponentes de los rankings, estos sirven para mejorar la calidad de las instituciones, orientar a hacedores de políticas universitarias y proveer información objetiva a estudiantes y sus familias. Para los críticos, sin embargo, prometen una ficción de calidad, a través de metodologías arbitrarias (que incluyen encuestas de opinión), cambiantes y esencialmente inútiles. Peor aún, promueven prácticas deshonestas por parte de las universidades, en el afán por mejorar sus posiciones.

A finales del año pasado, varias de las universidades más prestigiadas de Estados Unidos anunciaron que dejarían de proveer información a los distintos rankings producidos por U.S. News & World Report, desatando un boicot por parte de decenas de instituciones estadounidenses. En julio de 2023, los ministros de educación de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica —los llamados países BRICS—, anunciaron planes para crear su propio ranking, para contrarrestar los sesgos de los sistemas actuales. Y en septiembre, la Asociación Europea de Universidades presentó una declaración condenando el mal uso de las clasificaciones por parte de ministros de educación y otros actores relevantes. El mismo mes, la Universidad de Utrecht, en Alemania, anunció que dejaría de participar en el ranking del Times Higher Education, citando las “prácticas altamente cuestionables”, e incitó a sus pares a seguir su ejemplo.

El atractivo de los rankings
Pero si los problemas con los rankings son bien sabidos, ¿por qué el modelo sigue en crecimiento? Desde 2005, cuando se aprobó una serie de lineamientos por parte del Grupo Internacional de Expertos en Rankings (IREG, por sus siglas en inglés), el número de clasificaciones internacionales ha aumentado de 6 a 63, según un recuento de la Dirección General de Evaluación Institucional de la UNAM. Se incluyen nuevas clasificaciones por región, áreas de conocimiento y tipo de programas, entre otras.

Según Riyad Shahjahan, un experto en rankings de la Universidad Estatal de Michigan y miembro del IEG de la UNU, los rankings responden a un deseo de los seres humanos de ordenar el mundo. Argumenta que el modelo es “altamente pegajoso”, ya que provee respuestas aparentemente fáciles a preguntas difíciles. Tan es así, que muchos gobiernos los utilizan para determinar la asignación de becas para estudios en el extranjero, así como para otorgar visas de trabajo. Por ejemplo, en Holanda y Dinamarca, los egresados de las instituciones mejor ranqueadas reciben puntos extra en sus solicitudes de visa. Las clasificaciones también influyen en la asignación de recursos dentro de las instituciones, privilegiando las áreas de investigación por encima de la docencia y la extensión universitaria. En algunos casos, como Francia, los gobiernos inclusive han fusionado universidades existentes con tal de mejorar su presencia en los rankings, que tienden a favorecer las instituciones de mayor tamaño.

¿Qué hacer contra estas clasificaciones?
Si los propios expertos concuerdan en que la eliminación de los rankings “no es inmediatamente factible”, ¿cómo combatir los efectos perversos de estos sistemas? Según el grupo de la UNU, cualquier estrategia debe involucrar campañas para educar a los distintos actores: gobiernos, organizaciones internacionales, universidades, medios de comunicación, padres de familia, y estudiantes. Entre las propuestas está que las universidades dejen de proveer información a estas empresas y publicitar los resultados favorables en sus páginas institucionales. Así hizo la UNAM recientemente, cuando fue colocada en el lugar 93 del mundo, y primero en Hispanoamérica, en el ranking QS 2024. Lo que no mencionó, sin embargo, es que fue ubicada en el rango 801-1000 del ranking mundial del Times Higher Education de 2024. A su vez, las autoridades educativas deberían dejar de utilizar los rankings como referencia en la asignación de recursos y el diseño de políticas universitarias.

En conclusión, todos estos grupos “deben luchar para evitar la fascinación por el prestigio, conociendo mejor las limitaciones conceptuales, metodológicas, y éticas, entre otras, de los rankings internacionales de universidades”.

Cuánto ganan en APC para publicar en acceso abierto las 5 grandes: Elsevier, Sage, Springer-Nature, Taylor&Francis y Wiley

Publicado en MIT Press Direct
https://direct.mit.edu/qss/article/doi/10.1162/qss_a_00272/118070/The-Oligopoly-s-Shift-to-Open-Access-How-the-Big


Descargar artículo en: https://watermark.silverchair.com/qss_a_00272.pdf?token=AQECAHi208BE49Ooan9kkhW_Ercy7Dm3ZL_9Cf3qfKAc485ysgAAA2MwggNfBgkqhkiG9w0BBwagggNQMIIDTAIBADCCA0UGCSqGSIb3DQEHATAeBglghkgBZQMEAS4wEQQMFV8ilCglNMCCoxQ0AgEQgIIDFvRZSsN95koj-R4eOZ1u1jRM5T7FOUlL2gfLHbrDPodCJq_H83viZxRUKZdCi7JLdiNYyWgVK3d-9s7a_kSTtQYqytsLk6xGLlw6GPKG2ruQ-nXMGRj5SyIyyEl3EGS2grOkU83Tnh2Z3EKIrp_sRD2o4uHnyrTD5FhHpq4sSubkua-36-NL7rFjzkp2QqAohcUe2MWMbkDJcstRoQmnVIElSv62gwewoK7kTjg_1VshlZDWB-FJVT_C1BPp5eNdwNG_tJWAPvctd8xim_bjAIAtqQtG5uRc0PbZe8YXqbbAx7JbJhSiSlWsgQAF2SCZuOYncPbhSf7UwgrM1b8Lu1eXltuNe4v43PQZekE5i5uBWl47SJKRE_NaAKltMtD0GdqTR03y-QQgCf4r4VBIEu8AeCVLRs4LJ-PnTwVr97LD4oy3HFIEfh35HWtnW0NGwYdh4xVkhma7qs48Wtlp76391WyZ9oO4OMzlbopA6idKcRZbvaqhqr3DrBFNtEdgKOX_5yplcwuYzn3C2eBxgcBau2hHT8LW5TMYhK78rZ-BQ2TM4_BBna10_cO84jDb5RldV0TMlHtqoT5M9GV1FqmfAfsZ4OPysNfFVgdklu8-Rj2NAmc8sw3bTGvm5O_N1nRLakYs1bxBhUHXZ82UBrqUL7ZNa0ju1PZAMTiisv-xLXyPJUnsrdRuDsLofzGaquX_FY00wJqDo4EBUe2jSVx5-PtmGpJqrUWpuOPYBtcpnkYtWSHWO9YO6Nge-cQl9XkbCc0mKBu1cZWsFMf1sVq0Dwy-56WBzhPvD21fL8nyP0y0Ay9UHI_5fkzYQWsXwsJp0cxte-CxXSaFjdVbLN45HFmEkMOuNde01axlDCJb6Ivh6c9UoQmmdjUdosRLYFY_e3defOL8QEpqDp_pNjexFhAhVU2eCERwf-xnSeFQp7Xs05sl-iMCbNPr_yWKbL3djdUPn5wNVjk2TegXwCdZbWI-f2-rXjpEQ7-FbAFU5oJsz0tP9llitLJIEK0lAoDReXSWdX9ejyfGmj2UW4AaILY_HZA 

El cambio de los oligopolios al acceso abierto. Cómo se benefician las cinco grandes editoriales académicas de los cargos por procesamiento de artículos

Resumen
Este estudio tiene como objetivo estimar la cantidad total de cargos por procesamiento de artículos (APC) pagados para publicar en acceso abierto (OA) en revistas controladas por las cinco grandes editoriales comerciales Elsevier, Sage, Springer-Nature, Taylor & Francis y Wiley entre 2015 y 2018. Utilizando los datos de publicación de WoS, el estado de OA de Unpaywall y los precios anuales de APC de los conjuntos de datos abiertos y las tarifas históricas recuperadas a través de Internet Archive Wayback Machine, estimamos que, a nivel mundial, los autores pagaron 1,060 millones de dólares en tarifas de publicación a estos editores entre 2015 y 2018. Los ingresos por OA Gold ascendieron a 612,5 millones de dólares, mientras que 448,3 millones de dólares se obtuvieron por publicar OA en revistas híbridas. Entre las cinco editoriales, Springer-Nature obtuvo la mayor cantidad de ingresos por OA (589.7 millones de dólares), seguida de Elsevier (221.4 millones de dólares), Wiley (114.3 millones de dólares), Taylor & Francis (76,8 millones de dólares) y Sage (31,6 millones de dólares). Dado que Elsevier y Wiley obtienen la mayor parte de los ingresos por APC de las tasas híbridas y otras se centran en el oro, se observan diferentes estrategias de 
 APC  entre las editoriales.


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November 03 2023
The Oligopoly’s Shift to Open Access. How the Big Five Academic Publishers Profit from Article Processing Charges 
Quantitative Science Studies 1–33.
Abstract

This study aims to estimate the total amount of article processing charges (APCs) paid to publish open access (OA) in journals controlled by the five large commercial publishers Elsevier, Sage, Springer-Nature, Taylor & Francis and Wiley between 2015 and 2018. Using publication data from WoS, OA status from Unpaywall and annual APC prices from open datasets and historical fees retrieved via the Internet Archive Wayback Machine, we estimate that globally authors paid $1.06 billion in publication fees to these publishers from 2015–2018. Revenue from gold OA amounted to $612.5 million, while $448.3 million was obtained for publishing OA in hybrid journals. Among the five publishers, Springer-Nature made the most revenue from OA ($589.7 million), followed by Elsevier ($221.4 million), Wiley ($114.3 million), Taylor & Francis ($76.8 million) and Sage ($31.6 million). With Elsevier and Wiley making most of APC revenue from hybrid fees and others focusing on gold, different OA strategies could be observed between publishers.

Peer Review

https://www.webofscience.com/api/gateway/wos/peer-review/10.1162/qss_a_00272

This content is only available as a PDF.

miércoles, 8 de noviembre de 2023

ESPAÑA: Los investigadores podrán eludir la 'dictadura de los papers' y las revistas científicas

Publicado en elDiario.es
https://www.eldiario.es/sociedad/investigadores-podran-eludir-dictadura-papers-revistas-cientificas_1_10661432.html



Los investigadores podrán eludir la 'dictadura de los papers' y las revistas científicas

La Aneca 'reabre' la ciencia y propone que también se puedan acreditar sexenios de investigación con méritos como patentes, informes, dictámenes, trabajos técnicos o artísticos, exposiciones, catalogaciones o conjuntos de datos, excavaciones arqueológicas o metodologías

Entrevista — Pilar Paneque: “La exigencia de publicar constantemente lleva a un sistema científico de cantidad, no de calidad


Es posible que nunca antes haya habido tanta expectación por algo con un nombre tan poco atractivo como Resolución de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora por la que se publican los criterios específicos aprobados para cada uno de los campos de evaluación. Pero en este documento, que publica cada año la Aneca (la agencia encargada de evaluar la carrera académica del profesorado) para reconocer sexenios de investigación (periodos de seis años, que otorgan al investigador un bono económico y le permiten prosperar en la academia), está buena parte de la clave para cambiar la ciencia, sumida en una espiral cuantitativa que provoca disfunciones y merma la calidad de la investigación.

La nueva directora de la Aneca había prometido hacerlo para sacar a investigadores y universidades de “la dictadura de los papers" que rige el sistema de producción de ciencia. Del temido (y odiado) factor de impacto de las revistas. Este lunes se ha publicado por fin el borrador de la resolución, que además por primera vez sale a consulta pública, (hasta el 19 de noviembre). Y que avanza hacia ese cambio admitiendo nuevos formatos y nuevos soportes como méritos de investigación reconocibles más allá del artículo. Como ya recogía una orden de 1994, hoy olvidada.

Dice el texto: “Se amplía (...) el abanico de aportaciones y posibles medios de difusión que pueden justificar una actividad investigadora durante el periodo evaluado”. Y enumera nuevos posibles soportes: “Publicaciones, patentes, informes, estudios, dictámenes, trabajos técnicos, trabajos artísticos, exposiciones, excavaciones arqueológicas, catalogaciones, etc.”. Añade la Aneca que ante “la situación general de la ciencia en España (...) pueden justificar actividad investigadora los conjuntos de datos, las metodologías y el código de las aplicaciones informáticas desarrolladas”.

Esto quiere decir que la Aneca dejará de valorar exclusivamente como mérito los artículos científicos, donde únicamente se tiene en cuenta la revista de publicación como indicador de la calidad del paper en cuestión. El sistema ya fue así, pero se fue restringiendo con el paso de los años para acabar centrado exclusivamente en las revistas (más cómodo para el evaluador, que solo tenía que ver dónde se publicaba un artículo para valorarlo). Con esta nueva orden, que pedía la comunidad científica, se armoniza la evaluación con la acreditación para ser profesor universitario, abierta ahora al software, la creación artística o los congresos, entre otros nuevos méritos.

“Se realiza un reajuste en la combinación de los métodos cualitativos y los indicadores cuantitativos utilizados para la valoración de las aportaciones presentadas”, sostiene el borrador de resolución.

Otro aspecto novedoso de la propuesta de la Aneca es que “los resultados de la investigación (...) estén disponibles en acceso abierto, cuyo acceso gratuito y libre debe fomentarse mediante el desarrollo de repositorios institucionales o temáticos de acceso abierto, propios o compartidos”. Actualmente, si las revistas donde se publica son de acceso abierto es porque el investigador ha pagado previamente; si no, se paga por leer. Pero alguien suele pagar, y en ocasiones se hace dos veces. En España, en la inmensa mayoría de los casos es siempre dinero público. También es habitual colgar los trabajos en repositorios de acceso restringido (como ResearchGate o Academia)

Entre las novedades de la propuesta de la Aneca de este año está también la creación de un nuevo campo de conocimiento (los sexenios se entregan por áreas) que será interdisciplinar para la actividad investigadora de carácter más transversal y difícil de cuadrar en un campo concreto.

Sin ruptura con lo anterior

Pero el texto tampoco supone una ruptura completa –los sexenios de investigación afectan a un periodo de seis años y no se pueden cambiar las normas de juego a mitad de la partida, según defiende Paneque–, por lo que la resolución mantiene también la estructura anterior: publicar en las revistas que el “ecosistema científico” ha decidido que son las más relevantes (las que más se citan en el sector) sigue siendo un mérito en sí mismo (es la revista la que hace la criba: una vez publicado, se da por bueno que el artículo es de calidad), aunque tampoco será exactamente igual porque habrá que justificar la publicación, como explica la bibliotecaria Amelia López en este hilo.

Uno de los principales problemas que provoca este método, llevan años advirtiendo los expertos, es la deriva que ha sufrido el sector en los últimos años: de pagar por leer, los investigadores han pasado a pagar por publicar, lo que ha generando un mercado de revistas que publican casi todo porque, para ellas, publicar es ganar dinero. También ha provocado que se haga investigación solo para publicar y acumular méritos, según han detectado algunos estudios, sin aportar nada realmente novedoso a la ciencia.

Tras los pasos de Dora y Coara

El movimiento de la Aneca sigue las últimas recomendaciones internacionales, que proponen realizar cambios en la manera en que se evalúa la producción científica. “Aconseja integrar ya en esta convocatoria las orientaciones del movimiento internacional de reforma de la evaluación de la investigación, al que se ha incorporado Aneca en este año 2023 a través de su adhesión a la San Francisco Declaration on Research Assessment (DORA) y a los acuerdos y principios de la Coalition for Advancing Research Assessment (CoARA). En los diversos campos y subcampos de evaluación esto se concreta, conforme a las reglas aplicables a cada disciplina científica, en la solicitud de una narración justificativa de los indicios de relevancia e impacto de cada aportación (métodos cualitativos), apoyados por un uso responsable de indicadores cuantitativos”, explica la agencia.

El texto propone que cada investigador justifique el impacto de su aportación cuando esta se produzca fuera del ecosistema de las revistas tradicionales. También en ellas, de hecho. Esta práctica se realizará por el momento a través de las “aportaciones extraordinarias” que, como su nombre indica, habitualmente han de ser escasas o especiales, pero que este año –o en el ínterin que dure la transición hacia el nuevo sistema– se aceptará con carácter general.

El proceso de evaluación de los méritos presentados, con “criterios y metodologías de evaluación cualitativas y cuantitativas”, tomará como referencia “la narrativa aportada por la persona solicitante en los 'indicios de relevancia e impacto' de cada aportación”, explica el texto. Y pone ejemplos: “Se defenderá el impacto científico de la aportación a través de citas recibidas contextualizadas excluyendo autocitas, de su proyección internacional, de los proyectos nacionales o internacionales que han financiado la investigación o que se han derivado de ella, de los premios recibidos, de las traducciones de la obra, entre otros; y/o la contribución de dicha aportación a la generación de impacto social evidenciado, por ejemplo, a través de aportaciones al diseño e implementación de políticas públicas, contribución al desarrollo de productos y servicios o cualquier otro aspecto que se considere relevante”. Y se recomienda hacer un “uso responsable de indicadores cuantitativos (indicadores bibliométricos normalizados, entre otros)”, en alusión al sistema de revistas.

Según el borrador, que incluye un apéndice con varios cuadros para explicar el nuevo sistema, se permitirán las clásicas métricas de citación, pero también de uso y lectura (volumen de descargas, visualizaciones o visitas), las métricas de influencia o adopción social (menciones a fuentes externas del ámbito académico) y métricas de visibilidad social (plataformas sociales en línea, “preferentemente académicas y especializadas”). También se informa de que se valorará la difusión de las aportaciones en abierto o compartir datos brutos, metodologías, etc. “de forma abierta y transparente”.


Transformación de la investigación: el cambio en la era de la IA, lo abierto y el impacto

  Publicado en blog  Universo abierto https://universoabierto.org/2024/10/29/transformacion-de-la-investigacion-el-cambio-en-la-era-de-la-ia...