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viernes, 15 de diciembre de 2023

Revista Nature reconoce a ChatGPT como autor estelar del año

Publicado en Nature
https://elpais.com/ciencia/2023-12-13/la-revista-nature-elige-por-primera-vez-entre-sus-cientificos-del-ano-a-un-ente-no-humano-chatgpt.html




La revista ‘Nature’ elige por primera vez entre sus científicos del año a un ente no humano: ChatGPT

La prestigiosa publicación científica destaca al chabot junto a uno de sus creadores, a una pionera olvidada de los fármacos para perder peso y al científico detrás de un avance histórico contra el cáncer


Cada diciembre, la revista Nature elige a diez protagonistas de algunas de las historias más relevantes para la ciencia ese año. En la selección que presenta hoy de 2023, por primera vez, ha incluido a un ente que no es humano. ChatGPT, un robot capaz de responder a preguntas y mantener conversaciones de una forma más o menos inteligente, ha ayudado a escribir trabajos académicos, ha resumido artículos científicos y ha elaborado documentos que han servido para pedir ayudas de investigación. Además, ha intensificado el debate en torno a los límites de la inteligencia artificial, la naturaleza de la inteligencia humana y el modo en que se tienen que regular estas nuevas tecnologías.

Junto al potencial que tiene esta tecnología para la gestión del conocimiento o, incluso, la generación de nuevo saber, los editores de Nature apuntan a la necesidad de transparencia en el manejo de una herramienta tan potente. “El tamaño y la complejidad de los modelos de lenguaje de gran tamaño [en los que se basan programas como ChatGPT] significa que son intrínsecamente cajas negras, pero comprender por qué producen lo que producen es más difícil cuando su código y sus materiales de entrenamiento no son públicos, como sucede con ChatGPT”, advierten. Aunque no se sabe lo que darán de sí estos modelos y los límites que pondrán la capacidad de computación o las bases de datos disponibles, la revolución de la inteligencia artificial generativa es imparable.

El cerebro humano tras la inteligencia artificial

Aunque se reconoce como protagonista a una máquina, en la selección de Nature también se incluye a uno de sus creadores. Ilya Sutskever, científico jefe y confundador de OpenAI, la organización que creó ChatGPT, es una de las mentes en la vanguardia de la inteligencia artificial generativa. Él vio esta compañía, regada con miles de millones de euros por Microsoft, como una oportunidad para desarrollar una inteligencia artificial general, capaz de superar a la de los humanos y de desarrollar su propia consciencia. En los últimos meses había dirigido sus esfuerzos hacia la creación de un método que permita dirigir y controlar sistemas de inteligencia artificial más inteligentes que los humanos.

Sutskever ve el potencial de la inteligencia artificial demasiado grande para que los modelos estén disponibles para cualquiera que quiera utilizarlos y fue de los primeros en darse cuenta de que los sistemas que habían empezado a desarrollar científicos como su mentor, Geoffrey Hinton, empezarían a mostrar sus capacidades actuales con el aumento de la capacidad de computación. Hace un mes se vio arrastrado por un torbellino de pasiones humanas en la empresa que fundó. Como miembro del consejo de administración de OpenAI, destituyó a su consejero delegado, Sam Altman, por pérdida de confianza. Tres días después aseguraba en un tuit que lamentaba esta decisión. Dos meses antes había advertido que quien valorase la inteligencia por encima del resto de cualidades humanas lo iba a pasar mal.

Nacen ratones a partir de células de dos machos

Katsuhiko Hayashi, de la Universidad de Osaka, anunció en marzo que había creado crías de ratón a partir de células de dos machos. Hayashi y su equipo ya habían logrado crear, en 2016, óvulos de ratón funcionales a partir de células madre. En esta ocasión, tomaron células de las colas de ratones macho, con sus cromosomas X e Y, y las convirtieron en células madre. En este proceso, el 3% perdieron sus cromosomas Y, y fueron seleccionadas por los investigadores, que les aplicaron a continuación un tratamiento para causar errores durante la división celular. Algunos de esos fallos, produjeron células con dos cromosomas X, como las femeninas, y continuaron con el proceso para convertir esas células madre en ovocitos. Durante cada paso de este minucioso trabajo se pierden muchas células. Finalmente, fueron capaces de crear 630 embriones para implantarlos en ratonas. De ellos, nacieron siete crías. Los investigadores consideran lejana la aplicación de estas técnicas a humanos, que tienen unas células con las que es más complicado trabajar, pero quieren aplicarla a salvar el rinoceronte blanco del norte (Ceratotherium simum cottoni), una especie de la que solo quedan dos hembras.

La olvidada de las pastillas para adelgazar

Una de las noticias científicas del año ha sido la generalización del uso para la obesidad de los análogos de GLP-1. Estos fármacos, creados en principio para tratar la diabetes, imitan las hormonas que de forma natural nos hacen sentirnos saciados después de comer. Su efectividad para hacer perder peso los han convertido en un éxito de ventas. La revista Nature recuerda que este producto ha sido posible, en parte, gracias al trabajo pionero de Svetlana Mojsov, una investigadora de la Universidad Rockefeller, en Nueva York (EE UU), que identificó y caracterizó la hormona y creó péptidos y anticuerpos que hicieron posibles los experimentos que mostraron que GLP-1 podía reducir los niveles de glucosa en sangre. Pese al éxito de fármacos como la semaglutida, que tienen ventas de unos mil millones de dólares mensuales, Mojsov ha sido ignorada durante mucho tiempo. Después de años de lucha, la investigadora ha logrado que revistas como Cell y Nature hayan introducido cambios en sus publicaciones para recoger su trabajo con estas moléculas cuando estaba en el Massachusetts General Hospital de Boston (EE UU).

Progreso contra la malaria

Los grandes protagonistas de la ciencia mundial se suelen concentrar en países ricos, donde existen los recursos necesarios para pagar cerebros y equipos. En la lista de este año, Halidou Tinto, director de la Unidad de Investigación Clínica de Nanoro, en Burkina Faso, entra desde un lugar en el que, hasta su llegada en 2007, no había electricidad. Este año, gracias a su labor en los ensayos clínicos, la vacuna R21 contra la malaria fue recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Es la segunda vacuna contra esta enfermedad, que causa medio millón de muertes al año en África, en gran parte niños de menos de cinco años. El instituto que dirige Tinto ha sido clave como lugar de pruebas para estas vacunas, y el investigador está trabajando en más de 30 ensayos clínicos contra enfermedades que afectan sobre todo a países pobres.

Luchadoras medioambientales

Nature celebra el regreso de Marina Silva al Gobierno de Brasil. La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil anunció en agosto de este año un descenso del 43% en las alertas por deforestación en la selva amazónica respecto al año anterior. Durante los años de presidencia de Jair Bolsonaro, señala la revista, “el Gobierno puso un 40% menos de multas por crímenes medioambientales y las talas en el Amazonas se incrementaron en alrededor del 60%.

La segunda protagonista medioambiental es Eleni Myrivili, la primera jefa de Calor de la ONU. Después de años concienciando sobre los efectos del calentamiento en la vida de los ciudadanos como concejal en Atenas, ahora ha pasado a desarrollar esa labor a nivel global. También busca financiación para hacer las ciudades más sostenibles y resistentes al aumento de las temperaturas. En la cumbre del clima de Dubai ha buscado el apoyo a tecnologías de enfriamiento que no produzcan emisiones con efecto invernadero.

Avance contra el cáncer de vejiga

El progreso contra algunos tumores no ha seguido la tendencia positiva general de la lucha contra el cáncer. Este año, Thomas Powles, del Hospital de San Bartolomé, en Londres, vio unos resultados que le parecían increíbles. Una combinación de dos fármacos, una especie de caballos de Troya que incluye un fármaco dirigido que lleva al lugar deseado una carga de quimioterapia, logró aumentar la supervivencia media de pacientes con cáncer de vejiga de los 16 meses a los dos años y medio. Powles, otro de los científicos del año para Nature, afirma que este hito es el mayor para cáncer de vejiga avanzado en las últimas cuatro décadas y el único capaz de mejorar el tratamiento estándar que se emplea desde los años 80.

Embridar la energía del Sol

Una de las esperanzas para lograr energía abundante y sin demasiados efectos nocivos sobre el medio ambiente es controlar la fusión nuclear, el fenómeno que ilumina el Sol. El verano pasado, científicos de EE UU, en una instalación de láseres de 3.500 millones de dólares en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California, lograron comprimir núcleos de hidrógeno para convertirlos en núcleos de helio y producir más energía de la necesaria para producir esa fusión. Annie Kritcher, ingeniera de la Instalación Nacional de Ignición tuvo un papel claveen este logro al crear la cápsula que permite atrapar los átomos sobre los que dirigir el rayo láser para iniciar la reacción nuclear. Kritcher cree que será posible incrementar la energía producida hasta los niveles necesarios para crear el primer prototipo de reactor de fusión nuclear por láser.

Enmendar la plana a ‘Nature’ por la superconductividad

La ciencia, cuando se aplica como es debido, tiene la capacidad de corregir los propios errores. Es lo que se destaca en el caso de James Hamlin, físico de la Universidad de Florida en Gainesville, que detectó problemas en artículos científicos que decían haber encontrado un superconductor de electricidad a temperatura ambiente. Estos artículos, que ya están retractados, los había firmado el físico Ranga Dias, que hablaba, cuando fue incluido en la lista de diez científicos destacados de Nature, en 2020, de un “santo grial” que podría cambiar el mundo tal y como lo conocemos”. Este material permitiría diseñar motores y redes de transporte ultraeficientes sin pérdidas de energía, pero parece que el sueño tendrá que esperar.

Un premio por llegar cuartos

Cuando Chandrayaan-3 aterrizó con éxito en la Luna, India se convirtió en el cuarto país, por detrás de EE UU, la Unión Soviética y China en alcanzar ese logro. Kalpana Kalahasti, directora asociada del proyecto, desempeñó un papel protagonista en la misión. Entre otras cosas, su trabajo consistió en reorganizar el proyecto después de que Chandrayaan-2 acabase con la sonda estrellada sobre la Luna en 2019. Junto al director del proyecto, Palanivel Veeramuthuvel, redujeron la masa del módulo orbital para que el aterrizador pudiese tener más combustible y unas patas de aterrizaje más robustas. Construyendo sobre estos progresos, la India quiere poner a sus astronautas en la Luna en la década de 2040.

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jueves, 9 de noviembre de 2023

Cuánto ganan en APC para publicar en acceso abierto las 5 grandes: Elsevier, Sage, Springer-Nature, Taylor&Francis y Wiley

Publicado en MIT Press Direct
https://direct.mit.edu/qss/article/doi/10.1162/qss_a_00272/118070/The-Oligopoly-s-Shift-to-Open-Access-How-the-Big


Descargar artículo en: https://watermark.silverchair.com/qss_a_00272.pdf?token=AQECAHi208BE49Ooan9kkhW_Ercy7Dm3ZL_9Cf3qfKAc485ysgAAA2MwggNfBgkqhkiG9w0BBwagggNQMIIDTAIBADCCA0UGCSqGSIb3DQEHATAeBglghkgBZQMEAS4wEQQMFV8ilCglNMCCoxQ0AgEQgIIDFvRZSsN95koj-R4eOZ1u1jRM5T7FOUlL2gfLHbrDPodCJq_H83viZxRUKZdCi7JLdiNYyWgVK3d-9s7a_kSTtQYqytsLk6xGLlw6GPKG2ruQ-nXMGRj5SyIyyEl3EGS2grOkU83Tnh2Z3EKIrp_sRD2o4uHnyrTD5FhHpq4sSubkua-36-NL7rFjzkp2QqAohcUe2MWMbkDJcstRoQmnVIElSv62gwewoK7kTjg_1VshlZDWB-FJVT_C1BPp5eNdwNG_tJWAPvctd8xim_bjAIAtqQtG5uRc0PbZe8YXqbbAx7JbJhSiSlWsgQAF2SCZuOYncPbhSf7UwgrM1b8Lu1eXltuNe4v43PQZekE5i5uBWl47SJKRE_NaAKltMtD0GdqTR03y-QQgCf4r4VBIEu8AeCVLRs4LJ-PnTwVr97LD4oy3HFIEfh35HWtnW0NGwYdh4xVkhma7qs48Wtlp76391WyZ9oO4OMzlbopA6idKcRZbvaqhqr3DrBFNtEdgKOX_5yplcwuYzn3C2eBxgcBau2hHT8LW5TMYhK78rZ-BQ2TM4_BBna10_cO84jDb5RldV0TMlHtqoT5M9GV1FqmfAfsZ4OPysNfFVgdklu8-Rj2NAmc8sw3bTGvm5O_N1nRLakYs1bxBhUHXZ82UBrqUL7ZNa0ju1PZAMTiisv-xLXyPJUnsrdRuDsLofzGaquX_FY00wJqDo4EBUe2jSVx5-PtmGpJqrUWpuOPYBtcpnkYtWSHWO9YO6Nge-cQl9XkbCc0mKBu1cZWsFMf1sVq0Dwy-56WBzhPvD21fL8nyP0y0Ay9UHI_5fkzYQWsXwsJp0cxte-CxXSaFjdVbLN45HFmEkMOuNde01axlDCJb6Ivh6c9UoQmmdjUdosRLYFY_e3defOL8QEpqDp_pNjexFhAhVU2eCERwf-xnSeFQp7Xs05sl-iMCbNPr_yWKbL3djdUPn5wNVjk2TegXwCdZbWI-f2-rXjpEQ7-FbAFU5oJsz0tP9llitLJIEK0lAoDReXSWdX9ejyfGmj2UW4AaILY_HZA 

El cambio de los oligopolios al acceso abierto. Cómo se benefician las cinco grandes editoriales académicas de los cargos por procesamiento de artículos

Resumen
Este estudio tiene como objetivo estimar la cantidad total de cargos por procesamiento de artículos (APC) pagados para publicar en acceso abierto (OA) en revistas controladas por las cinco grandes editoriales comerciales Elsevier, Sage, Springer-Nature, Taylor & Francis y Wiley entre 2015 y 2018. Utilizando los datos de publicación de WoS, el estado de OA de Unpaywall y los precios anuales de APC de los conjuntos de datos abiertos y las tarifas históricas recuperadas a través de Internet Archive Wayback Machine, estimamos que, a nivel mundial, los autores pagaron 1,060 millones de dólares en tarifas de publicación a estos editores entre 2015 y 2018. Los ingresos por OA Gold ascendieron a 612,5 millones de dólares, mientras que 448,3 millones de dólares se obtuvieron por publicar OA en revistas híbridas. Entre las cinco editoriales, Springer-Nature obtuvo la mayor cantidad de ingresos por OA (589.7 millones de dólares), seguida de Elsevier (221.4 millones de dólares), Wiley (114.3 millones de dólares), Taylor & Francis (76,8 millones de dólares) y Sage (31,6 millones de dólares). Dado que Elsevier y Wiley obtienen la mayor parte de los ingresos por APC de las tasas híbridas y otras se centran en el oro, se observan diferentes estrategias de 
 APC  entre las editoriales.


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November 03 2023
The Oligopoly’s Shift to Open Access. How the Big Five Academic Publishers Profit from Article Processing Charges 
Quantitative Science Studies 1–33.
Abstract

This study aims to estimate the total amount of article processing charges (APCs) paid to publish open access (OA) in journals controlled by the five large commercial publishers Elsevier, Sage, Springer-Nature, Taylor & Francis and Wiley between 2015 and 2018. Using publication data from WoS, OA status from Unpaywall and annual APC prices from open datasets and historical fees retrieved via the Internet Archive Wayback Machine, we estimate that globally authors paid $1.06 billion in publication fees to these publishers from 2015–2018. Revenue from gold OA amounted to $612.5 million, while $448.3 million was obtained for publishing OA in hybrid journals. Among the five publishers, Springer-Nature made the most revenue from OA ($589.7 million), followed by Elsevier ($221.4 million), Wiley ($114.3 million), Taylor & Francis ($76.8 million) and Sage ($31.6 million). With Elsevier and Wiley making most of APC revenue from hybrid fees and others focusing on gold, different OA strategies could be observed between publishers.

Peer Review

https://www.webofscience.com/api/gateway/wos/peer-review/10.1162/qss_a_00272

This content is only available as a PDF.

miércoles, 8 de noviembre de 2023

ESPAÑA: Los investigadores podrán eludir la 'dictadura de los papers' y las revistas científicas

Publicado en elDiario.es
https://www.eldiario.es/sociedad/investigadores-podran-eludir-dictadura-papers-revistas-cientificas_1_10661432.html



Los investigadores podrán eludir la 'dictadura de los papers' y las revistas científicas

La Aneca 'reabre' la ciencia y propone que también se puedan acreditar sexenios de investigación con méritos como patentes, informes, dictámenes, trabajos técnicos o artísticos, exposiciones, catalogaciones o conjuntos de datos, excavaciones arqueológicas o metodologías

Entrevista — Pilar Paneque: “La exigencia de publicar constantemente lleva a un sistema científico de cantidad, no de calidad


Es posible que nunca antes haya habido tanta expectación por algo con un nombre tan poco atractivo como Resolución de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora por la que se publican los criterios específicos aprobados para cada uno de los campos de evaluación. Pero en este documento, que publica cada año la Aneca (la agencia encargada de evaluar la carrera académica del profesorado) para reconocer sexenios de investigación (periodos de seis años, que otorgan al investigador un bono económico y le permiten prosperar en la academia), está buena parte de la clave para cambiar la ciencia, sumida en una espiral cuantitativa que provoca disfunciones y merma la calidad de la investigación.

La nueva directora de la Aneca había prometido hacerlo para sacar a investigadores y universidades de “la dictadura de los papers" que rige el sistema de producción de ciencia. Del temido (y odiado) factor de impacto de las revistas. Este lunes se ha publicado por fin el borrador de la resolución, que además por primera vez sale a consulta pública, (hasta el 19 de noviembre). Y que avanza hacia ese cambio admitiendo nuevos formatos y nuevos soportes como méritos de investigación reconocibles más allá del artículo. Como ya recogía una orden de 1994, hoy olvidada.

Dice el texto: “Se amplía (...) el abanico de aportaciones y posibles medios de difusión que pueden justificar una actividad investigadora durante el periodo evaluado”. Y enumera nuevos posibles soportes: “Publicaciones, patentes, informes, estudios, dictámenes, trabajos técnicos, trabajos artísticos, exposiciones, excavaciones arqueológicas, catalogaciones, etc.”. Añade la Aneca que ante “la situación general de la ciencia en España (...) pueden justificar actividad investigadora los conjuntos de datos, las metodologías y el código de las aplicaciones informáticas desarrolladas”.

Esto quiere decir que la Aneca dejará de valorar exclusivamente como mérito los artículos científicos, donde únicamente se tiene en cuenta la revista de publicación como indicador de la calidad del paper en cuestión. El sistema ya fue así, pero se fue restringiendo con el paso de los años para acabar centrado exclusivamente en las revistas (más cómodo para el evaluador, que solo tenía que ver dónde se publicaba un artículo para valorarlo). Con esta nueva orden, que pedía la comunidad científica, se armoniza la evaluación con la acreditación para ser profesor universitario, abierta ahora al software, la creación artística o los congresos, entre otros nuevos méritos.

“Se realiza un reajuste en la combinación de los métodos cualitativos y los indicadores cuantitativos utilizados para la valoración de las aportaciones presentadas”, sostiene el borrador de resolución.

Otro aspecto novedoso de la propuesta de la Aneca es que “los resultados de la investigación (...) estén disponibles en acceso abierto, cuyo acceso gratuito y libre debe fomentarse mediante el desarrollo de repositorios institucionales o temáticos de acceso abierto, propios o compartidos”. Actualmente, si las revistas donde se publica son de acceso abierto es porque el investigador ha pagado previamente; si no, se paga por leer. Pero alguien suele pagar, y en ocasiones se hace dos veces. En España, en la inmensa mayoría de los casos es siempre dinero público. También es habitual colgar los trabajos en repositorios de acceso restringido (como ResearchGate o Academia)

Entre las novedades de la propuesta de la Aneca de este año está también la creación de un nuevo campo de conocimiento (los sexenios se entregan por áreas) que será interdisciplinar para la actividad investigadora de carácter más transversal y difícil de cuadrar en un campo concreto.

Sin ruptura con lo anterior

Pero el texto tampoco supone una ruptura completa –los sexenios de investigación afectan a un periodo de seis años y no se pueden cambiar las normas de juego a mitad de la partida, según defiende Paneque–, por lo que la resolución mantiene también la estructura anterior: publicar en las revistas que el “ecosistema científico” ha decidido que son las más relevantes (las que más se citan en el sector) sigue siendo un mérito en sí mismo (es la revista la que hace la criba: una vez publicado, se da por bueno que el artículo es de calidad), aunque tampoco será exactamente igual porque habrá que justificar la publicación, como explica la bibliotecaria Amelia López en este hilo.

Uno de los principales problemas que provoca este método, llevan años advirtiendo los expertos, es la deriva que ha sufrido el sector en los últimos años: de pagar por leer, los investigadores han pasado a pagar por publicar, lo que ha generando un mercado de revistas que publican casi todo porque, para ellas, publicar es ganar dinero. También ha provocado que se haga investigación solo para publicar y acumular méritos, según han detectado algunos estudios, sin aportar nada realmente novedoso a la ciencia.

Tras los pasos de Dora y Coara

El movimiento de la Aneca sigue las últimas recomendaciones internacionales, que proponen realizar cambios en la manera en que se evalúa la producción científica. “Aconseja integrar ya en esta convocatoria las orientaciones del movimiento internacional de reforma de la evaluación de la investigación, al que se ha incorporado Aneca en este año 2023 a través de su adhesión a la San Francisco Declaration on Research Assessment (DORA) y a los acuerdos y principios de la Coalition for Advancing Research Assessment (CoARA). En los diversos campos y subcampos de evaluación esto se concreta, conforme a las reglas aplicables a cada disciplina científica, en la solicitud de una narración justificativa de los indicios de relevancia e impacto de cada aportación (métodos cualitativos), apoyados por un uso responsable de indicadores cuantitativos”, explica la agencia.

El texto propone que cada investigador justifique el impacto de su aportación cuando esta se produzca fuera del ecosistema de las revistas tradicionales. También en ellas, de hecho. Esta práctica se realizará por el momento a través de las “aportaciones extraordinarias” que, como su nombre indica, habitualmente han de ser escasas o especiales, pero que este año –o en el ínterin que dure la transición hacia el nuevo sistema– se aceptará con carácter general.

El proceso de evaluación de los méritos presentados, con “criterios y metodologías de evaluación cualitativas y cuantitativas”, tomará como referencia “la narrativa aportada por la persona solicitante en los 'indicios de relevancia e impacto' de cada aportación”, explica el texto. Y pone ejemplos: “Se defenderá el impacto científico de la aportación a través de citas recibidas contextualizadas excluyendo autocitas, de su proyección internacional, de los proyectos nacionales o internacionales que han financiado la investigación o que se han derivado de ella, de los premios recibidos, de las traducciones de la obra, entre otros; y/o la contribución de dicha aportación a la generación de impacto social evidenciado, por ejemplo, a través de aportaciones al diseño e implementación de políticas públicas, contribución al desarrollo de productos y servicios o cualquier otro aspecto que se considere relevante”. Y se recomienda hacer un “uso responsable de indicadores cuantitativos (indicadores bibliométricos normalizados, entre otros)”, en alusión al sistema de revistas.

Según el borrador, que incluye un apéndice con varios cuadros para explicar el nuevo sistema, se permitirán las clásicas métricas de citación, pero también de uso y lectura (volumen de descargas, visualizaciones o visitas), las métricas de influencia o adopción social (menciones a fuentes externas del ámbito académico) y métricas de visibilidad social (plataformas sociales en línea, “preferentemente académicas y especializadas”). También se informa de que se valorará la difusión de las aportaciones en abierto o compartir datos brutos, metodologías, etc. “de forma abierta y transparente”.


viernes, 3 de noviembre de 2023

El retorcido negocio de comprar revistas científicas: "Me ofrecieron 300.000 dólares"

Publicado en El Confidencial
https://www.elconfidencial.com/tecnologia/ciencia/2023-11-01/negocio-compra-revistas-cientificas_3765552/

 

TESTIMONIO ESPAÑOL

El retorcido negocio de comprar revistas científicas: "Me ofrecieron 300.000 dólares"


Algunas empresas se dedican a comprar publicaciones y revenderlas a grandes editoriales científicas, que aprovechan su prestigio para ampliar su negocio cobrando por publicar el contenido

Por José Pichel
01/11/2023

 

Las malas prácticas no dejan de acumularse en el sistema científico. Compartir el conocimiento a través de artículos revisados por pares es uno de sus fundamentos, pero últimamente el fraude parece asomar por todas partes: revistas que publican cualquier cosa a cambio de cobrar importantes sumas de dinero, empresas que elaboran estudios falsos y los venden al mejor postor, investigadores que engordan sus currículos aprovechándose de los puntos flacos de todo este entramado y otros que se ven obligados a trabajar gratis o regalar horas.

Menos conocida es la última vuelta de tuerca de este negocio: la compra de revistas científicas por parte de empresas que acaban vendiéndolas a grandes editoriales. Pandelis Perakakis, profesor del área de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), se quedó muy sorprendido cuando recibió un correo electrónico en calidad de responsable de la revista Psicológica, que edita desde 1998 la Sociedad Española de Psicología Experimental (Sepex). Una empresa con sede en Singapur le ofrecía adquirir esta publicación, de manera que todos los derechos legales serían cedidos a un nuevo editor. ¿A cambio de qué? El punto de partida de las negociaciones era de 80.000 dólares. “Conozco mucho otros aspectos de este negocio, pero esto nunca lo había imaginado”, afirma en declaraciones a El Confidencial, “así que me propuse tirar del hilo”.

Tras concertar una entrevista online con el CEO de esa empresa, no solo pudo comprobar que la propuesta iba en serio, sino que su interlocutor elevó la oferta hasta los 300.000 dólares. La cantidad llama más la atención teniendo en cuenta que Psicológica está clasificada como Q4. Al hacer un listado de todas las revistas de un área y ordenarlas de mayor a menor por su índice de impacto, se dividen en cuatro cuartiles (Q1, Q2, Q3 y Q4) según su importancia, aunque este índice no siempre es representativo de la calidad. Es decir, en este caso, la publicación de la Sepex está entre el 25% con menor relevancia dentro de su campo de estudio y, a pesar de todo, la misteriosa compañía asiática estaba dispuesta a pagar por ella una cantidad que los científicos españoles no suelen manejar ni en sus mejores proyectos de investigación.

 ¿Por qué tanto interés en una modesta publicación? ¿Cuánto están dispuestos a desembolsar por la compra de otras revistas de mayor prestigio? Lo cierto es que no es un caso aislado. Desde que Perakakis publicó este caso en redes sociales, otros responsables de revistas y expertos del ámbito de la publicación científica le han confirmado que este tipo de ofrecimientos se han convertido en habituales, aunque muchos no se toman en serio la oferta o, simplemente, no responden, sin indagar más allá.

 

Sin embargo, el profesor de la UCM quería conocer cuál era la intención oculta de la empresa de Singapur. Frente al modelo clásico de revista científica, Psicológica no cobra ni a los autores de los artículos ni a los lectores, ya que pertenece a un modelo de acceso abierto sin tasas conocido como diamond open access. A pesar de todo, el CEO no puso ninguna objeción. “Lo único que querían era cambiar la titularidad de la revista, nosotros podíamos seguir con nuestro trabajo y con el mismo nombre, vinculado a la sociedad científica”, explica. Entonces, ¿qué ganarían los nuevos dueños?

Su estrategia es comprar una gran cantidad de revistas para luego venderlas a alguna de las grandes editoriales, como Elsevier, Wiley o Springer. Estos gigantes de la publicación científica ofrecen paquetes de revistas, algunas de gran prestigio, que todo el mundo quiere consultar, pero también otras que sirven para rellenar y aumentar el precio de todo el pack. “Este procedimiento era conocido, lo que yo no sabía es que el proceso de compraventa previo se lo encargan a otras empresas más pequeñas. No te llama directamente la editorial grande, lo que generaría más resistencia, sino una pequeña empresa que parece ser honesta y que, aparte de ofrecerte una gran suma, dice que te deja seguir con tu trabajo”, comenta.

El problema es que, en realidad, a la hora de la verdad “tienen el derecho a venderte a un gigante, al que acabas perteneciendo casi sin darte cuenta”. De hecho, el responsable de la compañía de Singapur “me dijo textualmente que estaban construyendo un imperio”, relata el profesor de la UCM, “no sé si para venderlo o para fusionarse, pero querían hacerse con unas 100 revistas”. Aunque no pudo confirmar más detalles, Perakakis sospecha que probablemente tengan acuerdos previos con alguna editorial, ya que la inversión para lograr este objetivo es enorme.

La raíz del problema

 

Las editoriales grandes tienen cogida por el mango la sartén del sistema científico. Antes, sus clientes eran las bibliotecas universitarias o de centros de investigación, que no tenían más remedio que suscribirse porque los científicos necesitan consultar las novedades de sus respectivas disciplinas. Ahora, ha cambiado el negocio y son los autores de los trabajos que se publican quienes sostienen el modelo, aunque lo hacen indirectamente, a través de las agencias y entidades gubernamentales que financian la investigación. Por ejemplo, “cuando pides un proyecto a Europa, te dan una partida para publicar en las revistas”, apunta el investigador.

Publicar artículos es la manera de evaluar y validar el trabajo de los investigadores. Las editoriales se aprovechan de esa necesidad, aunque en muchas ocasiones los estudios sean de dudosa calidad. Su objetivo es publicar una gran cantidad de artículos para sostener el negocio, lo que coincide con los intereses particulares de los científicos, que indirectamente pagan por ello, pero se contrapone con los verdaderos intereses generales de la ciencia y de la sociedad, que deberían fomentar la investigación de buena calidad para conseguir verdaderos avances.

Desde comienzos del siglo XXI, el movimiento de acceso abierto y gratuito trata de buscar un mejor modelo, pero las editoriales han conseguido adaptar esa idea para sostener su negocio, cambiando las suscripciones para el acceso por nuevas tasas para quien publica. “La solución ha sido peor, porque antes, al menos, los investigadores podían publicar donde querían”, apunta. En cambio, ahora las opciones son limitadas, ya que las agencias de financiación, que son las que cubren esos costes, solo llegan a acuerdos con determinadas editoriales (sin transparencia, denuncian los expertos), generando monopolios y obligando a los científicos a dar a conocer sus trabajos solo en determinadas revistas. 


"Pueden hacer lo que quieran"

En este contexto, ¿qué pasa cuando una revista acepta su venta? “El CEO me envió los enlaces de otras revistas para convencerme de que no pasa nada, de que mantenían su nombre y su funcionamiento y que no ha habido ninguna repercusión negativa”, comenta Perakakis. Aunque finalmente admitió que la venta era el objetivo final, “en un primer paso no cambia nada, nosotros seríamos la revista de la Sepex y seguiríamos con nuestro modelo”, pero “una vez que pasas a ser propiedad de la editorial grande, tienen el poder de hacer lo que quieran”.

Por ejemplo, pueden aprovecharse del prestigio de la revista para incluirla en sus servicios dentro de un paquete de publicaciones, pero también cambiarla de nombre o empezar a cobrar por ella. “Lo que les interesa es que estamos indexados por las agencias que elaboran el factor de impacto”, destaca el profesor de la UCM. A partir de ahí, podrían cambiar el modelo para ser de pago o pasar de publicar 15 artículos al año a publicar 500. No les faltarían clientes, porque “el mercado internacional de investigadores que necesitan publicar es enorme, pero si empiezas de cero pueden pasar años hasta que una agencia de indexación acepta una nueva revista y, de esta forma, ya la tienes”. Incluso si los cambios afectan a esa clasificación, pasará el tiempo suficiente como para que la revista haya hecho un buen negocio.

Frente a estos abusos, muchos investigadores se están moviendo, incluyendo los responsables de Psicológica. “Publicamos la revista en el repositorio del CSIC, financiado con dinero público, una colaboración entre investigadores y la comunidad de los científicos de la documentación. Nosotros optamos por esta vía, que demuestra que no necesitamos otra infraestructura externa”, explica. El modelo que proponen, basado en la colaboración entre instituciones públicas y asociaciones científicas (en este caso, los psicólogos experimentales de España), evita pasar por las editoriales y, según explican, es viable y está ganando adeptos. CSIC, financiado con dinero público, una colaboración entre investigadores y la comunidad de los científicos de la documentación. Nosotros optamos por esta vía, que demuestra que no necesitamos otra infraestructura externa”, explica. El modelo que proponen, basado en la colaboración entre instituciones públicas y asociaciones científicas (en este caso, los psicólogos experimentales de España), evita pasar por las editoriales y, según explican, es viable y está ganando adeptos.

ESPAÑA: profesores de la Complutense llevan más de 300 firmas al Rectorado para que corte relaciones con empresas y academias cercanas a ISRAEL

Publicado en El País https://elpais.com/espana/madrid/2024-05-10/los-maestros-de-la-complutense-llevan-mas-de-300-firmas-al-rectorado-para-...