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jueves, 23 de noviembre de 2023

ARGENTINA: ¿desarmar su sistema científico y tecnológico?

Publicado en CAMPUS. Suplemento sobre educación superior
https://suplementocampus.com/argentina-desarmar-su-sistema-cientifico-y-tecnologico/




Argentina: ¿desarmar su sistema científico y tecnológico?

23 noviembre, 2023 por Alejandro Canales
  
¿Las promesas del recientemente electo Javier Milei sobre eliminar el Ministerio de Ciencia y Tecnología de ese país y privatizar el Conicet podrían hacerse realidad?


El presidente electo de la Argentina, Javier Milei, anticipó en agosto de este año, cuando se reveló como el fuerte contendiente que sería, que si resultaba ganador eliminaría el Ministerio de Ciencia y Tecnología de ese país y privatizaría su principal organismo científico. La propuesta parecía una extravagancia del entonces polémico aspirante a la presidencia.

Ahora, Javier Milei ya es reconocido como vencedor y próximo presidente. Además, a diferencia de lo que preveían las encuestas, obtuvo una holgada ventaja de más de diez puntos porcentuales sobre su contrincante. La pregunta es si Milei hará o no todo lo que dijo en campaña.

La frase “se hace campaña en verso, pero se gobierna en prosa” es atribuida a Alberto Cuomo, el ex gobernador de Nueva York. Y sí, en general, quien aspira a un cargo de elección popular saca los violines y el lenguaje más florido para seducir a las audiencias, aunque después todo se queda en el aire. Ahora, la misma frase de Cuomo, se utiliza para justificar el inevitable pragmatismo que se impone una vez asumido el cargo.

¿Qué propuso Javier Milei? El pasado mes de agosto, en una serie de entrevistas, entre ellas las concedidas al canal de televisión “La Nación Más” (LN+), propiedad del diario del mismo nombre, expresó que eliminaría la mayor parte de los ministerios, salvo siete: Economía; Relaciones Exteriores; Infraestructura; Seguridad; Justicia; y del Interior. Pero añadió uno: “Capital Humano”. O sea, recortaría al máximo la administración pública del Estado argentino.

También le preguntaron a Milei qué haría con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Este último es el organismo de fomento a la actividad del sector que depende del presidente, instaurado hace 65 años y actualmente aglutina a cerca de 12 mil investigadores de todas las áreas de conocimiento y otra cantidad similar de becarios de doctorado y posdoctorado.

La respuesta de Milei fue: “El Conicet, en manos del sector privado”. Es decir, la administración del organismo sería resposabilidad de particulares. Añadió sobre investigadores y becarios: “Que se ganen la plata sirviendo al prójimo. ¿Qué productividad tienen [los científicos]? ¿Qué han generado? Buscaremos la forma de asignarlos a otras cosas” (La Nación 16.08.2023).

No fue una propuesta formulada al calor de los reflejos histriónicos proyectados en pantalla. En una siguiente entrevista remarcó sobre el Conicet: “Tiene 35 mil personas, la NASA tiene 17 mil. Me parece que el Conicet no produce en línea con lo que produce la NASA. La productividad del Conicet es bastante cuestionable” (19.08.2023).

En respuesta, el propio ministro de ciencia, Daniel Filmus, encabezó una manifestación pública de rechazo. El funcionario dijo: “el solo planteo de que un país puede desarrollarse sin ciencia es de una ignorancia enorme, sobre todo cuando el mismo personaje que hace el planteo pone de ejemplos a países cuyos estados son los que más invierten en ciencia y tecnología” (Hora Cero. 19.08.2023).

Todavía más, en la víspera de la reciente segunda vuelta electoral, 16 titulares de centros de investigación del Conicet, hicieron pública su posición:“Desde aquí queremos reivindicar la defensa sin condicionamientos de la educación pública y gratuita, la cultura y los derechos humanos. Asimismo, afirmamos que la ciencia es motor del desarrollo y fundamento de la soberanía nacional” (Conicet 10.11.2023).

Los directivos advertían en su comunicado: “La propuesta de un país sin Conicet, sin universidades públicas, sin escuelas ni hospitales estatales, nos interpela sobre el rol que cumplimos como sector científico, y desde el papel que tiene el conocimiento en el desarrollo de nuestro país”.

Vinieron las elecciones y, ahora, el aspirante es el virtual presidente. El mismo que propuso en campaña anular una buena parte de los ministerios y de las capacidades administrativas del Estado, entre ellos el sector cientifico y tecnológico. Asumirá el cargo el próximo 10 de diciembre y muchos ciudadanos argentinos esperan que cumpla sus promesas y otros tantos que no lo haga.

Todo indica que Argentina sí experimentará un fuerte recorte de su aparato estatal y un ajuste de sus funciones administrativas. Tal vez el cambio no será de la magnitud anunciada, porque el tiempo de campaña es uno y el de gobierno es otro. Tampoco está claro que los ministerios se puedan eliminar sin mayor trámite ni resistencia, pero habrá que esperar el programa de gobierno.

Los indicadores en la región de América Latina muestran que Argentina ocupa una posición relevante, tanto en educación superior como en ciencia y tecnología. En primer lugar aparece Brasil, luego México y en tercer lugar Argentina. De hecho, los tres países, concentran el mayor volumen regional de la matrícula de nivel superior y alrededor de 8 de cada 10 pesos de inversión en ciencia y tecnología.

Grave, muy grave será para la Argentina si anula o desarma sus capacidades científicas y tecnológicas.

Pie de página: La semana pasada, por enésima ocasión, la autoridad anunció que la vacuna mexicana Patria estará disponible antes de que concluya este año… Usted sacará sus propias conclusiones.

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Acelerador de partículas en UNAM-IISUE/SES | canalesa@unam.mx | Web

martes, 17 de octubre de 2023

PLAN S: La escala de precios de los artículos de Coalition S sería un desastre para América Latina

Publicado en The Scholarly Kitchen
https://www.timeshighereducation.com/opinion/coalition-ss-article-pricing-scale-would-be-disaster-latin-america



La escala de precios de los artículos de Coalition S sería un desastre para América Latina


Agrupar a países como Brasil o Argentina con otros que gastan mucho más sólo elevará aún más las barreras a la publicación, afirman tres investigadores


9 de octubre de 2023


Alicia Kowaltowski, Claudia Bauzer Medeiros Paulo Nussenzveig

Twitter: @AJKowaltowski @pnussen


Coalition S, la iniciativa liderada por Europa centrada en lograr el acceso abierto total e inmediato a las publicaciones de investigación, ha lanzado recientemente una propuesta para introducir tramos de precios variables para las tasas de publicación de artículos (APC) en función de los países de los autores.


La loable idea es promover un marco unificado y transparente para fijar precios globales equitativos para el modelo "oro" de acceso abierto en el que han insistido los editores, reacios a ver mermados sus elevados márgenes de beneficio. En la actualidad, este modelo de pago por publicar tiene la clara desventaja de que muchos autores -sobre todo los que trabajan en economías en dificultades o con menos acceso a la financiación de la investigación- pueden verse bloqueados a la hora de publicar.


Algunas editoriales cuentan con políticas de exención de APC y descuentos, pero son muy limitadas. Nos encontramos en la paradójica situación de que el impulso del acceso abierto está haciendo que la ciencia sea menos inclusiva para los que trabajamos en el Sur Global.


La propuesta de la Coalición S sobre "precios globales justos" divide a los países en cuatro bandas: alfa, beta, gamma y delta. Se espera que los autores de esos países paguen contribuciones APC del 20, 50, 80 y 100 por ciento de los precios publicados. Desgraciadamente, la propuesta es escandalosamente inadecuada, sobre todo en lo que respecta a las contribuciones relativas al APC previstas para los autores latinoamericanos.


El documento de debate -que está abierto a consulta hasta finales de octubre- afirma que si se adoptara este medidor de descuento global, los editores tendrían que aumentar las APC en aproximadamente un 39 por ciento para mantener sus ingresos actuales. La historia sugiere que así lo harían. Esto significaría que los investigadores alfa pagarían alrededor del 28% de los APC actuales, los beta el 69%, los gamma el 110% y los delta el 139%.


Estos pagos diferenciados podrían ser aceptables para lograr un acceso abierto equitativo si también se garantizaran precios transparentes y razonables y las bandas reflejaran verdaderos estándares equitativos. Sin embargo, los países se agruparon en bandas según un índice de precios de compra de entre los 47 disponibles en el Banco Mundial, una métrica que tanto el banco como Coalición S reconocen que no está diseñada para establecer precios comparativos ni clasificar economías y cuya adopción por Coalición S está poco justificada.


Como en cualquier estudio científico que utiliza una metodología inadecuada, los resultados no cumplen el objetivo previsto. Incluso un somero vistazo a los miembros propuestos para cada banda muestra enormes discrepancias, especialmente en lo que respecta a los países latinoamericanos. Por ejemplo, Argentina, Belice, Brasil y Costa Rica, que son economías de renta media-alta con escasas inversiones en STEM, están en el grupo gamma, junto a economías de renta alta con inversiones científicas mucho más sustanciales, como Italia, Portugal, Corea del Sur y España.


Debido al aumento previsto del 39% en el precio de las APC, esto significa que los autores brasileños y argentinos tendrían que pagar en realidad alrededor del 110% de lo que aportan actualmente, en esencia, para ayudar a reducir las APC de los grupos alfa y beta.


Sin embargo, el grupo beta incluye naciones clasificadas por el Banco Mundial como de renta alta y que tienen inversiones más sustanciales en ciencia que Brasil o Argentina, como la República Checa, Hungría y Polonia. Por lo tanto, la aplicación de la propuesta sería un desastre para los científicos latinoamericanos.


Hay un camino mucho mejor. El acceso abierto inmediato, gratuito y universal puede alcanzarse fácilmente en todo el mundo mediante los preprints, como se propone en el Plan U. Esta vía tiene la ventaja añadida de no depender de empresas editoriales privadas.


Si se adoptara el Plan U, la comunidad podría centrar su atención a largo plazo en una remodelación muy necesaria del panorama de la publicación, incluido el apoyo a las revistas dirigidas por científicos sin coste o de bajo coste y el logro de una transparencia total en la fijación de precios por parte de los principales editores comerciales.


También sería de agradecer una guía realmente más justa para las contribuciones relativas al APC, pero ésta debe basarse en indicadores económicos reales, así como en inversiones locales relativas en esfuerzos científicos. Tal como está, el modelo propuesto por la Coalición S pasa por alto el hecho de que los científicos latinoamericanos ya requieren de cierto heroísmo para producir ciencia de clase mundial dadas las condiciones adversas. Los tramos de precios sesgados de la propuesta simplemente aumentarán aún más las probabilidades en su contra.


Alicia Kowaltowski es catedrática de Bioquímica en la Universidad de São Paulo. Claudia Bauzer Medeiros es profesora de informática en la Universidad de Campinas (Unicamp). Paulo Nussenzveig es profesor de física en la Universidad de São Paulo.



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Coalition S’s article pricing scale would be a disaster for Latin AmericaGrouping the likes of Brazil or Argentina with much bigger spenders will only raise the barriers to publication even higher, say three researchers

October 9, 2023

Alicia Kowaltowski, Claudia Bauzer Medeiros Paulo Nussenzveig

Twitter: @AJKowaltowski @pnussen

Coalition S, the European-led initiative focused on achieving full and immediate open access to research publications, recently launched a proposal to introduce variable pricing brackets for article publishing charges (APCs) according to authors’ countries.

The commendable idea is to promote a unified and transparent framework to set equitable global pricings for the “gold” model of open access on which publishers, reluctant to see their high profit margins eroded, have insisted. Currently, this pay-to-publish model has the distinct disadvantage that many authors – particularly those working in struggling economies or with less access to research funding – may be blocked from publishing

Some publishers do have APC waiver and discount policies, but these are exceedingly limited. We find ourselves in the paradoxical situation that the push for open access is making science less inclusive for those of us working in the Global South.

The Coalition S-led proposal on “fair global pricing” divides countries into four bands – alpha, beta, gamma and delta. Authors in those countries are expected to pay APC contributions of 20, 50, 80 and 100 per cent of published prices. Unfortunately, the proposal is shockingly inadequate, particularly regarding the expected relative APC contributions for Latin American authors.

The discussion document – which is open for consultation until the end of October – states that if this comprehensive discount meter were adopted, publishers would have to hike APCs by about 39 per cent to maintain their current revenues. History suggests that they would do so. This would mean that alpha researchers would pay around 28 per cent of current APCs, beta would pay 69 per cent, gamma 110 per cent and delta 139 per cent.  

These differentiated payments could be acceptable to achieve equitable open access if transparent and reasonable prices were also ensured and the bands reflected true equitable standards. However, countries were grouped into bands according to one purchase price index among 47 available from the World Bank – a metric that both the bank and Coalition S acknowledge is not designed to set comparative prices or rank economies and whose adoption by Coalition S is poorly justified.

As in any scientific study using inadequate methodology, the results do not meet the intended goal. Even a cursory glance at the proposed memberships of each band shows huge discrepancies, particularly regarding Latin American countries. For instance, Argentina, Belize, Brazil and Costa Rica, which are upper-middle-income economies with low investments in STEM, are in the gamma group, alongside high-income economies with much more substantial scientific investments, such as Italy, Portugal, South Korea and Spain. 

Because of the expected 39 per cent APC price hike, this means that Brazilian and Argentinian authors would actually be expected to pay about 110 per cent of what they currently contribute – in essence, to help lower APCs for the alpha and beta groups.

However, the beta group includes nations categorised by the World Bank as high income and which have more substantial investments in science than Brazil or Argentina, such as the Czech Republic, Hungary and Poland. The proposal’s implementation would therefore be a disaster for Latin American scientists.

There is a much better way. Immediate, free and universal open access can be readily reached worldwide through preprinting, as proposed in Plan U. This pathway has the added advantage of not depending on private editorial enterprises. 

If Plan U were adopted, the community could focus its long-term attention on a much-needed remodelling of the publication landscape, including supporting no- or low-cost scientist-led journals and achieving total transparency in pricing by major commercial publishers.

A truly fairer guide for relative APC contributions would also be a welcome addition, but this must be based on real economic indicators, as well as relative local investments in scientific endeavours. As it stands, the model proposed by Coalition S overlooks the fact that Latin American scientists already require a certain heroism to produce world-class science given the adverse conditions. The proposal’s skewed pricing brackets will simply stack the odds against them even higher.

Alicia Kowaltowski is professor of biochemistry at the University of São Paulo. Claudia Bauzer Medeiros is professor of computer science at the University of Campinas (Unicamp). Paulo Nussenzveig is professor of physics at the University of São Paulo.




lunes, 25 de septiembre de 2023

ARGENTINA: rankings y factor de impacto son la prioridad para elegir dónde publicar

Descargar en: http://eprints.rclis.org/44650/


Ranking, reconocimiento y cargos por publicación (APC): criterios priorizados por investigadores del CONICET para elegir dónde publicar

Zukerfeld, Mariano and Unzurrunzaga, Carolina and Monti, Carolina Ranking, reconocimiento y cargos por publicación (APC): criterios priorizados por investigadores del CONICET para elegir dónde publicar. Palabra Clave (La Plata), 2023, vol. 12, n. 2, pp. 1-19. [Journal article (Paginated)]



Text PCe183.pdf - Accepted version
Available under License Creative Commons Attribution Non-commercial Share Alike.
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    English abstract

    This article studies the criteria prioritized by the researchers of the National Council for Scientific and Technical Research(CONICET, acronym in Spanish) to choose where to publish. For this, a survey was used whose results were analyzed usingdescriptive statistics. Predictably, it was found that these researchers prioritize ranking and impact indicators above all (73%) and,as a finding, that, in second order, the fact that journals do not charge for publishing (54%) -value with greater representationin biology, agricultural sciences and engineering-. Meanwhile, open access policies that allow maximum diffusion are somewhat undervalued in general (11%). e investigation carried out confirms the relevance of the evaluative cultures and the dynamics ofthe disciplinary fields as structuring of the priorities to select publications. Likewise, it manages to demonstrate from the supplyside that the APC collected present difficulties and non-payment is an important criterion for authors in Argentina. It is concludedthat the expansion of open access under business models that consider knowledge as merchandise is not only a risk for developingcountries, but that this expansion and the onerous costs of APC are already modifying the practices of those who do science andlimiting a true free circulation of knowledge.


    Spanish abstract

    En este artículo se estudian los criterios priorizados por los/as investigadores/as del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) para elegir dónde publicar. Para esto se recurrió a una encuesta cuyos resultados se analizaron usando estadística descriptiva. Previsiblemente, se encontró que estos/as investigadores/as priorizan ante todo el ranking y los indicadores de impacto (73%) y, como hallazgo, que, en segundo orden el que las revistas no cobren por publicar (54%) -valor con mayor representación en biología, ciencias agrarias y las ingenierías-. En tanto, las políticas de acceso abierto que permitan la máxima difusión son poco valoradas en general (11%). La indagación realizada confirma la relevancia de las culturas evaluativas y de las dinámicas de los campos disciplinares como estructurantes de las prioridades para seleccionar publicaciones. Asimismo, logra evidenciar desde el lado de la oferta, que los APC cobrados presentan dificultades y el no pago se constituye como un criterio importante para los/as autores/as de Argentina. Se concluye que la expansión del acceso abierto bajo modelos de negocios que consideran al conocimiento como mercancía no solo es un riesgo para países en desarrollo, sino que esta expansión y los onerosos costos de los APC ya están modificando las prácticas de quienes hacemos ciencia y limitando una verdadera libre circulación del conocimiento.


    Item type: 
    Journal article (Paginated)
    Keywords: 
    Scientific publication, Scientific evaluation, Access to scientific production, Argentina, Publicación científica, Evaluación científica, Acceso a la producción científica
    Subjects: 
    E. Publishing and legal issues.
    Depositing user: 
    Palabra Clave
    Date deposited: 
    25 Aug 2023 13:15
    Last modified: 
    25 Aug 2023 13:15
    URI: 
    http://hdl.handle.net/10760/44650

    martes, 22 de agosto de 2023

    ARGENTINA: Elecciones primarias hacen peligrar la ciencia local

    Publicado en SciDevNet
    https://www.scidev.net/america-latina/news/elecciones-primarias-en-argentina-hacen-peligrar-la-ciencia-local/?utm_source=SciDev.Net&utm_medium=email&utm_campaign=14080973_2023-08-22%20Weekly%20Email%20Digest%20-%20Am%C3%A9rica%20Latina%20y%20el%20Caribe%20Template.%20For%20no%20topic%20preferences&dm_i=1SCG,8DSY5,665LFG,YKPCR,1



    22/08/23

    Elecciones primarias en Argentina hacen peligrar la ciencia local

    De un vistazo
    • El ganador en las primarias presidenciales de Argentina dice que cerrará el Ministerio de Ciencia
    • El ultraliberal Javier Milei propone cerrar también el organismo que nuclea a la mayoría de los científicos
    • La comunidad científica organizó marchas y alzó su voz en rechazo unánime

    [BUENOS AIRES] El sector científico argentino vive días de conmoción luego de que Javier Milei —el candidato a presidente más votado en las elecciones primarias del 13 de agosto— ratificara su intención de cerrar los ministerios de Ciencia, Ambiente y Salud, y de privatizar el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

    Con una inflación superior al 100 por ciento, índices de pobreza del 40% y rechazo creciente a las dos fuerzas políticas que gobiernan desde 2003, el partido ultraliberal La Libertad Avanza —fundado por Milei en 2021— obtuvo el 30 por ciento de los votos, dos puntos por encima del opositor Juntos por el Cambio y tres del oficialista Unión por la Patria, que nuclea al Peronismo. Todos volverán a competir en los comicios generales del 22 octubre.

    Conocido por un perfil provocador, que incluye estar a favor de la compraventa de órganos, la portación de armas y la negación del cambio climático, Milei —economista y profesor universitario de 52 años— argumenta que la ciencia es “algo del sector privado” y la educación pública, “adoctrinamiento”.

    Luego del triunfo, el actual diputado nacional aseguró que privatizará el CONICET porque sus trabajadores no generan “productividad” y representan un gasto estatal excesivo.

    “Si se cerrara el ministerio (de Ciencia), del cual dependemos, se eliminarían muchas instituciones de ciencia y tecnología, con lo cual tampoco podría continuar la investigación en universidades”. Ana Franchi, directora del CONICET

    Fundado en 1958 por el Premio Nobel Bernardo Houssay, el organismo tiene casi 24.000 investigadores y becarios que trabajan en más de 300 institutos en todo el país. En 2022 encabezó el ranking SCImago de las mejores instituciones de ciencia en Latinoamérica.

    “Si se cerrara el ministerio (de Ciencia), del cual dependemos, se eliminarían muchas instituciones de ciencia y tecnología, con lo cual tampoco podría continuar la investigación en universidades”, advierte la directora del CONICET, Ana Franchi, en diálogo con SciDev.Net.

    “La tecnología nos atraviesa en todas las facetas de la vida: lo que comemos, cómo viajamos, qué energía usamos”, agrega. “Por otra parte, quienes trabajan en el sector se caracterizan por su pensamiento crítico, que sin estas instituciones disminuiría sensiblemente”.

    La funcionaria considera que las propuestas del diputado son un ataque al propio Estado, ya que las naciones desarrolladas priorizan la ciencia y la tecnología como sectores estratégicos.

    De hecho, tres de los países más elogiados por Milei —Estados Unidos, Israel y Corea del Sur— invierten entre 2,5 y 6 por ciento de sus productos brutos internos en investigación.

    La cifra no llega al 0,35 por ciento en Argentina, y la gestión de Juntos por el Cambio (2015-2019) la dejó en un piso del 0,22 por ciento. Una ley votada hace dos años establece un incremento progresivo hasta alcanzar 1 por ciento en 2032.

    Franchi recuerda que los especialistas del CONICET no solo permanecen en oficinas públicas, sino que se insertan en compañías farmacéuticas, de saludagroenergía y comunicaciones.

    La entidad “es un ejemplo virtuoso de la colaboración público-privada”, insiste. “Es lo que pasa en el mundo: desarrollos como internet y los celulares tuvieron una inversión estatal inicial y después los tomaron las empresas”.

    Pero si Milei avanzara con sus planes, la contracción del sector podría ser brutal en el país sudamericano, donde la inversión estatal supera el 70 por ciento.

    En este contexto, “es muy necesario incrementar la inversión privada, que es insignificante por el desconocimiento de los empresarios sobre el rol de la ciencia en el desarrollo”, critica la presidenta de la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias, Susana Hernández.

    En relación con los aspectos a mejorar dentro del CONICET, resalta la importancia de fortalecer iniciativas de transferencia tecnológica y de que “las investigaciones básicas se ocupen de orientar algunas líneas en favor de una aplicación que redunde en beneficio de la sociedad”.

    Franchi también reconoce la necesidad de alcanzar una mayor federalización, para dar respuesta a demandas sobre problemáticas sociales, industrialización e impacto ambiental en las provincias y pueblos más postergados.

    Más allá de esos matices, la controversia que generó Milei despertó una defensa casi unánime de la ciencia pública argentina.

    El biólogo Diego Golombek —uno de los divulgadores más influyentes del país— recordó que el sector agropecuario depende de la biotecnología; el de comunicaciones, de comprender los alcances en inteligencia artificial; el de energía, de físicos e ingenieros especialistas en fuentes renovables.

    Alberto Kornblihtt, investigador superior del CONICET, ponderó al organismo por haber creado vacunas, kits de diagnóstico, barbijos inteligentes y respiradores contra la pandemia de COVID-19, siempre en articulación con el sector privado.

    Sus científicos desarrollaron alimentos fortificados con probióticos, cultivos resistentes a las sequías, métodos de explotación de hidrocarburos y tecnologías para producir cannabis con fines medicinales.

    Lino Barañao, ministro de Ciencia entre 2007 y 2018, también los elogió por producir “como los del Primer Mundo”, pero con salarios “paupérrimos” que no suelen alcanzar los 500.000 pesos (unos 700 dólares).

    Para sintetizar la trascendencia del desafío que enfrenta el país, el actual ministro de Ciencia Daniel Filmus recurrió a una cita del propio Houssay: “La ciencia no es cara; cara es la ignorancia”.

    Este artículo fue producido por la edición de América Latina y el Caribe de SciDev.Net

    ESPAÑA: profesores de la Complutense llevan más de 300 firmas al Rectorado para que corte relaciones con empresas y academias cercanas a ISRAEL

    Publicado en El País https://elpais.com/espana/madrid/2024-05-10/los-maestros-de-la-complutense-llevan-mas-de-300-firmas-al-rectorado-para-...