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domingo, 30 de noviembre de 2025

CUBA: Libertad académica: Carta abierta al presidente de la República de Cuba

Libertad académica: Carta abierta al presidente de la República de Cuba


Alexander Hall Lujardo
30/11/2025

Para solidarizarte con el caso de Alexander, puedes firmar esta petición.

La Habana, Cuba, 28 de noviembre de 2025

Carta abierta al presidente de la República de Cuba y primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez:

Presidente del Tribunal Supremo Popular Rubén Remigio Ferro:

Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular Esteban Lazo Hernández:

Desde mi condición de ciudadano cubano, en uso de las garantías constitucionales y políticas recogidas en la carta magna de la República de Cuba, me dirijo a las autoridades anteriormente enunciadas, ante la gravedad en materia de vulneración de derechos, patrón de persecución política e impunidad en el actuar arbitrario del Departamento de la Seguridad del Estado (DSE) adscrito al Ministerio del Interior, debido a la permanencia de procedimientos al margen de la legalidad que resultan violatorios de derechos humanos, civiles y políticos.

Soy Licenciado en Historia por la Universidad de La Habana desde el año 2022; sin embargo, desde antes de graduarme, suelo publicar en medios de prensa alternativos, revistas académicas y blogs digitales de diverso espectro ideológico sobre la realidad nacional, regional y global, acorde a mis valores políticos, formación educacional e instrucción científico-disciplinaria en el campo de las ciencias sociales y humanísticas.

He realizado tales actividades en correspondencia con el artículo 54 de la Constitución de la República de Cuba, el cual expresa que: «El Estado reconoce, respeta y garantiza a las personas la libertad de pensamiento, conciencia y expresión». Además, el artículo 55 del documento rector de la nación, proclama que: «Se reconoce a las personas la libertad de prensa», para agregar más adelante que «este derecho se ejerce de conformidad con la ley y los fines de la sociedad», a cuyas normativas me he acogido en el uso de mis garantías constitucionales.

No obstante, desde mi etapa de estudiante universitario padezco el proceder discrecional, arbitrario y coercitivo de las autoridades policiales, debido al sostenimiento de posturas de izquierda críticas en tales ámbitos de socialización del pensamiento, afiliado a posicionamientos republicanos, socialista democráticos y nacionales. En consonancia con dicho imaginario, sostuve y aún mantengo en la praxis de mi cotidianidad, un corpus heterodoxo de ideales progresistas, cuyo contenido es preciso verter en espacios alternativos más allá de las fronteras institucionales, debido a la ausencia de pluralismo político e insuficiente apertura en los medios de comunicación estatales.

La firmeza de esas convicciones fungieron como inspiración para el lanzamiento del libro Cuba 11J. Perspectivas contra-hegemónicas de las protestas sociales, publicado por la editorial española Marx21, en cuyo proceso de coordinación estuve inmerso. Este trabajo que agrupó a una treintena de autoras/es, dedicados al análisis de las históricas jornadas como parte de la crisis estructural que padece la Isla, cobró un valor meritorio en disímiles sectores académicos e intelectuales, al enriquecer el debate científico sobre la crisis democrática, económica y política que enfrenta el modelo e ideal socialista en Cuba.

La respuesta de las instancias policiales ante dicha labor se manifestó en la criminalización del pensamiento, la persecución del disenso y la judicialización del periodismo no partidista, lo cual contraviene las garantías constitucionales, los valores democráticos y los derechos humanos. Si bien no pueden resultar ajenos a todo análisis politológico honesto las complejidades del escenario geopolítico mundial, marcado por las asimetrías que definen el orden de relaciones internacionales en el que Cuba se encuentra inmerso; asumo de manera convincente que la defensa de la soberanía nacional no puede realizarse en menoscabo de los derechos civiles, las libertades humanas y las garantías democráticas, menos aún en franco desconocimiento de la soberanía popular. Esa alternativa lejos de promover soluciones viables al sostenimiento de la independencia, contribuye a la ruptura del pacto social, al quebrantamiento del Estado de Derecho y a la ausencia realmente funcional de mecanismos de participación ciudadanas en la fiscalización de las instancias de gobierno, tal como establecen los mandamientos republicanos.

Debido al mantenimiento de mis posturas políticas y negativas de ceder a las imposiciones extorsivas de la oficialidad, en medio de un pretendido proceso penal caracterizado por la opacidad jurídica y la discrecionalidad de los agentes involucrados, actualmente enfrento el arbitrario dispositivo de regulación/control impuesto por los órganos de la Seguridad del Estado, que impiden mi viaje al exterior para la realización de estudios de posgrado como parte de mi superación profesional en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), específicamente ante su sede en Quito, Ecuador.

Esta decisión autoritaria al margen de la legalidad, contraviene los compromisos jurídicos internacionales del Estado cubano como garante del derecho a la educación de sus ciudadanos, plasmado en su legislación interna en los artículos 46 y 73 de la Constitución de la República de Cuba. La ley suprema es enfática además en su artículo 94, inciso e), al plantear que «toda persona, como garantía a su seguridad jurídica, disfruta de un debido proceso tanto en el ámbito judicial como en el administrativo y en consecuencia, no puede ser privada de sus derechos sino por resolución fundada de autoridad competente o sentencia firme del tribunal». Ante la ausencia de las formalidades requeridas en la implementación de tales procedimientos, es posible afirmar de manera inequívoca, que los derechos constitucionales concernientes a mi condición de ciudadano cubano (jurídicamente libre), resultan gravemente violentados por funcionarios revestidos de poder estatal. 

En el artículo 94 de la Constitución de la República de Cuba, correspondiente a su inciso f), se consagra «el derecho que le asiste a toda persona de interponer los recursos o procedimientos pertinentes contra las resoluciones judiciales o administrativas que correspondan». Por ende, la presente reclamación se encuentra amparada en el artículo 98 de la carta magna, cuyo acápite proclama que «toda persona que sufriere daño o perjuicio causado indebidamente por directivos, funcionarios y empleados del Estado con motivo del ejercicio de las funciones propias de sus cargos, tiene derecho a reclamar y obtener la correspondiente reparación o indemnización en la forma que establece la ley».

El artículo 99 del documento constitucional reafirma igualmente la autoridad que le asiste a todo ciudadano de reclamar «ante los tribunales la restitución de los derechos y obtener, de conformidad con la ley, la correspondiente reparación o indemnización». De igual modo, vale señalar que el procedimiento arbitrario perpetrado por los funcionarios del Ministerio del Interior, vulnera la libre movilidad de las personas, refrendado en el artículo 12.2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el cual reconoce que todo sujeto tiene derecho «a salir libremente de cualquier país, incluso del propio»; recogido además en el artículo 13.2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Hago un llamado a la justicia que debe caracterizar el funcionamiento de la institucionalidad, debido al estado de indefensión civil en que me encuentro, junto a decenas de escritores, activistas y colaboradores de medios no oficiales, negados al silencio ante la dramática situación humanitaria que enfrenta la Isla, sin que se avizoren soluciones eficaces desde la administración pública.

La condena ante cualquier escenario de autoritarismo político y colonialismo interno, no implica estar alineado a las posiciones de fuerza imperiales que amenazan la soberanía de los pueblos del Sur, condenan nuestros territorios al subdesarrollo e imponen su voluntad mediante el uso coercitivo y unilateral de la fuerza. Significa estar junto a quienes sufren los efectos abominables de la relegación social, los abusos de poder y la condición privativa de sus derechos humanos.

La justicia y el respeto a las garantías jurídicas deben prevalecer como ideales de emancipación en todo proyecto social histórico que se reivindique revolucionario. De lo contrario, transita por senderos insalvables de disrupción social, que pueden comprometer incluso la propia condición autonómica, soberana e independiente de la nación.

historiador, activista antirracista y militante por el socialismo democrático

Fuente: 
www.sinpermiso.info, 30-11-2025  


miércoles, 13 de agosto de 2025

U.S.A.: es «inevitable» que más instituciones cedan ante Trump

Publicado en THE Times Higher Education
https://www.timeshighereducation.com/news/inevitable-more-institutions-will-concede-trump 


Es «inevitable» que más instituciones cedan ante Trump


Los acuerdos de Harvard y las concesiones de Penn sobre los deportistas trans se consideran señales de que la «guerra» del presidente contra la educación superior ha entrado en una nueva fase


9 de julio de 2025


Patrick Jack

Twitter: @paddywjack


Más instituciones de élite comenzarán a hacer concesiones a la administración Trump a medida que el presidente fortalezca su posición a través de nuevas leyes y una creciente influencia sobre los tribunales, según los expertos.


La Universidad de Harvard -que fue elogiada por liderar la «lucha» contra las «extralimitaciones» de Donald Trump- estaría en conversaciones para llegar a un acuerdo que podría poner fin a su disputa de meses con el presidente.


La medida se produce cuando Trump ha aprobado su «gran y hermoso proyecto de ley», que incluye medidas para aumentar los impuestos sobre las dotaciones de las universidades más ricas. El Tribunal Supremo también ha tomado medidas enérgicas contra los jueces de menor rango que bloquean las órdenes del presidente, restringiendo la capacidad de las universidades de utilizar los tribunales para defenderse de los ataques.


Ryan Enos, profesor de Gobierno en Harvard, dijo a Times Higher Education que era «casi inevitable» que cada vez más instituciones traten de apaciguar a la administración Trump a medida que pasa el tiempo.


«Así es como ganan los autoritarios: hacen que sea difícil para los individuos pagar el coste de la resistencia».


Pero dijo que «para evitar la eventual capitulación de la sociedad libre ante los ataques de Trump, las instituciones deben comprometerse pública y colectivamente a resistir y comprometerse a no negociar, bajo ninguna circunstancia, la renuncia a sus derechos.»


"No nos estamos disculpando porque creamos que hicimos algo mal. Nos estamos disculpando para salvar el pellejo, y ese es el corazón del cinismo."


Andrew Moran, catedrático de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Metropolitana de Londres, afirmó que la enseñanza superior está entrando en una nueva etapa en la lucha contra una Casa Blanca que no ha dado muestras de dar marcha atrás en su enfoque de las universidades de élite.


«Encaja tanto con sus ataques a las élites, que son populares entre sus partidarios, como con su agresiva búsqueda de una guerra cultural que pretende remodelar lo que se entiende por experiencia estadounidense, ya sea atacando a las minorías o influyendo en lo que se enseña en las instituciones educativas estadounidenses, incluidas tanto las universidades como las escuelas».


«También es una distracción mediática útil si la administración no está teniendo éxito en otros lugares».


Los ataques de Trump a las empresas de medios de comunicación ya han dado lugar a una forma de compromiso, con acuerdos extrajudiciales que financian en parte su biblioteca presidencial, y muchos bufetes de abogados han aceptado hacer trabajos pro bono para la administración.


«Para las universidades, no se trata sólo de los ataques a sus planes de estudios y programas de diversidad, sino también del hecho de que las políticas de inmigración cada vez más agresivas de la administración están reduciendo el número de estudiantes internacionales que quieren estudiar en EE.UU., lo que está teniendo un impacto significativo en los ingresos», dijo Moran.


También advirtió que los tribunales -vistos por algunos como un potencial salvador de las amenazas a la educación superior- están perdiendo cada vez más su capacidad de hacer cumplir sus decisiones, y que los jueces se vuelven cada vez más conservadores a medida que los casos se abren camino en el sistema judicial.


patrick.jack@timeshighereducation.com


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‘Inevitable’ that more institutions will concede to Trump

Harvard’s reported deal-making and Penn concessions over trans athletes seen as signs that president’s ‘war’ on higher education has entered new stage

July 9, 2025

Patrick Jack

Twitter: @paddywjack


More elite institutions will begin making concessions to the Trump administration as the president strengthens his position via new legislation and increasing influence over the courts, according to experts. 

Harvard University – which was praised for leading the “fightback” against “overreach” by Donald Trump – is reportedly in discussions to make a deal that could finally end its months-long dispute with the president.

The move comes as Trump passed his “big, beautiful bill” that includes measures to hike taxes on the endowments of the wealthiest universities. The Supreme Court has also cracked down on lower-level judges blocking the president’s orders, restricting universities’ ability to use the courts to fend off attacks.

Ryan Enos, professor of government at Harvard, told Times Higher Education that it was “almost inevitable” that more and more institutions will try to appease the Trump administration as times goes on. 

“This is how authoritarians win: they make it hard on individuals to pay the cost of resistance. 

But he said that “to avoid the eventual capitulation of free society to Trump’s attacks, institutions must publicly and collectively commit themselves to resistance and commit to not, under any circumstances, negotiate away their rights.”

“We’re not apologising because we believe we did something wrong. We’re apologising to save our skin, and that’s the heart of cynicism.”   

Andrew Moran, professor of politics and international relations at London Metropolitan University, said higher education was entering a new stage in the fight against a White House, which has shown no sign of backing down on its approach to elite universities.

“It fits both with their attacks on elites, which is popular with their supporters, and their aggressive pursuit of a culture war that is seeking to reshape what is meant by the American experience, whether that is attacks on minorities or influencing what is taught in American educational institutions, including both universities and schools. 

“It is also a useful media distraction if the administration is not succeeding elsewhere.”

Trump’s attacks on media companies have already led to a form of compromise, with out-of-court settlements part-funding his presidential library, and many law firms have agreed to do pro bono work for the administration. 

“For universities, it is not just the attacks on their curriculums and diversity programmes, it is also the fact that the administration’s increasingly aggressive immigration policies are reducing the number of international students who want to study in the US, which is having a significant impact on income,” said Moran.

He also warned that the courts – seen by some as a potential saviour from threats to higher education – are increasingly losing their ability to enforce their decisions, and that judges become increasingly conservative as cases work their way up the court system.

patrick.jack@timeshighereducation.com


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