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miércoles, 26 de noviembre de 2025

U.S.A.: Cómo el Departamento de Educación quiere promover la «educación patriótica»

Publicado en Inside Higher Ed
https://www.insidehighered.com/news/government/politics-elections/2025/09/19/ed-wants-grants-advance-patriotic-education?utm_source=Inside+Higher+Ed&utm_campaign=4eee250386-DNU_2021_COPY_02&utm_medium=email&utm_term=0_1fcbc04421-4eee250386-236508634&mc_cid=4eee250386&mc_eid=500f40f791 



Cómo el Departamento de Educación quiere promover la «educación patriótica»


Los historiadores profesionales afirman que el plan del departamento forma parte de un intento más amplio de la administración Trump de crear un «ministerio de la verdad» orwelliano y omitir los aspectos más problemáticos del pasado de la nación.


La administración Trump ha dado otro paso que, según los historiadores, es un intento de blanquear la historia estadounidense, pero que la administración defiende como necesario para garantizar que los estudiantes respeten al país. 


La semana pasada, la secretaria de Educación, Linda McMahon, presentó un nuevo plan sobre cómo su departamento promovería la «educación patriótica» añadiéndola a la lista de prioridades que pueden influir en las decisiones sobre subvenciones discrecionales, incluidas las que apoyan programas en colegios universitarios y universidades.


«Es imperativo promover un sistema educativo que enseñe a las generaciones futuras con honestidad los principios fundacionales, las instituciones políticas y la rica historia de Estados Unidos», afirmó McMahon en una declaración sobre la nueva propuesta. «Comprender verdaderamente los valores estadounidenses, el trabajo incansable que ha sido necesario para estar a la altura de ellos y el lugar excepcional que ocupa este país en la historia mundial es la mejor manera de inspirar un patriotismo informado y el amor por la patria».


Según la propuesta, que está abierta a comentarios públicos hasta el 17 de octubre, la «educación patriótica» se refiere a «una presentación de la historia de Estados Unidos basada en una caracterización precisa, honesta, unificadora, inspiradora y ennoblecedora de los principios fundacionales y fundamentales de Estados Unidos»; examina «cómo Estados Unidos se ha acercado admirablemente a sus nobles principios a lo largo de su historia»; y promueve el «concepto de que el compromiso con las aspiraciones de Estados Unidos es beneficioso y justificado».


Otras prioridades de McMahon para la concesión de subvenciones son la alfabetización basada en pruebas, la ampliación de las opciones educativas, la devolución de la educación a los estados y el avance de la inteligencia artificial en la educación.


Con esta última propuesta, el departamento quiere centrar «los fondos de las subvenciones en programas que promuevan una educación patriótica que cultive la competencia ciudadana y el patriotismo informado entre los estudiantes de todos los niveles y les transmita la tradición política estadounidense». Según la propuesta, esto podría incluir proyectos destinados a ayudar a los estudiantes a comprender «los documentos fundacionales y las fuentes primarias de la tradición política estadounidense, de manera coherente con los principios de una educación patriótica».


«Concepción estrecha del patriotismo»   


Sin embargo, historiadores profesionales que han leído la propuesta dijeron a Inside Higher Ed que la campaña de educación patriótica del departamento es una maniobra política para acaparar poder.


«Estoy de acuerdo en que la historia estadounidense debe presentarse con precisión y honestidad, basándose en pruebas históricas sólidas, y hacerlo inspira a la gente», dijo Sarah Weicksel, directora ejecutiva de la Asociación Histórica Americana. «Pero la declaración de prioridades del departamento tiene una concepción estrecha del patriotismo y la educación patriótica».


Afirmó que esto es especialmente evidente si se tienen en cuenta los numerosos cambios políticos de la administración Trump destinados a presentar una versión de la historia estadounidense que minimiza o ignora los aspectos más oscuros del pasado del país, como la esclavitud por motivos raciales, la privación de derechos de las mujeres y los afroamericanos, y la segregación racial codificada.


«Ese contexto nos indica que la administración está interesada en transmitir una celebración simplista de la grandeza estadounidense», afirmó Weicksel. «Al hacerlo, se simplifica el pasado y se reduce a una serie de lugares comunes que no están arraigados en el contexto histórico más amplio, los conflictos, las contingencias y los cambios a lo largo del tiempo que son fundamentales para el pensamiento histórico».


En marzo, Trump emitió una orden ejecutiva titulada «Restaurar la verdad y la cordura a la historia estadounidense», que prohíbe la financiación federal de exposiciones o programas que «degraden los valores estadounidenses compartidos, dividan a los estadounidenses por motivos raciales o promuevan programas o ideologías incompatibles con la legislación y la política federales». Esto provocó una revisión de todas las exposiciones organizadas por la Institución Smithsonian y el Servicio de Parques Nacionales, que desde entonces han retirado múltiples artefactos que no apoyan el impulso patriótico de Trump, incluidos varios que subrayan la brutalidad de la esclavitud. 


Y a medida que se acerca el 250 aniversario de la fundación de la nación, el Gobierno está planificando iniciativas conmemorativas de educación cívica que promuevan su definición de historia patriótica. Para ello, se está basando en gran medida en las aportaciones y los conocimientos de académicos y grupos conservadores.


El Departamento de Educación ha concedido recientemente 160 millones de dólares en subvenciones para seminarios de historia y educación cívica estadounidenses destinados a educadores y estudiantes de primaria y secundaria relacionados con el aniversario de la Declaración de Independencia del próximo año. La agencia no ha especificado qué instituciones han recibido el dinero, pero anteriormente había anunciado que daría prioridad a los colegios universitarios y universidades con «unidades académicas independientes dedicadas al pensamiento cívico, los estudios constitucionales, la historia estadounidense, el liderazgo y la libertad económica», que los críticos describen como centros conservadores.  


En unas declaraciones realizadas la semana pasada en un acto organizado por la Sociedad Federalista y el Instituto para la Defensa de la Libertad, McMahon criticó el estado de la educación cívica de los estudiantes, citando una estadística según la cual solo el 41 % de los jóvenes afirma amar a Estados Unidos.


«Eso significa que el resto no ama a Estados Unidos», afirmó. «¿Por qué no aman a Estados Unidos? ¿Por qué no se sienten orgullosos de ser estadounidenses? Es porque no conocen Estados Unidos. No conocen los fundamentos, no conocen la historia real de nuestro país... Es muy importante que enseñemos a respetar nuestra bandera, que enseñemos a respetar nuestro país».  


Aunque reconoció que el Departamento de Educación no puede controlar directamente el plan de estudios, señaló que el departamento puede utilizar la financiación para fomentar los tipos de educación o programas que desea ver.


El Departamento de Educación también anunció la semana pasada que va a poner en marcha una coalición de 40 grupos —entre los que se encuentran la conservadora Heritage Foundation, Turning Point USA, Hillsdale College y el American First Policy Institute— para encabezar la America 250 Civics Education Coalition, que se «dedica a renovar el patriotismo». (McMahon presidió el American First Policy Institute antes de convertirse en secretaria).


«Celebramos a Lincoln por su grandeza al recordar a la nación los principios de su nacimiento, los principios de la Declaración de Independencia, el documento político más hermoso de la historia», dijo el presidente de Hillsdale, Larry Arnn, en una declaración sobre la coalición. «Es hora de repetir su trabajo y el de Jefferson y los fundadores. Trabajaremos juntos para aprender esos principios y, por amor a ellos, tendremos una gran celebración».


«Pura política» 


Pero Weicksel, de la AHA, afirmó que las directrices del Gobierno de omitir partes de la historia estadounidense en las aulas, los museos y otros espacios públicos socavarán la capacidad de acción del público. «Si los ciudadanos no tienen acceso a una comprensión históricamente precisa del pasado, ¿cómo van a utilizar ese pasado para trazar un nuevo camino hacia el futuro?».


David Blight, profesor de Historia y Estudios Afroamericanos en la Universidad de Yale, dijo que interpreta el énfasis del departamento en la educación patriótica como «pura política». 


«Es la política de intentar utilizar la historia para controlar a las personas, incluidos los niños, los jóvenes, los que la enseñan, los que redactan los planes de estudio y las legislaturas estatales que diseñan todo esto», afirmó. «El Gobierno está intentando convertirse en un ministerio de la verdad».


Aunque ha habido otros movimientos para controlar cómo el país recuerda su historia, como el del senador estadounidense Joseph McCarthy en la década de 1950 y el de las Hijas Unidas de la Confederación a finales del siglo XIX y principios del XX, Blight afirmó que estas medidas del Gobierno de Trump son más poderosas.


«Nunca habíamos tenido algo así directamente desde la Casa Blanca, con el poder del poder ejecutivo y su control sobre tanto dinero», afirmó, instando a los educadores a expresar su oposición. «Cuando el dinero federal depende de la ideología pura, estamos en un grave problema, y eso es lo que están diciendo. Eso no se acerca ni remotamente a una sociedad democrática». 


Escrito por

Kathryn Palmer




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September 19, 2025

How the Education Dept. Wants to Advance ‘Patriotic Education’

Professional historians say the department’s plan is part of the Trump administration’s broader attempt to create an Orwellian “truth ministry” and omit the more troubling aspects of the nation’s past.

The Trump administration has made another move that historians say is an attempt to sanitize American history, but one the administration argued is necessary to ensure students have respect for the country.  

Last week, Education Secretary Linda McMahon outlined a new plan for how her department would promote “patriotic education” by adding it to the list of priorities that can drive decisions for discretionary grants, including those that support programs at colleges and universities.

“It is imperative to promote an education system that teaches future generations honestly about America’s Founding principles, political institutions, and rich history,” McMahon said in a statement about the new proposal. “To truly understand American values, the tireless work it has taken to live up to them, and this country’s exceptional place in world history is the best way to inspire an informed patriotism and love of country.”  

According to the proposal, which is open for public comment until Oct. 17, “patriotic education” refers to “a presentation of the history of America grounded in an accurate, honest, unifying, inspiring, and ennobling characterization of the American founding and foundational principles”; examines “how the United States has admirably grown closer to its noble principles throughout its history”; and advances the “concept that commitment to America’s aspirations is beneficial and justified.”

McMahon’s other priorities for grant funding include evidence-based literacy, expanding education choice, returning education to the states and advancing AI in education.  

With this latest proposal, the department wants to focus “grant funds on programs that promote a patriotic education that cultivates citizen competency and informed patriotism among and communicates the American political tradition to students at all levels.” That could include projects geared toward helping students understand the “founding documents and primary sources of the American political tradition, in a manner consistent with the principles of a patriotic education,” according to the proposal.

‘Narrow Conception of Patriotism’    

However, professional historians who have read the proposal told Inside Higher Ed that the department’s patriotic education push is a politically motivated power grab.

“I agree that American history should be presented with accuracy and honesty, based on solid historical evidence, and doing so does inspire people,” said Sarah Weicksel, executive director of the American Historical Association. “But the department’s priority statement has a narrow conception of patriotism and patriotic education.”

She said that’s especially evident given the Trump administration’s numerous other policy changes aimed at presenting a version of American history that downplays or ignores the darkest parts of the country’s past, such as race-based slavery, the disenfranchisement of women and African Americans, and codified racial segregation.  

“That context tells us that the administration is interested in telling an uncomplicated celebration of American greatness,” Weicksel said. “Doing that flattens the past into a set of platitudes that are not rooted in the broader historical context, conflicts, contingencies and change over time that are central to historical thinking.”

In March, Trump issued an executive order entitled “Restoring Truth and Sanity to American History,” prohibiting federal funding for exhibits or programs that “degrade shared American values, divide Americans based on race, or promote programs or ideologies inconsistent with Federal law and policy.” That prompted a review of all exhibits hosted by the Smithsonian Institution and the National Park Service, both of which have since removed multiple artifacts that don’t support Trump’s patriotic history push, including several that underscore the brutality of slavery.   

And as the 250th anniversary of the nation’s founding approaches, the government is in the process of planning commemorative civic education initiatives that advance its definition of patriotic history. To make that happen, it’s largely drawing on the input and expertise of conservative scholars and groups.

The Education Department recently awarded $160 million in American history and civics grants for seminars for K–12 educators and students related to the Declaration of Independence anniversary next year. The agency didn’t specify which institutions got the money but previously said it would give priority to colleges and universities with “independent academic units dedicated to civic thought, constitutional studies, American history, leadership, and economic liberty,” which critics describe as conservative centers.  

In remarks at an event hosted last week by the Federalist Society and the Defense of Freedom Institute, McMahon criticized the state of civics education for students, citing a statistic that only 41 percent of young people say they love America.

“That means the balance doesn’t love America,” she said. “Why don’t they love America? Why aren’t they proud to be Americans? It’s because they don’t know America. They don’t know the foundations, they don’t know the real history of our country … It’s really important that we teach respect for our flag, that we teach respect for our country.”  

While she did acknowledge that the Education Department can’t directly control curriculum, she noted that the department can use funding to encourage the types of education or programs it wants to see.

The Education Department also announced last week that it’s launching a coalition of 40 groups—including the conservative Heritage Foundation, Turning Point USA, Hillsdale College and the American First Policy Institute—to spearhead the America 250 Civics Education Coalition, which is “dedicated to renewing patriotism.” (McMahon chaired the American First Policy Institute before she became secretary.) 

“We celebrate Lincoln for his greatness in recalling the nation to the principles of its birth, the principles of the Declaration of Independence, the most beautiful political document in history,” Hillsdale president Larry Arnn said in a statement about the coalition. “It is time to repeat his work and the work of Jefferson and the Founders. We will work together to learn those principles, and for the love of them we will have a grand celebration.”

‘Pure Politics’  

But Weicksel with AHA said the government’s directives to omit parts of American history in classrooms, museums and other public spaces will undermine the public’s agency. “If citizens don’t have access to a historically accurate understanding of the past, how will they use that past to chart a new path for the future?”

David Blight, a professor of history and Black studies at Yale University, said he interprets the department’s emphasis on patriotic education as “pure politics.” 

“It’s the politics of trying to use history to control people, including children, young people, the people who teach it, the people who write curriculum and the state legislatures that will design this stuff,” he said. “The government is trying to be a truth ministry.”

While there have been other movements to control how the country remembers its history—including by U.S. senator Joseph McCarthy in the 1950s and the United Daughters of the Confederacy in the late 19th and early 20th centuries—Blight said these moves by the Trump administration are more powerful.

“We’ve never had this come right from the White House, with the power of the executive branch and their control over so much money,” he said, urging educators to voice their opposition. “When federal money depends on pure ideology, we’re in very deep trouble, and that’s what they’re saying. That’s not even close to a democratic society.”  

Written By

Kathryn Palmer

lunes, 16 de diciembre de 2024

MÉXICO: Banxico vs CIDE - ideología, universidades públicas nacionales y ciencia económica

Publicado en La Jornada
https://www.jornada.com.mx/2024/12/15/edito




BdeM: decolonizar las instituciones

A más de dos siglos de que México se sacudiera el yugo español e iniciara su vida como nación independiente, un sector tristemente amplio de la población continúa atada a idiosincrasias impuestas por los colonizadores, como la idolatría hacia la cultura europea. La noción de que todo lo creado por los caucásicos es intrínsecamente superior a las producciones –materiales o intelectuales– de los pueblos indígenas, la genuflexión ante poderes extranjeros, el entreguismo de los recursos naturales a compañías foráneas y un desprecio irracional hacia las personas, las instituciones y las ideas del sur global.

La persistencia de este colonialismo intelectual en el seno de la sociedad mexicana quedó exhibida en la figura de Carlos Santiago Bazdresch Barquet, gerente de Asuntos de Política Monetaria del Banco de México (BdeM) y representante del mismo ante el Consejo Directivo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). El 11 diciembre, Bazdresch emitió comentarios cargados de racismo, clasismo y colonialismo contra las universidades mexicanas, al afirmar que sólo los académicos provenientes de universidades anglosajonas mejoran la plantilla, mientras los egresados de centros de estudios como la UNAM, la UAM o el propio CIDE no aportan nada a la institución.

Dicho exabrupto motivó que el director general del CIDE, José Antonio Romero Tellaeche, enviara una misiva a la gobernadora del BdeM, Victoria Rodríguez Ceja, en la cual solicita de manera respetuosa considere la sustitución de Bazdresch como enlace del banco central con la casa de estudios, papel que le otorga un asiento en el mencionado consejo directivo. En su carta, Romero Tellaeche resalta que las opiniones del funcionario fueron discriminatorias, vergonzosas y parte de una hostilidad sin precedente hacia nuestra institución, lo que ha generado tensiones y un evidente deterioro en los vínculos que antes manteníamos. El BdeM no dio respuesta alguna a la denuncia, ni siquiera el acuse de recibo que constituye un mínimo de respeto institucional.

La actitud del banco central, que puede interpretarse como un espaldarazo a Bazdresch y un nuevo gesto de desdén hacia todas las universidades insultadas por el gerente, refleja no sólo una actitud deplorable en el órgano responsable de la política monetaria del país, sino también una defectuosa comprensión de la autonomía de la que se le dotó.

Los gobernadores del BdeM y los directivos de todas las instituciones autónomas del Estado deben recordar que esta facultad no significa insularidad y que su capacidad de regirse sin interferencias gubernamentales no las pone por encima de la Constitución, de la rendición de cuentas ni de la base de la democracia, la soberanía depositada de forma exclusiva e inalienable en el pueblo. Queda claro que su autonomía no puede esgrimirse para evadir explicaciones en torno a la conducta inadmisible de uno de sus miembros.

El conflicto revelado trasciende al vínculo entre el BdeM y el CIDE. Por una parte, tiende un manto de duda sobre el tipo de formación brindado por el organismo rector del sistema financiero a los profesionales que capacita a diario. Lo que es más inquietante: si la postura de Bazdresch, hijo de uno de los artífices del giro neoliberal que convirtió al CIDE en un semillero de pensadores dogmáticos, es compartida por una proporción importante de sus colegas, queda en duda en beneficio de quién toma sus decisiones del banco central. Cuando adopta medidas que afectan a la economía de todos los mexicanos, ¿el BdeM piensa en el bienestar de los connacionales, o en el de los extranjeros que mejoran plantillas? Para despejar estas incógnitas, es imprescindible que la institución presidida por Rodríguez Ceja responda de manera puntual a los planteamientos de Romero Tellaeche, en el entendimiento de que la rendición de cuentas no menoscaba, sino que fortalece su autonomía y su credibilidad.

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Publicado en La Jornada
https://www.jornada.com.mx/2024/12/14/politica/011n3pol

Rechaza CIDE opiniones clasistas de Bazdresch contra científicos del país

Carolina Gómez y Jessica Xantomila
 
Periódico La Jornada
Sábado 14 de diciembre de 2024, p. 11

El Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) rechazó las opiniones discriminatorias y vergonzosas de Carlos Santiago Bazdresch Barquet, representante del Banco de México (BdeM) ante el Consejo Directivo de la institución, sobre los perfiles de expertos formados en universidades públicas del país, que fueron sumados a la plantilla de investigadores.

En una carta, José Antonio Romero Tellaeche, director del CIDE, dijo que la actitud del gerente de Asuntos de Política Monetaria del BdeM mostró una hostilidad sin precedente hacia nuestra institución, lo que ha generado tensiones y un evidente deterioro en los vínculos que antes manteníamos.

Por lo anterior, solicitó respetuosamente a Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del BdeM, evaluar la posibilidad de que Bazdresch deje la representación ante el Consejo Directivo del CIDE.

El 11 de diciembre, en una junta del consejo, Bazdresch Barquet sostuvo que de las 16 nuevas contrataciones sólo dos o tres fueron de especialistas formados en universidades reconocidas internacionalmente, entre ellas la Universidad de California, en Berkeley, y la Universidad de Essex.

En cambio, los demás son de universidades que no está claro que mejoren la plantilla y mencionó casas de estudio como UNAM, UAM, Colegio de Postgraduados y el Tec de Monterrey, entre otros.

Romero lamentó el tono de esas opiniones que contrastan con la visión del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien obtuvo su licenciatura, maestría y doctorado en la UNAM, y promueve el fortalecimiento de las instituciones de educación pública en México.

Tras señalar que, hasta ayer en la tarde, no había tenido respuesta a la misiva enviada el 12 de diciembre a la gobernadora del BdeM, planteó en entrevista que, para combatir posturas como la descrita, hay que hacer una cruzada contra esta discriminación, ¡no es posible que sigamos así!

La Jornada solicitó ayer por la mañana a Comunicación del BdeM un posicionamiento sobre la carta enviada por Romero Tellaeche ante las críticas hechas por Bazdresch Barquet. Los responsables de dicha oficina comentaron que se consultaría la respuesta, pero al cierre de la edición no hubo contestación.

Romero añadió que cada año se lucha por tener más recursos para la educación pública en todos los niveles, incluido el superior, como para que sus egresados sean despreciados por ciertos sectores, que prefieren las escuelas extranjeras.

Destacó que se debe acabar de tajo con la prevalencia de la discriminación clasista y racista de los egresados de universidades públicas y detalló que la postura del funcionario del BdeM es retrógrada.

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Publicado en Contralínea
https://contralinea.com.mx/interno/semana/directivo-de-banxico-se-lanza-contra-el-cide-y-las-universidades-publicas/


Directivo de Banxico se lanza contra el CIDE y las universidades públicas

    Redacción
    diciembre 12, 2024


A nombre del Banco de México, el doctor Santiago Bazdresch Barquet descalificó las nuevas contrataciones del cuerpo académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas, AC, porque los futuros docentes no provienen de universidades extranjeras que, a su parecer, son las únicas que tienen prestigio, denunció el director general del CIDE, doctor José Antonio Romero Tellaeche. Con esa actitud, discriminó a egresados de universidades públicas mexicanas, incluido el propio CIDE.

En una carta dirigida a la gobernadora del Banxico –Victoria Rodríguez Ceja–, explicó que Bazdresch Barquet funge como representante del banco central ante el Consejo Directivo del CIDE, y durante la más reciente reunión se expresó en un tono hostil contra el centro educativo, y además de generar tensiones, es evidente el deterioro en el vínculo institucional.

El doctor Romero Tellaeche le expresó a la gobernadora Rodríguez Ceja su preocupación respecto a la relación institucional entre el CIDE y el Banxico, pues, aunque en el pasado la relación entre ambas instituciones se caracterizó “por un espíritu de colaboración y entendimiento mutuo, […] en fechas recientes, esta dinámica se ha visto afectada debido a la conducta del actual representante del Banco de México en el CIDE, el doctor Santiago Bazdresch Barquet”. Este último, se desempeña como gerente de Asuntos de Política Monetaria del banco central.

Agregó que “su actitud ha mostrado una hostilidad sin precedentes hacia nuestra institución, lo que ha generado tensiones y un evidente deterioro en los vínculos que antes manteníamos. Durante mi administración, no había enfrentado una representación estatal que se distinguiera por un nivel tan bajo de profesionalismo y por una postura tan agresiva”.

En la carta, añadió que “el doctor Bazdresch Barquet es hijo del maestro Carlos Bazdresch Parada, quien fue generosamente jubilado con una extraordinaria pensión por el Banco de México, y es conocido por haber impulsado un cambio significativo en el CIDE hacia un enfoque neoliberal, alejándolo de su orientación nacionalista original”.

El doctor Romero Tellaeche también expuso los detalles del desencuentro: “el doctor Santiago Bazdresch Barquet, en la reunión del Consejo Directivo del CIDE realizada el 11 de diciembre del año en curso y en su calidad de representante del Banco de México –representación que explicitó en su presentación– señaló lo siguiente: “de las contrataciones. Hay 16 nuevas contrataciones de los cuales sólo dos o tres vienen de universidades reconocidas internacionalmente. Los demás son de universidades que no está claro que mejoren la plantilla. Uno de los contratados es del propio CIDE lo cual es muy grave que una institución contrate a sus propios egresados. Porque puede generar endogamia”.

Sobre estos comentarios del representante del Banxico, el director general del CIDE explicó que se refieren “a los siguientes casos: ‘los dos o tres profesores contratados provenientes de universidades reconocidas internacionalmente’ incluyen un egresado de la Universidad de California, Berkeley, otro de la Universidad de Wisconsin-Madison y, posiblemente, un tercero de la Universidad de Essex. El resto de las contrataciones, que según el doctor Bazdresch ‘no mejoran la plantilla’, corresponden a egresados de programas de doctorado de instituciones nacionales como la UNAM, la UAM, el Colegio de Postgraduados, la ENAH y el Tecnológico de Monterrey, entre otras”.

Acerca del caso de supuesta endogamia, detalló que “corresponde a un único profesor, egresado de la sede Santa Fe, que fue contratado por la sede Región Centro en Aguascalientes”.

Por ello, el doctor Romero Tellaeche advirtió que dichas opiniones expresadas por el doctor Bazdresch a nombre del Banco de México son “inaceptables, discriminatorias y vergonzosas en un país que se esfuerza por educar a sus ciudadanos y brindarles oportunidades”.

Además, añadió que contrastan con la visión del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien estudió su licenciatura, maestría y doctorado en la UNAM, “y promueve el fortalecimiento de las instituciones de educación pública en México”. Asimismo, observó que “existe una correlación significativa entre las personas de altos ingresos y quienes tienen estudios de posgrado en el extranjero. Este fenómeno no es casual, ya que el acceso a programas académicos internacionales de prestigio suele estar condicionado por los elevados costos de matrícula, manutención y otros gastos asociados, los cuales están fuera del alcance de la mayoría de la población. En este contexto, si las instituciones públicas y los altos cargos gubernamentales limitan sus procesos de contratación a egresados de escuelas extranjeras, se corre el riesgo de perpetuar un círculo de exclusión. Esta práctica no solo favorece la reproducción del control de las élites económicas sobre el poder político, sino que también contradice los principios de justicia social y democratización que sustentan los fundamentos de la Cuarta Transformación (4T)”.

El director general del CIDE consideró que “el proyecto de la 4T busca construir un modelo de gobierno más incluyente, con oportunidades equitativas para todos los sectores de la sociedad. Por ello, es fundamental replantear los criterios de selección de funcionarios públicos para priorizar el mérito, la experiencia y la capacidad, independientemente del lugar donde obtuvieron su formación académica. Esto permitiría diversificar las perspectivas dentro de las instituciones y garantizar que las decisiones de política pública representen los intereses de una mayoría y no de un grupo reducido con privilegios históricos”.

También consideró que “es necesario promover políticas que fortalezcan las universidades nacionales y amplíen el acceso a la educación superior de calidad para todos, evitando que las instituciones extranjeras se conviertan en un requisito implícito para el ascenso profesional. Solo así será posible romper con las barreras estructurales que perpetúan la desigualdad y construir una administración pública que refleje los ideales de inclusión y transformación social. No sé si esta posición refleja la postura oficial del Banco de México, pero en dicha institución muchos de los cargos en política monetaria e investigación están ocupados por egresados de las universidades que parecen impresionar al doctor Bazdresch”.

Romero Tellaeche opinó que el Banxico debería valorar y contratar preferentemente a doctores en economía formados en instituciones nacionales, donde se enseña con el mismo rigor metodológico que en las universidades extranjeras, pero con el añadido de un profundo compromiso y amor por México. Y consideró que “este conjunto de factores afecta significativamente la objetividad y profesionalismo del doctor Bazdresch, cualidades indispensables para garantizar una colaboración efectiva y respetuosa entre nuestras instituciones. Por ello, respetuosamente le solicito que evalúe la posibilidad de designar a un nuevo representante del Banco de México en el CIDE, una persona con un enfoque más humanista, profesional, objetivo y comprometido con fortalecer las relaciones institucionales”. Finalmente, llamó a la gobernadora del Banco de México a dialogar sobre este asunto.

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Indicadores de calidad para revistas de ciencias sociales en la era de la bibliometría narrativa

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