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lunes, 15 de diciembre de 2025

UNIÓN EUROPEA: «La ciencia abierta amenazada por la geopolítica y el capitalismo»

Publicado en Research information
https://www.researchprofessionalnews.com/rr-news-europe-infrastructure-2025-10-open-science-threatened-by-geopolitics-and-capitalism/


«La ciencia abierta amenazada por la geopolítica y el capitalismo»


Por Craig Nicholson



    Image: EP, European Union 2025

Los expertos advierten de la necesidad de «rescatar» los datos del control de potencias y empresas extranjeras


La ciencia abierta y la colaboración en materia de investigación en general se ven amenazadas por las tendencias geopolíticas y la comercialización de los datos, según han advertido expertos y funcionarios europeos.


En un debate sobre datos de investigación organizado por el Parlamento Europeo el 1 de octubre, Thomas Hartung (segundo por la izquierda en la foto), profesor de farmacología con funciones conjuntas en Estados Unidos y Europa, y también editor jefe de la revista Frontiers in AI, advirtió del creciente control político y comercial.


«Mi temor es que, en algún momento, tengamos una especie de OPEP para los datos», afirmó, en referencia a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, un cártel de naciones que pretende influir en el precio del petróleo mediante acuerdos para controlar la producción.


«En este momento, la ciencia abierta se ve amenazada por varios factores, en primer lugar, por el hecho de que los datos se han convertido en una mercancía. De repente, es valioso poseer datos y conceder licencias sobre ellos... y hay una menor disposición a compartirlos», añadió. La ciencia abierta es un término que se refiere a la apertura de los métodos y resultados de la investigación para su examen y reutilización con el fin de obtener el máximo beneficio y garantizar la confianza.


Klaus Tochtermann (en la foto de la izquierda), informático y presidente de la infraestructura de agregación de datos de investigación European Open Science Cloud, aportó su experiencia de primera mano sobre este nuevo entorno de datos. Afirmó que su institución había estado utilizando la inteligencia artificial para anotar artículos de investigación publicados, pero que «las grandes editoriales han rescindido todos nuestros contratos en los últimos años y los han renovado [de tal manera que] no permiten la extracción de texto o datos... Ya no tenemos los derechos». 


«Carrera armamentística» geopolítica


Además de este problema del «capitalismo de datos», en palabras del eurodiputado Christian Ehler, presidente de la unidad de prospectiva del Parlamento que organizó el debate, los ponentes también advirtieron de los riesgos que supone para la investigación la pérdida de acceso a los datos como consecuencia de las medidas adoptadas por los gobiernos. Se prestó especial atención a las medidas del actual Gobierno de Trump, incluida su respuesta a las amenazas percibidas por parte de China.


«Hay influencias políticas [que hacen que] no sepamos si mañana seguiremos teniendo acceso a bases de datos que son fundamentales para la ciencia, como PubMed», afirmó Hartung. 


PubMed facilita la búsqueda de millones de artículos biomédicos; en el momento de la publicación, una nota en su sitio web indica que es posible que no esté actualizada debido al cierre del Gobierno federal de los Estados Unidos. 


Anastase Charantonis (segundo por la derecha en la foto), investigador que utiliza la IA para la investigación climática, afirmó que su campo «depende en gran medida del intercambio global» de datos y que, en los últimos meses, se había «estresado mucho» ante la posibilidad de perder el acceso a algunos datos satelitales financiados por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos. Esto habría sido «catastrófico», afirmó.


En el contexto de la reciente decisión de la Administración Trump de restringir el acceso de China a algunos datos estadounidenses, Hartung comparó la situación con una «carrera armamentística». Ante la amenaza de que un colaborador pudiera cortar el acceso de esta manera, «es mejor mostrar cierta fuerza» siendo capaz de realizar una amenaza recíproca, afirmó.


Tochtermann instó a los investigadores europeos a «utilizar capacidades informáticas europeas» siempre que sea posible, en lugar de los servicios prestados por los gigantes tecnológicos estadounidenses. Quienes utilizan los servicios estadounidenses «a menudo olvidan que podrían perder la propiedad de los datos», advirtió. También señaló que es importante decidir qué datos globales deben «rescatarse» ante las amenazas, ya que hay demasiados datos como para salvarlos todos.


Se necesita cooperación para responder


Signe Ratso (en el centro de la foto), subdirectora general del departamento de investigación e innovación de la Comisión Europea, afirmó que su institución es consciente de estos retos, que «han cobrado una importancia más inmediata, agravada por la actual situación geopolítica».


Afirmó: «Se están cuestionando los marcos de colaboración mundial para la investigación, lo que pone de manifiesto la dependencia de Europa de los recursos y servicios de datos externos. La capacidad de la UE en ámbitos críticos como la salud pública, la modelización climática o la modelización medioambiental ya se ha visto afectada. En este contexto, la soberanía de los datos se convierte en un elemento esencial de nuestra agenda de I+i».


Ratso afirmó que la Comisión ha puesto en marcha iniciativas en respuesta a ello, entre las que se incluyen la financiación de la Nube Europea de Ciencia Abierta, así como las Fábricas de IA para proporcionar potencia informática. Sin embargo, señaló que para adoptar nuevas medidas será necesaria una «estrecha cooperación» entre los gobiernos de los Estados miembros de la UE, con países «afines» y con el sector de la investigación. Destacó que la UE acogerá a finales de octubre una conferencia sobre la seguridad de la investigación, en la que se debatirán estas «nuevas realidades».


Según Tochtermann, se necesitan «negociaciones» y «acuerdos justos» con gobiernos extranjeros para garantizar un acceso recíproco y seguro a los datos.


A pesar de los numerosos temores expresados, Hartung afirmó que cree que, a largo plazo, estos esfuerzos «tendrán éxito».




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02 Oct 2025

‘Open science threatened by geopolitics and capitalism’


By Craig Nicholson



Experts warn of need to “rescue” data from control of foreign powers and companies

Open science and research collaboration in general are under threat from trends in geopolitics and the commercialisation of data, experts and European officials have warned.


In a discussion on research data hosted by the European Parliament on 1 October, Thomas Hartung (pictured second from left), a pharmacology professor with joint roles in the US and Europe, who is also chief editor of the journal Frontiers in AI, warned of growing political and commercial control.


“My fear is that we will, at some point, have a kind of Opec for data,” he said, referring to the Organization of Petroleum Exporting Countries, a cartel of nations that aims to influence the price of oil through agreements to control output. 


“Open science is at the moment endangered by a number of things, first of all data becoming a commodity. It is suddenly valuable to own data and licence them…there’s a declining willingness to share,” he added. Open science is a term for the opening up of research methods and outputs for scrutiny and reuse to gain maximum benefit and ensure trust.


Klaus Tochtermann (pictured left), a computer scientist who is president of the European Open Science Cloud research data aggregation infrastructure, provided a first-hand experience of this new data environment. He said his institution had been using artificial intelligence to annotate published research papers, but that “the big publishers have terminated all our contracts in recent years and renewed [them in a way that] does not allow any text or data mining…We do not have the rights anymore.”  


Geopolitical ‘arms race’


In addition to this problem of “data capitalism”, in the words of MEP Christian Ehler, chair of the Parliament foresight unit that hosted the debate, speakers also warned of the risks to research from loss of access to data as a result of actions by governments. A particular focus was the actions of the current Trump administration, including its response to perceived threats from China.


“There are political influences [that mean] we don’t know whether tomorrow we will still have access to databases which are critical to…science, such as PubMed,” Hartung said. 


PubMed facilitates the searching of millions of biomedical papers; at the time of publication, a note on its website says it may not be up to date due to the US federal government shutdown.  


Anastase Charantonis (pictured second from right), a researcher who uses AI for climate research, said that his field is “very heavily dependent on global sharing” of data, and that in recent months it had been “very stressed” that it would lose access to some satellite data funded by the US National Oceanic and Atmospheric Administration. This would have been “catastrophic”, he said.


In the context of the Trump administration recently cutting Chinese access to some US data, Hartung likened the situation to an “arms race”. Facing the threat of a collaborator potentially cutting off access in such a way, “it is better to show some strength” by being able to make a reciprocal threat, he said.  


Tochtermann called on researchers in Europe to “use European” computing capacities wherever possible, rather than services provided by US tech giants. Those who use US services “often forget that they might lose ownership of the data”, he warned. He also said it is important to decide which global data need to be “rescued” given the threats, because there is too much data in existence to save it all.


Cooperation needed in response 


Signe Ratso (pictured centre), a deputy director-general in the European Commission research and innovation department, said her institution recognises these challenges, which “have become of more immediate importance, exacerbated by the current geopolitical situation”.


She said: “Longstanding global collaboration frameworks for research are being questioned, exposing Europe’s dependence on external data resources and services. The EU’s capacity in critical areas like public health, climate modelling or environmental modelling has already been affected. In this context, data sovereignty becomes…an essential element of our R&I agenda.”


Ratso said the Commission has implemented initiatives in response, including funding the European Open Science Cloud, as well as AI Factories to provide computing power. But she said that further action will require “close cooperation” among EU member state governments, with “like-minded” countries and with the research sector. She pointed out that the EU is hosting a conference on research security at the end of October, at which these “new realities” will be discussed. 


“Negotiations” and “fair deals” with foreign governments are needed to ensure reciprocal and safe access to data, said Tochtermann.


Despite the many fears expressed, Hartung said he thinks that, in the long term, such efforts “will succeed”.



jueves, 1 de junio de 2023

Ciencia, un bien público privatizado por grandes editoriales comerciales

Publicado en SINC. Ciencia contada en español
https://www.agenciasinc.es/Opinion/Ciencia-un-bien-publico-privatizado-por-grandes-editoriales-comerciales




Ciencia, un bien público privatizado por grandes editoriales comerciales

La comunicación de resultados científicos es un negocio muy lucrativo y bastante desconocido para la ciudadanía. Un gigantesco oligopolio de editoriales comerciales nos vende, a precios millonarios, el acceso a los resultados de la investigación financiada con el dinero de todos. Sin embargo, este hecho apenas llama la atención del público.

Pilar Rico-Castro 31/5/2023

En el imaginario colectivo habita la idea de que la actividad científica pertenece al ámbito de lo público. El dinero con el que se financia la investigación y el personal que la hace posible pertenecen a él. Por eso, los debates que surgen alrededor de las políticas de ciencia y tecnología suelen centrarse mayoritariamente en cuánto dinero destinan los gobiernos a investigación científica y en cómo de estables o precarias son las carreras investigadoras.

Pero si queremos preservar la sostenibilidad de nuestros sistemas de ciencia, tecnología e innovación, es fundamental reconducir la mirada pública e incluir en el foco de discusión el papel de los grandes proveedores comerciales de recursos científicos en nuestros procesos de comunicación y de evaluación de la actividad investigadora.

Un bien público

La producción de nuevo conocimiento científico es una empresa global a la que los humanos se dedican de forma colectiva desde el principio de los tiempos y de manera organizada y planificada desde finales de la Segunda Guerra Mundial.

Las comunidades científicas trabajan en la llamada ‘república de la ciencia’, en la que sus miembros gestionan, no solo los rituales de acceso y permanencia al grupo social, sino también el reparto de los recursos que los sostienen y los procesos de validación de qué es y qué no es nuevo conocimiento científico.

Su labor se rige por las normas mertonianas: comunalismo, es decir, la ciencia es conocimiento público, libre y se encuentra a disposición de todos; universalismo, donde no existen fuentes privilegiadas de conocimiento científico según la nacionalidad, la raza, el sexo, la religión, la edad de quien lo produzca; el desinterés, porque trabaja en beneficio de la propia ciencia; originalidad, ya que es el descubrimiento de lo desconocido; y escepticismo: los científicos no aceptan nada sin cuestionarlo de forma crítica.

La ciencia es un bien público que trata de beneficiar a la sociedad en su conjunto y buscar el progreso y el bienestar de la humanidad. Sin embargo, el modelo de comunicación vigente y los intereses comerciales de las grandes editoriales han convertido la ciencia en un bien privativo, custodiado por barreras de pago cada vez más infranqueables.

Estándar pretecnológico de comunicación

La unidad básica de comunicación de resultados de investigación entre las comunidades académicas es el artículo científico. Un trabajo con una extensión estándar de 8.000 palabras y una estructura de redacción fija (introducción, método, resultados y discusión) que, para adquirir su naturaleza, ha de ser revisado y aprobado por expertos colegas de la misma disciplina (los llamados pares o iguales).

Estas revistas académicas son su vehículo de transmisión. Ambos, artículo y revista, nacieron en el siglo XVII y desde entonces hasta nuestros días su producción se ha multiplicado de manera vertiginosa hasta alcanzar la cifra de alrededor de cuatro millones de trabajos científicos publicados al año en las cerca de 50.000 revistas académicas que se editan en el mundo.

Un negocio muy rentable

El sector comercial de la edición académica factura decenas de miles de millones de euros al año y tiene unos márgenes de explotación superiores al 30 %, un porcentaje similar al de las compañías petrolíferas y superior en cinco puntos porcentuales al de Google. Estos suculentos ingresos provienen de forma casi exclusiva de los presupuestos públicos para I+D.

La fórmula de este éxito comercial descansa sobre varios elementos. El primero: unos costes de producción mínimos. La elaboración de los contenidos que publican y el control de su calidad son sufragados con dinero público y sus autores ceden a las editoriales la componente patrimonial de sus derechos de autor, de modo que renuncian a percibir remuneración alguna por la reproducción, distribución, transformación y comunicación pública de su trabajo a favor de las editoriales. Además, la mayoría de las revistas se editan en formato electrónico y solo requieren del mantenimiento de sus plataformas de pago, acceso y descarga de contenidos.

Por otro lado, se trata de un negocio de difícil saturación porque el avance de la ciencia y la hiper especialización de la investigación en campos cada vez más específicos abren nichos para nuevas revistas igualmente especializadas. Además, es un mercado que tiene una demanda inelástica, es decir, que un aumento del precio de venta no reduce la demanda, ya que el control casi total de las editoriales comerciales sobre la ciencia publicada minimiza el poder de negociación de las instituciones que compran las licencias de acceso.

Finalmente, el modelo de negocio de facturación múltiple permite cobrar por el mismo servicio a los autores y a las bibliotecas de una misma institución, sin que haya controles que lo impidan.

Excelencia y prestigio como moneda de cambio

¿Por qué se siguen utilizando las revistas académicas y sus viejos estándares para comunicar los últimos avances de la ciencia? ¿Cuál es la razón de ceder la explotación de derechos de autor a las grandes cabeceras y destinar ingentes cantidades de dinero público a comprar el contenido que los mismos gobiernos han financiado? La respuesta es que los sistemas públicos de ciencia tienen privatizado el concepto de excelencia y la contraprestación al esfuerzo intelectual descansa sobre el prestigio como forma de pago.

Los proveedores comerciales de recursos científicos son quienes acuñan esa moneda a modo de bancos centrales, defendiendo su papel desde una atalaya inexpugnable. El prestigio se otorga de forma casi exclusiva a través de la revista en la que se publican los artículos, aunque el conocimiento se produzca cada vez más en una amplia diversidad de formatos: monografías, datos, software, asesoramiento, divulgación o protocolos.

A la hora rentabilizar el prestigio, tantos artículos publicas (en según qué cabeceras), tanto vales. Esos méritos son los que permiten al personal investigador optar a nuevas fuentes de financiación, tanto proyectos como ascensos en la carrera académica, y retroalimentar el ciclo de financiación, ejecución, comunicación y evaluación del proceso investigador.

En los procesos de evaluación de la investigación, los poderes públicos recurren a contabilizar esta moneda de prestigio usando el miope oráculo de las bases de datos de referencias bibliográficas comerciales y sus limitadísimos sistemas de indexación plagados de sesgos geográficos, lingüísticos o disciplinares. Estos sesgos obstruyen el correcto registro de todo el caudal de conocimiento a nuestra disposición y nos inducen a creer que la excelencia es limitada, excluyente y privativa, cuando no lo es.

Infraestructuras digitales para cambiar el mundo

Si la ciencia es un bien público, sus vías de comunicación, evaluación, acceso y preservación a largo plazo también deberían ser públicas (y gratuitas). Desde principios de la década de 2000 hasta nuestros días, tanto en América Latina y el Caribe (LAC) como en Europa se han multiplicado las iniciativas a favor del acceso libre y gratuito a los resultados de la investigación y a favor de una ciencia abierta que reconozca todos los formatos en los que se expresa el avance del conocimiento, rediseñe nuevos procesos de evaluación del mérito curricular e incluyan a la sociedad en todas las fases del proceso científico. Las infraestructuras digitales públicas, no comerciales, descentralizadas y gratuitas son la base de esas acciones y la vía para devolver la ciencia a la sociedad.

La república de la ciencia debe seguir siendo gobernada por las comunidades científicas sin fronteras geográficas. El cambio de paradigma hacia una ciencia abierta, accesible, trasparente y reproducible ha de hacerse de forma coordinada. El conocimiento debe seguir siendo un bien público que mejore la vida de la humanidad y resuelva los problemas de nuestras sociedades. Por ello, Europa debe aprender de las iniciativas impulsadas en LAC, y LAC debe alinear políticas y estrategias con Europa. Ambas regiones deben compartir foros de decisión, experiencias y recursos. El diálogo es necesario, el momento es ahora.

Pilar Rico-Castro es jefa de la unidad de acceso abierto, repositorios y revistas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y profesora asociada de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Es coautora, junto con Laura Bonora, del informe Políticas de acceso abierto en América Latina, el Caribe y la Unión Europea: avances para un diálogo político, publicado por la Dirección General de Investigación e Innovación de la Comisión Europea en marzo de 2023.

martes, 30 de noviembre de 2021

Democratizar el conocimiento: un estudio crítico sobre el modelo de negocio y las prácticas de Elsevier

Publicado en blog Universo abierto
https://universoabierto.org/2021/11/29/democratizar-el-conocimiento-un-estudio-critico-sobre-el-modelo-de-negocio-y-las-practicas-de-elsevier/


Democratizar el conocimiento: un estudio crítico sobre el modelo de negocio y las prácticas de Elsevier

Tennant, Jonathan. Democratising Knowledge: a report on the scholarly publisher, Elsevier.  Education International, 2018

Texto completo




En 2017, la publicación del G7 Science Communiqué sentó un fuerte precedente para una visión global en la que la Ciencia Abierta desempeña un papel fundamental para abordar los retos y las desigualdades globales actuales y futuras. La Internacional de la Educación se hace eco de ello y considera que la educación superior y la investigación son servicios públicos. A pesar de ello, el actual ecosistema de publicación y comunicación académica está plagado de tensiones entre los intereses privados y públicos, y en la actualidad funciona en contra de las necesidades e intereses de la comunidad académica mundial y del público en general.

Una de las editoriales comerciales más dominantes, Elsevier, miembro de la corporación multinacional RELX Group, es uno de los actores más controvertidos en este ámbito, con un historial de prácticas comerciales bien conocido, notable entre las editoriales académicas por tener una amplia crítica histórica de la comunidad investigadora mundial. Existe una creciente preocupación por el hecho de que Elsevier, entre otros actores, se esté convirtiendo en una empresa muy poderosa tanto como editora como proveedora de servicios de conocimiento.

En combinación con el aumento de los costes de las suscripciones y los servicios de las revistas, el activismo político, los márgenes de beneficio extraordinariamente altos y esta creciente comercialización de la infraestructura de investigación, Elsevier se ha posicionado dentro de un mercado disfuncional como actor principal en la comercialización del conocimiento, la información de investigación y la educación. En una reciente encuesta mundial entre los afiliados de la Internacional de la Educación en el sector de la educación superior y la investigación, varios afiliados han señalado la problemática situación en la que Elsevier se está beneficiando enormemente de la investigación financiada con fondos públicos. Sin embargo, a pesar de las críticas generalizadas, hay poco consenso sobre el mejor enfoque para desafiar a Elsevier.

Este informe pretende sentar las bases de un estudio crítico sobre el modelo de negocio y las prácticas de Elsevier y contribuir al desarrollo de objetivos políticos relacionados con el acceso público abierto a la investigación y a los materiales educativos, la libertad académica, la autonomía de los investigadores y el sistema de comunicación académica. Esta investigación será una parte clave de la campaña de la Internacional de la Educación sobre la comercialización y mercantilización de la educación, dirigida específicamente al sector de la educación superior y la investigación.

viernes, 2 de julio de 2021

Artículo: "La economía política de la publicación académica: sobre la mercantilización de un bien público"

 Publicado en PLoS ONE


La economía política de la publicación académica: sobre la mercantilización de un bien público

Resumen

Este artículo ofrece un análisis institucional y empírico del mercado altamente concentrado de las publicaciones académicas, caracterizado por unos márgenes de beneficio excesivamente elevados para las empresas editoras. La disponibilidad de los últimos resultados de la investigación es una cuestión importante tanto para los investigadores como para las universidades y los políticos. La publicación en acceso abierto (OA) ofrece una solución prometedora pero también costosa para superar este problema. Sin embargo, en este trabajo sostenemos que los costes de la publicación en acceso abierto son una vía importante, pero ni mucho menos la única, para que las editoriales académicas accedan a la financiación pública. Por el contrario, nuestro estudio ofrece una visión global de los canales a través de los cuales el gasto público beneficia a las grandes empresas editoriales académicas. Además, ofrecemos los resultados de un estudio de caso exploratorio, en el que estimamos los flujos financieros anuales del gasto público en Austria para el campo de las ciencias sociales. En total, estos gastos suman entre 66,55 y 103,2 millones de euros al año, lo que supone una cuarta parte de la financiación pública total para este campo. En este contexto, contribuimos al debate sobre si las subvenciones públicas están justificadas, y en qué medida, para las empresas con éxito económico.


The political economy of academic publishing: On the commodification of a public good

Abstract

This paper provides an institutional and empirical analysis of the highly concentrated market of academic publishing, characterized by over proportionally high profit margins for publishing companies. The availability of latest research findings is an important issue for researchers, universities and politicians alike. Open access (OA) publication provides a promising but also costly solution to overcome this problem. However, in this paper we argue that OA publication costs are an important, but by far not the only way for academic publishers to gain access to public funding. In contrast, our study provides a comprehensive overview of the channels through which public expenditure benefits big academic publishing companies. Furthermore, we offer the results of an explorative case study, where we estimate the annual financial flows of public expenditures in Austria for the field of social sciences. In all, these expenditures add up to about 66.55 to 103.2 million € a year, which amounts to a fourth of total public funding for this field. Against this background, we contribute to the debate whether and to what extent public subsidies are justified for economically successful companies.

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Citation: Puehringer S, Rath J, Griesebner T (2021) The political economy of academic publishing: On the commodification of a public good. PLoS ONE 16(6): e0253226. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0253226

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