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viernes, 12 de diciembre de 2025

Cambridge University Press: «La edición académica se encuentra en una encrucijada crítica». Cambio radical o habrá retroceso. Evaluación de la calidad sobre la cantidad

Publicado en Research information
https://www.researchinformation.info/news/cambridge-demands-radical-change-in-academic-publishing/ 



Cambridge exige un cambio radical en la publicación académica

16 de octubre de 2025


Cambridge University Press ha publicado un informe titulado «El futuro de la edición: trabajar juntos para lograr un cambio radical en la edición académica» https://www.cambridge.org/core/services/aop-file-manager/file/68ef9df9a6c3702e57eae12a/Cambridge-University-Press-Publishing-futures.pdf, en el que se pide una acción colectiva urgente para garantizar que la edición académica sea más abierta, equitativa y sostenible. El informe se basa en una revisión y encuesta global dirigida por la comunidad a más de 3,000 investigadores, socios editoriales, financiadores, bibliotecarios y editores de 120 países.


A pesar del amplio apoyo y los avances logrados en los últimos años en materia de publicación de acceso abierto, persisten barreras complejas y de larga data dentro del sistema de publicaciones académicas. Estas barreras, a pesar de los progresos realizados en materia de acceso abierto, hacen que la transición hacia un futuro más abierto y equitativo corra el riesgo de estancarse o incluso de revertirse.


Mandy Hill, directora general de Cambridge University Press, afirmó: «La edición académica se encuentra en una encrucijada crítica. Todavía no se está produciendo, pero se producirá sin cambios importantes. Comenzamos nuestra revisión explorando las barreras para la transición al acceso abierto, pero descubrimos problemas sistémicos más profundos que afectan a todo el ecosistema de la investigación. Se publican demasiados artículos en revistas, lo que está causando una enorme presión. El crecimiento de las publicaciones está impulsado por los incentivos del sistema y se verá agravado por la inteligencia artificial. Necesitamos el pensamiento creativo y el compromiso de todos los actores para solucionarlo. Podemos crear un sistema que sea abierto por defecto y equitativo por diseño. Así es como nosotros, como editores, podemos apoyar mejor la investigación». 


La profesora Deborah Prentice, vicerrectora de la Universidad de Cambridge, afirmó: «Las numerosas partes interesadas del ecosistema de la investigación deberán escuchar este llamamiento y unirse. Se trata de un problema de acción colectiva de grandes proporciones. Las instituciones académicas, las sociedades profesionales, los financiadores de la investigación y las editoriales académicas tienen un papel importante que desempeñar en el desarrollo de un modelo más equitativo y sostenible de cara al futuro. Hay motivos para el optimismo: el informe está repleto de ejemplos de iniciativas sectoriales para cambiar las estructuras de incentivos académicos, acuerdos innovadores de acceso abierto, posibles plataformas de publicación alternativas y sugerencias concretas para mejorar el apoyo a la revisión por pares».


Conclusiones principales


Si bien la gran mayoría (86 %) apoya que los artículos estén disponibles de forma gratuita, menos de un tercio de los encuestados (32 %) que participaron en la investigación consideraba que el sistema actual está en condiciones de afrontar los retos futuros. A través de talleres y entrevistas con las partes interesadas, se identificaron cuatro temas urgentes e interrelacionados: 


  • Aumento del volumen de publicaciones: en 2022, hubo aproximadamente 897,000 artículos indexados más que en 2016.[1] Este rápido crecimiento, que incluye un aumento del contenido de baja calidad o generado por IA y el auge de las fábricas de artículos, amenaza la integridad de la investigación. El 81 % de los encuestados coincidió en que este aumento ha puesto bajo presión al sistema de revisión por pares.

  • Insostenibilidad financiera: El modelo económico predominante es insostenible, ya que las bibliotecas se enfrentan a costes cada vez mayores y un panorama híbrido que combina modelos de pago por lectura y pago por publicación socava la eficiencia.

  • Aumento de las desigualdades: A pesar de la promesa del acceso abierto, siguen existiendo disparidades en la publicación y el acceso a la investigación, especialmente para los países de ingresos bajos y medios.

  • Retos en materia de recompensa y reconocimiento académico: La mayoría (64 %) coincidió en que el sistema actual incentiva la cantidad por encima de la calidad en las publicaciones, lo que distorsiona la evaluación de la investigación. Solo el 33 % considera que los sistemas actuales de recompensa y reconocimiento funcionan bien. 



El camino a seguir


Las recomendaciones del informe están diseñadas para ayudar a llevar a cabo una reforma colaborativa y sistémica, al tiempo que reconocen que las revistas y los libros de alta calidad seguirán siendo elementos fundamentales del ecosistema editorial académico. Para que el sistema prospere y satisfaga las necesidades futuras, es esencial el cambio. Las recomendaciones de Cambridge incluyen:


  • Adaptar los sistemas de recompensa y reconocimiento académico para valorar la calidad por encima de la cantidad y apoyar los diversos resultados de la investigación.

  • Hacer de la equidad un principio rector del acceso abierto mediante la mejora de la coordinación mundial, el apoyo institucional y la sensibilización para abordar las desigualdades sistémicas, en particular para los autores de países de ingresos bajos y medios.

  • Apoyar plataformas de publicación alternativas creíbles y escalables, como servidores de preimpresión, plataformas comunitarias y modelos de acceso abierto diamante, además de los libros y revistas tradicionales, así como aumentar la transparencia de las editoriales en cuanto a los costes.

  • Reconocer la revisión por pares como una contribución académica fundamental con estructuras de recompensa adecuadas, proporcionar formación y apoyo a los revisores y adoptar soluciones tecnológicas responsables para abordar la revisión por pares a gran escala. La Dra. Jessica Gardner, bibliotecaria universitaria y directora de servicios bibliotecarios de la Universidad de Cambridge, afirmó: «Las bibliotecas han sido durante mucho tiempo guardianas de la investigación y el conocimiento, garantizando su accesibilidad, fiabilidad y conservación para las generaciones futuras. Sin embargo, hoy en día, a medida que el volumen de investigaciones publicadas sigue aumentando, las bibliotecas y las instituciones se enfrentan a una presión financiera cada vez mayor, y los investigadores se ven sometidos a una mayor presión en cuanto al tiempo que dedican a navegar y mantener los registros académicos. Para abordar esta cuestión es necesario adoptar un enfoque colaborativo en todo el sector con el fin de desarrollar modelos nuevos, sostenibles y abiertos para la publicación académica». 



Monica Westin, directora de Desarrollo de Políticas Abiertas de Cambridge University Press, concluyó: «Incluso en este momento tan difícil, el mensaje es claro: la comunidad investigadora mundial sigue comprometida con la apertura de la investigación. Están surgiendo modelos innovadores en todas las disciplinas y regiones que señalan el camino a seguir. El próximo reto es unirnos para impulsar un cambio sistémico. Con este informe, hacemos un llamamiento a todo el ecosistema —investigadores, financiadores, bibliotecarios y editores— para que colaboren en la búsqueda de soluciones para todo el sector. Solo trabajando juntos podremos garantizar que la equidad, la calidad y la transparencia en la investigación avancen para todos».


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Cambridge demands radical change in academic publishing

16 October 2025


Cambridge University Press has released a report – Publishing futures: Working together to deliver radical change in academic publishing https://www.cambridge.org/core/services/aop-file-manager/file/68ef9df9a6c3702e57eae12a/Cambridge-University-Press-Publishing-futures.pdf– calling for urgent, collective action to ensure academic publishing becomes more open, equitable and sustainable. The report draws on a global, community-led review and survey of more than 3,000 researchers, publishing partners, funders, librarians and publishers from 120 countries.

Despite broad support and advancement in recent years for open access publishing, longstanding and complex barriers within the academic publishing system persist. These are in spite of the progress made in open access and mean the transition to a more open and equitable future is at risk of stalling or even reversing.  

Mandy Hill, Managing Director of Cambridge University Press, said:”Academic publishing is at a critical juncture. It is not breaking yet, but will without major change. We started our review by exploring barriers to the open access transition, but we uncovered deeper, systemic issues that affect the whole research ecosystem. Too many journal articles are being published and this is causing huge strain. The growth in publishing is driven by incentives in the system, and will be exacerbated by AI. We need creative thinking and commitment from all players to fix it. We can create a system that is open by default and equitable by design. That is how we as publishers can best support research.”  

Professor Deborah Prentice, Vice-Chancellor of the University of Cambridge, said:“The many stakeholders in the research ecosystem will need to hear this call and come together. This is a collective action problem of major proportions. Academic institutions, professional societies, research funders, and academic publishers all have important roles to play in the development of a more equitable and sustainable model going forward. There is every reason for optimism: The report is filled with examples of sector initiatives to change academic incentive structures, innovative open-access arrangements, potential alternative publishing platforms, and concrete suggestions for better-supporting peer review.”

Key findings  

While the vast majority (86%) support articles being made freely available, less than a third of respondents (32%) participating in the research believed the current system is in a good position to meet future challenges. Through workshops and stakeholder interviews, four urgent, interconnected themes were identified:   

  • Rising publishing volumes: In 2022, there were approximately 897,000 more indexed articles than in 2016.[1] This level of rapid growth, including an increase in poor-quality or AI-generated content and the rise of papermills, threatens the integrity of research. 81% of survey respondents agreed that this increase has put the peer review system under pressure.

  • Financial unsustainability: The prevailing economic model is unsustainable, as libraries face mounting costs and a hybrid landscape combining pay-to-read and pay-to-publish models undermines efficiency.   

  • Widening equity gaps: Despite the promise of open access, disparities in publishing and accessing research remain, especially for those in low- and middle-income countries.

  • Challenges in academic reward and recognition: The majority (64%) agreed that the current system incentivises quantity over quality in publishing outputs, distorting research evaluation. Only 33% feel that current reward and recognition systems work well. 

A way forward

The report’s recommendations are designed to help realise collaborative, systemic reform, while recognising that journals and high-quality books will continue to be critical elements of the academic publishing ecosystem. For the system to thrive and meet future needs, change is essential. Cambridge recommendations include: 

  • Adapting academic reward and recognition systems to value quality over quantity, and to support diverse research outputs.

  • Making equity a guiding principle for open access by enhancing global coordination, institutional support, and awareness to address systemic inequities, particularly for authors in low- and middle-income countries.

  • Supporting credible, scalable alternative publishing platforms such as preprint servers, community platforms, and diamond open access models, in addition to traditional books and journals, as well as increasing publisher transparency on costs.

  • Recognising peer review as a core academic contribution with appropriate reward structures, providing training and support for reviewers, and embracing responsible technological solutions to address peer review at scale.  Dr Jessica Gardner, University Librarian and Director of Library Services at the University of Cambridge, said: “Libraries have long served as stewards of research and knowledge, ensuring it is accessible, trusted, and preserved for future generations. Today, however, as the volume of published research continues to rise, libraries and institutions are facing growing financial strain, and researchers are facing greater pressures on their time to navigate and uphold the scholarly record. Addressing this requires a collaborative, sector-wide approach to develop new, sustainable, and open models for academic publishing.” 

Monica Westin, Director of Open Policy Development at Cambridge University Press, concluded: “Even in this challenging moment, the message is clear: the global research community remains committed to making research open. Innovative models are emerging across disciplines and regions pointing the way forward. The next challenge is to come together to drive systemic change. With this report, we’re calling on the entire ecosystem – researchers, funders, librarians, and publishers – to collaborate on sector-wide solutions. Only by working together can we ensure that equity, quality, and transparency in research advance for everyone.”

jueves, 4 de diciembre de 2025

MÉXICO: soberanía editorial vs extractivismo digital y el "infantilismo de izquierda"

Publicado en Nexos
https://ciencia.nexos.com.mx/la-caverna-de-lenin/




La caverna de Lenin

Raúl Marcó del Pont Lalli

noviembre 30, 2025


Ideologías, espejismos y políticas públicas en la comunicación científica

Platón imaginó una caverna donde los prisioneros confundían las sombras proyectadas en la pared con la realidad. Hoy, en el terreno de la comunicación de la ciencia, corremos el riesgo de habitar una caverna semejante, aunque con matices modernos: ya no se trata de sombras de objetos, sino de ideologías que proyectan sus propios reflejos sobre la pared del conocimiento. Entre ellas, el discurso sobre la soberanía editorial en América Latina ocupa un lugar central. La metáfora de Lenin, que en su momento apostó por la claridad revolucionaria frente a los engaños burgueses, se vuelve aquí provocadora: como en una caverna del líder bolchevique, ciertos discursos se blindan bajo un ropaje ideológico que promete emancipación, pero que corre el riesgo de oscurecer las dinámicas y una visión informada y crítica de la edición académica y de la inteligencia artificial (IA).

El documento al que nos referimos aquí / Conversatorio virtual “Soberanía editorial e inteligencia artificial” – una propuesta para un webinario sobre soberanía editorial e inteligencia artificial– es un ejemplo elocuente de este fenómeno. Presenta una narrativa coherente y atractiva: América Latina ha construido, gracias a proyectos como SciELO, Redalyc, AmeliCA o LA Referencia, una infraestructura pública de comunicación científica que resiste el embate de las editoriales comerciales y defiende el conocimiento como bien común. Frente al extractivismo digital de las grandes tecnológicas, se propone una agenda de soberanía: cláusulas anti-extractivismo, acuerdos regionales, licencias específicas y preservación distribuida.

El planteamiento tiene virtudes: denuncia prácticas de apropiación inequitativa, señala riesgos de dependencia tecnológica y subraya el papel del Estado en la preservación de los bienes comunes. Pero como toda ideología, construye una caverna donde ciertas luces brillan demasiado y otras quedan en penumbra. Veamos.

El espejismo del extractivismo


Uno de los ejes centrales del texto es la analogía entre el uso de artículos en acceso abierto para entrenar modelos de IA y el extractivismo de recursos naturales en América Latina. La imagen es poderosa: así como los minerales o el petróleo han sido explotados por potencias extranjeras, también los artículos financiados con fondos públicos se convierten en materia prima gratuita para la industria tecnológica global.

El problema es que esta analogía, aunque sugerente, distorsiona. En primer lugar, los datos no son recursos finitos: no se agotan por usarse, sino que se multiplican. Además, equiparar automáticamente el entrenamiento de modelos con desposesión invisibiliza la complejidad de la circulación del conocimiento en red. ¿No se supone que el acceso abierto busca precisamente que cualquiera –sea estudiante, ciudadano, empresa o laboratorio– pueda reutilizar los resultados de la investigación? Reclamar reciprocidad es legítimo; convertir el acceso abierto en un espacio vigilado, en cambio, corre el riesgo de traicionar su espíritu original.

La metáfora del extractivismo, útil como provocación política, se vuelve peligrosa como diagnóstico: nos encierra en la caverna ideológica donde toda interacción con corporaciones globales es vista como saqueo, y donde las posibilidades de cooperación, regulación compartida o beneficio mutuo se esfuman.

La soberanía como espantapájaros


El segundo gran eje del documento es la soberanía editorial. Se la define como la capacidad de los sistemas nacionales y regionales para controlar la producción, evaluación y circulación del conocimiento. La idea, a primera vista, parece incuestionable: ¿quién podría oponerse a que los países de América Latina ejerzan control sobre su propia producción científica?

Sin embargo, hay un problema de fondo: la noción de soberanía, heredada del vocabulario político clásico, se aplica aquí como si la edición académica fuese un territorio. Y no lo es. El conocimiento circula en redes globales, atraviesa idiomas, se valida en comunidades internacionales. Pretender una soberanía plena en este terreno es tan ilusorio como pensar en un internet puramente nacional.

Más aún: la apelación constante a la soberanía puede derivar en nacionalismos editoriales que, bajo el pretexto de proteger, terminan aislando a las revistas y reduciendo su visibilidad. ¿Queremos revistas que solo dialoguen hacia dentro de la región, reforzando un circuito endogámico, o revistas capaces de incidir en las conversaciones globales? El dilema es real, y la ideología soberanista suele ofrecer respuestas simplistas.

La sombra de Lenin


Como en la alegoría platónica, los promotores de la soberanía editorial miran las sombras de los gigantes tecnológicos proyectadas en la pared y concluyen que todo lo que hay fuera de la caverna es opresión. Pero, como Lenin, confunden el diagnóstico político con una verdad absoluta y descuidan la complejidad del fenómeno.

En la práctica, las políticas públicas inspiradas en esta visión pueden conducir a callejones sin salida. Por ejemplo: si se establecen cláusulas “anti-extractivismo” demasiado rígidas, ¿qué pasará con la colaboración internacional? ¿Cómo se integrarán los proyectos latinoamericanos en la construcción de estándares de IA que son, inevitablemente, globales? ¿De qué manera se atraerán inversiones o se incentivará la innovación local si toda reutilización externa se etiqueta de colonialismo?

Un ejemplo reciente que ilustra lo desencaminados que podemos estar. En 2016, la noticia era que el maestro de go de DeepMind, AlphaGo, derrotaba a uno de los mejores jugadores mundiales. Una nueva versión del jugador, AlphaGo Zero, superó a AlphaGo por cien partidas a cero. AlphaGo se programó originalmente a partir de un conjunto de datos de más de 100 000 partidas de Go, como punto de partida para su propio autoaprendizaje. Por el contrario, AlphaGo Zero se programó solo con las reglas esenciales del Go. Lo sorprendente es que, a través del aprendizaje profundo, AlphaGo Zero aprendió todo desde cero. La naturaleza misma de la complejidad del programa se construyó inicialmente a través de movimientos aleatorios en el tablero de Go; a través de millones y millones de partidas jugadas contra sí mismo, AlphaGo Zero actualizó su propio sistema para convertirse en el jugador más fuerte de la historia del juego. Tal vez debamos enfocarnos el asunto de otra forma, y evitar así que terminemos discutiendo asuntos irrelevantes.

La caverna ideológica promete protección, pero puede convertirse en prisión.

Lo que queda en la penumbra

Más allá de las metáforas, lo que resulta más preocupante del documento es aquello que calla o apenas menciona. Se habla mucho de “soberanía”, pero poco de calidad editorial. Se denuncia el extractivismo, pero casi nada se dice sobre la precariedad laboral de quienes sostienen las revistas en la región: editores con sueldos bajos, evaluadores sin reconocimiento, sistemas obsoletos de gestión.

Tampoco se aborda con claridad la crisis de confianza en el proceso de revisión por pares, donde la IA no es solo amenaza, sino también posible aliada para agilizar, transparentar y diversificar la evaluación. En vez de pensar cómo integrar la IA en los flujos editoriales para mejorar la calidad de las revistas, se la reduce a una máquina extractora de datos. Se habla de licencias y cláusulas, pero no de capacitación, experimentación ni innovación tecnológica dentro de nuestras propias comunidades.

Esta mirada de la IA es estrecha, carece de matices y resulta poco informada. La diversidad de este fenómeno es tan grande que resiste muchas de las encorsetadas definiciones que circulan. Anthony Elliott (2022, p. 5) enlista algunas de ellas para describir esta diversidad y riqueza que las discusiones de Secihti parecen obviar:

  1. la creación de máquinas o programas informáticos capaces de realizar actividades que se considerarían inteligentes si las realizaran seres humanos;
  2. una combinación compleja de mejoras aceleradas en tecnología informática, robótica, aprendizaje automático y big data para generar sistemas autónomos que rivalizan con las capacidades humanas o las superan;
  3. formas de pensamiento impulsadas por la tecnología que realizan generalizaciones de manera oportuna basándose en datos limitados;
  4. el proyecto de producción automatizada de significados, signos y valores en la vida sociotécnica, como la capacidad de razonar, generalizar o aprender de la experiencia pasada;
  5. el estudio y diseño de “agentes inteligentes”: cualquier máquina que perciba su entorno, actúe para maximizar su objetivo y optimice el aprendizaje y el reconocimiento de patrones;
  6. la capacidad de las máquinas y los sistemas automatizados para imitar el comportamiento inteligente humano;
  7. la imitación de la inteligencia biológica para facilitar que la aplicación de software o las máquinas inteligentes actúen con diversos grados de autonomía.

Al obsesionarse con la defensa frente al enemigo externo, se descuidan las debilidades internas.

De la caverna al ágora

¿Cómo salir de la caverna de Lenin? No se trata de abandonar la crítica ni de rendirse al mercado. Se trata de abrir espacios de diálogo que reconozcan la ambivalencia de la IA y de las plataformas globales. Sí, hay dinámicas de concentración y riesgo de dependencia; pero también hay oportunidades para visibilizar la producción científica latinoamericana, para crear colaboraciones inéditas y para fortalecer la infraestructura regional con estándares abiertos realmente interoperables.

En lugar de convertir la soberanía en un fetiche, podríamos hablar de interdependencia justa. No se trata de blindarnos en un reducto, sino de negociar desde una posición de fortaleza: mejorar la calidad de nuestras revistas, profesionalizar a los equipos editoriales, invertir en innovación tecnológica, experimentar con IA en la gestión de manuscritos y la detección de plagio. Solo así podremos sentarnos en la mesa global con voz propia; no como víctimas, sino como actores capaces de influir en la agenda.

Del mismo modo, en lugar de repetir la metáfora del saqueo, podríamos pensar en esquemas tratando de equilibrar la reciprocidad. No cerrar puertas, sino establecer reglas claras de juego.

Epílogo: política con luz propia


Platón advertía que salir de la caverna era doloroso: la luz del sol enceguece al principio. De igual modo, abandonar los espejismos ideológicos cuesta. Pero la comunicación científica en América Latina no necesita más cavernas; necesita horizontes abiertos. Si reducimos el debate a consignas de soberanía y extractivismo, corremos el riesgo de quedarnos encerrados en un teatro de sombras.

La tarea, entonces, es doble. Por un lado, reconocer los logros de las iniciativas regionales que han defendido el acceso abierto frente a las lógicas comerciales abusivas. Por otro, escapar de la caverna ideológica para pensar en políticas públicas que combinen justicia cognitiva con realismo tecnológico. La IA no desaparecerá por decreto, y su relación con la edición científica será cada vez más estrecha. Ignorar esto sería, parafraseando a Lenin, un “infantilismo de izquierda” aplicado al mundo editorial.

La salida está en el ágora: en un debate abierto, plural, informado, donde la crítica no se confunda con el dogma y donde el futuro de la comunicación científica se construya con luces propias, no con sombras proyectadas.

Raúl Marcó del Pont Lalli

Editor de publicaciones académicas.


lunes, 24 de noviembre de 2025

THE DRAIN: El drenaje de las Publicaciones Científicas. Editoriales comerciales drenan dinero, tiempo, confianza y control

 

PREPRINT disponible enhttps://arxiv.org/abs/2511.04820


The Drain of Scientific Publishing
The domination of scientific publishing in the Global North by major commercial publishers is harmful to science. We need the most powerful members of the research community, funders, governments and Universities, to lead the drive to re-communalise publishing to serve science not the market.
El Drenaje de las Publicaciones Científicas

El dominio de las publicaciones científicas en el Norte Global por parte de las grandes editoriales comerciales es perjudicial para la ciencia. Necesitamos que los miembros más influyentes de la comunidad investigadora, los financiadores, los gobiernos y las universidades lideren la iniciativa de volver a comunitarizar las publicaciones para que sirvan a la ciencia y no al mercado.


La ciencia bajo el control de las grandes editoriales: el lucro por delante del conocimiento

 

Un estudio revela cómo el sistema de publicación científica prioriza ganancias frente al avance del conocimiento y la integridad académica.

 

El sistema editorial actual es perjudicial para la ciencia. Un nuevo análisis en el que ha participado el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) muestra que, en el sector de la publicación científica, los intereses comerciales anteponen el beneficio económico al progreso del conocimiento y a la integridad académica.

Las cuatro principales editoriales, Elsevier, Springer Nature, Wiley y Taylor & Francis, generaron más de 7.100 millones de dólares en ingresos solo en 2024, con márgenes de ganancia superiores al 30 % (mucho más elevados que en otros sectores­), y acumularon más de 14.000 millones de dólares en beneficios entre 2019 y 2024. Gran parte de este dinero proviene de fondos públicos destinados a investigación, que los propios investigadores deben gastar para publicar sus trabajos o acceder a los de otros científicos.

El estudio advierte sobre un drenaje de fondos del sistema científico en cuatro ámbitos: dinero que se desvía de la investigación, tiempo que los investigadores dedican a publicar y revisar artículos de manera no remunerada (estimado en 130 millones de horas solo en el año 2020), pérdida de confianza por fraudes, retractaciones y prácticas cuestionables, y concentración del control académico en manos de las compañías privadas.

Estas empresas también controlan las métricas como el factor de impacto de las revistas (journal impact factor) y las bases de datos como Scopus, definen qué investigación se considera excelente y marginan modelos comunitarios o regionales. «Las editoriales comerciales están íntimamente ligadas a la academia, tanto en la manera en que recopilan datos sobre nosotros como en la forma en que están integradas en la evaluación académica», afirma Brockington, investigador del ICTA-UAB y coautor del estudio.

Este sistema perjudica a la ciencia: fomenta la proliferación de artículos centrada en el prestigio, lo que sobrecarga el sistema de publicación. Además, desalienta la reflexión interdisciplinaria lenta y cuidadosa, clave para lograr una ciencia de mayor calidad. En última instancia, contribuye a un debilitamiento de la calidad y, por ende, a un deterioro de la confianza pública.

Aunque el movimiento de Open Access buscaba democratizar el acceso a la ciencia, muchas editoriales han convertido las tasas de publicación (article processing charges, APC) en una fuente de ingresos adicional. Entre 2019 y 2023, recaudaron cerca de 9.000 millones de dólares solo en APC, sin devolver el control de la publicación a la comunidad académica.

Esta lacra de las malas prácticas en la publicación científica es más pronunciada en el Norte Global. En el Sur, entidades como SciELO, Redalyc, Latindex o African Journals Online ofrecen sólidas alternativas de propiedad comunitaria. Los autores llaman a recomunalizar la publicación científica promoviendo sistemas comunitarios y no comerciales, con liderazgo activo de universidades, gobiernos y agencias de financiación. En este modelo, los costes se financian mediante sociedades científicas y sus financiadores, y los beneficios vuelven a la investigación, al igual que los datos que genera. Los investigadores lo reclaman una y otra vez.

Brockington insiste en que «para reformar el sistema, es necesario que los investigadores dejen de trabajar con editoriales comerciales. Cuando te enfrentas a organizaciones grandes y poderosas, necesitas aliados igual de grandes y poderosos. Los tenemos: financiadores, agencias gubernamentales, fundaciones y universidades que, de manera conjunta, podrían decidir dónde van los fondos para la publicación, así como qué incentivos motivan a los investigadores.».

Los investigadores que han llevado a cabo el estudio advierten que, sin reformas profundas, el sistema seguirá priorizando las ganancias sobre el avance del conocimiento, desperdiciando recursos públicos, el tiempo de los investigadores y la confianza de la sociedad en la ciencia.

Beigel, F., Brockington, D., Crosetto, P., et al. (2025). The Drain of Scientific Publishing.
arXiv:2511.04820



 




Indicadores de calidad para revistas de ciencias sociales en la era de la bibliometría narrativa

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